Hebreos / Capítulo 10
Leyendo el subtítulo La Biblia RVR1960
Hebreos / Capítulo 10
    • Advertencia al que peca deliberadamente
    • 26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,
      27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.
      28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.
      29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
      30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.
      31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!
      32 Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos;
      33 por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante.
      34 Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos.
      35 No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón;
      36 porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
      37 Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
      38 Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
      39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.
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  • Advertencia al que peca deliberadamente
  • 26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,
    27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.
    28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.
    29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
    30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.
    31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!
    32 Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos;
    33 por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante.
    34 Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos.
    35 No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón;
    36 porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
    37 Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
    38 Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
    39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.
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