Diccionario
Diccionario
  • Lavamiento

    Una demanda de frecuente aplicación literal bajo la ley, en el NT viene a ser un término que por lo general tiene un sentido y aplicación moral. 

    Se puede llegar a importantes enseñanzas en base al examen de los diferentes significados de los términos gr. utilizados para «lavamiento» en Jn. 13

    Juan 13

    Jesús lava los pies de sus discípulos

    1 Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

    2 Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase,

    3 sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,

    4 se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó.

    5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.

    6 Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?

    7 Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.

    8 Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.

    9 Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.

    10 Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.

    11 Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.

    12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?

    13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.

    14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.

    15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.

    16 De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.

    17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.

    18 No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.

    19 Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy.

    20 De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

    Jesús anuncia la traición de Judas

    21 Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.

    22 Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba.

    23 Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús.

    24 A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba.

    25 El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?

    26 Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón.

    27 Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.

    28 Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto.

    29 Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.

    30 Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche.

    El nuevo mandamiento

    31 Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.

    32 Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará.

    33 Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir.

    34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.

    35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

    Jesús anuncia la negación de Pedro

    36 Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después.

    37 Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.

    38 Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.

    El término utilizado en el versículo 10 es «louõ», «limpiar, lavar totalmente». 

    Uno que ha sido limpiado en este sentido nunca necesita volverse a limpiar de esta manera; como el Señor dice, «está limpio del todo», aunque, a fin de tener parte con Cristo, necesita, debido a la contaminación adquirida en el camino, que sus pies sean lavados (donde el término es «niptõ», Jn. 13:5-14), acción ésta aplicada sólo a partes del cuerpo. 

    Juan 13:5-14

    5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.

    6 Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?

    7 Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.

    8 Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.

    9 Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.

    10 Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.

    11 Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.

    12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?

    13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.

    14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.

    Esta misma diferencia queda tipificada en la purificación de Aarón y sus hijos. 

    Después de ser consagrados fueron lavados una vez por Moisés, pero desde entonces se demandaba continuamente que, cuando llevaran a cabo su servicio, lavaran solamente sus manos y pies en la fuente (Éx. 40:12, 30-32). (Véase BAÑO.)

    Éxodo 40:12, 30-32

    12 Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua.

    30 Y puso la fuente entre el tabernáculo de reunión y el altar, y puso en ella agua para lavar.

    31 Y Moisés y Aarón y sus hijos lavaban en ella sus manos y sus pies.

    32 Cuando entraban en el tabernáculo de reunión, y cuando se acercaban al altar, se lavaban, como Jehová había mandado a Moisés.

    VÉASE: Baño
  • DICCIONARIO
Comparte este sitio
  • Lavamiento

    Una demanda de frecuente aplicación literal bajo la ley, en el NT viene a ser un término que por lo general tiene un sentido y aplicación moral. 

    Se puede llegar a importantes enseñanzas en base al examen de los diferentes significados de los términos gr. utilizados para «lavamiento» en Jn. 13

    Juan 13

    Jesús lava los pies de sus discípulos

    1 Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

    2 Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase,

    3 sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,

    4 se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó.

    5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.

    6 Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?

    7 Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.

    8 Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.

    9 Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.

    10 Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.

    11 Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.

    12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?

    13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.

    14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.

    15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.

    16 De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.

    17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.

    18 No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.

    19 Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy.

    20 De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

    Jesús anuncia la traición de Judas

    21 Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.

    22 Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba.

    23 Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús.

    24 A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba.

    25 El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?

    26 Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón.

    27 Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.

    28 Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto.

    29 Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.

    30 Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche.

    El nuevo mandamiento

    31 Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.

    32 Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará.

    33 Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir.

    34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.

    35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

    Jesús anuncia la negación de Pedro

    36 Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después.

    37 Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.

    38 Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.

    El término utilizado en el versículo 10 es «louõ», «limpiar, lavar totalmente». 

    Uno que ha sido limpiado en este sentido nunca necesita volverse a limpiar de esta manera; como el Señor dice, «está limpio del todo», aunque, a fin de tener parte con Cristo, necesita, debido a la contaminación adquirida en el camino, que sus pies sean lavados (donde el término es «niptõ», Jn. 13:5-14), acción ésta aplicada sólo a partes del cuerpo. 

    Juan 13:5-14

    5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.

    6 Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?

    7 Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.

    8 Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.

    9 Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.

    10 Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.

    11 Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.

    12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?

    13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.

    14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.

    Esta misma diferencia queda tipificada en la purificación de Aarón y sus hijos. 

    Después de ser consagrados fueron lavados una vez por Moisés, pero desde entonces se demandaba continuamente que, cuando llevaran a cabo su servicio, lavaran solamente sus manos y pies en la fuente (Éx. 40:12, 30-32). (Véase BAÑO.)

    Éxodo 40:12, 30-32

    12 Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua.

    30 Y puso la fuente entre el tabernáculo de reunión y el altar, y puso en ella agua para lavar.

    31 Y Moisés y Aarón y sus hijos lavaban en ella sus manos y sus pies.

    32 Cuando entraban en el tabernáculo de reunión, y cuando se acercaban al altar, se lavaban, como Jehová había mandado a Moisés.

    VÉASE:
    Baño
Comparte este sitio
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información y limitar el uso de cookies en nuestra política de cookies.