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  • Dispensación

    vet, (gr. «oikonomia»). 

    Significa literalmente «administración de una casa», una «economía», y de ahí un trato ordenado con los hombres por parte de Dios en la variada administración de Sus caminos en distintos tiempos. Al examinar las administraciones de Dios con los hombres, podemos señalar el estado de inocencia en Edén, aunque difícilmente participó del carácter de una dispensación. 

    Se dio un mandato a Adán y Eva, con demanda de obediencia, anunciándose la pena si desobedecían. Esto fue seguido por un prolongado período de casi 1.600 años hasta el Diluvio, (un período sin tratos concretos de Dios con los hombres, aunque ciertamente con la promesa del Liberador dada en el Protoevangelio (Gn. 3: 15)). 

    Génesis 3: 15

    15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

    Durante este tiempo los hombres se corrompieron en todos sus caminos, y la tierra se llenó de violencia. Entonces Dios habló al mundo en la persona de Noé, que fue «pregonero de justicia», esperándose en paciencia por su arrepentimiento mientras el arca era preparada (1 P. 3:20; 2 P. 2:15). 

    1 Pedro 3:20 

    20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.

    2 Pedro 2:15

    15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad,

    No mostraron arrepentimiento, y el mundo antiguo pereció. En el mundo postdiluviano Dios estableció el gobierno humano, en tanto que el conocimiento de Dios, como Dios que juzgaba el mal, era dispersado por los descendientes de Noé; se hallan tradiciones del Diluvio por prácticamente todas las tribus y lenguas del mundo. Esto constituye otro testimonio divino. 

    Siguió después la división de la tierra entre varias naciones y tribus, según sus familias y lenguas. Entre éstos prevaleció la ignorancia acerca de Dios (Hch. 17:30), a pesar del testimonio del poder y deidad de Dios, y del testimonio de la conciencia mencionado en Ro. 1-2

    Hechos 17:30

    30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;

    Romanos 1

    Salutación

    1 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,

    2 que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras,

    3 acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne,

    4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,

    5 y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre;

    6 entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo;

    7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

    Deseo de Pablo de visitar Roma

    8 Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo.

    9 Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,

    10 rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros.

    11 Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados;

    12 esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.

    13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles.

    14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.

    15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.

    El poder del evangelio

    16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

    17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

    La culpabilidad del hombre

    18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;

    19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.

    20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

    21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.

    22 Profesando ser sabios, se hicieron necios,

    23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

    24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,

    25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

    26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,

    27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

    28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;

    29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;

    30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,

    31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;

    32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

    Romanos 2

    El justo juicio de Dios

    1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.

    2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad.

    3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?

    4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?

    5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,

    6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:

    Sal. 62:12

    7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,

    8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;

    9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego,

    10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego;

    11 porque no hay acepción de personas para con Dios.

    12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados;

    13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.

    14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,

    15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,

    16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

    Los judíos y la ley

    17 He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios,

    18 y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor,

    19 y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,

    20 instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad.

    21 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?

    22 Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio?

    23 Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?

    24 Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.

    25 Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión.

    26 Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión?

    27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley.

    28 Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne;

    29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.

    Unos 360 años después del Diluvio empezó la Era Patriarcal con el llamamiento de Abraham, un nuevo trato soberano de parte de Dios; pero esto quedó limitado a Abraham y a sus descendientes. (a) DISPENSACIÓN DE LA LEY. 

    La Dispensación de la Ley vino a continuación, que es, estrictamente hablando, el primer sistema públicamente ordenado de los tratos de Dios con los hombres, y administrado por ángeles (Dt. 33:2; Hch. 7:53; Gá. 3:19). 

    Deuteronomio 33:2 

    2 Dijo: Jehová vino de Sinaí, Y de Seir les esclareció; Resplandeció desde el monte de Parán, Y vino de entre diez millares de santos, Con la ley de fuego a su mano derecha.

    Hechos 7:53 

    53 vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.

    Gálatas 3:19

    El propósito de la ley

    19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.

    Los oráculos de Dios fueron dados a una nación, a la única nación de toda la tierra que Dios había conocido de esta manera (Am. 3:2). 

    Amós 3:2

    2 A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades.

    Fue la dispensación de «Haz esto, y vivirás con bendición; desobedece, y recibirás maldición» (cp. Dt. 28). 

    Deuteronomio 28

    Bendiciones de la obediencia

    1 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.

    2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.

    3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.

    4 Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.

    5 Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.

    6 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.

    7 Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti.

    8 Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.

    9 Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos.

    10 Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán.

    11 Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar.

    12 Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.

    13 Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas,

    14 y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles.

    Consecuencias de la desobediencia

    15 Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.

    16 Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo.

    17 Maldita tu canasta, y tu artesa de amasar.

    18 Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.

    19 Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.

    20 Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas pronto a causa de la maldad de tus obras por las cuales me habrás dejado.

    21 Jehová traerá sobre ti mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.

    22 Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.

    23 Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro.

    24 Dará Jehová por lluvia a tu tierra polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas.

    25 Jehová te entregará derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos, y por siete caminos huirás delante de ellos; y serás vejado por todos los reinos de la tierra.

    26 Y tus cadáveres servirán de comida a toda ave del cielo y fiera de la tierra, y no habrá quien las espante.

    27 Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado.

    28 Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu;

    29 y palparás a mediodía como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos; y no serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve.

    30 Te desposarás con mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no la disfrutarás.

    31 Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será arrebatado de delante de ti, y no te será devuelto; tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate.

    32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano.

    33 El fruto de tu tierra y de todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y no serás sino oprimido y quebrantado todos los días.

    34 Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos.

    35 Te herirá Jehová con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado.

    36 Jehová te llevará a ti, y al rey que hubieres puesto sobre ti, a nación que no conociste ni tú ni tus padres; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra.

    37 Y serás motivo de horror, y servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los cuales te llevará Jehová.

    38 Sacarás mucha semilla al campo, y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá.

    39 Plantarás viñas y labrarás, pero no beberás vino, ni recogerás uvas, porque el gusano se las comerá.

    40 Tendrás olivos en todo tu territorio, mas no te ungirás con el aceite, porque tu aceituna se caerá.

    41 Hijos e hijas engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio.

    42 Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra serán consumidos por la langosta.

    43 El extranjero que estará en medio de ti se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderás muy abajo.

    44 El te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él será por cabeza, y tú serás por cola.

    45 Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó;

    46 y serán en ti por señal y por maravilla, y en tu descendencia para siempre.

    47 Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas,

    48 servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.

    49 Jehová traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas;

    50 gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño;

    51 y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas; y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.

    52 Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la tierra que Jehová tu Dios te hubiere dado.

    53 Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu enemigo.

    54 El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su hermano, y a la mujer de su seno, y al resto de sus hijos que le quedaren;

    55 para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades.

    56 La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie intentaría sentar sobre la tierra, de pura delicadeza y ternura, mirará con malos ojos al marido de su seno, a su hijo, a su hija,

    57 al recién nacido que sale de entre sus pies, y a sus hijos que diere a luz; pues los comerá ocultamente, por la carencia de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.

    58 Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS,

    59 entonces Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y permanentes, y enfermedades malignas y duraderas;

    60 y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán.

    61 Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido.

    62 Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no obedecisteis a la voz de Jehová tu Dios.

    63 Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella.

    64 Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra.

    65 Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma;

    66 y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.

    67 Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos.

    68 Y Jehová te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis vendidos a vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.

    Esta dispensación tuvo tres etapas: 

    (A) Unos 400 años bajo los Jueces, tiempo en que Dios hubiera sido el Rey de ellos en una teocracia directa, pero en cuyo tiempo cada uno hacía lo que bien le parecía. 

    (B) 500 años como reino bajo reyes. 

    (C) 600 años desde el cautiverio hasta la venida de Cristo. En relación con ello hubo el testimonio profético: la Ley y los profetas fueron hasta Juan (Lc. 16:16). 

    Lucas 16:16

    La ley y el reino de Dios

    16 La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.

    Durante esta «Dispensación de la Ley» tuvieron su comienzo los Tiempos de los Gentiles con la supremacía política de Nabucodonosor, la cabeza de oro y rey de reyes (Dn. 2:37, 38); siguen corriendo su curso, y continuarán hasta que el Señor Jesús comience su reinado. 

    Daniel 2:37, 38

    37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.

    38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.

    (b) DISPENSACIÓN DE LA GRACIA. 

    La Dispensación de Gracia y Verdad comenzó, después de la predicación de Juan, con la venida de Cristo. Durante esta economía se predica el Evangelio, la gran Amnistía que Dios ofrece a toda criatura bajo el cielo, y tiene lugar el llamamiento de la Iglesia a separarse para el Señor, extendiéndose este período como intervalo, desde el día de Pentecostés hasta el arrebatamiento de los santos (Hch. 2:1-4; 1 Ts. 4:13-18). 

    Hechos 2:1-4 

    La venida del Espíritu Santo

    1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.

    2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;

    3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

    4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

    1 Tesalonicenses 4:13-18

    La venida del Señor

    13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

    14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

    15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.

    16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

    17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

    18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

    Dios encomendó a Pablo una «dispensación» especial, tanto en lo que respecta al Evangelio, como para cumplir la palabra de Dios por la doctrina de la Iglesia como el cuerpo de Cristo (1 Co. 9:17; Ef. 3:2, 3; Col. 1:25, 26). 

    1 Corintios 9:17 

    17 Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada.

    Efesios 3:2, 3 

    2 si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros;

    3 que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente,

    Cololosenses 1:25, 26

    25 de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios,

    26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,

    (c) DISPENSACIÓN DEL REINO. 

    La Dispensación del Reino de Cristo sobre la tierra durante el milenio. Recibe también el nombre de «la dispensación del cumplimiento de los tiempos» (Ef. 1:10; Ap. 20:1-6). (Véase MILENIO). Bajo todas estas variadas administraciones se manifiestan la bondad y fidelidad de Dios, y se hace universalmente manifiesto el fracaso del hombre.

    Efesios 1:10 

    10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.

    Apocalipsis 20:1-6

    Los mil años

    1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.

    2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    VÉASE: Milenio
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  • Dispensación

    vet, (gr. «oikonomia»). 

    Significa literalmente «administración de una casa», una «economía», y de ahí un trato ordenado con los hombres por parte de Dios en la variada administración de Sus caminos en distintos tiempos. Al examinar las administraciones de Dios con los hombres, podemos señalar el estado de inocencia en Edén, aunque difícilmente participó del carácter de una dispensación. 

    Se dio un mandato a Adán y Eva, con demanda de obediencia, anunciándose la pena si desobedecían. Esto fue seguido por un prolongado período de casi 1.600 años hasta el Diluvio, (un período sin tratos concretos de Dios con los hombres, aunque ciertamente con la promesa del Liberador dada en el Protoevangelio (Gn. 3: 15)). 

    Génesis 3: 15

    15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

    Durante este tiempo los hombres se corrompieron en todos sus caminos, y la tierra se llenó de violencia. Entonces Dios habló al mundo en la persona de Noé, que fue «pregonero de justicia», esperándose en paciencia por su arrepentimiento mientras el arca era preparada (1 P. 3:20; 2 P. 2:15). 

    1 Pedro 3:20 

    20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.

    2 Pedro 2:15

    15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad,

    No mostraron arrepentimiento, y el mundo antiguo pereció. En el mundo postdiluviano Dios estableció el gobierno humano, en tanto que el conocimiento de Dios, como Dios que juzgaba el mal, era dispersado por los descendientes de Noé; se hallan tradiciones del Diluvio por prácticamente todas las tribus y lenguas del mundo. Esto constituye otro testimonio divino. 

    Siguió después la división de la tierra entre varias naciones y tribus, según sus familias y lenguas. Entre éstos prevaleció la ignorancia acerca de Dios (Hch. 17:30), a pesar del testimonio del poder y deidad de Dios, y del testimonio de la conciencia mencionado en Ro. 1-2

    Hechos 17:30

    30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;

    Romanos 1

    Salutación

    1 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,

    2 que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras,

    3 acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne,

    4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,

    5 y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre;

    6 entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo;

    7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

    Deseo de Pablo de visitar Roma

    8 Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo.

    9 Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,

    10 rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros.

    11 Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados;

    12 esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.

    13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles.

    14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.

    15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.

    El poder del evangelio

    16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

    17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

    La culpabilidad del hombre

    18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;

    19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.

    20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

    21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.

    22 Profesando ser sabios, se hicieron necios,

    23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

    24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,

    25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

    26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,

    27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

    28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;

    29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;

    30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,

    31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;

    32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

    Romanos 2

    El justo juicio de Dios

    1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.

    2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad.

    3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?

    4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?

    5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,

    6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:

    Sal. 62:12

    7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,

    8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;

    9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego,

    10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego;

    11 porque no hay acepción de personas para con Dios.

    12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados;

    13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.

    14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,

    15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,

    16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

    Los judíos y la ley

    17 He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios,

    18 y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor,

    19 y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,

    20 instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad.

    21 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?

    22 Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio?

    23 Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?

    24 Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.

    25 Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión.

    26 Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión?

    27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley.

    28 Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne;

    29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.

    Unos 360 años después del Diluvio empezó la Era Patriarcal con el llamamiento de Abraham, un nuevo trato soberano de parte de Dios; pero esto quedó limitado a Abraham y a sus descendientes. (a) DISPENSACIÓN DE LA LEY. 

    La Dispensación de la Ley vino a continuación, que es, estrictamente hablando, el primer sistema públicamente ordenado de los tratos de Dios con los hombres, y administrado por ángeles (Dt. 33:2; Hch. 7:53; Gá. 3:19). 

    Deuteronomio 33:2 

    2 Dijo: Jehová vino de Sinaí, Y de Seir les esclareció; Resplandeció desde el monte de Parán, Y vino de entre diez millares de santos, Con la ley de fuego a su mano derecha.

    Hechos 7:53 

    53 vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.

    Gálatas 3:19

    El propósito de la ley

    19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.

    Los oráculos de Dios fueron dados a una nación, a la única nación de toda la tierra que Dios había conocido de esta manera (Am. 3:2). 

    Amós 3:2

    2 A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades.

    Fue la dispensación de «Haz esto, y vivirás con bendición; desobedece, y recibirás maldición» (cp. Dt. 28). 

    Deuteronomio 28

    Bendiciones de la obediencia

    1 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.

    2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.

    3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.

    4 Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.

    5 Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.

    6 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.

    7 Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti.

    8 Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.

    9 Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos.

    10 Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán.

    11 Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar.

    12 Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.

    13 Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas,

    14 y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles.

    Consecuencias de la desobediencia

    15 Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.

    16 Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo.

    17 Maldita tu canasta, y tu artesa de amasar.

    18 Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.

    19 Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.

    20 Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas pronto a causa de la maldad de tus obras por las cuales me habrás dejado.

    21 Jehová traerá sobre ti mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.

    22 Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.

    23 Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro.

    24 Dará Jehová por lluvia a tu tierra polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas.

    25 Jehová te entregará derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos, y por siete caminos huirás delante de ellos; y serás vejado por todos los reinos de la tierra.

    26 Y tus cadáveres servirán de comida a toda ave del cielo y fiera de la tierra, y no habrá quien las espante.

    27 Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado.

    28 Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu;

    29 y palparás a mediodía como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos; y no serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve.

    30 Te desposarás con mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no la disfrutarás.

    31 Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será arrebatado de delante de ti, y no te será devuelto; tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate.

    32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano.

    33 El fruto de tu tierra y de todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y no serás sino oprimido y quebrantado todos los días.

    34 Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos.

    35 Te herirá Jehová con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado.

    36 Jehová te llevará a ti, y al rey que hubieres puesto sobre ti, a nación que no conociste ni tú ni tus padres; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra.

    37 Y serás motivo de horror, y servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los cuales te llevará Jehová.

    38 Sacarás mucha semilla al campo, y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá.

    39 Plantarás viñas y labrarás, pero no beberás vino, ni recogerás uvas, porque el gusano se las comerá.

    40 Tendrás olivos en todo tu territorio, mas no te ungirás con el aceite, porque tu aceituna se caerá.

    41 Hijos e hijas engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio.

    42 Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra serán consumidos por la langosta.

    43 El extranjero que estará en medio de ti se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderás muy abajo.

    44 El te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él será por cabeza, y tú serás por cola.

    45 Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó;

    46 y serán en ti por señal y por maravilla, y en tu descendencia para siempre.

    47 Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas,

    48 servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.

    49 Jehová traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas;

    50 gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño;

    51 y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas; y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.

    52 Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la tierra que Jehová tu Dios te hubiere dado.

    53 Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu enemigo.

    54 El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su hermano, y a la mujer de su seno, y al resto de sus hijos que le quedaren;

    55 para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades.

    56 La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie intentaría sentar sobre la tierra, de pura delicadeza y ternura, mirará con malos ojos al marido de su seno, a su hijo, a su hija,

    57 al recién nacido que sale de entre sus pies, y a sus hijos que diere a luz; pues los comerá ocultamente, por la carencia de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.

    58 Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS,

    59 entonces Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y permanentes, y enfermedades malignas y duraderas;

    60 y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán.

    61 Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido.

    62 Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no obedecisteis a la voz de Jehová tu Dios.

    63 Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella.

    64 Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra.

    65 Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma;

    66 y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.

    67 Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos.

    68 Y Jehová te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis vendidos a vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.

    Esta dispensación tuvo tres etapas: 

    (A) Unos 400 años bajo los Jueces, tiempo en que Dios hubiera sido el Rey de ellos en una teocracia directa, pero en cuyo tiempo cada uno hacía lo que bien le parecía. 

    (B) 500 años como reino bajo reyes. 

    (C) 600 años desde el cautiverio hasta la venida de Cristo. En relación con ello hubo el testimonio profético: la Ley y los profetas fueron hasta Juan (Lc. 16:16). 

    Lucas 16:16

    La ley y el reino de Dios

    16 La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.

    Durante esta «Dispensación de la Ley» tuvieron su comienzo los Tiempos de los Gentiles con la supremacía política de Nabucodonosor, la cabeza de oro y rey de reyes (Dn. 2:37, 38); siguen corriendo su curso, y continuarán hasta que el Señor Jesús comience su reinado. 

    Daniel 2:37, 38

    37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.

    38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.

    (b) DISPENSACIÓN DE LA GRACIA. 

    La Dispensación de Gracia y Verdad comenzó, después de la predicación de Juan, con la venida de Cristo. Durante esta economía se predica el Evangelio, la gran Amnistía que Dios ofrece a toda criatura bajo el cielo, y tiene lugar el llamamiento de la Iglesia a separarse para el Señor, extendiéndose este período como intervalo, desde el día de Pentecostés hasta el arrebatamiento de los santos (Hch. 2:1-4; 1 Ts. 4:13-18). 

    Hechos 2:1-4 

    La venida del Espíritu Santo

    1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.

    2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;

    3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

    4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

    1 Tesalonicenses 4:13-18

    La venida del Señor

    13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

    14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

    15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.

    16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

    17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

    18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

    Dios encomendó a Pablo una «dispensación» especial, tanto en lo que respecta al Evangelio, como para cumplir la palabra de Dios por la doctrina de la Iglesia como el cuerpo de Cristo (1 Co. 9:17; Ef. 3:2, 3; Col. 1:25, 26). 

    1 Corintios 9:17 

    17 Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada.

    Efesios 3:2, 3 

    2 si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros;

    3 que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente,

    Cololosenses 1:25, 26

    25 de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios,

    26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,

    (c) DISPENSACIÓN DEL REINO. 

    La Dispensación del Reino de Cristo sobre la tierra durante el milenio. Recibe también el nombre de «la dispensación del cumplimiento de los tiempos» (Ef. 1:10; Ap. 20:1-6). (Véase MILENIO). Bajo todas estas variadas administraciones se manifiestan la bondad y fidelidad de Dios, y se hace universalmente manifiesto el fracaso del hombre.

    Efesios 1:10 

    10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.

    Apocalipsis 20:1-6

    Los mil años

    1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.

    2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    VÉASE:
    Milenio
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