Diccionario
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  • Escatología
    La doctrina de las últimas cosas. Trata tanto del futuro del individuo como de los destinos eternos de la humanidad, así como en general del desarrollo del plan profético de Dios a través de la Historia. 

    El foco de interés se halla en el establecimiento del Rey en un reino de Dios. Habiendo fracasado el primer Adán como cabeza de la creación en mantenerse él mismo sometido a Dios, Satanás viene a ser el dios de este mundo. 

    El desarrollo de la historia de la Redención y del futuro y definitivo establecimiento del Reino de Dios por parte del Hijo del hombre, el Segundo Adán, el Dios-hombre, es lo que constituye el centro de toda la escatología. 

    El primer paso en este establecimiento se da en la batalla de la cruz, en la que Satanás pierde su poder. 

    El segundo paso será cuando el Resucitado, que «destruyó mediante la muerte al que tenía el imperio de la muerte, es a saber, el diablo» (He. 2:14), venga a hacer efectiva su victoria, y a tomar el dominio que ya le pertenece en virtud de la redención consumada por Él. 

    Hebreos 2:14

    14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,

    La Biblia marca una marcha histórica, que está revelada a través de toda ella, pero muy especialmente en los libros proféticos. 

    El primer anuncio, después de la Caída, acerca de la instauración del reino, se halla en el protoevangelio (Gn. 3:14-15). 

    Génesis 3:14-15

    14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.

    15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

    Allí se halla el germen escatológico, que va ampliándose en círculos que abarcan cada vez más y más, a través de la promesa dada a Abraham, de que en su simiente serían benditas todas las naciones de la tierra (Gn. 12:3; 22:18). 

    Génesis 12:3 

    3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

    Génesis 22:18

    18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.

    Se suceden diversas promesas, dándose el cetro del reino a la descendencia de Judá (Gn. 49:10). 

    Génesis 49:10

    10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.

    Éste queda después circunscrito a la descendencia de David, con la promesa de un trono eterno (2 S. 7:8-29; 1 Cr. 17:7-27), el cual es confirmado con el nuevo pacto (Jer. 31:31-37; 33:14- 17), el cual se cumple en Jesús, hijo de David según la carne (Lc. 1:30-33). 

    2 Samuel 7:8-29 

    8 Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel;

    9 y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra.

    10 Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio,

    11 desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa.

    12 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.

    13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.

    14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;

    15 pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.

    16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.

    17 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.

    18 Y entró el rey David y se puso delante de Jehová, y dijo: Señor Jehová, ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me hayas traído hasta aquí?

    19 Y aun te ha parecido poco esto, Señor Jehová, pues también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir. ¿Es así como procede el hombre, Señor Jehová?

    20 ¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tú conoces a tu siervo, Señor Jehová.

    21 Todas estas grandezas has hecho por tu palabra y conforme a tu corazón, haciéndolas saber a tu siervo.

    22 Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.

    23 ¿Y quién como tu pueblo, como Israel, nación singular en la tierra? Porque fue Dios para rescatarlo por pueblo suyo, y para ponerle nombre, y para hacer grandezas a su favor, y obras terribles a tu tierra, por amor de tu pueblo que rescataste para ti de Egipto, de las naciones y de sus dioses.

    24 Porque tú estableciste a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, oh Jehová, fuiste a ellos por Dios.

    25 Ahora pues, Jehová Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho.

    26 Que sea engrandecido tu nombre para siempre, y se diga: Jehová de los ejércitos es Dios sobre Israel; y que la casa de tu siervo David sea firme delante de ti.

    27 Porque tú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica.

    28 Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo.

    29 Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre.

    1 Crónicas 17:7-27

    7 Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel;

    8 y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a todos tus enemigos de delante de ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra.

    9 Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes,

    10 y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa.

    11 Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino.

    12 El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente.

    13 Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti;

    14 sino que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre.

    15 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.

    16 Y entró el rey David y estuvo delante de Jehová, y dijo: Jehová Dios, ¿quién soy yo, y cuál es mi casa, para que me hayas traído hasta este lugar?

    17 Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu siervo para tiempo más lejano, y me has mirado como a un hombre excelente, oh Jehová Dios.

    18 ¿Qué más puede añadir David pidiendo de ti para glorificar a tu siervo? Mas tú conoces a tu siervo.

    19 Oh Jehová, por amor de tu siervo y según tu corazón, has hecho toda esta grandeza, para hacer notorias todas tus grandezas.

    20 Jehová, no hay semejante a ti, ni hay Dios sino tú, según todas las cosas que hemos oído con nuestros oídos.

    21 ¿Y qué pueblo hay en la tierra como tu pueblo Israel, cuyo Dios fuese y se redimiese un pueblo, para hacerte nombre con grandezas y maravillas, echando a las naciones de delante de tu pueblo, que tú rescataste de Egipto?

    22 Tú has constituido a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, Jehová, has venido a ser su Dios.

    23 Ahora pues, Jehová, la palabra que has hablado acerca de tu siervo y de su casa, sea firme para siempre, y haz como has dicho.

    24 Permanezca, pues, y sea engrandecido tu nombre para siempre, a fin de que se diga: Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, es Dios para Israel. Y sea la casa de tu siervo David firme delante de ti.

    25 Porque tú, Dios mío, revelaste al oído a tu siervo que le has de edificar casa; por eso ha hallado tu siervo motivo para orar delante de ti.

    26 Ahora pues, Jehová, tú eres el Dios que has hablado de tu siervo este bien;

    27 y ahora has querido bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti; porque tú, Jehová, la has bendecido, y será bendita para siempre.

    Jeremías 31:31-37 

    31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.

    32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.

    33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

    34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

    35 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre:

    36 Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.

    37 Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová.

    Jeremías 33:14-17

    14 He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá.

    15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.

    16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra.

    17 Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel.

    Lucas 1:30-33

    30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.

    31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.

    32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

    33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

    Hay numerosas menciones a este reino por diversos pasajes de las Escrituras. Notable entre ellos es el Salmo 2

    El reino del ungido de Jehová

    1 ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas?

    2 Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:

    3 Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas.

    4 El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.

    5 Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira.

    6 Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte.

    7 Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.

    8 Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.

    9 Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás.

    10 Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra.

    11 Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor.

    12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.

    Pero la estructura básica del desarrollo escatológico se halla en Daniel y Apocalipsis, que proveen el marco cronológico. (Véanse APOCALIPSIS, DANIEL, MILENIO, y las bibliografías correspondientes. 

    Véanse también los breves esquemas en el cuadro que acompaña a este artículo.)

    VÉASE: Apocalipsis (Libro) , Daniel (Libro) , Milenio
  • DICCIONARIO
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  • Escatología
    La doctrina de las últimas cosas. Trata tanto del futuro del individuo como de los destinos eternos de la humanidad, así como en general del desarrollo del plan profético de Dios a través de la Historia. 

    El foco de interés se halla en el establecimiento del Rey en un reino de Dios. Habiendo fracasado el primer Adán como cabeza de la creación en mantenerse él mismo sometido a Dios, Satanás viene a ser el dios de este mundo. 

    El desarrollo de la historia de la Redención y del futuro y definitivo establecimiento del Reino de Dios por parte del Hijo del hombre, el Segundo Adán, el Dios-hombre, es lo que constituye el centro de toda la escatología. 

    El primer paso en este establecimiento se da en la batalla de la cruz, en la que Satanás pierde su poder. 

    El segundo paso será cuando el Resucitado, que «destruyó mediante la muerte al que tenía el imperio de la muerte, es a saber, el diablo» (He. 2:14), venga a hacer efectiva su victoria, y a tomar el dominio que ya le pertenece en virtud de la redención consumada por Él. 

    Hebreos 2:14

    14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,

    La Biblia marca una marcha histórica, que está revelada a través de toda ella, pero muy especialmente en los libros proféticos. 

    El primer anuncio, después de la Caída, acerca de la instauración del reino, se halla en el protoevangelio (Gn. 3:14-15). 

    Génesis 3:14-15

    14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.

    15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

    Allí se halla el germen escatológico, que va ampliándose en círculos que abarcan cada vez más y más, a través de la promesa dada a Abraham, de que en su simiente serían benditas todas las naciones de la tierra (Gn. 12:3; 22:18). 

    Génesis 12:3 

    3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

    Génesis 22:18

    18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.

    Se suceden diversas promesas, dándose el cetro del reino a la descendencia de Judá (Gn. 49:10). 

    Génesis 49:10

    10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.

    Éste queda después circunscrito a la descendencia de David, con la promesa de un trono eterno (2 S. 7:8-29; 1 Cr. 17:7-27), el cual es confirmado con el nuevo pacto (Jer. 31:31-37; 33:14- 17), el cual se cumple en Jesús, hijo de David según la carne (Lc. 1:30-33). 

    2 Samuel 7:8-29 

    8 Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel;

    9 y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra.

    10 Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio,

    11 desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa.

    12 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.

    13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.

    14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;

    15 pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.

    16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.

    17 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.

    18 Y entró el rey David y se puso delante de Jehová, y dijo: Señor Jehová, ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me hayas traído hasta aquí?

    19 Y aun te ha parecido poco esto, Señor Jehová, pues también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir. ¿Es así como procede el hombre, Señor Jehová?

    20 ¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tú conoces a tu siervo, Señor Jehová.

    21 Todas estas grandezas has hecho por tu palabra y conforme a tu corazón, haciéndolas saber a tu siervo.

    22 Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.

    23 ¿Y quién como tu pueblo, como Israel, nación singular en la tierra? Porque fue Dios para rescatarlo por pueblo suyo, y para ponerle nombre, y para hacer grandezas a su favor, y obras terribles a tu tierra, por amor de tu pueblo que rescataste para ti de Egipto, de las naciones y de sus dioses.

    24 Porque tú estableciste a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, oh Jehová, fuiste a ellos por Dios.

    25 Ahora pues, Jehová Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho.

    26 Que sea engrandecido tu nombre para siempre, y se diga: Jehová de los ejércitos es Dios sobre Israel; y que la casa de tu siervo David sea firme delante de ti.

    27 Porque tú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica.

    28 Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo.

    29 Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre.

    1 Crónicas 17:7-27

    7 Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel;

    8 y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a todos tus enemigos de delante de ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra.

    9 Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes,

    10 y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa.

    11 Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino.

    12 El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente.

    13 Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti;

    14 sino que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre.

    15 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.

    16 Y entró el rey David y estuvo delante de Jehová, y dijo: Jehová Dios, ¿quién soy yo, y cuál es mi casa, para que me hayas traído hasta este lugar?

    17 Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu siervo para tiempo más lejano, y me has mirado como a un hombre excelente, oh Jehová Dios.

    18 ¿Qué más puede añadir David pidiendo de ti para glorificar a tu siervo? Mas tú conoces a tu siervo.

    19 Oh Jehová, por amor de tu siervo y según tu corazón, has hecho toda esta grandeza, para hacer notorias todas tus grandezas.

    20 Jehová, no hay semejante a ti, ni hay Dios sino tú, según todas las cosas que hemos oído con nuestros oídos.

    21 ¿Y qué pueblo hay en la tierra como tu pueblo Israel, cuyo Dios fuese y se redimiese un pueblo, para hacerte nombre con grandezas y maravillas, echando a las naciones de delante de tu pueblo, que tú rescataste de Egipto?

    22 Tú has constituido a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, Jehová, has venido a ser su Dios.

    23 Ahora pues, Jehová, la palabra que has hablado acerca de tu siervo y de su casa, sea firme para siempre, y haz como has dicho.

    24 Permanezca, pues, y sea engrandecido tu nombre para siempre, a fin de que se diga: Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, es Dios para Israel. Y sea la casa de tu siervo David firme delante de ti.

    25 Porque tú, Dios mío, revelaste al oído a tu siervo que le has de edificar casa; por eso ha hallado tu siervo motivo para orar delante de ti.

    26 Ahora pues, Jehová, tú eres el Dios que has hablado de tu siervo este bien;

    27 y ahora has querido bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti; porque tú, Jehová, la has bendecido, y será bendita para siempre.

    Jeremías 31:31-37 

    31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.

    32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.

    33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

    34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

    35 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre:

    36 Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.

    37 Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová.

    Jeremías 33:14-17

    14 He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá.

    15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.

    16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra.

    17 Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel.

    Lucas 1:30-33

    30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.

    31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.

    32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

    33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

    Hay numerosas menciones a este reino por diversos pasajes de las Escrituras. Notable entre ellos es el Salmo 2

    El reino del ungido de Jehová

    1 ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas?

    2 Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:

    3 Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas.

    4 El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.

    5 Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira.

    6 Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte.

    7 Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.

    8 Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.

    9 Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás.

    10 Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra.

    11 Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor.

    12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.

    Pero la estructura básica del desarrollo escatológico se halla en Daniel y Apocalipsis, que proveen el marco cronológico. (Véanse APOCALIPSIS, DANIEL, MILENIO, y las bibliografías correspondientes. 

    Véanse también los breves esquemas en el cuadro que acompaña a este artículo.)

    VÉASE:
    Apocalipsis (Libro) , Daniel (Libro) , Milenio
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