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  • Hititas
    (heb. «Hittï», pl. «Hittïm») o HETEOS (del heb. «Het»).

    Durante muchos años, los orientalistas no se ocuparon más que de dos imperios importantes, el del valle del Nilo y el de las cuencas del Tigris y el Éufrates. Después del descubrimiento en Carquemis, en 1871, de inscripciones desconocidas, se llegó a reconocer el papel de los hititas como fundadores de un tercer gran imperio oriental, que floreció en el Asia Menor entre 1400 y 700 a.C. (La cronología convencional los sitúa entre 1900 y 1200 a.C., hallándose en conflicto con inscripciones asirias.

    La cronología revisada sitúa el imperio hitita dentro del marco cronológico de sus relaciones con Asiria, y concuerda con la cronología revisada de Egipto; véase EGIPTO.)

    (a) Los hititas en la Biblia. El nombre hitita aparece, en singular y plural, 47 veces en el AT, en tanto que el nombre Het, de sentido análogo, se encuentra 14 veces. (En nuestras versiones se transcribe generalmente como «heteo».)

    En la extensa confederación de estos pueblos, es posible que ambos términos no se relacionen siempre con el mismo grupo. Los heteos son frecuentemente mencionados en la lista de pueblos que moraban en Canaán antes de su conquista por los israelitas (cfr. Gn. 15:20; Éx. 3:8; Dt. 7:1; 20:17; Jos. 3:10; 11:3; 24:11).

    Génesis 15:20

    20 los heteos, los ferezeos, los refaítas,

    Éxodo 3:8

    8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.

    Deuteronomio 7:1

    Advertencias contra la idolatría de Canaán

    1 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú,

    Deuteronomio 20:17

    17 sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado;

    Josué 3:10

    10 Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo.

    Josué 11:3

    3 y al cananeo que estaba al oriente y al occidente, al amorreo, al heteo, al ferezeo, al jebuseo en las montañas, y al heveo al pie de Hermón en tierra de Mizpa.

    Josué 24:11

    11 Pasasteis el Jordán, y vinisteis a Jericó, y los moradores de Jericó pelearon contra vosotros: los amorreos, ferezeos, cananeos, heteos, gergeseos, heveos y jebuseos, y yo los entregué en vuestras manos.

    Abraham compró la cueva de Macpela a Efrón heteo (Gn. 23:10-20).

    Génesis 23:10-20

    10 Este Efrón estaba entre los hijos de Het; y respondió Efrón heteo a Abraham, en presencia de los hijos de Het, de todos los que entraban por la puerta de su ciudad, diciendo:

    11 No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; en presencia de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerta.

    12 Entonces Abraham se inclinó delante del pueblo de la tierra,

    13 y respondió a Efrón en presencia del pueblo de la tierra, deciendo: Antes, si te place, te ruego que me oigas. Yo daré el precio de la heredad; tómalo de mí, y sepultaré en ella mi muerta.

    14 Respondió Efrón a Abraham, diciéndole:

    15 Señor mío, escúchame: la tierra vale cuatrocientos siclos de plata; ¿qué es esto entre tú y yo? Entierra, pues, tu muerta.

    16 Entonces Abraham se convino con Efrón, y pesó Abraham a Efrón el dinero que dijo, en presencia de los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata, de buena ley entre mercaderes.

    17 Y quedó la heredad de Efrón que estaba en Macpela al oriente de Mamre, la heredad con la cueva que estaba en ella, y todos los árboles que había en la heredad, y en todos sus contornos,

    18 como propiedad de Abraham, en presencia de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad.

    19 Después de esto sepultó Abraham a Sara su mujer en la cueva de la heredad de Macpela al oriente de Mamre, que es Hebrón, en la tierra de Canaán.

    20 Y quedó la heredad y la cueva que en ella había, de Abraham, como una posesión para sepultura, recibida de los hijos de Het.

    Esaú se casó con dos mujeres heteas (Gn. 26:34).

    Génesis 26:34

    34 Y cuando Esaú era de cuarenta años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri heteo, y a Basemat hija de Elón heteo;

    Más tarde, también hubo israelitas que hicieron lo mismo (Jue. 3:5, 6).

    Jueces 3:5, 6

    5 Así los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.

    6 Y tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses.

    Ezequiel, lanzando sus reproches a la Jerusalén infiel le dice (Ez. 16:3): «Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo y tu madre hetea» (cfr. Ez. 16:45).

    Ezequiel 16:3

    3 y di: Así ha dicho Jehová el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea.

    Ezequiel 16:45

    45 Hija eres tú de tu madre, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre amorreo.

    David se relacionó con heteos (1 S. 26:6), se caso con Betsabé viuda de Urías heteo (2 S. 11:2-27).

    1 Samuel 26:6

    6 Entonces David dijo a Ahimelec heteo y a Abisai hijo de Sarvia, hermano de Joab: ¿Quién descenderá conmigo a Saúl en el campamento? Y dijo Abisai: Yo descenderé contigo.

    2 Samuel 11:2-27

    2 Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa.

    3 Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo.

    4 Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa.

    5 Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy encinta.

    6 Entonces David envió a decir a Joab: Envíame a Urías heteo. Y Joab envió a Urías a David.

    7 Cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y por el estado de la guerra.

    8 Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de la casa del rey, le fue enviado presente de la mesa real.

    9 Mas Urías durmió a la puerta de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió a su casa.

    10 E hicieron saber esto a David, diciendo: Urías no ha descendido a su casa. Y dijo David a Urías: ¿No has venido de camino? ¿Por qué, pues, no descendiste a tu casa?

    11 Y Urías respondió a David: El arca e Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab, y los siervos de mi señor, en el campo; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y a dormir con mi mujer? Por vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa.

    12 Y David dijo a Urías: Quédate aquí aún hoy, y mañana te despacharé. Y se quedó Urías en Jerusalén aquel día y el siguiente.

    13 Y David lo convidó a comer y a beber con él, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió a su casa.

    14 Venida la mañana, escribió David a Joab una carta, la cual envió por mano de Urías.

    15 Y escribió en la carta, diciendo: Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él, para que sea herido y muera.

    16 Así fue que cuando Joab sitió la ciudad, puso a Urías en el lugar donde sabía que estaban los hombres más valientes.

    17 Y saliendo luego los de la ciudad, pelearon contra Joab, y cayeron algunos del ejército de los siervos de David; y murió también Urías heteo.

    18 Entonces envió Joab e hizo saber a David todos los asuntos de la guerra.

    19 Y mandó al mensajero, diciendo: Cuando acabes de contar al rey todos los asuntos de la guerra,

    20 si el rey comenzare a enojarse, y te dijere: ¿Por qué os acercasteis demasiado a la ciudad para combatir? ¿No sabíais lo que suelen arrojar desde el muro?

    21 ¿Quién hirió a Abimelec hijo de Jerobaal? ¿No echó una mujer del muro un pedazo de una rueda de molino, y murió en Tebes? ¿Por qué os acercasteis tanto al muro? Entonces tú le dirás: También tu siervo Urías heteo es muerto.

    22 Fue el mensajero, y llegando, contó a David todo aquello a que Joab le había enviado.

    23 Y dijo el mensajero a David: Prevalecieron contra nosotros los hombres que salieron contra nosotros al campo, bien que nosotros les hicimos retroceder hasta la entrada de la puerta;

    24 pero los flecheros tiraron contra tus siervos desde el muro, y murieron algunos de los siervos del rey; y murió también tu siervo Urías heteo.

    25 Y David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: No tengas pesar por esto, porque la espada consume, ora a uno, ora a otro; refuerza tu ataque contra la ciudad, hasta que la rindas. Y tú aliéntale.

    26 Oyendo la mujer de Urías que su marido Urías era muerto, hizo duelo por su marido.

    27 Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová.

    Había mujeres heteas en el harén de Salomón (1 R. 11:1), este monarca sometió a los heteos y a otros pueblos extranjeros a prestar servicio de trabajo obligatorio (1 R. 9:20-22; 2 Cr. 8:7-9).

    1 Reyes 11:1

    Apostasía y dificultades de Salomón

    1 Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas;

    1 Reyes 9:20-22

    20 A todos los pueblos que quedaron de los amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de los hijos de Israel;

    21 a sus hijos que quedaron en la tierra después de ellos, que los hijos de Israel no pudieron acabar, hizo Salomón que sirviesen con tributo hasta hoy.

    22 Mas a ninguno de los hijos de Israel impuso Salomón servicio, sino que eran hombres de guerra, o sus criados, sus príncipes, sus capitanes, comandantes de sus carros, o su gente de a caballo.

    2 Crónicas 8:7-9

    7 Y a todo el pueblo que había quedado de los heteos, amorreos, ferezeos, heveos, y jebuseos, que no eran de Israel,

    8 los hijos de los que habían quedado en la tierra después de ellos, a los cuales los hijos de Israel no destruyeron del todo, hizo Salomón tributarios hasta hoy.

    9 Pero de los hijos de Israel no puso Salomón siervos en su obra; porque eran hombres de guerra, y sus oficiales y sus capitanes, y sus comandantes de sus carros, y su gente de a caballo.

    Los hebreos no consideraban a los heteos como apátridas sin hogar. Conocían su país (Jos. 1:4).

    Josué 1:4

    4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.

    Los reyes de los hititas son mencionados junto con los de Siria (1 R. 10:29; 2 Cr. 1:17).

    1 Reyes 10:29

    29 Y venía y salía de Egipto, el carro por seiscientas piezas de plata, y el caballo por ciento cincuenta; y así los adquirían por mano de ellos todos los reyes de los heteos, y de Siria.

    2 Crónicas 1:17

    17 Y subían y compraban en Egipto un carro por seiscientas piezas de plata, y un caballo por ciento cincuenta; y así compraban por medio de ellos, para todos los reyes de los heteos, y para los reyes de Siria.

    En 2 R. 7:6 figuran al lado de los egipcios, lo que indica la importancia que tenían.

    2 Reyes 7:6

    6 Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros.

    Todas estas alusiones de la Biblia fueron tratadas con gran escepticismo, hasta el día en que se pudo acudir a la exhumación arqueológica de esta gran nación que desde entonces ha llegado a ser famosa.

    (b) Los descubrimientos arqueológicos. W. Wright, misionero en Damasco, y el orientalista A. H. Sayce estuvieron entre los primeros investigadores que comenzaron a reconstruir la imagen del imperio hitita, al unir las piezas de un inmenso rompecabezas esparcido por diversos monumentos (Wright: «The Empire of the Hitites», 1884; Sayce: «The Hitites, the Story of a Forgotten Empire», ed. revis. 1925).

    Entre 1906 y 1912, Hugo Winckler, de Berlín, descubrió alrededor de 10.000 tabletas de arcilla en Boghaz-koi, capital hitita situada sobre el río Halys, a 150 Km. al este de Ankara.

    Gracias a los trabajos de varios lingüistas, entre ellos el checo F. Horzny, se llegó a descifrar el cuneiforme hitita, con lo que se llegó a tener acceso a una vasta literatura: anales, textos religiosos y míticos, secciones de códigos y leyes, etc. Las evidencias documentales, arqueológicas y monumentales examinadas conducen a la conclusión de que el imperio hitita en Asia Menor se formó en base a las migraciones de los hititas expulsados de Canaán en la época de su conquista por Josué.

    Al cabo de unos 50 años, unos pueblos de origen indoeuropeo conquistaron y absorbieron esta antigua raza hitita, adoptando su civilización. Esto llevó a la formación del llamado Imperio Antiguo, que llegó a su fin bajo el embate asirio dirigido por Tiglat-pileser (1114-1076 a.C.).

    El Imperio Antiguo había sido fundado sobre las ruinas del antiguo imperio de Babilonia y la aniquilación de la dinastía de Hammurabi (aprox. 1265 a.C.). Después de la caída del Imperio Antiguo en el año 1110 a.C., el Imperio Nuevo vio su ascensión, y también reveses y guerras con Salmanasar III de Asiria (825 a.C.), con Ramsés II (786 a.C.), a lo que siguió un pacto de no agresión entre Ramsés II y el rey hitita Hatusilis II, sellado con el matrimonio de la hija primogénita de éste con el faraón.

    Hacia el año 700, el Imperio Nuevo hitita se derrumbó con la invasión de los Pueblos del Mar, y la capital, Boghazkoi, fue tomada. (Véanse ASIRIA, EGIPTO, FILISTEOS.)

    Bibliografía:

    Courville, D. A.: «The Exodus Problem and its ramifications» (Challenge Books, Loma Linda, California, 1971);

    Velikovsky, I.: «Ages in Chaos» (Doubleday, Garden City, New York, 1952).

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  • Hititas
    (heb. «Hittï», pl. «Hittïm») o HETEOS (del heb. «Het»).

    Durante muchos años, los orientalistas no se ocuparon más que de dos imperios importantes, el del valle del Nilo y el de las cuencas del Tigris y el Éufrates. Después del descubrimiento en Carquemis, en 1871, de inscripciones desconocidas, se llegó a reconocer el papel de los hititas como fundadores de un tercer gran imperio oriental, que floreció en el Asia Menor entre 1400 y 700 a.C. (La cronología convencional los sitúa entre 1900 y 1200 a.C., hallándose en conflicto con inscripciones asirias.

    La cronología revisada sitúa el imperio hitita dentro del marco cronológico de sus relaciones con Asiria, y concuerda con la cronología revisada de Egipto; véase EGIPTO.)

    (a) Los hititas en la Biblia. El nombre hitita aparece, en singular y plural, 47 veces en el AT, en tanto que el nombre Het, de sentido análogo, se encuentra 14 veces. (En nuestras versiones se transcribe generalmente como «heteo».)

    En la extensa confederación de estos pueblos, es posible que ambos términos no se relacionen siempre con el mismo grupo. Los heteos son frecuentemente mencionados en la lista de pueblos que moraban en Canaán antes de su conquista por los israelitas (cfr. Gn. 15:20; Éx. 3:8; Dt. 7:1; 20:17; Jos. 3:10; 11:3; 24:11).

    Génesis 15:20

    20 los heteos, los ferezeos, los refaítas,

    Éxodo 3:8

    8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.

    Deuteronomio 7:1

    Advertencias contra la idolatría de Canaán

    1 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú,

    Deuteronomio 20:17

    17 sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado;

    Josué 3:10

    10 Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo.

    Josué 11:3

    3 y al cananeo que estaba al oriente y al occidente, al amorreo, al heteo, al ferezeo, al jebuseo en las montañas, y al heveo al pie de Hermón en tierra de Mizpa.

    Josué 24:11

    11 Pasasteis el Jordán, y vinisteis a Jericó, y los moradores de Jericó pelearon contra vosotros: los amorreos, ferezeos, cananeos, heteos, gergeseos, heveos y jebuseos, y yo los entregué en vuestras manos.

    Abraham compró la cueva de Macpela a Efrón heteo (Gn. 23:10-20).

    Génesis 23:10-20

    10 Este Efrón estaba entre los hijos de Het; y respondió Efrón heteo a Abraham, en presencia de los hijos de Het, de todos los que entraban por la puerta de su ciudad, diciendo:

    11 No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; en presencia de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerta.

    12 Entonces Abraham se inclinó delante del pueblo de la tierra,

    13 y respondió a Efrón en presencia del pueblo de la tierra, deciendo: Antes, si te place, te ruego que me oigas. Yo daré el precio de la heredad; tómalo de mí, y sepultaré en ella mi muerta.

    14 Respondió Efrón a Abraham, diciéndole:

    15 Señor mío, escúchame: la tierra vale cuatrocientos siclos de plata; ¿qué es esto entre tú y yo? Entierra, pues, tu muerta.

    16 Entonces Abraham se convino con Efrón, y pesó Abraham a Efrón el dinero que dijo, en presencia de los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata, de buena ley entre mercaderes.

    17 Y quedó la heredad de Efrón que estaba en Macpela al oriente de Mamre, la heredad con la cueva que estaba en ella, y todos los árboles que había en la heredad, y en todos sus contornos,

    18 como propiedad de Abraham, en presencia de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad.

    19 Después de esto sepultó Abraham a Sara su mujer en la cueva de la heredad de Macpela al oriente de Mamre, que es Hebrón, en la tierra de Canaán.

    20 Y quedó la heredad y la cueva que en ella había, de Abraham, como una posesión para sepultura, recibida de los hijos de Het.

    Esaú se casó con dos mujeres heteas (Gn. 26:34).

    Génesis 26:34

    34 Y cuando Esaú era de cuarenta años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri heteo, y a Basemat hija de Elón heteo;

    Más tarde, también hubo israelitas que hicieron lo mismo (Jue. 3:5, 6).

    Jueces 3:5, 6

    5 Así los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.

    6 Y tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses.

    Ezequiel, lanzando sus reproches a la Jerusalén infiel le dice (Ez. 16:3): «Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo y tu madre hetea» (cfr. Ez. 16:45).

    Ezequiel 16:3

    3 y di: Así ha dicho Jehová el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea.

    Ezequiel 16:45

    45 Hija eres tú de tu madre, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre amorreo.

    David se relacionó con heteos (1 S. 26:6), se caso con Betsabé viuda de Urías heteo (2 S. 11:2-27).

    1 Samuel 26:6

    6 Entonces David dijo a Ahimelec heteo y a Abisai hijo de Sarvia, hermano de Joab: ¿Quién descenderá conmigo a Saúl en el campamento? Y dijo Abisai: Yo descenderé contigo.

    2 Samuel 11:2-27

    2 Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa.

    3 Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo.

    4 Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa.

    5 Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy encinta.

    6 Entonces David envió a decir a Joab: Envíame a Urías heteo. Y Joab envió a Urías a David.

    7 Cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y por el estado de la guerra.

    8 Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de la casa del rey, le fue enviado presente de la mesa real.

    9 Mas Urías durmió a la puerta de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió a su casa.

    10 E hicieron saber esto a David, diciendo: Urías no ha descendido a su casa. Y dijo David a Urías: ¿No has venido de camino? ¿Por qué, pues, no descendiste a tu casa?

    11 Y Urías respondió a David: El arca e Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab, y los siervos de mi señor, en el campo; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y a dormir con mi mujer? Por vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa.

    12 Y David dijo a Urías: Quédate aquí aún hoy, y mañana te despacharé. Y se quedó Urías en Jerusalén aquel día y el siguiente.

    13 Y David lo convidó a comer y a beber con él, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió a su casa.

    14 Venida la mañana, escribió David a Joab una carta, la cual envió por mano de Urías.

    15 Y escribió en la carta, diciendo: Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él, para que sea herido y muera.

    16 Así fue que cuando Joab sitió la ciudad, puso a Urías en el lugar donde sabía que estaban los hombres más valientes.

    17 Y saliendo luego los de la ciudad, pelearon contra Joab, y cayeron algunos del ejército de los siervos de David; y murió también Urías heteo.

    18 Entonces envió Joab e hizo saber a David todos los asuntos de la guerra.

    19 Y mandó al mensajero, diciendo: Cuando acabes de contar al rey todos los asuntos de la guerra,

    20 si el rey comenzare a enojarse, y te dijere: ¿Por qué os acercasteis demasiado a la ciudad para combatir? ¿No sabíais lo que suelen arrojar desde el muro?

    21 ¿Quién hirió a Abimelec hijo de Jerobaal? ¿No echó una mujer del muro un pedazo de una rueda de molino, y murió en Tebes? ¿Por qué os acercasteis tanto al muro? Entonces tú le dirás: También tu siervo Urías heteo es muerto.

    22 Fue el mensajero, y llegando, contó a David todo aquello a que Joab le había enviado.

    23 Y dijo el mensajero a David: Prevalecieron contra nosotros los hombres que salieron contra nosotros al campo, bien que nosotros les hicimos retroceder hasta la entrada de la puerta;

    24 pero los flecheros tiraron contra tus siervos desde el muro, y murieron algunos de los siervos del rey; y murió también tu siervo Urías heteo.

    25 Y David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: No tengas pesar por esto, porque la espada consume, ora a uno, ora a otro; refuerza tu ataque contra la ciudad, hasta que la rindas. Y tú aliéntale.

    26 Oyendo la mujer de Urías que su marido Urías era muerto, hizo duelo por su marido.

    27 Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová.

    Había mujeres heteas en el harén de Salomón (1 R. 11:1), este monarca sometió a los heteos y a otros pueblos extranjeros a prestar servicio de trabajo obligatorio (1 R. 9:20-22; 2 Cr. 8:7-9).

    1 Reyes 11:1

    Apostasía y dificultades de Salomón

    1 Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas;

    1 Reyes 9:20-22

    20 A todos los pueblos que quedaron de los amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de los hijos de Israel;

    21 a sus hijos que quedaron en la tierra después de ellos, que los hijos de Israel no pudieron acabar, hizo Salomón que sirviesen con tributo hasta hoy.

    22 Mas a ninguno de los hijos de Israel impuso Salomón servicio, sino que eran hombres de guerra, o sus criados, sus príncipes, sus capitanes, comandantes de sus carros, o su gente de a caballo.

    2 Crónicas 8:7-9

    7 Y a todo el pueblo que había quedado de los heteos, amorreos, ferezeos, heveos, y jebuseos, que no eran de Israel,

    8 los hijos de los que habían quedado en la tierra después de ellos, a los cuales los hijos de Israel no destruyeron del todo, hizo Salomón tributarios hasta hoy.

    9 Pero de los hijos de Israel no puso Salomón siervos en su obra; porque eran hombres de guerra, y sus oficiales y sus capitanes, y sus comandantes de sus carros, y su gente de a caballo.

    Los hebreos no consideraban a los heteos como apátridas sin hogar. Conocían su país (Jos. 1:4).

    Josué 1:4

    4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.

    Los reyes de los hititas son mencionados junto con los de Siria (1 R. 10:29; 2 Cr. 1:17).

    1 Reyes 10:29

    29 Y venía y salía de Egipto, el carro por seiscientas piezas de plata, y el caballo por ciento cincuenta; y así los adquirían por mano de ellos todos los reyes de los heteos, y de Siria.

    2 Crónicas 1:17

    17 Y subían y compraban en Egipto un carro por seiscientas piezas de plata, y un caballo por ciento cincuenta; y así compraban por medio de ellos, para todos los reyes de los heteos, y para los reyes de Siria.

    En 2 R. 7:6 figuran al lado de los egipcios, lo que indica la importancia que tenían.

    2 Reyes 7:6

    6 Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros.

    Todas estas alusiones de la Biblia fueron tratadas con gran escepticismo, hasta el día en que se pudo acudir a la exhumación arqueológica de esta gran nación que desde entonces ha llegado a ser famosa.

    (b) Los descubrimientos arqueológicos. W. Wright, misionero en Damasco, y el orientalista A. H. Sayce estuvieron entre los primeros investigadores que comenzaron a reconstruir la imagen del imperio hitita, al unir las piezas de un inmenso rompecabezas esparcido por diversos monumentos (Wright: «The Empire of the Hitites», 1884; Sayce: «The Hitites, the Story of a Forgotten Empire», ed. revis. 1925).

    Entre 1906 y 1912, Hugo Winckler, de Berlín, descubrió alrededor de 10.000 tabletas de arcilla en Boghaz-koi, capital hitita situada sobre el río Halys, a 150 Km. al este de Ankara.

    Gracias a los trabajos de varios lingüistas, entre ellos el checo F. Horzny, se llegó a descifrar el cuneiforme hitita, con lo que se llegó a tener acceso a una vasta literatura: anales, textos religiosos y míticos, secciones de códigos y leyes, etc. Las evidencias documentales, arqueológicas y monumentales examinadas conducen a la conclusión de que el imperio hitita en Asia Menor se formó en base a las migraciones de los hititas expulsados de Canaán en la época de su conquista por Josué.

    Al cabo de unos 50 años, unos pueblos de origen indoeuropeo conquistaron y absorbieron esta antigua raza hitita, adoptando su civilización. Esto llevó a la formación del llamado Imperio Antiguo, que llegó a su fin bajo el embate asirio dirigido por Tiglat-pileser (1114-1076 a.C.).

    El Imperio Antiguo había sido fundado sobre las ruinas del antiguo imperio de Babilonia y la aniquilación de la dinastía de Hammurabi (aprox. 1265 a.C.). Después de la caída del Imperio Antiguo en el año 1110 a.C., el Imperio Nuevo vio su ascensión, y también reveses y guerras con Salmanasar III de Asiria (825 a.C.), con Ramsés II (786 a.C.), a lo que siguió un pacto de no agresión entre Ramsés II y el rey hitita Hatusilis II, sellado con el matrimonio de la hija primogénita de éste con el faraón.

    Hacia el año 700, el Imperio Nuevo hitita se derrumbó con la invasión de los Pueblos del Mar, y la capital, Boghazkoi, fue tomada. (Véanse ASIRIA, EGIPTO, FILISTEOS.)

    Bibliografía:

    Courville, D. A.: «The Exodus Problem and its ramifications» (Challenge Books, Loma Linda, California, 1971);

    Velikovsky, I.: «Ages in Chaos» (Doubleday, Garden City, New York, 1952).

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