Diccionario
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  • Salvador
    (SALVADOR). Tanto el AT como el NT están centrados en la concepción de la «salvación», basada sobre el hecho de que el hombre, totalmente arruinado por la caída, y por ello mismo destinado a la muerte y a la perdición eternas, tiene necesidad de ser rescatado y salvado mediante la intervención de un Salvador divino. Así, el mensaje bíblico se distingue claramente de una mera moral religiosa que dé al hombre consejos de buena conducta o que preconice la mejora del hombre mediante sus propios esfuerzos.

    También se halla a una inmensa distancia de un frío deísmo, en el que la lejana divinidad se mantenga indiferente a la suerte de sus criaturas. En el Antiguo Testamento: En el AT el Señor se revela como el Dios Salvador. Éste es, entre una multitud de otros, Su más entrañable título en relación con nosotros, el más bello de ellos (2 S. 22:2-3).

    2 Samuel 22:2-3

    2 Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador;

    3 Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste.

    Él es el redentor, el único Salvador de Israel (Is. 25:9; 41:14; 43:3, 11; 49:26), y ello de toda la eternidad (Is. 63:8, 16).

    Isaías 25:9

    9 Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación.

    Isaías 41:14

    14 No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor.

    Isaías 43:3, 11

    3 Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.

    11 Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.

    Isaías 49:26

    26 Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

    Isaías 63:8, 16

    8 Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador.

    16 Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre.

    Ya en Egipto empezó a manifestarse en este carácter, al decir: «Yo soy JEHOVÁ... yo os libraré» (Éx. 6:6).

    Éxodo 6:6

    6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes;

    Él liberó a Su pueblo del horno de aflicción, del ángel exterminador, del amenazador mar Rojo, y Moisés exclama, ante todo ello: «Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová, escudo de tu socorro, y espada de tu triunfo?» (Dt. 33:29).

    Deuteronomio 33:29

    29 Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, Pueblo salvo por Jehová, Escudo de tu socorro, Y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas.

    No se trata de los miles de medios que emplea Dios, sino que es el mismo Dios, Su presencia, Su intervención victoriosa, lo que salva (1 S. 14:6; 17:47).

    1 Samuel 14:6

    6 Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos.

    1 Samuel 17:47

    47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.

    David exclama: «Dios mío... el fuerte de mi salvación» (2 S. 22:3). ¿Quién es el que puede resistir, cuando Dios se levanta para salvar a todos los mansos de la tierra? (cfr. Sal. 76:8-10).

    2 Samuel 22:3

    3 Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste.

    Salmos 76:8-10

    8 Desde los cielos hiciste oír juicio; La tierra tuvo temor y quedó suspensa

    9 Cuando te levantaste, oh Dios, para juzgar, Para salvar a todos los mansos de la tierra. Selah

    10 Ciertamente la ira del hombre te alabará; Tú reprimirás el resto de las iras.

    Él salva a Sus hijos, frecuentemente rebeldes, a causa de Su nombre, para manifestar Su poder (Sal. 106:8).

    Salmos 106:8

    8 Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder.

    El profeta puede decir a Sion: «Jehová está en medio de fi, poderoso, él salvará» (Sof. 3:17), y el salmista no deja de ensalzar la salvación de Dios (Sal. 3:8; 18:46; 37:39; 40:17; 42:5; 62:7; 71:15; 98:2-3, etc.).

    Sofonías 3:17

    17 Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.

    Salmos 3:8

    8 La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición. Selah

    Salmos 18:46

    46 Viva Jehová, y bendita sea mi roca, Y enaltecido sea el Dios de mi salvación;

    Salmos 37:39

    39 Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.

    Salmos 40:17

    17 Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.

    Salmos 42:5

    5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

    Salmos 62:7

    7 En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.

    Salmos 71:15

    15 Mi boca publicará tu justicia Y tus hechos de salvación todo el día, Aunque no sé su número.

    Salmos 98:2-3

    2 Jehová ha hecho notoria su salvación; A vista de las naciones ha descubierto su justicia.

    3 Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel; Todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.

    Esta salvación comporta además todas las liberaciones, tanto terrenas como espirituales. El Señor salva de la angustia y de las asechanzas de los malvados (Sal. 37:39; 59:2);

    Salmos 37:39

    39 Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.

    Salmos 59:2

    2 Líbrame de los que cometen iniquidad, Y sálvame de hombres sanguinarios.

    Él salva otorgando el perdón de los pecados, dando respuesta a la oración, impartiendo gozo y paz (Sal. 79:9; 51:12; 60:6; 18:27; 34:6, 18).

    Salmos 79:9

    9 Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.

    Salmos 51:12

    12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.

    Salmos 60:6

    6 Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegraré; Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.

    Salmos 18:27

    27 Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos altivos.

    Salmos 34:6, 18

    6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.

    18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.

    Sin embargo, el Dios Salvador, en el Antiguo Pacto, no se manifiesta aún de una manera plena; se halla incluso escondido (Is. 45:15).

    Isaías 45:15

    15 Verdaderamente tú eres Dios que te encubres, Dios de Israel, que salvas.

    El Señor responde a la humanidad sufriente que le pide romper los cielos y descender en su socorro: «Esforzáos... he aquí que vuestro Dios viene... Dios mismo vendrá, y os salvará» (Is. 35:4).

    Isaías 35:4

    4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.

    En el Nuevo Testamento: Cristo es ya de entrada presentado como el Salvador, y no sólo como un Maestro, amigo o modelo de conducta. El ángel dice a José: «Llamarás su nombre Jesús (Jehová salva), porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.» Zacarías bendijo al Señor por haber levantado «un poderoso Salvador» (Lc. 1:69).

    Lucas 1:69

    69 Y nos levantó un poderoso Salvador En la casa de David su siervo,

    No hay salvación en nadie más (Hch. 4:12).

    Hechos 4:12

    12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

    Jesús es el autor de nuestra salvación (He. 2:10; 5:9).

    Hebreos 2:10

    10 Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.

    Hebreos 5:9

    9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;

    Dios envió a Su Hijo como salvador del mundo (1 Jn. 4:14), no para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él (Jn. 3:17; 12:47).

    1 Juan 4:14

    14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.

    Juan 3:17

    17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

    Juan 12:47

    47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.

    El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lc. 19:10); vino, no para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas (Lc. 9:56).

    Lucas 19:10

    10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

    Lucas 9:56

    56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.

    La verdadera dicha es la alcanzada por aquellos que pueden exclamar: «Sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo» (Lc. 4:42).

    Lucas 4:42

    42 Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos.

    En el Nuevo Pacto, el término de la salvación se aplica casi exclusivamente a la redención y a la salvación eterna. La salvación viene de los judíos (Jn. 4:22).

    Juan 4:22

    22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.

    El Evangelio es la palabra de la salvación predicada en todo lugar (Hch. 13:26; 16:17; 28:28; Ef. 1:13); es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree (Ro. 1:16).

    Hechos 13:26

    26 Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.

    Hechos 16:17

    17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación.

    Hechos 28:28

    28 Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán.

    Efesios 1:13

    13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

    Romanos 1:16

    16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

    La gracia de Dios es la fuente de la salvación (Tit. 2:11), que está en Jesucristo (2 Ti. 2:10).

    Tito 2:11

    11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,

    2 Timoteo 2:10

    10 Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.

    Dios nos llama a que recibamos la salvación (1 Ts. 5:9; 2 Ts. 2:13).

    1 Tesalonicenses 5:9

    9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,

    2 Tesalonicenses 2:13

    13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,

    Es confesando con la boca que llegamos a la salvación (Ro. 10:10); tenemos que ocuparnos en nuestra salvación con temor y temblor (Fil. 2:12).

    Romanos 10:10

    10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

    Filipenses 2:12

    12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,

    Somos guardados por el poder de Dios mediante la fe para alcanzar la salvación (1 P. 1:5, 9).

    1 Pedro 1:5, 9

    5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

    9 obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

    Mientras tanto, esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo (Fil. 3:20), por cuanto se acerca el momento en que se revelará plenamente la salvación conseguida en el Calvario (Ro. 13:11; Ap. 12:10).

    Filipenses 3:20

    20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

    Romanos 13:11

    11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.

    Apocalipsis 12:10

    10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.

    No escapará el que menosprecie una salvación tan grande (He. 2:3).

    Hebreos 2:3

    3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,

    Al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos (Jud. 25).

    Judas 25

    25 al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.

    Bibliografía:

    Anderson, Sir R.: «El Evangelio y su ministerio» (Pub. Portavoz Evangélico, Grand Rapids, en prep.); Blanchard, J.: «Aceptado por Dios» (El Estandarte de la Verdad, Edimburgo, 1974);

    Chafer, L. S: «El camino de la salvación» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1972); Chafer, L. S: «Grandes temas bíblicos» (Pub. Portavoz Evangélico, 1976); Finney, C. G.: «El amor de Dios por un mundo pecador» (Clíe, Terrassa, 1984);

    Ironside, H. A.: «Grandes palabras del Evangelio» (Ed. Moody, Chicago, S/f); Lacueva, F.: «La Persona y la Obra de Jesucristo» (Ed. Clíe, Terrassa, 1979);

    Lacueva, F.: «Doctrinas de la gracia» (Clíe, Terrassa, 1975); Lacueva, F.: «El hombre: su grandeza y su miseria» (Clíe, Terrassa, 1976);

    Moody, D. L.: «El camino hacia Dios» (Ed. Moody, Chicago, s/f); Ryrie, C. C.: «La gracia de Dios» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1979);

    Spurgeon, C. H.: «No hay otro Evangelio» (Estandarte de la Verdad, Barcelona, 1966);

    Spurgeon, C. H.: «Ganadores de hombres» (Clíe, Terrassa, 1984); Stott, J. W. R.: «Las controversias de Jesús» (Certeza, Buenos Aires, 1975);

    Warfield, B. B.: «El plan de la salvación» (Confraternidad Calvinista Americana, México D. F., 1966);

    Wolston, W. T. P.: «En pos de la luz» (Verdades Bíblicas, Apdo. 1469, Lima 100, Perú, 1982).

    VÉASE: Salvación
  • DICCIONARIO
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  • Salvador
    (SALVADOR). Tanto el AT como el NT están centrados en la concepción de la «salvación», basada sobre el hecho de que el hombre, totalmente arruinado por la caída, y por ello mismo destinado a la muerte y a la perdición eternas, tiene necesidad de ser rescatado y salvado mediante la intervención de un Salvador divino. Así, el mensaje bíblico se distingue claramente de una mera moral religiosa que dé al hombre consejos de buena conducta o que preconice la mejora del hombre mediante sus propios esfuerzos.

    También se halla a una inmensa distancia de un frío deísmo, en el que la lejana divinidad se mantenga indiferente a la suerte de sus criaturas. En el Antiguo Testamento: En el AT el Señor se revela como el Dios Salvador. Éste es, entre una multitud de otros, Su más entrañable título en relación con nosotros, el más bello de ellos (2 S. 22:2-3).

    2 Samuel 22:2-3

    2 Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador;

    3 Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste.

    Él es el redentor, el único Salvador de Israel (Is. 25:9; 41:14; 43:3, 11; 49:26), y ello de toda la eternidad (Is. 63:8, 16).

    Isaías 25:9

    9 Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación.

    Isaías 41:14

    14 No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor.

    Isaías 43:3, 11

    3 Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.

    11 Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.

    Isaías 49:26

    26 Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

    Isaías 63:8, 16

    8 Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador.

    16 Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre.

    Ya en Egipto empezó a manifestarse en este carácter, al decir: «Yo soy JEHOVÁ... yo os libraré» (Éx. 6:6).

    Éxodo 6:6

    6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes;

    Él liberó a Su pueblo del horno de aflicción, del ángel exterminador, del amenazador mar Rojo, y Moisés exclama, ante todo ello: «Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová, escudo de tu socorro, y espada de tu triunfo?» (Dt. 33:29).

    Deuteronomio 33:29

    29 Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, Pueblo salvo por Jehová, Escudo de tu socorro, Y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas.

    No se trata de los miles de medios que emplea Dios, sino que es el mismo Dios, Su presencia, Su intervención victoriosa, lo que salva (1 S. 14:6; 17:47).

    1 Samuel 14:6

    6 Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos.

    1 Samuel 17:47

    47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.

    David exclama: «Dios mío... el fuerte de mi salvación» (2 S. 22:3). ¿Quién es el que puede resistir, cuando Dios se levanta para salvar a todos los mansos de la tierra? (cfr. Sal. 76:8-10).

    2 Samuel 22:3

    3 Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste.

    Salmos 76:8-10

    8 Desde los cielos hiciste oír juicio; La tierra tuvo temor y quedó suspensa

    9 Cuando te levantaste, oh Dios, para juzgar, Para salvar a todos los mansos de la tierra. Selah

    10 Ciertamente la ira del hombre te alabará; Tú reprimirás el resto de las iras.

    Él salva a Sus hijos, frecuentemente rebeldes, a causa de Su nombre, para manifestar Su poder (Sal. 106:8).

    Salmos 106:8

    8 Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder.

    El profeta puede decir a Sion: «Jehová está en medio de fi, poderoso, él salvará» (Sof. 3:17), y el salmista no deja de ensalzar la salvación de Dios (Sal. 3:8; 18:46; 37:39; 40:17; 42:5; 62:7; 71:15; 98:2-3, etc.).

    Sofonías 3:17

    17 Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.

    Salmos 3:8

    8 La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición. Selah

    Salmos 18:46

    46 Viva Jehová, y bendita sea mi roca, Y enaltecido sea el Dios de mi salvación;

    Salmos 37:39

    39 Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.

    Salmos 40:17

    17 Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.

    Salmos 42:5

    5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

    Salmos 62:7

    7 En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.

    Salmos 71:15

    15 Mi boca publicará tu justicia Y tus hechos de salvación todo el día, Aunque no sé su número.

    Salmos 98:2-3

    2 Jehová ha hecho notoria su salvación; A vista de las naciones ha descubierto su justicia.

    3 Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel; Todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.

    Esta salvación comporta además todas las liberaciones, tanto terrenas como espirituales. El Señor salva de la angustia y de las asechanzas de los malvados (Sal. 37:39; 59:2);

    Salmos 37:39

    39 Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.

    Salmos 59:2

    2 Líbrame de los que cometen iniquidad, Y sálvame de hombres sanguinarios.

    Él salva otorgando el perdón de los pecados, dando respuesta a la oración, impartiendo gozo y paz (Sal. 79:9; 51:12; 60:6; 18:27; 34:6, 18).

    Salmos 79:9

    9 Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.

    Salmos 51:12

    12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.

    Salmos 60:6

    6 Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegraré; Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.

    Salmos 18:27

    27 Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos altivos.

    Salmos 34:6, 18

    6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.

    18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.

    Sin embargo, el Dios Salvador, en el Antiguo Pacto, no se manifiesta aún de una manera plena; se halla incluso escondido (Is. 45:15).

    Isaías 45:15

    15 Verdaderamente tú eres Dios que te encubres, Dios de Israel, que salvas.

    El Señor responde a la humanidad sufriente que le pide romper los cielos y descender en su socorro: «Esforzáos... he aquí que vuestro Dios viene... Dios mismo vendrá, y os salvará» (Is. 35:4).

    Isaías 35:4

    4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.

    En el Nuevo Testamento: Cristo es ya de entrada presentado como el Salvador, y no sólo como un Maestro, amigo o modelo de conducta. El ángel dice a José: «Llamarás su nombre Jesús (Jehová salva), porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.» Zacarías bendijo al Señor por haber levantado «un poderoso Salvador» (Lc. 1:69).

    Lucas 1:69

    69 Y nos levantó un poderoso Salvador En la casa de David su siervo,

    No hay salvación en nadie más (Hch. 4:12).

    Hechos 4:12

    12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

    Jesús es el autor de nuestra salvación (He. 2:10; 5:9).

    Hebreos 2:10

    10 Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.

    Hebreos 5:9

    9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;

    Dios envió a Su Hijo como salvador del mundo (1 Jn. 4:14), no para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él (Jn. 3:17; 12:47).

    1 Juan 4:14

    14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.

    Juan 3:17

    17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

    Juan 12:47

    47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.

    El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lc. 19:10); vino, no para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas (Lc. 9:56).

    Lucas 19:10

    10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

    Lucas 9:56

    56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.

    La verdadera dicha es la alcanzada por aquellos que pueden exclamar: «Sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo» (Lc. 4:42).

    Lucas 4:42

    42 Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos.

    En el Nuevo Pacto, el término de la salvación se aplica casi exclusivamente a la redención y a la salvación eterna. La salvación viene de los judíos (Jn. 4:22).

    Juan 4:22

    22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.

    El Evangelio es la palabra de la salvación predicada en todo lugar (Hch. 13:26; 16:17; 28:28; Ef. 1:13); es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree (Ro. 1:16).

    Hechos 13:26

    26 Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.

    Hechos 16:17

    17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación.

    Hechos 28:28

    28 Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán.

    Efesios 1:13

    13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

    Romanos 1:16

    16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

    La gracia de Dios es la fuente de la salvación (Tit. 2:11), que está en Jesucristo (2 Ti. 2:10).

    Tito 2:11

    11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,

    2 Timoteo 2:10

    10 Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.

    Dios nos llama a que recibamos la salvación (1 Ts. 5:9; 2 Ts. 2:13).

    1 Tesalonicenses 5:9

    9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,

    2 Tesalonicenses 2:13

    13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,

    Es confesando con la boca que llegamos a la salvación (Ro. 10:10); tenemos que ocuparnos en nuestra salvación con temor y temblor (Fil. 2:12).

    Romanos 10:10

    10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

    Filipenses 2:12

    12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,

    Somos guardados por el poder de Dios mediante la fe para alcanzar la salvación (1 P. 1:5, 9).

    1 Pedro 1:5, 9

    5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

    9 obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

    Mientras tanto, esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo (Fil. 3:20), por cuanto se acerca el momento en que se revelará plenamente la salvación conseguida en el Calvario (Ro. 13:11; Ap. 12:10).

    Filipenses 3:20

    20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

    Romanos 13:11

    11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.

    Apocalipsis 12:10

    10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.

    No escapará el que menosprecie una salvación tan grande (He. 2:3).

    Hebreos 2:3

    3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,

    Al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos (Jud. 25).

    Judas 25

    25 al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.

    Bibliografía:

    Anderson, Sir R.: «El Evangelio y su ministerio» (Pub. Portavoz Evangélico, Grand Rapids, en prep.); Blanchard, J.: «Aceptado por Dios» (El Estandarte de la Verdad, Edimburgo, 1974);

    Chafer, L. S: «El camino de la salvación» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1972); Chafer, L. S: «Grandes temas bíblicos» (Pub. Portavoz Evangélico, 1976); Finney, C. G.: «El amor de Dios por un mundo pecador» (Clíe, Terrassa, 1984);

    Ironside, H. A.: «Grandes palabras del Evangelio» (Ed. Moody, Chicago, S/f); Lacueva, F.: «La Persona y la Obra de Jesucristo» (Ed. Clíe, Terrassa, 1979);

    Lacueva, F.: «Doctrinas de la gracia» (Clíe, Terrassa, 1975); Lacueva, F.: «El hombre: su grandeza y su miseria» (Clíe, Terrassa, 1976);

    Moody, D. L.: «El camino hacia Dios» (Ed. Moody, Chicago, s/f); Ryrie, C. C.: «La gracia de Dios» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1979);

    Spurgeon, C. H.: «No hay otro Evangelio» (Estandarte de la Verdad, Barcelona, 1966);

    Spurgeon, C. H.: «Ganadores de hombres» (Clíe, Terrassa, 1984); Stott, J. W. R.: «Las controversias de Jesús» (Certeza, Buenos Aires, 1975);

    Warfield, B. B.: «El plan de la salvación» (Confraternidad Calvinista Americana, México D. F., 1966);

    Wolston, W. T. P.: «En pos de la luz» (Verdades Bíblicas, Apdo. 1469, Lima 100, Perú, 1982).

    VÉASE:
    Salvación
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