Eclesiastés / Capítulo 5
Leyendo el subtítulo La Biblia RVR1960
Eclesiastés / Capítulo 5
    • La vanidad de la vida
    • 8 Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.
      9 Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos.
      10 El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.
      11 Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos?
      12 Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia.
      13 Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal;
      14 las cuales se pierden en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron, nada les queda en la mano.
      15 Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano.
      16 Este también es un gran mal, que como vino, así haya de volver. ¿Y de qué le aprovechó trabajar en vano?
      17 Además de esto, todos los días de su vida comerá en tinieblas, con mucho afán y dolor y miseria.
      18 He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.
      19 Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios.
      20 Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón.
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  • La vanidad de la vida
  • 8 Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.
    9 Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos.
    10 El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.
    11 Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos?
    12 Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia.
    13 Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal;
    14 las cuales se pierden en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron, nada les queda en la mano.
    15 Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano.
    16 Este también es un gran mal, que como vino, así haya de volver. ¿Y de qué le aprovechó trabajar en vano?
    17 Además de esto, todos los días de su vida comerá en tinieblas, con mucho afán y dolor y miseria.
    18 He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.
    19 Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios.
    20 Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón.
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