Personas que pretendían echar los malos espíritus y alejar su perniciosa influencia, con ayuda de ciertas fórmulas verbales o conjuros mágicos. Pablo encontró en Éfeso a unos judíos ambulantes que pretendían exorcizar a los poseídos, pero no eran más que impostores (Hch. 19:13-19).
Hechos 19:13-19
13 Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo.
14 Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto.
15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?
16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
17 Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús.
18 Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
19 Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata.
Bien diferente es el caso del Señor Jesús y de sus discípulos, que echaban malos espíritus por la autoridad divina, y sin recurrir en absoluto a los procedimientos del exorcismo. (Véase DEMONIO).
Personas que pretendían echar los malos espíritus y alejar su perniciosa influencia, con ayuda de ciertas fórmulas verbales o conjuros mágicos. Pablo encontró en Éfeso a unos judíos ambulantes que pretendían exorcizar a los poseídos, pero no eran más que impostores (Hch. 19:13-19).
Hechos 19:13-19
13 Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo.
14 Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto.
15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?
16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
17 Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús.
18 Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
19 Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata.
Bien diferente es el caso del Señor Jesús y de sus discípulos, que echaban malos espíritus por la autoridad divina, y sin recurrir en absoluto a los procedimientos del exorcismo. (Véase DEMONIO).