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  • Resurrección
    Es el principio fundamental de los tratos de Dios en gracia hacia el hombre, por cuanto el hombre está bajo sentencia de muerte, y en la muerte misma, debido al pecado (cfr. Ef. 2:1, 4-6; Col. 3:1-4, etc.). 

    Efesios 2:1, 4-6 

    Salvos por gracia

    1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,

    4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

    5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

    6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

    Colosenses 3:1-4

    1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

    2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

    3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

    4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

    La expresión «la resurrección general» se halla en obras de teología, y hay una creencia general de que todos los muertos serán levantados simultáneamente. 

    Sin embargo, esta idea no se halla en las Escrituras. El Señor habla de «resurrección para vida» (Jn. 5:29). 

    Juan 5:29

    29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

    El orden de la resurrección definitiva, dejando a un lado las resurrecciones «temporales» con que Dios manifestó su poder, es: «Cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin...» (1 Co. 15:23-24). 

    1 Corintios 15:23-24

    23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

    24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.

    Este «fin» es evidentemente el levantamiento de los malvados a juicio, o, en otras palabras, «a resurrección de condenación» (Jn. 5:29). 

    Juan 5:29

    29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

    En Ap. 20:4-5 se ve una estrecha correspondencia con el pasaje de 1 Co. 15:23-24; en ambos se aprecia, con la frase clave «cada uno en su debido orden», cómo se interpone el reinado milenial de Cristo (véase MILENIO) entre la resurrección de los Suyos y la resurrección de condenación, o «el fin». 

    Apocalipsis 20:4-5

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    1 Corintios 15:23-24

    23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

    24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.

    Así, siguiendo el orden de resurrecciones establecido en las Escrituras, se pueden considerar, sucesivamente: 

    (a) La resurrección del Señor Jesucristo. El retomo de Cristo a una vida corporal glorificada, tres días después de su muerte, constituye, junto con la cruz, la base misma del Evangelio (1 Co. 15:3-4). 

    1 Corintios 15:3-4

    3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;

    4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;

    Sin este hecho glorioso, la fe del cristiano sería totalmente vana (1 Co. 14:14-19). 

    1 Corintios 14:14-19

    14 Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.

    15 ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.

    16 Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho.

    17 Porque tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado.

    18 Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros;

    19 pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.

    La resurrección del Mesías está ya anunciada en el AT (Lc. 24:44-46; Gn. 22:2-5; cfr. He. 11:19; Nm. 17:1-11; cfr. Ro. 1:4; Is. 53:10-12; Mt. 12:39-40; Sal. 16:9-10; 110:1; cfr. Hch. 2:29-36). 

    Lucas 24:44-46 

    44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

    45 Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras;

    46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;

    Génesis 22:2-5 

    2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

    3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.

    4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos.

    5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.

    Hebreos 11:19 

    19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

    Números 17:1-11

    La vara de Aarón florece

    1 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo:

    2 Habla a los hijos de Israel, y toma de ellos una vara por cada casa de los padres, de todos los príncipes de ellos, doce varas conforme a las casas de sus padres; y escribirás el nombre de cada uno sobre su vara.

    3 Y escribirás el nombre de Aarón sobre la vara de Leví; porque cada jefe de familia de sus padres tendrá una vara.

    4 Y las pondrás en el tabernáculo de reunión delante del testimonio, donde yo me manifestaré a vosotros.

    5 Y florecerá la vara del varón que yo escoja, y haré cesar de delante de mí las quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra vosotros.

    6 Y Moisés habló a los hijos de Israel, y todos los príncipes de ellos le dieron varas; cada príncipe por las casas de sus padres una vara, en total doce varas; y la vara de Aarón estaba entre las varas de ellos.

    7 Y Moisés puso las varas delante de Jehová en el tabernáculo del testimonio.

    8 Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras.

    9 Entonces sacó Moisés todas las varas de delante de Jehová a todos los hijos de Israel; y ellos lo vieron, y tomaron cada uno su vara.

    10 Y Jehová dijo a Moisés: Vuelve la vara de Aarón delante del testimonio, para que se guarde por señal a los hijos rebeldes; y harás cesar sus quejas de delante de mí, para que no mueran.

    11 E hizo Moisés como le mandó Jehová, así lo hizo.

    Romanos 1:4 

    4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,

    Isaías 53:10-12 

    10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

    11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

    12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

    Mateo 12:39-40 

    39 El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.

    40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

    Salmos 16:9-10 

    9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;

    10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.

    Salmos 110:1 

    Jehová da dominio al rey

    1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

    Hechos 2:29-36

    29 Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.

    30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono,

    31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.

    32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

    33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

    34 Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,

    35 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

    36 Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

    El mismo Jesús había advertido a sus discípulos de ello (Mt. 16:21; 17:22-23; 20:19; Jn. 2:18-22; Mr. 9:9-10). 

    Mateo 16:21 

    Jesús anuncia su muerte

    21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.

    Mateo 17:22-23 

    Jesús anuncia otra vez su muerte

    22 Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres,

    23 y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera.

    Mateo 20:19 

    19 y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen; mas al tercer día resucitará.

    Juan 2:18-22 

    18 Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto?

    19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

    20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?

    21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo.

    22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.

    Marcos 9:9-10

    9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos.

    10 Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos.

    Después de que Su muerte hubiera sido debidamente constatada y que las autoridades hubieran tomado todas las precauciones para evitar toda superchería, el hecho de la resurrección ha quedado demostrado con pruebas indudables. 

    Los testimonios son numerosos y concordantes: las mujeres, María Magdalena; los discípulos, Pedro, Juan, Santiago, Tomás; los guardias, los ancianos, los discípulos de Emaús, los quinientos hermanos mencionados en 1 Co. 15:6, los once apóstoles, Saulo de Tarso (cfr. los Evangelios, Hch. 10:40-41; 1 Co. 15:5- 8). 

    1 Corintios 15:6

    6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.

    Hechos 10:40-41 

    40 A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase;

    41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.

    1 Corintios 15:5-8

    5 y que apareció a Cefas, y después a los doce.

    6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.

    7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles;

    8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.

    Los discípulos, bien lejos de inventarse apariciones imaginarias, fueron difícilmente persuadidos de un hecho tan extraordinario. 

    El Señor Jesús tuvo que reprocharles vivamente su incredulidad y dureza de corazón (Mr. 16:13-14; Lc. 24:22-25, 37-39), y les dio unas pruebas tales que finalmente quedaron totalmente persuadidos. 

    Marcos 16:13-14 

    13 Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron.

    Jesús comisiona a los apóstoles

    14 Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.

    Lucas 24:22-25, 37-39

    22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro;

    23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive.

    24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.

    25 Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!

    37 Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu.

    38 Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?

    39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.

    Su fe consiguiente los transformó y los capacitó para ir hasta el mismo martirio por su Señor resucitado. 

    Por otra parte, el sepulcro había quedado vacío, y los mismos enemigos de la naciente Iglesia, que tenían en sus manos todos los resortes del poder, no pudieron jamás presentar el cadáver del Crucificado. Después de los cuarenta días transcurridos con Sus apóstoles, el Señor los dejó, y glorificado en las alturas les envió el Espíritu Santo (Hch. 1:3-9). 

    Hechos 1:3-9

    3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.

    4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.

    5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

    La ascensión

    6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?

    7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;

    8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

    9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.

    Desde entonces, los discípulos vinieron a ser, en todo lugar, testigos de la resurrección (Hch. 1:22; 2:32; 3:15; 4:10, 33; 5:31-32; 10:40-42; 13:30-37; 25:19, etc.). 

    Hechos 1:22 

    22 comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección.

    Hechos 2:32 

    32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

    Hechos 3:15 

    15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.

    Hechos 4:10, 33 

    10 sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.

    33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.

    Hechos 5:31-32 

    31 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.

    32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.

    Hechos 10:40-42 

    40 A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase;

    41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.

    42 Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.

    Hechos 13:30-37 

    30 Mas Dios le levantó de los muertos.

    31 Y él se apareció durante muchos días a los que habían subido juntamente con él de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son sus testigos ante el pueblo.

    32 Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres,

    33 la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.

    34 Y en cuanto a que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, lo dijo así: Os daré las misericordias fieles de David.

    35 Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción.

    36 Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción.

    37 Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción.

    Hechos 25:19

    19 sino que tenían contra él ciertas cuestiones acerca de su religión, y de un cierto Jesús, ya muerto, el que Pablo afirmaba estar vivo.

    Consecuencias de la resurrección: 

    (A) Para el mismo Jesucristo: Él ha sido declarado Hijo de Dios con poder (Ro. 1:4); le ha sido dado todo poder en los cielos y en la tierra (Mt. 28:18); desde entonces está sentado a la diestra de Dios, coronado de gloria y de honra (Hch. 2:32-34; He. 2:9), esperando el momento de Su venida para establecer Su reino (Hch. 17:31). 

    Romanos 1:4

    4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,

    Mateo 28:18

    18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

    Hechos 2:32-34 

    32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

    33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

    34 Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,

    Hebreos 2:9

    9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

    Hechos 17:31

    31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.

    (B) Para los creyentes: la resurrección hace posible nuestra salvación (Ro. 4:25). 

    Romanos 4:25

    25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

    El Cristo viviente intercede por nosotros y nos da plena salvación (He. 7:23-25; 1 P. 3:21). 

    Hebreos 7:23-25 

    23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar;

    24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;

    25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

    1 Pedro 3:21

    21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,

    Cristo, el último Adán, crea una nueva humanidad, de la que el creyente viene a formar parte (1 Co. 15:45-49). 

    1 Corintios 15:45-49

    45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

    46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

    47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.

    48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.

    49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

    Él es las primicias de los muertos, y Su resurrección es la firme garantía de la del creyente. Él es la resurrección y la vida; ciertamente, ha resucitado (1 Co. 15:20-23; Jn. 11:25-26). (Véase JESUCRISTO.) 

    1 Corintios 15:20-23 

    20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.

    21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.

    22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

    23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

    Juan 11:25-26

    25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

    26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

    (b) La resurrección de los creyentes. Éste es un artículo fundamental de la fe cristiana, y la Biblia la muestra de una manera multiforme. 

    Aunque se afirma con frecuencia que en el AT no se halla mencionada de una manera explícita, contiene, sin embargo, alusiones directas a ella, y claras profecías. Hay los relatos de tres resurrecciones que demuestran que el poder de Dios triunfa sobre la muerte (1 R. 17:21; 2 R. 4:34; 13:21). 

    1 Reyes 17:21 

    21 Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él.

    2 Reyes 4:34 

    34 Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor.

    2 Reyes 13:21

    21 Y aconteció que al sepultar unos a un hombre, súbitamente vieron una banda armada, y arrojaron el cadáver en el sepulcro de Eliseo; y cuando llegó a tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y se levantó sobre sus pies.

    Dos arrebatamientos demuestran que los amados del Señor pueden escapar a la tumba (Gn. 5:24; 2 R. 2:11). 

    Génesis 5:24 

    24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

    2 Reyes 2:11

    11 Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.

    Tres tipos de la resurrección ya han sido mencionados en el apartado (a) anterior acerca de Jesucristo (Gn. 22:5, cfr. He. 11:19; Nm. 17:8; Mt. 12:39-40). 

    Génesis 22:5

    5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.

    Hebreos 11:19 

    19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

    Números 17:8 

    8 Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras.

    Mateo 12:39-40

    39 El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.

    40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

    Ezequiel da una visión imponente de una resurrección nacional. Aunque se trate de la resurrección de Israel como nación (Ez. 37:1-10, cfr. Ez. 37:11-14), no deja de ser notable que la imagen usada para ello es la de la resurrección. 

    Ezequiel 37:1-10 

    El valle de los huesos secos

    1 La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.

    2 Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.

    3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes.

    4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová.

    5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.

    6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

    7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.

    8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.

    9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.

    10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.

    Ezequiel 37:11-14

    11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos.

    12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel.

    13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío.

    14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

    Job proclama, en uno de los libros más antiguos de la Biblia, si no el que más, su fe en la resurrección basada en la vida de su Redentor (Jb. 19:23-27). 

    Job 19:23-27

    23 ¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas! ¡Quién diese que se escribiesen en un libro;

    24 Que con cincel de hierro y con plomo Fuesen esculpidas en piedra para siempre!

    25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo;

    26 Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios;

    27 Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.

    El salmista sabe que Dios lo sacará de la morada de los muertos (Sal. 49:15). 

    Salmos 49:15

    15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, Porque él me tomará consigo. Selah

    Isaías anuncia la victoria definitiva sobre la muerte (Is. 25:7-8). Si bien Is. 26:19 es entendido por algunos como refiriéndose a la resurrección nacional de Israel, otra vez se aplica la observación referente a Ezequiel: el hecho mismo de que se use la imagen de la resurrección es sumamente significativo. 

    Isaías 25:7-8

    7 Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones.

    8 Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.

    Isaías 26:19

    19 Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.

    Daniel habla claramente de dos tipos de resurrección (Dn. 12:2), y él recibe personalmente la certeza de que se levantará para recibir su heredad (Dn. 12:13). 

    Daniel 12:2

    2 Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.

    Daniel 12:13

    13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

    (Para una exégesis detallada de Dn. 12:2, véase apéndice al final de este artículo.) 

    Daniel 12:2

    2 Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.

    Finalmente, Oseas canta el triunfo sobre el sepulcro. Jesús mismo ve en Éx. 3:6, 15-16 una afirmación de la resurrección (Lc. 20:37-38). 

    Éxodo 3:6, 15-16

    6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

    15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.

    16 Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto;

    Lucas 20:37-38

    37 Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.

    38 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.

    En realidad, la idea de la resurrección subyace en todas las enseñanzas del AT. En el judaísmo del tiempo del Señor era aceptada como un artículo de la fe ortodoxa (cfr. Jn. 11:24), y el hecho de que los saduceos no creyeran en ella se presenta como una anomalía (Mt. 22:23; Hch. 23:6-8). 

    Juan 11:24

    24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.

    Mateo 22:23 

    23 Aquel día vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron,

    Hechos 23:6-8

    6 Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga.

    7 Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió.

    8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas.

    En el NT se hallan otros seis casos de resurrección (Lc. 7:13-16; 8:55; Jn. 11:44; Mt. 27:52-53; Hch .9:40; 20:9- 10). 

    Lucas 7:13-16 

    13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.

    14 Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.

    15 Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.

    16 Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.

    Lucas 8:55 

    55 Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer.

    Juan 11:44 

    44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.

    Mateo 27:52-53 

    52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;

    53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.

    Hechos 9:40 

    40 Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.

    Hechos 20:9-10

    9 y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto.

    10 Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo.

    Pero es evidente que cada una de estas personas devueltas a la vida volvió a morir, con la posible excepción de los mencionados en Mt. 27:52-53

    Mateo 27:52-53

    52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;

    53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.

    Sólo Cristo ha resucitado definitivamente, con la posible excepción de un puñado, después de Su resurrección, para prenda de Su obra futura. 

    En cuanto a nosotros, esperamos «una mejor resurrección» (He. 11:35). 

    Hebreos 11:35

    35 Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección;mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.

    Todos estos ejemplos y promesas constituyen una base para la revelación más plena de Pablo acerca de esta enseñanza. Manera en que operará la resurrección. 

    (A) Siguiendo la analogía de la naturaleza. En efecto, en ella podemos observar cómo a partir de la muerte surge la vida (cfr. Jn. 12:24), cómo la pequeña semilla es mucho más pequeña que la futura planta, cómo el Creador tiene la capacidad de suscitar una infinidad de diversos cuerpos (1 Co. 15:35-41). 

    Juan 12:24

    24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.

    1 Corintios 15:35-41

    35 Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?

    36 Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes.

    37 Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano;

    38 pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.

    39 No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves.

    40 Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.

    41 Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.

    (B) Según 1 Co. 15:42-44 el cuerpo nuevo será incorruptible, glorioso, lleno de poder, espiritual. 

    1 Corintios 15:42-44

    42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.

    43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.

    44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

    (C) De hecho, será a semejanza del de Cristo resucitado (1 Co. 15:45-49; Fil. 3:20-21). 

    1 Corintios 15:45-49 

    45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

    46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

    47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.

    48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.

    49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

    Filipenses 3:20-21

    20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

    21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

    Así como en el cuerpo terrenal la adecuación tenía su énfasis en el alma, siendo un cuerpo «animal», psíquico, en el cuerpo nuevo el acento se pone en su adecuación al espíritu (1 Co. 15:44-45). 

    1 Corintios 15:44-45

    44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

    45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

    Tiempo de la resurrección. Tendrá lugar a la venida de Cristo (1 Co. 15:23), en «el día postrero» (Jn. 6:39, 40, 44, 54), en el momento del arrebatamiento de la iglesia (1 Co. 15:51-53; 1 Ts. 4:13-18). 

    1 Corintios 15:23

    23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

    Juan 6:39, 40, 44, 54

    39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

    40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

    44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.

    54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

    1 Corintios 15:51-53 

    51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,

    52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

    53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.

    1 Tesalonicenses 4:13-18

    La venida del Señor

    13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

    14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

    15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.

    16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

    17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

    18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

    Los creyentes que en aquel momento vivan sobre la tierra no morirán: transformados en un abrir y cerrar de ojos, serán arrebatados a los aires al encuentro del Señor junto con los creyentes antes muertos y ahora resucitados. 

    Ésta será la gloriosa primera resurrección, en la que tendrán parte los mártires de la Gran Tribulación que serán llamados a la vida al comienzo de los mil años, junto con los santos del AT (ver apéndice a este artículo; cfr. Ap. 2:4-6). 

    Apocalipsis 2:4-6

    4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

    5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

    6 Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.

    Ya ahora el creyente ya tiene vida de resurrección, habiendo resucitado espiritualmente en su nuevo nacimiento (Jn. 5:24; Ro. 6:1, 4; Ef. 2:4-6; Col. 1:3-4); pero todavía tiene pendiente la adopción, la resurrección del cuerpo (Ro. 8:23). 

    Juan 5:24 

    24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

    Romanos 6:1, 4 

    Muertos al pecado

    1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?

    4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

    Efesios 2:4-6 

    4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

    5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

    6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

    Colosenses 1:3-4

    Pablo pide que Dios les conceda sabiduría espiritual

    3 Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,

    4 habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos,

    Romanos 8:23

    23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.

    Los que tendrán parte en esta resurrección son «los de Cristo» (1 Co. 15:22-23), aquellos que el Padre le ha dado (Jn. 6:39-44). 

    1 Corintios 15:22-23

    22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

    23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

    Juan 6:39-44

    39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

    40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

    41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.

    42 Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?

    43 Jesús respondió y les dijo:No murmuréis entre vosotros.

    44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.

    Pero no todos participarán de ella, porque no lo tienen a Él. Esta es la razón de que se hable de una «resurrección de entre los muertos» (Fil. 3:11; Mr. 9:9-10). 

    Filipenses 3:11 

    11 si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.

    Marcos 9:9-10

    9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos.

    10 Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos.

    Esta doctrina es notable no sólo por su plenitud y espiritualidad, sino también por lo alejada que está de las concepciones filosóficas surgidas al margen de la Revelación. 

    En efecto, es absolutamente distinta de la concepción griega que pretende que el alma es preexistente al cuerpo e inmortal para vivir eternamente independiente del cuerpo; la salvación, en estos sistemas, consiste en la liberación definitiva, desligada del cuerpo. Los maniqueos (herejes de los primeros siglos d.C.) establecían un antagonismo irreductible entre el cuerpo y el espíritu, siendo que el cuerpo material representaba al mal, y que el alma quedaba degradada por su unión con el cuerpo. 

    Frente a ello, las Escrituras enseñan que el cuerpo y el alma, creados ambos por Dios, son buenos en sí mismos, y destinados el uno para la otra, y para la inmortalidad (cfr. 1 Co. 6:15, 19). 

    1 Corintios 6:15, 19

    15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo.

    19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

    (c) La resurrección de los impíos. En las Escrituras se enseña claramente que habrá dos resurrecciones: la de los creyentes, para vida eterna, y la de aquellos que no se han acogido al Salvador, para juicio y confusión eterna (Dn. 12:2; Jn. 5:28-29; Hch. 24:15; Ap. 20:4-5). 

    Daniel 12:2 

    2 Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.

    Juan 5:28-29 

    28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;

    29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

    Hechos 24:15 

    15 teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos.

    Apocalipsis 20:4-5

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    La primera resurrección tiene lugar antes del comienzo del Milenio, y la otra inmediatamente después, par a dar lugar al Juicio Final (Ap. 20:5, 12-13). 

    Apocalipsis 20:5, 12-13

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

    13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

    De estos textos se desprende que en este momento resucitarán los injustos, los que han vivido el mal, los que no pertenecen a Cristo, y que no han sido tenidos por dignos de tomar parte en la primera resurrección; los que, al no haber sido salvos por la fe en la obra redentora de Cristo, serán juzgados por sus obras. ¡Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección! (Ap. 20:6). 

    Apocalipsis 20:6

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    (d) Apéndice: exégesis de Dn. 12:2

    Daniel 12:2

    2 Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.

    Es preciso señalar que la traducción comúnmente dada en diversas versiones no es correcta. 

    En la Reina-Valera se traduce así: «Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua». 

    De este pasaje se puede sacar la impresión de que habrá una resurrección simultánea de ambos grupos. Pero en esta traducción el lenguaje es incoherente. Se afirma que «muchos» serán despertados, y parece que se refiere a «muchos» de dos grupos, pero evidentemente no todos. 

    En realidad, como muestra N. West en su obra «The Thousand Years in Both Testaments», la traducción correcta del pasaje, en relación con el contexto, es: «Y (en aquel tiempo) muchos (de tu pueblo) despertarán (o, serán separados) de entre los que duermen en el polvo de la tierra. 

    Éstos (que se despiertan) serán para vida eterna, pero aquéllos (los que no despiertan en este tiempo) serán para vergüenza y confusión eterna». Así, en realidad, en Daniel se enseña la resurrección de una de las dos clases a que pertenece el pueblo de Israel en aquel tiempo (Dn. 12:1). 

    Daniel 12:1

    Dones espirituales

    1 No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales.

    Para una consideración plena de la redacción de este pasaje y de su relación con el marco escatológico del AT y del NT, cfr. N. West, op. cit., PP. 265-268. (Véase MUERTE.) 

    Bibliografía: 

    Chafer, L. S.: «Teología Sistemática» (Publicaciones Españolas, Dalton, 1974); 

    Green, M.: «¡Jesucristo vive hoy!» (Ed. Certeza, Buenos Aires, 1976); 

    Lacueva, F.: «Escatología II» (Clíe, Terrassa, 1983); 

    Ladd, E.: «Creo en la resurrección de Jesús» (Caribe, Miami, 1977); 

    McDowell, J.: «Evidencia que exige un veredicto» (Vida, Miami, 1982); 

    Morris, H. M.: «Many Infallible Proofs» (CLP, San Diego, Calif., 1974); 

    Morrison, F.: «¿Quién movió la piedra?» (Ed. Caribe, Miami, 1977); 

    Pentecost, J. D.: «Eventos del Porvenir» (Ed. Libertador, Maracaibo, 1977); 

    Sherlock, T.: «Proceso a la resurrección de Cristo» (Clíe, Terrassa, 1981); 

    Stott, J. R. W.: «Cristianismo básico» (Ed. Certeza, Buenos Aires, 1977); 

    West, N.: «The Thousand Years in Both Testaments» (Kregel Pub., Grand Rapids, reimpr. s/f edición 1889).

    VÉASE: Milenio , Jesucristo , Muerte
  • DICCIONARIO
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  • Resurrección
    Es el principio fundamental de los tratos de Dios en gracia hacia el hombre, por cuanto el hombre está bajo sentencia de muerte, y en la muerte misma, debido al pecado (cfr. Ef. 2:1, 4-6; Col. 3:1-4, etc.). 

    Efesios 2:1, 4-6 

    Salvos por gracia

    1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,

    4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

    5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

    6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

    Colosenses 3:1-4

    1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

    2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

    3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

    4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

    La expresión «la resurrección general» se halla en obras de teología, y hay una creencia general de que todos los muertos serán levantados simultáneamente. 

    Sin embargo, esta idea no se halla en las Escrituras. El Señor habla de «resurrección para vida» (Jn. 5:29). 

    Juan 5:29

    29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

    El orden de la resurrección definitiva, dejando a un lado las resurrecciones «temporales» con que Dios manifestó su poder, es: «Cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin...» (1 Co. 15:23-24). 

    1 Corintios 15:23-24

    23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

    24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.

    Este «fin» es evidentemente el levantamiento de los malvados a juicio, o, en otras palabras, «a resurrección de condenación» (Jn. 5:29). 

    Juan 5:29

    29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

    En Ap. 20:4-5 se ve una estrecha correspondencia con el pasaje de 1 Co. 15:23-24; en ambos se aprecia, con la frase clave «cada uno en su debido orden», cómo se interpone el reinado milenial de Cristo (véase MILENIO) entre la resurrección de los Suyos y la resurrección de condenación, o «el fin». 

    Apocalipsis 20:4-5

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    1 Corintios 15:23-24

    23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

    24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.

    Así, siguiendo el orden de resurrecciones establecido en las Escrituras, se pueden considerar, sucesivamente: 

    (a) La resurrección del Señor Jesucristo. El retomo de Cristo a una vida corporal glorificada, tres días después de su muerte, constituye, junto con la cruz, la base misma del Evangelio (1 Co. 15:3-4). 

    1 Corintios 15:3-4

    3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;

    4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;

    Sin este hecho glorioso, la fe del cristiano sería totalmente vana (1 Co. 14:14-19). 

    1 Corintios 14:14-19

    14 Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.

    15 ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.

    16 Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho.

    17 Porque tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado.

    18 Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros;

    19 pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.

    La resurrección del Mesías está ya anunciada en el AT (Lc. 24:44-46; Gn. 22:2-5; cfr. He. 11:19; Nm. 17:1-11; cfr. Ro. 1:4; Is. 53:10-12; Mt. 12:39-40; Sal. 16:9-10; 110:1; cfr. Hch. 2:29-36). 

    Lucas 24:44-46 

    44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

    45 Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras;

    46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;

    Génesis 22:2-5 

    2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

    3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.

    4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos.

    5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.

    Hebreos 11:19 

    19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

    Números 17:1-11

    La vara de Aarón florece

    1 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo:

    2 Habla a los hijos de Israel, y toma de ellos una vara por cada casa de los padres, de todos los príncipes de ellos, doce varas conforme a las casas de sus padres; y escribirás el nombre de cada uno sobre su vara.

    3 Y escribirás el nombre de Aarón sobre la vara de Leví; porque cada jefe de familia de sus padres tendrá una vara.

    4 Y las pondrás en el tabernáculo de reunión delante del testimonio, donde yo me manifestaré a vosotros.

    5 Y florecerá la vara del varón que yo escoja, y haré cesar de delante de mí las quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra vosotros.

    6 Y Moisés habló a los hijos de Israel, y todos los príncipes de ellos le dieron varas; cada príncipe por las casas de sus padres una vara, en total doce varas; y la vara de Aarón estaba entre las varas de ellos.

    7 Y Moisés puso las varas delante de Jehová en el tabernáculo del testimonio.

    8 Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras.

    9 Entonces sacó Moisés todas las varas de delante de Jehová a todos los hijos de Israel; y ellos lo vieron, y tomaron cada uno su vara.

    10 Y Jehová dijo a Moisés: Vuelve la vara de Aarón delante del testimonio, para que se guarde por señal a los hijos rebeldes; y harás cesar sus quejas de delante de mí, para que no mueran.

    11 E hizo Moisés como le mandó Jehová, así lo hizo.

    Romanos 1:4 

    4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,

    Isaías 53:10-12 

    10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

    11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

    12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

    Mateo 12:39-40 

    39 El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.

    40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

    Salmos 16:9-10 

    9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;

    10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.

    Salmos 110:1 

    Jehová da dominio al rey

    1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

    Hechos 2:29-36

    29 Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.

    30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono,

    31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.

    32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

    33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

    34 Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,

    35 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

    36 Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

    El mismo Jesús había advertido a sus discípulos de ello (Mt. 16:21; 17:22-23; 20:19; Jn. 2:18-22; Mr. 9:9-10). 

    Mateo 16:21 

    Jesús anuncia su muerte

    21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.

    Mateo 17:22-23 

    Jesús anuncia otra vez su muerte

    22 Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres,

    23 y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera.

    Mateo 20:19 

    19 y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen; mas al tercer día resucitará.

    Juan 2:18-22 

    18 Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto?

    19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

    20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?

    21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo.

    22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.

    Marcos 9:9-10

    9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos.

    10 Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos.

    Después de que Su muerte hubiera sido debidamente constatada y que las autoridades hubieran tomado todas las precauciones para evitar toda superchería, el hecho de la resurrección ha quedado demostrado con pruebas indudables. 

    Los testimonios son numerosos y concordantes: las mujeres, María Magdalena; los discípulos, Pedro, Juan, Santiago, Tomás; los guardias, los ancianos, los discípulos de Emaús, los quinientos hermanos mencionados en 1 Co. 15:6, los once apóstoles, Saulo de Tarso (cfr. los Evangelios, Hch. 10:40-41; 1 Co. 15:5- 8). 

    1 Corintios 15:6

    6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.

    Hechos 10:40-41 

    40 A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase;

    41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.

    1 Corintios 15:5-8

    5 y que apareció a Cefas, y después a los doce.

    6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.

    7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles;

    8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.

    Los discípulos, bien lejos de inventarse apariciones imaginarias, fueron difícilmente persuadidos de un hecho tan extraordinario. 

    El Señor Jesús tuvo que reprocharles vivamente su incredulidad y dureza de corazón (Mr. 16:13-14; Lc. 24:22-25, 37-39), y les dio unas pruebas tales que finalmente quedaron totalmente persuadidos. 

    Marcos 16:13-14 

    13 Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron.

    Jesús comisiona a los apóstoles

    14 Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.

    Lucas 24:22-25, 37-39

    22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro;

    23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive.

    24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.

    25 Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!

    37 Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu.

    38 Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?

    39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.

    Su fe consiguiente los transformó y los capacitó para ir hasta el mismo martirio por su Señor resucitado. 

    Por otra parte, el sepulcro había quedado vacío, y los mismos enemigos de la naciente Iglesia, que tenían en sus manos todos los resortes del poder, no pudieron jamás presentar el cadáver del Crucificado. Después de los cuarenta días transcurridos con Sus apóstoles, el Señor los dejó, y glorificado en las alturas les envió el Espíritu Santo (Hch. 1:3-9). 

    Hechos 1:3-9

    3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.

    4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.

    5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

    La ascensión

    6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?

    7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;

    8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

    9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.

    Desde entonces, los discípulos vinieron a ser, en todo lugar, testigos de la resurrección (Hch. 1:22; 2:32; 3:15; 4:10, 33; 5:31-32; 10:40-42; 13:30-37; 25:19, etc.). 

    Hechos 1:22 

    22 comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección.

    Hechos 2:32 

    32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

    Hechos 3:15 

    15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.

    Hechos 4:10, 33 

    10 sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.

    33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.

    Hechos 5:31-32 

    31 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.

    32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.

    Hechos 10:40-42 

    40 A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase;

    41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.

    42 Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.

    Hechos 13:30-37 

    30 Mas Dios le levantó de los muertos.

    31 Y él se apareció durante muchos días a los que habían subido juntamente con él de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son sus testigos ante el pueblo.

    32 Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres,

    33 la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.

    34 Y en cuanto a que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, lo dijo así: Os daré las misericordias fieles de David.

    35 Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción.

    36 Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción.

    37 Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción.

    Hechos 25:19

    19 sino que tenían contra él ciertas cuestiones acerca de su religión, y de un cierto Jesús, ya muerto, el que Pablo afirmaba estar vivo.

    Consecuencias de la resurrección: 

    (A) Para el mismo Jesucristo: Él ha sido declarado Hijo de Dios con poder (Ro. 1:4); le ha sido dado todo poder en los cielos y en la tierra (Mt. 28:18); desde entonces está sentado a la diestra de Dios, coronado de gloria y de honra (Hch. 2:32-34; He. 2:9), esperando el momento de Su venida para establecer Su reino (Hch. 17:31). 

    Romanos 1:4

    4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,

    Mateo 28:18

    18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

    Hechos 2:32-34 

    32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

    33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

    34 Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,

    Hebreos 2:9

    9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

    Hechos 17:31

    31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.

    (B) Para los creyentes: la resurrección hace posible nuestra salvación (Ro. 4:25). 

    Romanos 4:25

    25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

    El Cristo viviente intercede por nosotros y nos da plena salvación (He. 7:23-25; 1 P. 3:21). 

    Hebreos 7:23-25 

    23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar;

    24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;

    25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

    1 Pedro 3:21

    21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,

    Cristo, el último Adán, crea una nueva humanidad, de la que el creyente viene a formar parte (1 Co. 15:45-49). 

    1 Corintios 15:45-49

    45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

    46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

    47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.

    48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.

    49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

    Él es las primicias de los muertos, y Su resurrección es la firme garantía de la del creyente. Él es la resurrección y la vida; ciertamente, ha resucitado (1 Co. 15:20-23; Jn. 11:25-26). (Véase JESUCRISTO.) 

    1 Corintios 15:20-23 

    20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.

    21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.

    22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

    23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

    Juan 11:25-26

    25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

    26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

    (b) La resurrección de los creyentes. Éste es un artículo fundamental de la fe cristiana, y la Biblia la muestra de una manera multiforme. 

    Aunque se afirma con frecuencia que en el AT no se halla mencionada de una manera explícita, contiene, sin embargo, alusiones directas a ella, y claras profecías. Hay los relatos de tres resurrecciones que demuestran que el poder de Dios triunfa sobre la muerte (1 R. 17:21; 2 R. 4:34; 13:21). 

    1 Reyes 17:21 

    21 Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él.

    2 Reyes 4:34 

    34 Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor.

    2 Reyes 13:21

    21 Y aconteció que al sepultar unos a un hombre, súbitamente vieron una banda armada, y arrojaron el cadáver en el sepulcro de Eliseo; y cuando llegó a tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y se levantó sobre sus pies.

    Dos arrebatamientos demuestran que los amados del Señor pueden escapar a la tumba (Gn. 5:24; 2 R. 2:11). 

    Génesis 5:24 

    24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

    2 Reyes 2:11

    11 Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.

    Tres tipos de la resurrección ya han sido mencionados en el apartado (a) anterior acerca de Jesucristo (Gn. 22:5, cfr. He. 11:19; Nm. 17:8; Mt. 12:39-40). 

    Génesis 22:5

    5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.

    Hebreos 11:19 

    19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

    Números 17:8 

    8 Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras.

    Mateo 12:39-40

    39 El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.

    40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

    Ezequiel da una visión imponente de una resurrección nacional. Aunque se trate de la resurrección de Israel como nación (Ez. 37:1-10, cfr. Ez. 37:11-14), no deja de ser notable que la imagen usada para ello es la de la resurrección. 

    Ezequiel 37:1-10 

    El valle de los huesos secos

    1 La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.

    2 Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.

    3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes.

    4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová.

    5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.

    6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

    7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.

    8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.

    9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.

    10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.

    Ezequiel 37:11-14

    11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos.

    12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel.

    13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío.

    14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

    Job proclama, en uno de los libros más antiguos de la Biblia, si no el que más, su fe en la resurrección basada en la vida de su Redentor (Jb. 19:23-27). 

    Job 19:23-27

    23 ¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas! ¡Quién diese que se escribiesen en un libro;

    24 Que con cincel de hierro y con plomo Fuesen esculpidas en piedra para siempre!

    25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo;

    26 Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios;

    27 Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.

    El salmista sabe que Dios lo sacará de la morada de los muertos (Sal. 49:15). 

    Salmos 49:15

    15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, Porque él me tomará consigo. Selah

    Isaías anuncia la victoria definitiva sobre la muerte (Is. 25:7-8). Si bien Is. 26:19 es entendido por algunos como refiriéndose a la resurrección nacional de Israel, otra vez se aplica la observación referente a Ezequiel: el hecho mismo de que se use la imagen de la resurrección es sumamente significativo. 

    Isaías 25:7-8

    7 Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones.

    8 Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.

    Isaías 26:19

    19 Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.

    Daniel habla claramente de dos tipos de resurrección (Dn. 12:2), y él recibe personalmente la certeza de que se levantará para recibir su heredad (Dn. 12:13). 

    Daniel 12:2

    2 Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.

    Daniel 12:13

    13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

    (Para una exégesis detallada de Dn. 12:2, véase apéndice al final de este artículo.) 

    Daniel 12:2

    2 Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.

    Finalmente, Oseas canta el triunfo sobre el sepulcro. Jesús mismo ve en Éx. 3:6, 15-16 una afirmación de la resurrección (Lc. 20:37-38). 

    Éxodo 3:6, 15-16

    6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

    15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.

    16 Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto;

    Lucas 20:37-38

    37 Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.

    38 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.

    En realidad, la idea de la resurrección subyace en todas las enseñanzas del AT. En el judaísmo del tiempo del Señor era aceptada como un artículo de la fe ortodoxa (cfr. Jn. 11:24), y el hecho de que los saduceos no creyeran en ella se presenta como una anomalía (Mt. 22:23; Hch. 23:6-8). 

    Juan 11:24

    24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.

    Mateo 22:23 

    23 Aquel día vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron,

    Hechos 23:6-8

    6 Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga.

    7 Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió.

    8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas.

    En el NT se hallan otros seis casos de resurrección (Lc. 7:13-16; 8:55; Jn. 11:44; Mt. 27:52-53; Hch .9:40; 20:9- 10). 

    Lucas 7:13-16 

    13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.

    14 Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.

    15 Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.

    16 Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.

    Lucas 8:55 

    55 Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer.

    Juan 11:44 

    44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.

    Mateo 27:52-53 

    52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;

    53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.

    Hechos 9:40 

    40 Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.

    Hechos 20:9-10

    9 y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto.

    10 Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo.

    Pero es evidente que cada una de estas personas devueltas a la vida volvió a morir, con la posible excepción de los mencionados en Mt. 27:52-53

    Mateo 27:52-53

    52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;

    53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.

    Sólo Cristo ha resucitado definitivamente, con la posible excepción de un puñado, después de Su resurrección, para prenda de Su obra futura. 

    En cuanto a nosotros, esperamos «una mejor resurrección» (He. 11:35). 

    Hebreos 11:35

    35 Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección;mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.

    Todos estos ejemplos y promesas constituyen una base para la revelación más plena de Pablo acerca de esta enseñanza. Manera en que operará la resurrección. 

    (A) Siguiendo la analogía de la naturaleza. En efecto, en ella podemos observar cómo a partir de la muerte surge la vida (cfr. Jn. 12:24), cómo la pequeña semilla es mucho más pequeña que la futura planta, cómo el Creador tiene la capacidad de suscitar una infinidad de diversos cuerpos (1 Co. 15:35-41). 

    Juan 12:24

    24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.

    1 Corintios 15:35-41

    35 Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?

    36 Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes.

    37 Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano;

    38 pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.

    39 No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves.

    40 Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.

    41 Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.

    (B) Según 1 Co. 15:42-44 el cuerpo nuevo será incorruptible, glorioso, lleno de poder, espiritual. 

    1 Corintios 15:42-44

    42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.

    43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.

    44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

    (C) De hecho, será a semejanza del de Cristo resucitado (1 Co. 15:45-49; Fil. 3:20-21). 

    1 Corintios 15:45-49 

    45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

    46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

    47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.

    48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.

    49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

    Filipenses 3:20-21

    20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

    21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

    Así como en el cuerpo terrenal la adecuación tenía su énfasis en el alma, siendo un cuerpo «animal», psíquico, en el cuerpo nuevo el acento se pone en su adecuación al espíritu (1 Co. 15:44-45). 

    1 Corintios 15:44-45

    44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

    45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

    Tiempo de la resurrección. Tendrá lugar a la venida de Cristo (1 Co. 15:23), en «el día postrero» (Jn. 6:39, 40, 44, 54), en el momento del arrebatamiento de la iglesia (1 Co. 15:51-53; 1 Ts. 4:13-18). 

    1 Corintios 15:23

    23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

    Juan 6:39, 40, 44, 54

    39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

    40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

    44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.

    54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

    1 Corintios 15:51-53 

    51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,

    52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

    53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.

    1 Tesalonicenses 4:13-18

    La venida del Señor

    13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

    14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

    15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.

    16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

    17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

    18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

    Los creyentes que en aquel momento vivan sobre la tierra no morirán: transformados en un abrir y cerrar de ojos, serán arrebatados a los aires al encuentro del Señor junto con los creyentes antes muertos y ahora resucitados. 

    Ésta será la gloriosa primera resurrección, en la que tendrán parte los mártires de la Gran Tribulación que serán llamados a la vida al comienzo de los mil años, junto con los santos del AT (ver apéndice a este artículo; cfr. Ap. 2:4-6). 

    Apocalipsis 2:4-6

    4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

    5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

    6 Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.

    Ya ahora el creyente ya tiene vida de resurrección, habiendo resucitado espiritualmente en su nuevo nacimiento (Jn. 5:24; Ro. 6:1, 4; Ef. 2:4-6; Col. 1:3-4); pero todavía tiene pendiente la adopción, la resurrección del cuerpo (Ro. 8:23). 

    Juan 5:24 

    24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

    Romanos 6:1, 4 

    Muertos al pecado

    1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?

    4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

    Efesios 2:4-6 

    4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

    5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

    6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

    Colosenses 1:3-4

    Pablo pide que Dios les conceda sabiduría espiritual

    3 Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,

    4 habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos,

    Romanos 8:23

    23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.

    Los que tendrán parte en esta resurrección son «los de Cristo» (1 Co. 15:22-23), aquellos que el Padre le ha dado (Jn. 6:39-44). 

    1 Corintios 15:22-23

    22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

    23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

    Juan 6:39-44

    39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

    40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

    41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.

    42 Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?

    43 Jesús respondió y les dijo:No murmuréis entre vosotros.

    44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.

    Pero no todos participarán de ella, porque no lo tienen a Él. Esta es la razón de que se hable de una «resurrección de entre los muertos» (Fil. 3:11; Mr. 9:9-10). 

    Filipenses 3:11 

    11 si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.

    Marcos 9:9-10

    9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos.

    10 Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos.

    Esta doctrina es notable no sólo por su plenitud y espiritualidad, sino también por lo alejada que está de las concepciones filosóficas surgidas al margen de la Revelación. 

    En efecto, es absolutamente distinta de la concepción griega que pretende que el alma es preexistente al cuerpo e inmortal para vivir eternamente independiente del cuerpo; la salvación, en estos sistemas, consiste en la liberación definitiva, desligada del cuerpo. Los maniqueos (herejes de los primeros siglos d.C.) establecían un antagonismo irreductible entre el cuerpo y el espíritu, siendo que el cuerpo material representaba al mal, y que el alma quedaba degradada por su unión con el cuerpo. 

    Frente a ello, las Escrituras enseñan que el cuerpo y el alma, creados ambos por Dios, son buenos en sí mismos, y destinados el uno para la otra, y para la inmortalidad (cfr. 1 Co. 6:15, 19). 

    1 Corintios 6:15, 19

    15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo.

    19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

    (c) La resurrección de los impíos. En las Escrituras se enseña claramente que habrá dos resurrecciones: la de los creyentes, para vida eterna, y la de aquellos que no se han acogido al Salvador, para juicio y confusión eterna (Dn. 12:2; Jn. 5:28-29; Hch. 24:15; Ap. 20:4-5). 

    Daniel 12:2 

    2 Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.

    Juan 5:28-29 

    28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;

    29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

    Hechos 24:15 

    15 teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos.

    Apocalipsis 20:4-5

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    La primera resurrección tiene lugar antes del comienzo del Milenio, y la otra inmediatamente después, par a dar lugar al Juicio Final (Ap. 20:5, 12-13). 

    Apocalipsis 20:5, 12-13

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

    13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

    De estos textos se desprende que en este momento resucitarán los injustos, los que han vivido el mal, los que no pertenecen a Cristo, y que no han sido tenidos por dignos de tomar parte en la primera resurrección; los que, al no haber sido salvos por la fe en la obra redentora de Cristo, serán juzgados por sus obras. ¡Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección! (Ap. 20:6). 

    Apocalipsis 20:6

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    (d) Apéndice: exégesis de Dn. 12:2

    Daniel 12:2

    2 Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.

    Es preciso señalar que la traducción comúnmente dada en diversas versiones no es correcta. 

    En la Reina-Valera se traduce así: «Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua». 

    De este pasaje se puede sacar la impresión de que habrá una resurrección simultánea de ambos grupos. Pero en esta traducción el lenguaje es incoherente. Se afirma que «muchos» serán despertados, y parece que se refiere a «muchos» de dos grupos, pero evidentemente no todos. 

    En realidad, como muestra N. West en su obra «The Thousand Years in Both Testaments», la traducción correcta del pasaje, en relación con el contexto, es: «Y (en aquel tiempo) muchos (de tu pueblo) despertarán (o, serán separados) de entre los que duermen en el polvo de la tierra. 

    Éstos (que se despiertan) serán para vida eterna, pero aquéllos (los que no despiertan en este tiempo) serán para vergüenza y confusión eterna». Así, en realidad, en Daniel se enseña la resurrección de una de las dos clases a que pertenece el pueblo de Israel en aquel tiempo (Dn. 12:1). 

    Daniel 12:1

    Dones espirituales

    1 No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales.

    Para una consideración plena de la redacción de este pasaje y de su relación con el marco escatológico del AT y del NT, cfr. N. West, op. cit., PP. 265-268. (Véase MUERTE.) 

    Bibliografía: 

    Chafer, L. S.: «Teología Sistemática» (Publicaciones Españolas, Dalton, 1974); 

    Green, M.: «¡Jesucristo vive hoy!» (Ed. Certeza, Buenos Aires, 1976); 

    Lacueva, F.: «Escatología II» (Clíe, Terrassa, 1983); 

    Ladd, E.: «Creo en la resurrección de Jesús» (Caribe, Miami, 1977); 

    McDowell, J.: «Evidencia que exige un veredicto» (Vida, Miami, 1982); 

    Morris, H. M.: «Many Infallible Proofs» (CLP, San Diego, Calif., 1974); 

    Morrison, F.: «¿Quién movió la piedra?» (Ed. Caribe, Miami, 1977); 

    Pentecost, J. D.: «Eventos del Porvenir» (Ed. Libertador, Maracaibo, 1977); 

    Sherlock, T.: «Proceso a la resurrección de Cristo» (Clíe, Terrassa, 1981); 

    Stott, J. R. W.: «Cristianismo básico» (Ed. Certeza, Buenos Aires, 1977); 

    West, N.: «The Thousand Years in Both Testaments» (Kregel Pub., Grand Rapids, reimpr. s/f edición 1889).

    VÉASE:
    Milenio , Jesucristo , Muerte
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