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  • Mundo

    En la Biblia este término comporta sentidos distintos que interesa deslindar. 

    (a) El universo. Es el mundo entero creado por Dios, «los cielos y la tierra» surgidos de sus manos (Gn. 1:1), que el NT designa con el nombre «kosmos». 

    Génesis 1:1

    La creación

    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    Dios ha creado, por su poder, todos los elementos constitutivos del polvo del mundo (Pr. 8:26; Jer. 10:12). 

    Proverbios 8:26 

    26 No había aún hecho la tierra, ni los campos, Ni el principio del polvo del mundo.

    Jeremías 10:12

    12 El que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los cielos con su sabiduría;

    Lo hizo con su divino Hijo (He. 1:2), que existía juntamente con Él desde antes de la fundación del mundo (Jn. 17:5). 

    Hebreos 1:2

    2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;

    Juan 17:5

    5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

    Dio ser al mundo por su Palabra (He. 11:3; Jn. 1:10). 

    Hebreos 11:3 

    3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

    Juan 1:10

    10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.

    Este mundo pertenece a su Creador (Sal. 24:1; 50:12). 

    Salmos 24:1 

    El rey de gloria

    1 De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.

    Salmos 50:12

    12 Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud.

    El mundo no se moverá en tanto que el Señor reine (Sal. 93:1; 96:10; 1 Cr. 16:30). 

    Salmos 93:1 

    La majestad de Jehová

    1 Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá.

    Salmos 96:10 

    10 Decid entre las naciones: Jehová reina. También afirmó el mundo, no será conmovido; Juzgará a los pueblos en justicia.

    1 Crónicas 16:30

    30 Temed en su presencia, toda la tierra; El mundo será aún establecido, para que no se conmueva.

    Constituye a los ojos de todos los hombres una demostración de las perfecciones invisibles de Dios, y es suficiente para establecer la responsabilidad de ellos (Ro. 1:20). 

    Romanos 1:20

    20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

    (b) La tierra habitada. «Oíd esto, pueblos todos, escuchad, habitantes todos del mundo» (Sal. 49:1). 

    Salmos 49:1

    La insensatez de confiar en las riquezas

    1 Oíd esto, pueblos todos; Escuchad, habitantes todos del mundo,

    El evangelio será predicado «en todo el mundo... a todas las naciones» (Mt. 24:14). 

    Mateo 24:14

    14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

    Por lo general se ha supuesto que el conocimiento que se tenía del mundo en los tiempos antiguos era muy limitado (Gn. 10). 

    Génesis 10

    Los descendientes de los hijos de Noé

    1 Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio.

    2 Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras.

    3 Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma.

    4 Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim.

    5 De éstos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones.

    6 Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán.

    7 Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán.

    8 Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra.

    9 Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová.

    10 Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.

    11 De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala,

    12 y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande.

    13 Mizraim engendró a Ludim, a Anamim, a Lehabim, a Naftuhim,

    14 a Patrusim, a Casluhim, de donde salieron los filisteos, y a Caftorim.

    15 Y Canaán engendró a Sidón su primogénito, a Het,

    16 al jebuseo, al amorreo, al gergeseo,

    17 al heveo, al araceo, al sineo,

    18 al arvadeo, al zemareo y al hamateo; y después se dispersaron las familias de los cananeos.

    19 Y fue el territorio de los cananeos desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa.

    20 Estos son los hijos de Cam por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.

    21 También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet.

    22 Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram.

    23 Y los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas.

    24 Arfaxad engendró a Sala, y Sala engendró a Heber.

    25 Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán.

    26 Y Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazar-mavet, Jera,

    27 Adoram, Uzal, Dicla,

    28 Obal, Abimael, Seba,

    29 Ofir, Havila y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán.

    30 Y la tierra en que habitaron fue desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente.

    31 Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.

    32 Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.

    Esto parece ser cierto en cuanto al conocimiento que la población en general tenía de su mundo, pero hay evidencias de que había círculos que preservaban y explotaban comercialmente un conocimiento mucho mayor que el tenido por el común de la gente, e incluso de los mismos comerciantes (cfr. Hapgood, «Maps of the Ancient Sea Kings»). 

    La tierra comúnmente conocida en tiempos de los patriarcas y de Moisés parecía extenderse del golfo Pérsico hasta Libia, y desde el mar Caspio hasta el Alto Egipto. 

    Es posible que se conocieran las tierras de Italia e incluso de España (Tarsis). También se llega hasta el sur de Arabia, aunque se ha argumentado que en realidad las flotas de Salomón llegaban hasta la India por una parte, y hasta las Canarias por otra. 

    Así, el marco y eje de la historia del mundo antiguo estuvo en el Oriente Medio. En el curso del desarrollo de la historia del AT los limites de este «mundo» no cambiaron demasiado, a pesar del ligero agrandamiento del horizonte geográfico. 

    Antes del final de esta época, Media y Persia ascendieron a naciones de primera importancia. El Indo vino a ser el limite de la tierra conocida (Est. 1:1). 

    Ester 1:1

    La reina Vasti desafía a Asuero

    1 Aconteció en los días de Asuero, el Asuero que reinó desde la India hasta Etiopía sobre ciento veintisiete provincias,

    Se conocía la existencia de Sinim (Is. 49:12). 

    Isaías 49:12

    12 He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim.

    Al oeste, y bajo el reinado del faraón Necao, hubo navegantes que dieron la vuelta a África, sin por ello darse cuenta de la importancia de su expedición, que duró dos años. Lo que les pareció muy extraño fue ver que el sol se levantaba a su derecha (Herodoto 4:42). 

    En Italia y en África del norte iba aumentando la población y se iba desarrollando lentamente la organización de la sociedad. Los mercaderes eran los que iban dando alguna noticia de los diversos pueblos. Ya hacia el final del período del AT Grecia, resistiendo a los persas, emergió a la luz de la historia. 

    Alejandro Magno contribuyó enormemente a incrementar los conocimientos geográficos de sus contemporáneos. Al este, sus ejércitos cruzaron el río Oxus (en nuestros tiempos el Amu Daria), llegando a Afganistán y al sur de la India septentrional. Los romanos siguieron sus huellas. 

    En la época de Cristo, el mundo conocido se extendía desde las Islas Británicas y España hasta el Irán y el Indo; de las Canarias y el Sahara hasta los bosques de Alemania y las estepas rusas y Siberia. Se sabía que más allá de estos límites había regiones habitadas, pero no había demasiado interés, por la falta de medios de comunicación. 

    Cuando César Augusto ordenó el censo «de todo el mundo», quería decir con esto todo el imperio romano (Lc. 2:1). 

    Lucas 2:1

    Nacimiento de Jesús

    1 Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.

    No obstante, a pesar de la ignorancia humana, la Biblia nunca ha dejado de considerar todo el conjunto de la tierra. Dios la ha dado entera, en don, a la humanidad (Gn. 1:28); asegura al Mesías «los confines de la tierra» (Sal. 2:8), de la misma manera que promete al creyente «la herencia del mundo» (Ro. 4:13). 

    Génesis 1:28

    28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

    Salmos 2:8

    8 Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.

    Romanos 4:13

    La promesa realizada mediante la fe

    13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.

    De la misma manera los discípulos de Cristo son llamados a ir «por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura» (Mr. 16:15). 

    Marcos 16:15

    15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

    (c) La humanidad a la que Dios ama y a la que desearía salvar. «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito» (Jn. 3:16). 

    Juan 3:16

    De tal manera amó Dios al mundo

    16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

    Jesús quita el pecado del mundo (Jn. 1:29). 

    Juan 1:29

    El Cordero de Dios

    29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

    Puso su vida en propiciación por los pecados de todo el mundo (1 Jn. 2:2). 

    1 Juan 2:2

    2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

    Es verdaderamente el Salvador del mundo (1 Jn. 4:14; Jn. 4:42). 

    1 Juan 4:14 

    14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.

    Juan 4:42

    42 y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.

    Él se ofrece en sacrificio por la vida del mundo (Jn. 6:33, 51). 

    Juan 6:33, 51

    33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.

    51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

    La caída de los judíos ha llegado a ser la riqueza y la reconciliación del mundo (Ro. 11:12, 15). 

    Romanos 11:12, 15

    12 Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?

    15 Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?

    Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo (2 Co. 5:19). 

    2 Corintios 5:19

    19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

    (d) El mundo pecador y malvado, que se aparta de Dios y rechaza su gracia. Es el medio en el que entró el mal por la caída y donde, desde entonces, reina la muerte (Ro. 5:12). 

    Romanos 5:12

    Adán y Cristo

    12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

    Todos los pecadores andan «según la corriente de este mundo» (Ef. 2:2), que está enteramente «bajo el maligno» (1 Jn. 5:19). 

    Efesios 2:2

    2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,

    1 Juan 5:19

    19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

    Satanás es, en efecto, llamado el Príncipe de este mundo (Jn. 12:31; 14:30; 16:11). 

    Juan 12:31 

    31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.

    Juan 14:30 

    30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.

    Juan 16:11

    11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

    No es sorprendente que la sabiduría del mundo considere necedad el Evangelio, y a la inversa (1 Co. 1:20-21), por cuanto el espíritu del mundo está enfrentado al Espíritu de Dios (1 Co. 2:12). 

    1 Corintios 1:20-21

    20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?

    21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

    1 Corintios 2:12

    12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,

    El mundo va más lejos aún, aborrece abiertamente a Cristo y a sus discípulos en tanto que ama y escucha a los que son suyos (Jn. 7:7; 15:18, 19; 17:14; 1 Jn. 3:13; 4:5). 

    Juan 7:7 

    7 No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.

    Juan 15:18, 19 

    El mundo os aborrecerá

    18 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.

    19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.

    Juan 17:14 

    14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

    1 Juan 3:13 

    13 Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece.

    1 Juan 4:5

    5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.

    El mundo se ha cerrado para no recibir a Cristo, Palabra y luz de Dios (Jn. 1:5, 10; 3:19). 

    Juan 1:5, 10 

    5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

    10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.

    Juan 3:19

    19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

    En realidad Jesús ha venido para iluminar y salvar al mundo (Jn. 12:46-47) por lo que el Espíritu actúa para convencerlo de pecado (Jn. 16:8). 

    Juan 12:46-47

    46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.

    47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.

    Juan 16:8

    8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

    Pero el endurecimiento de los impíos hará que el mundo sea juzgado junto a su príncipe (Jn. 16:8-11; 12:31). 

    Juan 16:8-11 

    8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

    9 De pecado, por cuanto no creen en mí;

    10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;

    11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

    Juan 12:31

    31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.

    Jesús afirma que el mundo no puede recibir al Espíritu de verdad, y que Él mismo ya no lo incluye en Su oración sacerdotal (Jn. 14:17; 17:9). 

    Juan 14:17 

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    Juan 17:9

    9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,

    Al no aceptar al Salvador, el mundo queda entonces reconocido enteramente culpable ante Dios (Ro. 3:19). 

    Romanos 3:19

    19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;

    Esto tiene profundas consecuencias en cuanto a la actitud del creyente ante el mundo. Esta actitud tiene dos aspectos: 

    (A) La separación. De la misma manera que Jesús, no somos del mundo (Jn. 8:23; 17:16). 

    Juan 8:23 

    23 Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.

    Juan 17:16

    16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

    Debemos retirarnos de las contaminaciones de este mundo (Stg. 1:27; 2 P. 2:20). 

    Santiago 1:27 

    27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.

    2 Pedro 2:20

    20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero.

    Nos es preciso huir de todo aquello que es del mundo y que no es del Padre: la concupiscencia de la carne, la de los ojos y la soberbia de la vida; así, no podemos amar al mundo, que pasa; pero equivaldría a un adulterio espiritual y a una rebelión contra Dios (1 Jn. 2:15-16; Stg. 4:4). 

    1 Juan 2:15-16 

    15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

    16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.

    Santiago 4:4

    4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

    Tenemos que ponernos en guardia, no fuera que seamos condenados con el mundo (1 Co. 11:32). 

    1 Corintios 11:32

    32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

    Si realmente llegamos a distinguirnos del mundo, sufriremos su odio y tendremos tribulación; pero podemos sentirnos alentados, porque Cristo ha vencido al mundo (Jn. 15:19; 16:33) y Aquel que está en nosotros es mayor que el que está en el mundo (1 Jn. 4:4). 

    Juan 15:19 

    19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.

    Juan 16:33

    33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

    1 Juan 4:4

    4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

    El que ha nacido de Dios triunfa sobre el mundo por la fe (1 Jn. 5:4-5). 

    1 Juan 5:4-5

    4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.

    5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

    Sin embargo, ello implica que el mundo esté crucificado para nosotros, y nosotros para el mundo (Gá. 6; 14). 

    Gálatas 6:14 

    14 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.

    (B) El segundo aspecto toca a la misión del creyente. Sería una posición falsa la adopción de una actitud negativa. Cristo, habiendo orado a Dios que no nos quitara del mundo, sino que nos preservara del mal, nos envía al mundo como Él mismo fue enviado (Jn. 17:15, 18). 

    Juan 17:15, 18

    15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.

    18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.

    Jesús, crucificado y rechazado por el mundo, se ha dado sin embargo por él. Él sigue orando por la unidad de los verdaderos creyentes, «para que el mundo crea» (Jn. 17:21). 

    Juan 17:21

    21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

    El campo al que son enviados los creyentes «es el mundo» (Mt. 13:38). 

    Mateo 13:38

    38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.

    Las tinieblas son densas, pero nosotros debemos brillar como luminares en el mundo, llevando la Palabra de Vida (Fil. 2:15). 

    Filipenses 2:15

    15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;

    Si cumplimos nuestra misión, seremos semejantes a Noé, que por su fe «condenó al mundo» (He. 11:7): en efecto, él predicó la justicia y advirtió a sus contemporáneos (2 P. 2:5); puso a la vista de ellos el arca de la salvación, admitiendo además a animales, y quedando el arca abierta hasta el último momento (Gn. 6:7). 

    Hebreos 11:7

    7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

    2 Pedro 2:5

    5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos;

    Génesis 6:7

    7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.

    En contraste con su fe, sus vecinos no murieron a causa del agua del Diluvio, sino a causa de su propia incredulidad. Si nosotros mismos hemos sido fieles, tendremos un día parte en el juicio del mundo (1 Co. 6:2). 

    1 Corintios 6:2

    2 ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?

    (e) El presente siglo. En ciertas versiones se traduce asimismo como mundo el término gr. «aïôn», que significa «era, período de tiempo, siglo» (cfr. la expresión «por los siglos de los siglos» en Ap. 1:1-18). 

    Apocalipsis 1:1-18

    La revelación de Jesucristo

    1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,

    2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.

    3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.

    Salutaciones a las siete iglesias

    4 Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono;

    5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,

    6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.

    7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.

    8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

    Una visión del Hijo del Hombre

    9 Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.

    10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,

    11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

    12 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro,

    13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.

    14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;

    15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.

    16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.

    17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;

    18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

    El «fin del mundo» (Mt. 13:39; 24:3 en la versión RV antigua) no significa el fin del cosmos que vendrá más tarde, sino el fin de la era presente. 

    Mateo 13:39 

    39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.

    Mateo 24:3

    Señales antes del fin

    3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?

    Un cierto pecado no será perdonado en este mundo («siglo», RVR) ni en el venidero (Mt. 12:32). 

    Mateo 12:32

    32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

    Los cuidados de este siglo impiden que la semilla dé fruto (Mt. 13:22). 

    Mateo 13:22

    22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

    La misma expresión siglo nos muestra el carácter breve y pasajero de nuestro mundo actual. 

    (f) El mundo venidero. Es el mismo término «aïõn» aplicado al «siglo venidero», es decir, al mundo futuro, a la eternidad que se avecina (Lc. 20:35; Ef. 1:21; 2:7; He. 6:5). 

    Lucas 20:35 

    35 mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.

    Efesios 1:21 

    21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;

    Efesios 2:7 

    7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

    Hebreos 6:5

    5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,

    El creyente tiene que considerar cuidadosamente la dicha de pertenecer a Aquel cuyo reino no participa del carácter de este mundo (cfr. Jn. 18:36). 

    Juan 18:36

    36 Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.

    Habiendo ya gustado del poder del mundo venidero, el creyente sabe a dónde se dirige.

  • DICCIONARIO
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  • Mundo

    En la Biblia este término comporta sentidos distintos que interesa deslindar. 

    (a) El universo. Es el mundo entero creado por Dios, «los cielos y la tierra» surgidos de sus manos (Gn. 1:1), que el NT designa con el nombre «kosmos». 

    Génesis 1:1

    La creación

    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    Dios ha creado, por su poder, todos los elementos constitutivos del polvo del mundo (Pr. 8:26; Jer. 10:12). 

    Proverbios 8:26 

    26 No había aún hecho la tierra, ni los campos, Ni el principio del polvo del mundo.

    Jeremías 10:12

    12 El que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los cielos con su sabiduría;

    Lo hizo con su divino Hijo (He. 1:2), que existía juntamente con Él desde antes de la fundación del mundo (Jn. 17:5). 

    Hebreos 1:2

    2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;

    Juan 17:5

    5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

    Dio ser al mundo por su Palabra (He. 11:3; Jn. 1:10). 

    Hebreos 11:3 

    3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

    Juan 1:10

    10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.

    Este mundo pertenece a su Creador (Sal. 24:1; 50:12). 

    Salmos 24:1 

    El rey de gloria

    1 De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.

    Salmos 50:12

    12 Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud.

    El mundo no se moverá en tanto que el Señor reine (Sal. 93:1; 96:10; 1 Cr. 16:30). 

    Salmos 93:1 

    La majestad de Jehová

    1 Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá.

    Salmos 96:10 

    10 Decid entre las naciones: Jehová reina. También afirmó el mundo, no será conmovido; Juzgará a los pueblos en justicia.

    1 Crónicas 16:30

    30 Temed en su presencia, toda la tierra; El mundo será aún establecido, para que no se conmueva.

    Constituye a los ojos de todos los hombres una demostración de las perfecciones invisibles de Dios, y es suficiente para establecer la responsabilidad de ellos (Ro. 1:20). 

    Romanos 1:20

    20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

    (b) La tierra habitada. «Oíd esto, pueblos todos, escuchad, habitantes todos del mundo» (Sal. 49:1). 

    Salmos 49:1

    La insensatez de confiar en las riquezas

    1 Oíd esto, pueblos todos; Escuchad, habitantes todos del mundo,

    El evangelio será predicado «en todo el mundo... a todas las naciones» (Mt. 24:14). 

    Mateo 24:14

    14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

    Por lo general se ha supuesto que el conocimiento que se tenía del mundo en los tiempos antiguos era muy limitado (Gn. 10). 

    Génesis 10

    Los descendientes de los hijos de Noé

    1 Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio.

    2 Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras.

    3 Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma.

    4 Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim.

    5 De éstos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones.

    6 Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán.

    7 Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán.

    8 Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra.

    9 Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová.

    10 Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.

    11 De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala,

    12 y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande.

    13 Mizraim engendró a Ludim, a Anamim, a Lehabim, a Naftuhim,

    14 a Patrusim, a Casluhim, de donde salieron los filisteos, y a Caftorim.

    15 Y Canaán engendró a Sidón su primogénito, a Het,

    16 al jebuseo, al amorreo, al gergeseo,

    17 al heveo, al araceo, al sineo,

    18 al arvadeo, al zemareo y al hamateo; y después se dispersaron las familias de los cananeos.

    19 Y fue el territorio de los cananeos desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa.

    20 Estos son los hijos de Cam por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.

    21 También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet.

    22 Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram.

    23 Y los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas.

    24 Arfaxad engendró a Sala, y Sala engendró a Heber.

    25 Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán.

    26 Y Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazar-mavet, Jera,

    27 Adoram, Uzal, Dicla,

    28 Obal, Abimael, Seba,

    29 Ofir, Havila y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán.

    30 Y la tierra en que habitaron fue desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente.

    31 Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.

    32 Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.

    Esto parece ser cierto en cuanto al conocimiento que la población en general tenía de su mundo, pero hay evidencias de que había círculos que preservaban y explotaban comercialmente un conocimiento mucho mayor que el tenido por el común de la gente, e incluso de los mismos comerciantes (cfr. Hapgood, «Maps of the Ancient Sea Kings»). 

    La tierra comúnmente conocida en tiempos de los patriarcas y de Moisés parecía extenderse del golfo Pérsico hasta Libia, y desde el mar Caspio hasta el Alto Egipto. 

    Es posible que se conocieran las tierras de Italia e incluso de España (Tarsis). También se llega hasta el sur de Arabia, aunque se ha argumentado que en realidad las flotas de Salomón llegaban hasta la India por una parte, y hasta las Canarias por otra. 

    Así, el marco y eje de la historia del mundo antiguo estuvo en el Oriente Medio. En el curso del desarrollo de la historia del AT los limites de este «mundo» no cambiaron demasiado, a pesar del ligero agrandamiento del horizonte geográfico. 

    Antes del final de esta época, Media y Persia ascendieron a naciones de primera importancia. El Indo vino a ser el limite de la tierra conocida (Est. 1:1). 

    Ester 1:1

    La reina Vasti desafía a Asuero

    1 Aconteció en los días de Asuero, el Asuero que reinó desde la India hasta Etiopía sobre ciento veintisiete provincias,

    Se conocía la existencia de Sinim (Is. 49:12). 

    Isaías 49:12

    12 He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim.

    Al oeste, y bajo el reinado del faraón Necao, hubo navegantes que dieron la vuelta a África, sin por ello darse cuenta de la importancia de su expedición, que duró dos años. Lo que les pareció muy extraño fue ver que el sol se levantaba a su derecha (Herodoto 4:42). 

    En Italia y en África del norte iba aumentando la población y se iba desarrollando lentamente la organización de la sociedad. Los mercaderes eran los que iban dando alguna noticia de los diversos pueblos. Ya hacia el final del período del AT Grecia, resistiendo a los persas, emergió a la luz de la historia. 

    Alejandro Magno contribuyó enormemente a incrementar los conocimientos geográficos de sus contemporáneos. Al este, sus ejércitos cruzaron el río Oxus (en nuestros tiempos el Amu Daria), llegando a Afganistán y al sur de la India septentrional. Los romanos siguieron sus huellas. 

    En la época de Cristo, el mundo conocido se extendía desde las Islas Británicas y España hasta el Irán y el Indo; de las Canarias y el Sahara hasta los bosques de Alemania y las estepas rusas y Siberia. Se sabía que más allá de estos límites había regiones habitadas, pero no había demasiado interés, por la falta de medios de comunicación. 

    Cuando César Augusto ordenó el censo «de todo el mundo», quería decir con esto todo el imperio romano (Lc. 2:1). 

    Lucas 2:1

    Nacimiento de Jesús

    1 Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.

    No obstante, a pesar de la ignorancia humana, la Biblia nunca ha dejado de considerar todo el conjunto de la tierra. Dios la ha dado entera, en don, a la humanidad (Gn. 1:28); asegura al Mesías «los confines de la tierra» (Sal. 2:8), de la misma manera que promete al creyente «la herencia del mundo» (Ro. 4:13). 

    Génesis 1:28

    28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

    Salmos 2:8

    8 Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.

    Romanos 4:13

    La promesa realizada mediante la fe

    13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.

    De la misma manera los discípulos de Cristo son llamados a ir «por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura» (Mr. 16:15). 

    Marcos 16:15

    15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

    (c) La humanidad a la que Dios ama y a la que desearía salvar. «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito» (Jn. 3:16). 

    Juan 3:16

    De tal manera amó Dios al mundo

    16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

    Jesús quita el pecado del mundo (Jn. 1:29). 

    Juan 1:29

    El Cordero de Dios

    29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

    Puso su vida en propiciación por los pecados de todo el mundo (1 Jn. 2:2). 

    1 Juan 2:2

    2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

    Es verdaderamente el Salvador del mundo (1 Jn. 4:14; Jn. 4:42). 

    1 Juan 4:14 

    14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.

    Juan 4:42

    42 y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.

    Él se ofrece en sacrificio por la vida del mundo (Jn. 6:33, 51). 

    Juan 6:33, 51

    33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.

    51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

    La caída de los judíos ha llegado a ser la riqueza y la reconciliación del mundo (Ro. 11:12, 15). 

    Romanos 11:12, 15

    12 Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?

    15 Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?

    Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo (2 Co. 5:19). 

    2 Corintios 5:19

    19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

    (d) El mundo pecador y malvado, que se aparta de Dios y rechaza su gracia. Es el medio en el que entró el mal por la caída y donde, desde entonces, reina la muerte (Ro. 5:12). 

    Romanos 5:12

    Adán y Cristo

    12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

    Todos los pecadores andan «según la corriente de este mundo» (Ef. 2:2), que está enteramente «bajo el maligno» (1 Jn. 5:19). 

    Efesios 2:2

    2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,

    1 Juan 5:19

    19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

    Satanás es, en efecto, llamado el Príncipe de este mundo (Jn. 12:31; 14:30; 16:11). 

    Juan 12:31 

    31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.

    Juan 14:30 

    30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.

    Juan 16:11

    11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

    No es sorprendente que la sabiduría del mundo considere necedad el Evangelio, y a la inversa (1 Co. 1:20-21), por cuanto el espíritu del mundo está enfrentado al Espíritu de Dios (1 Co. 2:12). 

    1 Corintios 1:20-21

    20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?

    21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

    1 Corintios 2:12

    12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,

    El mundo va más lejos aún, aborrece abiertamente a Cristo y a sus discípulos en tanto que ama y escucha a los que son suyos (Jn. 7:7; 15:18, 19; 17:14; 1 Jn. 3:13; 4:5). 

    Juan 7:7 

    7 No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.

    Juan 15:18, 19 

    El mundo os aborrecerá

    18 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.

    19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.

    Juan 17:14 

    14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

    1 Juan 3:13 

    13 Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece.

    1 Juan 4:5

    5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.

    El mundo se ha cerrado para no recibir a Cristo, Palabra y luz de Dios (Jn. 1:5, 10; 3:19). 

    Juan 1:5, 10 

    5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

    10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.

    Juan 3:19

    19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

    En realidad Jesús ha venido para iluminar y salvar al mundo (Jn. 12:46-47) por lo que el Espíritu actúa para convencerlo de pecado (Jn. 16:8). 

    Juan 12:46-47

    46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.

    47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.

    Juan 16:8

    8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

    Pero el endurecimiento de los impíos hará que el mundo sea juzgado junto a su príncipe (Jn. 16:8-11; 12:31). 

    Juan 16:8-11 

    8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

    9 De pecado, por cuanto no creen en mí;

    10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;

    11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

    Juan 12:31

    31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.

    Jesús afirma que el mundo no puede recibir al Espíritu de verdad, y que Él mismo ya no lo incluye en Su oración sacerdotal (Jn. 14:17; 17:9). 

    Juan 14:17 

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    Juan 17:9

    9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,

    Al no aceptar al Salvador, el mundo queda entonces reconocido enteramente culpable ante Dios (Ro. 3:19). 

    Romanos 3:19

    19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;

    Esto tiene profundas consecuencias en cuanto a la actitud del creyente ante el mundo. Esta actitud tiene dos aspectos: 

    (A) La separación. De la misma manera que Jesús, no somos del mundo (Jn. 8:23; 17:16). 

    Juan 8:23 

    23 Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.

    Juan 17:16

    16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

    Debemos retirarnos de las contaminaciones de este mundo (Stg. 1:27; 2 P. 2:20). 

    Santiago 1:27 

    27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.

    2 Pedro 2:20

    20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero.

    Nos es preciso huir de todo aquello que es del mundo y que no es del Padre: la concupiscencia de la carne, la de los ojos y la soberbia de la vida; así, no podemos amar al mundo, que pasa; pero equivaldría a un adulterio espiritual y a una rebelión contra Dios (1 Jn. 2:15-16; Stg. 4:4). 

    1 Juan 2:15-16 

    15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

    16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.

    Santiago 4:4

    4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

    Tenemos que ponernos en guardia, no fuera que seamos condenados con el mundo (1 Co. 11:32). 

    1 Corintios 11:32

    32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

    Si realmente llegamos a distinguirnos del mundo, sufriremos su odio y tendremos tribulación; pero podemos sentirnos alentados, porque Cristo ha vencido al mundo (Jn. 15:19; 16:33) y Aquel que está en nosotros es mayor que el que está en el mundo (1 Jn. 4:4). 

    Juan 15:19 

    19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.

    Juan 16:33

    33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

    1 Juan 4:4

    4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

    El que ha nacido de Dios triunfa sobre el mundo por la fe (1 Jn. 5:4-5). 

    1 Juan 5:4-5

    4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.

    5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

    Sin embargo, ello implica que el mundo esté crucificado para nosotros, y nosotros para el mundo (Gá. 6; 14). 

    Gálatas 6:14 

    14 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.

    (B) El segundo aspecto toca a la misión del creyente. Sería una posición falsa la adopción de una actitud negativa. Cristo, habiendo orado a Dios que no nos quitara del mundo, sino que nos preservara del mal, nos envía al mundo como Él mismo fue enviado (Jn. 17:15, 18). 

    Juan 17:15, 18

    15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.

    18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.

    Jesús, crucificado y rechazado por el mundo, se ha dado sin embargo por él. Él sigue orando por la unidad de los verdaderos creyentes, «para que el mundo crea» (Jn. 17:21). 

    Juan 17:21

    21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

    El campo al que son enviados los creyentes «es el mundo» (Mt. 13:38). 

    Mateo 13:38

    38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.

    Las tinieblas son densas, pero nosotros debemos brillar como luminares en el mundo, llevando la Palabra de Vida (Fil. 2:15). 

    Filipenses 2:15

    15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;

    Si cumplimos nuestra misión, seremos semejantes a Noé, que por su fe «condenó al mundo» (He. 11:7): en efecto, él predicó la justicia y advirtió a sus contemporáneos (2 P. 2:5); puso a la vista de ellos el arca de la salvación, admitiendo además a animales, y quedando el arca abierta hasta el último momento (Gn. 6:7). 

    Hebreos 11:7

    7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

    2 Pedro 2:5

    5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos;

    Génesis 6:7

    7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.

    En contraste con su fe, sus vecinos no murieron a causa del agua del Diluvio, sino a causa de su propia incredulidad. Si nosotros mismos hemos sido fieles, tendremos un día parte en el juicio del mundo (1 Co. 6:2). 

    1 Corintios 6:2

    2 ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?

    (e) El presente siglo. En ciertas versiones se traduce asimismo como mundo el término gr. «aïôn», que significa «era, período de tiempo, siglo» (cfr. la expresión «por los siglos de los siglos» en Ap. 1:1-18). 

    Apocalipsis 1:1-18

    La revelación de Jesucristo

    1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,

    2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.

    3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.

    Salutaciones a las siete iglesias

    4 Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono;

    5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,

    6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.

    7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.

    8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

    Una visión del Hijo del Hombre

    9 Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.

    10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,

    11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

    12 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro,

    13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.

    14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;

    15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.

    16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.

    17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;

    18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

    El «fin del mundo» (Mt. 13:39; 24:3 en la versión RV antigua) no significa el fin del cosmos que vendrá más tarde, sino el fin de la era presente. 

    Mateo 13:39 

    39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.

    Mateo 24:3

    Señales antes del fin

    3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?

    Un cierto pecado no será perdonado en este mundo («siglo», RVR) ni en el venidero (Mt. 12:32). 

    Mateo 12:32

    32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

    Los cuidados de este siglo impiden que la semilla dé fruto (Mt. 13:22). 

    Mateo 13:22

    22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

    La misma expresión siglo nos muestra el carácter breve y pasajero de nuestro mundo actual. 

    (f) El mundo venidero. Es el mismo término «aïõn» aplicado al «siglo venidero», es decir, al mundo futuro, a la eternidad que se avecina (Lc. 20:35; Ef. 1:21; 2:7; He. 6:5). 

    Lucas 20:35 

    35 mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.

    Efesios 1:21 

    21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;

    Efesios 2:7 

    7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

    Hebreos 6:5

    5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,

    El creyente tiene que considerar cuidadosamente la dicha de pertenecer a Aquel cuyo reino no participa del carácter de este mundo (cfr. Jn. 18:36). 

    Juan 18:36

    36 Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.

    Habiendo ya gustado del poder del mundo venidero, el creyente sabe a dónde se dirige.

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