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  • Génesis (Libro)

    vet, Gr. «génesis», «origen». Nombre que se le da en la versión LXX al primer libro del AT; proviene del heb. «B’rëshith», «en el principio», frase con la que comienza el libro. Génesis se divide en tres secciones: 

    (a) Descripción del mundo, su creación y sus relaciones con Dios, comienzo de la historia humana (Gn. 1:1-2:2). 

    Génesis 1:1-2:2

    La creación

    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

    3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

    4 Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

    5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.

    6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.

    7 E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.

    8 Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.

    9 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.

    10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.

    11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.

    12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.

    13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero.

    14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,

    15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.

    16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.

    17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra,

    18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.

    19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.

    20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.

    21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.

    22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.

    23 Y fue la tarde y la mañana el día quinto.

    24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.

    25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.

    26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

    27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

    28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

    29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.

    30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.

    31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

    Génesis 2:1-2

    1 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.

    2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.

    (b) Esquema de la historia de la humanidad antes de Abraham; revelación de las relaciones entre Dios y la raza humana; comienzo de la historia del pueblo escogido (Gn. 2:4-11:26).

    (c) Historia del pueblo del pacto hasta su ida a Egipto (Gn. 11:27-50:26). Respecto a la primera sección, véase CREACIÓN. Con respecto a la segunda sección, véanse DILUVIO, BABEL, etc. 

    (a) SINOPSIS. Una breve sinopsis de Génesis es como sigue: Creación del universo y de la tierra con todo lo que ésta contiene (Gn. 1:1-2:3); relato particularizado de la creación del hombre y de la mujer (Gn. 2:4-25); la caída (Gn. 3), progreso del pecado (Gn. 4:1-15), la línea impía (Gn. 4:16-24), la línea elegida (Gn. 4:25-5:32), el aumento del pecado (Gn. 6:1-8), el diluvio (Gn. 6:9-9:17), la repoblación de la tierra (Gn. 9:18-10:32), la construcción de la torre de Babel (Gn. 11:1-9) y el origen de la raza semítica (Gn. 11:10-26), el inicio de la carrera de Abraham, su llamamiento, su peregrinación en Canaán (Gn. 11:27-25:10), la vida de Isaac, desde la muerte de su padre hasta la partida de Jacob hacia Mesopotamia (Gn. 25:11-27:40), la vida de Jacob desde su partida a Mesopotamia hasta la muerte de Isaac (Gn. 27:41-35:29), la descendencia de Esaú (Gn. 36), el comienzo de la historia de José hasta que fue vendido en Egipto (Gn. 37), el pecado de Judá (Gn. 38), la condición de José en Egipto (Gn. 39-45), las circunstancias relativas a la vida de Jacob, de su familia y de José en Egipto (Gn. 46-49), la muerte de Jacob y de José (Gn. 50). 

    Génesis 1:1-2:3

    La creación

    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

    3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

    4 Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

    5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.

    6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.

    7 E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.

    8 Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.

    9 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.

    10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.

    11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.

    12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.

    13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero.

    14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,

    15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.

    16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.

    17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra,

    18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.

    19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.

    20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.

    21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.

    22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.

    23 Y fue la tarde y la mañana el día quinto.

    24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.

    25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.

    26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

    27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

    28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

    29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.

    30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.

    31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

    Génesis 2:1-2

    1 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.

    2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.

    3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

    Génesis 2:4-25

    El hombre en el huerto del Edén

    4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,

    5 y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,

    6 sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.

    7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

    8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.

    9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

    10 Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.

    11 El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro;

    12 y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice.

    13 El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus.

    14 Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.

    15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.

    16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;

    17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

    18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.

    19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.

    20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.

    21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.

    22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.

    23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.

    24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

    25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.

    Génesis 3

    Desobediencia del hombre

    1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?

    2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;

    3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.

    4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;

    5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

    6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

    7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

    8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.

    9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

    10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

    11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?

    12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.

    13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.

    14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.

    15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

    16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.

    17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.

    18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.

    19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

    20 Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.

    21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

    22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.

    23 Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.

    24 Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

    Génesis 4:1-15

    Caín y Abel

    1 Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.

    2 Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.

    3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.

    4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;

    5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.

    6 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?

    7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.

    8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.

    9 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?

    10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.

    11 Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.

    12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra.

    13 Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado.

    14 He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.

    15 Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.

    Génesis 4:16-24

    16 Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén.

    17 Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc.

    18 Y a Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec.

    19 Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila.

    20 Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados.

    21 Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta.

    22 Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naama.

    23 Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oíd mi voz; Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: Que un varón mataré por mi herida, Y un joven por mi golpe.

    24 Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será.

    Génesis 4:25-5:32

    25 Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín.

    26 Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.

    Génesis 5:1-32

    Los descendientes de Adán

    1 Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.

    2 Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.

    3 Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.

    4 Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.

    5 Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió.

    6 Vivió Set ciento cinco años, y engendró a Enós.

    7 Y vivió Set, después que engendró a Enós, ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas.

    8 Y fueron todos los días de Set novecientos doce años; y murió.

    9 Vivió Enós noventa años, y engendró a Cainán.

    10 Y vivió Enós, después que engendró a Cainán, ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas.

    11 Y fueron todos los días de Enós novecientos cinco años; y murió.

    12 Vivió Cainán setenta años, y engendró a Mahalaleel.

    13 Y vivió Cainán, después que engendró a Mahalaleel, ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas.

    14 Y fueron todos los días de Cainán novecientos diez años; y murió.

    15 Vivió Mahalaleel sesenta y cinco años, y engendró a Jared.

    16 Y vivió Mahalaleel, después que engendró a Jared, ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas.

    17 Y fueron todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió.

    18 Vivió Jared ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc.

    19 Y vivió Jared, después que engendró a Enoc, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.

    20 Y fueron todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió.

    21 Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén.

    22 Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.

    23 Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años.

    24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

    25 Vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec.

    26 Y vivió Matusalén, después que engendró a Lamec, setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas.

    27 Fueron, pues, todos los días de Matusalén novecientos sesenta y nueve años; y murió.

    28 Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo;

    29 y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo.

    30 Y vivió Lamec, después que engendró a Noé, quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas.

    31 Y fueron todos los días de Lamec setecientos setenta y siete años; y murió.

    32 Y siendo Noé de quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet.

    Génesis 6:1-8

    La maldad de los hombres

    1 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas,

    2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.

    3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.

    4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.

    5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

    6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.

    7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.

    8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.

    Génesis 6:9-9:17

    Noé construye el arca

    9 Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.

    10 Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet.

    11 Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.

    12 Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.

    13 Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.

    14 Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.

    15 Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura.

    16 Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero.

    17 Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.

    18 Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.

    19 Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán.

    20 De las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida.

    21 Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos.

    22 Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó.

    Génesis 7

    El diluvio

    1 Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.

    2 De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra.

    3 También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra.

    4 Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice.

    5 E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.

    6 Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra.

    7 Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos.

    8 De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra,

    9 de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé.

    10 Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra.

    11 El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas,

    12 y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.

    13 En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca;

    14 ellos, y todos los animales silvestres según sus especies, y todos los animales domesticados según sus especies, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, y todo pájaro de toda especie.

    15 Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida.

    16 Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.

    17 Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra.

    18 Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas.

    19 Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos.

    20 Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes.

    21 Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre.

    22 Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió.

    23 Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.

    24 Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.

    Génesis 8

    1 Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas.

    2 Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida.

    3 Y las aguas decrecían gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de ciento cincuenta días.

    4 Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat.

    5 Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los montes.

    6 Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho,

    7 y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra.

    8 Envió también de sí una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra.

    9 Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, y tomándola, la hizo entrar consigo en el arca.

    10 Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca.

    11 Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra.

    12 Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más a él.

    13 Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca.

    14 Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.

    15 Entonces habló Dios a Noé, diciendo:

    16 Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo.

    17 Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra.

    18 Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él.

    19 Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca.

    20 Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.

    21 Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.

    22 Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.

    Génesis 9:1-17

    Pacto de Dios con Noé

    1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.

    2 El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados.

    3 Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.

    4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.

    5 Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre.

    6 El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.

    7 Mas vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella.

    8 Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo:

    9 He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros;

    10 y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra.

    11 Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.

    12 Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:

    13 Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra.

    14 Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes.

    15 Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne.

    16 Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra.

    17 Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.

    Génesis 9:18-10:32

    Embriaguez de Noé

    18 Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán.

    19 Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la tierra.

    20 Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña;

    21 y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda.

    22 Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera.

    23 Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre.

    24 Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven,

    25 y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos.

    26 Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo.

    27 Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo.

    28 Y vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años.

    29 Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años; y murió.

    Génesis 10:1-32

    Los descendientes de los hijos de Noé

    1 Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio.

    2 Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras.

    3 Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma.

    4 Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim.

    5 De éstos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones.

    6 Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán.

    7 Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán.

    8 Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra.

    9 Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová.

    10 Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.

    11 De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala,

    12 y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande.

    13 Mizraim engendró a Ludim, a Anamim, a Lehabim, a Naftuhim,

    14 a Patrusim, a Casluhim, de donde salieron los filisteos, y a Caftorim.

    15 Y Canaán engendró a Sidón su primogénito, a Het,

    16 al jebuseo, al amorreo, al gergeseo,

    17 al heveo, al araceo, al sineo,

    18 al arvadeo, al zemareo y al hamateo; y después se dispersaron las familias de los cananeos.

    19 Y fue el territorio de los cananeos desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa.

    20 Estos son los hijos de Cam por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.

    21 También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet.

    22 Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram.

    23 Y los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas.

    24 Arfaxad engendró a Sala, y Sala engendró a Heber.

    25 Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán.

    26 Y Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazar-mavet, Jera,

    27 Adoram, Uzal, Dicla,

    28 Obal, Abimael, Seba,

    29 Ofir, Havila y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán.

    30 Y la tierra en que habitaron fue desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente.

    31 Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.

    32 Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.

    Génesis 11:1-9

    La torre de Babel

    1 Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.

    2 Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se estabecieron allí.

    3 Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.

    4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.

    5 Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.

    6 Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.

    7 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.

    8 Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.

    9 Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

    Génesis 11:10-26

    Los descendientes de Sem

    10 Estas son las generaciones de Sem: Sem, de edad de cien años, engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio.

    11 Y vivió Sem, después que engendró a Arfaxad, quinientos años, y engendró hijos e hijas.

    12 Arfaxad vivió treinta y cinco años, y engendró a Sala.

    13 Y vivió Arfaxad, después que engendró a Sala, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas.

    14 Sala vivió treinta años, y engendró a Heber.

    15 Y vivió Sala, después que engendró a Heber, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas.

    16 Heber vivió treinta y cuatro años, y engendró a Peleg.

    17 Y vivió Heber, después que engendró a Peleg, cuatrocientos treinta años, y engendró hijos e hijas.

    18 Peleg vivió treinta años, y engendró a Reu.

    19 Y vivió Peleg, después que engendró a Reu, doscientos nueve años, y engendró hijos e hijas.

    20 Reu vivió treinta y dos años, y engendró a Serug.

    21 Y vivió Reu, después que engendró a Serug, doscientos siete años, y engendró hijos e hijas.

    22 Serug vivió treinta años, y engendró a Nacor.

    23 Y vivió Serug, después que engendró a Nacor, doscientos años, y engendró hijos e hijas.

    24 Nacor vivió veintinueve años, y engendró a Taré.

    25 Y vivió Nacor, después que engendró a Taré, ciento diecinueve años, y engendró hijos e hijas.

    26 Taré vivió setenta años, y engendró a Abram, a Nacor y a Harán.

    Génesis 25:11-27:40

    Los descendientes de Ismael

    12 Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, a quien le dio a luz Agar egipcia, sierva de Sara;

    13 estos, pues, son los nombres de los hijos de Ismael, nombrados en el orden de su nacimiento: El primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, Adbeel, Mibsam,

    14 Misma, Duma, Massa,

    15 Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedema.

    16 Estos son los hijos de Ismael, y estos sus nombres, por sus villas y por sus campamentos; doce príncipes por sus familias.

    17 Y estos fueron los años de la vida de Ismael, ciento treinta y siete años; y exhaló el espíritu Ismael, y murió, y fue unido a su pueblo.

    18 Y habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto viniendo a Asiria; y murió en presencia de todos sus hermanos.

    Nacimiento de Jacob y Esaú

    19 Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac,

    20 y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo.

    21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer.

    22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová;

    23 y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.

    24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.

    25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú.

    26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.

    Esaú vende su primogenitura

    27 Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.

    28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.

    29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado,

    30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.

    31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura.

    32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?

    33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.

    34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

    Génesis 26

    Isaac en Gerar

    1 Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar.

    2 Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré.

    3 Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre.

    4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,

    5 por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.

    6 Habitó, pues, Isaac en Gerar.

    7 Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; pensando que tal vez los hombres del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto.

    8 Sucedió que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer.

    9 Y llamó Abimelec a Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu mujer. ¿Cómo, pues, dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré por causa de ella.

    10 Y Abimelec dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros el pecado.

    11 Entonces Abimelec mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su mujer, de cierto morirá.

    12 Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová.

    13 El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso.

    14 Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia.

    15 Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra.

    16 Entonces dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho.

    17 E Isaac se fue de allí, y acampó en el valle de Gerar, y habitó allí.

    18 Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado.

    19 Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas,

    20 los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él.

    21 Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él; y llamó su nombre Sitna.

    22 Y se apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre Rehobot, y dijo: Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra.

    23 Y de allí subió a Beerseba.

    24 Y se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y yo bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo.

    25 Y edificó allí un altar, e invocó el nombre de Jehová, y plantó allí su tienda; y abrieron allí los siervos de Isaac un pozo.

    26 Y Abimelec vino a él desde Gerar, y Ahuzat, amigo suyo, y Ficol, capitán de su ejército.

    27 Y les dijo Isaac: ¿Por qué venís a mí, pues que me habéis aborrecido, y me echasteis de entre vosotros?

    28 Y ellos respondieron: Hemos visto que Jehová está contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre tú y nosotros, y haremos pacto contigo,

    29 que no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos hecho bien, y te enviamos en paz; tú eres ahora bendito de Jehová.

    30 Entonces él les hizo banquete, y comieron y bebieron.

    31 Y se levantaron de madrugada, y juraron el uno al otro; e Isaac los despidió, y ellos se despidieron de él en paz.

    32 En aquel día sucedió que vinieron los criados de Isaac, y le dieron nuevas acerca del pozo que habían abierto, y le dijeron: Hemos hallado agua.

    33 Y lo llamó Seba; por esta causa el nombre de aquella ciudad es Beerseba hasta este día.

    34 Y cuando Esaú era de cuarenta años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri heteo, y a Basemat hija de Elón heteo;

    35 y fueron amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca.

    Génesis 27:1-40

    Jacob obtiene la bendición de Isaac

    1 Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él respondió: Heme aquí.

    2 Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte.

    3 Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo y tráeme caza;

    4 y hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga antes que muera.

    5 Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para buscar la caza que había de traer.

    6 Entonces Rebeca habló a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído a tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo:

    7 Tráeme caza y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga en presencia de Jehová antes que yo muera.

    8 Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando.

    9 Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré de ellos viandas para tu padre, como a él le gusta;

    10 y tú las llevarás a tu padre, y comerá, para que él te bendiga antes de su muerte.

    11 Y Jacob dijo a Rebeca su madre: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño.

    12 Quizá me palpará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición.

    13 Y su madre respondió: Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz y vé y tráemelos.

    14 Entonces él fue y los tomó, y los trajo a su madre; y su madre hizo guisados, como a su padre le gustaba.

    15 Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob su hijo menor;

    16 y cubrió sus manos y la parte de su cuello donde no tenía vello, con las pieles de los cabritos;

    17 y entregó los guisados y el pan que había preparado, en manos de Jacob su hijo.

    18 Entonces éste fue a su padre y dijo: Padre mío. E Isaac respondió: Heme aquí; ¿quién eres, hijo mío?

    19 Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas.

    20 Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí.

    21 E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no.

    22 Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú.

    23 Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo.

    24 Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy.

    25 Dijo también: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga; y Jacob se la acercó, e Isaac comió; le trajo también vino, y bebió.

    26 Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío.

    27 Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo: Mira, el olor de mi hijo, Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;

    28 Dios, pues, te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo y de mosto.

    29 Sírvante pueblos, Y naciones se inclinen a ti; Sé señor de tus hermanos, Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, Y benditos los que te bendijeren.

    30 Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de cazar.

    31 E hizo él también guisados, y trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga.

    32 Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él le dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú.

    33 Y se estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito.

    34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío.

    35 Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición.

    36 Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?

    37 Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío?

    38 Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.

    39 Entonces Isaac su padre habló y le dijo: He aquí, será tu habitación en grosuras de la tierra, Y del rocío de los cielos de arriba;

    40 Y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; Y sucederá cuando te fortalezcas, Que descargarás su yugo de tu cerviz.

    Génesis tiene diez divisiones naturales que tienen como encabezamiento la fórmula «Éstos son los orígenes» (heb. «tol’doth», véase GENERACIÓN), o traducciones equivalentes (Gn. 2:4; 5:1; 6:9; 10:1; 11:10; 11:27; 25:12; 25:19; 36:1, 9; 37:2). 

    Génesis 2:4 

    El hombre en el huerto del Edén

    4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,

    Génesis 5:1 

    Los descendientes de Adán

    1 Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.

    Génesis 6:9 

    Noé construye el arca

    9 Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.

    Génesis 10:1 

    Los descendientes de los hijos de Noé

    1 Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio.

    Génesis 11:10 

    Los descendientes de Sem

    10 Estas son las generaciones de Sem: Sem, de edad de cien años, engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio.

    Génesis 11:27 

    Los descendientes de Taré

    27 Estas son las generaciones de Taré: Taré engendró a Abram, a Nacor y a Harán; y Harán engendró a Lot.

    Génesis 25:12 

    Los descendientes de Ismael

    12 Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, a quien le dio a luz Agar egipcia, sierva de Sara;

    Génesis 25:19 

    Nacimiento de Jacob y Esaú

    19 Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac,

    Génesis 36:1, 9 

    Los descendientes de Esaú

    1 Estas son las generaciones de Esaú, el cual es Edom:

    9 Estos son los linajes de Esaú, padre de Edom, en el monte de Seir.

    Génesis 37:2

    2 Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.

    Para la cuestión del autor, de la unidad, autenticidad, véase PENTATEUCO. 

    (b) MENSAJE ESPIRITUAL. Este libro fundamental nos introduce de una manera magistral en la revelación escrita de Dios. 

    Al explicarnos los orígenes traza, simultáneamente, las líneas maestras que conducen a través de toda la Biblia hasta la consumación final del Apocalipsis. 

    En Génesis hallamos efectivamente el origen de todas las cosas: la creación de los cielos y de la tierra, del hombre, del paraíso, del árbol de la vida, la primera mención del tentador, la caída y el comienzo del pecado entre la raza humana, primer juicio universal mediante el agua, la torre de Babel, confusión de las lenguas, la vocación del pueblo de Dios. 

    En el Apocalipsis todo se consuma: nuevos cielos y nueva tierra, la humanidad glorificada, el paraíso eterno y el árbol de la vida (Ap. 2:7; 22:2), castigo definitivo de Satanás, fin del pecado, segundo juicio universal por fuego (Ap. 20:11; 2 P. 3:5-12), reunión de los hombres de todas las lenguas alrededor del Cordero (Ap. 5:9), su reinado eterno en la Nueva Jerusalén en la presencia inmediata de Dios (Ap. 21:22). 

    Apocalipsis 2:7 

    7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

    Apocalipsis 22:2

    2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

    Apocalipsis 20:11 

    El juicio ante el gran trono blanco

    11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

    2 Pedro 3:5-12

    5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,

    6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;

    7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.

    8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.

    9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

    10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

    11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,

    12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!

    Apocalipsis 5:9

    9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

    Apocalipsis 21:22

    22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

    En ello se tiene una de las pruebas de la extraordinaria unidad de la inspiración de la Biblia, escrita a lo largo de unos 16 siglos por un cúmulo de diferentes autores. 

    Como es natural, Génesis es citado incesantemente de manera directa o indirecta en el AT. El Señor se presenta constantemente como «el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob», nombre que sería incomprensible sin el libro de Génesis. 

    Y tampoco se podrían concebir ni el origen ni el llamamiento de Israel sin este libro. Nos hallaríamos con un gran vacío si careciéramos de los primeros 11 capítulos, que sirven como semillero de toda la historia de la redención. 

    Señalemos también que los capítulos 12-50 (39 capítulos, casi 3/4 del libro) se dedican a cuatro biografías, llenas de enseñanzas acerca del individuo, de la familia, de la educación, y de la acción de Dios a través de las generaciones. 

    En cuanto al NT, hay más de 60 citas de Génesis: Cristo mismo confirma sus principales relatos: la creación del hombre y de la mujer (Mt. 19:4-6), asesinato de Abel (Lc. 11:49-51), el diluvio (Lc. 17:26-27), Abraham, Isaac y Jacob (Mt. 22:32; Jn. 8:56), circuncisión de los patriarcas (Jn. 7:21-23), etc. 

    Mateo 19:4-6

    4 El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo,

    5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?

    6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

    Lucas 11:49-51

    49 Por eso la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán,

    50 para que se demande de esta generación la sangre de todos los profetas que se ha derramado desde la fundación del mundo,

    51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación.

    Lucas 17:26-27

    26 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.

    27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.

    Mateo 22:32 

    32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.

    Juan 8:56

    56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

    Juan 7:21-23

    21 Jesús respondió y les dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis.

    22 Por cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres); y en el día de reposo circuncidáis al hombre.

    23 Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre?

    Esteban hace en Hechos un resumen desde el llamamiento de Abraham hasta el descenso a Egipto con José (Hch. 7:1-17). 

    Hechos 7:1-17

    Defensa y muerte de Esteban

    1 El sumo sacerdote dijo entonces: ¿Es esto así?

    2 Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán,

    3 y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré.

    4 Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora.

    5 Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo.

    6 Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años.

    7 Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar.

    8 Y le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas.

    9 Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él,

    10 y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.

    11 Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos.

    12 Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez.

    13 Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José.

    14 Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas.

    15 Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él, y también nuestros padres;

    16 los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem.

    17 Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto,

    Pablo hace constantes alusiones a los personajes y a los hechos espirituales de Génesis (por ej., Ro. 4; 5:12-21; 9:7-13; 1 Co. 11:7-12; 2 Co. 11:3; Gá. 3:6-18; 4:21-31; 1 Ti. 2:13, etc.). 

    Romanos 4 

    El ejemplo de Abraham

    1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne?

    2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios.

    3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.

    4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda;

    5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.

    6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,

    7 diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos.

    8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.

    9 ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia.

    10 ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión.

    11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia;

    12 y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.

    La promesa realizada mediante la fe

    13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.

    14 Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa.

    15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.

    16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.

    17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.

    18 El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia.

    19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.

    20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,

    21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;

    22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia.

    23 Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada,

    24 sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,

    25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

    Romanos 5:12-21 

    Adán y Cristo

    12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

    13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.

    14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.

    15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.

    16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación.

    17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

    18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.

    19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.

    20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;

    21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.

    Romanos 9:7-13 

    7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.

    8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.

    9 Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.

    10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre

    11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),

    12 se le dijo: El mayor servirá al menor.

    13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

    1 Corintios 11:7-12 

    7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.

    8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón,

    9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.

    10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.

    11 Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón;

    12 porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.

    2 Corintios 11:3 

    3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.

    Gálatas 3:6-18 

    El pacto de Dios con Abraham

    6 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.

    7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.

    8 Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.

    9 De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.

    10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

    11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;

    12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.

    13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),

    14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

    15 Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.

    16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

    17 Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.

    18 Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.

    Gálatas 4:21-31 

    Alegoría de Sara y Agar

    21 Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?

    22 Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.

    23 Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.

    24 Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.

    25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.

    26 Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.

    27 Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de las desolada, que de la que tiene marido.

    28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.

    29 Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.

    30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.

    31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

    1 Timoteo 2:13

    13 Porque Adán fue formado primero, después Eva;

    En cuanto a la epístola a los Hebreos, cp. Melquisedec (He. 7:1-22), sobre la creación, y sobre los patriarcas, desde Abel hasta José (He. 11:3-22). 

    Hebreos 7:1-22

    El sacerdocio de Melquisedec

    1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,

    2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;

    3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

    4 Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.

    5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

    6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.

    7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.

    8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.

    9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;

    10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

    11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?

    12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley;

    13 y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar.

    14 Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.

    15 Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto,

    16 no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible.

    17 Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.

    18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia

    19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.

    20 Y esto no fue hecho sin juramento;

    21 porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.

    22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

    Hebreos 11:3-22

    3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

    4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

    5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.

    6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

    7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

    8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.

    9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;

    10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

    11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.

    12 Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.

    13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.

    14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria;

    15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.

    16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.

    17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,

    18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia;

    19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

    20 Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras.

    21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.

    22 Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos.

    (c) LUGAR OCUPADO POR CRISTO. El lugar ocupado por Cristo en Génesis es lo que da un mayor valor a este libro. 

    El mismo Jesús advirtió que Moisés había escrito de él, y que si no creemos a Moisés no podremos creer en sus palabras (Lc. 24:25-27, 44; Jn. 5:46-47; 8:56). 

    Lucas 24:25-27, 44 

    25 Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!

    26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?

    27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.

    44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

    Juan 5:46-47 

    46 Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.

    47 Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?

    Juan 8:56

    56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

    Ya en el relato de la Creación podemos ver una alusión velada a la Trinidad con el plural usado a propósito de Dios (Gn. 1:1, Elohim, etc.), y en el consejo tenido en el seno de la Deidad en el momento de la creación del hombre (Gn. 1:26; cp. Jn. 1:1-3; Col. 1:16; He. 1:10). 

    Génesis 1:1

    La creación

    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    Génesis 1:26

    26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

    Juan 1:1-3 

    El Verbo hecho carne

    1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

    2 Este era en el principio con Dios.

    3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

    Colosenses 1:16 

    16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

    Hebreos 1:10

    10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos.

    Adán era figura de Aquel que había de venir (Ro. 5:14, 15; 1 Co. 15:22, 45-49). 

    Romanos 5:14, 15 

    14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.

    15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.

    1 Corintios 15:22, 45-49

    22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

    45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

    46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

    47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.

    48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.

    49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

    La promesa de la simiente de la mujer que aplastará la cabeza de la serpiente (Gn. 3:15) recibe el nombre de «protoevangelio», el primer anuncio de la redención mediante la encarnación y sufrimientos. 

    Génesis 3:15

    15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

    Abel es declarado justo por su fe en un sacrificio cruento, más excelente que el de Caín (Gn. 4:4; He. 11:4). 

    Génesis 4:4 

    4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;

    Hebreos 11:4

    4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

    El agua del diluvio fue una figura del bautismo, y el arca es una de las imágenes de la salvación en Cristo, que pasa a través del juicio dando refugio a los que se allegan a Él, y que mueren y resucitan con Él (1 P. 3:21; Ro. 6:3-4). 

    1 Pedro 3:21 

    21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,

    Romanos 6:3-4

    3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?

    4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

    Melquisedec es un tipo de nuestro eterno y perfecto Sumo Sacerdote (Gn. 14:18-20; He. 7:1-8, 24-25). 

    Génesis 14:18-20 

    18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;

    19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra;

    20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.

    Hebreos 7:1-8, 24-25

    El sacerdocio de Melquisedec

    1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,

    2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;

    3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

    4 Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.

    5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

    6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.

    7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.

    8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.

    24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;

    25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

    El ángel de Jehová (véase) es igualmente una teofanía, una manifestación de Aquel que da evidencia visible de la presencia de Dios (Gn. 16:7 ss.; 18:2 ss.; 22:11 ss.; 32:24 ss.). 

    Génesis 16:7 

    7 Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.

    Génesis 18:2 

    2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra,

    Génesis 22:11 

    11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

    Génesis 32:24

    24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

    El sacrificio de Isaac, el hijo único tanto tiempo esperado, en Moria (cp. 2 Cr. 3:1), presenta analogías extraordinarias con las del Hijo unigénito de Dios casi en el mismo lugar (Gn. 22; He. 11:17-19; Gá. 3:16). 

    2 Crónicas 3:1

    Salomón edifica el templo

    1 Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en le monte Moriah, que había sido mostrado a David su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo.

    Génesis 22 

    Dios ordena a Abraham que sacrifique a Isaac

    1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

    2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

    3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.

    4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos.

    5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.

    6 Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.

    7 Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?

    8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.

    9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña.

    10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.

    11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

    12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.

    13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.

    14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.

    15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo,

    16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo;

    17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.

    18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.

    19 Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba.

    20 Aconteció después de estas cosas, que fue dada noticia a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano:

    21 Uz su primogénito, Buz su hermano, Kemuel padre de Aram,

    22 Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel.

    23 Y Betuel fue el padre de Rebeca. Estos son los ocho hijos que dio a luz Milca, de Nacor hermano de Abraham.

    24 Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.

    Hebreos 11:17-19 

    17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,

    18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia;

    19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

    Gálatas 3:16

    16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

    Silo, el soberano, vendrá un día de la tribu de Judá (Gn. 49:9-10). 

    Génesis 49:9-10

    9 Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará?

    10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.

    Es así que se precisa la línea del Mesías: nacerá de nuestra raza (Gn. 3:15), el pueblo originado en Abraham (Gn. 22:17-18), de la tribu de Judá (Gn. 49:10), de la familia de David (2 S. 7:13-16), de María (Lc. 1:32). 

    Génesis 3:15

    15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

    Génesis 22:17-18

    17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.

    18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.

    Génesis 49:10

    10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.

    2 Samuel 7:13-16

    13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.

    14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;

    15 pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.

    16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.

    Lucas 1:32

    32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

    (f) MARCO HISTÓRICO. Con respecto al marco histórico de Génesis, véanse última sección de ABRAHAM, MARDIKH (TELL), PENTATEUCO, y también CREACIÓN, DILUVIO. 

    Bibliografía: 

    J. G. Bellet: «The Patriarchs» (Bible Truth Publishers, Oak Park, Illinois, s/f); 

    J. Calvino: «Génesis» (Banner of Truth, Londres, reimp. 1975); 

    R. S. Candlish: «Studies in Genesis» (Kregel Pub., Grand Rapids, Michigan, 1979); 

    U. Cassuto: «From Adam to Noah» (The Magnes Press, The Hebrew University, Jerusalem, 1961/72); 

    C. F. Keil y F. Delitzsch: «The Pentateuch» (William B. Eerdmans Publishing Co., Grand Rapids, Michigan, reimp. 1981); 

    H. C. Leupold: «Exposition of Genesis» (2 vols., Baker Book House, Grand Rapids, Michigan, 1942/1981); 

    A. Jukes: «Types in Genesis» (Kregel Pub., Grand Rapids, Michigan, 1976); 

    C. H. Mackintosh: «Génesis» (Ed. «Las Buenas Nuevas», Montebello, California, 1964); 

    H. M. Morris: «The Genesis Record» (Creation-Life Publishers, San Diego, California, 1976); 

    E. J. Young: «Una introducción al Antiguo Testamento» (T.E.L.L., Grand Rapids, Michigan, 1977) y E. J. Young:«Studies in Genesis One» (Reformed and Presbyterian Pub. Co., Nutley, N. J., 1975).

    VÉASE: Creación , Diluvio , Babel , Generación , Pentateuco , Abraham , Mardikh , Cronología Bíblica , Ángel de Jehová , Tell
  • DICCIONARIO
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  • Génesis (Libro)

    vet, Gr. «génesis», «origen». Nombre que se le da en la versión LXX al primer libro del AT; proviene del heb. «B’rëshith», «en el principio», frase con la que comienza el libro. Génesis se divide en tres secciones: 

    (a) Descripción del mundo, su creación y sus relaciones con Dios, comienzo de la historia humana (Gn. 1:1-2:2). 

    Génesis 1:1-2:2

    La creación

    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

    3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

    4 Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

    5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.

    6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.

    7 E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.

    8 Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.

    9 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.

    10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.

    11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.

    12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.

    13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero.

    14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,

    15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.

    16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.

    17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra,

    18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.

    19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.

    20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.

    21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.

    22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.

    23 Y fue la tarde y la mañana el día quinto.

    24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.

    25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.

    26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

    27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

    28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

    29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.

    30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.

    31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

    Génesis 2:1-2

    1 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.

    2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.

    (b) Esquema de la historia de la humanidad antes de Abraham; revelación de las relaciones entre Dios y la raza humana; comienzo de la historia del pueblo escogido (Gn. 2:4-11:26).

    (c) Historia del pueblo del pacto hasta su ida a Egipto (Gn. 11:27-50:26). Respecto a la primera sección, véase CREACIÓN. Con respecto a la segunda sección, véanse DILUVIO, BABEL, etc. 

    (a) SINOPSIS. Una breve sinopsis de Génesis es como sigue: Creación del universo y de la tierra con todo lo que ésta contiene (Gn. 1:1-2:3); relato particularizado de la creación del hombre y de la mujer (Gn. 2:4-25); la caída (Gn. 3), progreso del pecado (Gn. 4:1-15), la línea impía (Gn. 4:16-24), la línea elegida (Gn. 4:25-5:32), el aumento del pecado (Gn. 6:1-8), el diluvio (Gn. 6:9-9:17), la repoblación de la tierra (Gn. 9:18-10:32), la construcción de la torre de Babel (Gn. 11:1-9) y el origen de la raza semítica (Gn. 11:10-26), el inicio de la carrera de Abraham, su llamamiento, su peregrinación en Canaán (Gn. 11:27-25:10), la vida de Isaac, desde la muerte de su padre hasta la partida de Jacob hacia Mesopotamia (Gn. 25:11-27:40), la vida de Jacob desde su partida a Mesopotamia hasta la muerte de Isaac (Gn. 27:41-35:29), la descendencia de Esaú (Gn. 36), el comienzo de la historia de José hasta que fue vendido en Egipto (Gn. 37), el pecado de Judá (Gn. 38), la condición de José en Egipto (Gn. 39-45), las circunstancias relativas a la vida de Jacob, de su familia y de José en Egipto (Gn. 46-49), la muerte de Jacob y de José (Gn. 50). 

    Génesis 1:1-2:3

    La creación

    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

    3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

    4 Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

    5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.

    6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.

    7 E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.

    8 Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.

    9 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.

    10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.

    11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.

    12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.

    13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero.

    14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,

    15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.

    16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.

    17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra,

    18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.

    19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.

    20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.

    21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.

    22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.

    23 Y fue la tarde y la mañana el día quinto.

    24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.

    25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.

    26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

    27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

    28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

    29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.

    30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.

    31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

    Génesis 2:1-2

    1 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.

    2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.

    3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

    Génesis 2:4-25

    El hombre en el huerto del Edén

    4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,

    5 y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,

    6 sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.

    7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

    8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.

    9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

    10 Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.

    11 El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro;

    12 y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice.

    13 El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus.

    14 Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.

    15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.

    16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;

    17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

    18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.

    19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.

    20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.

    21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.

    22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.

    23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.

    24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

    25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.

    Génesis 3

    Desobediencia del hombre

    1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?

    2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;

    3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.

    4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;

    5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

    6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

    7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

    8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.

    9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

    10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

    11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?

    12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.

    13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.

    14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.

    15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

    16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.

    17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.

    18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.

    19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

    20 Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.

    21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

    22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.

    23 Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.

    24 Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

    Génesis 4:1-15

    Caín y Abel

    1 Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.

    2 Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.

    3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.

    4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;

    5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.

    6 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?

    7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.

    8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.

    9 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?

    10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.

    11 Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.

    12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra.

    13 Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado.

    14 He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.

    15 Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.

    Génesis 4:16-24

    16 Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén.

    17 Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc.

    18 Y a Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec.

    19 Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila.

    20 Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados.

    21 Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta.

    22 Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naama.

    23 Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oíd mi voz; Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: Que un varón mataré por mi herida, Y un joven por mi golpe.

    24 Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será.

    Génesis 4:25-5:32

    25 Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín.

    26 Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.

    Génesis 5:1-32

    Los descendientes de Adán

    1 Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.

    2 Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.

    3 Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.

    4 Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.

    5 Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió.

    6 Vivió Set ciento cinco años, y engendró a Enós.

    7 Y vivió Set, después que engendró a Enós, ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas.

    8 Y fueron todos los días de Set novecientos doce años; y murió.

    9 Vivió Enós noventa años, y engendró a Cainán.

    10 Y vivió Enós, después que engendró a Cainán, ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas.

    11 Y fueron todos los días de Enós novecientos cinco años; y murió.

    12 Vivió Cainán setenta años, y engendró a Mahalaleel.

    13 Y vivió Cainán, después que engendró a Mahalaleel, ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas.

    14 Y fueron todos los días de Cainán novecientos diez años; y murió.

    15 Vivió Mahalaleel sesenta y cinco años, y engendró a Jared.

    16 Y vivió Mahalaleel, después que engendró a Jared, ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas.

    17 Y fueron todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió.

    18 Vivió Jared ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc.

    19 Y vivió Jared, después que engendró a Enoc, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.

    20 Y fueron todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió.

    21 Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén.

    22 Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.

    23 Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años.

    24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

    25 Vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec.

    26 Y vivió Matusalén, después que engendró a Lamec, setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas.

    27 Fueron, pues, todos los días de Matusalén novecientos sesenta y nueve años; y murió.

    28 Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo;

    29 y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo.

    30 Y vivió Lamec, después que engendró a Noé, quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas.

    31 Y fueron todos los días de Lamec setecientos setenta y siete años; y murió.

    32 Y siendo Noé de quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet.

    Génesis 6:1-8

    La maldad de los hombres

    1 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas,

    2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.

    3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.

    4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.

    5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

    6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.

    7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.

    8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.

    Génesis 6:9-9:17

    Noé construye el arca

    9 Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.

    10 Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet.

    11 Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.

    12 Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.

    13 Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.

    14 Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.

    15 Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura.

    16 Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero.

    17 Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.

    18 Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.

    19 Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán.

    20 De las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida.

    21 Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos.

    22 Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó.

    Génesis 7

    El diluvio

    1 Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.

    2 De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra.

    3 También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra.

    4 Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice.

    5 E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.

    6 Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra.

    7 Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos.

    8 De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra,

    9 de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé.

    10 Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra.

    11 El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas,

    12 y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.

    13 En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca;

    14 ellos, y todos los animales silvestres según sus especies, y todos los animales domesticados según sus especies, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, y todo pájaro de toda especie.

    15 Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida.

    16 Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.

    17 Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra.

    18 Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas.

    19 Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos.

    20 Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes.

    21 Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre.

    22 Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió.

    23 Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.

    24 Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.

    Génesis 8

    1 Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas.

    2 Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida.

    3 Y las aguas decrecían gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de ciento cincuenta días.

    4 Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat.

    5 Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los montes.

    6 Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho,

    7 y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra.

    8 Envió también de sí una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra.

    9 Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, y tomándola, la hizo entrar consigo en el arca.

    10 Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca.

    11 Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra.

    12 Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más a él.

    13 Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca.

    14 Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.

    15 Entonces habló Dios a Noé, diciendo:

    16 Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo.

    17 Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra.

    18 Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él.

    19 Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca.

    20 Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.

    21 Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.

    22 Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.

    Génesis 9:1-17

    Pacto de Dios con Noé

    1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.

    2 El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados.

    3 Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.

    4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.

    5 Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre.

    6 El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.

    7 Mas vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella.

    8 Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo:

    9 He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros;

    10 y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra.

    11 Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.

    12 Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:

    13 Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra.

    14 Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes.

    15 Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne.

    16 Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra.

    17 Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.

    Génesis 9:18-10:32

    Embriaguez de Noé

    18 Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán.

    19 Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la tierra.

    20 Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña;

    21 y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda.

    22 Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera.

    23 Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre.

    24 Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven,

    25 y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos.

    26 Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo.

    27 Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo.

    28 Y vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años.

    29 Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años; y murió.

    Génesis 10:1-32

    Los descendientes de los hijos de Noé

    1 Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio.

    2 Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras.

    3 Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma.

    4 Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim.

    5 De éstos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones.

    6 Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán.

    7 Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán.

    8 Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra.

    9 Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová.

    10 Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.

    11 De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala,

    12 y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande.

    13 Mizraim engendró a Ludim, a Anamim, a Lehabim, a Naftuhim,

    14 a Patrusim, a Casluhim, de donde salieron los filisteos, y a Caftorim.

    15 Y Canaán engendró a Sidón su primogénito, a Het,

    16 al jebuseo, al amorreo, al gergeseo,

    17 al heveo, al araceo, al sineo,

    18 al arvadeo, al zemareo y al hamateo; y después se dispersaron las familias de los cananeos.

    19 Y fue el territorio de los cananeos desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa.

    20 Estos son los hijos de Cam por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.

    21 También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet.

    22 Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram.

    23 Y los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas.

    24 Arfaxad engendró a Sala, y Sala engendró a Heber.

    25 Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán.

    26 Y Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazar-mavet, Jera,

    27 Adoram, Uzal, Dicla,

    28 Obal, Abimael, Seba,

    29 Ofir, Havila y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán.

    30 Y la tierra en que habitaron fue desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente.

    31 Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.

    32 Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.

    Génesis 11:1-9

    La torre de Babel

    1 Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.

    2 Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se estabecieron allí.

    3 Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.

    4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.

    5 Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.

    6 Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.

    7 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.

    8 Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.

    9 Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

    Génesis 11:10-26

    Los descendientes de Sem

    10 Estas son las generaciones de Sem: Sem, de edad de cien años, engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio.

    11 Y vivió Sem, después que engendró a Arfaxad, quinientos años, y engendró hijos e hijas.

    12 Arfaxad vivió treinta y cinco años, y engendró a Sala.

    13 Y vivió Arfaxad, después que engendró a Sala, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas.

    14 Sala vivió treinta años, y engendró a Heber.

    15 Y vivió Sala, después que engendró a Heber, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas.

    16 Heber vivió treinta y cuatro años, y engendró a Peleg.

    17 Y vivió Heber, después que engendró a Peleg, cuatrocientos treinta años, y engendró hijos e hijas.

    18 Peleg vivió treinta años, y engendró a Reu.

    19 Y vivió Peleg, después que engendró a Reu, doscientos nueve años, y engendró hijos e hijas.

    20 Reu vivió treinta y dos años, y engendró a Serug.

    21 Y vivió Reu, después que engendró a Serug, doscientos siete años, y engendró hijos e hijas.

    22 Serug vivió treinta años, y engendró a Nacor.

    23 Y vivió Serug, después que engendró a Nacor, doscientos años, y engendró hijos e hijas.

    24 Nacor vivió veintinueve años, y engendró a Taré.

    25 Y vivió Nacor, después que engendró a Taré, ciento diecinueve años, y engendró hijos e hijas.

    26 Taré vivió setenta años, y engendró a Abram, a Nacor y a Harán.

    Génesis 25:11-27:40

    Los descendientes de Ismael

    12 Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, a quien le dio a luz Agar egipcia, sierva de Sara;

    13 estos, pues, son los nombres de los hijos de Ismael, nombrados en el orden de su nacimiento: El primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, Adbeel, Mibsam,

    14 Misma, Duma, Massa,

    15 Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedema.

    16 Estos son los hijos de Ismael, y estos sus nombres, por sus villas y por sus campamentos; doce príncipes por sus familias.

    17 Y estos fueron los años de la vida de Ismael, ciento treinta y siete años; y exhaló el espíritu Ismael, y murió, y fue unido a su pueblo.

    18 Y habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto viniendo a Asiria; y murió en presencia de todos sus hermanos.

    Nacimiento de Jacob y Esaú

    19 Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac,

    20 y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo.

    21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer.

    22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová;

    23 y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.

    24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.

    25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú.

    26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.

    Esaú vende su primogenitura

    27 Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.

    28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.

    29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado,

    30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.

    31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura.

    32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?

    33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.

    34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

    Génesis 26

    Isaac en Gerar

    1 Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar.

    2 Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré.

    3 Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre.

    4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,

    5 por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.

    6 Habitó, pues, Isaac en Gerar.

    7 Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; pensando que tal vez los hombres del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto.

    8 Sucedió que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer.

    9 Y llamó Abimelec a Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu mujer. ¿Cómo, pues, dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré por causa de ella.

    10 Y Abimelec dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros el pecado.

    11 Entonces Abimelec mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su mujer, de cierto morirá.

    12 Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová.

    13 El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso.

    14 Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia.

    15 Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra.

    16 Entonces dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho.

    17 E Isaac se fue de allí, y acampó en el valle de Gerar, y habitó allí.

    18 Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado.

    19 Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas,

    20 los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él.

    21 Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él; y llamó su nombre Sitna.

    22 Y se apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre Rehobot, y dijo: Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra.

    23 Y de allí subió a Beerseba.

    24 Y se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y yo bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo.

    25 Y edificó allí un altar, e invocó el nombre de Jehová, y plantó allí su tienda; y abrieron allí los siervos de Isaac un pozo.

    26 Y Abimelec vino a él desde Gerar, y Ahuzat, amigo suyo, y Ficol, capitán de su ejército.

    27 Y les dijo Isaac: ¿Por qué venís a mí, pues que me habéis aborrecido, y me echasteis de entre vosotros?

    28 Y ellos respondieron: Hemos visto que Jehová está contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre tú y nosotros, y haremos pacto contigo,

    29 que no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos hecho bien, y te enviamos en paz; tú eres ahora bendito de Jehová.

    30 Entonces él les hizo banquete, y comieron y bebieron.

    31 Y se levantaron de madrugada, y juraron el uno al otro; e Isaac los despidió, y ellos se despidieron de él en paz.

    32 En aquel día sucedió que vinieron los criados de Isaac, y le dieron nuevas acerca del pozo que habían abierto, y le dijeron: Hemos hallado agua.

    33 Y lo llamó Seba; por esta causa el nombre de aquella ciudad es Beerseba hasta este día.

    34 Y cuando Esaú era de cuarenta años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri heteo, y a Basemat hija de Elón heteo;

    35 y fueron amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca.

    Génesis 27:1-40

    Jacob obtiene la bendición de Isaac

    1 Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él respondió: Heme aquí.

    2 Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte.

    3 Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo y tráeme caza;

    4 y hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga antes que muera.

    5 Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para buscar la caza que había de traer.

    6 Entonces Rebeca habló a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído a tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo:

    7 Tráeme caza y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga en presencia de Jehová antes que yo muera.

    8 Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando.

    9 Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré de ellos viandas para tu padre, como a él le gusta;

    10 y tú las llevarás a tu padre, y comerá, para que él te bendiga antes de su muerte.

    11 Y Jacob dijo a Rebeca su madre: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño.

    12 Quizá me palpará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición.

    13 Y su madre respondió: Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz y vé y tráemelos.

    14 Entonces él fue y los tomó, y los trajo a su madre; y su madre hizo guisados, como a su padre le gustaba.

    15 Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob su hijo menor;

    16 y cubrió sus manos y la parte de su cuello donde no tenía vello, con las pieles de los cabritos;

    17 y entregó los guisados y el pan que había preparado, en manos de Jacob su hijo.

    18 Entonces éste fue a su padre y dijo: Padre mío. E Isaac respondió: Heme aquí; ¿quién eres, hijo mío?

    19 Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas.

    20 Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí.

    21 E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no.

    22 Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú.

    23 Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo.

    24 Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy.

    25 Dijo también: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga; y Jacob se la acercó, e Isaac comió; le trajo también vino, y bebió.

    26 Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío.

    27 Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo: Mira, el olor de mi hijo, Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;

    28 Dios, pues, te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo y de mosto.

    29 Sírvante pueblos, Y naciones se inclinen a ti; Sé señor de tus hermanos, Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, Y benditos los que te bendijeren.

    30 Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de cazar.

    31 E hizo él también guisados, y trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga.

    32 Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él le dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú.

    33 Y se estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito.

    34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío.

    35 Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición.

    36 Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?

    37 Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío?

    38 Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.

    39 Entonces Isaac su padre habló y le dijo: He aquí, será tu habitación en grosuras de la tierra, Y del rocío de los cielos de arriba;

    40 Y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; Y sucederá cuando te fortalezcas, Que descargarás su yugo de tu cerviz.

    Génesis tiene diez divisiones naturales que tienen como encabezamiento la fórmula «Éstos son los orígenes» (heb. «tol’doth», véase GENERACIÓN), o traducciones equivalentes (Gn. 2:4; 5:1; 6:9; 10:1; 11:10; 11:27; 25:12; 25:19; 36:1, 9; 37:2). 

    Génesis 2:4 

    El hombre en el huerto del Edén

    4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,

    Génesis 5:1 

    Los descendientes de Adán

    1 Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.

    Génesis 6:9 

    Noé construye el arca

    9 Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.

    Génesis 10:1 

    Los descendientes de los hijos de Noé

    1 Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio.

    Génesis 11:10 

    Los descendientes de Sem

    10 Estas son las generaciones de Sem: Sem, de edad de cien años, engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio.

    Génesis 11:27 

    Los descendientes de Taré

    27 Estas son las generaciones de Taré: Taré engendró a Abram, a Nacor y a Harán; y Harán engendró a Lot.

    Génesis 25:12 

    Los descendientes de Ismael

    12 Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, a quien le dio a luz Agar egipcia, sierva de Sara;

    Génesis 25:19 

    Nacimiento de Jacob y Esaú

    19 Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac,

    Génesis 36:1, 9 

    Los descendientes de Esaú

    1 Estas son las generaciones de Esaú, el cual es Edom:

    9 Estos son los linajes de Esaú, padre de Edom, en el monte de Seir.

    Génesis 37:2

    2 Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.

    Para la cuestión del autor, de la unidad, autenticidad, véase PENTATEUCO. 

    (b) MENSAJE ESPIRITUAL. Este libro fundamental nos introduce de una manera magistral en la revelación escrita de Dios. 

    Al explicarnos los orígenes traza, simultáneamente, las líneas maestras que conducen a través de toda la Biblia hasta la consumación final del Apocalipsis. 

    En Génesis hallamos efectivamente el origen de todas las cosas: la creación de los cielos y de la tierra, del hombre, del paraíso, del árbol de la vida, la primera mención del tentador, la caída y el comienzo del pecado entre la raza humana, primer juicio universal mediante el agua, la torre de Babel, confusión de las lenguas, la vocación del pueblo de Dios. 

    En el Apocalipsis todo se consuma: nuevos cielos y nueva tierra, la humanidad glorificada, el paraíso eterno y el árbol de la vida (Ap. 2:7; 22:2), castigo definitivo de Satanás, fin del pecado, segundo juicio universal por fuego (Ap. 20:11; 2 P. 3:5-12), reunión de los hombres de todas las lenguas alrededor del Cordero (Ap. 5:9), su reinado eterno en la Nueva Jerusalén en la presencia inmediata de Dios (Ap. 21:22). 

    Apocalipsis 2:7 

    7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

    Apocalipsis 22:2

    2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

    Apocalipsis 20:11 

    El juicio ante el gran trono blanco

    11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

    2 Pedro 3:5-12

    5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,

    6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;

    7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.

    8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.

    9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

    10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

    11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,

    12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!

    Apocalipsis 5:9

    9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

    Apocalipsis 21:22

    22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

    En ello se tiene una de las pruebas de la extraordinaria unidad de la inspiración de la Biblia, escrita a lo largo de unos 16 siglos por un cúmulo de diferentes autores. 

    Como es natural, Génesis es citado incesantemente de manera directa o indirecta en el AT. El Señor se presenta constantemente como «el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob», nombre que sería incomprensible sin el libro de Génesis. 

    Y tampoco se podrían concebir ni el origen ni el llamamiento de Israel sin este libro. Nos hallaríamos con un gran vacío si careciéramos de los primeros 11 capítulos, que sirven como semillero de toda la historia de la redención. 

    Señalemos también que los capítulos 12-50 (39 capítulos, casi 3/4 del libro) se dedican a cuatro biografías, llenas de enseñanzas acerca del individuo, de la familia, de la educación, y de la acción de Dios a través de las generaciones. 

    En cuanto al NT, hay más de 60 citas de Génesis: Cristo mismo confirma sus principales relatos: la creación del hombre y de la mujer (Mt. 19:4-6), asesinato de Abel (Lc. 11:49-51), el diluvio (Lc. 17:26-27), Abraham, Isaac y Jacob (Mt. 22:32; Jn. 8:56), circuncisión de los patriarcas (Jn. 7:21-23), etc. 

    Mateo 19:4-6

    4 El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo,

    5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?

    6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

    Lucas 11:49-51

    49 Por eso la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán,

    50 para que se demande de esta generación la sangre de todos los profetas que se ha derramado desde la fundación del mundo,

    51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación.

    Lucas 17:26-27

    26 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.

    27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.

    Mateo 22:32 

    32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.

    Juan 8:56

    56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

    Juan 7:21-23

    21 Jesús respondió y les dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis.

    22 Por cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres); y en el día de reposo circuncidáis al hombre.

    23 Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre?

    Esteban hace en Hechos un resumen desde el llamamiento de Abraham hasta el descenso a Egipto con José (Hch. 7:1-17). 

    Hechos 7:1-17

    Defensa y muerte de Esteban

    1 El sumo sacerdote dijo entonces: ¿Es esto así?

    2 Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán,

    3 y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré.

    4 Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora.

    5 Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo.

    6 Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años.

    7 Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar.

    8 Y le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas.

    9 Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él,

    10 y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.

    11 Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos.

    12 Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez.

    13 Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José.

    14 Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas.

    15 Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él, y también nuestros padres;

    16 los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem.

    17 Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto,

    Pablo hace constantes alusiones a los personajes y a los hechos espirituales de Génesis (por ej., Ro. 4; 5:12-21; 9:7-13; 1 Co. 11:7-12; 2 Co. 11:3; Gá. 3:6-18; 4:21-31; 1 Ti. 2:13, etc.). 

    Romanos 4 

    El ejemplo de Abraham

    1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne?

    2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios.

    3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.

    4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda;

    5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.

    6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,

    7 diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos.

    8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.

    9 ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia.

    10 ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión.

    11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia;

    12 y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.

    La promesa realizada mediante la fe

    13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.

    14 Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa.

    15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.

    16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.

    17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.

    18 El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia.

    19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.

    20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,

    21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;

    22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia.

    23 Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada,

    24 sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,

    25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

    Romanos 5:12-21 

    Adán y Cristo

    12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

    13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.

    14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.

    15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.

    16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación.

    17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

    18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.

    19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.

    20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;

    21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.

    Romanos 9:7-13 

    7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.

    8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.

    9 Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.

    10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre

    11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),

    12 se le dijo: El mayor servirá al menor.

    13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

    1 Corintios 11:7-12 

    7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.

    8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón,

    9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.

    10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.

    11 Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón;

    12 porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.

    2 Corintios 11:3 

    3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.

    Gálatas 3:6-18 

    El pacto de Dios con Abraham

    6 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.

    7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.

    8 Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.

    9 De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.

    10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

    11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;

    12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.

    13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),

    14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

    15 Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.

    16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

    17 Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.

    18 Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.

    Gálatas 4:21-31 

    Alegoría de Sara y Agar

    21 Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?

    22 Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.

    23 Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.

    24 Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.

    25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.

    26 Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.

    27 Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de las desolada, que de la que tiene marido.

    28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.

    29 Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.

    30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.

    31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

    1 Timoteo 2:13

    13 Porque Adán fue formado primero, después Eva;

    En cuanto a la epístola a los Hebreos, cp. Melquisedec (He. 7:1-22), sobre la creación, y sobre los patriarcas, desde Abel hasta José (He. 11:3-22). 

    Hebreos 7:1-22

    El sacerdocio de Melquisedec

    1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,

    2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;

    3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

    4 Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.

    5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

    6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.

    7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.

    8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.

    9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;

    10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

    11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?

    12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley;

    13 y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar.

    14 Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.

    15 Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto,

    16 no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible.

    17 Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.

    18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia

    19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.

    20 Y esto no fue hecho sin juramento;

    21 porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.

    22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

    Hebreos 11:3-22

    3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

    4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

    5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.

    6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

    7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

    8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.

    9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;

    10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

    11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.

    12 Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.

    13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.

    14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria;

    15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.

    16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.

    17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,

    18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia;

    19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

    20 Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras.

    21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.

    22 Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos.

    (c) LUGAR OCUPADO POR CRISTO. El lugar ocupado por Cristo en Génesis es lo que da un mayor valor a este libro. 

    El mismo Jesús advirtió que Moisés había escrito de él, y que si no creemos a Moisés no podremos creer en sus palabras (Lc. 24:25-27, 44; Jn. 5:46-47; 8:56). 

    Lucas 24:25-27, 44 

    25 Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!

    26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?

    27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.

    44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

    Juan 5:46-47 

    46 Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.

    47 Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?

    Juan 8:56

    56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

    Ya en el relato de la Creación podemos ver una alusión velada a la Trinidad con el plural usado a propósito de Dios (Gn. 1:1, Elohim, etc.), y en el consejo tenido en el seno de la Deidad en el momento de la creación del hombre (Gn. 1:26; cp. Jn. 1:1-3; Col. 1:16; He. 1:10). 

    Génesis 1:1

    La creación

    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    Génesis 1:26

    26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

    Juan 1:1-3 

    El Verbo hecho carne

    1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

    2 Este era en el principio con Dios.

    3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

    Colosenses 1:16 

    16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

    Hebreos 1:10

    10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos.

    Adán era figura de Aquel que había de venir (Ro. 5:14, 15; 1 Co. 15:22, 45-49). 

    Romanos 5:14, 15 

    14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.

    15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.

    1 Corintios 15:22, 45-49

    22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

    45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

    46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

    47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.

    48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.

    49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

    La promesa de la simiente de la mujer que aplastará la cabeza de la serpiente (Gn. 3:15) recibe el nombre de «protoevangelio», el primer anuncio de la redención mediante la encarnación y sufrimientos. 

    Génesis 3:15

    15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

    Abel es declarado justo por su fe en un sacrificio cruento, más excelente que el de Caín (Gn. 4:4; He. 11:4). 

    Génesis 4:4 

    4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;

    Hebreos 11:4

    4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

    El agua del diluvio fue una figura del bautismo, y el arca es una de las imágenes de la salvación en Cristo, que pasa a través del juicio dando refugio a los que se allegan a Él, y que mueren y resucitan con Él (1 P. 3:21; Ro. 6:3-4). 

    1 Pedro 3:21 

    21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,

    Romanos 6:3-4

    3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?

    4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

    Melquisedec es un tipo de nuestro eterno y perfecto Sumo Sacerdote (Gn. 14:18-20; He. 7:1-8, 24-25). 

    Génesis 14:18-20 

    18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;

    19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra;

    20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.

    Hebreos 7:1-8, 24-25

    El sacerdocio de Melquisedec

    1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,

    2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;

    3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

    4 Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.

    5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

    6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.

    7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.

    8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.

    24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;

    25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

    El ángel de Jehová (véase) es igualmente una teofanía, una manifestación de Aquel que da evidencia visible de la presencia de Dios (Gn. 16:7 ss.; 18:2 ss.; 22:11 ss.; 32:24 ss.). 

    Génesis 16:7 

    7 Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.

    Génesis 18:2 

    2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra,

    Génesis 22:11 

    11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

    Génesis 32:24

    24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

    El sacrificio de Isaac, el hijo único tanto tiempo esperado, en Moria (cp. 2 Cr. 3:1), presenta analogías extraordinarias con las del Hijo unigénito de Dios casi en el mismo lugar (Gn. 22; He. 11:17-19; Gá. 3:16). 

    2 Crónicas 3:1

    Salomón edifica el templo

    1 Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en le monte Moriah, que había sido mostrado a David su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo.

    Génesis 22 

    Dios ordena a Abraham que sacrifique a Isaac

    1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

    2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

    3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.

    4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos.

    5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.

    6 Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.

    7 Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?

    8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.

    9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña.

    10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.

    11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

    12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.

    13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.

    14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.

    15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo,

    16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo;

    17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.

    18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.

    19 Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba.

    20 Aconteció después de estas cosas, que fue dada noticia a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano:

    21 Uz su primogénito, Buz su hermano, Kemuel padre de Aram,

    22 Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel.

    23 Y Betuel fue el padre de Rebeca. Estos son los ocho hijos que dio a luz Milca, de Nacor hermano de Abraham.

    24 Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.

    Hebreos 11:17-19 

    17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,

    18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia;

    19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

    Gálatas 3:16

    16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

    Silo, el soberano, vendrá un día de la tribu de Judá (Gn. 49:9-10). 

    Génesis 49:9-10

    9 Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará?

    10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.

    Es así que se precisa la línea del Mesías: nacerá de nuestra raza (Gn. 3:15), el pueblo originado en Abraham (Gn. 22:17-18), de la tribu de Judá (Gn. 49:10), de la familia de David (2 S. 7:13-16), de María (Lc. 1:32). 

    Génesis 3:15

    15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

    Génesis 22:17-18

    17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.

    18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.

    Génesis 49:10

    10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.

    2 Samuel 7:13-16

    13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.

    14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;

    15 pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.

    16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.

    Lucas 1:32

    32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

    (f) MARCO HISTÓRICO. Con respecto al marco histórico de Génesis, véanse última sección de ABRAHAM, MARDIKH (TELL), PENTATEUCO, y también CREACIÓN, DILUVIO. 

    Bibliografía: 

    J. G. Bellet: «The Patriarchs» (Bible Truth Publishers, Oak Park, Illinois, s/f); 

    J. Calvino: «Génesis» (Banner of Truth, Londres, reimp. 1975); 

    R. S. Candlish: «Studies in Genesis» (Kregel Pub., Grand Rapids, Michigan, 1979); 

    U. Cassuto: «From Adam to Noah» (The Magnes Press, The Hebrew University, Jerusalem, 1961/72); 

    C. F. Keil y F. Delitzsch: «The Pentateuch» (William B. Eerdmans Publishing Co., Grand Rapids, Michigan, reimp. 1981); 

    H. C. Leupold: «Exposition of Genesis» (2 vols., Baker Book House, Grand Rapids, Michigan, 1942/1981); 

    A. Jukes: «Types in Genesis» (Kregel Pub., Grand Rapids, Michigan, 1976); 

    C. H. Mackintosh: «Génesis» (Ed. «Las Buenas Nuevas», Montebello, California, 1964); 

    H. M. Morris: «The Genesis Record» (Creation-Life Publishers, San Diego, California, 1976); 

    E. J. Young: «Una introducción al Antiguo Testamento» (T.E.L.L., Grand Rapids, Michigan, 1977) y E. J. Young:«Studies in Genesis One» (Reformed and Presbyterian Pub. Co., Nutley, N. J., 1975).

    VÉASE:
    Creación , Diluvio , Babel , Generación , Pentateuco , Abraham , Mardikh , Cronología Bíblica , Ángel de Jehová , Tell
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