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  • Seol

    vet, (HADES) (heb. «Sh’õl»; gr. «Hades»: Sal. 16:10; Hch. 2:27).

    Salmos 16:10

    10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.

    Hechos 2:27

    27 Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.

    La etimología de los dos términos es dudosa. «Sh’õl» puede significar «insaciable» (Pr. 27:20; 30:15-16). «Hades» podría significar «invisible».

    Proverbios 27:20

    20 El Seol y el Abadón nunca se sacian; Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.

    Proverbios 30:15-16

    15 La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! ¡dame! Tres cosas hay que nunca se sacian; Aun la cuarta nunca dice: ¡Basta!

    16 El Seol, la matriz estéril, La tierra que no se sacia de aguas, Y el fuego que jamás dice: ¡Basta!

    Los judíos llamaban Seol al lugar a donde se dirigían todos los muertos, bienaventurados o no (Ec. 9:3, 10).

    El patriarca que moría era «unido a su pueblo» (Gn. 25:8, etc.).

    Génesis 25:8

    8 Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo.

    Samuel afirma a Saúl y a sus hijos que al día siguiente ellos estarían donde él se encontraba (1 S. 28:19).

    1 Samuel 28:19

    19 Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará también al ejército de Israel en mano de los filisteos.

    David, llorando a su hijo, dijo que él se reuniría con su pequeño (2 S. 12:23); al morir, el rey «durmió con sus padres» (1 R. 2:10).

    2 Samuel 12:23

    23 Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.

    1 Reyes 2:10

    Muerte de David

    10 Y durmió David con sus padres, y fue sepultado en su ciudad.

    Se hablaba de «descender al Seol», como si estuviera cerca de la tumba o como si los cuerpos fueran depositados allí (Nm. 16:30-33; Ez. 31:17; Am. 9:2; cfr. Ef. 4:9).

    Números 16:30-33

    30 Mas si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová.

    31 Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos.

    32 Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes.

    33 Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.

    Ezequiel 31:17

    17 También ellos descendieron con él al Seol, con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de las naciones.

    Amós 9:2

    2 Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano; y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender.

    Efesios 4:9

    9 Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?

    El Seol era considerado en el AT como lugar de olvido y de reposo para el creyente (Jb. 3:13-19).

    Job 3:13-19

    13 Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; Dormiría, y entonces tendría descanso,

    14 Con los reyes y con los consejeros de la tierra, Que reedifican para sí ruinas;

    15 O con los príncipes que poseían el oro, Que llenaban de plata sus casas.

    16 ¿Por qué no fui escondido como abortivo, Como los pequeñitos que nunca vieron la luz?

    17 Allí los impíos dejan de perturbar, Y allí descansan los de agotadas fuerzas.

    18 Allí también reposan los cautivos; No oyen la voz del capataz.

    19 Allí están el chico y el grande, Y el siervo libre de su señor.

    En Eclesiastés, donde se contempla todo desde la perspectiva de «debajo del sol», todo vuelve al polvo, tanto el hombre como la bestia (Ec. 3:19-21); los muertos nada saben, nada poseen ni ninguna obra hacen, y no tienen ya parte en nada de lo que se hace bajo el sol (Ec. 5:14).

    Sin embargo, en otros pasajes del mismo libro se admite claramente que, aunque los muertos ya no tienen relación con la actividad de esta tierra, siguen existiendo (Ec. 11:9; 12:7, 14).

    En muchos otros pasajes del AT también se hallan alusiones a la existencia de las almas en el Seol; cfr. Samuel (1 S. 28:15).

    1 Samuel 28:15

    15 Y Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy muy angustiado, pues los filisteos pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por medio de profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me declares lo que tengo que hacer.

    Los impíos mantienen su personalidad en el Seol (Is. 14:9-10; Éx. 32:21-31).

    Isaías 14:9-10

    9 El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones.

    10 Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros?

    Éxodo 32:21-31

    21 Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado?

    22 Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal.

    23 Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.

    24 Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro.

    25 Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos,

    26 se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.

    27 Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente.

    28 Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres.

    29 Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros.

    30 Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado.

    31 Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro,

    El Seol está abierto y expuesto a la mirada de Dios (Jb. 26:6; Pr. 15:1), y su misma presencia se hace sentir a los suyos (Sal. 139:8).

    Job 26:6

    6 El Seol está descubierto delante de él, y el Abadón no tiene cobertura.

    Proverbios 15:1

    1 La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.

    Salmos 139:8

    8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.

    Los creyentes del AT tenían además la certidumbre de la gloria futura y de la resurrección del cuerpo (Jb. 19:25-27; Sal. 16:8-11; 17:15; 49:14-16; 73:24-26; Dn. 12:2-3).

    Job 19:25-27

    25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo;

    26 Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios;

    27 Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.

    Salmos 16:8-11

    8 A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

    9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;

    10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.

    11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.

    Salmos 17:15

    15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

    Salmos 49:14-16

    14 Como a rebaños que son conducidos al Seol, La muerte los pastoreará, Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; Se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada.

    15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, Porque él me tomará consigo. Selah

    16 No temas cuando se enriquece alguno, Cuando aumenta la gloria de su casa;

    Salmos 73:24-26

    24 Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria.

    25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

    26 Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.

    Daniel 12:2-3

    2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.

    3 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.

    El arrebatamiento de Enoc y de Elías (Gn. 5:24; 2 R. 2:11) confirma esta idea.

    Génesis 5:24

    24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

    2 Reyes 2:11

    11 Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.

    En el NT, además, el Señor presenta unos incidentes del AT que muestran la fe de los antiguos en el más allá (Mt. 22:31-32; Lc. 20:38).

    Mateo 22:31-32

    31 Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo:

    32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.

    Lucas 20:38

    38 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.

    En el período precedente a la primera venida de Cristo, los judíos distinguían entre dos partes del Seol: una, reservada a los impíos, atormentados desde el momento de su partida de este mundo; la otra, reservada a los bienaventurados, y llamada «paraíso» o «seno de Abraham».

    El mismo Jesús empleó estas expresiones y dio notables precisiones acerca de la morada de los muertos (Lc. 16:19-31).

    Lucas 16:19-31

    El rico y Lázaro

    19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.

    20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas,

    21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.

    22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.

    23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.

    24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.

    25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.

    26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.

    27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre,

    28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.

    29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.

    30 El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.

    31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.

    Desde su partida de este mundo, el creyente gozaba de consuelo y reposo. Éste era el «paraíso» prometido al ladrón en la cruz el mismo día de su muerte (Lc. 23:43).

    Lucas 23:43

    43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

    En cambio, el impío, en plena posesión de sus facultades y memoria, sufre en un lugar del que no puede salir. Este lugar de tormento es un encarcelamiento previo: espera allí la resurrección de los impíos, el Juicio Final y la reclusión eterna que tendrá lugar en el infierno. (Véase CASTIGO ETERNO.)

    Se produjo un gran cambio en la morada de los muertos bienaventurados al descender allí Cristo. Según la profecía, el Señor no fue dejado allí (Sal. 16:8-11) por cuanto era imposible que Él fuera retenido por los lazos de la muerte (Hch. 2:24).

    Salmos 16:8-11

    8 A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

    9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;

    10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.

    11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.

    Hechos 2:24

    24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

    Salido de la tumba, «subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres» (Ef. 4:8-10).

    Efesios 4:8-10

    8 Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres.

    9 Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?

    10 El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

    Los comentaristas creen que, en Su glorificación, Cristo liberó del Seol a los muertos creyentes, y los llevó con Él al cielo mismo.

    El hecho es que desde entonces todos los que mueren en la fe, en lugar de descender a la morada de los muertos, van directamente a la presencia del Señor. Así, Pablo prefiere partir, y estar con Cristo, lo cual es mucho mejor (Fil. 1:21-24; cfr. 2 Co. 5:6-8).

    Filipenses 1:21-24

    21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

    22 Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.

    23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;

    24 pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.

    2 Corintios 5:6-8

    6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor

    7 (porque por fe andamos, no por vista);

    8 pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.

    La muerte viene a ser para nosotros «ganancia»; de hecho, deja de ser muerte como tal (Jn. 11:25).

    Juan 11:25

    25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

    Siendo que el Seol, o morada de los muertos, no es nada más que una cosa provisional, dejará de existir en el momento del Juicio Final.

    Entonces será echado «en el lago de fuego». Junto con aquellos muertos impíos en su seno, es, por así decirlo, derramado en el infierno eterno que tendrá entonces su comienzo (Ap. 20:13-14). (Véase CASTIGO ETERNO.)

    Apocalipsis 20:13-14

    13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

    14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.

    VÉASE: Castigo eterno
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  • Seol

    vet, (HADES) (heb. «Sh’õl»; gr. «Hades»: Sal. 16:10; Hch. 2:27).

    Salmos 16:10

    10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.

    Hechos 2:27

    27 Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.

    La etimología de los dos términos es dudosa. «Sh’õl» puede significar «insaciable» (Pr. 27:20; 30:15-16). «Hades» podría significar «invisible».

    Proverbios 27:20

    20 El Seol y el Abadón nunca se sacian; Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.

    Proverbios 30:15-16

    15 La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! ¡dame! Tres cosas hay que nunca se sacian; Aun la cuarta nunca dice: ¡Basta!

    16 El Seol, la matriz estéril, La tierra que no se sacia de aguas, Y el fuego que jamás dice: ¡Basta!

    Los judíos llamaban Seol al lugar a donde se dirigían todos los muertos, bienaventurados o no (Ec. 9:3, 10).

    El patriarca que moría era «unido a su pueblo» (Gn. 25:8, etc.).

    Génesis 25:8

    8 Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo.

    Samuel afirma a Saúl y a sus hijos que al día siguiente ellos estarían donde él se encontraba (1 S. 28:19).

    1 Samuel 28:19

    19 Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará también al ejército de Israel en mano de los filisteos.

    David, llorando a su hijo, dijo que él se reuniría con su pequeño (2 S. 12:23); al morir, el rey «durmió con sus padres» (1 R. 2:10).

    2 Samuel 12:23

    23 Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.

    1 Reyes 2:10

    Muerte de David

    10 Y durmió David con sus padres, y fue sepultado en su ciudad.

    Se hablaba de «descender al Seol», como si estuviera cerca de la tumba o como si los cuerpos fueran depositados allí (Nm. 16:30-33; Ez. 31:17; Am. 9:2; cfr. Ef. 4:9).

    Números 16:30-33

    30 Mas si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová.

    31 Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos.

    32 Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes.

    33 Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.

    Ezequiel 31:17

    17 También ellos descendieron con él al Seol, con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de las naciones.

    Amós 9:2

    2 Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano; y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender.

    Efesios 4:9

    9 Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?

    El Seol era considerado en el AT como lugar de olvido y de reposo para el creyente (Jb. 3:13-19).

    Job 3:13-19

    13 Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; Dormiría, y entonces tendría descanso,

    14 Con los reyes y con los consejeros de la tierra, Que reedifican para sí ruinas;

    15 O con los príncipes que poseían el oro, Que llenaban de plata sus casas.

    16 ¿Por qué no fui escondido como abortivo, Como los pequeñitos que nunca vieron la luz?

    17 Allí los impíos dejan de perturbar, Y allí descansan los de agotadas fuerzas.

    18 Allí también reposan los cautivos; No oyen la voz del capataz.

    19 Allí están el chico y el grande, Y el siervo libre de su señor.

    En Eclesiastés, donde se contempla todo desde la perspectiva de «debajo del sol», todo vuelve al polvo, tanto el hombre como la bestia (Ec. 3:19-21); los muertos nada saben, nada poseen ni ninguna obra hacen, y no tienen ya parte en nada de lo que se hace bajo el sol (Ec. 5:14).

    Sin embargo, en otros pasajes del mismo libro se admite claramente que, aunque los muertos ya no tienen relación con la actividad de esta tierra, siguen existiendo (Ec. 11:9; 12:7, 14).

    En muchos otros pasajes del AT también se hallan alusiones a la existencia de las almas en el Seol; cfr. Samuel (1 S. 28:15).

    1 Samuel 28:15

    15 Y Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy muy angustiado, pues los filisteos pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por medio de profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me declares lo que tengo que hacer.

    Los impíos mantienen su personalidad en el Seol (Is. 14:9-10; Éx. 32:21-31).

    Isaías 14:9-10

    9 El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones.

    10 Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros?

    Éxodo 32:21-31

    21 Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado?

    22 Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal.

    23 Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.

    24 Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro.

    25 Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos,

    26 se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.

    27 Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente.

    28 Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres.

    29 Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros.

    30 Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado.

    31 Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro,

    El Seol está abierto y expuesto a la mirada de Dios (Jb. 26:6; Pr. 15:1), y su misma presencia se hace sentir a los suyos (Sal. 139:8).

    Job 26:6

    6 El Seol está descubierto delante de él, y el Abadón no tiene cobertura.

    Proverbios 15:1

    1 La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.

    Salmos 139:8

    8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.

    Los creyentes del AT tenían además la certidumbre de la gloria futura y de la resurrección del cuerpo (Jb. 19:25-27; Sal. 16:8-11; 17:15; 49:14-16; 73:24-26; Dn. 12:2-3).

    Job 19:25-27

    25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo;

    26 Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios;

    27 Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.

    Salmos 16:8-11

    8 A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

    9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;

    10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.

    11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.

    Salmos 17:15

    15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

    Salmos 49:14-16

    14 Como a rebaños que son conducidos al Seol, La muerte los pastoreará, Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; Se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada.

    15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, Porque él me tomará consigo. Selah

    16 No temas cuando se enriquece alguno, Cuando aumenta la gloria de su casa;

    Salmos 73:24-26

    24 Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria.

    25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

    26 Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.

    Daniel 12:2-3

    2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.

    3 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.

    El arrebatamiento de Enoc y de Elías (Gn. 5:24; 2 R. 2:11) confirma esta idea.

    Génesis 5:24

    24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

    2 Reyes 2:11

    11 Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.

    En el NT, además, el Señor presenta unos incidentes del AT que muestran la fe de los antiguos en el más allá (Mt. 22:31-32; Lc. 20:38).

    Mateo 22:31-32

    31 Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo:

    32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.

    Lucas 20:38

    38 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.

    En el período precedente a la primera venida de Cristo, los judíos distinguían entre dos partes del Seol: una, reservada a los impíos, atormentados desde el momento de su partida de este mundo; la otra, reservada a los bienaventurados, y llamada «paraíso» o «seno de Abraham».

    El mismo Jesús empleó estas expresiones y dio notables precisiones acerca de la morada de los muertos (Lc. 16:19-31).

    Lucas 16:19-31

    El rico y Lázaro

    19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.

    20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas,

    21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.

    22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.

    23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.

    24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.

    25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.

    26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.

    27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre,

    28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.

    29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.

    30 El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.

    31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.

    Desde su partida de este mundo, el creyente gozaba de consuelo y reposo. Éste era el «paraíso» prometido al ladrón en la cruz el mismo día de su muerte (Lc. 23:43).

    Lucas 23:43

    43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

    En cambio, el impío, en plena posesión de sus facultades y memoria, sufre en un lugar del que no puede salir. Este lugar de tormento es un encarcelamiento previo: espera allí la resurrección de los impíos, el Juicio Final y la reclusión eterna que tendrá lugar en el infierno. (Véase CASTIGO ETERNO.)

    Se produjo un gran cambio en la morada de los muertos bienaventurados al descender allí Cristo. Según la profecía, el Señor no fue dejado allí (Sal. 16:8-11) por cuanto era imposible que Él fuera retenido por los lazos de la muerte (Hch. 2:24).

    Salmos 16:8-11

    8 A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

    9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;

    10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.

    11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.

    Hechos 2:24

    24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

    Salido de la tumba, «subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres» (Ef. 4:8-10).

    Efesios 4:8-10

    8 Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres.

    9 Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?

    10 El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

    Los comentaristas creen que, en Su glorificación, Cristo liberó del Seol a los muertos creyentes, y los llevó con Él al cielo mismo.

    El hecho es que desde entonces todos los que mueren en la fe, en lugar de descender a la morada de los muertos, van directamente a la presencia del Señor. Así, Pablo prefiere partir, y estar con Cristo, lo cual es mucho mejor (Fil. 1:21-24; cfr. 2 Co. 5:6-8).

    Filipenses 1:21-24

    21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

    22 Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.

    23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;

    24 pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.

    2 Corintios 5:6-8

    6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor

    7 (porque por fe andamos, no por vista);

    8 pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.

    La muerte viene a ser para nosotros «ganancia»; de hecho, deja de ser muerte como tal (Jn. 11:25).

    Juan 11:25

    25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

    Siendo que el Seol, o morada de los muertos, no es nada más que una cosa provisional, dejará de existir en el momento del Juicio Final.

    Entonces será echado «en el lago de fuego». Junto con aquellos muertos impíos en su seno, es, por así decirlo, derramado en el infierno eterno que tendrá entonces su comienzo (Ap. 20:13-14). (Véase CASTIGO ETERNO.)

    Apocalipsis 20:13-14

    13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

    14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.

    VÉASE:
    Castigo eterno
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