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  • Jacob

    Etimología: «Aquel que toma por el talón; que suplanta.» Hijo de Isaac y de Rebeca, y hermano mellizo de Esaú, alumbrado después de este último y, por ello, considerado como menor (Gn. 25:21-26). 

    Génesis 25:21-26

    21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer.

    22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová;

    23 y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.

    24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.

    25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú.

    26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.

    Isaac tenía 60 años al nacimiento de sus hijos (Gn. 25:26). 

    Génesis 25:26

    26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.

    A Jacob le encantaba reposar en las tiendas, siendo de naturaleza apacible (Gn. 25:27). 

    Génesis 25:27

    Esaú vende su primogenitura

    27 Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.

    Era el favorito de su madre, en tanto que su padre prefería a Esaú (Gn. 25:28). 

    Génesis 25:28

    28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.

    Sin embargo, antes de que ambos nacieran, Dios había dicho «el mayor servirá al menor» (Gn. 25:23), dando así Su promesa a Jacob. 

    Génesis 25:23

    23 y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.

    Un día, viniendo Esaú exhausto y hambriento después de cazar, Jacob, que se había preparado un potaje de color rojo, antes de dárselo a su hermano le hizo jurar que le cedería el derecho de primogenitura (Gn. 25:29-34). 

    Génesis 25:29-34

    29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado,

    30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.

    31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura.

    32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?

    33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.

    34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

    Así, Jacob no esperó a la intervención divina, sino que se mostró dispuesto a recurrir a cualquier argucia y fraude para procurárselo por sí mismo, no creyendo que Dios al final movería todo conforme a Su voluntad si esperaba en Él (cf. Gn. 48:14-20). 

    Génesis 48:14-20

    14 Entonces Israel extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito.

    15 Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,

    16 el Angel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra.

    17 Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.

    18 Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza.

    19 Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.

    20 Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés.

    Siguió un acto fraudulento. Isaac era viejo y casi ciego. Rebeca convenció a Jacob para que se vistiera con ropas de Esaú, y que se cubriera el cuello y las manos con pieles de cabritos, porque Esaú era mucho más velludo que Jacob, para hacerse pasar por su hermano. 

    Así obtendría de Isaac, que pensaba que se estaba muriendo, la bendición que correspondía al derecho de primogenitura. Cuando Esaú descubrió lo que Jacob había hecho, se lamentó violentamente de haberse dejado arrebatar su derecho por su hermano. 

    Esaú resolvió matar a su hermano cuando su padre muriera (Gn. 27:1-41). 

    Génesis 27:1-41

    Jacob obtiene la bendición de Isaac

    1 Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él respondió: Heme aquí.

    2 Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte.

    3 Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo y tráeme caza;

    4 y hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga antes que muera.

    5 Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para buscar la caza que había de traer.

    6 Entonces Rebeca habló a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído a tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo:

    7 Tráeme caza y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga en presencia de Jehová antes que yo muera.

    8 Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando.

    9 Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré de ellos viandas para tu padre, como a él le gusta;

    10 y tú las llevarás a tu padre, y comerá, para que él te bendiga antes de su muerte.

    11 Y Jacob dijo a Rebeca su madre: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño.

    12 Quizá me palpará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición.

    13 Y su madre respondió: Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz y vé y tráemelos.

    14 Entonces él fue y los tomó, y los trajo a su madre; y su madre hizo guisados, como a su padre le gustaba.

    15 Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob su hijo menor;

    16 y cubrió sus manos y la parte de su cuello donde no tenía vello, con las pieles de los cabritos;

    17 y entregó los guisados y el pan que había preparado, en manos de Jacob su hijo.

    18 Entonces éste fue a su padre y dijo: Padre mío. E Isaac respondió: Heme aquí; ¿quién eres, hijo mío?

    19 Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas.

    20 Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí.

    21 E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no.

    22 Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú.

    23 Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo.

    24 Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy.

    25 Dijo también: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga; y Jacob se la acercó, e Isaac comió; le trajo también vino, y bebió.

    26 Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío.

    27 Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo: Mira, el olor de mi hijo, Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;

    28 Dios, pues, te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo y de mosto.

    29 Sírvante pueblos, Y naciones se inclinen a ti; Sé señor de tus hermanos, Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, Y benditos los que te bendijeren.

    30 Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de cazar.

    31 E hizo él también guisados, y trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga.

    32 Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él le dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú.

    33 Y se estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito.

    34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío.

    35 Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición.

    36 Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?

    37 Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío?

    38 Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.

    39 Entonces Isaac su padre habló y le dijo: He aquí, será tu habitación en grosuras de la tierra, Y del rocío de los cielos de arriba;

    40 Y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; Y sucederá cuando te fortalezcas, Que descargarás su yugo de tu cerviz.

    Jacob huye de Esaú

    41 Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob.

    Rebeca oyó estas amenazas y, con la esperanza de que la cólera de Esaú se enfriara con la ausencia, hizo partir a Jacob, con el pretexto de ir a buscar una esposa para sí, a Harán, donde vivía su familia. 

    Durante el viaje, Jacob tuvo una visión de noche: una escalera comunicaba la tierra con el cielo, con ángeles que bajaban y subían, y el Señor le prometió todas las bendiciones del pacto (Gn. 27:42-46; 28:1-22). 

    Génesis 27:42-46 

    42 Y fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor; y ella envió y llamó a Jacob su hijo menor, y le dijo: He aquí, Esaú tu hermano se consula acerca de ti con la idea de matarte.

    43 Ahora pues, hijo mío, obedece a mi voz; levántate y huye a casa de Labán mi hermano en Harán,

    44 y mora con él algunos días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue;

    45 hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y olvide lo que le has hecho; yo enviaré entonces, y te traeré de allá. ¿Por qué seré privada de vosotros ambos en un día?

    46 Y dijo Rebeca a Isaac: Fastidio tengo de mi vida, a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?

    Génesis 28:1-22

    1 Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán.

    2 Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.

    3 Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos;

    4 y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham.

    5 Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca madre de Jacob y de Esaú.

    6 Y vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob, y le había enviado a Padan-aram, para tomar para sí mujer de allí; y que cuando le bendijo, le había mandado diciendo: No tomarás mujer de las hijas de Canaán;

    7 y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram.

    8 Vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán parecían mal a Isaac su padre;

    9 y se fue Esaú a Ismael, y tomó para sí por mujer a Mahalat, hija de Ismael hijo de Abraham, hermana de Nebaiot, además de sus otras mujeres.

    Dios se aparece a Jacob en Bet-el

    10 Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán.

    11 Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.

    12 Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.

    13 Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.

    14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.

    15 He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.

    16 Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.

    17 Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.

    18 Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella.

    19 Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero.

    20 E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir,

    21 y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios.

    22 Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

    Jacob moró al menos 20 años en Padán-aram. Al servicio de Labán, trabajó al principio catorce años para que Labán le diera sus dos hijas en matrimonio, Lea y Raquel; después trabajó durante seis años para conseguir ganados. 

    Tuvo once hijos durante su estancia en Harán, seis con Lea: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón, además de una hija, Dina; con Bilha, sierva de Raquel, dos: Dan y Neftalí; con Zilpa, sierva de Lea, dos: Gad y Aser; y, finalmente, uno con Raquel: José (Gn. 29-30). 

    Génesis 29

    Jacob sirve a Labán por Raquel y Lea

    1 Siguió luego Jacob su camino, y fue a la tierra de los orientales.

    2 Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo.

    3 Y juntaban allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de la boca del pozo, y abrevaban las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar.

    4 Y les dijo Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos.

    5 El les dijo: ¿Conocéis a Labán hijo de Nacor? Y ellos dijeron: Sí, le conocemos.

    6 Y él les dijo: ¿Está bien? Y ellos dijeron: Bien, y he aquí Raquel su hija viene con las ovejas.

    7 Y él dijo: He aquí es aún muy de día; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas.

    8 Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños, y remuevan la piedra de la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas.

    9 Mientras él aún hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su padre, porque ella era la pastora.

    10 Y sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán hermano de su madre, y las ovejas de Labán el hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la piedra de la boca del pozo, y abrevó el rebaño de Labán hermano de su madre.

    11 Y Jacob besó a Raquel, y alzó su voz y lloró.

    12 Y Jacob dijo a Raquel que él era hermano de su padre, y que era hijo de Rebeca; y ella corrió, y dio las nuevas a su padre.

    13 Así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, lo besó, y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas.

    14 Y Labán le dijo: Ciertamente hueso mío y carne mía eres. Y estuvo con él durante un mes.

    15 Entonces dijo Labán a Jacob: ¿Por ser tú mi hermano, me servirás de balde? Dime cuál será tu salario.

    16 Y Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel.

    17 Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.

    18 Y Jacob amó a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel tu hija menor.

    19 Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; quédate conmigo.

    20 Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba.

    21 Entonces dijo Jacob a Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido, para unirme a ella.

    22 Entonces Labán juntó a todos los varones de aquel lugar, e hizo banquete.

    23 Y sucedió que a la noche tomó a Lea su hija, y se la trajo; y él se llegó a ella.

    24 Y dio Labán su sierva Zilpa a su hija Lea por criada.

    25 Venida la mañana, he aquí que era Lea; y Jacob dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?

    26 Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor.

    27 Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hagas conmigo otros siete años.

    28 E hizo Jacob así, y cumplió la semana de aquélla; y él le dio a Raquel su hija por mujer.

    29 Y dio Labán a Raquel su hija su sierva Bilha por criada.

    30 Y se llegó también a Raquel, y la amó también más que a Lea; y sirvió a Labán aún otros siete años.

    Los hijos de Jacob

    31 Y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril.

    32 Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido.

    33 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón.

    34 Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos; por tanto, llamó su nombre Leví.

    35 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a Jehová; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz.

    Génesis 30

    1 Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.

    2 Y Jacob se enojó contra Raquel, y dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?

    3 Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; llégate a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella.

    4 Así le dio a Bilha su sierva por mujer; y Jacob se llegó a ella.

    5 Y concibió Bilha, y dio a luz un hijo a Jacob.

    6 Dijo entonces Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su nombre Dan.

    7 Concibió otra vez Bilha la sierva de Raquel, y dio a luz un segundo hijo a Jacob.

    8 Y dijo Raquel: Con luchas de Dios he contendido con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí.

    9 Viendo, pues, Lea, que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva, y la dio a Jacob por mujer.

    10 Y Zilpa sierva de Lea dio a luz un hijo a Jacob.

    11 Y dijo Lea: Vino la ventura; y llamó su nombre Gad.

    12 Luego Zilpa la sierva de Lea dio a luz otro hijo a Jacob.

    13 Y dijo Lea: Para dicha mía; porque las mujeres me dirán dichosa; y llamó su nombre Aser.

    14 Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.

    15 Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.

    16 Cuando, pues, Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: Llégate a mí, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche.

    17 Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob.

    18 Y dijo Lea: Dios me ha dado mi recompensa, por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar.

    19 Después concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob.

    20 Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote; ahora morará conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón.

    21 Después dio a luz una hija, y llamó su nombre Dina.

    22 Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos.

    23 Y concibió, y dio a luz un hijo, y dijo: Dios ha quitado mi afrenta;

    24 y llamó su nombre José, diciendo: Añádame Jehová otro hijo.

    Tretas de Jacob y de Labán

    25 Aconteció cuando Raquel hubo dado a luz a José, que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra.

    26 Dame mis mujeres y mis hijos, por las cuales he servido contigo, y déjame ir; pues tú sabes los servicios que te he hecho.

    27 Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa.

    28 Y dijo: Señálame tu salario, y yo lo daré.

    29 Y él respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cómo ha estado tu ganado conmigo.

    30 Porque poco tenías antes de mi venida, y ha crecido en gran número, y Jehová te ha bendecido con mi llegada; y ahora, ¿cuándo trabajaré también por mi propia casa?

    31 Y él dijo: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada; si hicieres por mí esto, volveré a apacentar tus ovejas.

    32 Yo pasaré hoy por todo tu rebaño, poniendo aparte todas las ovejas manchadas y salpicadas de color, y todas las ovejas de color oscuro, y las manchadas y salpicadas de color entre las cabras; y esto será mi salario.

    33 Así responderá por mí mi honradez mañana, cuando vengas a reconocer mi salario; toda la que no fuere pintada ni manchada en las cabras, y de color oscuro entre mis ovejas, se me ha de tener como de hurto.

    34 Dijo entonces Labán: Mira, sea como tú dices.

    35 Y Labán apartó aquel día los machos cabríos manchados y rayados, y todas las cabras manchadas y salpicadas de color, y toda aquella que tenía en sí algo de blanco, y todas las de color oscuro entre las ovejas, y las puso en mano de sus hijos.

    36 Y puso tres días de camino entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.

    37 Tomó luego Jacob varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas.

    38 Y puso las varas que había mondado delante del ganado, en los canales de los abrevaderos del agua donde venían a beber las ovejas, las cuales procreaban cuando venían a beber.

    39 Así concebían las ovejas delante de las varas; y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores.

    40 Y apartaba Jacob los corderos, y ponía con su propio rebaño los listados y todo lo que era oscuro del hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán.

    41 Y sucedía que cuantas veces se hallaban en celo las ovejas más fuertes, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en los abrevaderos, para que concibiesen a la vista de las varas.

    42 Pero cuando venían las ovejas más débiles, no las ponía; así eran las más débiles para Labán, y las más fuertes para Jacob.

    43 Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos.

    Este último nació cuando Jacob tenía 90 o 91 años (cf. Gn. 47:9 y Gn. 41:46, 47, 54; 45:11). 

    Génesis 47:9 

    9 Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.

    Génesis 41:46, 47, 54 

    46 Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.

    47 En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones.

    54 Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan.

    Génesis 45:11

    11 Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes.

    Seis años después, viendo que Labán y sus hijos, envidiándole, se habían indispuesto con él, Jacob huyó. Mientras guardaba sus rebaños, probablemente a tres días de Harán (Gn. 30:36; 31:22) a orillas del Éufrates, envió a buscar a sus mujeres (Gn. 31:4), cruzó el río, y emprendió la marcha, con su familia y bienes, en dirección a Canaán (Gn. 31:21). 

    Génesis 30:36 

    36 Y puso tres días de camino entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.

    Génesis 31:22

    22 Y al tercer día fue dicho a Labán que Jacob había huido.

    Génesis 31:4

    4 Envió, pues, Jacob, y llamó a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas,

    Génesis 31:21

    21 Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó y pasó el Eufrates, y se dirigió al monte de Galaad.

    Labán se lanzó en persecución de los fugitivos, alcanzándolos en el monte Galaad, indudablemente entre el Yarmuk y el Jaboc, a unos 500 Km. del Éufrates, al cabo de diez días, al menos, de la partida de Jacob, pero muy probablemente más tiempo, debido a que Jacob no podía hacer marchar sus rebaños y familia a mucha velocidad. 

    Dios protegió a Jacob advirtiendo a Labán, y los dos clanes enemistados llegaron a la reconciliación y celebraron un pacto. Erigieron un monumento de piedras, y sellaron su pacto con una comida común, estipulando que ninguno de los dos clanes rebasaría aquel lugar para atacar al otro (Gn. 31:51). 

    Génesis 31:51

    51 Dijo más Labán a Jacob: He aquí este majano, y he aquí esta señal, que he erigido entre tú y yo.

    Dios se manifestó a Jacob en un lugar que el peregrino llamó Mahanaim. Y en el vado del Jaboc, un hombre estuvo luchando con Jacob hasta la mañana, y, no pudiendo vencerlo, tocó el encaje de su muslo, descoyuntándolo. 

    Antes de dejarlo, el desconocido bendijo a Jacob con estas palabras: «No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido». Jacob dio a este lugar el nombre de Peniel (el rostro de Dios) «Vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma» (Gn. 32:22-32 cf. Gn. 33:20; Os. 12:5). 

    Génesis 32:22-32 

    Jacob lucha con el ángel en Peniel

    22 Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc.

    23 Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía.

    24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

    25 Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.

    26 Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.

    27 Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.

    28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.

    29 Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

    30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.

    31 Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera.

    32 Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo.

    Génesis 33:20 

    20 Y erigió allí un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel.

    Oseas 12:5

    5 Mas Jehová es Dios de los ejércitos; Jehová es su nombre.

    Este fue el momento crítico de la vida de Jacob. Hasta entonces había confiado en su propia fuerza y estratagemas, aprendió ahora que su energía no podía prevalecer contra Dios y que debería someterse recurriendo a la oración para obtener la bendición, y no ir más allá. 

    Desde entonces, se hace frecuente alusión a la adoración que Jacob ofrece al Señor. Antes de cruzar el Jordán, Jacob, tanto tiempo desterrado por sus acciones mezquinas con respecto a Esaú, volvió a encontrarse con su hermano, que lo perdonó. 

    Otra vez se separaron, volviendo Esaú al monte Seir, y dirigiéndose Jacob hacia Canaán (Gn. 33:1-18). 

    Génesis 33:1-18

    Reconciliación entre Jacob y Esaú

    1 Alzando Jacob sus ojos, miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas.

    2 Y puso las siervas y sus niños delante, luego a Lea y sus niños, y a Raquel y a José los últimos.

    3 Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano.

    4 Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron.

    5 Y alzó sus ojos y vio a las mujeres y los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha dado a tu siervo.

    6 Luego vinieron las siervas, ellas y sus niños, y se inclinaron.

    7 Y vino Lea con sus niños, y se inclinaron; y después llegó José y Raquel, y también se inclinaron.

    8 Y Esaú dijo: ¿Qué te propones con todos estos grupos que he encontrado? Y Jacob respondió: El hallar gracia en los ojos de mi señor.

    9 Y dijo Esaú: Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.

    10 Y dijo Jacob: No, yo te ruego; si he hallado ahora gracia en tus ojos, acepta mi presente, porque he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios, pues que con tanto favor me has recibido.

    11 Acepta, te ruego, mi presente que te he traído, porque Dios me ha hecho merced, y todo lo que hay aquí es mío. E insistió con él, y Esaú lo tomó.

    12 Y Esaú dijo: Anda, vamos; y yo iré delante de ti.

    13 Y Jacob le dijo: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que tengo ovejas y vacas paridas; y si las fatigan, en un día morirán todas las ovejas.

    14 Pase ahora mi señor delante de su siervo, y yo me iré poco a poco al paso del ganado que va delante de mí y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor a Seir.

    15 Y Esaú dijo: Dejaré ahora contigo de la gente que viene conmigo. Y Jacob dijo: ¿Para qué esto? Halle yo gracia en los ojos de mi señor.

    16 Así volvió Esaú aquel día por su camino a Seir.

    17 Y Jacob fue a Sucot, y edificó allí casa para sí, e hizo cabañas para su ganado; por tanto, llamó el nombre de aquel lugar Sucot.

    18 Después Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padan-aram; y acampó delante de la ciudad.

    Jacob plantó sus tiendas en Canaán, en Siquem. Allí compró un terreno para establecer su campamento, y allí erigió un altar al Señor (Gn. 33:18-20). 

    Génesis 33:18-20

    18 Después Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padan-aram; y acampó delante de la ciudad.

    19 Y compró una parte del campo, donde plantó su tienda, de mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas.

    20 Y erigió allí un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel.

    Es en Siquem que el hijo del rey de la ciudad forzó a Dina, hija de Jacob. Simeón y Leví, dos de los hijos de Jacob, y hermanos de padre y madre de Dina, ejecutaron una terrible venganza, atacando la ciudad después de haber reducido a la indefensión a sus habitantes mediante un engaño (Gn. 34:13-26). 

    Génesis 34:13-26

    13 Pero respondieron los hijos de Jacob a Siquem y a Hamor su padre con palabras engañosas, por cuanto había amancillado a Dina su hermana.

    14 Y les dijeron: No podemos hacer esto de dar nuestra hermana a hombre incircunciso, porque entre nosotros es abominación.

    15 Mas con esta condición os complaceremos: si habéis de ser como nosotros, que se circuncide entre vosotros todo varón.

    16 Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras; y habitaremos con vosotros, y seremos un pueblo.

    17 Mas si no nos prestareis oído para circuncidaros, tomaremos nuestra hija y nos iremos.

    18 Y parecieron bien sus palabras a Hamor, y a Siquem hijo de Hamor.

    19 Y no tardó el joven en hacer aquello, porque la hija de Jacob le había agradado; y él era el más distinguido de toda la casa de su padre.

    20 Entonces Hamor y Siquem su hijo vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los varones de su ciudad, diciendo:

    21 Estos varones son pacíficos con nosotros, y habitarán en el país, y traficarán en él; pues he aquí la tierra es bastante ancha para ellos; nosotros tomaremos sus hijas por mujeres, y les daremos las nuestras.

    22 Mas con esta condición consentirán estos hombres en habitar con nosotros, para que seamos un pueblo: que se circuncide todo varón entre nosotros, así como ellos son circuncidados.

    23 Su ganado, sus bienes y todas sus bestias serán nuestros; solamente convengamos con ellos, y habitarán con nosotros.

    24 Y obedecieron a Hamor y a Siquem su hijo todos los que salían por la puerta de la ciudad, y circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por la puerta de su ciudad.

    25 Pero sucedió que al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.

    Los otros hermanos se unieron a Leví y Simeón en el saqueo de la ciudad. Jacob, que no había tenido arte ni parte en este hecho, temió profundamente sus posibles consecuencias. 

    Buscó a Dios, e hizo desaparecer de su familia todos los ídolos e impurezas, y el Señor mismo le protegió (Gn. 34:30-35:5). 

    Génesis 34:30-31

    30 Entonces dijo Jacob a Simeón y a Leví: Me habéis turbado con hacerme abominable a los moradores de esta tierra, el cananeo y el ferezeo; y teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí y me atacarán, y seré destruido yo y mi casa.

    31 Pero ellos respondieron: ¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera?

    Génesis 35:1-5

    Dios bendice a Jacob en Bet-el

    1 Dijo Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.

    2 Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos.

    3 Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado.

    4 Así dieron a Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos, y los zarcillos que estaban en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina que estaba junto a Siquem.

    5 Y salieron, y el terror de Dios estuvo sobre las ciudades que había en sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob.

    Parece que desde entonces Siquem fue considerada propiedad de Jacob (Gn. 48:22; cf. Gn. 37:12). 

    Génesis 48:22 

    22 Y yo te he dado a ti una parte más que a tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.

    Génesis 37:12

    12 Después fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem.

    De allí, Jacob se dirigió a Bet-el. Débora murió allí, y allí fue sepultada (Gn. 35:6-8); véase DÉBORA 

    Génesis 35:6-8

    6 Y llegó Jacob a Luz, que está en tierra de Canaán (esta es Bet-el), él y todo el pueblo que con él estaba.

    7 Y edificó allí un altar, y llamó al lugar El-bet-el, porque allí le había aparecido Dios, cuando huía de su hermano.

    8 Entonces murió Débora, ama de Rebeca, y fue sepultada al pie de Bet-el, debajo de una encina, la cual fue llamada Alón-bacut.

    (a). Dios, que se había aparecido a Jacob en este lugar cuando se dirigía a Padán-aram, volvió a aparecérsele en el mismo lugar (Gn. 35:9; 28:10-22). 

    Génesis 35:9 

    9 Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había vuelto de Padan-aram, y le bendijo.

    Génesis 28:10-22

    Dios se aparece a Jacob en Bet-el

    10 Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán.

    11 Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.

    12 Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.

    13 Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.

    14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.

    15 He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.

    16 Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.

    17 Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.

    18 Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella.

    19 Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero.

    20 E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir,

    21 y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios.

    22 Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

    Confirmó el cambio del nombre de Jacob al de Israel, renovando las promesas del pacto hecho con Abraham. 

    Durante el viaje a Hebrón, Raquel dio a luz, cerca de Belén, al duodécimo y último hijo de Jacob, Benjamín. Raquel, la esposa a quien tanto había amado Jacob, murió en el parto (Gn. 35:9-20). 

    Génesis 35:9-20

    9 Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había vuelto de Padan-aram, y le bendijo.

    10 Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel.

    11 También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos.

    12 La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la tierra.

    13 Y se fue de él Dios, del lugar en donde había hablado con él.

    14 Y Jacob erigió una señal en el lugar donde había hablado con él, una señal de piedra, y derramó sobre ella libación, y echó sobre ella aceite.

    15 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar donde Dios había hablado con él, Bet-el.

    Muerte de Raquel

    16 Después partieron de Bet-el; y había aún como media legua de tierra para llegar a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo en su parto.

    17 Y aconteció, como había trabajo en su parto, que le dijo la partera: No temas, que también tendrás este hijo.

    18 Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín.

    19 Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, la cual es Belén.

    20 Y levantó Jacob un pilar sobre su sepultura; esta es la señal de la sepultura de Raquel hasta hoy.

    Finalmente, Jacob se reunió con su padre en Mamre (Gn. 35:27). 

    Génesis 35:27

    Muerte de Isaac

    27 Después vino Jacob a Isaac su padre a Mamre, a la ciudad de Arba, que es Hebrón, donde habitaron Abraham e Isaac.

    Isaac murió unos 23 años más tarde. Esaú y Jacob se reunieron para sepultarlo (Gn. 35:28, 29). 

    Génesis 35:28, 29

    28 Y fueron los días de Isaac ciento ochenta años.

    29 Y exhaló Isaac el espíritu, y murió, y fue recogido a su pueblo, viejo y lleno de días; y lo sepultaron Esaú y Jacob sus hijos.

    Parece que Jacob se detuvo en Mamre 33 años, porque llegó a Hebrón 10 años después de su vuelta a Palestina (Gn. 37:14; cf. 37:2), y es evidente que seguía allí cuando José lo mandó llamar para que fuera a Egipto (Gn. 46:1). 

    Génesis 37:14

    14 E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem.

    Génesis 37:2

    2 Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.

    Génesis 46:1

    Jacob y su familia en Egipto

    1 Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.

    Jacob tenía 130 años cuando se dirigió a Egipto (Gn. 47:9), y vivió todavía 17 años. 

    Génesis 47:9

    9 Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.

    Su primera bendición especial fue para los hijos de José, después bendijo a sus propios hijos, y murió a la edad de 147 años (Gn. 47:28; 48:49). 

    Génesis 47:28 

    28 Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años; y fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años.

    Génesis 48

    Jacob bendice a Efraín y a Manasés

    1 Sucedió después de estas cosas que dijeron a José: He aquí tu padre está enfermo. Y él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín.

    2 Y se le hizo saber a Jacob, diciendo: He aquí tu hijo José viene a ti. Entonces se esforzó Israel, y se sentó sobre la cama,

    3 y dijo a José: El Dios Omnipotente me apareció en Luz en la tierra de Canaán, y me bendijo,

    4 y me dijo: He aquí yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pondré por estirpe de naciones; y daré esta tierra a tu descendencia después de ti por heredad perpetua.

    5 Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniese a ti a la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Simeón, serán míos.

    6 Y los que después de ellos has engendrado, serán tuyos; por el nombre de sus hermanos serán llamados en sus heredades.

    7 Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, como media legua de tierra viniendo a Efrata; y la sepulté allí en el camino de Efrata, que es Belén.

    8 Y vio Israel los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos?

    9 Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos ahora a mí, y los bendeciré.

    10 Y los ojos de Israel estaban tan agravados por la vejez, que no podía ver. Les hizo, pues, acercarse a él, y él les besó y les abrazó.

    11 Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también a tu descendencia.

    12 Entonces José los sacó de entre sus rodillas, y se inclinó a tierra.

    13 Y los tomó José a ambos, Efraín a su derecha, a la izquierda de Israel, y Manasés a su izquierda, a la derecha de Israel; y los acercó a él.

    14 Entonces Israel extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito.

    15 Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,

    16 el Angel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra.

    17 Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.

    18 Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza.

    19 Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.

    20 Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés.

    21 Y dijo Israel a José: He aquí yo muero; pero Dios estará con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres.

    22 Y yo te he dado a ti una parte más que a tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.

    Génesis 49

    Profecía de Jacob acerca de sus hijos

    1 Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros.

    2 Juntaos y oíd, hijos de Jacob, Y escuchad a vuestro padre Israel.

    3 Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor; Principal en dignidad, principal en poder.

    4 Impetuoso como las aguas, no serás el principal, Por cuanto subiste al lecho de tu padre; Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado.

    5 Simeón y Leví son hermanos; Armas de iniquidad sus armas.

    6 En su consejo no entre mi alma, Ni mi espíritu se junte en su compañía. Porque en su furor mataron hombres, Y en su temeridad desjarretaron toros.

    7 Maldito su furor, que fue fiero; Y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, Y los esparciré en Israel.

    8 Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu padre se inclinarán a ti.

    9 Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará?

    10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.

    11 Atando a la vid su pollino, Y a la cepa el hijo de su asna, Lavó en el vino su vestido, Y en la sangre de uvas su manto.

    12 Sus ojos, rojos del vino, Y sus dientes blancos de la leche.

    13 Zabulón en puertos de mar habitará; Será para puerto de naves, Y su límite hasta Sidón.

    14 Isacar, asno fuerte Que se recuesta entre los apriscos;

    15 Y vio que el descanso era bueno, y que la tierra era deleitosa; Y bajó su hombro para llevar, Y sirvió en tributo.

    16 Dan juzgará a su pueblo, Como una de las tribus de Israel.

    17 Será Dan serpiente junto al camino, Víbora junto a la senda, Que muerde los talones del caballo, Y hace caer hacia atrás al jinete.

    18 Tu salvación esperé, oh Jehová.

    19 Gad, ejército lo acometerá; Mas él acometerá al fin.

    20 El pan de Aser será substancioso, Y él dará deleites al rey.

    21 Neftalí, cierva suelta, Que pronunciará dichos hermosos.

    22 Rama fructífera es José, Rama fructífera junto a una fuente, Cuyos vástagos se extienden sobre el muro.

    23 Le causaron amargura, Le asaetearon, Y le aborrecieron los arqueros;

    24 Mas su arco se mantuvo poderoso, Y los brazos de sus manos se fortalecieron Por las manos del Fuerte de Jacob (Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel),

    25 Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá Con bendiciones de los cielos de arriba, Con bendiciones del abismo que está abajo, Con bendiciones de los pechos y del vientre.

    26 Las bendiciones de tu padre Fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores; Hasta el término de los collados eternos Serán sobre la cabeza de José, Y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos.

    27 Benjamín es lobo arrebatador; A la mañana comerá la presa, Y a la tarde repartirá los despojos.

    Muerte y sepelio de Jacob

    28 Todos éstos fueron las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre les dijo, al bendecirlos; a cada uno por su bendición los bendijo.

    29 Les mandó luego, y les dijo: Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo,

    30 en la cueva que está en el campo de Macpela, al oriente de Mamre en la tierra de Canaán, la cual compró Abraham con el mismo campo de Efrón el heteo, para heredad de sepultura.

    31 Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su mujer; allí también sepulté yo a Lea.

    32 La compra del campo y de la cueva que está en él, fue de los hijos de Het.

    33 Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y expiró, y fue reunido con sus padres.

    Su cuerpo fue embalsamado y transportado solemnemente a Canaán, siendo sepultado en la cueva de Macpela (Gn. 50:1-14). 

    Génesis 50:1-14

    1 Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él, y lo besó.

    2 Y mandó José a sus siervos los médicos que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel.

    3 Y le cumplieron cuarenta días, porque así cumplían los días de los embalsamados, y lo lloraron los egipcios setenta días.

    4 Y pasados los días de su luto, habló José a los de la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia en vuestros ojos, os ruego que habléis en oídos de Faraón, diciendo:

    5 Mi padre me hizo jurar, diciendo: He aquí que voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepulturás; ruego, pues, que vaya yo ahora y sepulte a mi padre, y volveré.

    6 Y Faraón dijo: Ve, y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.

    7 Entonces José subió para sepultar a su padre; y subieron con él todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa, y todos los ancianos de la tierra de Egipto,

    8 y toda la casa de José, y sus hermanos, y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén sus niños, y sus ovejas y sus vacas.

    9 Subieron también con él carros y gente de a caballo, y se hizo un escuadrón muy grande.

    10 Y llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, y endecharon allí con grande y muy triste lamentación; y José hizo a su padre duelo por siete días.

    11 Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios; por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que está al otro lado del Jordán.

    12 Hicieron, pues, sus hijos con él según les había mandado;

    13 pues lo llevaron sus hijos a la tierra de Canaán, y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham con el mismo campo, para heredad de sepultura, de Efrón el heteo, al oriente de Mamre.

    14 Y volvió José a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que subieron con él a sepultar a su padre, después que lo hubo sepultado.

    Jacob cometió faltas notorias, por las cuales fue severamente castigado bajo la mano de Dios, y en su vejez sufrió intensamente por la pérdida de José. 

    Al final de su vida reconoció, al menos de manera tácita, que el comienzo de su carrera había quedado ensuciado por el pecado, y que no había sido íntegro delante de Dios; en el momento de morir, hace clara mención de la gracia de Dios (Gn. 47:9; 48:15-16). 

    Génesis 47:9 

    9 Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.

    Génesis 48:15-16

    15 Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,

    16 el Angel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra.

    Jacob mostró, durante su vida y también durante sus últimos días, una fe inquebrantable en el Señor (Gn. 48:21: He. 11:21). 

    Génesis 48:21 

    21 Y dijo Israel a José: He aquí yo muero; pero Dios estará con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres.

    Hebreos 11:21

    21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.

    Es el ejemplo por excelencia del creyente carnal, con numerosos defectos, que es tratado de una manera plena por la disciplina de Dios, y llevado a una dependencia total de Él. 

    También figura como tipo de la predestinación (Ro. 9:11-13), y su nombre entra en la mención de los héroes de la fe (He. 11:21). 

    Romanos 9:11-13

    11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),

    12 se le dijo: El mayor servirá al menor.

    13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

    Hebreos 11:21

    21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.

    El Señor mismo no se avergüenza de llamarse el «Dios de Jacob» (Éx. 3:6; 4:5; 2 S. 23:1; Sal. 20:2; Is. 2:3), o «el Fuerte de Jacob» (Sal. 132:2). 

    Éxodo 3:6 

    6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

    Éxodo 4:5 

    5 Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.

    2 Samuel 23:1 

    Últimas palabras de David

    1 Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel:

    Salmos 20:2 

    2 Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga.

    Isaías 2:3

    3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.

    Salmos 132:2

    2 De cómo juró a Jehová, Y prometió al Fuerte de Jacob:

    El Señor Jesucristo afirma explícitamente el lugar de honor que tendrá Jacob en el Reino (Mt. 8:11). 

    Mateo 8:11

    11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;

    La arqueología ilustra muchos de los rasgos de la vida de los patriarcas, en particular la de Jacob. 

    Según las cartas de Nuzi (véase NUZU), descubiertas entre 1925 y 1941 en el sureste de Nínive, era posible transferir a otra persona el derecho de primogenitura; se cita en ellas un caso cuyo pago fue de tres barcos. 

    Por otra parte, en estos documentos se ilustran las relaciones familiares entre Labán y su yerno (Gn. 31:29). 

    Génesis 31:29

    29 Poder hay en mi mano para haceros mal; mas el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.

    En Nuzi se conocían terafines parecidos a los que Raquel hurtó a Labán (Gn. 31:34). 

    Génesis 31:34

    34 Pero tomó Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán en toda la tienda, y no los halló.

    Se trataba de dioses del hogar, poseídos por el cabeza de familia; en el caso de una hija casada, su posesión daba al marido el derecho a la propiedad del suegro (Gordon, «Revue Biblique», 44, 1935, págs. 35ss). 

    Debido a que Labán tenía hijos varones, el hurto de los terafines representaba un daño grave. 

    En las Escrituras se da frecuentemente al conjunto de los hebreos, descendientes de Jacob, el nombre de «hijos de Israel» (Éx. 14:16, 29; 15:1, etc.). 

    Éxodo 14:16, 29 

    16 Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.

    29 Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda.

    Éxodo 15:1

    Cántico de Moisés y de María

    1 Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete.

    Los profetas, en sus pasajes poéticos, citan frecuentemente en paralelo los nombres de Jacob e Israel (Dt. 33:10; Is. 43:1, 22; 44:1). Véase ISRAEL.

    Deuteronomio 33:10 

    10 Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, Y tu ley a Israel; Pondrán el incienso delante de ti, Y el holocausto sobre tu altar.

    Isaías 43:1, 22 

    Jehová es el único Redentor

    1 Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

    22 Y no me invocaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel.

    Isaías 44:1

    Jehová es el único Dios

    1 Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí.

    VÉASE: Débora , Israel , Nuzu (o Nuzi)
  • DICCIONARIO
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  • Jacob

    Etimología: «Aquel que toma por el talón; que suplanta.» Hijo de Isaac y de Rebeca, y hermano mellizo de Esaú, alumbrado después de este último y, por ello, considerado como menor (Gn. 25:21-26). 

    Génesis 25:21-26

    21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer.

    22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová;

    23 y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.

    24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.

    25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú.

    26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.

    Isaac tenía 60 años al nacimiento de sus hijos (Gn. 25:26). 

    Génesis 25:26

    26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.

    A Jacob le encantaba reposar en las tiendas, siendo de naturaleza apacible (Gn. 25:27). 

    Génesis 25:27

    Esaú vende su primogenitura

    27 Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.

    Era el favorito de su madre, en tanto que su padre prefería a Esaú (Gn. 25:28). 

    Génesis 25:28

    28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.

    Sin embargo, antes de que ambos nacieran, Dios había dicho «el mayor servirá al menor» (Gn. 25:23), dando así Su promesa a Jacob. 

    Génesis 25:23

    23 y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.

    Un día, viniendo Esaú exhausto y hambriento después de cazar, Jacob, que se había preparado un potaje de color rojo, antes de dárselo a su hermano le hizo jurar que le cedería el derecho de primogenitura (Gn. 25:29-34). 

    Génesis 25:29-34

    29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado,

    30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.

    31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura.

    32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?

    33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.

    34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

    Así, Jacob no esperó a la intervención divina, sino que se mostró dispuesto a recurrir a cualquier argucia y fraude para procurárselo por sí mismo, no creyendo que Dios al final movería todo conforme a Su voluntad si esperaba en Él (cf. Gn. 48:14-20). 

    Génesis 48:14-20

    14 Entonces Israel extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito.

    15 Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,

    16 el Angel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra.

    17 Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.

    18 Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza.

    19 Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.

    20 Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés.

    Siguió un acto fraudulento. Isaac era viejo y casi ciego. Rebeca convenció a Jacob para que se vistiera con ropas de Esaú, y que se cubriera el cuello y las manos con pieles de cabritos, porque Esaú era mucho más velludo que Jacob, para hacerse pasar por su hermano. 

    Así obtendría de Isaac, que pensaba que se estaba muriendo, la bendición que correspondía al derecho de primogenitura. Cuando Esaú descubrió lo que Jacob había hecho, se lamentó violentamente de haberse dejado arrebatar su derecho por su hermano. 

    Esaú resolvió matar a su hermano cuando su padre muriera (Gn. 27:1-41). 

    Génesis 27:1-41

    Jacob obtiene la bendición de Isaac

    1 Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él respondió: Heme aquí.

    2 Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte.

    3 Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo y tráeme caza;

    4 y hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga antes que muera.

    5 Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para buscar la caza que había de traer.

    6 Entonces Rebeca habló a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído a tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo:

    7 Tráeme caza y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga en presencia de Jehová antes que yo muera.

    8 Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando.

    9 Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré de ellos viandas para tu padre, como a él le gusta;

    10 y tú las llevarás a tu padre, y comerá, para que él te bendiga antes de su muerte.

    11 Y Jacob dijo a Rebeca su madre: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño.

    12 Quizá me palpará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición.

    13 Y su madre respondió: Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz y vé y tráemelos.

    14 Entonces él fue y los tomó, y los trajo a su madre; y su madre hizo guisados, como a su padre le gustaba.

    15 Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob su hijo menor;

    16 y cubrió sus manos y la parte de su cuello donde no tenía vello, con las pieles de los cabritos;

    17 y entregó los guisados y el pan que había preparado, en manos de Jacob su hijo.

    18 Entonces éste fue a su padre y dijo: Padre mío. E Isaac respondió: Heme aquí; ¿quién eres, hijo mío?

    19 Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas.

    20 Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí.

    21 E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no.

    22 Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú.

    23 Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo.

    24 Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy.

    25 Dijo también: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga; y Jacob se la acercó, e Isaac comió; le trajo también vino, y bebió.

    26 Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío.

    27 Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo: Mira, el olor de mi hijo, Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;

    28 Dios, pues, te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo y de mosto.

    29 Sírvante pueblos, Y naciones se inclinen a ti; Sé señor de tus hermanos, Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, Y benditos los que te bendijeren.

    30 Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de cazar.

    31 E hizo él también guisados, y trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga.

    32 Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él le dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú.

    33 Y se estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito.

    34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío.

    35 Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición.

    36 Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?

    37 Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío?

    38 Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.

    39 Entonces Isaac su padre habló y le dijo: He aquí, será tu habitación en grosuras de la tierra, Y del rocío de los cielos de arriba;

    40 Y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; Y sucederá cuando te fortalezcas, Que descargarás su yugo de tu cerviz.

    Jacob huye de Esaú

    41 Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob.

    Rebeca oyó estas amenazas y, con la esperanza de que la cólera de Esaú se enfriara con la ausencia, hizo partir a Jacob, con el pretexto de ir a buscar una esposa para sí, a Harán, donde vivía su familia. 

    Durante el viaje, Jacob tuvo una visión de noche: una escalera comunicaba la tierra con el cielo, con ángeles que bajaban y subían, y el Señor le prometió todas las bendiciones del pacto (Gn. 27:42-46; 28:1-22). 

    Génesis 27:42-46 

    42 Y fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor; y ella envió y llamó a Jacob su hijo menor, y le dijo: He aquí, Esaú tu hermano se consula acerca de ti con la idea de matarte.

    43 Ahora pues, hijo mío, obedece a mi voz; levántate y huye a casa de Labán mi hermano en Harán,

    44 y mora con él algunos días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue;

    45 hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y olvide lo que le has hecho; yo enviaré entonces, y te traeré de allá. ¿Por qué seré privada de vosotros ambos en un día?

    46 Y dijo Rebeca a Isaac: Fastidio tengo de mi vida, a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?

    Génesis 28:1-22

    1 Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán.

    2 Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.

    3 Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos;

    4 y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham.

    5 Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca madre de Jacob y de Esaú.

    6 Y vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob, y le había enviado a Padan-aram, para tomar para sí mujer de allí; y que cuando le bendijo, le había mandado diciendo: No tomarás mujer de las hijas de Canaán;

    7 y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram.

    8 Vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán parecían mal a Isaac su padre;

    9 y se fue Esaú a Ismael, y tomó para sí por mujer a Mahalat, hija de Ismael hijo de Abraham, hermana de Nebaiot, además de sus otras mujeres.

    Dios se aparece a Jacob en Bet-el

    10 Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán.

    11 Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.

    12 Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.

    13 Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.

    14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.

    15 He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.

    16 Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.

    17 Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.

    18 Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella.

    19 Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero.

    20 E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir,

    21 y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios.

    22 Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

    Jacob moró al menos 20 años en Padán-aram. Al servicio de Labán, trabajó al principio catorce años para que Labán le diera sus dos hijas en matrimonio, Lea y Raquel; después trabajó durante seis años para conseguir ganados. 

    Tuvo once hijos durante su estancia en Harán, seis con Lea: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón, además de una hija, Dina; con Bilha, sierva de Raquel, dos: Dan y Neftalí; con Zilpa, sierva de Lea, dos: Gad y Aser; y, finalmente, uno con Raquel: José (Gn. 29-30). 

    Génesis 29

    Jacob sirve a Labán por Raquel y Lea

    1 Siguió luego Jacob su camino, y fue a la tierra de los orientales.

    2 Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo.

    3 Y juntaban allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de la boca del pozo, y abrevaban las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar.

    4 Y les dijo Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos.

    5 El les dijo: ¿Conocéis a Labán hijo de Nacor? Y ellos dijeron: Sí, le conocemos.

    6 Y él les dijo: ¿Está bien? Y ellos dijeron: Bien, y he aquí Raquel su hija viene con las ovejas.

    7 Y él dijo: He aquí es aún muy de día; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas.

    8 Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños, y remuevan la piedra de la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas.

    9 Mientras él aún hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su padre, porque ella era la pastora.

    10 Y sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán hermano de su madre, y las ovejas de Labán el hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la piedra de la boca del pozo, y abrevó el rebaño de Labán hermano de su madre.

    11 Y Jacob besó a Raquel, y alzó su voz y lloró.

    12 Y Jacob dijo a Raquel que él era hermano de su padre, y que era hijo de Rebeca; y ella corrió, y dio las nuevas a su padre.

    13 Así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, lo besó, y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas.

    14 Y Labán le dijo: Ciertamente hueso mío y carne mía eres. Y estuvo con él durante un mes.

    15 Entonces dijo Labán a Jacob: ¿Por ser tú mi hermano, me servirás de balde? Dime cuál será tu salario.

    16 Y Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel.

    17 Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.

    18 Y Jacob amó a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel tu hija menor.

    19 Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; quédate conmigo.

    20 Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba.

    21 Entonces dijo Jacob a Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido, para unirme a ella.

    22 Entonces Labán juntó a todos los varones de aquel lugar, e hizo banquete.

    23 Y sucedió que a la noche tomó a Lea su hija, y se la trajo; y él se llegó a ella.

    24 Y dio Labán su sierva Zilpa a su hija Lea por criada.

    25 Venida la mañana, he aquí que era Lea; y Jacob dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?

    26 Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor.

    27 Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hagas conmigo otros siete años.

    28 E hizo Jacob así, y cumplió la semana de aquélla; y él le dio a Raquel su hija por mujer.

    29 Y dio Labán a Raquel su hija su sierva Bilha por criada.

    30 Y se llegó también a Raquel, y la amó también más que a Lea; y sirvió a Labán aún otros siete años.

    Los hijos de Jacob

    31 Y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril.

    32 Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido.

    33 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón.

    34 Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos; por tanto, llamó su nombre Leví.

    35 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a Jehová; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz.

    Génesis 30

    1 Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.

    2 Y Jacob se enojó contra Raquel, y dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?

    3 Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; llégate a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella.

    4 Así le dio a Bilha su sierva por mujer; y Jacob se llegó a ella.

    5 Y concibió Bilha, y dio a luz un hijo a Jacob.

    6 Dijo entonces Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su nombre Dan.

    7 Concibió otra vez Bilha la sierva de Raquel, y dio a luz un segundo hijo a Jacob.

    8 Y dijo Raquel: Con luchas de Dios he contendido con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí.

    9 Viendo, pues, Lea, que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva, y la dio a Jacob por mujer.

    10 Y Zilpa sierva de Lea dio a luz un hijo a Jacob.

    11 Y dijo Lea: Vino la ventura; y llamó su nombre Gad.

    12 Luego Zilpa la sierva de Lea dio a luz otro hijo a Jacob.

    13 Y dijo Lea: Para dicha mía; porque las mujeres me dirán dichosa; y llamó su nombre Aser.

    14 Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.

    15 Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.

    16 Cuando, pues, Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: Llégate a mí, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche.

    17 Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob.

    18 Y dijo Lea: Dios me ha dado mi recompensa, por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar.

    19 Después concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob.

    20 Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote; ahora morará conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón.

    21 Después dio a luz una hija, y llamó su nombre Dina.

    22 Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos.

    23 Y concibió, y dio a luz un hijo, y dijo: Dios ha quitado mi afrenta;

    24 y llamó su nombre José, diciendo: Añádame Jehová otro hijo.

    Tretas de Jacob y de Labán

    25 Aconteció cuando Raquel hubo dado a luz a José, que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra.

    26 Dame mis mujeres y mis hijos, por las cuales he servido contigo, y déjame ir; pues tú sabes los servicios que te he hecho.

    27 Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa.

    28 Y dijo: Señálame tu salario, y yo lo daré.

    29 Y él respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cómo ha estado tu ganado conmigo.

    30 Porque poco tenías antes de mi venida, y ha crecido en gran número, y Jehová te ha bendecido con mi llegada; y ahora, ¿cuándo trabajaré también por mi propia casa?

    31 Y él dijo: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada; si hicieres por mí esto, volveré a apacentar tus ovejas.

    32 Yo pasaré hoy por todo tu rebaño, poniendo aparte todas las ovejas manchadas y salpicadas de color, y todas las ovejas de color oscuro, y las manchadas y salpicadas de color entre las cabras; y esto será mi salario.

    33 Así responderá por mí mi honradez mañana, cuando vengas a reconocer mi salario; toda la que no fuere pintada ni manchada en las cabras, y de color oscuro entre mis ovejas, se me ha de tener como de hurto.

    34 Dijo entonces Labán: Mira, sea como tú dices.

    35 Y Labán apartó aquel día los machos cabríos manchados y rayados, y todas las cabras manchadas y salpicadas de color, y toda aquella que tenía en sí algo de blanco, y todas las de color oscuro entre las ovejas, y las puso en mano de sus hijos.

    36 Y puso tres días de camino entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.

    37 Tomó luego Jacob varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas.

    38 Y puso las varas que había mondado delante del ganado, en los canales de los abrevaderos del agua donde venían a beber las ovejas, las cuales procreaban cuando venían a beber.

    39 Así concebían las ovejas delante de las varas; y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores.

    40 Y apartaba Jacob los corderos, y ponía con su propio rebaño los listados y todo lo que era oscuro del hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán.

    41 Y sucedía que cuantas veces se hallaban en celo las ovejas más fuertes, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en los abrevaderos, para que concibiesen a la vista de las varas.

    42 Pero cuando venían las ovejas más débiles, no las ponía; así eran las más débiles para Labán, y las más fuertes para Jacob.

    43 Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos.

    Este último nació cuando Jacob tenía 90 o 91 años (cf. Gn. 47:9 y Gn. 41:46, 47, 54; 45:11). 

    Génesis 47:9 

    9 Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.

    Génesis 41:46, 47, 54 

    46 Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.

    47 En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones.

    54 Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan.

    Génesis 45:11

    11 Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes.

    Seis años después, viendo que Labán y sus hijos, envidiándole, se habían indispuesto con él, Jacob huyó. Mientras guardaba sus rebaños, probablemente a tres días de Harán (Gn. 30:36; 31:22) a orillas del Éufrates, envió a buscar a sus mujeres (Gn. 31:4), cruzó el río, y emprendió la marcha, con su familia y bienes, en dirección a Canaán (Gn. 31:21). 

    Génesis 30:36 

    36 Y puso tres días de camino entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.

    Génesis 31:22

    22 Y al tercer día fue dicho a Labán que Jacob había huido.

    Génesis 31:4

    4 Envió, pues, Jacob, y llamó a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas,

    Génesis 31:21

    21 Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó y pasó el Eufrates, y se dirigió al monte de Galaad.

    Labán se lanzó en persecución de los fugitivos, alcanzándolos en el monte Galaad, indudablemente entre el Yarmuk y el Jaboc, a unos 500 Km. del Éufrates, al cabo de diez días, al menos, de la partida de Jacob, pero muy probablemente más tiempo, debido a que Jacob no podía hacer marchar sus rebaños y familia a mucha velocidad. 

    Dios protegió a Jacob advirtiendo a Labán, y los dos clanes enemistados llegaron a la reconciliación y celebraron un pacto. Erigieron un monumento de piedras, y sellaron su pacto con una comida común, estipulando que ninguno de los dos clanes rebasaría aquel lugar para atacar al otro (Gn. 31:51). 

    Génesis 31:51

    51 Dijo más Labán a Jacob: He aquí este majano, y he aquí esta señal, que he erigido entre tú y yo.

    Dios se manifestó a Jacob en un lugar que el peregrino llamó Mahanaim. Y en el vado del Jaboc, un hombre estuvo luchando con Jacob hasta la mañana, y, no pudiendo vencerlo, tocó el encaje de su muslo, descoyuntándolo. 

    Antes de dejarlo, el desconocido bendijo a Jacob con estas palabras: «No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido». Jacob dio a este lugar el nombre de Peniel (el rostro de Dios) «Vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma» (Gn. 32:22-32 cf. Gn. 33:20; Os. 12:5). 

    Génesis 32:22-32 

    Jacob lucha con el ángel en Peniel

    22 Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc.

    23 Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía.

    24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

    25 Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.

    26 Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.

    27 Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.

    28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.

    29 Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

    30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.

    31 Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera.

    32 Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo.

    Génesis 33:20 

    20 Y erigió allí un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel.

    Oseas 12:5

    5 Mas Jehová es Dios de los ejércitos; Jehová es su nombre.

    Este fue el momento crítico de la vida de Jacob. Hasta entonces había confiado en su propia fuerza y estratagemas, aprendió ahora que su energía no podía prevalecer contra Dios y que debería someterse recurriendo a la oración para obtener la bendición, y no ir más allá. 

    Desde entonces, se hace frecuente alusión a la adoración que Jacob ofrece al Señor. Antes de cruzar el Jordán, Jacob, tanto tiempo desterrado por sus acciones mezquinas con respecto a Esaú, volvió a encontrarse con su hermano, que lo perdonó. 

    Otra vez se separaron, volviendo Esaú al monte Seir, y dirigiéndose Jacob hacia Canaán (Gn. 33:1-18). 

    Génesis 33:1-18

    Reconciliación entre Jacob y Esaú

    1 Alzando Jacob sus ojos, miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas.

    2 Y puso las siervas y sus niños delante, luego a Lea y sus niños, y a Raquel y a José los últimos.

    3 Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano.

    4 Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron.

    5 Y alzó sus ojos y vio a las mujeres y los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha dado a tu siervo.

    6 Luego vinieron las siervas, ellas y sus niños, y se inclinaron.

    7 Y vino Lea con sus niños, y se inclinaron; y después llegó José y Raquel, y también se inclinaron.

    8 Y Esaú dijo: ¿Qué te propones con todos estos grupos que he encontrado? Y Jacob respondió: El hallar gracia en los ojos de mi señor.

    9 Y dijo Esaú: Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.

    10 Y dijo Jacob: No, yo te ruego; si he hallado ahora gracia en tus ojos, acepta mi presente, porque he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios, pues que con tanto favor me has recibido.

    11 Acepta, te ruego, mi presente que te he traído, porque Dios me ha hecho merced, y todo lo que hay aquí es mío. E insistió con él, y Esaú lo tomó.

    12 Y Esaú dijo: Anda, vamos; y yo iré delante de ti.

    13 Y Jacob le dijo: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que tengo ovejas y vacas paridas; y si las fatigan, en un día morirán todas las ovejas.

    14 Pase ahora mi señor delante de su siervo, y yo me iré poco a poco al paso del ganado que va delante de mí y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor a Seir.

    15 Y Esaú dijo: Dejaré ahora contigo de la gente que viene conmigo. Y Jacob dijo: ¿Para qué esto? Halle yo gracia en los ojos de mi señor.

    16 Así volvió Esaú aquel día por su camino a Seir.

    17 Y Jacob fue a Sucot, y edificó allí casa para sí, e hizo cabañas para su ganado; por tanto, llamó el nombre de aquel lugar Sucot.

    18 Después Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padan-aram; y acampó delante de la ciudad.

    Jacob plantó sus tiendas en Canaán, en Siquem. Allí compró un terreno para establecer su campamento, y allí erigió un altar al Señor (Gn. 33:18-20). 

    Génesis 33:18-20

    18 Después Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padan-aram; y acampó delante de la ciudad.

    19 Y compró una parte del campo, donde plantó su tienda, de mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas.

    20 Y erigió allí un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel.

    Es en Siquem que el hijo del rey de la ciudad forzó a Dina, hija de Jacob. Simeón y Leví, dos de los hijos de Jacob, y hermanos de padre y madre de Dina, ejecutaron una terrible venganza, atacando la ciudad después de haber reducido a la indefensión a sus habitantes mediante un engaño (Gn. 34:13-26). 

    Génesis 34:13-26

    13 Pero respondieron los hijos de Jacob a Siquem y a Hamor su padre con palabras engañosas, por cuanto había amancillado a Dina su hermana.

    14 Y les dijeron: No podemos hacer esto de dar nuestra hermana a hombre incircunciso, porque entre nosotros es abominación.

    15 Mas con esta condición os complaceremos: si habéis de ser como nosotros, que se circuncide entre vosotros todo varón.

    16 Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras; y habitaremos con vosotros, y seremos un pueblo.

    17 Mas si no nos prestareis oído para circuncidaros, tomaremos nuestra hija y nos iremos.

    18 Y parecieron bien sus palabras a Hamor, y a Siquem hijo de Hamor.

    19 Y no tardó el joven en hacer aquello, porque la hija de Jacob le había agradado; y él era el más distinguido de toda la casa de su padre.

    20 Entonces Hamor y Siquem su hijo vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los varones de su ciudad, diciendo:

    21 Estos varones son pacíficos con nosotros, y habitarán en el país, y traficarán en él; pues he aquí la tierra es bastante ancha para ellos; nosotros tomaremos sus hijas por mujeres, y les daremos las nuestras.

    22 Mas con esta condición consentirán estos hombres en habitar con nosotros, para que seamos un pueblo: que se circuncide todo varón entre nosotros, así como ellos son circuncidados.

    23 Su ganado, sus bienes y todas sus bestias serán nuestros; solamente convengamos con ellos, y habitarán con nosotros.

    24 Y obedecieron a Hamor y a Siquem su hijo todos los que salían por la puerta de la ciudad, y circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por la puerta de su ciudad.

    25 Pero sucedió que al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.

    Los otros hermanos se unieron a Leví y Simeón en el saqueo de la ciudad. Jacob, que no había tenido arte ni parte en este hecho, temió profundamente sus posibles consecuencias. 

    Buscó a Dios, e hizo desaparecer de su familia todos los ídolos e impurezas, y el Señor mismo le protegió (Gn. 34:30-35:5). 

    Génesis 34:30-31

    30 Entonces dijo Jacob a Simeón y a Leví: Me habéis turbado con hacerme abominable a los moradores de esta tierra, el cananeo y el ferezeo; y teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí y me atacarán, y seré destruido yo y mi casa.

    31 Pero ellos respondieron: ¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera?

    Génesis 35:1-5

    Dios bendice a Jacob en Bet-el

    1 Dijo Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.

    2 Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos.

    3 Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado.

    4 Así dieron a Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos, y los zarcillos que estaban en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina que estaba junto a Siquem.

    5 Y salieron, y el terror de Dios estuvo sobre las ciudades que había en sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob.

    Parece que desde entonces Siquem fue considerada propiedad de Jacob (Gn. 48:22; cf. Gn. 37:12). 

    Génesis 48:22 

    22 Y yo te he dado a ti una parte más que a tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.

    Génesis 37:12

    12 Después fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem.

    De allí, Jacob se dirigió a Bet-el. Débora murió allí, y allí fue sepultada (Gn. 35:6-8); véase DÉBORA 

    Génesis 35:6-8

    6 Y llegó Jacob a Luz, que está en tierra de Canaán (esta es Bet-el), él y todo el pueblo que con él estaba.

    7 Y edificó allí un altar, y llamó al lugar El-bet-el, porque allí le había aparecido Dios, cuando huía de su hermano.

    8 Entonces murió Débora, ama de Rebeca, y fue sepultada al pie de Bet-el, debajo de una encina, la cual fue llamada Alón-bacut.

    (a). Dios, que se había aparecido a Jacob en este lugar cuando se dirigía a Padán-aram, volvió a aparecérsele en el mismo lugar (Gn. 35:9; 28:10-22). 

    Génesis 35:9 

    9 Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había vuelto de Padan-aram, y le bendijo.

    Génesis 28:10-22

    Dios se aparece a Jacob en Bet-el

    10 Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán.

    11 Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.

    12 Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.

    13 Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.

    14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.

    15 He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.

    16 Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.

    17 Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.

    18 Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella.

    19 Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero.

    20 E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir,

    21 y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios.

    22 Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

    Confirmó el cambio del nombre de Jacob al de Israel, renovando las promesas del pacto hecho con Abraham. 

    Durante el viaje a Hebrón, Raquel dio a luz, cerca de Belén, al duodécimo y último hijo de Jacob, Benjamín. Raquel, la esposa a quien tanto había amado Jacob, murió en el parto (Gn. 35:9-20). 

    Génesis 35:9-20

    9 Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había vuelto de Padan-aram, y le bendijo.

    10 Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel.

    11 También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos.

    12 La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la tierra.

    13 Y se fue de él Dios, del lugar en donde había hablado con él.

    14 Y Jacob erigió una señal en el lugar donde había hablado con él, una señal de piedra, y derramó sobre ella libación, y echó sobre ella aceite.

    15 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar donde Dios había hablado con él, Bet-el.

    Muerte de Raquel

    16 Después partieron de Bet-el; y había aún como media legua de tierra para llegar a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo en su parto.

    17 Y aconteció, como había trabajo en su parto, que le dijo la partera: No temas, que también tendrás este hijo.

    18 Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín.

    19 Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, la cual es Belén.

    20 Y levantó Jacob un pilar sobre su sepultura; esta es la señal de la sepultura de Raquel hasta hoy.

    Finalmente, Jacob se reunió con su padre en Mamre (Gn. 35:27). 

    Génesis 35:27

    Muerte de Isaac

    27 Después vino Jacob a Isaac su padre a Mamre, a la ciudad de Arba, que es Hebrón, donde habitaron Abraham e Isaac.

    Isaac murió unos 23 años más tarde. Esaú y Jacob se reunieron para sepultarlo (Gn. 35:28, 29). 

    Génesis 35:28, 29

    28 Y fueron los días de Isaac ciento ochenta años.

    29 Y exhaló Isaac el espíritu, y murió, y fue recogido a su pueblo, viejo y lleno de días; y lo sepultaron Esaú y Jacob sus hijos.

    Parece que Jacob se detuvo en Mamre 33 años, porque llegó a Hebrón 10 años después de su vuelta a Palestina (Gn. 37:14; cf. 37:2), y es evidente que seguía allí cuando José lo mandó llamar para que fuera a Egipto (Gn. 46:1). 

    Génesis 37:14

    14 E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem.

    Génesis 37:2

    2 Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.

    Génesis 46:1

    Jacob y su familia en Egipto

    1 Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.

    Jacob tenía 130 años cuando se dirigió a Egipto (Gn. 47:9), y vivió todavía 17 años. 

    Génesis 47:9

    9 Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.

    Su primera bendición especial fue para los hijos de José, después bendijo a sus propios hijos, y murió a la edad de 147 años (Gn. 47:28; 48:49). 

    Génesis 47:28 

    28 Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años; y fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años.

    Génesis 48

    Jacob bendice a Efraín y a Manasés

    1 Sucedió después de estas cosas que dijeron a José: He aquí tu padre está enfermo. Y él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín.

    2 Y se le hizo saber a Jacob, diciendo: He aquí tu hijo José viene a ti. Entonces se esforzó Israel, y se sentó sobre la cama,

    3 y dijo a José: El Dios Omnipotente me apareció en Luz en la tierra de Canaán, y me bendijo,

    4 y me dijo: He aquí yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pondré por estirpe de naciones; y daré esta tierra a tu descendencia después de ti por heredad perpetua.

    5 Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniese a ti a la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Simeón, serán míos.

    6 Y los que después de ellos has engendrado, serán tuyos; por el nombre de sus hermanos serán llamados en sus heredades.

    7 Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, como media legua de tierra viniendo a Efrata; y la sepulté allí en el camino de Efrata, que es Belén.

    8 Y vio Israel los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos?

    9 Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos ahora a mí, y los bendeciré.

    10 Y los ojos de Israel estaban tan agravados por la vejez, que no podía ver. Les hizo, pues, acercarse a él, y él les besó y les abrazó.

    11 Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también a tu descendencia.

    12 Entonces José los sacó de entre sus rodillas, y se inclinó a tierra.

    13 Y los tomó José a ambos, Efraín a su derecha, a la izquierda de Israel, y Manasés a su izquierda, a la derecha de Israel; y los acercó a él.

    14 Entonces Israel extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito.

    15 Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,

    16 el Angel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra.

    17 Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.

    18 Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza.

    19 Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.

    20 Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés.

    21 Y dijo Israel a José: He aquí yo muero; pero Dios estará con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres.

    22 Y yo te he dado a ti una parte más que a tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.

    Génesis 49

    Profecía de Jacob acerca de sus hijos

    1 Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros.

    2 Juntaos y oíd, hijos de Jacob, Y escuchad a vuestro padre Israel.

    3 Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor; Principal en dignidad, principal en poder.

    4 Impetuoso como las aguas, no serás el principal, Por cuanto subiste al lecho de tu padre; Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado.

    5 Simeón y Leví son hermanos; Armas de iniquidad sus armas.

    6 En su consejo no entre mi alma, Ni mi espíritu se junte en su compañía. Porque en su furor mataron hombres, Y en su temeridad desjarretaron toros.

    7 Maldito su furor, que fue fiero; Y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, Y los esparciré en Israel.

    8 Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu padre se inclinarán a ti.

    9 Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará?

    10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.

    11 Atando a la vid su pollino, Y a la cepa el hijo de su asna, Lavó en el vino su vestido, Y en la sangre de uvas su manto.

    12 Sus ojos, rojos del vino, Y sus dientes blancos de la leche.

    13 Zabulón en puertos de mar habitará; Será para puerto de naves, Y su límite hasta Sidón.

    14 Isacar, asno fuerte Que se recuesta entre los apriscos;

    15 Y vio que el descanso era bueno, y que la tierra era deleitosa; Y bajó su hombro para llevar, Y sirvió en tributo.

    16 Dan juzgará a su pueblo, Como una de las tribus de Israel.

    17 Será Dan serpiente junto al camino, Víbora junto a la senda, Que muerde los talones del caballo, Y hace caer hacia atrás al jinete.

    18 Tu salvación esperé, oh Jehová.

    19 Gad, ejército lo acometerá; Mas él acometerá al fin.

    20 El pan de Aser será substancioso, Y él dará deleites al rey.

    21 Neftalí, cierva suelta, Que pronunciará dichos hermosos.

    22 Rama fructífera es José, Rama fructífera junto a una fuente, Cuyos vástagos se extienden sobre el muro.

    23 Le causaron amargura, Le asaetearon, Y le aborrecieron los arqueros;

    24 Mas su arco se mantuvo poderoso, Y los brazos de sus manos se fortalecieron Por las manos del Fuerte de Jacob (Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel),

    25 Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá Con bendiciones de los cielos de arriba, Con bendiciones del abismo que está abajo, Con bendiciones de los pechos y del vientre.

    26 Las bendiciones de tu padre Fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores; Hasta el término de los collados eternos Serán sobre la cabeza de José, Y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos.

    27 Benjamín es lobo arrebatador; A la mañana comerá la presa, Y a la tarde repartirá los despojos.

    Muerte y sepelio de Jacob

    28 Todos éstos fueron las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre les dijo, al bendecirlos; a cada uno por su bendición los bendijo.

    29 Les mandó luego, y les dijo: Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo,

    30 en la cueva que está en el campo de Macpela, al oriente de Mamre en la tierra de Canaán, la cual compró Abraham con el mismo campo de Efrón el heteo, para heredad de sepultura.

    31 Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su mujer; allí también sepulté yo a Lea.

    32 La compra del campo y de la cueva que está en él, fue de los hijos de Het.

    33 Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y expiró, y fue reunido con sus padres.

    Su cuerpo fue embalsamado y transportado solemnemente a Canaán, siendo sepultado en la cueva de Macpela (Gn. 50:1-14). 

    Génesis 50:1-14

    1 Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él, y lo besó.

    2 Y mandó José a sus siervos los médicos que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel.

    3 Y le cumplieron cuarenta días, porque así cumplían los días de los embalsamados, y lo lloraron los egipcios setenta días.

    4 Y pasados los días de su luto, habló José a los de la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia en vuestros ojos, os ruego que habléis en oídos de Faraón, diciendo:

    5 Mi padre me hizo jurar, diciendo: He aquí que voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepulturás; ruego, pues, que vaya yo ahora y sepulte a mi padre, y volveré.

    6 Y Faraón dijo: Ve, y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.

    7 Entonces José subió para sepultar a su padre; y subieron con él todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa, y todos los ancianos de la tierra de Egipto,

    8 y toda la casa de José, y sus hermanos, y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén sus niños, y sus ovejas y sus vacas.

    9 Subieron también con él carros y gente de a caballo, y se hizo un escuadrón muy grande.

    10 Y llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, y endecharon allí con grande y muy triste lamentación; y José hizo a su padre duelo por siete días.

    11 Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios; por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que está al otro lado del Jordán.

    12 Hicieron, pues, sus hijos con él según les había mandado;

    13 pues lo llevaron sus hijos a la tierra de Canaán, y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham con el mismo campo, para heredad de sepultura, de Efrón el heteo, al oriente de Mamre.

    14 Y volvió José a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que subieron con él a sepultar a su padre, después que lo hubo sepultado.

    Jacob cometió faltas notorias, por las cuales fue severamente castigado bajo la mano de Dios, y en su vejez sufrió intensamente por la pérdida de José. 

    Al final de su vida reconoció, al menos de manera tácita, que el comienzo de su carrera había quedado ensuciado por el pecado, y que no había sido íntegro delante de Dios; en el momento de morir, hace clara mención de la gracia de Dios (Gn. 47:9; 48:15-16). 

    Génesis 47:9 

    9 Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.

    Génesis 48:15-16

    15 Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,

    16 el Angel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra.

    Jacob mostró, durante su vida y también durante sus últimos días, una fe inquebrantable en el Señor (Gn. 48:21: He. 11:21). 

    Génesis 48:21 

    21 Y dijo Israel a José: He aquí yo muero; pero Dios estará con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres.

    Hebreos 11:21

    21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.

    Es el ejemplo por excelencia del creyente carnal, con numerosos defectos, que es tratado de una manera plena por la disciplina de Dios, y llevado a una dependencia total de Él. 

    También figura como tipo de la predestinación (Ro. 9:11-13), y su nombre entra en la mención de los héroes de la fe (He. 11:21). 

    Romanos 9:11-13

    11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),

    12 se le dijo: El mayor servirá al menor.

    13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

    Hebreos 11:21

    21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.

    El Señor mismo no se avergüenza de llamarse el «Dios de Jacob» (Éx. 3:6; 4:5; 2 S. 23:1; Sal. 20:2; Is. 2:3), o «el Fuerte de Jacob» (Sal. 132:2). 

    Éxodo 3:6 

    6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

    Éxodo 4:5 

    5 Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.

    2 Samuel 23:1 

    Últimas palabras de David

    1 Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel:

    Salmos 20:2 

    2 Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga.

    Isaías 2:3

    3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.

    Salmos 132:2

    2 De cómo juró a Jehová, Y prometió al Fuerte de Jacob:

    El Señor Jesucristo afirma explícitamente el lugar de honor que tendrá Jacob en el Reino (Mt. 8:11). 

    Mateo 8:11

    11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;

    La arqueología ilustra muchos de los rasgos de la vida de los patriarcas, en particular la de Jacob. 

    Según las cartas de Nuzi (véase NUZU), descubiertas entre 1925 y 1941 en el sureste de Nínive, era posible transferir a otra persona el derecho de primogenitura; se cita en ellas un caso cuyo pago fue de tres barcos. 

    Por otra parte, en estos documentos se ilustran las relaciones familiares entre Labán y su yerno (Gn. 31:29). 

    Génesis 31:29

    29 Poder hay en mi mano para haceros mal; mas el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.

    En Nuzi se conocían terafines parecidos a los que Raquel hurtó a Labán (Gn. 31:34). 

    Génesis 31:34

    34 Pero tomó Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán en toda la tienda, y no los halló.

    Se trataba de dioses del hogar, poseídos por el cabeza de familia; en el caso de una hija casada, su posesión daba al marido el derecho a la propiedad del suegro (Gordon, «Revue Biblique», 44, 1935, págs. 35ss). 

    Debido a que Labán tenía hijos varones, el hurto de los terafines representaba un daño grave. 

    En las Escrituras se da frecuentemente al conjunto de los hebreos, descendientes de Jacob, el nombre de «hijos de Israel» (Éx. 14:16, 29; 15:1, etc.). 

    Éxodo 14:16, 29 

    16 Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.

    29 Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda.

    Éxodo 15:1

    Cántico de Moisés y de María

    1 Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete.

    Los profetas, en sus pasajes poéticos, citan frecuentemente en paralelo los nombres de Jacob e Israel (Dt. 33:10; Is. 43:1, 22; 44:1). Véase ISRAEL.

    Deuteronomio 33:10 

    10 Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, Y tu ley a Israel; Pondrán el incienso delante de ti, Y el holocausto sobre tu altar.

    Isaías 43:1, 22 

    Jehová es el único Redentor

    1 Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

    22 Y no me invocaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel.

    Isaías 44:1

    Jehová es el único Dios

    1 Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí.

    VÉASE:
    Débora , Israel , Nuzu (o Nuzi)
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