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  • Reyes (Libro)

    Estos dos libros no formaban al principio más que uno; su división procede de la LXX. En el canon hebreo figuran entre los escritos llamados «Profetas anteriores», cuyos relatos llevan desde la muerte de Moisés hasta la cautividad. 

    Los libros de los Reyes tienen como objeto exponer las lecciones espirituales que emanan de la historia de la monarquía a partir de la accesión de Salomón. Este redactor, sumamente influenciado por el libro de Deuteronomio destaca las causas morales y espirituales de la expansión y de la ruina del reino (cfr. 2 R. 17). 

    2 Reyes 17

    Caída de Samaria y cautiverio de Israel

    1 En el año duodécimo de Acaz rey de Judá, comenzó a reinar Oseas hijo de Ela en Samaria sobre Israel; y reinó nueve años.

    2 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, aunque no como los reyes de Israel que habían sido antes de él.

    3 Contra éste subió Salmanasar rey de los asirios; y Oseas fue hecho su siervo, y le pagaba tributo.

    4 Mas el rey de Asiria descubrió que Oseas conspiraba; porque había enviado embajadores a So, rey de Egipto, y no pagaba tributo al rey de Asiria, como lo hacía cada año; por lo que el rey de Asiria le detuvo, y le aprisionó en la casa de la cárcel.

    5 Y el rey de Asiria invadió todo el país, y sitió a Samaria, y estuvo sobre ella tres años.

    6 En el año nueve de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y llevó a Israel cautivo a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en las ciudades de los medos.

    7 Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieron a dioses ajenos,

    8 y anduvieron en los estatutos de las naciones que Jehová había lanzado de delante de los hijos de Israel, y en los estatutos que hicieron los reyes de Israel.

    9 Y los hijos de Israel hicieron secretamente cosas no rectas contra Jehová su Dios, edificándose lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de las atalayas hasta las ciudades fortificadas,

    10 y levantaron estatuas e imágenes de Asera en todo collado alto, y debajo de todo árbol frondoso,

    11 y quemaron allí incienso en todos los lugares altos, a la manera de la naciones que Jehová había traspuesto de delante de ellos, e hicieron cosas muy malas para provocar a ira a Jehová.

    12 Y servían a los ídolos, de los cuales Jehová les había dicho: Vosotros no habéis de hacer esto.

    13 Jehová amonestó entonces a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas.

    14 Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios.

    15 Y desecharon sus estatutos, y el pacto que él había hecho con sus padres, y los testimonios que él había prescrito a ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que estaban alrededor de ellos, de las cuales Jehová les había mandado que no hiciesen a la manera de ellas.

    16 Dejaron todos los mandamientos de Jehová su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros, y también imágenes de Asera, y adoraron a todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal;

    17 e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y agüeros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, provocándole a ira.

    18 Jehová, por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá.

    19 Mas ni aun Judá guardó los mandamientos de Jehová su Dios, sino que anduvieron en los estatutos de Israel, los cuales habían ellos hecho.

    20 Y desechó Jehová a toda la descendencia de Israel, y los afligió, y los entregó en manos de saqueadores, hasta echarlos de su presencia.

    21 Porque separó a Israel de la casa de David, y ellos hicieron rey a Jeroboam hijo de Nabat; y Jeroboam apartó a Israel de en pos de Jehová, y les hizo cometer gran pecado.

    22 Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados de Jeroboam que él hizo, sin apartarse de ellos,

    23 hasta que Jehová quitó a Israel de delante de su rostro, como él lo había dicho por medio de todos los profetas sus siervos; e Israel fue llevado cautivo de su tierra a Asiria, hasta hoy.

    Asiria puebla de nuevo a Samaria

    24 Y trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria, en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades.

    25 Y aconteció al principio, cuando comenzaron a habitar allí, que no temiendo ellos a Jehová, envió Jehová contra ellos leones que los mataban.

    26 Dijeron, pues, al rey de Asiria: Las gentes que tú trasladaste y pusiste en las ciudades de Samaria, no conocen la ley del Dios de aquella tierra, y él ha echado leones en medio de ellos, y he aquí que los leones los matan, porque no conocen la ley del Dios de la tierra.

    27 Y el rey de Asiria mandó, diciendo: Llevad allí a alguno de los sacerdotes que trajisteis de allá, y vaya y habite allí, y les enseñe la ley del Dios del país.

    28 Y vino uno de los sacerdotes que habían llevado cautivo de Samaria, y habitó en Bet-el, y les enseñó cómo habían de temer a Jehová.

    29 Pero cada nación se hizo sus dioses, y los pusieron en los templos de los lugares altos que habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde habitaba.

    30 Los de Babilonia hicieron a Sucot-benot, los de Cuta hicieron a Nergal, y los de Hamat hicieron a Asima.

    31 Los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac, y los de Sefarvaim quemaban sus hijos en el fuego para adorar a Adramelec y a Anamelec, dioses de Sefarvaim.

    32 Temían a Jehová, e hicieron del bajo pueblo sacerdotes de los lugares altos, que sacrificaban para ellos en los templos de los lugares altos.

    33 Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados.

    34 Hasta hoy hacen como antes: ni temen a Jehová, ni guardan sus estatutos ni sus ordenanzas, ni hacen según la ley y los mandamientos que prescribió Jehová a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel;

    35 con los cuales Jehová había hecho pacto, y les mandó diciendo: No temeréis a otros dioses, ni los adoraréis, ni les serviréis, ni les haréis sacrificios.

    36 Mas a Jehová, que os sacó de tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, a éste temeréis, y a éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio.

    37 Los estatutos y derechos y ley y mandamientos que os dio por escrito, cuidaréis siempre de ponerlos por obra, y no temeréis a dioses ajenos.

    38 No olvidaréis el pacto que hice con vosotros, ni temeréis a dioses ajenos;

    39 mas temed a Jehová vuestro Dios, y él os librará de mano de todos vuestros enemigos.

    40 Pero ellos no escucharon; antes hicieron según su costumbre antigua.

    41 Así temieron a Jehová aquellas gentes, y al mismo tiempo sirvieron a sus ídolos; y también sus hijos y sus nietos, según como hicieron sus padres, así hacen hasta hoy.

    Da a cada reinado una valoración desde el punto de vista religioso. Los reyes buenos son aquellos que obedecen la Ley, siendo fieles al pacto con su Dios combatiendo la idolatría y siguiendo el ejemplo de David; los reyes malvados (especialmente los de Israel) son los infieles al pacto, «andando en el camino de Jeroboam» (cfr. 1 R. 15:11; con 1 R. 15:26, 34, etc.). 

    1 Reyes 15:11

    11 Asa hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre.

    1 Reyes 15:26, 34

    26 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, andando en el camino de su padre, y en los pecados con que hizo pecar a Israel.

    34 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y anduvo en el camino de Jeroboam, y en su pecado con que hizo pecar a Israel.

    Son pocos los soberanos que, apareciendo en la historia profana y la arqueología, ocupen algo de espacio en el texto sagrado: Omri, 6 vers. (1 R. 16:23-28), Jeroboam II, siete vers. (2 R. 14:23-29). 

    1 Reyes 16:23-28

    23 En el año treinta y uno de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Omri sobre Israel, y reinó doce años; en Tirsa reinó seis años.

    24 Y Omri compró a Semer el monte de Samaria por dos talentos de plata, y edificó en el monte; y llamó el nombre de la ciudad que edificó, Samaria, del nombre de Semer, que fue dueño de aquel monte.

    25 Y Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, e hizo peor que todos los que habían reinado antes de él;

    26 pues anduvo en todos los caminos de Jeroboam hijo de Nabat, y en el pecado con el cual hizo pecar a Israel, provocando a ira a Jehová Dios de Israel con sus ídolos.

    27 Los demás hechos de Omri, y todo lo que hizo, y las valentías que ejecutó, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

    28 Y Omri durmió con sus padres, y fue sepultado en Samaria, y reinó en lugar suyo Acab su hijo.

    2 Reyes 14:23-29

    Reinado de Jeroboam II

    23 El año quince de Amasías hijo de Joás rey de Judá, comenzó a reinar Jeroboam hijo de Joás sobre Israel en Samaria; y reinó cuarenta y un años.

    24 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.

    25 El restauró los límites de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar del Arabá, conforme a la palabra de Jehová Dios de Israel, la cual él había hablado por su siervo Jonás hijo de Amitai, profeta que fue de Gat-hefer.

    26 Porque Jehová miró la muy amarga aflicción de Israel; que no había siervo ni libre, ni quien diese ayuda a Israel;

    27 y Jehová no había determinado raer el nombre de Israel de debajo del cielo; por tanto, los salvó por mano de Jeroboam hijo de Joás.

    28 Los demás hechos de Jeroboam, y todo lo que hizo, y su valentía, y todas las guerras que hizo, y cómo restituyó al dominio de Israel a Damasco y Hamat, que habían pertenecido a Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

    29 Y durmió Jeroboam con sus padres, los reyes de Israel, y reinó en su lugar Zacarías su hijo.

    Los caracteres importantes desde el punto de vista espiritual son descritos minuciosamente. Hay dos dramáticas crisis que marcan un punto de inflexión en este período: la victoria de Elías sobre los profetas de Baal en el reino del norte, y la intervención de Joiada en Jerusalén, salvando al rey Joás y eliminando a la usurpadora Atalía, precisamente en el momento en que ella estaba tratando de lograr la victoria para el paganismo fenicio. 

    Los libros de los Reyes nos dan a conocer la época de los grandes profetas hasta Jeremías. Completan de una manera indispensable los mensajes de estos grandes hombres de Dios. Una parte de sus relatos se retoma en 1 y 2 Crónicas, desde otra perspectiva. Las enseñanzas que se consiguen por estas perspectivas complementarias tienen un gran valor. 

    En lo que respecta a la redacción, el relato de 1 y 2 Reyes, que abarca más de 400 años, se basa en los de historiadores y cronistas precedentes. Los libros de Reyes se diferencian de los libros históricos anteriores por el empleo de las siguientes fuentes: 

    (a) Para el reinado de Salomón, de «Los Hechos de Salomón» (1 R. 11:41). 

    1 Reyes 11:41

    Muerte de Salomón

    41 Los demás hechos de Salomón, y todo lo que hizo, y su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de los hechos de Salomón?

    (b) Para el reino del norte, y hasta la muerte de Peka, de «las Historias de los reyes de Israel», mencionadas diecisiete veces (1 R. 14:19). 

    1 Reyes 14:19

    19 Los demás hechos de Jeroboam, las guerras que hizo, y cómo reinó, todo está escrito en el libro de las historias de los reyes de Israel.

    (c) Para el reino del sur, hasta la muerte de Joacim, «las Crónicas de los reyes de Judá», citadas quince veces (1 R. 14:29). 

    1 Reyes 14:29

    29 Los demás hechos de Roboam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en las crónicas de los reyes de Judá?

    Según sus títulos, estas crónicas e historias formaban ya desde el principio dos obras separadas. Indudablemente acabaron reunidos en un solo libro, que el cronista llama «el libro de los reyes de Judá y de Israel» (2 Cr. 16:11). 

    2 Crónicas 16:11

    Muerte de Asa

    11 Mas he aquí, los hechos de Asa, primeros y postreros, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel.

    Estas dos recopilaciones de anales contenían muchos más detalles que nuestros libros de Reyes (cfr. 1 R. 14:19, 29). 

    1 Reyes 14:19, 29

    19 Los demás hechos de Jeroboam, las guerras que hizo, y cómo reinó, todo está escrito en el libro de las historias de los reyes de Israel.

    29 Los demás hechos de Roboam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en las crónicas de los reyes de Judá?

    El cronista cita pasajes que el recopilador de Reyes omite (2 Cr. 27:7; 33:18). 

    2 Crónicas 27:7 

    7 Lo demás hechos de Jotam, y todas sus guerras, y sus caminos, he aquí están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.

    2 Crónicas 33:18

    18 Lo demás hechos de Manasés, y su oración a su Dios, y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre de Jehová el Dios de Israel, he aquí todo está escrito en las actas de los reyes de Israel.

    Se admite en general que estas dos recopilaciones de anales no eran recopilaciones originales, sino dos recopilaciones de textos primitivos, a los que se habían añadido los escritos de diversos profetas (2 Cr. 20:34; cfr. 32:32). 

    2 Crónicas 20:34

    34 Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual se hace mención en el libro de los reyes de Israel.

    2 Crónicas 32:32

    Muerte de Ezequías

    32 Los demás de los hechos de Ezequías, y de sus misericordias, he aquí todos están escritos en la profecía del profeta Isaías hijo de Amoz, en el libro de los reyes de Judá y de Israel.

    Fecha de redacción. Comenzada antes de la destrucción de Jerusalén, la redacción de nuestros actuales libros de los Reyes no fue finalizada hasta terminar la segunda mitad del cautiverio de Babilonia (2 R. 25:27). 

    2 Reyes 25:27

    Joaquín es libertado y recibe honores en Babilonia

    27 Aconteció a los treinta y siete años del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veintisiete días del mes, que Evil-merodac rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, libertó a Joaquín rey de Judá, sacándolo de la cárcel;

    Pero puede que los versículos de la conclusión hayan sido añadidos por otra mano. El autor se ocupa especialmente de la historia de la monarquía davídica; menciona en dos ocasiones un acontecimiento común a los reinos del norte y del sur (cfr. 1 R. 15, 16, cfr. v. 32; 2 R. 17:5, 6, cfr. 18:9). 

    2 Reyes 17:5, 6

    5 Y el rey de Asiria invadió todo el país, y sitió a Samaria, y estuvo sobre ella tres años.

    6 En el año nueve de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y llevó a Israel cautivo a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en las ciudades de los medos.

    2 Reyes 18:9

    Caída de Samaria

    9 En el cuarto año del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, subió Salmanasar rey de los asirios contra Samaria, y la sitió,

    La obra se compone de tres partes: 

    (a) El reinado de Salomón (1 R. 1-11). 

    (b) La historia sincrónica de los reinos de Judá e Israel hasta la cautividad de Israel (1 R. 12 hasta 2 R. 17). 

    (c) La historia del reino de Judá hasta la cautividad en Babilonia (2 R. 18-25). 

    Bibliografía: 

    Bruce F. F.: «Israel y las naciones» (Literatura Bíblica, Madrid, 1981) 

    Edersheim A.: «Bible History: Old Testament» (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, 1982, reimpr. ed. 1890) 

    Free, J.: «Archaeology and Bible History» (Van Kampen press., Wheaton, 1950); 

    Thiele, E. J.: «The Mysterous Numbers of the Hebrew Kings» (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, 1965); 

    Whitcomb, J. C.: «Solomon to the Exile» (BMH Books, Winona Lake, 1975).

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  • Reyes (Libro)

    Estos dos libros no formaban al principio más que uno; su división procede de la LXX. En el canon hebreo figuran entre los escritos llamados «Profetas anteriores», cuyos relatos llevan desde la muerte de Moisés hasta la cautividad. 

    Los libros de los Reyes tienen como objeto exponer las lecciones espirituales que emanan de la historia de la monarquía a partir de la accesión de Salomón. Este redactor, sumamente influenciado por el libro de Deuteronomio destaca las causas morales y espirituales de la expansión y de la ruina del reino (cfr. 2 R. 17). 

    2 Reyes 17

    Caída de Samaria y cautiverio de Israel

    1 En el año duodécimo de Acaz rey de Judá, comenzó a reinar Oseas hijo de Ela en Samaria sobre Israel; y reinó nueve años.

    2 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, aunque no como los reyes de Israel que habían sido antes de él.

    3 Contra éste subió Salmanasar rey de los asirios; y Oseas fue hecho su siervo, y le pagaba tributo.

    4 Mas el rey de Asiria descubrió que Oseas conspiraba; porque había enviado embajadores a So, rey de Egipto, y no pagaba tributo al rey de Asiria, como lo hacía cada año; por lo que el rey de Asiria le detuvo, y le aprisionó en la casa de la cárcel.

    5 Y el rey de Asiria invadió todo el país, y sitió a Samaria, y estuvo sobre ella tres años.

    6 En el año nueve de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y llevó a Israel cautivo a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en las ciudades de los medos.

    7 Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieron a dioses ajenos,

    8 y anduvieron en los estatutos de las naciones que Jehová había lanzado de delante de los hijos de Israel, y en los estatutos que hicieron los reyes de Israel.

    9 Y los hijos de Israel hicieron secretamente cosas no rectas contra Jehová su Dios, edificándose lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de las atalayas hasta las ciudades fortificadas,

    10 y levantaron estatuas e imágenes de Asera en todo collado alto, y debajo de todo árbol frondoso,

    11 y quemaron allí incienso en todos los lugares altos, a la manera de la naciones que Jehová había traspuesto de delante de ellos, e hicieron cosas muy malas para provocar a ira a Jehová.

    12 Y servían a los ídolos, de los cuales Jehová les había dicho: Vosotros no habéis de hacer esto.

    13 Jehová amonestó entonces a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas.

    14 Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios.

    15 Y desecharon sus estatutos, y el pacto que él había hecho con sus padres, y los testimonios que él había prescrito a ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que estaban alrededor de ellos, de las cuales Jehová les había mandado que no hiciesen a la manera de ellas.

    16 Dejaron todos los mandamientos de Jehová su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros, y también imágenes de Asera, y adoraron a todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal;

    17 e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y agüeros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, provocándole a ira.

    18 Jehová, por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá.

    19 Mas ni aun Judá guardó los mandamientos de Jehová su Dios, sino que anduvieron en los estatutos de Israel, los cuales habían ellos hecho.

    20 Y desechó Jehová a toda la descendencia de Israel, y los afligió, y los entregó en manos de saqueadores, hasta echarlos de su presencia.

    21 Porque separó a Israel de la casa de David, y ellos hicieron rey a Jeroboam hijo de Nabat; y Jeroboam apartó a Israel de en pos de Jehová, y les hizo cometer gran pecado.

    22 Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados de Jeroboam que él hizo, sin apartarse de ellos,

    23 hasta que Jehová quitó a Israel de delante de su rostro, como él lo había dicho por medio de todos los profetas sus siervos; e Israel fue llevado cautivo de su tierra a Asiria, hasta hoy.

    Asiria puebla de nuevo a Samaria

    24 Y trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria, en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades.

    25 Y aconteció al principio, cuando comenzaron a habitar allí, que no temiendo ellos a Jehová, envió Jehová contra ellos leones que los mataban.

    26 Dijeron, pues, al rey de Asiria: Las gentes que tú trasladaste y pusiste en las ciudades de Samaria, no conocen la ley del Dios de aquella tierra, y él ha echado leones en medio de ellos, y he aquí que los leones los matan, porque no conocen la ley del Dios de la tierra.

    27 Y el rey de Asiria mandó, diciendo: Llevad allí a alguno de los sacerdotes que trajisteis de allá, y vaya y habite allí, y les enseñe la ley del Dios del país.

    28 Y vino uno de los sacerdotes que habían llevado cautivo de Samaria, y habitó en Bet-el, y les enseñó cómo habían de temer a Jehová.

    29 Pero cada nación se hizo sus dioses, y los pusieron en los templos de los lugares altos que habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde habitaba.

    30 Los de Babilonia hicieron a Sucot-benot, los de Cuta hicieron a Nergal, y los de Hamat hicieron a Asima.

    31 Los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac, y los de Sefarvaim quemaban sus hijos en el fuego para adorar a Adramelec y a Anamelec, dioses de Sefarvaim.

    32 Temían a Jehová, e hicieron del bajo pueblo sacerdotes de los lugares altos, que sacrificaban para ellos en los templos de los lugares altos.

    33 Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados.

    34 Hasta hoy hacen como antes: ni temen a Jehová, ni guardan sus estatutos ni sus ordenanzas, ni hacen según la ley y los mandamientos que prescribió Jehová a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel;

    35 con los cuales Jehová había hecho pacto, y les mandó diciendo: No temeréis a otros dioses, ni los adoraréis, ni les serviréis, ni les haréis sacrificios.

    36 Mas a Jehová, que os sacó de tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, a éste temeréis, y a éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio.

    37 Los estatutos y derechos y ley y mandamientos que os dio por escrito, cuidaréis siempre de ponerlos por obra, y no temeréis a dioses ajenos.

    38 No olvidaréis el pacto que hice con vosotros, ni temeréis a dioses ajenos;

    39 mas temed a Jehová vuestro Dios, y él os librará de mano de todos vuestros enemigos.

    40 Pero ellos no escucharon; antes hicieron según su costumbre antigua.

    41 Así temieron a Jehová aquellas gentes, y al mismo tiempo sirvieron a sus ídolos; y también sus hijos y sus nietos, según como hicieron sus padres, así hacen hasta hoy.

    Da a cada reinado una valoración desde el punto de vista religioso. Los reyes buenos son aquellos que obedecen la Ley, siendo fieles al pacto con su Dios combatiendo la idolatría y siguiendo el ejemplo de David; los reyes malvados (especialmente los de Israel) son los infieles al pacto, «andando en el camino de Jeroboam» (cfr. 1 R. 15:11; con 1 R. 15:26, 34, etc.). 

    1 Reyes 15:11

    11 Asa hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre.

    1 Reyes 15:26, 34

    26 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, andando en el camino de su padre, y en los pecados con que hizo pecar a Israel.

    34 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y anduvo en el camino de Jeroboam, y en su pecado con que hizo pecar a Israel.

    Son pocos los soberanos que, apareciendo en la historia profana y la arqueología, ocupen algo de espacio en el texto sagrado: Omri, 6 vers. (1 R. 16:23-28), Jeroboam II, siete vers. (2 R. 14:23-29). 

    1 Reyes 16:23-28

    23 En el año treinta y uno de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Omri sobre Israel, y reinó doce años; en Tirsa reinó seis años.

    24 Y Omri compró a Semer el monte de Samaria por dos talentos de plata, y edificó en el monte; y llamó el nombre de la ciudad que edificó, Samaria, del nombre de Semer, que fue dueño de aquel monte.

    25 Y Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, e hizo peor que todos los que habían reinado antes de él;

    26 pues anduvo en todos los caminos de Jeroboam hijo de Nabat, y en el pecado con el cual hizo pecar a Israel, provocando a ira a Jehová Dios de Israel con sus ídolos.

    27 Los demás hechos de Omri, y todo lo que hizo, y las valentías que ejecutó, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

    28 Y Omri durmió con sus padres, y fue sepultado en Samaria, y reinó en lugar suyo Acab su hijo.

    2 Reyes 14:23-29

    Reinado de Jeroboam II

    23 El año quince de Amasías hijo de Joás rey de Judá, comenzó a reinar Jeroboam hijo de Joás sobre Israel en Samaria; y reinó cuarenta y un años.

    24 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.

    25 El restauró los límites de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar del Arabá, conforme a la palabra de Jehová Dios de Israel, la cual él había hablado por su siervo Jonás hijo de Amitai, profeta que fue de Gat-hefer.

    26 Porque Jehová miró la muy amarga aflicción de Israel; que no había siervo ni libre, ni quien diese ayuda a Israel;

    27 y Jehová no había determinado raer el nombre de Israel de debajo del cielo; por tanto, los salvó por mano de Jeroboam hijo de Joás.

    28 Los demás hechos de Jeroboam, y todo lo que hizo, y su valentía, y todas las guerras que hizo, y cómo restituyó al dominio de Israel a Damasco y Hamat, que habían pertenecido a Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

    29 Y durmió Jeroboam con sus padres, los reyes de Israel, y reinó en su lugar Zacarías su hijo.

    Los caracteres importantes desde el punto de vista espiritual son descritos minuciosamente. Hay dos dramáticas crisis que marcan un punto de inflexión en este período: la victoria de Elías sobre los profetas de Baal en el reino del norte, y la intervención de Joiada en Jerusalén, salvando al rey Joás y eliminando a la usurpadora Atalía, precisamente en el momento en que ella estaba tratando de lograr la victoria para el paganismo fenicio. 

    Los libros de los Reyes nos dan a conocer la época de los grandes profetas hasta Jeremías. Completan de una manera indispensable los mensajes de estos grandes hombres de Dios. Una parte de sus relatos se retoma en 1 y 2 Crónicas, desde otra perspectiva. Las enseñanzas que se consiguen por estas perspectivas complementarias tienen un gran valor. 

    En lo que respecta a la redacción, el relato de 1 y 2 Reyes, que abarca más de 400 años, se basa en los de historiadores y cronistas precedentes. Los libros de Reyes se diferencian de los libros históricos anteriores por el empleo de las siguientes fuentes: 

    (a) Para el reinado de Salomón, de «Los Hechos de Salomón» (1 R. 11:41). 

    1 Reyes 11:41

    Muerte de Salomón

    41 Los demás hechos de Salomón, y todo lo que hizo, y su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de los hechos de Salomón?

    (b) Para el reino del norte, y hasta la muerte de Peka, de «las Historias de los reyes de Israel», mencionadas diecisiete veces (1 R. 14:19). 

    1 Reyes 14:19

    19 Los demás hechos de Jeroboam, las guerras que hizo, y cómo reinó, todo está escrito en el libro de las historias de los reyes de Israel.

    (c) Para el reino del sur, hasta la muerte de Joacim, «las Crónicas de los reyes de Judá», citadas quince veces (1 R. 14:29). 

    1 Reyes 14:29

    29 Los demás hechos de Roboam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en las crónicas de los reyes de Judá?

    Según sus títulos, estas crónicas e historias formaban ya desde el principio dos obras separadas. Indudablemente acabaron reunidos en un solo libro, que el cronista llama «el libro de los reyes de Judá y de Israel» (2 Cr. 16:11). 

    2 Crónicas 16:11

    Muerte de Asa

    11 Mas he aquí, los hechos de Asa, primeros y postreros, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel.

    Estas dos recopilaciones de anales contenían muchos más detalles que nuestros libros de Reyes (cfr. 1 R. 14:19, 29). 

    1 Reyes 14:19, 29

    19 Los demás hechos de Jeroboam, las guerras que hizo, y cómo reinó, todo está escrito en el libro de las historias de los reyes de Israel.

    29 Los demás hechos de Roboam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en las crónicas de los reyes de Judá?

    El cronista cita pasajes que el recopilador de Reyes omite (2 Cr. 27:7; 33:18). 

    2 Crónicas 27:7 

    7 Lo demás hechos de Jotam, y todas sus guerras, y sus caminos, he aquí están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.

    2 Crónicas 33:18

    18 Lo demás hechos de Manasés, y su oración a su Dios, y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre de Jehová el Dios de Israel, he aquí todo está escrito en las actas de los reyes de Israel.

    Se admite en general que estas dos recopilaciones de anales no eran recopilaciones originales, sino dos recopilaciones de textos primitivos, a los que se habían añadido los escritos de diversos profetas (2 Cr. 20:34; cfr. 32:32). 

    2 Crónicas 20:34

    34 Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual se hace mención en el libro de los reyes de Israel.

    2 Crónicas 32:32

    Muerte de Ezequías

    32 Los demás de los hechos de Ezequías, y de sus misericordias, he aquí todos están escritos en la profecía del profeta Isaías hijo de Amoz, en el libro de los reyes de Judá y de Israel.

    Fecha de redacción. Comenzada antes de la destrucción de Jerusalén, la redacción de nuestros actuales libros de los Reyes no fue finalizada hasta terminar la segunda mitad del cautiverio de Babilonia (2 R. 25:27). 

    2 Reyes 25:27

    Joaquín es libertado y recibe honores en Babilonia

    27 Aconteció a los treinta y siete años del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veintisiete días del mes, que Evil-merodac rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, libertó a Joaquín rey de Judá, sacándolo de la cárcel;

    Pero puede que los versículos de la conclusión hayan sido añadidos por otra mano. El autor se ocupa especialmente de la historia de la monarquía davídica; menciona en dos ocasiones un acontecimiento común a los reinos del norte y del sur (cfr. 1 R. 15, 16, cfr. v. 32; 2 R. 17:5, 6, cfr. 18:9). 

    2 Reyes 17:5, 6

    5 Y el rey de Asiria invadió todo el país, y sitió a Samaria, y estuvo sobre ella tres años.

    6 En el año nueve de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y llevó a Israel cautivo a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en las ciudades de los medos.

    2 Reyes 18:9

    Caída de Samaria

    9 En el cuarto año del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, subió Salmanasar rey de los asirios contra Samaria, y la sitió,

    La obra se compone de tres partes: 

    (a) El reinado de Salomón (1 R. 1-11). 

    (b) La historia sincrónica de los reinos de Judá e Israel hasta la cautividad de Israel (1 R. 12 hasta 2 R. 17). 

    (c) La historia del reino de Judá hasta la cautividad en Babilonia (2 R. 18-25). 

    Bibliografía: 

    Bruce F. F.: «Israel y las naciones» (Literatura Bíblica, Madrid, 1981) 

    Edersheim A.: «Bible History: Old Testament» (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, 1982, reimpr. ed. 1890) 

    Free, J.: «Archaeology and Bible History» (Van Kampen press., Wheaton, 1950); 

    Thiele, E. J.: «The Mysterous Numbers of the Hebrew Kings» (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, 1965); 

    Whitcomb, J. C.: «Solomon to the Exile» (BMH Books, Winona Lake, 1975).

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