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  • Gnostecismo

    Complejo movimiento religioso-filosófico que se manifestó con especial fuerza a mediados del siglo II de nuestra era. 

    Mezcla de conceptos zoroastras, platónicos y judeo-cristianos, constituyó una fuerte amenaza para el cristianismo. Sus primeras manifestaciones fueron ya tratadas y combatidas por los apóstoles Pablo y Juan en varias de sus epístolas y en el Evangelio de Juan. 

    A pesar de la inmensa variedad de sectas y movimientos gnósticos contrapuestos, con una gran diversidad de doctrinas y enseñanzas, que imposibilitan en un corto artículo un examen particularizado, se pueden exponer los siguientes puntos que sostenía el gnosticismo con una cierta uniformidad: 

    (a) Pretendían la posesión de un conocimiento especial de la verdad, superior a la fe, reservado a los iniciados. Col. 2:1-8 

    Colosenses 2:1-8

    1 Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro;

    2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,

    3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.

    4 Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.

    5 Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.

    6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él;

    7 arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.

    Plenitud de vida en Cristo

    8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.

    (b) Una combinación de dualismo persa con platonismo se manifestaba en la doctrina de una esfera espiritual pura y perfecta y de un universo material esencialmente malo y de donde todo lo malo ha surgido. Tanto Dios como el universo material son, en base a este sistema, eternos. Jn. 1:1-3; 

    Juan 1:1-3

    El Verbo hecho carne

    1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

    2 Este era en el principio con Dios.

    3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

    (c) La concepción de que Dios no puede actuar directamente sobre el mundo de la materia, sino que tiene que ser por medio de un «demiurgo», o Creador o Artífice subordinado de rango inferior, distinto de la Deidad suprema, y también por medio de emanaciones o eones mediadores extendiéndose de manera gradual entre Dios y el universo material. 

    Estas emanaciones o eones serían innumerables, pasando desde una naturaleza espiritual los más cercanos a Dios a una naturaleza más y más mezclada y material conforme se fueran hallando en esferas más y más cercanas al mundo material. Jn. 1:1-3; Col. 2:18; 1 Ti. 1:4; 

    Juan 1:1-3 

    El Verbo hecho carne

    1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

    2 Este era en el principio con Dios.

    3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

    Colosenses 2:18 

    18 Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal,

    1 Timoteo 1:4 

    4 ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora.

    (d) La negación de la verdadera humanidad de Cristo, una cristología docetista, que consideraba irreal la vida terrena de Cristo, especialmente sus sufrimientos en la cruz. Jn. 1:14; 4:6; 1 Jn. 1:1-3; 2:22; 4:1-6; 5:1; 5:20; 

    Juan 1:14 

    14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

    Juan 4:6 

    6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.

    1 Juan 1:1-3 

    La palabra de vida

    1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida

    2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó);

    3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.

    1 Juan 2:22 

    22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.

    1 Juan 4:1-6 

    El Espíritu de Dios y el espíritu del anticristo

    1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.

    2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;

    3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.

    4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

    5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.

    6 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.

    1 Juan 5:1 

    La fe que vence al mundo

    1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.

    1 Juan 5:20 

    20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.

    (e) Negación de la personalidad del Dios supremo, y negación también de la responsabilidad en el hombre. Jn. 3:16-21; 5:26-27, 30, 36-38; 1 Jn. 3:1; 4:7-10, 14-16; 

    Juan 3:16-21 

    De tal manera amó Dios al mundo

    16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

    17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

    18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

    19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

    20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.

    21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

    Juan 5:26-27, 30, 36-38 

    26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;

    27 y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.

    Testigos de Cristo

    30 No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.

    36 Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.

    37 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto,

    38 ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis.

    1 Juan 3:1 

    Hijos de Dios

    1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.

    1 Juan 4:7-10, 14-16 

    Dios es amor

    7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.

    8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

    9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

    10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

    14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.

    15 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.

    16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.

    (f) La enseñanza, por parte de unas sectas gnósticas, de un riguroso ascetismo, prohibiendo el matrimonio y el uso de este mundo material, con el fin de llegar a la comunión con Dios, mientras que otras sectas enseñaban la no influencia mutua entre cuerpo y alma, con lo que el alma podía dedicarse a la contemplación de los más altos misterios, en tanto que el cuerpo podía dar rienda suelta a todos sus apetitos. La salvación la atribuían a Cristo como «Iluminador», dador de conocimiento mediante el cual el alma recibiría la salvación. Se negaba la doctrina evangélica de la salvación por los sufrimientos vicarios de Cristo. Col. 1:12-23; 2:20-23; 1 Ti. 4:1-6; 2 Ti. 3:1-7; 

    Colosenses 1:12-23 

    12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

    13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

    14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

    Reconciliación por medio de la muerte de Cristo

    15 El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

    16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

    17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;

    18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;

    19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,

    20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

    21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado

    22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;

    23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.

    Colosenses 2:20-23 

    20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos

    21 tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques

    22 (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?

    23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.

    1 Timoteo 4:1-6 

    Predicción de la apostasía

    1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;

    2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,

    3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.

    4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias;

    5 porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.

    Un buen ministro de Jesucristo

    6 Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.

    2 Timoteo 3:1-7 

    Carácter de los hombres en los postreros días

    1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.

    2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,

    3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,

    4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,

    5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.

    6 Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.

    7 Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.

    (g) Una tendencia a la fusión de doctrinas cristianas con elementos filosóficos, místicos y mágicos de oriente. Col. 2:8-10, 18-19; 

    Colosenses 2:8-10, 18-19 

    Plenitud de vida en Cristo

    8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.

    9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,

    10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

    18 Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal,

    19 y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.

    (h) Las Escrituras del AT eran atribuidas al «demiurgo» o Creador inferior del mundo, que era el Dios de los judíos, pero no el Dios Supremo. Todas estas tendencias se hallan presentes en la actualidad en diversas corrientes teológicas de signo heterodoxo. 1 Ti. 3:14-16; 1 P. 10:12; 2 P. 16-21. 

    1 Timoteo 3:14-16 

    El misterio de la piedad

    14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte,

    15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.

    16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.

    1 Pedro 1:12 

    12 A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.

    2 Pedro 1:16-21

    Testigos presenciales de la gloria de Cristo

    16 Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.

    17 Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.

    18 Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.

    19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;

    20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,

    21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

    La palabra de Dios ya nos advierte sobre todas estas falsas doctrinas, y las combate. 

    Así, entre otros, se pueden dar los siguientes pasajes contra cada uno de los apartados mencionados: 

    Había muchas más características heterodoxas que las mencionadas. Entre las sectas gnósticas había, por ejemplo, la de los ofitas, que adoraban a la serpiente, y que se jactaban de conocer «las profundidades» (cp. Ap. 2:24). 

    Apocalipsis 2:24

    24 Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga;

    Atribuían el origen del mal directamente a Dios. Entre los ofitas había grupos como los cainitas, que invertían todos los valores, y elegían como sus héroes a los personajes malvados de las Escrituras, como Caín, los sodomitas, Coré, etc. 

    El primer maestro gnóstico cuyo nombre se conoce es Cerinto, adversario del apóstol Juan. De él se dice que enseñaba que el milenio sería una época de sensualidad desenfrenada. Otras escuelas del gnosticismo fueron posteriormente dirigidas por hombres como Valentino, Basílides, Saturnino, y Marción. 

    Frente a esta agresión, la iglesia reaccionó con una más clara formulación de las vitales doctrinas cristianas sometidas a ataque. Sin embargo, muchas de las corrientes gnósticas patentizaron su influencia en el pensar de muchos sectores de la cristiandad, con movimientos monásticos y manifestaciones de pensamiento maniqueo que siempre han pervivido, y mediante un cúmulo de doctrinas erróneas que han actuado como levadura corruptora del testimonio de la iglesia. 

    El gnosticismo sigue perviviendo entre nosotros bajo muchas formas y etiquetas, y por ello es menester darnos con ahínco al estudio y asimilación de las Escrituras, para no dejar llevarnos por el error de aquellos que introducen encubiertamente herejías destructoras (cp. 2 P. 2:1), sino que, con el apóstol Juan, podamos tener comunión «con el Padre, y con su Hijo Jesucristo» (1 Jn. 1:3). 

    2 Pedro 2:1

    Falsos profetas y falsos maestros

    1 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.

    1 Juan 1:3

    3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.

    Bibliografía: 

    E. E. Ellis: «Colosenses», Comentario Bíblico Moody (Editorial Moody, Chicago, Illinois 1971). 

    D. Guthrie: «Colosenses», Nuevo Comentario Bíblico (Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, Texas 1977). 

    E. F. Harrison: «Colossians» (Moody Press, Chicago, Illinois); 

    J. R. Stott: «Las cartas de Juan» (Certeza, Buenos Aires, 1974). 

    M. C. Tenney: «Nuestro Nuevo Testamento» (Editorial Moody Chicago, Illinois 1973). 

    K. S. Wuest: «In These Last Days, Studies in the Greek Text of II Peter, I, II, III John and Jude for the English Reader» (W. B. Eerdmans, Grand Rapids, Michigan, reimp. 1972). 

    Véase también: 

    J. Rutherford: «Gnosticism», International Standard Bible Encyclopaedia (W. B. Eerdmans Pub. Co., Grand Rapids, Michigan, 1946).

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  • Gnostecismo

    Complejo movimiento religioso-filosófico que se manifestó con especial fuerza a mediados del siglo II de nuestra era. 

    Mezcla de conceptos zoroastras, platónicos y judeo-cristianos, constituyó una fuerte amenaza para el cristianismo. Sus primeras manifestaciones fueron ya tratadas y combatidas por los apóstoles Pablo y Juan en varias de sus epístolas y en el Evangelio de Juan. 

    A pesar de la inmensa variedad de sectas y movimientos gnósticos contrapuestos, con una gran diversidad de doctrinas y enseñanzas, que imposibilitan en un corto artículo un examen particularizado, se pueden exponer los siguientes puntos que sostenía el gnosticismo con una cierta uniformidad: 

    (a) Pretendían la posesión de un conocimiento especial de la verdad, superior a la fe, reservado a los iniciados. Col. 2:1-8 

    Colosenses 2:1-8

    1 Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro;

    2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,

    3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.

    4 Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.

    5 Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.

    6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él;

    7 arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.

    Plenitud de vida en Cristo

    8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.

    (b) Una combinación de dualismo persa con platonismo se manifestaba en la doctrina de una esfera espiritual pura y perfecta y de un universo material esencialmente malo y de donde todo lo malo ha surgido. Tanto Dios como el universo material son, en base a este sistema, eternos. Jn. 1:1-3; 

    Juan 1:1-3

    El Verbo hecho carne

    1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

    2 Este era en el principio con Dios.

    3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

    (c) La concepción de que Dios no puede actuar directamente sobre el mundo de la materia, sino que tiene que ser por medio de un «demiurgo», o Creador o Artífice subordinado de rango inferior, distinto de la Deidad suprema, y también por medio de emanaciones o eones mediadores extendiéndose de manera gradual entre Dios y el universo material. 

    Estas emanaciones o eones serían innumerables, pasando desde una naturaleza espiritual los más cercanos a Dios a una naturaleza más y más mezclada y material conforme se fueran hallando en esferas más y más cercanas al mundo material. Jn. 1:1-3; Col. 2:18; 1 Ti. 1:4; 

    Juan 1:1-3 

    El Verbo hecho carne

    1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

    2 Este era en el principio con Dios.

    3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

    Colosenses 2:18 

    18 Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal,

    1 Timoteo 1:4 

    4 ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora.

    (d) La negación de la verdadera humanidad de Cristo, una cristología docetista, que consideraba irreal la vida terrena de Cristo, especialmente sus sufrimientos en la cruz. Jn. 1:14; 4:6; 1 Jn. 1:1-3; 2:22; 4:1-6; 5:1; 5:20; 

    Juan 1:14 

    14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

    Juan 4:6 

    6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.

    1 Juan 1:1-3 

    La palabra de vida

    1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida

    2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó);

    3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.

    1 Juan 2:22 

    22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.

    1 Juan 4:1-6 

    El Espíritu de Dios y el espíritu del anticristo

    1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.

    2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;

    3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.

    4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

    5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.

    6 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.

    1 Juan 5:1 

    La fe que vence al mundo

    1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.

    1 Juan 5:20 

    20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.

    (e) Negación de la personalidad del Dios supremo, y negación también de la responsabilidad en el hombre. Jn. 3:16-21; 5:26-27, 30, 36-38; 1 Jn. 3:1; 4:7-10, 14-16; 

    Juan 3:16-21 

    De tal manera amó Dios al mundo

    16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

    17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

    18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

    19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

    20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.

    21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

    Juan 5:26-27, 30, 36-38 

    26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;

    27 y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.

    Testigos de Cristo

    30 No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.

    36 Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.

    37 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto,

    38 ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis.

    1 Juan 3:1 

    Hijos de Dios

    1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.

    1 Juan 4:7-10, 14-16 

    Dios es amor

    7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.

    8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

    9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

    10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

    14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.

    15 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.

    16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.

    (f) La enseñanza, por parte de unas sectas gnósticas, de un riguroso ascetismo, prohibiendo el matrimonio y el uso de este mundo material, con el fin de llegar a la comunión con Dios, mientras que otras sectas enseñaban la no influencia mutua entre cuerpo y alma, con lo que el alma podía dedicarse a la contemplación de los más altos misterios, en tanto que el cuerpo podía dar rienda suelta a todos sus apetitos. La salvación la atribuían a Cristo como «Iluminador», dador de conocimiento mediante el cual el alma recibiría la salvación. Se negaba la doctrina evangélica de la salvación por los sufrimientos vicarios de Cristo. Col. 1:12-23; 2:20-23; 1 Ti. 4:1-6; 2 Ti. 3:1-7; 

    Colosenses 1:12-23 

    12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

    13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

    14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

    Reconciliación por medio de la muerte de Cristo

    15 El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

    16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

    17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;

    18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;

    19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,

    20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

    21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado

    22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;

    23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.

    Colosenses 2:20-23 

    20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos

    21 tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques

    22 (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?

    23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.

    1 Timoteo 4:1-6 

    Predicción de la apostasía

    1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;

    2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,

    3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.

    4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias;

    5 porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.

    Un buen ministro de Jesucristo

    6 Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.

    2 Timoteo 3:1-7 

    Carácter de los hombres en los postreros días

    1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.

    2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,

    3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,

    4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,

    5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.

    6 Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.

    7 Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.

    (g) Una tendencia a la fusión de doctrinas cristianas con elementos filosóficos, místicos y mágicos de oriente. Col. 2:8-10, 18-19; 

    Colosenses 2:8-10, 18-19 

    Plenitud de vida en Cristo

    8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.

    9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,

    10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

    18 Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal,

    19 y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.

    (h) Las Escrituras del AT eran atribuidas al «demiurgo» o Creador inferior del mundo, que era el Dios de los judíos, pero no el Dios Supremo. Todas estas tendencias se hallan presentes en la actualidad en diversas corrientes teológicas de signo heterodoxo. 1 Ti. 3:14-16; 1 P. 10:12; 2 P. 16-21. 

    1 Timoteo 3:14-16 

    El misterio de la piedad

    14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte,

    15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.

    16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.

    1 Pedro 1:12 

    12 A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.

    2 Pedro 1:16-21

    Testigos presenciales de la gloria de Cristo

    16 Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.

    17 Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.

    18 Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.

    19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;

    20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,

    21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

    La palabra de Dios ya nos advierte sobre todas estas falsas doctrinas, y las combate. 

    Así, entre otros, se pueden dar los siguientes pasajes contra cada uno de los apartados mencionados: 

    Había muchas más características heterodoxas que las mencionadas. Entre las sectas gnósticas había, por ejemplo, la de los ofitas, que adoraban a la serpiente, y que se jactaban de conocer «las profundidades» (cp. Ap. 2:24). 

    Apocalipsis 2:24

    24 Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga;

    Atribuían el origen del mal directamente a Dios. Entre los ofitas había grupos como los cainitas, que invertían todos los valores, y elegían como sus héroes a los personajes malvados de las Escrituras, como Caín, los sodomitas, Coré, etc. 

    El primer maestro gnóstico cuyo nombre se conoce es Cerinto, adversario del apóstol Juan. De él se dice que enseñaba que el milenio sería una época de sensualidad desenfrenada. Otras escuelas del gnosticismo fueron posteriormente dirigidas por hombres como Valentino, Basílides, Saturnino, y Marción. 

    Frente a esta agresión, la iglesia reaccionó con una más clara formulación de las vitales doctrinas cristianas sometidas a ataque. Sin embargo, muchas de las corrientes gnósticas patentizaron su influencia en el pensar de muchos sectores de la cristiandad, con movimientos monásticos y manifestaciones de pensamiento maniqueo que siempre han pervivido, y mediante un cúmulo de doctrinas erróneas que han actuado como levadura corruptora del testimonio de la iglesia. 

    El gnosticismo sigue perviviendo entre nosotros bajo muchas formas y etiquetas, y por ello es menester darnos con ahínco al estudio y asimilación de las Escrituras, para no dejar llevarnos por el error de aquellos que introducen encubiertamente herejías destructoras (cp. 2 P. 2:1), sino que, con el apóstol Juan, podamos tener comunión «con el Padre, y con su Hijo Jesucristo» (1 Jn. 1:3). 

    2 Pedro 2:1

    Falsos profetas y falsos maestros

    1 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.

    1 Juan 1:3

    3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.

    Bibliografía: 

    E. E. Ellis: «Colosenses», Comentario Bíblico Moody (Editorial Moody, Chicago, Illinois 1971). 

    D. Guthrie: «Colosenses», Nuevo Comentario Bíblico (Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, Texas 1977). 

    E. F. Harrison: «Colossians» (Moody Press, Chicago, Illinois); 

    J. R. Stott: «Las cartas de Juan» (Certeza, Buenos Aires, 1974). 

    M. C. Tenney: «Nuestro Nuevo Testamento» (Editorial Moody Chicago, Illinois 1973). 

    K. S. Wuest: «In These Last Days, Studies in the Greek Text of II Peter, I, II, III John and Jude for the English Reader» (W. B. Eerdmans, Grand Rapids, Michigan, reimp. 1972). 

    Véase también: 

    J. Rutherford: «Gnosticism», International Standard Bible Encyclopaedia (W. B. Eerdmans Pub. Co., Grand Rapids, Michigan, 1946).

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