Diccionario
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  • Tiempo

    El tiempo puede ser descrito como «la medida del movimiento»; su medición se efectúa en principio por los movimientos de los cuerpos celestes (Gn. 1:14). 

    Génesis 1:14

    14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,

    Las divisiones de tiempo constituyen el marco en el que se insertan los acontecimientos y circunstancias de la Biblia, que es un libro eminentemente histórico, cuya acción se desarrolla en un marco claramente cronológico, firmemente relacionado con el tiempo y el espacio. 

    Las principales divisiones del tiempo, en la Biblia, son: 

    (a) Día. Ver DÍA. 

    (b) Noche. Período de oscuridad (Gn. 1:5), dividido en tres vigilias de cuatro horas cada una: desde la puesta del sol hasta medianoche; desde la medianoche hasta el canto del gallo; desde el canto del gallo hasta la salida del sol (Éx. 14:24; Jue. 7:19; Lm. 2:19). 

    Génesis 1:5

    5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.

    Éxodo 14:24 

    24 Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios,

    Jueces 7:19 

    19 Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos.

    Lamentaciones 2:19

    19 Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias; Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; Alza tus manos a él implorando la vida de tus pequeñitos, Que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles.

    En la época del NT se distinguían cuatro vigilias, según la usanza griega y romana (Mr. 6:48; Lc. 12:38); los romanos contaban 12 horas nocturnas, desde la puesta hasta la salida del sol (cfr. Hch. 23:23). (Véase NOCHE). 

    Marcos 6:48 

    48 Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles.

    Lucas 12:38

    38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.

    Hechos 23:23

    Pablo es enviado a Félix el gobernador

    23 Y llamando a dos centuriones, mandó que preparasen para la hora tercera de la noche doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros, para que fuesen hasta Cesarea;

    (c) Semana. Véase SEMANA. (d) Mes. Véase MES. (e) Año. El año hebreo se componía de doce meses lunares (1 R. 4:7; 1 Cr. 27:1-15); consiguientemente, con la duración actual del mes lunar, debía contar probablemente 354 días, 8 horas, 48 minutos y 34 segundos. 

    1 Reyes 4:7 

    7 Tenía Salomón doce gobernadores sobre todo Israel, los cuales mantenían al rey y a su casa. Cada uno de ellos estaba obligado a abastecerlo por un mes en el año.

    1 Crónicas 27:1-15

    Otros oficiales de David

    1 Estos son los principales de los hijos de Israel, jefes de familias, jefes de millares y de centenas, y oficiales que servían al rey en todos los negocios de las divisiones que entraban y salían cada mes durante todo el año, siendo cada división de veinticuatro mil.

    2 Sobre la primera división del primer mes estaba Jasobeam hijo de Zabdiel; y había en su división veinticuatro mil.

    3 De los hijos de Fares, él fue jefe de todos los capitanes de las compañías del primer mes.

    4 Sobre la división del segundo mes estaba Dodai ahohíta; y Miclot era jefe en su división, en la que también había veinticuatro mil.

    5 El jefe de la tercera división para el tercer mes era Benaía, hijo del sumo sacerdote Joiada; y en su división había veinticuatro mil.

    6 Este Benaía era valiente entre los treinta y sobre los treinta; y en su división estaba Amisabad su hijo.

    7 El cuarto jefe para el cuarto mes era Asael hermano de Joab, y después de él Zebadías su hijo; y en su división había veinticuatro mil.

    8 El quinto jefe para el quinto mes era Samhut izraíta; y en su división había veinticuatro mil.

    9 El sexto para el sexto mes era Ira hijo de Iques, de Tecoa; y en su división veinticuatro mil.

    10 El séptimo para el séptimo mes era Heles pelonita, de los hijos de Efraín; y en su división veinticuatro mil.

    11 El octavo para el octavo mes era Sibecai husatita, de los zeraítas; y en su división veinticuatro mil.

    12 El noveno para el noveno mes era Abiezer anatotita, de los benjamitas; y en su división veinticuatro mil.

    13 El décimo para el décimo mes era Maharai netofatita, de los zeraítas; y en su división veinticuatro mil.

    14 El undécimo para el undécimo mes era Benaía piratonita, de los hijos de Efraín; y en su división veinticuatro mil.

    15 El duodécimo para el duodécimo mes era Heldai netofatita, de Otoniel; y en su división veinticuatro mil.

    Las fiestas anuales estaban en relación estrecha con los trabajos agrícolas y con las estaciones. 

    Un año basado estrictamente en el sistema lunar habría causado un retraso constante de estas fiestas al no sincronizar de manera exacta un número de meses lunares con el año. 

    Al hacerse necesario coordinar el año lunar con el solar de 365 días se estableció un mes intercalar, que se añadía cada dos o tres años después del duodécimo mes; se le daba el nombre de «Ve’adar» y constaba de 29 días. 

    En la Biblia no se menciona esta costumbre. Así, el ciclo lunar posterior a las perturbaciones cósmicas de Josué y Ezequías (véase apartado anterior 

    (d), Mes) constaba de diecinueve años; los años 3º, 6º, 8º, 11º, 14º, 17º y 19º tenían un mes intercalar. 

    El año religioso comenzaba con el mes de Abib, llamado también Nisán (Éx. 12:2; 23:15; Est. 3:7). 

    Éxodo 12:2 

    2 Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año.

    Éxodo 23:15 

    15 La fiesta de los panes sin levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías.

    Ester 3:7

    7 En el mes primero, que es el mes de Nisán, en el año duodécimo del rey Asuero, fue echada Pur, esto es, la suerte, delante de Amán, suerte para cada día y cada mes del año; y salió el mes duodécimo, que es el mes de Adar.

    Comenzaba con la luna nueva, inmediatamente antes o después del equinoccio de primavera, cuando el sol se hallaba en la constelación de Aries (Ant. 3:8, 4; 10:5). 

    Pero desde la época más remota, los hebreos observaban también el año civil, basado en los trabajos agrícolas, y que comenzaba en otoño (cfr. Éx. 23:16; 34:22; Lv. 25:4, 9 ss.). 

    Éxodo 23:16 

    16 También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus labores del campo.

    Éxodo 34:22 

    22 También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año.

    Levítico 25:4, 9

    4 Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña.

    9 Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra.

    Esta nación de agricultores estaba evidentemente interesada en hacer coincidir el inicio del año civil con la labranza y la siembra, y su fin con la siega. Indicaban frecuentemente las fechas por los trabajos agrícolas entonces en curso, en lugar de por el número del mes (cfr. Nm. 13:20; Rt. 1:22). 

    Números 13:20 

    20 y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas.

    Rut 1:22

    22 Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.

    Un cierto tiempo después del retorno del cautiverio de Babilonia, empezaron a celebrar el Año Nuevo en la luna nueva del mes séptimo, Tisri. Esta costumbre seguramente no proviene de los acontecimientos registrados en Esd. 3:6 y Neh. 2, aunque hayan contribuido a su establecimiento. 

    Esdras 3:6

    6 Desde el primer día del mes séptimo comenzaron a ofrecer holocaustos a Jehová; pero los cimientos del templo de Jehová no se habían echado todavía.

    Nehemías 2

    Artajerjes envía a Nehemías a Jerusalén

    1 Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia,

    2 me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera.

    3 Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?

    4 Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos,

    5 y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré.

    6 Entonces el rey me dijo (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, después que yo le señalé tiempo.

    7 Además dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá;

    8 y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí.

    9 Vine luego a los gobernadores del otro lado del río, y les di las cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo.

    10 Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel.

    Nehemías anima al pueblo a reedificar los muros

    11 Llegué, pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días,

    12 me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba.

    13 Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego.

    14 Pasé luego a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba.

    15 Y subí de noche por el torrente y observé el muro, y di la vuelta y entré por la puerta del Valle, y me volví.

    16 Y no sabían los oficiales a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y oficiales, ni a los demás que hacían la obra.

    17 Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio.

    18 Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.

    19 Pero cuanto lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey?

    20 Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.

    (f) El tiempo y la eternidad. Anterior y rebasando de una manera infinita el tiempo humano y sus divisiones, la eternidad bíblica es presentada como un atributo propio de Dios. «Jehová es Rey eternamente y para siempre» (Sal. 10:16). 

    Salmos 10:16

    16 Jehová es Rey eternamente y para siempre; De su tierra han perecido las naciones.

    «Desde la eternidad hasta la eternidad, tú eres Dios» (Sal. 90:2, V.M.). 

    Salmos 90:2

    2 Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

    «¡Tú eres desde la eternidad!» (Sal. 93:2, V.M.). 

    Salmos 93:2

    2 Firme es tu trono desde entonces; Tú eres eternamente.

    Es por ello que para Él mil años son como un día, y un día como mil años (2 P. 3:8). 

    2 Pedro 3:8

    8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.

    De la misma manera, Dios domina el tiempo con Su omnisciencia. El pasado, presente y futuro no existen realmente para el Eterno; conoce todo antes de que llegue a ser (Éx. 3:14; Jn. 8:58; Is. 48:5-7). 

    Éxodo 3:14 

    14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.

    Juan 8:58 

    58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.

    Isaías 48:5-7

    5 te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.

    6 Lo oíste, y lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías.

    7 Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía.

    Al hablar de Israel emplea constantemente «el pasado profético», esto es, considera ya cumplidos los acontecimientos que para los hombres se hallan todavía escondidos en el, para ellos, impenetrable manto del futuro. 

    Los tiempos verbales hebreos se prestan admirablemente a la expresión de estas nociones. Al hablar del Dios eterno, Alfa y Omega, creador y consumador de todas las cosas, la Biblia nos presenta tres edades: 

    (A) la eternidad anterior a la creación, «antes de los siglos» (1 Co. 2:7; cfr. Ef. 3:11; 1 P. 1:20; Col. 1:26; Hch. 15:18); 

    1 Corintios 2:7 

    7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,

    Efesios 3:11 

    11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,

    1 Pedro 1:20 

    20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,

    Colosenses 1:26 

    26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,

    Hechos 15:18

    18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.

    (B) el «presente siglo» (o edad, gr. «aiõn»), que va desde la creación hasta la gloriosa venida del Señor (Gá. 1:4; Ef. 1:21; Tit. 2:12). 

    Gálatas 1:4 

    4 el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,

    Efesios 1:21 

    21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;

    Tito 2:12

    12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,

    La primera venida de Cristo tuvo lugar en el centro de este periodo y por consiguiente en el centro de todos los tiempos. 

    (C) el «siglo venidero», esto es, la eternidad que tenemos delante de nosotros (Ef. 1:21, 2:7; He. 6:5; Mt. 12:32; Mr. 10:30, etc.). 

    Efesios 1:21, 

    21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;

    Efesios 2:7 

    7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

    Hebreos 6:5 

    5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,

    Mateo 12:32 

    32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

    Marcos 10:30

    30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.

    Para el AT, lo mismo que para el NT, la diferencia entre el tiempo y la eternidad no tiene que ver con su naturaleza, sino en la duración; la eternidad es un tiempo sin límites, cuya línea infinita coincide por un breve período con la historia que constituye el horizonte temporal humano. 

    Esta noción es totalmente opuesta al especulativo concepto griego que representaba el tiempo como un círculo en el que se daba un eterno retorno (cfr. con la inexorable rueda de reencarnaciones hindúes). 

    «La expresión simbólica del tiempo bíblico se expresa con una línea ascendente, porque la línea que parte de la creación tiene su fin... en Dios» (A. Lamorte, «Le Problème du Temps dans le Prophétisme Biblique», Beatenberg, 1960, p. 108 ss.). 

    Este fin «imprime al conjunto de la historia, que se desarrolla a todo lo largo de esta línea, un movimiento de elevación hacia Él» (O. Cullmann, «Christ et le Temps, Delachaux» 1947) El Dios eterno, el «Rey de los siglos» (1 Ti. 1:17; Sal. 145:13) al crear al hombre a Su imagen «ha puesto eternidad en el corazón de ellos» (Ec. 3:11). 

    1 Timoteo 1:17 

    17 Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

    Salmos 145:13

    13 Tu reino es reino de todos los siglos, Y tu señorío en todas las generaciones.

    Eclesiastés 3:11

    11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

    Por la encarnación, Él se humilló hasta nosotros en el tiempo, para llevarnos a participar con Él por toda la eternidad (Sal. 133:3). (Véase VIDA ETERNA.). 

    Salmos 133:3

    3 Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna.

    La oración del creyente es que el Señor lo conduzca en el camino eterno (Sal. 139:24). El Señor acogerá a los Suyos en Su gracia en Su reino eterno (2 P. 1:11).

    Salmos 139:24

    24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.

    2 Pedro 1:11

    11 Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

    VÉASE: Sábado , Daniel (Libro) , Reloj de sol , Vida eterna , Día , Mes , Semana , Noche , Año
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  • Tiempo

    El tiempo puede ser descrito como «la medida del movimiento»; su medición se efectúa en principio por los movimientos de los cuerpos celestes (Gn. 1:14). 

    Génesis 1:14

    14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,

    Las divisiones de tiempo constituyen el marco en el que se insertan los acontecimientos y circunstancias de la Biblia, que es un libro eminentemente histórico, cuya acción se desarrolla en un marco claramente cronológico, firmemente relacionado con el tiempo y el espacio. 

    Las principales divisiones del tiempo, en la Biblia, son: 

    (a) Día. Ver DÍA. 

    (b) Noche. Período de oscuridad (Gn. 1:5), dividido en tres vigilias de cuatro horas cada una: desde la puesta del sol hasta medianoche; desde la medianoche hasta el canto del gallo; desde el canto del gallo hasta la salida del sol (Éx. 14:24; Jue. 7:19; Lm. 2:19). 

    Génesis 1:5

    5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.

    Éxodo 14:24 

    24 Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios,

    Jueces 7:19 

    19 Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos.

    Lamentaciones 2:19

    19 Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias; Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; Alza tus manos a él implorando la vida de tus pequeñitos, Que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles.

    En la época del NT se distinguían cuatro vigilias, según la usanza griega y romana (Mr. 6:48; Lc. 12:38); los romanos contaban 12 horas nocturnas, desde la puesta hasta la salida del sol (cfr. Hch. 23:23). (Véase NOCHE). 

    Marcos 6:48 

    48 Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles.

    Lucas 12:38

    38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.

    Hechos 23:23

    Pablo es enviado a Félix el gobernador

    23 Y llamando a dos centuriones, mandó que preparasen para la hora tercera de la noche doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros, para que fuesen hasta Cesarea;

    (c) Semana. Véase SEMANA. (d) Mes. Véase MES. (e) Año. El año hebreo se componía de doce meses lunares (1 R. 4:7; 1 Cr. 27:1-15); consiguientemente, con la duración actual del mes lunar, debía contar probablemente 354 días, 8 horas, 48 minutos y 34 segundos. 

    1 Reyes 4:7 

    7 Tenía Salomón doce gobernadores sobre todo Israel, los cuales mantenían al rey y a su casa. Cada uno de ellos estaba obligado a abastecerlo por un mes en el año.

    1 Crónicas 27:1-15

    Otros oficiales de David

    1 Estos son los principales de los hijos de Israel, jefes de familias, jefes de millares y de centenas, y oficiales que servían al rey en todos los negocios de las divisiones que entraban y salían cada mes durante todo el año, siendo cada división de veinticuatro mil.

    2 Sobre la primera división del primer mes estaba Jasobeam hijo de Zabdiel; y había en su división veinticuatro mil.

    3 De los hijos de Fares, él fue jefe de todos los capitanes de las compañías del primer mes.

    4 Sobre la división del segundo mes estaba Dodai ahohíta; y Miclot era jefe en su división, en la que también había veinticuatro mil.

    5 El jefe de la tercera división para el tercer mes era Benaía, hijo del sumo sacerdote Joiada; y en su división había veinticuatro mil.

    6 Este Benaía era valiente entre los treinta y sobre los treinta; y en su división estaba Amisabad su hijo.

    7 El cuarto jefe para el cuarto mes era Asael hermano de Joab, y después de él Zebadías su hijo; y en su división había veinticuatro mil.

    8 El quinto jefe para el quinto mes era Samhut izraíta; y en su división había veinticuatro mil.

    9 El sexto para el sexto mes era Ira hijo de Iques, de Tecoa; y en su división veinticuatro mil.

    10 El séptimo para el séptimo mes era Heles pelonita, de los hijos de Efraín; y en su división veinticuatro mil.

    11 El octavo para el octavo mes era Sibecai husatita, de los zeraítas; y en su división veinticuatro mil.

    12 El noveno para el noveno mes era Abiezer anatotita, de los benjamitas; y en su división veinticuatro mil.

    13 El décimo para el décimo mes era Maharai netofatita, de los zeraítas; y en su división veinticuatro mil.

    14 El undécimo para el undécimo mes era Benaía piratonita, de los hijos de Efraín; y en su división veinticuatro mil.

    15 El duodécimo para el duodécimo mes era Heldai netofatita, de Otoniel; y en su división veinticuatro mil.

    Las fiestas anuales estaban en relación estrecha con los trabajos agrícolas y con las estaciones. 

    Un año basado estrictamente en el sistema lunar habría causado un retraso constante de estas fiestas al no sincronizar de manera exacta un número de meses lunares con el año. 

    Al hacerse necesario coordinar el año lunar con el solar de 365 días se estableció un mes intercalar, que se añadía cada dos o tres años después del duodécimo mes; se le daba el nombre de «Ve’adar» y constaba de 29 días. 

    En la Biblia no se menciona esta costumbre. Así, el ciclo lunar posterior a las perturbaciones cósmicas de Josué y Ezequías (véase apartado anterior 

    (d), Mes) constaba de diecinueve años; los años 3º, 6º, 8º, 11º, 14º, 17º y 19º tenían un mes intercalar. 

    El año religioso comenzaba con el mes de Abib, llamado también Nisán (Éx. 12:2; 23:15; Est. 3:7). 

    Éxodo 12:2 

    2 Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año.

    Éxodo 23:15 

    15 La fiesta de los panes sin levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías.

    Ester 3:7

    7 En el mes primero, que es el mes de Nisán, en el año duodécimo del rey Asuero, fue echada Pur, esto es, la suerte, delante de Amán, suerte para cada día y cada mes del año; y salió el mes duodécimo, que es el mes de Adar.

    Comenzaba con la luna nueva, inmediatamente antes o después del equinoccio de primavera, cuando el sol se hallaba en la constelación de Aries (Ant. 3:8, 4; 10:5). 

    Pero desde la época más remota, los hebreos observaban también el año civil, basado en los trabajos agrícolas, y que comenzaba en otoño (cfr. Éx. 23:16; 34:22; Lv. 25:4, 9 ss.). 

    Éxodo 23:16 

    16 También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus labores del campo.

    Éxodo 34:22 

    22 También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año.

    Levítico 25:4, 9

    4 Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña.

    9 Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra.

    Esta nación de agricultores estaba evidentemente interesada en hacer coincidir el inicio del año civil con la labranza y la siembra, y su fin con la siega. Indicaban frecuentemente las fechas por los trabajos agrícolas entonces en curso, en lugar de por el número del mes (cfr. Nm. 13:20; Rt. 1:22). 

    Números 13:20 

    20 y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas.

    Rut 1:22

    22 Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.

    Un cierto tiempo después del retorno del cautiverio de Babilonia, empezaron a celebrar el Año Nuevo en la luna nueva del mes séptimo, Tisri. Esta costumbre seguramente no proviene de los acontecimientos registrados en Esd. 3:6 y Neh. 2, aunque hayan contribuido a su establecimiento. 

    Esdras 3:6

    6 Desde el primer día del mes séptimo comenzaron a ofrecer holocaustos a Jehová; pero los cimientos del templo de Jehová no se habían echado todavía.

    Nehemías 2

    Artajerjes envía a Nehemías a Jerusalén

    1 Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia,

    2 me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera.

    3 Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?

    4 Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos,

    5 y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré.

    6 Entonces el rey me dijo (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, después que yo le señalé tiempo.

    7 Además dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá;

    8 y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí.

    9 Vine luego a los gobernadores del otro lado del río, y les di las cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo.

    10 Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel.

    Nehemías anima al pueblo a reedificar los muros

    11 Llegué, pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días,

    12 me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba.

    13 Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego.

    14 Pasé luego a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba.

    15 Y subí de noche por el torrente y observé el muro, y di la vuelta y entré por la puerta del Valle, y me volví.

    16 Y no sabían los oficiales a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y oficiales, ni a los demás que hacían la obra.

    17 Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio.

    18 Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.

    19 Pero cuanto lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey?

    20 Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.

    (f) El tiempo y la eternidad. Anterior y rebasando de una manera infinita el tiempo humano y sus divisiones, la eternidad bíblica es presentada como un atributo propio de Dios. «Jehová es Rey eternamente y para siempre» (Sal. 10:16). 

    Salmos 10:16

    16 Jehová es Rey eternamente y para siempre; De su tierra han perecido las naciones.

    «Desde la eternidad hasta la eternidad, tú eres Dios» (Sal. 90:2, V.M.). 

    Salmos 90:2

    2 Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

    «¡Tú eres desde la eternidad!» (Sal. 93:2, V.M.). 

    Salmos 93:2

    2 Firme es tu trono desde entonces; Tú eres eternamente.

    Es por ello que para Él mil años son como un día, y un día como mil años (2 P. 3:8). 

    2 Pedro 3:8

    8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.

    De la misma manera, Dios domina el tiempo con Su omnisciencia. El pasado, presente y futuro no existen realmente para el Eterno; conoce todo antes de que llegue a ser (Éx. 3:14; Jn. 8:58; Is. 48:5-7). 

    Éxodo 3:14 

    14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.

    Juan 8:58 

    58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.

    Isaías 48:5-7

    5 te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.

    6 Lo oíste, y lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías.

    7 Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía.

    Al hablar de Israel emplea constantemente «el pasado profético», esto es, considera ya cumplidos los acontecimientos que para los hombres se hallan todavía escondidos en el, para ellos, impenetrable manto del futuro. 

    Los tiempos verbales hebreos se prestan admirablemente a la expresión de estas nociones. Al hablar del Dios eterno, Alfa y Omega, creador y consumador de todas las cosas, la Biblia nos presenta tres edades: 

    (A) la eternidad anterior a la creación, «antes de los siglos» (1 Co. 2:7; cfr. Ef. 3:11; 1 P. 1:20; Col. 1:26; Hch. 15:18); 

    1 Corintios 2:7 

    7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,

    Efesios 3:11 

    11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,

    1 Pedro 1:20 

    20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,

    Colosenses 1:26 

    26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,

    Hechos 15:18

    18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.

    (B) el «presente siglo» (o edad, gr. «aiõn»), que va desde la creación hasta la gloriosa venida del Señor (Gá. 1:4; Ef. 1:21; Tit. 2:12). 

    Gálatas 1:4 

    4 el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,

    Efesios 1:21 

    21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;

    Tito 2:12

    12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,

    La primera venida de Cristo tuvo lugar en el centro de este periodo y por consiguiente en el centro de todos los tiempos. 

    (C) el «siglo venidero», esto es, la eternidad que tenemos delante de nosotros (Ef. 1:21, 2:7; He. 6:5; Mt. 12:32; Mr. 10:30, etc.). 

    Efesios 1:21, 

    21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;

    Efesios 2:7 

    7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

    Hebreos 6:5 

    5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,

    Mateo 12:32 

    32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

    Marcos 10:30

    30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.

    Para el AT, lo mismo que para el NT, la diferencia entre el tiempo y la eternidad no tiene que ver con su naturaleza, sino en la duración; la eternidad es un tiempo sin límites, cuya línea infinita coincide por un breve período con la historia que constituye el horizonte temporal humano. 

    Esta noción es totalmente opuesta al especulativo concepto griego que representaba el tiempo como un círculo en el que se daba un eterno retorno (cfr. con la inexorable rueda de reencarnaciones hindúes). 

    «La expresión simbólica del tiempo bíblico se expresa con una línea ascendente, porque la línea que parte de la creación tiene su fin... en Dios» (A. Lamorte, «Le Problème du Temps dans le Prophétisme Biblique», Beatenberg, 1960, p. 108 ss.). 

    Este fin «imprime al conjunto de la historia, que se desarrolla a todo lo largo de esta línea, un movimiento de elevación hacia Él» (O. Cullmann, «Christ et le Temps, Delachaux» 1947) El Dios eterno, el «Rey de los siglos» (1 Ti. 1:17; Sal. 145:13) al crear al hombre a Su imagen «ha puesto eternidad en el corazón de ellos» (Ec. 3:11). 

    1 Timoteo 1:17 

    17 Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

    Salmos 145:13

    13 Tu reino es reino de todos los siglos, Y tu señorío en todas las generaciones.

    Eclesiastés 3:11

    11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

    Por la encarnación, Él se humilló hasta nosotros en el tiempo, para llevarnos a participar con Él por toda la eternidad (Sal. 133:3). (Véase VIDA ETERNA.). 

    Salmos 133:3

    3 Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna.

    La oración del creyente es que el Señor lo conduzca en el camino eterno (Sal. 139:24). El Señor acogerá a los Suyos en Su gracia en Su reino eterno (2 P. 1:11).

    Salmos 139:24

    24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.

    2 Pedro 1:11

    11 Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

    VÉASE:
    Sábado , Daniel (Libro) , Reloj de sol , Vida eterna , Día , Mes , Semana , Noche , Año
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