Diccionario
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  • Hammurabi

    Sexto rey de la primera dinastía de Babilonia. En el pasado se había identificado con Amrafel (véase, cfr. Gn. 14:1), pero esta identificación no es ya posible debido al descubrimiento, en 1937, de millares de tabletas en Mari, ciudad del curso medio del Éufrates. 

    Génesis 14:1

    Abram liberta a Lot

    1 Aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, Arioc rey de Elasar, Quedorlaomer rey de Elam, y Tidal rey de Goim,

    La cronología es muy discutida entre diversos expertos, aunque la más comúnmente aceptada (según Albright 1728-1686 a C.) ya lo deja bien alejado y posterior a la época de Abraham. Otros autores lo sitúan entre 1792 a alrededor de 1750. 

    Courville, por su parte, lo sitúa en 1430-1375 a C. Al principio, Hammurabi no dominaba más que una región poco extensa. Después arrebató Larsa a los elamitas y se proclamó señor de toda Babilonia (véase BABILONIA). 

    Hammurabi buscó el bien de sus súbditos; reparó los antiguos canales y construyó otros nuevos, a fin de fertilizar el norte y sur de Babilonia. Consolidó las fortificaciones, construyó y hermoseó templos, presidió la administración de la justicia, y codificó las leyes del país. 

    El Código de Hammurabi constituye la más antigua colección de leyes conocida. Está escrita en cuneiforme sobre una estela de 2,25 m. de altura, descubierta en 1901-1902 por J. de Morgan, y guardada en el Museo del Louvre. 

    Es de basalto negro. En la parte superior, un relieve muestra al rey en actitud de adoración, recibiendo las leyes de la mano derecha del dios-sol (shamash). Sobre la estela hay 28 columnas de texto cuneiforme, comprendiendo: 

    (a) Una introducción que recuerda los beneficios otorgados a los templos y ciudades de Babilonia por parte del rey. (b) El texto de las leyes reunidas y ordenadas por Hammurabi, comprendiendo 282 preceptos. 

    Estas leyes tratan de la vida cotidiana, y a ellas se hallan sometidas todas las clases de la sociedad. La ley recomienda el trabajo a sus súbditos, y ordena a los padres que enseñen su oficio a sus hijos y que les enseñen matemáticas. Presuponen una sociedad desarrollada en lo artístico y científico, pero también disoluta, materialista y cruel. Es indudable que hay algunas características comunes entre este código y la Ley de Moisés, como las puede haber entre todas las legislaciones. 

    Pero es inadmisible hacer de Hammurabi el inspirador y precursor del código mosaico. Por una parte, las leyes de Hammurabi son, a menudo, inspiradas por el sentido común y por un verdadero espíritu de justicia, pero no se pueden comparar con las del legislador del Sinaí en su elevación moral y espiritual. 

    El Código de Hammurabi es esencialmente utilitario, desprovisto del sentido de la dignidad de la persona humana. Además, es sumamente duro frente a los pobres, y de una gran severidad al que se muestre compasivo hacia los esclavos. Sus favores son dados a los grandes, a los favoritos de este mundo. No hay ningún cuidado hacia los niños, ancianos, débiles o extranjeros. 

    No hay ninguna noción de un Dios único, todopoderoso, personal. Además, el dios de este código parece ser el mismo Hammurabi que, en su prólogo, parece no hallar ninguna expresión lo suficientemente fuerte para proclamar su propia gloria. 

    El Código de Hammurabi es de pura inspiración pagana, y no permite más que una comparación muy limitada, por lo que a su contenido legislativo se refiere, con la admirable revelación de la fe moral y de la santidad divina del Decálogo. 

    Por otra parte, queda en pie la cuestión cronológica, puesto que no está en absoluto probado que el Código de Hammurabi fuera muy anterior al éxodo, y es, además, muy factible que resulte cierta la posición de Courville, muy bien fundamentada, de que fuera contemporáneo con Moisés. 

    Bibliografía: 

    Pirenne, J.: «Historia Universal», vol. I (Éxito, Barcelona, 1974); Courville, D. A.: «The Exodus Problem and its Ramifications» (Challenge Books, Loma Linda, California, 1971); Free, J. P.: «Archaeology and Bible History» (Van Kampen Press, Wheaton, Illinois, 1950).

    VÉASE: Amrafel , Babilonia
  • DICCIONARIO
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  • Hammurabi

    Sexto rey de la primera dinastía de Babilonia. En el pasado se había identificado con Amrafel (véase, cfr. Gn. 14:1), pero esta identificación no es ya posible debido al descubrimiento, en 1937, de millares de tabletas en Mari, ciudad del curso medio del Éufrates. 

    Génesis 14:1

    Abram liberta a Lot

    1 Aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, Arioc rey de Elasar, Quedorlaomer rey de Elam, y Tidal rey de Goim,

    La cronología es muy discutida entre diversos expertos, aunque la más comúnmente aceptada (según Albright 1728-1686 a C.) ya lo deja bien alejado y posterior a la época de Abraham. Otros autores lo sitúan entre 1792 a alrededor de 1750. 

    Courville, por su parte, lo sitúa en 1430-1375 a C. Al principio, Hammurabi no dominaba más que una región poco extensa. Después arrebató Larsa a los elamitas y se proclamó señor de toda Babilonia (véase BABILONIA). 

    Hammurabi buscó el bien de sus súbditos; reparó los antiguos canales y construyó otros nuevos, a fin de fertilizar el norte y sur de Babilonia. Consolidó las fortificaciones, construyó y hermoseó templos, presidió la administración de la justicia, y codificó las leyes del país. 

    El Código de Hammurabi constituye la más antigua colección de leyes conocida. Está escrita en cuneiforme sobre una estela de 2,25 m. de altura, descubierta en 1901-1902 por J. de Morgan, y guardada en el Museo del Louvre. 

    Es de basalto negro. En la parte superior, un relieve muestra al rey en actitud de adoración, recibiendo las leyes de la mano derecha del dios-sol (shamash). Sobre la estela hay 28 columnas de texto cuneiforme, comprendiendo: 

    (a) Una introducción que recuerda los beneficios otorgados a los templos y ciudades de Babilonia por parte del rey. (b) El texto de las leyes reunidas y ordenadas por Hammurabi, comprendiendo 282 preceptos. 

    Estas leyes tratan de la vida cotidiana, y a ellas se hallan sometidas todas las clases de la sociedad. La ley recomienda el trabajo a sus súbditos, y ordena a los padres que enseñen su oficio a sus hijos y que les enseñen matemáticas. Presuponen una sociedad desarrollada en lo artístico y científico, pero también disoluta, materialista y cruel. Es indudable que hay algunas características comunes entre este código y la Ley de Moisés, como las puede haber entre todas las legislaciones. 

    Pero es inadmisible hacer de Hammurabi el inspirador y precursor del código mosaico. Por una parte, las leyes de Hammurabi son, a menudo, inspiradas por el sentido común y por un verdadero espíritu de justicia, pero no se pueden comparar con las del legislador del Sinaí en su elevación moral y espiritual. 

    El Código de Hammurabi es esencialmente utilitario, desprovisto del sentido de la dignidad de la persona humana. Además, es sumamente duro frente a los pobres, y de una gran severidad al que se muestre compasivo hacia los esclavos. Sus favores son dados a los grandes, a los favoritos de este mundo. No hay ningún cuidado hacia los niños, ancianos, débiles o extranjeros. 

    No hay ninguna noción de un Dios único, todopoderoso, personal. Además, el dios de este código parece ser el mismo Hammurabi que, en su prólogo, parece no hallar ninguna expresión lo suficientemente fuerte para proclamar su propia gloria. 

    El Código de Hammurabi es de pura inspiración pagana, y no permite más que una comparación muy limitada, por lo que a su contenido legislativo se refiere, con la admirable revelación de la fe moral y de la santidad divina del Decálogo. 

    Por otra parte, queda en pie la cuestión cronológica, puesto que no está en absoluto probado que el Código de Hammurabi fuera muy anterior al éxodo, y es, además, muy factible que resulte cierta la posición de Courville, muy bien fundamentada, de que fuera contemporáneo con Moisés. 

    Bibliografía: 

    Pirenne, J.: «Historia Universal», vol. I (Éxito, Barcelona, 1974); Courville, D. A.: «The Exodus Problem and its Ramifications» (Challenge Books, Loma Linda, California, 1971); Free, J. P.: «Archaeology and Bible History» (Van Kampen Press, Wheaton, Illinois, 1950).

    VÉASE:
    Amrafel , Babilonia
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