INTRODUCCIÓNEl libro de Jonás es la historia de un profeta que resentía amargamente el hecho de que Dios amara y cuidara de la gente mala. El libro no enseña que Dios ama a los malos porque son malos, sino más bien porque son humanos, de un valor intrínseco para él a pesar de su conducta y de su desdén por el Dios verdadero. Se enfatiza la manera como Jonás intentó resistir la misión que Dios le dio, que era predicar una advertencia al pueblo de Nínive, una gran ciudad en la antigua Asiria. Jonás sabía que esta advertencia podría llevar al pueblo de Nínive a arrepentirse y ser perdonado.
Este es precisamente el resultado al que él se oponía, puesto que el antiguo gran poder de Asiria era un enemigo cruel de los israelitas, entre muchas otras naciones, y Jonás, un israelita nacionalista, quería que los asirios fueran dañados, no ayudados. No obstante, el Señor obligó a Jonás a cumplir su misión profética, y en el proceso le enseñó, a Jonás y a los lectores del libro, que él es Dios que tiene cuidado de pueblos y naciones más allá de su propio pueblo escogido.
El libro no sugiere universalismo, es decir, que todos los pueblos y naciones son escogidos, pero sí enseña que los pueblos incrédulos todavía pueden beneficiarse de alguna manera de la compasión de Dios. A este respecto el libro enseña la doctrina bíblica de la gracia común (eso es, que algunas de las bendiciones de Dios en esta vida son dadas a toda la gente en general, no solamente a los creyentes). El libro también representa una de varias anticipaciones del AT acerca de la ampliación del nuevo pacto del reino de Dios, para incluir a los creyentes de los gentiles tanto como a los israelitas. Y más especialmente, es una versión temprana de las enseñanzas radicales de Jesús de que sus seguidores deben amar a sus enemigos.
No hay indicio en el libro de que Jonás hubiera pensado por sí mismo en tratar de presentar al pueblo de Nínive al único y verdadero Dios al que ellos, en su politeísmo equivocado y en su adoración pagana, habían estado tratando todo el tiempo (como Pablo lo hizo con los atenienses en Hech. 17). El libro tampoco nos da una indicación de que los ninivitas pensaran en convertirse ellos mismo a la fe en Je hovah en ninguna manera que no fuera el arrepentimiento descrito en el cap. 3. De esta manera, el libro no atribuye a los ninivitas la que comúnmente es llamada "gracia especial", los beneficios de conocer y obedecer realmente al único Dios verdadero revelado en la Biblia.
LA PERSONA DE JONAS Y LA AUTORIA DEL LIBROAparte del mismo libro de Jonás, Jonás es mencionado solamente en un lugar en el AT (2 Rey. 14:25), allí es identificado como el profeta israelita del norte que profetizó du rante los días del rey Jeroboam II diciendo que Israel tomaría posesión de nuevo de territorio de Siria que tradicionalmente era parte de la tierra prometida. Jonás y Jesús eran profetas de Galilea. Jonás era de Gat-jefer (2 Rey. 14:25), una ciudad en el distrito de Zabulón, justo a tres millas al nordeste de Nazaret. Por tanto, no es de sorprender que Jesús, que se crió en Naza ret, hubiera tomado la historia de este bien conocido profeta para simbolizar su propia resurrección, y utilizar la advertencia de Jonás al pueblo de Nínive para arrepentirse, como símbolo de su propio llamado al arrepentimiento (Mat. 12:38–41; Luc. 11:29–32).
El nombre Jonás significa "paloma" en heb., pero no hay ningún simbolismo en su nombre. Muchos israelitas llevaban nombres similares de animales (cf. Jonás, el padre de Pedro, Mat. 16:17). El nombre de su padre era Amitai (1:1), pero fuera de esto nada se puede conocer de su familia o de su trasfondo personal. Es usual que los libros proféticos den pocos detalles de familia acerca de sus autores. Como virtualmente todos los profetas antiguos, Jonás era un poeta, de modo que su composición o recitación de un poema, aun desde el interior de un gran pez o ballena (cap. 2) difícilmente sorprende. El aparece en el libro como un ardiente nacionalista, proisraelita y antiextranjeros. Presumible- mente, cualquier cosa que adelantara a Israel y contribuyera a la declinación o caída de sus ene migos, él la hubiera favorecido. Su fuerte nacionalismo lo llevó a pecar al resentir la compasión de Dios hacia un pueblo enemigo y resistir el mandato divino. Su teología también era imperfecta en relación con la soberanía de Dios. Su intento de fuga indica que Jonás puede haber pensado, como muchos pueblos antiguos, que un dios (o diosa) tenía poderes mayores en las regiones donde era conocido y adorado, y que la distancia geográfica de la tierra de Jehovah significaba, hasta cierto grado al menos, libertad del control de Jehovah. Alternativamente, él puede haber creído que podía resistir mejor el llamado de Dios encaminándose en dirección opuesta a Nínive, que quedaba al oriente. Así, embarcándose, se alejó al occidente tanto como le fue posible (por el mar Mediterráneo), esperando que Dios escogiera entonces a algún otro profeta para predicarle a Nínive y que a él lo dejara en paz. Alejarse de Israel significaba alejarse de la asignación del Señor, según esta perspectiva. Jonás, por supuesto, pronto se dio cuenta de la verdad, pero el libro lo describe honestamente como uno al que Dios perdonó y usó a pesar de sus desatinos y fracasos, como es el caso con todos los seres humanos a los que Dios utiliza. Jonás, en otras palabras, es difícilmente un modelo a seguir para nosotros. Algo de su conducta y algunas de sus creencias eran absolutamente reprensibles, pero él era un profeta israelita genuino e inspirado.
No se identifica al autor del libro. Toda la información del libro podría provenir del autor de dos fuentes humanas: de Jonás mismo, que conocía los detalles de la mayoría de la historia, y de los ma rineros mencionados en el cap. 1, que supieron que habían ofrecido sacrificios al Señor después de su repentina liberación de la tormenta en el mar (1:16). El hecho de que en el libro a menudo se critica a Jonás no significa que él no pudiera haber sido su autor. Por comparación, en los Evangelios en el NT frecuentemente se critica a los discípulos, entre los cuales están sus autores. El libro no muestra evidencia de redacción de varios autores o de inserciones o supresiones del texto original (véase la gráfica en la pág. 656).
FECHA Y AMBIENTEVirtualmente, no hay evidencia que nos diga cuándo fue compuesto el libro. No podemos estar seguros de la fecha exacta, puesto que su lenguaje no delata ningún rasgo conocido de que su composición haya sido particularmente tarde o temprano en el desarrollo del heb. Los intentos por discernir supuestos "arameísmos" (formas de palabras hebreas derivadas del arameo después del 600 a. de J.C.), o dependencia en Jonás de declaraciones acerca de otros profetas, tales como Jeremías, han sido infructuosos. El salmo en el cap. 2 sí emplea alguna terminología temprana (p. ej. nephesh en el sentido de "garganta" ["alma" en la RVR, 1960], en el v. 5 es lit. lo que traduce la RVA), pero esa característica de la poesía heb. a menudo es insignificante. Asiria era ampliamente odiada después de 745 a. de J.C., cuando Tiglat Pileser III avivó e institucionalizó su imperialismo y empezó a amenazar a Siria y a Palestina, de modo que uno de los énfasis centrales del libro (que Dios ama hasta a los asirios) ciertamente hubiera sido muy necesitado en Israel en cualquier tiempo después de esa fecha. El libro pudiera haber sido compuesto antes de 745, en anticipación de esa necesidad, o después, en respuesta a ella. El men saje del libro es virtualmente eterno de cualquier modo, y el lenguaje sencillo y directo, normal del hebreo clásico.
Es más fácil situar los eventos descritos. Segundo Reyes 14:25 relaciona a Jonás con el período del largo reinado de Jeroboam II en Israel (793–753 a. de J.C.). 1:2 se refiere al "problema" de Nínive (maldad es una traducción menos probable, particularmente puesto que a través del libro la actitud de Dios hacia Nínive no es denunciatoria sino misericordiosa, en agudo contraste con la de Jonás). Esto sugiere una fecha en las décadas anteriores a Tiglat-Pileser III, durante las cuales Asiria experimentó un período de torbellino político y declinación económica (eso es, "problema") bajo una sucesión de reyes débiles. Cualquier fecha entre 800 y alrededor de 750 quedaría bien. Pero todavía es posible ser más preciso. El punto más débil de Asiria durante ese medio siglo vino durante el reinado de Asurdan III (772–756) bajo cuya dirección Asiria sufrió tanto pérdidas militares importantes como reveses económicos. Disturbios contra el gobierno, que obligaron a Asurdan a huir de su resi dencia real al menos una vez, y un eclipse solar total el 15 de junio del 763 a. de J.C. (considerado un presagio de severo disgusto divino por los grandemente supersticiosos asirios) pueden haber provisto la ocasión para la clase de rituales de arrepentimiento popular descritos en 3:5–9. Hubo probablemente buena razón para que un rey débil se uniera y apoyara oficialmente la efusión popular de arrepentimiento a la predicación de Jonás por parte de una población temerosa de la guerra, azotada por la hambruna y asustada por un eclipse solar. Una fecha para la misión de Jonás a finales de 760 a. de J.C. no puede estar muy errada.
El escenario del libro de Jonás en el siglo VII a. de J. C.
MENSAJE Y PROPOSITOEl libro de Jonás presenta un contraste entre el odio egocéntrico de Jonás hacia sus enemigos y la compasión de Dios por ellos. Es clara la intención de enseñar a los lectores del libro que no debieran imitar la actitud y práctica de Jonás. Dos veces en el cap. 4 Dios le pregunta a Jonás qué derecho tiene él de estar enojado, primero acerca del perdón de Nínive por parte de Dios (v. 4) y luego acerca de la pérdida de la planta de ricino que había dado sombra a la enramada de Jonás del ardiente sol (v. 9). Esto último lo había hecho Dios como una lección para el profeta. Si Jonás se preocupaba por la planta, no queriendo verla morir, ¿no debiera Dios preocuparse por la población de toda una ciudad, no queriendo verla morir (v. 11)? ¿No es la gente (o los animales también, v. 11) mucho más valiosa que las plantas? ¿No tienen un valor intrínseco? Aunque fueran nuestros enemigos, eso no debiera significar que pensemos que no merezcan compasión de Dios.
Sin embargo, el contraste de los valores relativos de la planta y la gente en el cap. 4 es solamente una de las dos principales lecciones objetivas en el li bro. La otra es el contraste entre la gratitud de Jonás por ser rescatado de una ruina que bien merecía, y su resentimiento por el rescate de los ninivitas de una ruina que ellos bien merecían. En el cap. 1 él confiesa a los marineros que la tormenta divinamente enviada y que amenazaba sus vidas era culpa suya y que su ahogamiento los libraría. A punto de ahogarse, de repente él es tragado, y así rescatado de la muerte, por un gran pez o ballena (1:17). El cap. 2 registra la elocuente oración de gratitud de Jonás por su propio rescate, estableciendo así un contraste con su insatisfacción hipócrita por el rescate de la gente de Nínive en el cap. 4.
FORMA Y ESTILOLa forma del libro es narración biográfica, una sub-categoría de la narrativa histórica hebrea similar a la que se encuentra en porciones biográficas de los libros proféticos (más notablemente en Jeremías), y en las historias de Elías y Eliseo en 1 y 2 Reyes. Las construcciones de las oraciones, las transiciones, la descripción de las escenas y el uso prominente del diálogo son todas características norma les de la narrativa histórica hebrea del AT. También lo es la presencia de un poema (cap. 2) en medio de lo que es, fuera de esa sección, prosa. La inclusión ocasional de la poesía en el curso de la narración histórica es la norma, no la excepción, en los libros históricos del AT. A través del Pentateuco y de los profetas anteriores uno encuentra docenas de ejemplos. El hecho de que el libro sea una narrativa pedagógica tampoco es excepcional; todas las narraciones del AT lo son, hasta algún grado.
Los que se inclinan a considerar el libro como ficticio usualmente lo clasifican como una alegoría, una parábola o una fábula. Sin embargo, no tiene la forma de ninguna de éstas. Las alegorías del AT se caracterizan por grupos de personajes obviamente estilizados ajustados a una trama concebida sencillamente, que juntos simbolizan de- sarrollos históricos conocidos (p. ej. Sal. 80:8–19; Eze. 19). Las parábolas son historias muy cortas (normalmente unas cuantas oraciones gramaticales) relatadas en un estilo escaso, a manera de ilustrar un solo punto o principio (p. ej. Isa. 5:1 7; Eze. 17:22–24). Las fábulas son historias que incluyen plantas o animales que hablan para ilustrar simbólicamente alguna faceta de la historia, cultura o experiencia personal (p. ej. Jue. 9:7–15). Jonás es demasiado largo, complejo, y detallado en asuntos históricos y muy directamente biográfico y narrativo para ser cualquiera de esas.
El estilo del libro es sencillo y normal para la narrativa hebrea. Se lee fácilmente en el original y no contiene humor ni descripciones escandalosas. Los que encuentran el libro humorístico en alguna manera o escandaloso están interpretando la historia de acuerdo con sus propias expectaciones, no analizando el estilo del libro mismo. El lenguaje no es exagerado, los eventos no son absurdos, y el propio comportamiento de Jonás lo menos que tie ne es humorismo. Aunque el libro contiene ironía (p. ej. el resentimiento de Jonás por la liberación de Nínive después de su propia complacencia por ser librado personalmente, o de su valoración de una simple planta por encima de muchas vidas humanas) es, como mucha de la ironía bíblica, no humorística, sino trágica. Jonás no es un desventurado idiota ni un chapucero del que (o con el que) debemos reírnos, aunque sea por lástima. El es implacablemente serio en cuanto a su odio por los enemigos de su pueblo, e irracional hasta morir porque Dios estaba dispuesto a librar en vez de aplastar a Nínive. Reírse de Jonás significaría dejar de tomar en serio el sensato propósito del libro, que es el de guardarnos de considerar a nuestros enemigos como Jonás lo hizo. Los que hablan en el libro (Dios, los marineros, Jonás y el rey) lo hacen de manera natural, de acuerdo con las normas del diálogo de la narrativa hebrea. El poema en el cap. 2 es un ejemplo típico de un salmo de acción de gracias, del cual hay varios en el Salterio.
UNIDAD E INTEGRIDADLa historia de Jonás es completa e independiente y no muestra evidencia de haber perdido algún contenido por razón de corrupción textual o por manipulación deliberada. De hecho, el texto está notablemente bien conservado. Algunos académicos han argumentado que el salmo en el cap. 2 está fuera de lugar, añadido por un editor posterior, puesto que la historia de todas maneras se lee muy bien omitiendo el salmo y las palabras que lo introducen. Sin embargo, virtualmente todas las secciones poéticas de narraciones históricas del AT son similares en este respecto. Más aun, un importante elemento de la historia original se perdería si el salmo fuera dejado fuera: la hipocresía de la elocuente gratitud de Jonás por su propio inmerecido rescate de la muerte (que el salmo refleja claramente) en contaste con su resentimiento por el rescate inmerecido de Nínive de la muerte (cap. 4). Sobre la estrecha interconexión del salmo con el resto del libro, véase también G. Landes, "The Kerygma of the book of Jonah", Interpretation 21 (1967) 3–31].
HISTORICIDAD¿Sucedieron de veras los eventos descritos en el libro? ¿No son partes de la historia tan inusitadas que obviamente son ficticias? ¿Vivió un hombre por tres días dentro de un gran pez, y una gran ciudad se arrepiente en masa por la predicación de un obscuro profeta extranjero? ¿Creció una gran planta cerca de la enramada de Jonás y luego murió repentinamente para enseñarle a Jonás una lección? ¿Realmente manipuló Dios la naturaleza, desde una poderosa tormenta hasta un pequeño gusano, por amor a un profeta rebelde?
El libro sostiene que todas estas cosas sí sucedieron. Por supuesto, si uno cree que los milagros no pueden suceder, que Dios nunca interviene deci sivamente en los asuntos humanos, entonces el libro de Jonás y también todos los otros relatos que hablan de asuntos sobrenaturales deben ser falsos. Tal rechazo rígido a considerar lo sobrenatural como una parte de la realidad es, por supuesto, improbable, y la mera negación de que cierta clase de eventos puedan ocurrir es difícilmente un medio de argumentación digno. ¿Podría y lo haría un Creador sobrenatural manipular la natura leza para sus fines, algunas veces tan intensamente hasta el punto de amenazar o quitar vida humana? La Biblia en general y el libro de Jonás en particular ciertamente describen a Dios exactamente de esta manera.
En cualquier caso el examen cuidadoso de los eventos descritos en el libro revelan que ninguno es especialmente exótico si uno está dispuesto a conceder la posibilidad de los eventos sobrenaturales en un mundo todavía controlado por su Creador divino. Por ejemplo, la tormenta en el cap. 1 no es de ninguna manera inusitada en el Mediterráneo oriental; su encuentro con Jonás y el barco en el que él estaba es más un asunto de sincronización que de cantidad o calidad. Está bien documentado que varias personas (principalmente balleneros) han sobrevivido largos períodos dentro de criaturas marinas. La capacidad del cuerpo de concentrar oxígeno en tejidos críticos, incluido el cerebro, en presencia de agua fría, está tan bien establecido médicamente que se considera un hecho común. Las condiciones necesarias para que los asirios tan supersticiosos respondieran a la predicación de Jonás con un arrepentimiento tan amplio, sin consideración de lo ritual que fuera, estaban de hecho presentes durante las primeras décadas del siglo VIII a. de J.C., dentro y fuera de Nínive. Numerosos ejemplos de períodos nacionales de arrepentimiento de corta duración, como el descrito en el libro, de hecho están registrados en los archivos históricos asirios. En cuanto a la planta que murió rápidamente por el ardiente calor cuando sus raíces fueron consumidas, necesita principalmente la oportunidad y la situación como requisitos principales. Fuera de eso no hay nada especialmente inusitado en cuanto a su crecimiento y muerte.
Las circunstancias que rodean esos eventos sobrenaturales son tratados con mayor detalle en el comentario que sigue.
BOSQUEJO DEL CONTENIDO1:1-3 La rebelión de Jonás por la misión que Dios le encomendó de darle a Nínive una oportunidad de arrepentirse1:4-16 Una tormenta enviada por Dios le impide a Jonás huir de su misión1:17—2:10 La gratitud de Jonás por la gracia de Dios al rescatarlo de la muerte3:1-3a Un segundo principio para la misión de predicar a Nínive3:3b-10 El arrepentimiento resultante de la predicación de Jonás en Nínive4:1-4 La ingratitud de Jonás por la gracia de Dios al rescatar a Nínive de la muerte4:5-11 Retrospección: Una lección objetiva cuando Jonás todavía estaba deseando la destrucción de Nínive