INTRODUCCIÓNLUGARES Y PUEBLOLa geografía y la historia juegan papeles importantes en esta profecía, con agudas hostilidades evidentes entre Israel y Edom, su vecino del sudeste. Estos malos sentimientos tenían raíces profundas. Esaú, el hijo mayor de Isaac y nieto de Abraham, se sintió engañado por Jacob, su hermano menor, al perder los privilegios que le correspondían como hijo mayor (Gén. 25:27–34; 27:1–19, véase v. 41), aunque de acuerdo con el escritor de Hebreos, Esaú mismo fue el que hizo mal (Heb. 12:16). Aunque no exonera a Jacob, el episodio muestra que una persona pecaminosa aun puede recibir las bendiciones de Dios (cf. Heb. 11:9, 21). Durante su vida ambos hermanos recibieron otros nombres; Esaú también fue conocido como "Edom" (Gén. 36:1, 9) y Jacob como "Israel" (Gén. 32:22–32). Esos nombres fueron adoptados por las naciones de las cuales los dos hombres fueron ancestros. El principio de esta animosidad entre estos dos hermanos continuó también entre las dos naciones.
Después del éxodo de Egipto los edomitas no permitieron que los israelitas pasaran por su territorio en Transjordania (Núm. 20:14–21; Jue. 11:17, 18). Su propia conquista fue profetizada por Balaam (Núm. 24:18). El rey Saúl peleó contra Edom (1 Sam. 14:47), y David lo conquistó (2 Sam. 8:13, 14; 1 Rey. 11:15, 16). Salomón hizo lo que quiso en Edom (1 Rey. 9:26–28), aunque sin la aprobación de Edom (11:14–22). Durante el reinado de Josafat (siglo IX a. de J.C.), Edom, en una alianza militar, invadió Judá (2 Crón. 20:1, 2). Se rebelaron contra Joram, liberándose del yugo de Judá por unos cuarenta años, hasta finales del siglo (2 Rey. 8:20–22; 2 Crón. 21:8–10). (Ver mapa en la pág. 260.)
A principios del siglo siguiente, Amasías de Judá recuperó Edom con mucho derramamiento de sangre (2 Rey. 14:7; 2 Crón. 25:11, 12), entrando a su territorio hasta Sela, la capital. Las cosas se invirtieron más tarde en ese siglo cuando Edom invadió Judá, cuando Acaz era rey (2 Crón. 28:17), tomando prisioneros de guerra y liberándose permanentemente del dominio de Judá.
Edom se convirtió en vasallo de Asiria, y más tarde cayó bajo el dominio de Babilonia, aunque periódicamente consideró la rebelión (Jer. 27). Las fuentes bíblicas y extrabíblicas guardan relativo silencio respecto a las actividades de Edom durante el tiempo de la destrucción de Judá por los babilonios en 587 a. de J.C., pero 1 Esdras 4:45 echa sobre las espaldas de Edom la culpa por quemar el templo. Esto no ha sido confirmado en otro lugar (cf. Lam. 4:21, 22).
En el siglo sexto a. de J.C., Edom mismo se estaba debilitando, según lo revelan fuentes arqueológicas. Los pueblos eran abandonados y los pobladores se mudaban (cf. 1 Mac. 5:65). Los árabes obtu vieron el control de esta zona geográfica entre los siglos VI y IV a. de J.C. (cf. Neh. 2:19; 4:7; 6:1). Los nabateos, en particular, desplazaron a los edomitas, forzando a algunos a internarse al sur de Judá, que llegó a ser conocida con el nombre helenizado de Idumea (1 Mac. 4:29), basado en "Edom", que es hebreo.
Este prolongado antagonismo entre Judá y Edom se hace evidente en Abdías, sirviendo como marco a la profecía.
La geografía también juega un papel en la profecía. La ubicación de Edom al oriente del Jordán estaba entre los despeñaderos rocosos que se eleva ban sobre del mar Muerto. Petra, la famosa ciudad de piedra construida por los nabateos, es un modelo de las defensas naturales de las que Edom podía depender. Su inaccesibilidad a los ataques lo llevó a la arrogancia y a la seguridad egocéntrica de su propia invulnerabilidad, y esto finalmente lo llevó al derrumbe.
ABDIAS Y SU LIBROAbdías no es solamente el libro más corto del AT, también tiene uno de los títulos más cortos, proveyendo poca información acerca de su autor. No se indican genealogía, lugar de nacimiento o de residencia. Solamente se nos dice que esta es "la visión de Abdías". Hasta el nombre del profeta podría ser simplemente un título, puesto que su significado, "siervo de Jehovah", a menudo se usa para describir a los profetas del AT (p. ej. 1 Rey, 14:18). Sin embargo, el nombre propio "Abdías"no es raro en heb., de modo que no hay una razón imperiosa para negárselo al autor de esta corta profecía.
Puesto que no tenemos más información provista explícitamente acerca de la identidad del autor, es difícil proveer una fecha exacta para las profecías. Cualquier sugerencia debe basarse sobre la evidencia del libro mismo (y véase la gráfica en la p. 656).
Parecería que el trasfondo para la profecía es un ataque sobre Israel por Edom (10–14) pero, como lo muestra la breve visión panorámica de la historia de las relaciones entre las dos naciones, éste podría haber sido cualquiera de un número de ocasiones en la vida nacional de Israel. La referencia más probable de estos versículos en Abdías es la caída y destrucción de Jerusalén en 587 a. de J.C. Este es el evento más claro en que Israel fue derrotado y saqueado (2 Rey. 25; 2 Crón. 36:17–21) y de la cual hay cuando menos alguna evidencia de la participación edomita (1 Esdras 4:45). Si esta reconstrucción es correcta, la profecía sería un cla mor de juicio sobre Edom por sus malas acciones contra Dios y su pueblo, y también un mensaje de esperanza de Dios, de que sus enemigos no quedarían sin castigo.
Aunque es el más corto de los libros proféticos, con solamente 21 versículos, Abdías se divide en dos secciones relacionadas entre sí. El primer oráculo se dirige específicamente contra Edom y está formado por tres oráculos más pequeños: los peligros del orgullo (2–4), conducta traicionera (5–7), un juicio que se aproxima (8, 9), y una lista de razones para el castigo de Edom (10 15). El segundo oráculo más importante en el libro describe cómo la suerte se vuelve en contra de las naciones que se opusieron a Judá (15–18), y la restauración final de su reino (19–21).
Los dos oráculos se unifican al compartir términos clave tales como "día" (8, 11–15), Jehovah como el que habla y como actor (1, 4, 8, 15, 18, 21) y el concepto del monte, el de Dios (Sion, vv. 17, 21) que finalmente gana superioridad sobre aquellos en los que los edomitas ponían tanta confianza (8, 9, 19, 21). El concepto teológico de "ojo por ojo" también une el breve libro, ocurriendo cuando menos cinco veces: el orgulloso será humillado (2, 3), los observadores pasivos del pillaje sufrirán ellos mismos ese destino (5 9, 11–14); dado que los sobrevivientes del ataque fueron perseguidos, Edom no tendrá sobrevivientes propios (14, 18); y los que desahuciaron a otros enfrentarán el desahucio (7, 14, 19). El concepto es declarado explícitamente en el v. 15, que es transicional.
BOSQUEJO DEL CONTENIDO1a Título1b-15 Edom: prototipo de los enemigos de Dios- 1b-9 Condena inminente
- 10-15 Las malas acciones de Edom
15-21 Israel y las naciones: juicio y liberación- 15-18 La suerte se vuelve en contra de los enemigos de Israel
19-21 La restauración de Israel