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  • Peregrinación por el desierto

    Las experiencias de los israelitas en su estancia en el desierto, desde su salida de Egipto hasta su entrada en Canaán, durante cuarenta años. Los israelitas fueron siempre dirigidos por Dios en cuanto a sus viajes y cuándo y dónde plantar y levantar el campamento, haciéndolos andar errantes debido a su pecado (cfr. Nm. 32:13). 

    Números 32:13

    13 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años por el desierto, hasta que fue acabada toda aquella generación que había hecho mal delante de Jehová.

    (a) Límites y extensión del desierto. Este gran país desértico presenta la forma de un triángulo, cuya base está constituida por la costa sureste del Mediterráneo y por la frontera meridional con Palestina. Su límite occidental está formado por las depresiones en las que se hallan el golfo de Suez y los lagos Amargos. 

    El lado oriental corre a lo largo del golfo de Ákaba y de la depresión del Arabá. La base del triángulo mide alrededor de 322 Km., y su superficie es de alrededor de los 57.000 km2. Este territorio podría llamarse «desierto de las peregrinaciones», en árabe Bãdiyat et-Tîh, término éste que tan sólo se aplica a la altiplanicie situada al norte del Sinaí. 

    Los pueblos de la antigüedad evitaban estas regiones estériles. Los israelitas fijaron los limites meridionales de la Tierra Prometida en la vecindad inmediata de este territorio. Los egipcios mantenían fortificaciones hasta allí donde comenzaba esta zona de desierto. 

    (b) Las cuatro regiones características de este territorio triangular. 

    (A) La parte arenosa, que se extiende como una franja a lo largo del Mediterráneo, desde Filistea hasta la frontera con Egipto y más allá. Esta franja gira hacia el sur, rebasa Suez a unos 16 Km. y se corresponde con el desierto de Shur (Gn. 16:7). 

    Génesis 16:7

    7 Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.

    (B) Al norte y al centro, el triángulo está constituido por una altiplanicie calcárea, árida, con una altura entre los 600 y 762 m.; desciende hacia la zona arenosa de la costa mediterránea, y está cubierta de colinas al noreste. Una cadena de montes de 1.220 metros y más de altura encierra el resto del perímetro. 

    Esta cadena recibe en la actualidad el nombre de Jebel et-Tîh. En medio de este vasto territorio desértico hay lechos de torrentes que sólo llevan agua cuando se dan lluvias. La altiplanicie calcárea, con sus ramificaciones montañosas al noreste, se llamaba desierto de Parán (Nm. 10:11, 12; 13:26; 1 S. 25:1). 

    Números 10:11, 12 

    Los israelitas salen de Sinaí

    11 En el año segundo, en el mes segundo, a los veinte días del mes, la nube se alzó del tabernáculo del testimonio.

    12 Y partieron los hijos de Israel del desierto de Sinaí según el orden de marcha; y se detuvo la nube en el desierto de Parán.

    Números 13:26 

    26 Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra.

    1 Samuel 25:1

    David y Abigail

    1 Murió Samuel, y se juntó todo Israel, y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá. Y se levantó David y se fue al desierto de Parán.

    Los israelitas vagaron por esta región durante treinta y ocho años. A esta región, situada entre Horeb y Cades, se la llama «aquel grande y terrible desierto» (Dt. 1:19). 

    Deuteronomio 1:19

    Misión de los doce espías

    19 Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades- barnea.

    Sin embargo, los wadis tienen algo de vegetación, especialmente después de las lluvias. En los alrededores de Cades, y a lo largo del Arabá, hay numerosas fuentes cuya agua puede ser aprovechada cavando pozos. 

    (C) Unos estratos de arenisca cruzan la península, al sur de la cadena de Jebel et-Tîh. Esta zona, también arenosa, tiene una altura de alrededor de 457 m. Es muy rica en yacimientos minerales. 

    (D) La cuarta región del triángulo consiste en macizos calcáreos cerca del monte Sinaí. 

    (c) La peregrinación de cuarenta años en el desierto. El registro bíblico afirma en varias ocasiones que había entonces seiscientos mil israelitas por encima de los veinte años de edad, lo que implicaría una población de unos dos millones de personas. 

    Esta multitud subsistió en el desierto gracias a la ayuda y milagros de Dios. Cuando el pueblo estaba a punto de entrar en Canaán, Moisés les recordó que durante todas sus peregrinaciones Dios los había traído «como trae al hombre a su hijo» (Dt. 1:31). 

    Deuteronomio 1:31

    31 Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.

    El milagro del maná se produjo por vez primera en el desierto de Sin, renovándose cotidianamente durante cuarenta años, hasta llegar a la frontera de Canaán (Éx. 16:1, 4, 14, 15, 35). 

    Éxodo 16:1, 4, 14, 15, 35

    Dios da el maná

    1 Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto.

    4 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.

    14 Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra.

    15 Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer.

    35 Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán.

    El milagro de las codornices, dado como señal, fue limitado en el tiempo (Éx. 16:12, 13). 

    Éxodo 16:12, 13

    12 Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: Al caer la tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios.

    13 Y venida la tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento; y por la mañana descendió rocío en derredor del campamento.

    En Refidim hallaron agua (Éx. 17:3-4). 

    Éxodo 17:3-4

    3 Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?

    4 Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.

    En el segundo año se les volvió a dar codornices durante un mes (Nm. 10:11; 11:4-6, 31). 

    Números 10:11 

    Los israelitas salen de Sinaí

    11 En el año segundo, en el mes segundo, a los veinte días del mes, la nube se alzó del tabernáculo del testimonio.

    Números 11:4-6, 31

    4 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!

    5 Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos;

    6 y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.

    31 Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra.

    Al final de los cuarenta años, en Cades, Dios hizo salir agua de la roca (Nm. 20:2-11). 

    Números 20:2-11

    2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.

    3 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová!

    4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias?

    5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber.

    6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos.

    7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

    8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.

    9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.

    10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?

    11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.

    Sin embargo, el pueblo sufrió mucho en el desierto, especialmente debido a sus murmuraciones y a su resistencia a Dios (Dt. 1:19; 8:15; Éx. 17:1, 2, 3; Nm. 20:2; 10:33 y 11:1, 34, 35; 21:4, 5, 6; Dt. 8:12-18). 

    Deuteronomio 1:19 

    Misión de los doce espías

    19 Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades- barnea.

    Deuteronomio 8:15 

    15 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;

    Éxodo 17:1, 2, 3 

    Agua de la roca

    1 Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese.

    2 Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová?

    3 Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?

    Números 20:2 

    2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.

    Números 10:33

    33 Así partieron del monte de Jehová camino de tres días; y el arca del pacto de Jehová fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso.

    Números 11:1, 34, 35 

    Jehová envía codornices

    1 Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento.

    34 Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso.

    35 De Kibrot-hataava partió el pueblo a Hazerot, y se quedó en Hazerot.

    Números 21:4, 5, 6 

    La serpiente de bronce

    4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.

    5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.

    6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.

    Deuteronomio 8:12-18

    12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,

    13 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente;

    14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;

    15 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;

    16 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;

    17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.

    18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.

    Ello no obstante, en último término el Señor pudo decir a Israel: «nada te ha faltado» (Dt. 2:7). 

    Deuteronomio 2:7

    7 pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado.

    El relato bíblico muestra que el maná que los israelitas desdeñaron era un alimento suficiente, y que el agua les fue siempre facilitada, aunque alguna vez fue probada su fe acerca de ella. Notas importantes acerca del agua: 

    (A) los camelleros egipcios, en caso necesario, se abstienen de agua de la mañana hasta la tarde, cuando acompañan a viajeros a las regiones arenosas. 

    El doctor Robinson informa que su guía árabe bebía la leche de las camellas, y que sus animales, tanto las ovejas como las cabras, pueden pasarse sin agua hasta tres y cuatro meses si pueden disponer de pasto (Researches 1.150). 

    Es indudable que los israelitas transportaban odres llenos de agua, que llenaban en cada ocasión. En Éxodo (Éx. 15:22) se señala que al comenzar el viaje tenían agua para tres días de marcha. 

    Éxodo 15:22

    El agua amarga de Mara

    22 E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.

    Los wadis secos o la llanura árida ocultan frecuentemente fuentes o corrientes de agua subterráneas que los israelitas hubieran podido aprovechar. Según el geólogo Fraas, los llamados pozos de Moisés, que se hallan en el desierto a poca distancia de Suez, son alimentados por una corriente de aguas subterráneas que provienen de los montes de er-Rahah, a una distancia de 16 a 22 Km. 

    El wadi Gharandel, generalmente identificado con Elim, tiene una de estas corrientes subterráneas, a la que recurren los árabes cuando se seca la corriente a cielo abierto. Aunque se haya dado una sequía de dos o tres años, se encuentra agua al cavar (Robinson, Researches, 1:69, 167; Ritter, Erdkunde, 14:161, 185). 

    Los israelitas conocían esta particularidad del desierto (Nm. 21:17, 18). 

    Números 21:17, 18

    17 Entonces, cantó Israel este cántico: Sube, oh pozo; a él cantad;

    18 Pozo, el cual cavaron los señores. Lo cavaron los príncipes del pueblo, Y el legislador, con sus báculos. Del desierto vinieron a Matana,

    Su emigración en masa no excluía la dispersión de algunos grupos, para aprovechar todos los recursos del desierto. Por otra parte, los israelitas podían actuar de diversas maneras para retener el agua. En la estación de las lluvias se dan verdaderas trombas de agua que desbordan los wadis. 

    Al inicio de la era cristiana, los monjes del Sinaí y los nativos de los parajes de Cades elevaron diques a través de las barrancas, y cavaron cisternas en las que conservar el agua. Durante los treinta y ocho años de estancia en el desierto, los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob pudieron hacer perfectamente lo que ya habían hecho sus antepasados: cavar trincheras y hacer depósitos para el agua de la lluvia. 

    Hay que señalar que un examen del itinerario de los israelitas en el desierto revela que durante los 38 años de estancia estuvieron siempre en las lindes de tierra habitada, entre Cades y Ezión-geber (véanse los mapas correspondientes). 

    (B) En la antigüedad, la península no estaba totalmente desprovista de árboles. Durante siglos suministró carbón vegetal procedente de las acacias, y que los árabes no se han molestado en repoblar. Son numerosos los exploradores del Sinaí que han observado sirviéndose de carbón vegetal: Bartlett en 1.874 («From Egypt to Palestine»); Burkhardt en 1812 (Erdkunde 14:274, 342). 

    En una época muy anterior, los egipcios explotaban las minas de cobre en los montes del Oeste y seguían haciéndolo hasta bien después del éxodo de los israelitas. Se servían en ocasiones de vigas de madera de acacia para sostener los techos de las galerías. 

    La fundición del mineral, practicada en gran escala, exigía grandes cantidades de leña (cfr. Palmer: «Desert of the Exodus» 1:205 y 26, 43, 231-235; Erkunde 14:786-787). A este respecto se debe recordar la desaparición de los grandes bosques de cedros del Líbano y de su consiguiente desertización. 

    No se puede contemplar el éxodo de Israel y su peregrinación por el desierto desde la perspectiva de las actuales condiciones de extrema aridez. El desarbolamiento del Sinaí, que ya había empezado antes del éxodo, y que ha seguido hasta nuestros días, ha sido causa de una variación en la climatología, con la consiguiente disminución en la precipitación pluvial y el progresivo secamiento de la península. 

    Cuando había más vegetación, las lluvias se daban en intervalos más regulares y menos apartados, como sucede con los lugares arbolados. Al llegar el agua con más regularidad y menos violencia, llenaba los wadis sin arrastrar la tierra ni la vegetación. 

    Las fuentes eran más numerosas. Los cursos de agua no se desvanecían tan rápidamente, o quizás había algunos que fueran perennes. Bajo una dirección sabia y previsora por parte de un caudillo conocedor del desierto y de sus recursos, todo un pueblo podía vivir en esta zona si se llevaba a cabo una prudente administración del agua. 

    (d) El itinerario de los israelitas. Lugares identificados: Sucot, en Egipto, al inicio del viaje. 

    El Arnón, río al que el pueblo llegó al final de los cuarenta años, después de cruzar el desierto. Cades: Ain Kadis. Allí se estableció el campamento dos veces. 

    Era el lugar desde donde los israelitas debían pasar directamente a la Tierra Prometida. Ezión-geber, donde el campamento se hallaba justo antes de la segunda marcha hacia Cades, y cerca de donde pasaron más tarde al dirigirse hacia el Arnón. 

    El monte Sinaí es situado, unánimemente, en la península que lleva su nombre. El campamento de Mosera se hallaba adyacente al monte Hor, en los límites de Edom. Los pozos de Bene-jaacán y del monte Gidgad se hallaban asimismo cercanos a los límites de Edom. Punón se hallaba al este de Edom y al noreste de Petra. 

    La identificación de estos lugares permite seguir el itinerario sin dudas de ningún género. La enumeración que hace Moisés de las etapas del viaje, a partir de Ramesés y de Sucot, se halla en Nm. 33, en el que los campamentos mencionados después de Sinaí son los lugares en los que estuvo el Tabernáculo. 

    Números 33

    Jornadas de Israel desde Egipto hasta el Jordán

    1 Estas son las jornadas de los hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos, bajo el mando de Moisés y Aarón.

    2 Moisés escribió sus salidas conforme a sus jornadas por mandato de Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas.

    3 De Ramesés salieron en el mes primero, a los quince días del mes primero; el segundo día de la pascua salieron los hijos de Israel con mano poderosa, a vista de todos los egipcios,

    4 mientras enterraban los egipcios a los que Jehová había herido de muerte de entre ellos, a todo primogénito; también había hecho Jehová juicios contra sus dioses.

    5 Salieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés, y acamparon en Sucot.

    6 Salieron de Sucot y acamparon en Etam, que está al confín del desierto.

    7 Salieron de Etam y volvieron sobre Pi-hahirot, que está delante de Baal-zefón, y acamparon delante de Migdol.

    8 Salieron de Pi-hahirot y pasaron por en medio del mar al desierto, y anduvieron tres días de camino por el desierto de Etam, y acamparon en Mara.

    9 Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí.

    10 Salieron de Elim y acamparon junto al Mar Rojo.

    11 Salieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin.

    12 Salieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca.

    13 Salieron de Dofca y acamparon en Alús.

    14 Salieron de Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas para beber.

    15 Salieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sinaí.

    16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot- hataava.

    17 Salieron de Kibrot-hataava y acamparon en Hazerot.

    18 Salieron de Hazerot y acamparon en Ritma.

    19 Salieron de Ritma y acamparon en Rimón-peres.

    20 Salieron de Rimón-peres y acamparon en Libna.

    21 Salieron de Libna y acamparon en Rissa.

    22 Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata.

    23 Salieron de Ceelata y acamparon en el monte de Sefer.

    24 Salieron del monte de Sefer y acamparon en Harada.

    25 Salieron de Harada y acamparon en Macelot.

    26 Salieron de Macelot y acamparon en Tahat.

    27 Salieron de Tahat y acamparon en Tara.

    28 Salieron de Tara y acamparon en Mitca.

    29 Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona.

    30 Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot.

    31 Salieron de Moserot y acamparon en Bene-jaacán.

    32 Salieron de Bene-jaacán y acamparon en el monte de Gidgad.

    33 Salieron del monte de Gidgad y acamparon en Jotbata.

    34 Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona.

    35 Salieron de Abrona y acamparon en Ezión-geber.

    36 Salieron de Ezión-geber y acamparon en el desierto de Zin, que es Cades.

    37 Y salieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del país de Edom.

    38 Y subió el sacerdote Aarón al monte de Hor, conforme al dicho de Jehová, y allí murió a los cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el primero del mes.

    39 Era Aarón de edad de ciento veintitrés años, cuando murió en el monte de Hor.

    40 Y el cananeo, rey de Arad, que habitaba en el Neguev en la tierra de Canaán, oyó que habían venido los hijos de Israel.

    41 Y salieron del monte de Hor y acamparon en Zalmona.

    42 Salieron de Zalmona y acamparon en Punón.

    43 Salieron de Punón y acamparon en Obot.

    44 Salieron de Obot y acamparon en Ije-abarim, en la frontera de Moab.

    45 Salieron de Ije-abarim y acamparon en Dibón-gad.

    46 Salieron de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim.

    47 Salieron de Almón-diblataim y acamparon en los montes de Abarim, delante de Nebo.

    48 Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

    49 Finalmente acamparon junto al Jordán, desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.

    Límites y repartición de Canaán

    50 Y habló Jehová a Moisés en los campos de Moab junto al Jordán frente a Jericó, diciendo:

    51 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de Canaán,

    52 echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos;

    53 y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para que sea vuestra propiedad.

    54 Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; a los muchos daréis mucho por herencia, y a los pocos daréis menos por herencia; donde le cayere la suerte, allí la tendrá cada uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis.

    55 Y si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis.

    56 Además, haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos.

    Los israelitas se podrían dispersar, en parte, por el desierto, para hallar pastos para el ganado. Cuando el pueblo se reunía, constituía un gran campamento, extendiéndose por diversas poblaciones cuando llegaba a lugares ya colonizados. 

    Ésta sería la razón de que en ocasiones se den nombres diferentes para el mismo campamento (cfr. Nm. 25:1; 33:49). 

    Números 25:1 

    Israel acude a Baal-peor

    1 Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab,

    Números 33:49

    49 Finalmente acamparon junto al Jordán, desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.

    Los textos de Éx. 12 a Nm. 25 informan de las marchas y de los incidentes de la peregrinación. 

    En su discurso de Deuteronomio, Moisés hace frecuentes alusiones a los acontecimientos que tuvieron lugar durante las marchas, sirviéndose de estos hechos para apoyar su argumentación pero no dándolos por orden cronológico. | Etapas de la peregrinación. 

    La primera parte de su peregrinación desde Egipto fue de Ramesés al mar Rojo. Ramesés estaba al este del Nilo (véase RAMESÉS). 

    El ramal occidental del mar Rojo se extendía indudablemente más al norte entonces, y no se puede determinar con exactitud en qué punto fue cruzado. El último campamento en que estuvieron los israelitas antes de pasar al mar Rojo fue Pi-hahirot. (Véase PI-HAHIROT). 

    Las etapas de la peregrinación que se mencionan son: Éxodo Números Ramesés, 12:37 Ramesés, 33:3 Sucot, 12:37 Sucot, 33:5 Etam, 13:20 Etam, 33:6 Pi-hahirot, 14:2 Pi-hahirot, 33:7 Paso del mar Rojo, Paso del mar Rojo y tres días de y tres días de marcha por el marcha por el desierto de Shur, 15:22 desierto de Etam, 33:8 

    Se observará que, en Números, Etam es mencionado a ambos lados del mar Rojo. Este término ha sido interpretado como «límite del mar» (significado que Fürst cree dudoso, pero no da ningún otro); si es así, pudiera aplicarse a ambos lados. 

    El desierto de Etam puede haber estado en ambos lados del golfo de Suez, como aparece en algunos mapas. La segunda parte de la peregrinación fue desde el mar Rojo al monte Sinaí, al este del golfo de Suez, como se puede ver en los mapas. El desierto de Sin, el monte Sinaí y el Horeb han sido mayormente identificados. Las etapas de esta segunda parte son: Éxodo Números Mara, 15:23 Mara, 33:8 Elim, 15:27 Elim, 33:9 Campamento del mar Rojo, 33:10 Desierto de Sin, 16:1 Desierto de Sin, 33:11 Dofca, 33:12 Alús, 33:13 Refidim, 17:1 Refidim, 33:14 Desierto de Sinaí, Desierto de Sinaí, en el tercer mes del 33:15 primer año. 19:1 

    Los israelitas permanecieron en el Sinaí hasta el segundo mes del segundo año, período en el cual fue promulgada la Ley (Nm. 10:11; 33:16). 

    Números 10:11 

    Los israelitas salen de Sinaí

    11 En el año segundo, en el mes segundo, a los veinte días del mes, la nube se alzó del tabernáculo del testimonio.

    Números 33:16

    16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot- hataava.

    La tercera parte de su peregrinación fue desde Sinaí hasta Cades-barnea, unos ciento treinta kilómetros más al norte. De este viaje sólo se mencionan tres campamentos intermedios: Tabera, Nm. 11:3; Dt. 9:22 Kibrot-hataava, Nm. 11:34 Kibrot-hataava, Nm. 33:16 Hazerot, Nm. 11:35 Hazerot, 33:17 Cades en el desierto Ritma, 33:18 de Parán, Nm. 12:16; 13:1-26 

    Números 11:3 

    3 Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Jehová se encendió en ellos.

    Deuteronomio 9:22

    22 También en Tabera, en Masah y en Kibrot-hataava provocasteis a ira a Jehová.

    Números 11:34

    34 Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso.

    Números 33:16

    16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot- hataava.

    Números 11:35

    35 De Kibrot-hataava partió el pueblo a Hazerot, y se quedó en Hazerot.

    Números 12:16 

    16 Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el desierto de Parán.

    Números 13:1-26

    Misión de los doce espías

    1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

    2 Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos.

    3 Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel.

    4 Estos son sus nombres: De la tribu de Rubén, Samúa hijo de Zacur.

    5 De la tribu de Simeón, Safat hijo de Horí.

    6 De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone.

    7 De la tribu de Isacar, Igal hijo de José.

    8 De la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun.

    9 De la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú.

    10 De la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodi.

    11 De la tribu de José: de la tribu de Manasés, Gadi hijo de Susi.

    12 De la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali.

    13 De la tribu de Aser, Setur hijo de Micael.

    14 De la tribu de Neftalí, Nahbi hijo de Vapsi.

    15 De la tribu de Gad, Geuel hijo de Maqui.

    16 Estos son los nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun le puso Moisés el nombre de Josué.

    17 Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, y subid al monte,

    18 y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso;

    19 cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas;

    20 y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas.

    21 Y ellos subieron, y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, entrando en Hamat.

    22 Y subieron al Neguev y vinieron hasta Hebrón; y allí estaban Ahimán, Sesai y Talmai, hijos de Anac. Hebrón fue edificada siete años antes de Zoán en Egipto.

    23 Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo, y de las granadas y de los higos.

    24 Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el racimo que cortaron de allí los hijos de Israel.

    25 Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días.

    26 Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra.

    En Tabera ardió el fuego del Señor entre ellos. En Kibrot-hataava el pueblo codició carne: el Señor les dio codornices, pero los castigó después con mortandad (Nm. 11:4, 31-34). 

    Números 11:4, 31-34

    4 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!

    31 Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra.

    32 Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogieron codornices; el que menos, recogió diez montones; y las tendieron para sí a lo largo alrededor del campamento.

    33 Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese masticada, cuando la ira de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió Jehová al pueblo con una plaga muy grande.

    34 Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso.

    En Hazerot, Miriam y Aarón hablaron contra Moisés, y María quedó leprosa (Nm. 12:10). 

    Números 12:10

    10 Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.

    Lo anterior demuestra que Cades está en la misma zona que Ritma, de donde los espías fueron enviados. Los espías no son mencionados en Nm. 33

    Números 33

    Jornadas de Israel desde Egipto hasta el Jordán

    1 Estas son las jornadas de los hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos, bajo el mando de Moisés y Aarón.

    2 Moisés escribió sus salidas conforme a sus jornadas por mandato de Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas.

    3 De Ramesés salieron en el mes primero, a los quince días del mes primero; el segundo día de la pascua salieron los hijos de Israel con mano poderosa, a vista de todos los egipcios,

    4 mientras enterraban los egipcios a los que Jehová había herido de muerte de entre ellos, a todo primogénito; también había hecho Jehová juicios contra sus dioses.

    5 Salieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés, y acamparon en Sucot.

    6 Salieron de Sucot y acamparon en Etam, que está al confín del desierto.

    7 Salieron de Etam y volvieron sobre Pi-hahirot, que está delante de Baal-zefón, y acamparon delante de Migdol.

    8 Salieron de Pi-hahirot y pasaron por en medio del mar al desierto, y anduvieron tres días de camino por el desierto de Etam, y acamparon en Mara.

    9 Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí.

    10 Salieron de Elim y acamparon junto al Mar Rojo.

    11 Salieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin.

    12 Salieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca.

    13 Salieron de Dofca y acamparon en Alús.

    14 Salieron de Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas para beber.

    15 Salieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sinaí.

    16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot- hataava.

    17 Salieron de Kibrot-hataava y acamparon en Hazerot.

    18 Salieron de Hazerot y acamparon en Ritma.

    19 Salieron de Ritma y acamparon en Rimón-peres.

    20 Salieron de Rimón-peres y acamparon en Libna.

    21 Salieron de Libna y acamparon en Rissa.

    22 Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata.

    23 Salieron de Ceelata y acamparon en el monte de Sefer.

    24 Salieron del monte de Sefer y acamparon en Harada.

    25 Salieron de Harada y acamparon en Macelot.

    26 Salieron de Macelot y acamparon en Tahat.

    27 Salieron de Tahat y acamparon en Tara.

    28 Salieron de Tara y acamparon en Mitca.

    29 Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona.

    30 Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot.

    31 Salieron de Moserot y acamparon en Bene-jaacán.

    32 Salieron de Bene-jaacán y acamparon en el monte de Gidgad.

    33 Salieron del monte de Gidgad y acamparon en Jotbata.

    34 Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona.

    35 Salieron de Abrona y acamparon en Ezión-geber.

    36 Salieron de Ezión-geber y acamparon en el desierto de Zin, que es Cades.

    37 Y salieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del país de Edom.

    38 Y subió el sacerdote Aarón al monte de Hor, conforme al dicho de Jehová, y allí murió a los cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el primero del mes.

    39 Era Aarón de edad de ciento veintitrés años, cuando murió en el monte de Hor.

    40 Y el cananeo, rey de Arad, que habitaba en el Neguev en la tierra de Canaán, oyó que habían venido los hijos de Israel.

    41 Y salieron del monte de Hor y acamparon en Zalmona.

    42 Salieron de Zalmona y acamparon en Punón.

    43 Salieron de Punón y acamparon en Obot.

    44 Salieron de Obot y acamparon en Ije-abarim, en la frontera de Moab.

    45 Salieron de Ije-abarim y acamparon en Dibón-gad.

    46 Salieron de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim.

    47 Salieron de Almón-diblataim y acamparon en los montes de Abarim, delante de Nebo.

    48 Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

    49 Finalmente acamparon junto al Jordán, desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.

    Límites y repartición de Canaán

    50 Y habló Jehová a Moisés en los campos de Moab junto al Jordán frente a Jericó, diciendo:

    51 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de Canaán,

    52 echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos;

    53 y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para que sea vuestra propiedad.

    54 Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; a los muchos daréis mucho por herencia, y a los pocos daréis menos por herencia; donde le cayere la suerte, allí la tendrá cada uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis.

    55 Y si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis.

    56 Además, haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos.

    Hubo una estancia prolongada en Cades o Ritma, en el desierto de Parán. Se esperó la vuelta de los espías. Se desató la rebelión en base al informe de los espías incrédulos, y Dios juró que no entrarían en la tierra, sino que andarían errantes por el desierto hasta que murieran todos los hombres que habían salido de Egipto, a excepción de Caleb y Josué. 

    Desafiando la palabra de Dios, invadieron la tierra, y fueron atacados por los amalecitas (Nm. 14:33-45). 

    Números 14:33-45

    33 Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto.

    34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.

    35 Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.

    Muerte de los diez espías malvados

    36 Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país,

    37 aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová.

    38 Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida, de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.

    La derrota en Horma

    39 Y Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se enlutó mucho.

    40 Y se levantaron por la mañana y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí para subir al lugar del cual ha hablado Jehová; porque hemos pecado.

    41 Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis el mandamiento de Jehová? Esto tampoco os saldrá bien.

    42 No subáis, porque Jehová no está en medio de vosotros, no seáis heridos delante de vuestros enemigos.

    43 Porque el amalecita y el cananeo están allí delante de vosotros, y caeréis a espada; pues por cuanto os habéis negado a seguir a Jehová, por eso no estará Jehová con vosotros.

    44 Sin embargo, se obstinaron en subir a la cima del monte; pero el arca del pacto de Jehová, y Moisés, no se apartaron de en medio del campamento.

    45 Y descendieron el amalecita y el cananeo que habitaban en aquel monte, y los hirieron y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Horma.

    A continuación siguió la rebelión de Coré (Nm. 16). 

    Números 16

    La rebelión de Coré

    1 Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron gente,

    2 y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre.

    3 Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?

    4 Cuando oyó esto Moisés, se postró sobre su rostro;

    5 y habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: Mañana mostrará Jehová quién es suyo, y quién es santo, y hará que se acerque a él; al que él escogiere, él lo acercará a sí.

    6 Haced esto: tomaos incensarios, Coré y todo su séquito,

    7 y poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso delante de Jehová mañana; y el varón a quien Jehová escogiere, aquel será el santo; esto os baste, hijos de Leví.

    8 Dijo más Moisés a Coré: Oíd ahora, hijos de Leví:

    9 ¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el servicio del tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para ministrarles,

    10 y que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Procuráis también el sacerdocio?

    11 Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que os juntáis contra Jehová; pues Aarón, ¿qué es, para que contra él murmuréis?

    12 Y envió Moisés a llamar a Datán y Abiram, hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos allá.

    13 ¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente?

    14 Ni tampoco nos has metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni nos has dado heredades de tierras y viñas. ¿Sacarás los ojos de estos hombres? No subiremos.

    15 Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a Jehová: No mires a su ofrenda; ni aun un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal.

    16 Después dijo Moisés a Coré: Tú y todo tu séquito, poneos mañana delante de Jehová; tú, y ellos, y Aarón;

    17 y tomad cada uno su incensario y poned incienso en ellos, y acercaos delante de Jehová cada uno con su incensario, doscientos cincuenta incensarios; tú también, y Aarón, cada uno con su incensario.

    18 Y tomó cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, y echaron en ellos incienso, y se pusieron a la puerta del tabernáculo de reunión con Moisés y Aarón.

    19 Ya Coré había hecho juntar contra ellos toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión; entonces la gloria de Jehová apareció a toda la congregación.

    20 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo:

    21 Apartaos de entre esta congregación, y los consumiré en un momento.

    22 Y ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué airarte contra toda la congregación?

    23 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:

    24 Habla a la congregación y diles: Apartaos de en derredor de la tienda de Coré, Datán y Abiram.

    25 Entonces Moisés se levantó y fue a Datán y a Abiram, y los ancianos de Israel fueron en pos de él.

    26 Y él habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres impíos, y no toquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis en todos sus pecados.

    27 Y se apartaron de las tiendas de Coré, de Datán y de Abiram en derredor; y Datán y Abiram salieron y se pusieron a las puertas de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus pequeñuelos.

    28 Y dijo Moisés: En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad.

    29 Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió.

    30 Mas si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová.

    31 Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos.

    32 Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes.

    33 Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.

    34 Y todo Israel, los que estaban en derredor de ellos, huyeron al grito de ellos; porque decían: No nos trague también la tierra.

    35 También salió fuego de delante de Jehová, y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso.

    36 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:

    37 Di a Eleazar hijo del sacerdote Aarón, que tome los incensarios de en medio del incendio, y derrame más allá el fuego; porque son santificados

    38 los incensarios de estos que pecaron contra sus almas; y harán de ellos planchas batidas para cubrir el altar; por cuanto ofrecieron con ellos delante de Jehová, son santificados, y serán como señal a los hijos de Israel.

    39 Y el sacerdote Eleazar tomó los incensarios de bronce con que los quemados habían ofrecido; y los batieron para cubrir el altar,

    40 en recuerdo para los hijos de Israel, de que ningún extraño que no sea de la descendencia de Aarón se acerque para ofrecer incienso delante de Jehová, para que no sea como Coré y como su séquito; según se lo dijo Jehová por medio de Moisés.

    41 El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová.

    42 Y aconteció que cuando se juntó la congregación contra Moisés y Aarón, miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí la nube lo había cubierto, y apareció la gloria de Jehová.

    43 Y vinieron Moisés y Aarón delante del tabernáculo de reunión.

    44 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

    45 Apartaos de en medio de esta congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se postraron sobre sus rostros.

    46 Y dijo Moisés a Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y sobre él pon incienso, y ve pronto a la congregación, y haz expiación por ellos, porque el furor ha salido de la presencia de Jehová; la mortandad ha comenzado.

    47 Entonces tomó Aarón el incensario, como Moisés dijo, y corrió en medio de la congregación; y he aquí que la mortandad había comenzado en el pueblo; y él puso incienso, e hizo expiación por el pueblo,

    48 y se puso entre los muertos y los vivos; y cesó la mortandad.

    49 Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por la rebelión de Coré.

    50 Después volvió Aarón a Moisés a la puerta del tabernáculo de reunión, cuando la mortandad había cesado.

    Aparentemente, los israelitas se pasaron treinta y siete años viajando tres veces entre Cades y Ezión-geber, sobre el golfo de Ákaba, aunque muchos de los campamentos no pueden ser identificados; algunos de ellos pueden haber estado situados más hacia el oeste. No se registra, sin embargo, cuánto tiempo estuvieron en cada lugar, y es posible también que algunos de éstos no hayan sido incluidos en las listas. Comparando Nm. 20:22-29 con Dt. 10:6 se verá que Mosera y el monte Hor son considerados como el mismo lugar, estando Mosera, o Moserot, al pie del monte Hor. 

    Números 20:22-29

    Aarón muere en el Monte Hor

    22 Y partiendo de Cades los hijos de Israel, toda aquella congregación, vinieron al monte de Hor.

    23 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón en el monte de Hor, en la frontera de la tierra de Edom, diciendo:

    24 Aarón será reunido a su pueblo, pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en las aguas de la rencilla.

    25 Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor,

    26 y desnuda a Aarón de sus vestiduras, y viste con ellas a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá.

    27 Y Moisés hizo como Jehová le mandó; y subieron al monte de Hor a la vista de toda la congregación.

    28 Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, y se las vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murió allí en la cumbre del monte, y Moisés y Eleazar descendieron del monte.

    29 Y viendo toda la congregación que Aarón había muerto, le hicieron duelo por treinta días todas la familias de Israel.

    Deuteronomio 10:6

    6 (Después salieron los hijos de Israel de Beerot-bene- jaacán a Mosera; allí murió Aarón, y allí fue sepultado, y en lugar suyo tuvo el sacerdocio su hijo Eleazar.

    Así, se considera Mosera como un lugar reconocido cuando empezó la verdadera «peregrinación». Salieron de Cades, o Ritma, a Rimón-peres, y después a otros campamentos, hasta que llegaron a Mosera, o monte Hor, por primera vez, aunque parece que se trata de una corta distancia (Nm. 33:19-30). 

    Números 33:19-30

    19 Salieron de Ritma y acamparon en Rimón-peres.

    20 Salieron de Rimón-peres y acamparon en Libna.

    21 Salieron de Libna y acamparon en Rissa.

    22 Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata.

    23 Salieron de Ceelata y acamparon en el monte de Sefer.

    24 Salieron del monte de Sefer y acamparon en Harada.

    25 Salieron de Harada y acamparon en Macelot.

    26 Salieron de Macelot y acamparon en Tahat.

    27 Salieron de Tahat y acamparon en Tara.

    28 Salieron de Tara y acamparon en Mitca.

    29 Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona.

    30 Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot.

    De Mosera viajaron hacia el sur a Ezión-geber, con cuatro campamentos intermedios (Nm. 33:31-35). 

    Números 33:31-35

    31 Salieron de Moserot y acamparon en Bene-jaacán.

    32 Salieron de Bene-jaacán y acamparon en el monte de Gidgad.

    33 Salieron del monte de Gidgad y acamparon en Jotbata.

    34 Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona.

    35 Salieron de Abrona y acamparon en Ezión-geber.

    Desde Ezión-geber se volvieron y viajaron de nuevo hacia el norte, llegando por segunda vez a Cades o Cadesbarnea, sin mencionarse campamento alguno entre estos distantes lugares. María murió en Cades. 

    El pueblo murmuró, y la roca recibió un golpe, ocasión en la cual pecaron Aarón y Moisés (Nm. 20:1-13). 

    Números 20:1-13

    Agua de la roca

    1 Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada.

    2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.

    3 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová!

    4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias?

    5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber.

    6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos.

    7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

    8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.

    9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.

    10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?

    11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.

    12 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.

    13 Estas son las aguas de la rencilla, por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él se santificó en ellos.

    De Cades viajaron al monte Hor, sin que se mencione ningún campamento entre ellas, a no ser que el Beerot de Dt. 10:6 entre aquí. 

    Deuteronomio 10:6

    6 (Después salieron los hijos de Israel de Beerot-bene- jaacán a Mosera; allí murió Aarón, y allí fue sepultado, y en lugar suyo tuvo el sacerdocio su hijo Eleazar.

    En el monte Hor murió y fue sepultado Aarón (Nm. 33:37, 38). 

    Números 33:37, 38

    37 Y salieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del país de Edom.

    38 Y subió el sacerdote Aarón al monte de Hor, conforme al dicho de Jehová, y allí murió a los cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el primero del mes.

    Fueron atacados por el rey Arad de Canaán, que fue derrotado, y sus ciudades destruidas (Nm. 21:1-3). 

    Números 21:1-3

    El rey de Arad ataca a Israel

    1 Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, oyó que venía Israel por el camino de Atarim, peleó contra Israel, y tomó de él prisioneros.

    2 Entonces Israel hizo voto a Jehová, y dijo: Si en efecto entregares este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades.

    3 Y Jehová escuchó la voz de Israel, y entregó al cananeo, y los destruyó a ellos y a sus ciudades; y llamó el nombre de aquel lugar Horma.

    Habiendo rehusado permiso el rey de Edom a los israelitas para que pasasen por su tierra, se hizo necesario que viajaran de nuevo al mar Rojo a fin de rodear la tierra de Edom (quizá pasando por Gudgoda y Jotbata, Dt. 10:7, por este camino) (Nm. 20:14-21; 21:4). 

    Deuteronomio 10:7

    7 De allí partieron a Gudgoda, y de Gudgoda a Jotbata, tierra de arroyos de aguas.

    Números 20:14-21 

    Edom rehúsa dar paso a Israel

    14 Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades, diciendo: Así dice Israel tu hermano: Tú has sabido todo el trabajo que nos ha venido;

    15 cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y estuvimos en Egipto largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros padres;

    16 y clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz, y envió un ángel, y nos sacó de Egipto; y he aquí estamos en Cades, ciudad cercana a tus fronteras.

    17 Te rogamos que pasemos por tu tierra. No pasaremos por labranza, ni por viña, ni beberemos agua de pozos; por el camino real iremos, sin apartarnos a diestra ni a siniestra, hasta que hayamos pasado tu territorio.

    18 Edom le respondió: No pasarás por mi país; de otra manera, saldré contra ti armado.

    19 Y los hijos de Israel dijeron: Por el camino principal iremos; y si bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de ellas; déjame solamente pasar a pie, nada más.

    20 Pero él respondió: No pasarás. Y salió Edom contra él con mucho pueblo, y mano fuerte.

    21 No quiso, pues, Edom dejar pasar a Israel por su territorio, y se desvió Israel de él.

    Números 21:4

    La serpiente de bronce

    4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.

    Desde el mar Rojo su ruta va claramente al este de Edom y del mar Salado hasta que llegaron frente a Jericó, donde acabó su peregrinación. Desde el monte Hor por Por Elat y Ezión-geber, el camino del mar Rojo, Dt. 2:8 Nm. 21:4 Zalmona, Nm. 33:41 Punón, Nm. 33:42 Obot, Nm. 21:10 Obot, Nm. 33:43 Ije-abarim, Nm. 21:11 Ije-abarim, 33:44, 45 Arroyo de Zered, Nm. 21:12; Dt. 2:13, 14 El arroyo de Arnón, Nm. 21:13; Dt. 2:24 Dibón-gad, Nm. 31:45, 46 Almón-diblataim, Nm. 33:46 Beer, en el desierto, Nm. 21:16, 18 Matana, Nm. 21:19 Nahaliel, Nm. 21:19 Bamot, Nm. 21:19 Pisga, Nm. 21:29 (en Abarim) Montes de Abarim, Nm. 33:48 Campos de Moab, junto al Campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, Jordán, frente a Jericó, Nm. 22:1 Nm. 33:48 

    Deuteronomio 2:8 

    8 Y nos alejamos del territorio de nuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino del Arabá desde Elat y Ezión-geber; y volvimos, y tomamos el camino del desierto de Moab.

    Números 21:4

    La serpiente de bronce

    4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.

    Números 33:41

    41 Y salieron del monte de Hor y acamparon en Zalmona.

    Números 33:42

    42 Salieron de Zalmona y acamparon en Punón.

    Números 21:10

    Los israelitas rodean la tierra de Moab

    10 Después partieron los hijos de Israel y acamparon en Obot.

    Números 33:43

    43 Salieron de Punón y acamparon en Obot.

    Números 21:11

    11 Y partiendo de Obot, acamparon en Ije-abarim, en el desierto que está enfrente de Moab, al nacimiento del sol.

    Números 21:12 

    12 Partieron de allí, y acamparon en el valle de Zered.

    Deuteronomio 2:13, 14

    13 Levantaos ahora, y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered.

    14 Y los días que anduvimos de Cades-barnea hasta cuando pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado.

    Números 21:13 

    13 De allí partieron, y acamparon al otro lado de Arnón, que está en el desierto, y que sale del territorio del amorreo; porque Arnón es límite de Moab, entre Moab y el amorreo.

    Deuteronomio 2:24

    24 Levantaos, salid, y pasad el arroyo de Arnón; he aquí he entregado en tu mano a Sehón rey de Hesbón, amorreo, y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella, y entra en guerra con él.

    Números 31:45, 46

    45 de los asnos, treinta mil quinientos;

    46 y de las personas, dieciséis mil);

    Números 33:46

    46 Salieron de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim.

    Números 21:16, 18

    16 De allí vinieron a Beer: este es el pozo del cual Jehová dijo a Moisés: Reúne al pueblo, y les daré agua.

    17 Entonces, cantó Israel este cántico: Sube, oh pozo; a él cantad;

    18 Pozo, el cual cavaron los señores. Lo cavaron los príncipes del pueblo, Y el legislador, con sus báculos. Del desierto vinieron a Matana,

    Números 21:19

    19 y de Matana a Nahaliel, y de Nahaliel a Bamot;

    Números 21:29

    29 ¡Ay de ti, Moab! Pereciste, pueblo de Quemos. Fueron puestos sus hijos en huida, Y sus hijas en cautividad, Por Sehón rey de los amorreos.

    Números 33:48

    48 Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

    Números 22:1 

    Balac manda llamar a Balaam

    1 Partieron los hijos de Israel, y acamparon en los campos de Moab junto al Jordán, frente a Jericó.

    Números 33:48

    48 Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

    Los múltiples fracasos y murmuraciones de los israelitas están registrados en las Escrituras, y nos han sido dados como una solemne advertencia para los cristianos (cfr. 1 Co. 10:1-14). 

    1 Corintios 10:1-14

    Amonestaciones contra la idolatría

    1 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar;

    2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar,

    3 y todos comieron el mismo alimento espiritual,

    4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.

    5 Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.

    6 Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.

    7 Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.

    8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil.

    9 Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.

    10 Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.

    11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.

    12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.

    13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

    14 Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.

    Para el significado tipológico de los viajes de los israelitas, véase DESIERTO. Para unas tablas completas de los campamentos que se mencionan de los israelitas en el desierto, véanse en el artículo ÉXODO. 

    Bibliografía: 

    Véase bajo los artículos EGIPTO y ÉXODO.

    VÉASE: Ramesés , Hicsos , Egipto
  • DICCIONARIO
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  • Peregrinación por el desierto

    Las experiencias de los israelitas en su estancia en el desierto, desde su salida de Egipto hasta su entrada en Canaán, durante cuarenta años. Los israelitas fueron siempre dirigidos por Dios en cuanto a sus viajes y cuándo y dónde plantar y levantar el campamento, haciéndolos andar errantes debido a su pecado (cfr. Nm. 32:13). 

    Números 32:13

    13 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años por el desierto, hasta que fue acabada toda aquella generación que había hecho mal delante de Jehová.

    (a) Límites y extensión del desierto. Este gran país desértico presenta la forma de un triángulo, cuya base está constituida por la costa sureste del Mediterráneo y por la frontera meridional con Palestina. Su límite occidental está formado por las depresiones en las que se hallan el golfo de Suez y los lagos Amargos. 

    El lado oriental corre a lo largo del golfo de Ákaba y de la depresión del Arabá. La base del triángulo mide alrededor de 322 Km., y su superficie es de alrededor de los 57.000 km2. Este territorio podría llamarse «desierto de las peregrinaciones», en árabe Bãdiyat et-Tîh, término éste que tan sólo se aplica a la altiplanicie situada al norte del Sinaí. 

    Los pueblos de la antigüedad evitaban estas regiones estériles. Los israelitas fijaron los limites meridionales de la Tierra Prometida en la vecindad inmediata de este territorio. Los egipcios mantenían fortificaciones hasta allí donde comenzaba esta zona de desierto. 

    (b) Las cuatro regiones características de este territorio triangular. 

    (A) La parte arenosa, que se extiende como una franja a lo largo del Mediterráneo, desde Filistea hasta la frontera con Egipto y más allá. Esta franja gira hacia el sur, rebasa Suez a unos 16 Km. y se corresponde con el desierto de Shur (Gn. 16:7). 

    Génesis 16:7

    7 Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.

    (B) Al norte y al centro, el triángulo está constituido por una altiplanicie calcárea, árida, con una altura entre los 600 y 762 m.; desciende hacia la zona arenosa de la costa mediterránea, y está cubierta de colinas al noreste. Una cadena de montes de 1.220 metros y más de altura encierra el resto del perímetro. 

    Esta cadena recibe en la actualidad el nombre de Jebel et-Tîh. En medio de este vasto territorio desértico hay lechos de torrentes que sólo llevan agua cuando se dan lluvias. La altiplanicie calcárea, con sus ramificaciones montañosas al noreste, se llamaba desierto de Parán (Nm. 10:11, 12; 13:26; 1 S. 25:1). 

    Números 10:11, 12 

    Los israelitas salen de Sinaí

    11 En el año segundo, en el mes segundo, a los veinte días del mes, la nube se alzó del tabernáculo del testimonio.

    12 Y partieron los hijos de Israel del desierto de Sinaí según el orden de marcha; y se detuvo la nube en el desierto de Parán.

    Números 13:26 

    26 Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra.

    1 Samuel 25:1

    David y Abigail

    1 Murió Samuel, y se juntó todo Israel, y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá. Y se levantó David y se fue al desierto de Parán.

    Los israelitas vagaron por esta región durante treinta y ocho años. A esta región, situada entre Horeb y Cades, se la llama «aquel grande y terrible desierto» (Dt. 1:19). 

    Deuteronomio 1:19

    Misión de los doce espías

    19 Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades- barnea.

    Sin embargo, los wadis tienen algo de vegetación, especialmente después de las lluvias. En los alrededores de Cades, y a lo largo del Arabá, hay numerosas fuentes cuya agua puede ser aprovechada cavando pozos. 

    (C) Unos estratos de arenisca cruzan la península, al sur de la cadena de Jebel et-Tîh. Esta zona, también arenosa, tiene una altura de alrededor de 457 m. Es muy rica en yacimientos minerales. 

    (D) La cuarta región del triángulo consiste en macizos calcáreos cerca del monte Sinaí. 

    (c) La peregrinación de cuarenta años en el desierto. El registro bíblico afirma en varias ocasiones que había entonces seiscientos mil israelitas por encima de los veinte años de edad, lo que implicaría una población de unos dos millones de personas. 

    Esta multitud subsistió en el desierto gracias a la ayuda y milagros de Dios. Cuando el pueblo estaba a punto de entrar en Canaán, Moisés les recordó que durante todas sus peregrinaciones Dios los había traído «como trae al hombre a su hijo» (Dt. 1:31). 

    Deuteronomio 1:31

    31 Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.

    El milagro del maná se produjo por vez primera en el desierto de Sin, renovándose cotidianamente durante cuarenta años, hasta llegar a la frontera de Canaán (Éx. 16:1, 4, 14, 15, 35). 

    Éxodo 16:1, 4, 14, 15, 35

    Dios da el maná

    1 Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto.

    4 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.

    14 Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra.

    15 Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer.

    35 Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán.

    El milagro de las codornices, dado como señal, fue limitado en el tiempo (Éx. 16:12, 13). 

    Éxodo 16:12, 13

    12 Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: Al caer la tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios.

    13 Y venida la tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento; y por la mañana descendió rocío en derredor del campamento.

    En Refidim hallaron agua (Éx. 17:3-4). 

    Éxodo 17:3-4

    3 Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?

    4 Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.

    En el segundo año se les volvió a dar codornices durante un mes (Nm. 10:11; 11:4-6, 31). 

    Números 10:11 

    Los israelitas salen de Sinaí

    11 En el año segundo, en el mes segundo, a los veinte días del mes, la nube se alzó del tabernáculo del testimonio.

    Números 11:4-6, 31

    4 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!

    5 Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos;

    6 y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.

    31 Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra.

    Al final de los cuarenta años, en Cades, Dios hizo salir agua de la roca (Nm. 20:2-11). 

    Números 20:2-11

    2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.

    3 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová!

    4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias?

    5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber.

    6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos.

    7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

    8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.

    9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.

    10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?

    11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.

    Sin embargo, el pueblo sufrió mucho en el desierto, especialmente debido a sus murmuraciones y a su resistencia a Dios (Dt. 1:19; 8:15; Éx. 17:1, 2, 3; Nm. 20:2; 10:33 y 11:1, 34, 35; 21:4, 5, 6; Dt. 8:12-18). 

    Deuteronomio 1:19 

    Misión de los doce espías

    19 Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades- barnea.

    Deuteronomio 8:15 

    15 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;

    Éxodo 17:1, 2, 3 

    Agua de la roca

    1 Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese.

    2 Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová?

    3 Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?

    Números 20:2 

    2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.

    Números 10:33

    33 Así partieron del monte de Jehová camino de tres días; y el arca del pacto de Jehová fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso.

    Números 11:1, 34, 35 

    Jehová envía codornices

    1 Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento.

    34 Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso.

    35 De Kibrot-hataava partió el pueblo a Hazerot, y se quedó en Hazerot.

    Números 21:4, 5, 6 

    La serpiente de bronce

    4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.

    5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.

    6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.

    Deuteronomio 8:12-18

    12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,

    13 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente;

    14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;

    15 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;

    16 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;

    17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.

    18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.

    Ello no obstante, en último término el Señor pudo decir a Israel: «nada te ha faltado» (Dt. 2:7). 

    Deuteronomio 2:7

    7 pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado.

    El relato bíblico muestra que el maná que los israelitas desdeñaron era un alimento suficiente, y que el agua les fue siempre facilitada, aunque alguna vez fue probada su fe acerca de ella. Notas importantes acerca del agua: 

    (A) los camelleros egipcios, en caso necesario, se abstienen de agua de la mañana hasta la tarde, cuando acompañan a viajeros a las regiones arenosas. 

    El doctor Robinson informa que su guía árabe bebía la leche de las camellas, y que sus animales, tanto las ovejas como las cabras, pueden pasarse sin agua hasta tres y cuatro meses si pueden disponer de pasto (Researches 1.150). 

    Es indudable que los israelitas transportaban odres llenos de agua, que llenaban en cada ocasión. En Éxodo (Éx. 15:22) se señala que al comenzar el viaje tenían agua para tres días de marcha. 

    Éxodo 15:22

    El agua amarga de Mara

    22 E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.

    Los wadis secos o la llanura árida ocultan frecuentemente fuentes o corrientes de agua subterráneas que los israelitas hubieran podido aprovechar. Según el geólogo Fraas, los llamados pozos de Moisés, que se hallan en el desierto a poca distancia de Suez, son alimentados por una corriente de aguas subterráneas que provienen de los montes de er-Rahah, a una distancia de 16 a 22 Km. 

    El wadi Gharandel, generalmente identificado con Elim, tiene una de estas corrientes subterráneas, a la que recurren los árabes cuando se seca la corriente a cielo abierto. Aunque se haya dado una sequía de dos o tres años, se encuentra agua al cavar (Robinson, Researches, 1:69, 167; Ritter, Erdkunde, 14:161, 185). 

    Los israelitas conocían esta particularidad del desierto (Nm. 21:17, 18). 

    Números 21:17, 18

    17 Entonces, cantó Israel este cántico: Sube, oh pozo; a él cantad;

    18 Pozo, el cual cavaron los señores. Lo cavaron los príncipes del pueblo, Y el legislador, con sus báculos. Del desierto vinieron a Matana,

    Su emigración en masa no excluía la dispersión de algunos grupos, para aprovechar todos los recursos del desierto. Por otra parte, los israelitas podían actuar de diversas maneras para retener el agua. En la estación de las lluvias se dan verdaderas trombas de agua que desbordan los wadis. 

    Al inicio de la era cristiana, los monjes del Sinaí y los nativos de los parajes de Cades elevaron diques a través de las barrancas, y cavaron cisternas en las que conservar el agua. Durante los treinta y ocho años de estancia en el desierto, los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob pudieron hacer perfectamente lo que ya habían hecho sus antepasados: cavar trincheras y hacer depósitos para el agua de la lluvia. 

    Hay que señalar que un examen del itinerario de los israelitas en el desierto revela que durante los 38 años de estancia estuvieron siempre en las lindes de tierra habitada, entre Cades y Ezión-geber (véanse los mapas correspondientes). 

    (B) En la antigüedad, la península no estaba totalmente desprovista de árboles. Durante siglos suministró carbón vegetal procedente de las acacias, y que los árabes no se han molestado en repoblar. Son numerosos los exploradores del Sinaí que han observado sirviéndose de carbón vegetal: Bartlett en 1.874 («From Egypt to Palestine»); Burkhardt en 1812 (Erdkunde 14:274, 342). 

    En una época muy anterior, los egipcios explotaban las minas de cobre en los montes del Oeste y seguían haciéndolo hasta bien después del éxodo de los israelitas. Se servían en ocasiones de vigas de madera de acacia para sostener los techos de las galerías. 

    La fundición del mineral, practicada en gran escala, exigía grandes cantidades de leña (cfr. Palmer: «Desert of the Exodus» 1:205 y 26, 43, 231-235; Erkunde 14:786-787). A este respecto se debe recordar la desaparición de los grandes bosques de cedros del Líbano y de su consiguiente desertización. 

    No se puede contemplar el éxodo de Israel y su peregrinación por el desierto desde la perspectiva de las actuales condiciones de extrema aridez. El desarbolamiento del Sinaí, que ya había empezado antes del éxodo, y que ha seguido hasta nuestros días, ha sido causa de una variación en la climatología, con la consiguiente disminución en la precipitación pluvial y el progresivo secamiento de la península. 

    Cuando había más vegetación, las lluvias se daban en intervalos más regulares y menos apartados, como sucede con los lugares arbolados. Al llegar el agua con más regularidad y menos violencia, llenaba los wadis sin arrastrar la tierra ni la vegetación. 

    Las fuentes eran más numerosas. Los cursos de agua no se desvanecían tan rápidamente, o quizás había algunos que fueran perennes. Bajo una dirección sabia y previsora por parte de un caudillo conocedor del desierto y de sus recursos, todo un pueblo podía vivir en esta zona si se llevaba a cabo una prudente administración del agua. 

    (d) El itinerario de los israelitas. Lugares identificados: Sucot, en Egipto, al inicio del viaje. 

    El Arnón, río al que el pueblo llegó al final de los cuarenta años, después de cruzar el desierto. Cades: Ain Kadis. Allí se estableció el campamento dos veces. 

    Era el lugar desde donde los israelitas debían pasar directamente a la Tierra Prometida. Ezión-geber, donde el campamento se hallaba justo antes de la segunda marcha hacia Cades, y cerca de donde pasaron más tarde al dirigirse hacia el Arnón. 

    El monte Sinaí es situado, unánimemente, en la península que lleva su nombre. El campamento de Mosera se hallaba adyacente al monte Hor, en los límites de Edom. Los pozos de Bene-jaacán y del monte Gidgad se hallaban asimismo cercanos a los límites de Edom. Punón se hallaba al este de Edom y al noreste de Petra. 

    La identificación de estos lugares permite seguir el itinerario sin dudas de ningún género. La enumeración que hace Moisés de las etapas del viaje, a partir de Ramesés y de Sucot, se halla en Nm. 33, en el que los campamentos mencionados después de Sinaí son los lugares en los que estuvo el Tabernáculo. 

    Números 33

    Jornadas de Israel desde Egipto hasta el Jordán

    1 Estas son las jornadas de los hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos, bajo el mando de Moisés y Aarón.

    2 Moisés escribió sus salidas conforme a sus jornadas por mandato de Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas.

    3 De Ramesés salieron en el mes primero, a los quince días del mes primero; el segundo día de la pascua salieron los hijos de Israel con mano poderosa, a vista de todos los egipcios,

    4 mientras enterraban los egipcios a los que Jehová había herido de muerte de entre ellos, a todo primogénito; también había hecho Jehová juicios contra sus dioses.

    5 Salieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés, y acamparon en Sucot.

    6 Salieron de Sucot y acamparon en Etam, que está al confín del desierto.

    7 Salieron de Etam y volvieron sobre Pi-hahirot, que está delante de Baal-zefón, y acamparon delante de Migdol.

    8 Salieron de Pi-hahirot y pasaron por en medio del mar al desierto, y anduvieron tres días de camino por el desierto de Etam, y acamparon en Mara.

    9 Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí.

    10 Salieron de Elim y acamparon junto al Mar Rojo.

    11 Salieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin.

    12 Salieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca.

    13 Salieron de Dofca y acamparon en Alús.

    14 Salieron de Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas para beber.

    15 Salieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sinaí.

    16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot- hataava.

    17 Salieron de Kibrot-hataava y acamparon en Hazerot.

    18 Salieron de Hazerot y acamparon en Ritma.

    19 Salieron de Ritma y acamparon en Rimón-peres.

    20 Salieron de Rimón-peres y acamparon en Libna.

    21 Salieron de Libna y acamparon en Rissa.

    22 Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata.

    23 Salieron de Ceelata y acamparon en el monte de Sefer.

    24 Salieron del monte de Sefer y acamparon en Harada.

    25 Salieron de Harada y acamparon en Macelot.

    26 Salieron de Macelot y acamparon en Tahat.

    27 Salieron de Tahat y acamparon en Tara.

    28 Salieron de Tara y acamparon en Mitca.

    29 Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona.

    30 Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot.

    31 Salieron de Moserot y acamparon en Bene-jaacán.

    32 Salieron de Bene-jaacán y acamparon en el monte de Gidgad.

    33 Salieron del monte de Gidgad y acamparon en Jotbata.

    34 Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona.

    35 Salieron de Abrona y acamparon en Ezión-geber.

    36 Salieron de Ezión-geber y acamparon en el desierto de Zin, que es Cades.

    37 Y salieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del país de Edom.

    38 Y subió el sacerdote Aarón al monte de Hor, conforme al dicho de Jehová, y allí murió a los cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el primero del mes.

    39 Era Aarón de edad de ciento veintitrés años, cuando murió en el monte de Hor.

    40 Y el cananeo, rey de Arad, que habitaba en el Neguev en la tierra de Canaán, oyó que habían venido los hijos de Israel.

    41 Y salieron del monte de Hor y acamparon en Zalmona.

    42 Salieron de Zalmona y acamparon en Punón.

    43 Salieron de Punón y acamparon en Obot.

    44 Salieron de Obot y acamparon en Ije-abarim, en la frontera de Moab.

    45 Salieron de Ije-abarim y acamparon en Dibón-gad.

    46 Salieron de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim.

    47 Salieron de Almón-diblataim y acamparon en los montes de Abarim, delante de Nebo.

    48 Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

    49 Finalmente acamparon junto al Jordán, desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.

    Límites y repartición de Canaán

    50 Y habló Jehová a Moisés en los campos de Moab junto al Jordán frente a Jericó, diciendo:

    51 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de Canaán,

    52 echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos;

    53 y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para que sea vuestra propiedad.

    54 Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; a los muchos daréis mucho por herencia, y a los pocos daréis menos por herencia; donde le cayere la suerte, allí la tendrá cada uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis.

    55 Y si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis.

    56 Además, haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos.

    Los israelitas se podrían dispersar, en parte, por el desierto, para hallar pastos para el ganado. Cuando el pueblo se reunía, constituía un gran campamento, extendiéndose por diversas poblaciones cuando llegaba a lugares ya colonizados. 

    Ésta sería la razón de que en ocasiones se den nombres diferentes para el mismo campamento (cfr. Nm. 25:1; 33:49). 

    Números 25:1 

    Israel acude a Baal-peor

    1 Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab,

    Números 33:49

    49 Finalmente acamparon junto al Jordán, desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.

    Los textos de Éx. 12 a Nm. 25 informan de las marchas y de los incidentes de la peregrinación. 

    En su discurso de Deuteronomio, Moisés hace frecuentes alusiones a los acontecimientos que tuvieron lugar durante las marchas, sirviéndose de estos hechos para apoyar su argumentación pero no dándolos por orden cronológico. | Etapas de la peregrinación. 

    La primera parte de su peregrinación desde Egipto fue de Ramesés al mar Rojo. Ramesés estaba al este del Nilo (véase RAMESÉS). 

    El ramal occidental del mar Rojo se extendía indudablemente más al norte entonces, y no se puede determinar con exactitud en qué punto fue cruzado. El último campamento en que estuvieron los israelitas antes de pasar al mar Rojo fue Pi-hahirot. (Véase PI-HAHIROT). 

    Las etapas de la peregrinación que se mencionan son: Éxodo Números Ramesés, 12:37 Ramesés, 33:3 Sucot, 12:37 Sucot, 33:5 Etam, 13:20 Etam, 33:6 Pi-hahirot, 14:2 Pi-hahirot, 33:7 Paso del mar Rojo, Paso del mar Rojo y tres días de y tres días de marcha por el marcha por el desierto de Shur, 15:22 desierto de Etam, 33:8 

    Se observará que, en Números, Etam es mencionado a ambos lados del mar Rojo. Este término ha sido interpretado como «límite del mar» (significado que Fürst cree dudoso, pero no da ningún otro); si es así, pudiera aplicarse a ambos lados. 

    El desierto de Etam puede haber estado en ambos lados del golfo de Suez, como aparece en algunos mapas. La segunda parte de la peregrinación fue desde el mar Rojo al monte Sinaí, al este del golfo de Suez, como se puede ver en los mapas. El desierto de Sin, el monte Sinaí y el Horeb han sido mayormente identificados. Las etapas de esta segunda parte son: Éxodo Números Mara, 15:23 Mara, 33:8 Elim, 15:27 Elim, 33:9 Campamento del mar Rojo, 33:10 Desierto de Sin, 16:1 Desierto de Sin, 33:11 Dofca, 33:12 Alús, 33:13 Refidim, 17:1 Refidim, 33:14 Desierto de Sinaí, Desierto de Sinaí, en el tercer mes del 33:15 primer año. 19:1 

    Los israelitas permanecieron en el Sinaí hasta el segundo mes del segundo año, período en el cual fue promulgada la Ley (Nm. 10:11; 33:16). 

    Números 10:11 

    Los israelitas salen de Sinaí

    11 En el año segundo, en el mes segundo, a los veinte días del mes, la nube se alzó del tabernáculo del testimonio.

    Números 33:16

    16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot- hataava.

    La tercera parte de su peregrinación fue desde Sinaí hasta Cades-barnea, unos ciento treinta kilómetros más al norte. De este viaje sólo se mencionan tres campamentos intermedios: Tabera, Nm. 11:3; Dt. 9:22 Kibrot-hataava, Nm. 11:34 Kibrot-hataava, Nm. 33:16 Hazerot, Nm. 11:35 Hazerot, 33:17 Cades en el desierto Ritma, 33:18 de Parán, Nm. 12:16; 13:1-26 

    Números 11:3 

    3 Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Jehová se encendió en ellos.

    Deuteronomio 9:22

    22 También en Tabera, en Masah y en Kibrot-hataava provocasteis a ira a Jehová.

    Números 11:34

    34 Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso.

    Números 33:16

    16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot- hataava.

    Números 11:35

    35 De Kibrot-hataava partió el pueblo a Hazerot, y se quedó en Hazerot.

    Números 12:16 

    16 Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el desierto de Parán.

    Números 13:1-26

    Misión de los doce espías

    1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

    2 Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos.

    3 Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel.

    4 Estos son sus nombres: De la tribu de Rubén, Samúa hijo de Zacur.

    5 De la tribu de Simeón, Safat hijo de Horí.

    6 De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone.

    7 De la tribu de Isacar, Igal hijo de José.

    8 De la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun.

    9 De la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú.

    10 De la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodi.

    11 De la tribu de José: de la tribu de Manasés, Gadi hijo de Susi.

    12 De la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali.

    13 De la tribu de Aser, Setur hijo de Micael.

    14 De la tribu de Neftalí, Nahbi hijo de Vapsi.

    15 De la tribu de Gad, Geuel hijo de Maqui.

    16 Estos son los nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun le puso Moisés el nombre de Josué.

    17 Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, y subid al monte,

    18 y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso;

    19 cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas;

    20 y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas.

    21 Y ellos subieron, y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, entrando en Hamat.

    22 Y subieron al Neguev y vinieron hasta Hebrón; y allí estaban Ahimán, Sesai y Talmai, hijos de Anac. Hebrón fue edificada siete años antes de Zoán en Egipto.

    23 Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo, y de las granadas y de los higos.

    24 Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el racimo que cortaron de allí los hijos de Israel.

    25 Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días.

    26 Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra.

    En Tabera ardió el fuego del Señor entre ellos. En Kibrot-hataava el pueblo codició carne: el Señor les dio codornices, pero los castigó después con mortandad (Nm. 11:4, 31-34). 

    Números 11:4, 31-34

    4 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!

    31 Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra.

    32 Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogieron codornices; el que menos, recogió diez montones; y las tendieron para sí a lo largo alrededor del campamento.

    33 Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese masticada, cuando la ira de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió Jehová al pueblo con una plaga muy grande.

    34 Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso.

    En Hazerot, Miriam y Aarón hablaron contra Moisés, y María quedó leprosa (Nm. 12:10). 

    Números 12:10

    10 Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.

    Lo anterior demuestra que Cades está en la misma zona que Ritma, de donde los espías fueron enviados. Los espías no son mencionados en Nm. 33

    Números 33

    Jornadas de Israel desde Egipto hasta el Jordán

    1 Estas son las jornadas de los hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos, bajo el mando de Moisés y Aarón.

    2 Moisés escribió sus salidas conforme a sus jornadas por mandato de Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas.

    3 De Ramesés salieron en el mes primero, a los quince días del mes primero; el segundo día de la pascua salieron los hijos de Israel con mano poderosa, a vista de todos los egipcios,

    4 mientras enterraban los egipcios a los que Jehová había herido de muerte de entre ellos, a todo primogénito; también había hecho Jehová juicios contra sus dioses.

    5 Salieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés, y acamparon en Sucot.

    6 Salieron de Sucot y acamparon en Etam, que está al confín del desierto.

    7 Salieron de Etam y volvieron sobre Pi-hahirot, que está delante de Baal-zefón, y acamparon delante de Migdol.

    8 Salieron de Pi-hahirot y pasaron por en medio del mar al desierto, y anduvieron tres días de camino por el desierto de Etam, y acamparon en Mara.

    9 Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí.

    10 Salieron de Elim y acamparon junto al Mar Rojo.

    11 Salieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin.

    12 Salieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca.

    13 Salieron de Dofca y acamparon en Alús.

    14 Salieron de Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas para beber.

    15 Salieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sinaí.

    16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot- hataava.

    17 Salieron de Kibrot-hataava y acamparon en Hazerot.

    18 Salieron de Hazerot y acamparon en Ritma.

    19 Salieron de Ritma y acamparon en Rimón-peres.

    20 Salieron de Rimón-peres y acamparon en Libna.

    21 Salieron de Libna y acamparon en Rissa.

    22 Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata.

    23 Salieron de Ceelata y acamparon en el monte de Sefer.

    24 Salieron del monte de Sefer y acamparon en Harada.

    25 Salieron de Harada y acamparon en Macelot.

    26 Salieron de Macelot y acamparon en Tahat.

    27 Salieron de Tahat y acamparon en Tara.

    28 Salieron de Tara y acamparon en Mitca.

    29 Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona.

    30 Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot.

    31 Salieron de Moserot y acamparon en Bene-jaacán.

    32 Salieron de Bene-jaacán y acamparon en el monte de Gidgad.

    33 Salieron del monte de Gidgad y acamparon en Jotbata.

    34 Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona.

    35 Salieron de Abrona y acamparon en Ezión-geber.

    36 Salieron de Ezión-geber y acamparon en el desierto de Zin, que es Cades.

    37 Y salieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del país de Edom.

    38 Y subió el sacerdote Aarón al monte de Hor, conforme al dicho de Jehová, y allí murió a los cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el primero del mes.

    39 Era Aarón de edad de ciento veintitrés años, cuando murió en el monte de Hor.

    40 Y el cananeo, rey de Arad, que habitaba en el Neguev en la tierra de Canaán, oyó que habían venido los hijos de Israel.

    41 Y salieron del monte de Hor y acamparon en Zalmona.

    42 Salieron de Zalmona y acamparon en Punón.

    43 Salieron de Punón y acamparon en Obot.

    44 Salieron de Obot y acamparon en Ije-abarim, en la frontera de Moab.

    45 Salieron de Ije-abarim y acamparon en Dibón-gad.

    46 Salieron de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim.

    47 Salieron de Almón-diblataim y acamparon en los montes de Abarim, delante de Nebo.

    48 Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

    49 Finalmente acamparon junto al Jordán, desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.

    Límites y repartición de Canaán

    50 Y habló Jehová a Moisés en los campos de Moab junto al Jordán frente a Jericó, diciendo:

    51 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de Canaán,

    52 echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos;

    53 y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para que sea vuestra propiedad.

    54 Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; a los muchos daréis mucho por herencia, y a los pocos daréis menos por herencia; donde le cayere la suerte, allí la tendrá cada uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis.

    55 Y si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis.

    56 Además, haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos.

    Hubo una estancia prolongada en Cades o Ritma, en el desierto de Parán. Se esperó la vuelta de los espías. Se desató la rebelión en base al informe de los espías incrédulos, y Dios juró que no entrarían en la tierra, sino que andarían errantes por el desierto hasta que murieran todos los hombres que habían salido de Egipto, a excepción de Caleb y Josué. 

    Desafiando la palabra de Dios, invadieron la tierra, y fueron atacados por los amalecitas (Nm. 14:33-45). 

    Números 14:33-45

    33 Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto.

    34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.

    35 Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.

    Muerte de los diez espías malvados

    36 Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país,

    37 aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová.

    38 Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida, de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.

    La derrota en Horma

    39 Y Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se enlutó mucho.

    40 Y se levantaron por la mañana y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí para subir al lugar del cual ha hablado Jehová; porque hemos pecado.

    41 Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis el mandamiento de Jehová? Esto tampoco os saldrá bien.

    42 No subáis, porque Jehová no está en medio de vosotros, no seáis heridos delante de vuestros enemigos.

    43 Porque el amalecita y el cananeo están allí delante de vosotros, y caeréis a espada; pues por cuanto os habéis negado a seguir a Jehová, por eso no estará Jehová con vosotros.

    44 Sin embargo, se obstinaron en subir a la cima del monte; pero el arca del pacto de Jehová, y Moisés, no se apartaron de en medio del campamento.

    45 Y descendieron el amalecita y el cananeo que habitaban en aquel monte, y los hirieron y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Horma.

    A continuación siguió la rebelión de Coré (Nm. 16). 

    Números 16

    La rebelión de Coré

    1 Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron gente,

    2 y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre.

    3 Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?

    4 Cuando oyó esto Moisés, se postró sobre su rostro;

    5 y habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: Mañana mostrará Jehová quién es suyo, y quién es santo, y hará que se acerque a él; al que él escogiere, él lo acercará a sí.

    6 Haced esto: tomaos incensarios, Coré y todo su séquito,

    7 y poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso delante de Jehová mañana; y el varón a quien Jehová escogiere, aquel será el santo; esto os baste, hijos de Leví.

    8 Dijo más Moisés a Coré: Oíd ahora, hijos de Leví:

    9 ¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el servicio del tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para ministrarles,

    10 y que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Procuráis también el sacerdocio?

    11 Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que os juntáis contra Jehová; pues Aarón, ¿qué es, para que contra él murmuréis?

    12 Y envió Moisés a llamar a Datán y Abiram, hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos allá.

    13 ¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente?

    14 Ni tampoco nos has metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni nos has dado heredades de tierras y viñas. ¿Sacarás los ojos de estos hombres? No subiremos.

    15 Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a Jehová: No mires a su ofrenda; ni aun un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal.

    16 Después dijo Moisés a Coré: Tú y todo tu séquito, poneos mañana delante de Jehová; tú, y ellos, y Aarón;

    17 y tomad cada uno su incensario y poned incienso en ellos, y acercaos delante de Jehová cada uno con su incensario, doscientos cincuenta incensarios; tú también, y Aarón, cada uno con su incensario.

    18 Y tomó cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, y echaron en ellos incienso, y se pusieron a la puerta del tabernáculo de reunión con Moisés y Aarón.

    19 Ya Coré había hecho juntar contra ellos toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión; entonces la gloria de Jehová apareció a toda la congregación.

    20 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo:

    21 Apartaos de entre esta congregación, y los consumiré en un momento.

    22 Y ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué airarte contra toda la congregación?

    23 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:

    24 Habla a la congregación y diles: Apartaos de en derredor de la tienda de Coré, Datán y Abiram.

    25 Entonces Moisés se levantó y fue a Datán y a Abiram, y los ancianos de Israel fueron en pos de él.

    26 Y él habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres impíos, y no toquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis en todos sus pecados.

    27 Y se apartaron de las tiendas de Coré, de Datán y de Abiram en derredor; y Datán y Abiram salieron y se pusieron a las puertas de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus pequeñuelos.

    28 Y dijo Moisés: En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad.

    29 Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió.

    30 Mas si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová.

    31 Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos.

    32 Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes.

    33 Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.

    34 Y todo Israel, los que estaban en derredor de ellos, huyeron al grito de ellos; porque decían: No nos trague también la tierra.

    35 También salió fuego de delante de Jehová, y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso.

    36 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:

    37 Di a Eleazar hijo del sacerdote Aarón, que tome los incensarios de en medio del incendio, y derrame más allá el fuego; porque son santificados

    38 los incensarios de estos que pecaron contra sus almas; y harán de ellos planchas batidas para cubrir el altar; por cuanto ofrecieron con ellos delante de Jehová, son santificados, y serán como señal a los hijos de Israel.

    39 Y el sacerdote Eleazar tomó los incensarios de bronce con que los quemados habían ofrecido; y los batieron para cubrir el altar,

    40 en recuerdo para los hijos de Israel, de que ningún extraño que no sea de la descendencia de Aarón se acerque para ofrecer incienso delante de Jehová, para que no sea como Coré y como su séquito; según se lo dijo Jehová por medio de Moisés.

    41 El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová.

    42 Y aconteció que cuando se juntó la congregación contra Moisés y Aarón, miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí la nube lo había cubierto, y apareció la gloria de Jehová.

    43 Y vinieron Moisés y Aarón delante del tabernáculo de reunión.

    44 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

    45 Apartaos de en medio de esta congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se postraron sobre sus rostros.

    46 Y dijo Moisés a Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y sobre él pon incienso, y ve pronto a la congregación, y haz expiación por ellos, porque el furor ha salido de la presencia de Jehová; la mortandad ha comenzado.

    47 Entonces tomó Aarón el incensario, como Moisés dijo, y corrió en medio de la congregación; y he aquí que la mortandad había comenzado en el pueblo; y él puso incienso, e hizo expiación por el pueblo,

    48 y se puso entre los muertos y los vivos; y cesó la mortandad.

    49 Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por la rebelión de Coré.

    50 Después volvió Aarón a Moisés a la puerta del tabernáculo de reunión, cuando la mortandad había cesado.

    Aparentemente, los israelitas se pasaron treinta y siete años viajando tres veces entre Cades y Ezión-geber, sobre el golfo de Ákaba, aunque muchos de los campamentos no pueden ser identificados; algunos de ellos pueden haber estado situados más hacia el oeste. No se registra, sin embargo, cuánto tiempo estuvieron en cada lugar, y es posible también que algunos de éstos no hayan sido incluidos en las listas. Comparando Nm. 20:22-29 con Dt. 10:6 se verá que Mosera y el monte Hor son considerados como el mismo lugar, estando Mosera, o Moserot, al pie del monte Hor. 

    Números 20:22-29

    Aarón muere en el Monte Hor

    22 Y partiendo de Cades los hijos de Israel, toda aquella congregación, vinieron al monte de Hor.

    23 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón en el monte de Hor, en la frontera de la tierra de Edom, diciendo:

    24 Aarón será reunido a su pueblo, pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en las aguas de la rencilla.

    25 Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor,

    26 y desnuda a Aarón de sus vestiduras, y viste con ellas a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá.

    27 Y Moisés hizo como Jehová le mandó; y subieron al monte de Hor a la vista de toda la congregación.

    28 Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, y se las vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murió allí en la cumbre del monte, y Moisés y Eleazar descendieron del monte.

    29 Y viendo toda la congregación que Aarón había muerto, le hicieron duelo por treinta días todas la familias de Israel.

    Deuteronomio 10:6

    6 (Después salieron los hijos de Israel de Beerot-bene- jaacán a Mosera; allí murió Aarón, y allí fue sepultado, y en lugar suyo tuvo el sacerdocio su hijo Eleazar.

    Así, se considera Mosera como un lugar reconocido cuando empezó la verdadera «peregrinación». Salieron de Cades, o Ritma, a Rimón-peres, y después a otros campamentos, hasta que llegaron a Mosera, o monte Hor, por primera vez, aunque parece que se trata de una corta distancia (Nm. 33:19-30). 

    Números 33:19-30

    19 Salieron de Ritma y acamparon en Rimón-peres.

    20 Salieron de Rimón-peres y acamparon en Libna.

    21 Salieron de Libna y acamparon en Rissa.

    22 Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata.

    23 Salieron de Ceelata y acamparon en el monte de Sefer.

    24 Salieron del monte de Sefer y acamparon en Harada.

    25 Salieron de Harada y acamparon en Macelot.

    26 Salieron de Macelot y acamparon en Tahat.

    27 Salieron de Tahat y acamparon en Tara.

    28 Salieron de Tara y acamparon en Mitca.

    29 Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona.

    30 Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot.

    De Mosera viajaron hacia el sur a Ezión-geber, con cuatro campamentos intermedios (Nm. 33:31-35). 

    Números 33:31-35

    31 Salieron de Moserot y acamparon en Bene-jaacán.

    32 Salieron de Bene-jaacán y acamparon en el monte de Gidgad.

    33 Salieron del monte de Gidgad y acamparon en Jotbata.

    34 Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona.

    35 Salieron de Abrona y acamparon en Ezión-geber.

    Desde Ezión-geber se volvieron y viajaron de nuevo hacia el norte, llegando por segunda vez a Cades o Cadesbarnea, sin mencionarse campamento alguno entre estos distantes lugares. María murió en Cades. 

    El pueblo murmuró, y la roca recibió un golpe, ocasión en la cual pecaron Aarón y Moisés (Nm. 20:1-13). 

    Números 20:1-13

    Agua de la roca

    1 Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada.

    2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.

    3 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová!

    4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias?

    5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber.

    6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos.

    7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

    8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.

    9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.

    10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?

    11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.

    12 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.

    13 Estas son las aguas de la rencilla, por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él se santificó en ellos.

    De Cades viajaron al monte Hor, sin que se mencione ningún campamento entre ellas, a no ser que el Beerot de Dt. 10:6 entre aquí. 

    Deuteronomio 10:6

    6 (Después salieron los hijos de Israel de Beerot-bene- jaacán a Mosera; allí murió Aarón, y allí fue sepultado, y en lugar suyo tuvo el sacerdocio su hijo Eleazar.

    En el monte Hor murió y fue sepultado Aarón (Nm. 33:37, 38). 

    Números 33:37, 38

    37 Y salieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del país de Edom.

    38 Y subió el sacerdote Aarón al monte de Hor, conforme al dicho de Jehová, y allí murió a los cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el primero del mes.

    Fueron atacados por el rey Arad de Canaán, que fue derrotado, y sus ciudades destruidas (Nm. 21:1-3). 

    Números 21:1-3

    El rey de Arad ataca a Israel

    1 Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, oyó que venía Israel por el camino de Atarim, peleó contra Israel, y tomó de él prisioneros.

    2 Entonces Israel hizo voto a Jehová, y dijo: Si en efecto entregares este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades.

    3 Y Jehová escuchó la voz de Israel, y entregó al cananeo, y los destruyó a ellos y a sus ciudades; y llamó el nombre de aquel lugar Horma.

    Habiendo rehusado permiso el rey de Edom a los israelitas para que pasasen por su tierra, se hizo necesario que viajaran de nuevo al mar Rojo a fin de rodear la tierra de Edom (quizá pasando por Gudgoda y Jotbata, Dt. 10:7, por este camino) (Nm. 20:14-21; 21:4). 

    Deuteronomio 10:7

    7 De allí partieron a Gudgoda, y de Gudgoda a Jotbata, tierra de arroyos de aguas.

    Números 20:14-21 

    Edom rehúsa dar paso a Israel

    14 Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades, diciendo: Así dice Israel tu hermano: Tú has sabido todo el trabajo que nos ha venido;

    15 cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y estuvimos en Egipto largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros padres;

    16 y clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz, y envió un ángel, y nos sacó de Egipto; y he aquí estamos en Cades, ciudad cercana a tus fronteras.

    17 Te rogamos que pasemos por tu tierra. No pasaremos por labranza, ni por viña, ni beberemos agua de pozos; por el camino real iremos, sin apartarnos a diestra ni a siniestra, hasta que hayamos pasado tu territorio.

    18 Edom le respondió: No pasarás por mi país; de otra manera, saldré contra ti armado.

    19 Y los hijos de Israel dijeron: Por el camino principal iremos; y si bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de ellas; déjame solamente pasar a pie, nada más.

    20 Pero él respondió: No pasarás. Y salió Edom contra él con mucho pueblo, y mano fuerte.

    21 No quiso, pues, Edom dejar pasar a Israel por su territorio, y se desvió Israel de él.

    Números 21:4

    La serpiente de bronce

    4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.

    Desde el mar Rojo su ruta va claramente al este de Edom y del mar Salado hasta que llegaron frente a Jericó, donde acabó su peregrinación. Desde el monte Hor por Por Elat y Ezión-geber, el camino del mar Rojo, Dt. 2:8 Nm. 21:4 Zalmona, Nm. 33:41 Punón, Nm. 33:42 Obot, Nm. 21:10 Obot, Nm. 33:43 Ije-abarim, Nm. 21:11 Ije-abarim, 33:44, 45 Arroyo de Zered, Nm. 21:12; Dt. 2:13, 14 El arroyo de Arnón, Nm. 21:13; Dt. 2:24 Dibón-gad, Nm. 31:45, 46 Almón-diblataim, Nm. 33:46 Beer, en el desierto, Nm. 21:16, 18 Matana, Nm. 21:19 Nahaliel, Nm. 21:19 Bamot, Nm. 21:19 Pisga, Nm. 21:29 (en Abarim) Montes de Abarim, Nm. 33:48 Campos de Moab, junto al Campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, Jordán, frente a Jericó, Nm. 22:1 Nm. 33:48 

    Deuteronomio 2:8 

    8 Y nos alejamos del territorio de nuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino del Arabá desde Elat y Ezión-geber; y volvimos, y tomamos el camino del desierto de Moab.

    Números 21:4

    La serpiente de bronce

    4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.

    Números 33:41

    41 Y salieron del monte de Hor y acamparon en Zalmona.

    Números 33:42

    42 Salieron de Zalmona y acamparon en Punón.

    Números 21:10

    Los israelitas rodean la tierra de Moab

    10 Después partieron los hijos de Israel y acamparon en Obot.

    Números 33:43

    43 Salieron de Punón y acamparon en Obot.

    Números 21:11

    11 Y partiendo de Obot, acamparon en Ije-abarim, en el desierto que está enfrente de Moab, al nacimiento del sol.

    Números 21:12 

    12 Partieron de allí, y acamparon en el valle de Zered.

    Deuteronomio 2:13, 14

    13 Levantaos ahora, y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered.

    14 Y los días que anduvimos de Cades-barnea hasta cuando pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado.

    Números 21:13 

    13 De allí partieron, y acamparon al otro lado de Arnón, que está en el desierto, y que sale del territorio del amorreo; porque Arnón es límite de Moab, entre Moab y el amorreo.

    Deuteronomio 2:24

    24 Levantaos, salid, y pasad el arroyo de Arnón; he aquí he entregado en tu mano a Sehón rey de Hesbón, amorreo, y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella, y entra en guerra con él.

    Números 31:45, 46

    45 de los asnos, treinta mil quinientos;

    46 y de las personas, dieciséis mil);

    Números 33:46

    46 Salieron de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim.

    Números 21:16, 18

    16 De allí vinieron a Beer: este es el pozo del cual Jehová dijo a Moisés: Reúne al pueblo, y les daré agua.

    17 Entonces, cantó Israel este cántico: Sube, oh pozo; a él cantad;

    18 Pozo, el cual cavaron los señores. Lo cavaron los príncipes del pueblo, Y el legislador, con sus báculos. Del desierto vinieron a Matana,

    Números 21:19

    19 y de Matana a Nahaliel, y de Nahaliel a Bamot;

    Números 21:29

    29 ¡Ay de ti, Moab! Pereciste, pueblo de Quemos. Fueron puestos sus hijos en huida, Y sus hijas en cautividad, Por Sehón rey de los amorreos.

    Números 33:48

    48 Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

    Números 22:1 

    Balac manda llamar a Balaam

    1 Partieron los hijos de Israel, y acamparon en los campos de Moab junto al Jordán, frente a Jericó.

    Números 33:48

    48 Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

    Los múltiples fracasos y murmuraciones de los israelitas están registrados en las Escrituras, y nos han sido dados como una solemne advertencia para los cristianos (cfr. 1 Co. 10:1-14). 

    1 Corintios 10:1-14

    Amonestaciones contra la idolatría

    1 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar;

    2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar,

    3 y todos comieron el mismo alimento espiritual,

    4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.

    5 Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.

    6 Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.

    7 Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.

    8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil.

    9 Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.

    10 Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.

    11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.

    12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.

    13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

    14 Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.

    Para el significado tipológico de los viajes de los israelitas, véase DESIERTO. Para unas tablas completas de los campamentos que se mencionan de los israelitas en el desierto, véanse en el artículo ÉXODO. 

    Bibliografía: 

    Véase bajo los artículos EGIPTO y ÉXODO.

    VÉASE:
    Ramesés , Hicsos , Egipto
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