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  • Templo de Zorobabel

    (b) El Templo de Zorobabel. 

    Ciro permitió a los israelitas que construyeran un templo de sesenta codos de anchura y sesenta codos de altura (Esd. 6:3; cfr. Ant. 11:4, 6). 

    Esdras 6:3

    3 En el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden acerca de la casa de Dios, la cual estaba en Jerusalén, para que fuese la casa reedificada como lugar para ofrecer sacrificios, y que sus paredes fuesen firmes; su altura de sesenta codos, y de sesenta codos su anchura;

    No se hace mención de la longitud. Comenzado en el año 537 a.C., el segundo año después del retorno del exilio, fue acabado en el año 515, en el año sexto de Darío, a pesar de la oposición de los samaritanos (Esd. 3:8; 6:15; Contra Apión 1:21). 

    Esdras 3:8 

    Colocación de los cimientos del templo

    8 En el año segundo de su venida a la casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, Jesúa hijo de Josadac y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén; y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que activasen la obra de la casa de Jehová.

    Esdras 6:15

    15 Esta casa fue terminada el tercer día del mes de Adar, que era el sexto año del reinado del rey Darío.

    Las dimensiones de las panes del templo no se indican. 

    El nuevo edificio seguía las líneas básicas del Templo de Salomón, pero sin su esplendor (Esd. 3:12). 

    Esdras 3:12

    12 Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría.

    Sin embargo, tendría un destino aún más glorioso, a causa de la venida, ya más cercana entonces, de Jesucristo (Hag. 2:3, 9). 

    Hageo 2:3, 9

    3 ¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?

    9 La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.

    Se usaron cedros del Líbano (Esd. 3:7) y metales preciosos ofrecidos voluntariamente como durante la peregrinación por el desierto (Esd. 1:6; 2:68, 69). 

    Esdras 3:7

    7 Y dieron dinero a los albañiles y carpinteros; asimismo comida, bebida y aceite a los sidonios y tirios para que trajesen madera de cedro desde el Líbano por mar a Jope, conforme a la voluntad de Ciro rey de Persia acerca de esto.

    Esdras 1:6-11

    6 Y todos los que estaban en sus alrededores les ayudaron con plata y oro, con bienes y ganado, y con cosas preciosas, además de todo lo que se ofreció voluntariamente.

    7 Y el rey Ciro sacó los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén, y los había puesto en la casa de sus dioses.

    8 Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá.

    9 Y esta es la cuenta de ellos: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veintinueve cuchillos,

    10 treinta tazas de oro, otras cuatrocientas diez tazas de plata, y otros mil utensilios.

    11 Todos los utensilios de oro y de plata eran cinco mil cuatrocientos. Todos los hizo llevar Sesbasar con los que subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén.

    Esdras 2:68, 69

    68 Y algunos de los jefes de casas paternas, cuando vinieron a la casa de Jehová que estaba en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Dios, para reedificarla en su sitio.

    69 Según sus fuerzas dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil libras de plata, y cien túnicas sacerdotales.

    Se habían recuperado numerosos utensilios del Templo de Salomón (Esd. 1:7-11). 

    Esdras 1:7-11

    7 Y el rey Ciro sacó los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén, y los había puesto en la casa de sus dioses.

    8 Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá.

    9 Y esta es la cuenta de ellos: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veintinueve cuchillos,

    10 treinta tazas de oro, otras cuatrocientas diez tazas de plata, y otros mil utensilios.

    11 Todos los utensilios de oro y de plata eran cinco mil cuatrocientos. Todos los hizo llevar Sesbasar con los que subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén.

    Las paredes interiores se recubrieron de oro. 

    El Templo, como en el pasado, se dividía en Lugar Santísimo y lugar santo, indudablemente separados por un velo (1 Mac. 1:21, 22; 4:48, 51). 

    Sin embargo, el Lugar Santísimo estaba vacío, por cuanto el arca había desaparecido (Cicerón, pro Flac. 28; Tácito, Historias 5:9). 

    En el lugar santo se hallaba el altar del incienso y, al igual que en la época del Tabernáculo, sólo un candelero de oro y una sola mesa para los panes de la proposición (1 Mac. 1:21, 22; 4:49). 

    Las cámaras exteriores eran contiguas al edificio (Neh. 10:37-39; 12:44; 13:4; 1 Mac. 4:38), que rodeaban los atrios (Neh. 8:16; 13:7; Ant. 14:16, 2); había también un mar de bronce (Eclo. 1:3) y un altar para los holocaustos (Esd. 7:17), hecho de piedra (1 Mac. 4:44-47). 

    Nehemías 10:37-39 

    37 que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, y del vino y del aceite, para los sacerdotes, a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra para los levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades;

    38 y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibiesen el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro.

    39 Porque a las cámaras del tesoro han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino y del aceite; y allí estarán los utensilios del santuario, y los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores; y no abandonaremos la casa de nuestro Dios.

    Nehemías 12:44 

    Porciones para sacerdotes y levitas

    44 En aquel día fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para recoger en ellas, de los ejidos de las ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían.

    Nehemías 13:4

    4 Y antes de esto el sacerdote Eliasib, siendo jefe de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con Tobías,

    Nehemías 8:16 

    16 Salió, pues, el pueblo, y trajeron ramas e hicieron tabernáculos, cada uno sobre su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín.

    Nehemías 13:7

    7 para volver a Jerusalén; y entonces supe del mal que había hecho Eliasib por consideración a Tobías, haciendo para él una cámara en los atrios de la casa de Dios.

    Esdras 7:17

    17 Comprarás, pues, diligentemente con este dinero becerros, carneros y corderos, con sus ofrendas y sus libaciones, y los ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios, la cual está en Jerusalén.

    Una balaustrada de madera separaba el atrio de los sacerdotes del atrio exterior (Ant. 13:13, 5). 

    Había unas puertas para cerrar el templo y sus atrios (Neh. 6:10; 1 Mac. 4:38). 

    Nehemías 6:10

    10 Vine luego a casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado; el cual me dijo: Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte.

    (c) El Templo de Herodes. 

    El Templo de Herodes sobrepasó la belleza del anterior. Josefo, que lo conocía bien, lo describe detalladamente (Ant. 15:11; Guerras 5:5); también se dan datos en la Misná (Middoth). Antes de derribar el santuario antiguo, Herodes hizo preparar los materiales necesarios. 

    Los trabajos comenzaron el año decimoctavo del reinado de Herodes, en el año 20-19 a.C. Herodes asignó a los sacerdotes la tarea de construir la parte en la que sólo ellos tenían el derecho a entrar. 

    Un año y medio más tarde habían finalizado la tarea. Otros obreros tardaron ocho años para construir los pórticos. El edificio no fue acabado hasta la época del procurador Albino (62-64 d.C.; Ant. 15:11, 5-6; 20:9, 7; cfr. Jn. 2:20). 

    Juan 2:20

    20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?

    El conjunto ocupaba dos veces más espacio que el templo anterior (Guerras 1:21, 1). 

    La parte principal, hecha de bloques de piedra blanca, tenía la misma longitud y anchura que en la época de Salomón, pero la altura era de cuarenta codos, en lugar de treinta, sin contar una sala superior. 

    El edificio contenía un Lugar Santísimo y un Lugar santo, análogo a las etapas anteriores. Un velo separaba el Lugar santo del Santísimo, que estaba vacío (Guerras 5:5, 5). 

    Cuando Cristo expiró, este velo se rasgó por medio, de arriba abajo, significando que toda alma redimida puede, desde entonces, entrar en la misma presencia de Dios (Mt. 27:51; He. 6:19; 10:20). 

    Mateo 27:51 

    51 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;

    Hebreos 6:19 

    19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,

    Hebreos 10:20

    20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,

    En el Lugar santo había un altar de oro para el incienso, una mesa de oro para los panes de la proposición, y un candelero de oro. 

    Un gran pórtico al este llevaba a la puerta del Lugar santo. Esta puerta era de madera dorada y tenía cuatro hojas; delante de ella había un velo de lino fino, mezclado de azul, púrpura y carmesí. 

    Una enorme vid con grandes uvas decoraba el interior del pórtico. La parte trasera del templo y los dos laterales estaban rodeados de un edificio suplementario de una altura de cuarenta codos, albergando cuarenta y ocho cámaras (Guerras 6:4, 7). 

    Este anexo tenía asimismo dos alas. Una de ellas tenía una escalera de caracol. La longitud exterior de este anexo era de cien codos, y su anchura de cincuenta y cuatro. 

    Con las dos alas laterales, la anchura llegaba a los setenta codos. Encima del Lugar santo y del Santísimo había estancias. 

    Delante de la fachada había un pórtico de cien codos de largo y veinte de ancho. Herodes hizo poner encima de él un águila de oro (Ant. 17:6, 2-3; Guerras 1:33, 23). 

    Una escalera de doce peldaños descendía del pórtico del Lugar santo al atrio de los sacerdotes, que rodeaba al edificio sagrado. 

    En este patio se hallaba el altar para los holocaustos, con una altura de quince codos; su base era un cuadrado de cincuenta codos de lado. Este altar estaba provisto de una rampa de acceso. Había una fuente en lugar del mar de bronce. 

    Un muro de alrededor de un codo de espesor cerraba el atrio de los sacerdotes. Había un gran atrio que rodeaba a éste, dos veces más grande que el del antiguo templo, y rodeado por un muro de veinticinco codos. Contra este muro se alineaban las cámaras de almacenamiento (Guerras 6:5, 2). 

    Delante de estas cámaras se levantaba un pórtico cubierto que miraba a los lados del templo. La parte occidental de este gran atrio, que estaba separado por un muro de la parte oriental, constituía el atrio de Israel, donde sólo podían entrar los varones. 

    La parte oriental, el atrio de las mujeres, ocupaba un plano inferior. Del atrio de los hombres se abría una gran puerta en el centro del muro, y quince escalones llevaban al atrio de las mujeres, totalmente prohibido a los extranjeros. 

    Unas murallas separaban este atrio del atrio exterior, llamado también atrio de los gentiles, que estaba rodeado de magníficos pórticos. La Torre Antonia ocupaba el ángulo noroeste del atrio exterior, cortando sus pórticos. 

    Desde lo alto de sus torres se podían vigilar los edificios sagrados. Había inscripciones mediante las que se prohibía a los gentiles, bajo pena de muerte, entrar en los otros atrios. El triple muro de separación (cfr. Ef. 2:14) estaba atravesado por nueve puertas, recubiertas de oro y plata, y semejantes a torres (Hch. 3:2, 10). 

    Efesios 2:14

    14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,

    Hechos 3:2, 10

    2 Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.

    10 Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido.

    La diferencia de niveles era de quince codos entre el vestíbulo del Lugar santo y el atrio de los gentiles. 

    De aquel vestíbulo se descendían doce peldaños al atrio de los sacerdotes, quince peldaños más llevaban del atrio de Israel al de las mujeres; de allí, cinco peldaños más llevaban a la explanada, donde catorce gradas más llevaban al atrio de los gentiles. 

    Este atrio de los gentiles rodeaba totalmente el recinto sagrado y tenía la forma de un cuadrado (Guerras 6:5, 4). 

    Según Josefo, el perímetro era de seis estadios (1.110 m.) (Guerras 5:5, 2). 

    Estaba enlosado y sus pórticos estaban cubiertos de cedro tallado (Ant. 17:10, 2; cfr. Guerras 6:3, 2). 

    El pórtico meridional contaba con ciento sesenta y dos columnas repartidas en cuatro hileras que formaban una triple avenida. 

    Cada columna, tallada de un solo bloque de piedra blanca, tenía una altura de veinticinco codos. 

    El pórtico que iba a lo largo del muro oriental era considerado un resto del primer templo, y llevaba el nombre de pórtico de Salomón (Jn. 10:23; Hch. 3:11; Ant. 20:9, 7; Guerras 5:5,1). 

    Juan 10:23 

    23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.

    Hechos 3:11

    11 Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón.

    Es en el atrio de los gentiles que había cambistas y vendedores con permiso de comerciar (Mt. 21:12; Jn. 2:14). 

    Mateo 21:12 

    Purificación del templo

    12 Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;

    Juan 2:14

    14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.

    Unas imponentes murallas rodeaban todo el recinto. 

    Al oeste había cuatro puertas que rodeaban estas murallas: dos en su zona norte, que llevaban a los suburbios; la tercera, que llevaba hacia el valle de Tiropeón, en el lugar del arco de Wilson; la cuarta, más al sur, se dirigía al valle (Ant. 15:11, 5). 

    La muralla meridional tenía dos puertas, llamadas Hulda. 

    En la muralla oriental se hallaba la puerta llamada Susa. Además, Josefo menciona otra puerta de la muralla septentrional (Guerras 6:4, 1). 

    Durante el asedio de Jerusalén por parte de los romanos, en el año 70 d.C., los judíos incendiaron una parte del pórtico que comunicaba con la Torre Antonia. 

    A pesar de la prohibición de Tito, que quería salvar el Templo, un soldado romano le prendió fuego entonces (Guerras 6:3,1; 4:5; cfr. 5:1; 9:2). 

    Los romanos derribaron las murallas (7:1, 1). 

    En el año 136 d.C., o algo antes, el emperador Adriano erigió un santuario a Júpiter Capitolino sobre la explanada del Templo. 

    Juliano el Apóstata intentó, el año 363, reconstruir el Templo, a fin de refutar la profecía de Cristo (Mt. 24:1, 2). 

    Mateo 24:1, 2

    Jesús predice la destrucción del templo

    1 Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.

    2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.

    Los obreros, sin embargo, afirmaron después que llamaradas que surgían repetidas veces del suelo les impidieron echar los cimientos. 

    En el año 691, ’Abdal-Malik construyó, sobre la explanada del Templo, la «Cúpula de la Roca», que recibe erróneamente el nombre de «Mezquita de Omar». 

    (d) El Templo mesiánico futuro. 

    El profeta Ezequiel describe en su libro el Templo mesiánico (Ez. 40-48), que se hará realidad durante el Milenio (Véase EZEQUIEL [LIBRO DE]). 

    (e) Situación del Templo. 

    De manera general se acepta que el edificio principal del Templo se levantaba donde en la actualidad se levanta la «Cúpula de la Roca», en la explanada del Templo. 

    Asher S. Kaufman, en un prolijo estudio de campo y de fuentes históricas, documenta sin embargo que el cuerpo del santuario, orientado de oeste a este, tenía el Lugar Santísimo centrado en la pequeña cúpula Qubbat el-Arwah (ár.: «Cúpula de los Espíritus»), también llamada Qubbat el-Alouah (ár.: «Cúpula de las Tablas»). 

    Según M. de Vogüé, este último nombre se debía a que esta cúpula estaba dedicada a la memoria de las Tablas de la Ley. 

    Esto coincide con el hecho de que en el Santísimo estaba el arca, conteniendo las Tablas de la Ley (Vogüé, «Le Temple de Jerusalem», París, 1864, p. 105). 

    Kaufman da en su artículo una interesante reconstrucción doble del Templo de Salomón y de Zorobabel superpuestos a la explanada del monte del Templo. 

    El resultado es que en ambos casos el Templo, con el santuario, el atrio de los sacerdotes y altar del holocausto, así como el atrio exterior, ocupa el espacio libre de la explanada al norte, quedando su muro meridional a unos veintidós metros de la Cúpula de la Roca (véase Kaufman: «Where the Ancient Temple of Jerusalem Stood», en Biblical Archaeology Review, vol. IX, n.0 2, marzo/abril 1983, PP. 40-59). 

    (f) Sentido espiritual. 

    En sentido espiritual, Cristo habla de Su cuerpo como templo (Jn. 2:19); los cristianos son ahora el templo de Dios, en quienes mora el Espíritu de Dios. 

    Juan 2:19

    19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

    También el cuerpo de cada creyente en el Señor Jesús es un templo del Espíritu Santo (1 Co. 6:19).

    1 Corintios 6:19

    19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

    VÉASE: Salomón , Candelero , Pan de la proposición , Altar , Mar de bronce , Ezequiel (Libro de)
  • DICCIONARIO
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  • Templo de Zorobabel

    (b) El Templo de Zorobabel. 

    Ciro permitió a los israelitas que construyeran un templo de sesenta codos de anchura y sesenta codos de altura (Esd. 6:3; cfr. Ant. 11:4, 6). 

    Esdras 6:3

    3 En el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden acerca de la casa de Dios, la cual estaba en Jerusalén, para que fuese la casa reedificada como lugar para ofrecer sacrificios, y que sus paredes fuesen firmes; su altura de sesenta codos, y de sesenta codos su anchura;

    No se hace mención de la longitud. Comenzado en el año 537 a.C., el segundo año después del retorno del exilio, fue acabado en el año 515, en el año sexto de Darío, a pesar de la oposición de los samaritanos (Esd. 3:8; 6:15; Contra Apión 1:21). 

    Esdras 3:8 

    Colocación de los cimientos del templo

    8 En el año segundo de su venida a la casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, Jesúa hijo de Josadac y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén; y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que activasen la obra de la casa de Jehová.

    Esdras 6:15

    15 Esta casa fue terminada el tercer día del mes de Adar, que era el sexto año del reinado del rey Darío.

    Las dimensiones de las panes del templo no se indican. 

    El nuevo edificio seguía las líneas básicas del Templo de Salomón, pero sin su esplendor (Esd. 3:12). 

    Esdras 3:12

    12 Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría.

    Sin embargo, tendría un destino aún más glorioso, a causa de la venida, ya más cercana entonces, de Jesucristo (Hag. 2:3, 9). 

    Hageo 2:3, 9

    3 ¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?

    9 La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.

    Se usaron cedros del Líbano (Esd. 3:7) y metales preciosos ofrecidos voluntariamente como durante la peregrinación por el desierto (Esd. 1:6; 2:68, 69). 

    Esdras 3:7

    7 Y dieron dinero a los albañiles y carpinteros; asimismo comida, bebida y aceite a los sidonios y tirios para que trajesen madera de cedro desde el Líbano por mar a Jope, conforme a la voluntad de Ciro rey de Persia acerca de esto.

    Esdras 1:6-11

    6 Y todos los que estaban en sus alrededores les ayudaron con plata y oro, con bienes y ganado, y con cosas preciosas, además de todo lo que se ofreció voluntariamente.

    7 Y el rey Ciro sacó los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén, y los había puesto en la casa de sus dioses.

    8 Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá.

    9 Y esta es la cuenta de ellos: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veintinueve cuchillos,

    10 treinta tazas de oro, otras cuatrocientas diez tazas de plata, y otros mil utensilios.

    11 Todos los utensilios de oro y de plata eran cinco mil cuatrocientos. Todos los hizo llevar Sesbasar con los que subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén.

    Esdras 2:68, 69

    68 Y algunos de los jefes de casas paternas, cuando vinieron a la casa de Jehová que estaba en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Dios, para reedificarla en su sitio.

    69 Según sus fuerzas dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil libras de plata, y cien túnicas sacerdotales.

    Se habían recuperado numerosos utensilios del Templo de Salomón (Esd. 1:7-11). 

    Esdras 1:7-11

    7 Y el rey Ciro sacó los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén, y los había puesto en la casa de sus dioses.

    8 Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá.

    9 Y esta es la cuenta de ellos: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veintinueve cuchillos,

    10 treinta tazas de oro, otras cuatrocientas diez tazas de plata, y otros mil utensilios.

    11 Todos los utensilios de oro y de plata eran cinco mil cuatrocientos. Todos los hizo llevar Sesbasar con los que subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén.

    Las paredes interiores se recubrieron de oro. 

    El Templo, como en el pasado, se dividía en Lugar Santísimo y lugar santo, indudablemente separados por un velo (1 Mac. 1:21, 22; 4:48, 51). 

    Sin embargo, el Lugar Santísimo estaba vacío, por cuanto el arca había desaparecido (Cicerón, pro Flac. 28; Tácito, Historias 5:9). 

    En el lugar santo se hallaba el altar del incienso y, al igual que en la época del Tabernáculo, sólo un candelero de oro y una sola mesa para los panes de la proposición (1 Mac. 1:21, 22; 4:49). 

    Las cámaras exteriores eran contiguas al edificio (Neh. 10:37-39; 12:44; 13:4; 1 Mac. 4:38), que rodeaban los atrios (Neh. 8:16; 13:7; Ant. 14:16, 2); había también un mar de bronce (Eclo. 1:3) y un altar para los holocaustos (Esd. 7:17), hecho de piedra (1 Mac. 4:44-47). 

    Nehemías 10:37-39 

    37 que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, y del vino y del aceite, para los sacerdotes, a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra para los levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades;

    38 y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibiesen el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro.

    39 Porque a las cámaras del tesoro han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino y del aceite; y allí estarán los utensilios del santuario, y los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores; y no abandonaremos la casa de nuestro Dios.

    Nehemías 12:44 

    Porciones para sacerdotes y levitas

    44 En aquel día fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para recoger en ellas, de los ejidos de las ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían.

    Nehemías 13:4

    4 Y antes de esto el sacerdote Eliasib, siendo jefe de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con Tobías,

    Nehemías 8:16 

    16 Salió, pues, el pueblo, y trajeron ramas e hicieron tabernáculos, cada uno sobre su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín.

    Nehemías 13:7

    7 para volver a Jerusalén; y entonces supe del mal que había hecho Eliasib por consideración a Tobías, haciendo para él una cámara en los atrios de la casa de Dios.

    Esdras 7:17

    17 Comprarás, pues, diligentemente con este dinero becerros, carneros y corderos, con sus ofrendas y sus libaciones, y los ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios, la cual está en Jerusalén.

    Una balaustrada de madera separaba el atrio de los sacerdotes del atrio exterior (Ant. 13:13, 5). 

    Había unas puertas para cerrar el templo y sus atrios (Neh. 6:10; 1 Mac. 4:38). 

    Nehemías 6:10

    10 Vine luego a casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado; el cual me dijo: Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte.

    (c) El Templo de Herodes. 

    El Templo de Herodes sobrepasó la belleza del anterior. Josefo, que lo conocía bien, lo describe detalladamente (Ant. 15:11; Guerras 5:5); también se dan datos en la Misná (Middoth). Antes de derribar el santuario antiguo, Herodes hizo preparar los materiales necesarios. 

    Los trabajos comenzaron el año decimoctavo del reinado de Herodes, en el año 20-19 a.C. Herodes asignó a los sacerdotes la tarea de construir la parte en la que sólo ellos tenían el derecho a entrar. 

    Un año y medio más tarde habían finalizado la tarea. Otros obreros tardaron ocho años para construir los pórticos. El edificio no fue acabado hasta la época del procurador Albino (62-64 d.C.; Ant. 15:11, 5-6; 20:9, 7; cfr. Jn. 2:20). 

    Juan 2:20

    20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?

    El conjunto ocupaba dos veces más espacio que el templo anterior (Guerras 1:21, 1). 

    La parte principal, hecha de bloques de piedra blanca, tenía la misma longitud y anchura que en la época de Salomón, pero la altura era de cuarenta codos, en lugar de treinta, sin contar una sala superior. 

    El edificio contenía un Lugar Santísimo y un Lugar santo, análogo a las etapas anteriores. Un velo separaba el Lugar santo del Santísimo, que estaba vacío (Guerras 5:5, 5). 

    Cuando Cristo expiró, este velo se rasgó por medio, de arriba abajo, significando que toda alma redimida puede, desde entonces, entrar en la misma presencia de Dios (Mt. 27:51; He. 6:19; 10:20). 

    Mateo 27:51 

    51 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;

    Hebreos 6:19 

    19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,

    Hebreos 10:20

    20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,

    En el Lugar santo había un altar de oro para el incienso, una mesa de oro para los panes de la proposición, y un candelero de oro. 

    Un gran pórtico al este llevaba a la puerta del Lugar santo. Esta puerta era de madera dorada y tenía cuatro hojas; delante de ella había un velo de lino fino, mezclado de azul, púrpura y carmesí. 

    Una enorme vid con grandes uvas decoraba el interior del pórtico. La parte trasera del templo y los dos laterales estaban rodeados de un edificio suplementario de una altura de cuarenta codos, albergando cuarenta y ocho cámaras (Guerras 6:4, 7). 

    Este anexo tenía asimismo dos alas. Una de ellas tenía una escalera de caracol. La longitud exterior de este anexo era de cien codos, y su anchura de cincuenta y cuatro. 

    Con las dos alas laterales, la anchura llegaba a los setenta codos. Encima del Lugar santo y del Santísimo había estancias. 

    Delante de la fachada había un pórtico de cien codos de largo y veinte de ancho. Herodes hizo poner encima de él un águila de oro (Ant. 17:6, 2-3; Guerras 1:33, 23). 

    Una escalera de doce peldaños descendía del pórtico del Lugar santo al atrio de los sacerdotes, que rodeaba al edificio sagrado. 

    En este patio se hallaba el altar para los holocaustos, con una altura de quince codos; su base era un cuadrado de cincuenta codos de lado. Este altar estaba provisto de una rampa de acceso. Había una fuente en lugar del mar de bronce. 

    Un muro de alrededor de un codo de espesor cerraba el atrio de los sacerdotes. Había un gran atrio que rodeaba a éste, dos veces más grande que el del antiguo templo, y rodeado por un muro de veinticinco codos. Contra este muro se alineaban las cámaras de almacenamiento (Guerras 6:5, 2). 

    Delante de estas cámaras se levantaba un pórtico cubierto que miraba a los lados del templo. La parte occidental de este gran atrio, que estaba separado por un muro de la parte oriental, constituía el atrio de Israel, donde sólo podían entrar los varones. 

    La parte oriental, el atrio de las mujeres, ocupaba un plano inferior. Del atrio de los hombres se abría una gran puerta en el centro del muro, y quince escalones llevaban al atrio de las mujeres, totalmente prohibido a los extranjeros. 

    Unas murallas separaban este atrio del atrio exterior, llamado también atrio de los gentiles, que estaba rodeado de magníficos pórticos. La Torre Antonia ocupaba el ángulo noroeste del atrio exterior, cortando sus pórticos. 

    Desde lo alto de sus torres se podían vigilar los edificios sagrados. Había inscripciones mediante las que se prohibía a los gentiles, bajo pena de muerte, entrar en los otros atrios. El triple muro de separación (cfr. Ef. 2:14) estaba atravesado por nueve puertas, recubiertas de oro y plata, y semejantes a torres (Hch. 3:2, 10). 

    Efesios 2:14

    14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,

    Hechos 3:2, 10

    2 Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.

    10 Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido.

    La diferencia de niveles era de quince codos entre el vestíbulo del Lugar santo y el atrio de los gentiles. 

    De aquel vestíbulo se descendían doce peldaños al atrio de los sacerdotes, quince peldaños más llevaban del atrio de Israel al de las mujeres; de allí, cinco peldaños más llevaban a la explanada, donde catorce gradas más llevaban al atrio de los gentiles. 

    Este atrio de los gentiles rodeaba totalmente el recinto sagrado y tenía la forma de un cuadrado (Guerras 6:5, 4). 

    Según Josefo, el perímetro era de seis estadios (1.110 m.) (Guerras 5:5, 2). 

    Estaba enlosado y sus pórticos estaban cubiertos de cedro tallado (Ant. 17:10, 2; cfr. Guerras 6:3, 2). 

    El pórtico meridional contaba con ciento sesenta y dos columnas repartidas en cuatro hileras que formaban una triple avenida. 

    Cada columna, tallada de un solo bloque de piedra blanca, tenía una altura de veinticinco codos. 

    El pórtico que iba a lo largo del muro oriental era considerado un resto del primer templo, y llevaba el nombre de pórtico de Salomón (Jn. 10:23; Hch. 3:11; Ant. 20:9, 7; Guerras 5:5,1). 

    Juan 10:23 

    23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.

    Hechos 3:11

    11 Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón.

    Es en el atrio de los gentiles que había cambistas y vendedores con permiso de comerciar (Mt. 21:12; Jn. 2:14). 

    Mateo 21:12 

    Purificación del templo

    12 Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;

    Juan 2:14

    14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.

    Unas imponentes murallas rodeaban todo el recinto. 

    Al oeste había cuatro puertas que rodeaban estas murallas: dos en su zona norte, que llevaban a los suburbios; la tercera, que llevaba hacia el valle de Tiropeón, en el lugar del arco de Wilson; la cuarta, más al sur, se dirigía al valle (Ant. 15:11, 5). 

    La muralla meridional tenía dos puertas, llamadas Hulda. 

    En la muralla oriental se hallaba la puerta llamada Susa. Además, Josefo menciona otra puerta de la muralla septentrional (Guerras 6:4, 1). 

    Durante el asedio de Jerusalén por parte de los romanos, en el año 70 d.C., los judíos incendiaron una parte del pórtico que comunicaba con la Torre Antonia. 

    A pesar de la prohibición de Tito, que quería salvar el Templo, un soldado romano le prendió fuego entonces (Guerras 6:3,1; 4:5; cfr. 5:1; 9:2). 

    Los romanos derribaron las murallas (7:1, 1). 

    En el año 136 d.C., o algo antes, el emperador Adriano erigió un santuario a Júpiter Capitolino sobre la explanada del Templo. 

    Juliano el Apóstata intentó, el año 363, reconstruir el Templo, a fin de refutar la profecía de Cristo (Mt. 24:1, 2). 

    Mateo 24:1, 2

    Jesús predice la destrucción del templo

    1 Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.

    2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.

    Los obreros, sin embargo, afirmaron después que llamaradas que surgían repetidas veces del suelo les impidieron echar los cimientos. 

    En el año 691, ’Abdal-Malik construyó, sobre la explanada del Templo, la «Cúpula de la Roca», que recibe erróneamente el nombre de «Mezquita de Omar». 

    (d) El Templo mesiánico futuro. 

    El profeta Ezequiel describe en su libro el Templo mesiánico (Ez. 40-48), que se hará realidad durante el Milenio (Véase EZEQUIEL [LIBRO DE]). 

    (e) Situación del Templo. 

    De manera general se acepta que el edificio principal del Templo se levantaba donde en la actualidad se levanta la «Cúpula de la Roca», en la explanada del Templo. 

    Asher S. Kaufman, en un prolijo estudio de campo y de fuentes históricas, documenta sin embargo que el cuerpo del santuario, orientado de oeste a este, tenía el Lugar Santísimo centrado en la pequeña cúpula Qubbat el-Arwah (ár.: «Cúpula de los Espíritus»), también llamada Qubbat el-Alouah (ár.: «Cúpula de las Tablas»). 

    Según M. de Vogüé, este último nombre se debía a que esta cúpula estaba dedicada a la memoria de las Tablas de la Ley. 

    Esto coincide con el hecho de que en el Santísimo estaba el arca, conteniendo las Tablas de la Ley (Vogüé, «Le Temple de Jerusalem», París, 1864, p. 105). 

    Kaufman da en su artículo una interesante reconstrucción doble del Templo de Salomón y de Zorobabel superpuestos a la explanada del monte del Templo. 

    El resultado es que en ambos casos el Templo, con el santuario, el atrio de los sacerdotes y altar del holocausto, así como el atrio exterior, ocupa el espacio libre de la explanada al norte, quedando su muro meridional a unos veintidós metros de la Cúpula de la Roca (véase Kaufman: «Where the Ancient Temple of Jerusalem Stood», en Biblical Archaeology Review, vol. IX, n.0 2, marzo/abril 1983, PP. 40-59). 

    (f) Sentido espiritual. 

    En sentido espiritual, Cristo habla de Su cuerpo como templo (Jn. 2:19); los cristianos son ahora el templo de Dios, en quienes mora el Espíritu de Dios. 

    Juan 2:19

    19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

    También el cuerpo de cada creyente en el Señor Jesús es un templo del Espíritu Santo (1 Co. 6:19).

    1 Corintios 6:19

    19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

    VÉASE:
    Salomón , Candelero , Pan de la proposición , Altar , Mar de bronce , Ezequiel (Libro de)
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