Diccionario
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  • Amorreos

    tip, TRIB (heb. «emori» = montañés). 

    Una tribu o nación que descendía de Canaán, cuarto hijo de Cam, el más joven hijo de Noé (Gn. 10:16). 

    Génesis 10:16

    16 al jebuseo, al amorreo, al gergeseo,

    Grupos de ellos moraban en Hazezontamar, o En-gadí, al oeste del mar Muerto, y fueron atacados por Quedorlaomer en los días de Abraham (Gn. 14:7). 

    Génesis 14:7

    7 Y volvieron y vinieron a En-mispat, que es Cades, y devastaron todo el país de los amalecitas, y también al amorreo que habitaba en Hazezontamar.

    En aquel entonces, la iniquidad de los amorreos no había llegado aún a su colmo (Gn. 15:16, 21). 

    Génesis 15:16, 21

    16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.

    21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

    Siendo la tribu más dominante y la gente más corrompida, algunas veces son tomados como representantes de los cananeos en general (Gn. 15:16; 1 R. 21:26). 

    Génesis 15:16 

    16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.

    1 Reyes 21:26

    26 El fue en gran manera abominable, caminando en pos de los ídolos, conforme a todo lo que hicieron los amorreos, a los cuales lanzó Jehová de delante de los hijos de Israel.)

    Estando Abraham en Hebrón, algunos se confederaron con él (Gn. 14:13). 

    Génesis 14:13

    13 Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram.

    Así vemos a un remanente de entre las naciones asociado con el heredero de la promesa, aunque Lot (un tipo del Israel en la carne) se había separado de él. Cuando Israel, después del éxodo, se acercaba a la tierra prometida, ellos habían extendido sus dominios hacia el Este, y rehusaron dejar paso a los israelitas; fueron vencidos, sus ciudades tomadas, y el pueblo pasado a cuchillo, juntamente con Sehón, el rey de ellos (Nm. 21:21-26; Dt. 2:24; Am. 2:9, 10). 

    Números 21:21-26 

    Israel derrota a Sehón

    21 Entonces envió Israel embajadores a Sehón rey de los amorreos, diciendo:

    22 Pasaré por tu tierra; no nos iremos por los sembrados, ni por las viñas; no beberemos las aguas de los pozos; por el camino real iremos, hasta que pasemos tu territorio.

    23 Mas Sehón no dejó pasar a Israel por su territorio, sino que juntó Sehón todo su pueblo y salió contra Israel en el desierto, y vino a Jahaza y peleó contra Israel.

    24 Y lo hirió Israel a filo de espada, y tomó su tierra desde Arnón hasta Jaboc, hasta los hijos de Amón; porque la frontera de los hijos de Amón era fuerte.

    25 Y tomó Israel todas estas ciudades, y habitó Israel en todas las ciudades del amorreo, en Hesbón y en todas sus aldeas.

    26 Porque Hesbón era la ciudad de Sehón rey de los amorreos, el cual había tenido guerra antes con el rey de Moab, y tomado de su poder toda su tierra hasta Arnón.

    Deuteronomio 2:24 

    24 Levantaos, salid, y pasad el arroyo de Arnón; he aquí he entregado en tu mano a Sehón rey de Hesbón, amorreo, y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella, y entra en guerra con él.

    Amós 2:9, 10

    9 Yo destruí delante de ellos al amorreo, cuya altura era como la altura de los cedros, y fuerte como una encina; y destruí su fruto arriba y sus raíces abajo.

    10 Y a vosotros os hice subir de la tierra de Egipto, y os conduje por el desierto cuarenta años, para que entraseis en posesión de la tierra del amorreo.

    Algunos deben haber escapado, porque leemos más tarde acerca de ellos; una de las controversias de Jehová con Israel fue debido a que adoraban a sus falsos dioses (Esd. 9:1, 2). 

    Esdras 9:1, 2

    Oración de confesión de Esdras

    1 Acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones.

    2 Porque han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado.

    Salomón los hizo tributarios (1 R. 9:20, 21; 2 Cr. 8:7, 8). 

    1 Reyes 9:20, 21 

    20 A todos los pueblos que quedaron de los amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de los hijos de Israel;

    21 a sus hijos que quedaron en la tierra después de ellos, que los hijos de Israel no pudieron acabar, hizo Salomón que sirviesen con tributo hasta hoy.

    2 Crónicas 8:7, 8

    7 Y a todo el pueblo que había quedado de los heteos, amorreos, ferezeos, heveos, y jebuseos, que no eran de Israel,

    8 los hijos de los que habían quedado en la tierra después de ellos, a los cuales los hijos de Israel no destruyeron del todo, hizo Salomón tributarios hasta hoy.

    Los gabaonitas eran un resto de los amorreos (2 S. 21:2). 

    2 Samuel 21:2

    2 Entonces el rey llamó a los gabaonitas, y les habló. (Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del resto de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento; pero Saúl había procurado matarlos en su celo por los hijos de Israel y de Judá.)

    Después de esto, nada más se oye de ellos. Se describe la baja posición de Jerusalén (Judá) por naturaleza presentando su origen, habiendo sido su padre amorreo, y su madre hetea, pero en Su gracia Dios tuvo compasión de ella en su degradación, y la levantó a gran gloria; dolorosamente, ella se mostró vergonzosamente infiel (Ez. 16:3-43).

    Ezequiel 16:3-43

    3 y di: Así ha dicho Jehová el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea.

    4 Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas.

    5 No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste.

    6 Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive!

    7 Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta.

    8 Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía.

    9 Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite;

    10 y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda.

    11 Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello.

    12 Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza.

    13 Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar.

    14 Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor.

    15 Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras.

    16 Y tomaste de tus vestidos, y te hiciste diversos lugares altos, y fornicaste sobre ellos; cosa semejante nunca había sucedido, ni sucederá más.

    17 Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombre y fornicaste con ellas;

    18 y tomaste tus vestidos de diversos colores y las cubriste; y mi aceite y mi incienso pusiste delante de ellas.

    19 Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor agradable; y fue así, dice Jehová el Señor.

    20 Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para mí, y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. ¿Eran poca cosa tus fornicaciones,

    21 para que degollases también a mis hijos y los ofrecieras a aquellas imágenes como ofrenda que el fuego consumía?

    22 Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre.

    23 Y sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice Jehová el Señor),

    24 te edificaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las plazas.

    25 En toda cabeza de camino edificaste lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones.

    26 Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme.

    27 Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto.

    28 Fornicaste también con los asirios, por no haberte saciado; y fornicaste con ellos y tampoco te saciaste.

    29 Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos, y tampoco con esto te saciaste.

    30 ¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jehová el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada,

    31 edificando tus lugares altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga,

    32 sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos.

    33 A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones.

    34 Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente.

    35 Por tanto, ramera, oye palabra de Jehová.

    36 Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste;

    37 por tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré alrededor de ti y les descubiriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez.

    38 Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de celos.

    39 Y te entregaré en manos de ellos; y destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y descubierta.

    40 Y harán subir contra ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas.

    41 Quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios en presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que ceses de prodigar tus dones.

    42 Y saciaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré y no me enojaré más.

    43 Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también traeré tu camino sobre tu cabeza, dice Jehová el Señor; pues ni aun has pensado sobre toda tu lujuria.

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  • Amorreos

    tip, TRIB (heb. «emori» = montañés). 

    Una tribu o nación que descendía de Canaán, cuarto hijo de Cam, el más joven hijo de Noé (Gn. 10:16). 

    Génesis 10:16

    16 al jebuseo, al amorreo, al gergeseo,

    Grupos de ellos moraban en Hazezontamar, o En-gadí, al oeste del mar Muerto, y fueron atacados por Quedorlaomer en los días de Abraham (Gn. 14:7). 

    Génesis 14:7

    7 Y volvieron y vinieron a En-mispat, que es Cades, y devastaron todo el país de los amalecitas, y también al amorreo que habitaba en Hazezontamar.

    En aquel entonces, la iniquidad de los amorreos no había llegado aún a su colmo (Gn. 15:16, 21). 

    Génesis 15:16, 21

    16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.

    21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

    Siendo la tribu más dominante y la gente más corrompida, algunas veces son tomados como representantes de los cananeos en general (Gn. 15:16; 1 R. 21:26). 

    Génesis 15:16 

    16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.

    1 Reyes 21:26

    26 El fue en gran manera abominable, caminando en pos de los ídolos, conforme a todo lo que hicieron los amorreos, a los cuales lanzó Jehová de delante de los hijos de Israel.)

    Estando Abraham en Hebrón, algunos se confederaron con él (Gn. 14:13). 

    Génesis 14:13

    13 Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram.

    Así vemos a un remanente de entre las naciones asociado con el heredero de la promesa, aunque Lot (un tipo del Israel en la carne) se había separado de él. Cuando Israel, después del éxodo, se acercaba a la tierra prometida, ellos habían extendido sus dominios hacia el Este, y rehusaron dejar paso a los israelitas; fueron vencidos, sus ciudades tomadas, y el pueblo pasado a cuchillo, juntamente con Sehón, el rey de ellos (Nm. 21:21-26; Dt. 2:24; Am. 2:9, 10). 

    Números 21:21-26 

    Israel derrota a Sehón

    21 Entonces envió Israel embajadores a Sehón rey de los amorreos, diciendo:

    22 Pasaré por tu tierra; no nos iremos por los sembrados, ni por las viñas; no beberemos las aguas de los pozos; por el camino real iremos, hasta que pasemos tu territorio.

    23 Mas Sehón no dejó pasar a Israel por su territorio, sino que juntó Sehón todo su pueblo y salió contra Israel en el desierto, y vino a Jahaza y peleó contra Israel.

    24 Y lo hirió Israel a filo de espada, y tomó su tierra desde Arnón hasta Jaboc, hasta los hijos de Amón; porque la frontera de los hijos de Amón era fuerte.

    25 Y tomó Israel todas estas ciudades, y habitó Israel en todas las ciudades del amorreo, en Hesbón y en todas sus aldeas.

    26 Porque Hesbón era la ciudad de Sehón rey de los amorreos, el cual había tenido guerra antes con el rey de Moab, y tomado de su poder toda su tierra hasta Arnón.

    Deuteronomio 2:24 

    24 Levantaos, salid, y pasad el arroyo de Arnón; he aquí he entregado en tu mano a Sehón rey de Hesbón, amorreo, y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella, y entra en guerra con él.

    Amós 2:9, 10

    9 Yo destruí delante de ellos al amorreo, cuya altura era como la altura de los cedros, y fuerte como una encina; y destruí su fruto arriba y sus raíces abajo.

    10 Y a vosotros os hice subir de la tierra de Egipto, y os conduje por el desierto cuarenta años, para que entraseis en posesión de la tierra del amorreo.

    Algunos deben haber escapado, porque leemos más tarde acerca de ellos; una de las controversias de Jehová con Israel fue debido a que adoraban a sus falsos dioses (Esd. 9:1, 2). 

    Esdras 9:1, 2

    Oración de confesión de Esdras

    1 Acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones.

    2 Porque han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado.

    Salomón los hizo tributarios (1 R. 9:20, 21; 2 Cr. 8:7, 8). 

    1 Reyes 9:20, 21 

    20 A todos los pueblos que quedaron de los amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de los hijos de Israel;

    21 a sus hijos que quedaron en la tierra después de ellos, que los hijos de Israel no pudieron acabar, hizo Salomón que sirviesen con tributo hasta hoy.

    2 Crónicas 8:7, 8

    7 Y a todo el pueblo que había quedado de los heteos, amorreos, ferezeos, heveos, y jebuseos, que no eran de Israel,

    8 los hijos de los que habían quedado en la tierra después de ellos, a los cuales los hijos de Israel no destruyeron del todo, hizo Salomón tributarios hasta hoy.

    Los gabaonitas eran un resto de los amorreos (2 S. 21:2). 

    2 Samuel 21:2

    2 Entonces el rey llamó a los gabaonitas, y les habló. (Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del resto de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento; pero Saúl había procurado matarlos en su celo por los hijos de Israel y de Judá.)

    Después de esto, nada más se oye de ellos. Se describe la baja posición de Jerusalén (Judá) por naturaleza presentando su origen, habiendo sido su padre amorreo, y su madre hetea, pero en Su gracia Dios tuvo compasión de ella en su degradación, y la levantó a gran gloria; dolorosamente, ella se mostró vergonzosamente infiel (Ez. 16:3-43).

    Ezequiel 16:3-43

    3 y di: Así ha dicho Jehová el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea.

    4 Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas.

    5 No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste.

    6 Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive!

    7 Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta.

    8 Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía.

    9 Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite;

    10 y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda.

    11 Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello.

    12 Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza.

    13 Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar.

    14 Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor.

    15 Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras.

    16 Y tomaste de tus vestidos, y te hiciste diversos lugares altos, y fornicaste sobre ellos; cosa semejante nunca había sucedido, ni sucederá más.

    17 Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombre y fornicaste con ellas;

    18 y tomaste tus vestidos de diversos colores y las cubriste; y mi aceite y mi incienso pusiste delante de ellas.

    19 Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor agradable; y fue así, dice Jehová el Señor.

    20 Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para mí, y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. ¿Eran poca cosa tus fornicaciones,

    21 para que degollases también a mis hijos y los ofrecieras a aquellas imágenes como ofrenda que el fuego consumía?

    22 Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre.

    23 Y sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice Jehová el Señor),

    24 te edificaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las plazas.

    25 En toda cabeza de camino edificaste lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones.

    26 Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme.

    27 Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto.

    28 Fornicaste también con los asirios, por no haberte saciado; y fornicaste con ellos y tampoco te saciaste.

    29 Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos, y tampoco con esto te saciaste.

    30 ¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jehová el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada,

    31 edificando tus lugares altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga,

    32 sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos.

    33 A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones.

    34 Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente.

    35 Por tanto, ramera, oye palabra de Jehová.

    36 Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste;

    37 por tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré alrededor de ti y les descubiriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez.

    38 Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de celos.

    39 Y te entregaré en manos de ellos; y destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y descubierta.

    40 Y harán subir contra ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas.

    41 Quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios en presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que ceses de prodigar tus dones.

    42 Y saciaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré y no me enojaré más.

    43 Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también traeré tu camino sobre tu cabeza, dice Jehová el Señor; pues ni aun has pensado sobre toda tu lujuria.

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