TITULOEl título “Exodo” proviene del nombre que le dieron al libro los antiguos traductores griegos, Exodo, que significa “salir”, “salida”. El nombre refleja el particular interés del libro en la salida de los israelitas de Egipto.
NATURALEZA LITERARIAComo segundo libro en la Biblia, Exo. forma parte de una larga narrativa que comienza en Gén. y se extiende por lo menos hasta el libro de Deut. Este material se ha considerado tradicionalmente como una unidad, el Pentateuco (véase artículo sobre el Pentateuco). Exo. es una parte integral de este trabajo mayor, dependiendo del libro de Gén. como su importante material de trasfondo (p. ej. el pacto de Dios con los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob; la garantía divina de que sus descendientes poseerían la tierra de Canaán; y una explicación de cómo la familia de Jacob llegó a Egipto), y anticipando eventos que están registrados en el libro de Lev. (p. ej. la consagración de Aarón y sus hijos como sacerdotes). Mientras que Exo. tiene mucho en común con Gén. y Lev., posee, como veremos más adelante, su propia cantidad de temas distintivos.
Si bien Exo. puede parecer a primera vista como una colección de incidentes separados, sin embargo ha sido cuidadosamente compuesto. La narrativa es una mezcla magistral de diferentes tipos de material (p. ej. prosa, poesía, genealogía, discursos, reglamentos, leyes) los que han sido combinados para producir un trabajo unificado. El narrador no intenta dar un cuadro completo de todo lo que ocurre en el período que abarca el libro; por el contrario su narrativa es completamente se lectiva. En consecuencia, el texto con frecuencia omite información que el narrador consideró que no era importante en su propósito de escribir (p. ej. un detallado registro del tiempo que Moisés pasó en Madián).
El libro de Exo. está compuesto de bloques de material que por lo general tiene su principio y fin claramente marcados. La actual división de caps. es una pobre guía para esas unidades narrativas y es mejor ignorarla. Los diferentes episodios rara vez se contienen a sí mismos. Asumen el conocimiento de material anterior y anticipan eventos posteriores. Para entender Exo. es importante se guir el flujo de la narrativa y ver cómo los distintos episodios se relacionan el uno con el otro (p. ej. la narración del encuentro de los israelitas con Dios en el Sinaí en el cap. 19 tiene un cercano paralelo con el primer encuentro de Moisés con Dios en Horeb/Sinaí en el cap. 3).
TEMAS PRINCIPALESEl autor de Exo. tiene principal interés en la teología; esto es, él escribe con el propósito de destacar ideas particulares y conceptos acerca de Dios. Para apreciar esto y ver cómo cada sección del libro contribuye a este propósito general, es importante reconocer los temas principales del libro; otros temas menores se destacan en el comentario.
Exo. es esencialmente un libro sobre conocer a Dios a través de una experiencia personal. La trama se centra en la relación que se desarrolla entre Dios y los israelitas, a partir del dramático encuentro de Moisés en la zarza que ardía (3:1–4:17) hasta cuando la gloria del Señor llena el tabernáculo (40:34–38). En todo esto Moisés actúa como mediador, el primero que da a conocer al Señor al pue blo y el que subsecuentemente juega una importante función en el establecimiento de la relación de pacto que facilita la morada del Señor entre los israelitas. Significativamente, es el Señor quien toma siem pre la iniciativa, revelándose a sí mismo no sólo a través de palabras, sino también a través de señales y maravillas. En Exo. Dios habla y actúa; además de eso, lo que dice se cumple.
La primera mitad del libro es dominada por el tema de llegar a conocer a Dios. Al comienzo Moisés se encuentra con Dios en la zarza que ardía, y como resultado de la conversación descubrió mucho acerca de la naturaleza de Dios, incluyendo su nombre divino, “Jehovah” (3:1–4:17). El tema reaparece cuando el faraón expresa su ignorancia acerca del Señor: “¿Quién es Jehovah para que yo escuche su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehovah, ni tampoco dejaré ir a Israel” (5:2). Como se desarrollan las diferentes señales, gradualmente los egipcios llegaron a reconocer el poder soberano del Señor. Finalmente, Dios atrajo al faraón y sus ejércitos a su muerte en el mar Rojo con el propósito de que los egipcios “sabrán que yo soy Jehovah” (14:4, 18). Con la derrota del faraón los israelitas adoraron a Dios con una dinámica canción de alabanza y celebración: “¿Quién como tú, oh Jehovah, entre los dioses? ¿Quién como tú, majestuoso en santidad, temible en hazañas dignas de alabanza, hacedor de maravillas?” (15:11).
La segunda mitad del libro desarrolla más el tema de conocer a Dios al enfocar el establecimiento de una íntima y permanente relación entre el Señor y los israelitas. Para este propósito la narración se concentra en dos temas los cuales reciben una amplia cobertura, la formulación del pacto y la construcción del tabernáculo. El primero de éstos, como la firma de un contrato o la toma de los votos matrimoniales, fija las condiciones por las cuales los israelitas deben vivir a fin de disfrutar una permanente relación con Dios; éstas están registradas en el Decálogo y en el Libro del Pacto. El pueblo está obligado a seguir las normas de Dios si desean conocer sus continuas bendiciones y presencia. Se da considerable atención no sólo a la formulación de un acuerdo inicial del pacto (caps. 19–24), sino que también a los eventos relacionados con el becerro de oro los cuales casi llevó esta relación a una temprana y abrupta conclusión (caps. 32–34). La construcción del tabernáculo forma una secuencia natural a la formulación del pacto divino. Construido según las instrucciones divinas, el tabernáculo llegó a ser el punto central de la presencia del Señor en medio del pueblo, y les recordó a ellos, por medio de su material y estructura, de la naturaleza soberana y santa de Dios. Significativamente, Exo. termina por destacar cómo el Señor, después de la erección de la tienda, comenzó a residir en medio del campamento israelita (40:34–38).
Intimamente relacionado con el tema de conocer al Señor está el tema de la obediencia. Exo. resalta a través de todo su relato la importancia de obedecer al Señor. En los primeros caps. observamos tanto el cansancio de Moisés y la negativa obstinada del faraón en obedecer las órdenes de Dios. Más tarde, para lograr su libertad segura de Egipto, los israelitas tuvieron que seguir con exactitud las instrucciones del Señor en relación con la Pascua. Fi nalmente, después que el yugo de la esclavitud egipcia había sido eliminado, los israelitas tuvieron que aprender la obediencia a su nuevo soberano. Con gran significación, la obediencia a Dios se ubica en el corazón mismo de la relación de pacto (cf. 19:8; 24:3, 7). Sin embargo, Exo. enfatiza que puesto que es Dios quien actúa primero, la obediencia humana no crea esta relación especial de pacto, sino que simplemente ayuda a mantenerla. Cuando más tarde los israelitas adoraron al becerro de oro fueron castigados por su desobediencia y la relación de pacto con Dios se quebrantó.
Otro tema importante es el de la santidad. Por un lado, Exo. revela que sólo Dios es naturalmente santo y que los seres humanos, por causa de su naturaleza pecaminosa, pueden venir ante su presencia sólo bajo ciertas circunstancias. Cuando Moisés se encontró con Dios en la zarza que ardía él tuvo que quitarse las sandalias ya que el terreno donde se encontraba era santo (3:5), y más tarde los israelitas fueron prevenidos de subir al monte Sinaí para que no murieran como resultado de ver a Dios (19:12, 13, 21–24; cf. Heb. 12:14). A causa de la incompatibilidad entre la santidad divina y la pecaminosidad humana medidas especiales tuvieron que tomarse antes de que el Señor pudiera morar entre los israelitas. Fue construida una tienda especialmente diseñada, incorporando características hechas necesarias por causa de la santidad de Dios (p. ej. las cortinas que formaron un radio de protección entre Dios y el pueblo).
Por otro lado, Exo. destaca el hecho de que los israelitas deberían compartir la naturaleza santa de Dios; son llamados a ser “una nación santa” (19:6). Con este propósito las instrucciones y las leyes del Decálogo y del Libro del Pacto muestran estas cualidades asociadas con la naturaleza santa de Dios. Aquí la santidad se asocia principalmente con la pureza moral y la conducta ejemplar. Sin embargo, puesto que tal perfección de carácter está más allá del logro humano, Exo. subraya la importancia de los sacrificios los cuales pueden tanto expiar el pecado como purificar lo que es impuro. Esto se expone de muchas maneras. Observamos esto en los sacrificios asociados con la Pas cua y con la formulación del pacto en el monte Sinaí. Igualmente, los sacrificios son parte integral del procedimiento de la consagración de los sacerdotes (29:1–46). Aun más, para simbolizar el hecho de que uno se puede acercar a Dios a través del ofrecimiento de sacrificios aceptables, el gran altar de bronce fue puesto entre la entrada al patio del tabernáculo y el lugar santo.
También se da atención especial a los atributos divinos de la compasión y la justicia. Son muy evidentes en la primera mitad del libro cuando Dios actuó con real preocupación por los israelitas y castigó a los egipcios a causa de los tratos injustos para con los israelitas. Ambos atributos son prominentes en las leyes y en los imperativos morales que forman parte importante del pacto en el Sinaí. Los israelitas no sólo deben mantener una norma particular de justicia, sino que también deben actuar con compasión hacia los miembros de la sociedad que son más vulnerables. Finalmente, éstos aparecen en los eventos relacionados con el be cerro de oro. La justicia de Dios se manifiesta en el castigo hacia los israelitas por sus acciones rebeldes, pero, a causa de su compasión, el pacto es subsecuentemente renovado cuando Moisés intercede en favor del pueblo.
AUTOR Y FECHAExo. no menciona la persona responsable por haber dado la forma actual al libro. El hecho de que algunas secciones fueran registradas por Moisés (17:14; 24:4; 34:27) responde a la posición tradi cional de que Moisés escribió la totalidad del libro (p. ej. Mar. 12:26). Si bien hay poca evidencia interna que indique cuándo el libro fue escrito, no hay razón convincente para creer que éste haya sido escrito mucho tiempo después de los eventos relatados, como muchos eruditos suponen. El único comentario que puede proveer algo de información sobre cuándo el libro fue escrito es la referencia a los israelitas comiendo maná por 40 años hasta que llegaron a la tierra de Canaán (16:35).
Por más de un siglo los eruditos han discutido largamente el origen del material encontrado en Exo. Estudios recientes han revelado mayores flaquezas en la teoría de que el Pentateuco está compuesto por cuatro distintas fuentes documentarias, generalmente conocidas por las siglas J, E, D y P (véase artículo sobre el Pentateuco). Por causa de lo excepcionalmente difícil que ha sido recuperar con algún grado de certeza las fuentes fundamentales del presente texto, el comentario que continúa se enfoca exclusivamente en el texto tal como lo tenemos.
MARCO HISTORICOMuchos factores hacen difícil determinar con precisión el marco histórico de los eventos descritos en Exo. Primero, estamos tratando con eventos ocu rridos en el segundo milenio a. de J.C. Según 1 Rey. 6:1, el éxodo ocurrió 480 años antes “del cuarto año del reinado de Salomón sobre Israel”. En base a esta información los israelitas salieron de Egipto aprox. en el año 1446 a. de J.C. Mientras que algunos eruditos rechazan esta fecha, ubicando el éxodo en la última parte de la segunda mitad del siglo XIII a. de J.C. (véase abajo), en cualquiera de las dos posiciones estamos tratando con un período de la historia acerca del cual nuestro conocimiento es limitado e incompleto.
Segundo, uno de los elementos dignos de destacar es la ausencia de referencias históricas. Por ejemplo, los reyes egipcios son designados simplemente por su título, faraón, y no por su nombre. Posiblemente esto sea intencional, con el propósito de contrastar a los reyes de Egipto no nombrados con el Dios soberano de Israel cuyo nombre, el Señor (o Jehovah), fue revelado a Moisés y a los israelitas. Como resultado, es difícil ubicar el éxodo en un período preciso de la historia egipcia. Una clave se puede encontrar en el nombre de una de las ciudades de abastecimiento, Ramesés, la cual puede ha ber tenido su origen durante el reinado de Ramsés II (siglo XIII a. de J.C.). Sin embargo, es posible que los nombres de personas y lugares daten de periodos anteriores y que ya se encontraban en uso cuando los israelitas se ubicaron por primera vez en Egipto (cf. Gén. 47:11). Otra alternativa es que el nombre puede pertenecer a un periodo anterior y su uso en Gén. 47:11 y en Exo. 1:11 sea el resultado de una actualización editorial.
Tercero, ningún documento, aparte de la Biblia, ha sido descubierto relacionado específicamente con el tiempo de los israelitas en Egipto. Dada la antigüedad del período y la naturaleza de los eventos, esto no es sorprendente. Es poco probable que los analistas egipcios hubieran registrado descripciones detalladas de eventos que incluían la derrota de sus reyes y la destrucción de sus ejércitos. Aun si ellos inicialmente hubieran notado estos eventos, habrían tenido poco entusiasmo por asegurar que semejantes textos sobrevivieran intactos.
Cuarto, aunque el autor de Exo. tenía un interés agudo en estos eventos, el escribió principalmente como teólogo y no como un historiador. El se enfocó en el Dios encontrado a través de estos eventos, en vez de en los eventos mismos. Finalmente, dada la importancia y la prominencia de la tradición del éxodo en el pensamiento israelita, parece razonable suponer que éste se deriva de eventos rea les. A pesar de no poder confirmar la veracidad de lo que está registrado en el libro de Exo., no hay razón para desecharle como poco más que una simple ficción. Los eruditos que han negado la historicidad de los eventos consideran el libro de Exo. como tal sin hacer una concesión adecuada para dichos factores.
LA RUTA DEL EXODOSi existen problemas para determinar el marco histórico del éxodo, no es de sorprenderse que dificultades similares se levanten en la reconstrucción exacta de la ruta del viaje de los israelitas desde Egipto. Aparte de un puñado de lugares-nombres, la narrativa arroja poca luz sobre la dirección tomada por aquellos que huían de Egipto, aparte del he cho de que no tomaron una ruta directa hasta Canaán. Aun más, las opiniones difieren en cuanto a la confiabilidad e identidad de los lugares mencionados. Mientras muchos eruditos favorecen una ruta tomada por los israelitas a través de la mitad sureña de la península del Sinaí, investigaciones recientes tienden a respaldar una ruta mucho más al norte. Véase la pág. 119.
BOSQUEJO DEL CONTENIDO1:1—2:25 Los israelitas en Egipto3:1—4:31 Preparación de Moisés- 3:1—4:23 Moisés en Madián
- 4:24-31 Moisés se encuentra con Aarón
5:1—15:21 Juicios y liberación- 5:1—6:13 Primer encuentro de Moisés con el faraón
- 6:14-27 Genealogía de Moisés y Aarón
- 6:28—7:7 Reafirmación divina a Moisés
- 7:8—11:10 Señales y prodigios en Egipto
- 12:1-41 La Pascua
- 12:42-50 Estatutos que regulan la Pascua
- 12:51—13:16 Otras instrucciones para conmemorar la Pascua
- 13:17-22 Primera etapa del viaje de salida de Egipto
- 14:1-31 La destrucción del ejército egipcio
- 15:1-21 Celebración israelita del poder de Dios
15:22—18:27 Los israelitas bajo el gobierno divino- 15:22—17:7 El pueblo se queja por comida y agua
- 17:8-16 La derrota de los amalequitas
- 18:1-27 La visita de Jetro
19:1—24:11 El establecimiento del pacto- 19:1-15 Preparación para el pacto
- 19:16-25 Dios aparece a los israelitas en el monte Sinaí
- 20:1-21 Dios se dirige al pueblo directamente
- 20:22-26 Instrucciones para el ofrecimiento de sacrificios
- 21:1—23:33 El libro del pacto
- 24:1-2 La invitación de Dios de subir al monte
- 24:3-11 La ratificación del pacto
24:12—31:18 Instrucciones para la construcción del santuario- 24:12-18 Moisés es llamado a la presencia de Dios
- 25:1—27:21 Detalles específicos relacionados con el tabernáculo
- 28:1—29:46 Detalles específicos relacionados con el sacerdocio
- 30:1—31:18 Instrucciones adicionales relacionadas con el tabernáculo y el sábado
32:1—34:35 El pacto quebrantado y renovado- 32:1—33:6 Rebelión en el campamento
- 33:7—34:35 Moisés intercede a favor del pueblo
35:1—40:38 Construcción y erección del tabernáculo- 35:1—36:7 Preparación para edificar el tabernáculo
- 36:8—39:31 La terminación del tabernáculo y las vestimentas sacerdotales
- 39:32-43 Moisés inspecciona el trabajo
- 40:1-33 La erección del tabernáculo
- 40:34-38 La gloria de Jehovah llena el tabernáculo