1 ¿Oyes cómo el evangelio,
Al cansado ofrece paz?
Pues segura, oh alma mía,
La promesa a ti se da;
Bien alguno en mí no veo,
Corrupción tan sólo hay;
Yo cansado y afligido
Busco alivio con afán.
2 En el arca la paloma
Encontró do reposar:
Para mi alma atribulada
El Señor arca será;
Combatido vengo, y crece
El diluvio sin cesar,
Ábreme, Jesús, y en vano
Rugirá la tempestad.
3 Amparada ya en tu seno,
Puede el alma respirar;
El reposo que prometes
Siempre da segura paz.
¡Oh!, cuán dulce en mis oídos
Fue tu acento celestial:
«Ven a mí, ven, que el descanso
Sólo en mi podrás hallar»