Diccionario
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  • Regeneración

    (gr. «palingenesia»). 

    La regeneración o nuevo nacimiento es el cambio de naturaleza producido por el Espíritu Santo en el hombre, al que le comunica una vida nueva. 

    La justificación cambia la situación del hombre ante Dios: es declarado justo, y no más considerado como pecador; la regeneración transforma su ser moral y espiritual. 

    Lo primero es necesario a causa de su culpabilidad; lo segundo, a causa de su corrupción. 

    El hombre natural está muerto en sus delitos y pecados (Ef. 2:1). 

    Efesios 2:1

    Salvos por gracia

    1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,

    No puede recibir ni conocer las cosas del Espíritu de Dios (1 Co. 2:14). 

    1 Corintios 2:14

    14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

    No puede ni ver el Reino de Dios ni entrar en él (Jn. 3:3, 5). 

    Juan 3:3, 5

    3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

    5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

    Para ello, es necesario que nazca de nuevo, no ya de la carne, sino de Dios (Jn. 3:6-8). 

    Juan 3:6-8

    6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

    7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

    8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

    Juan insiste en el hecho de que «todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios» (1 Jn. 5:1); aún más, ya no es un hijo del diablo, sino de Dios (1 Jn. 3:8-10); habiendo pasado de muerte a vida, puede amar a sus hermanos (1 Jn. 3:14; 4:7). 

    1 Juan 5:1

    La fe que vence al mundo

    1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.

    1 Juan 3:8-10

    8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

    9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

    10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

    1 Juan 3:14 

    14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.

    1 Juan 4:7

    Dios es amor

    7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.

    El Señor crea en él un hombre nuevo (Ef. 4:22-24; Col. 3:9-10); hace de él una nueva criatura (2 Co. 5:17), comunicándole una nueva naturaleza. 

    Efesios 4:22-24 

    22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,

    23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

    24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

    Colosenses 3:9-10

    9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,

    10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,

    2 Corintios 5:17

    17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

    El creyente resucita así espiritualmente con Cristo, que vive en Él por el Espíritu, permitiéndole vivir para Su gloria (Ro. 6:4-11; 8:9; Gá. 5:16, 22-25). 

    Romanos 6:4-11 

    4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

    5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;

    6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

    7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.

    8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;

    9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.

    10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.

    11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

    Romanos 8:9 

    9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

    Gálatas 5:16, 22-25

    Las obras de la carne y el fruto del Espíritu

    16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.

    22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

    23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

    24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

    25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

    Los factores de la regeneración, tales como son dados en las Escrituras, son los siguientes: 

    (a) La Palabra viva y permanente de Dios actúa en muchos como una semilla de vida (1 P. 1:23; cfr. Ro. 10:17). 

    1 Pedro 1:23

    23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

    Romanos 10:17

    17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

    (b) La obra milagrosa del Espíritu Santo nos resucita espiritualmente (Tit. 3:5; Jn. 3:5-8). 

    Tito 3:5 

    5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

    Juan 3:5-8

    5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

    6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

    7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

    8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

    Esta obra es instantánea, como el nacimiento físico, incluso si la conversión (que es su resultado) lo es menos (véase CONVERSIÓN). 

    (c) Habiendo recibido la Palabra de Dios y aceptado la obra de convicción del Espíritu Santo, la fe es puesta de corazón en Jesucristo. 

    A partir de ahí, «tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida» (Jn. 5:24). 

    Juan 5:24

    24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

    La regeneración bautismal es la enseñanza de la iglesia de Roma y de aquellas confesiones que participan en su concepción ritualista-sacramental. 

    Según esta enseñanza, el bautismo es la causa eficaz de la regeneración de una manera milagrosa, y los niños que mueren sin bautismo no pueden entrar en el Paraíso. 

    Es de esta manera que se malinterpreta el pasaje de Jn. 3:3-5

    Juan 3:3-5

    3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

    4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

    5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

    Sin embargo, todo lo que se ha expuesto acerca del papel de la Palabra de Dios, del Espíritu Santo, y de la fe, muestra lo erróneo de tal interpretación. 

    En realidad no es el bautismo de agua lo que regenera al que oye con fe; el bautismo de agua es el símbolo y testimonio de esta realidad, y la incorporación al testimonio corporado de la Iglesia en su aspecto externo. (Véanse AGUA, BAUTISMO, LAVAMIENTO, LAVAMIENTO DE LA REGENERACIÓN.) 

    Bibliografía: 

    Billy Graham: «Paz con Dios», Ed. Moody, 1965; 

    Lewis Sperry Chafer: «Camino de la Salvación» Ed. Portavoz Evangélico 1975. 

    Lewis Sperry Chafer y John F. Walwoord: «Grandes Temas Bíblicos» Ed. Portavoz Evangélico 1976. 

    Juan Bunyan: «El progreso del Peregrino» (reedición) Ed. Clíe 1980, esta alegoría de la vida cristiana es un clásico del pensamiento evangélico sobre el tema de la vida cristiana. 

    Ernesto Trenchard: «Estudios de Doctrina Fundamental», Ed. Literatura Bíblica, 1969; 

    John R. W. Stott: «Cristianismo básico», Ed. Certeza, 1965; 

    Juan Wesley: «Sermones escogidos», Casa Nazarena de Publicaciones, 1975; 

    Francisco Lacueva: «Doctrinas de la Gracia», Ed. Clíe, 1976.

    VÉASE: Conversión , Agua , Bautismo , Lavamiento , Lavamiento de la regeneración
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  • Regeneración

    (gr. «palingenesia»). 

    La regeneración o nuevo nacimiento es el cambio de naturaleza producido por el Espíritu Santo en el hombre, al que le comunica una vida nueva. 

    La justificación cambia la situación del hombre ante Dios: es declarado justo, y no más considerado como pecador; la regeneración transforma su ser moral y espiritual. 

    Lo primero es necesario a causa de su culpabilidad; lo segundo, a causa de su corrupción. 

    El hombre natural está muerto en sus delitos y pecados (Ef. 2:1). 

    Efesios 2:1

    Salvos por gracia

    1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,

    No puede recibir ni conocer las cosas del Espíritu de Dios (1 Co. 2:14). 

    1 Corintios 2:14

    14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

    No puede ni ver el Reino de Dios ni entrar en él (Jn. 3:3, 5). 

    Juan 3:3, 5

    3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

    5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

    Para ello, es necesario que nazca de nuevo, no ya de la carne, sino de Dios (Jn. 3:6-8). 

    Juan 3:6-8

    6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

    7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

    8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

    Juan insiste en el hecho de que «todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios» (1 Jn. 5:1); aún más, ya no es un hijo del diablo, sino de Dios (1 Jn. 3:8-10); habiendo pasado de muerte a vida, puede amar a sus hermanos (1 Jn. 3:14; 4:7). 

    1 Juan 5:1

    La fe que vence al mundo

    1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.

    1 Juan 3:8-10

    8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

    9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

    10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

    1 Juan 3:14 

    14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.

    1 Juan 4:7

    Dios es amor

    7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.

    El Señor crea en él un hombre nuevo (Ef. 4:22-24; Col. 3:9-10); hace de él una nueva criatura (2 Co. 5:17), comunicándole una nueva naturaleza. 

    Efesios 4:22-24 

    22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,

    23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

    24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

    Colosenses 3:9-10

    9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,

    10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,

    2 Corintios 5:17

    17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

    El creyente resucita así espiritualmente con Cristo, que vive en Él por el Espíritu, permitiéndole vivir para Su gloria (Ro. 6:4-11; 8:9; Gá. 5:16, 22-25). 

    Romanos 6:4-11 

    4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

    5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;

    6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

    7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.

    8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;

    9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.

    10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.

    11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

    Romanos 8:9 

    9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

    Gálatas 5:16, 22-25

    Las obras de la carne y el fruto del Espíritu

    16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.

    22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

    23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

    24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

    25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

    Los factores de la regeneración, tales como son dados en las Escrituras, son los siguientes: 

    (a) La Palabra viva y permanente de Dios actúa en muchos como una semilla de vida (1 P. 1:23; cfr. Ro. 10:17). 

    1 Pedro 1:23

    23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

    Romanos 10:17

    17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

    (b) La obra milagrosa del Espíritu Santo nos resucita espiritualmente (Tit. 3:5; Jn. 3:5-8). 

    Tito 3:5 

    5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

    Juan 3:5-8

    5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

    6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

    7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

    8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

    Esta obra es instantánea, como el nacimiento físico, incluso si la conversión (que es su resultado) lo es menos (véase CONVERSIÓN). 

    (c) Habiendo recibido la Palabra de Dios y aceptado la obra de convicción del Espíritu Santo, la fe es puesta de corazón en Jesucristo. 

    A partir de ahí, «tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida» (Jn. 5:24). 

    Juan 5:24

    24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

    La regeneración bautismal es la enseñanza de la iglesia de Roma y de aquellas confesiones que participan en su concepción ritualista-sacramental. 

    Según esta enseñanza, el bautismo es la causa eficaz de la regeneración de una manera milagrosa, y los niños que mueren sin bautismo no pueden entrar en el Paraíso. 

    Es de esta manera que se malinterpreta el pasaje de Jn. 3:3-5

    Juan 3:3-5

    3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

    4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

    5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

    Sin embargo, todo lo que se ha expuesto acerca del papel de la Palabra de Dios, del Espíritu Santo, y de la fe, muestra lo erróneo de tal interpretación. 

    En realidad no es el bautismo de agua lo que regenera al que oye con fe; el bautismo de agua es el símbolo y testimonio de esta realidad, y la incorporación al testimonio corporado de la Iglesia en su aspecto externo. (Véanse AGUA, BAUTISMO, LAVAMIENTO, LAVAMIENTO DE LA REGENERACIÓN.) 

    Bibliografía: 

    Billy Graham: «Paz con Dios», Ed. Moody, 1965; 

    Lewis Sperry Chafer: «Camino de la Salvación» Ed. Portavoz Evangélico 1975. 

    Lewis Sperry Chafer y John F. Walwoord: «Grandes Temas Bíblicos» Ed. Portavoz Evangélico 1976. 

    Juan Bunyan: «El progreso del Peregrino» (reedición) Ed. Clíe 1980, esta alegoría de la vida cristiana es un clásico del pensamiento evangélico sobre el tema de la vida cristiana. 

    Ernesto Trenchard: «Estudios de Doctrina Fundamental», Ed. Literatura Bíblica, 1969; 

    John R. W. Stott: «Cristianismo básico», Ed. Certeza, 1965; 

    Juan Wesley: «Sermones escogidos», Casa Nazarena de Publicaciones, 1975; 

    Francisco Lacueva: «Doctrinas de la Gracia», Ed. Clíe, 1976.

    VÉASE:
    Conversión , Agua , Bautismo , Lavamiento , Lavamiento de la regeneración
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