Diccionario
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  • Diana
    Es el nombre latino de una de las principales diosas de los griegos y romanos: el nombre griego es «Artemisa». 

    Se decía que una imagen de ella había caído del cielo, o que había sido labrada de madera o ébano que había caído de las nubes. 

    Era adorada en toda Asia. Su templo se hallaba en Éfeso, construido de mármol escogido. 

    En el Museo Británico se halla una moneda romana con una representación del templo y la imagen de la diosa en el centro (Hch. 19:24- 35). 

    Hechos 19:24-35

    24 Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices;

    25 a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza;

    26 pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos.

    27 Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero.

    28 Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios!

    29 Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo.

    30 Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron.

    31 También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro.

    32 Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido.

    33 Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería hablar en su defensa ante el pueblo.

    34 Pero cuando le conocieron que era judío, todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!

    35 Entonces el escribano, cuando había apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, ¿y quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter?

    Aunque Éfeso era en muchos respectos una ciudad ilustrada, estaba entenebrecida por este culto de la fertilidad, y el populacho excitado pudo gritar durante dos horas: «Grande es Diana de los efesios». 

    Era considerada como la diosa de la luna, divinidad tutelar de los campos, de los bosques, y de todos los fenómenos vitales que se suponían influenciados por la luna.

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  • Diana
    Es el nombre latino de una de las principales diosas de los griegos y romanos: el nombre griego es «Artemisa». 

    Se decía que una imagen de ella había caído del cielo, o que había sido labrada de madera o ébano que había caído de las nubes. 

    Era adorada en toda Asia. Su templo se hallaba en Éfeso, construido de mármol escogido. 

    En el Museo Británico se halla una moneda romana con una representación del templo y la imagen de la diosa en el centro (Hch. 19:24- 35). 

    Hechos 19:24-35

    24 Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices;

    25 a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza;

    26 pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos.

    27 Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero.

    28 Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios!

    29 Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo.

    30 Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron.

    31 También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro.

    32 Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido.

    33 Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería hablar en su defensa ante el pueblo.

    34 Pero cuando le conocieron que era judío, todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!

    35 Entonces el escribano, cuando había apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, ¿y quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter?

    Aunque Éfeso era en muchos respectos una ciudad ilustrada, estaba entenebrecida por este culto de la fertilidad, y el populacho excitado pudo gritar durante dos horas: «Grande es Diana de los efesios». 

    Era considerada como la diosa de la luna, divinidad tutelar de los campos, de los bosques, y de todos los fenómenos vitales que se suponían influenciados por la luna.

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