Diccionario
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  • Espíritu Santo (I)
    La tercera persona de la Trinidad. 

    (A) Nombres. 

    Principalmente se le llama: el Espíritu de Jehová, el Espíritu del Señor, el Espíritu del Padre, el Espíritu de Jesús (Gn. 6:3; Is. 11:2; 61:1; Mt. 10:20; Hch. 16:18, etc.). 

    Génesis 6:3 

    3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.

    Isaías 11:2 

    2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.

    Isaías 61:1 

    Buenas nuevas de salvación para Sion

    1 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;

    Mateo 10:20 

    20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

    Hechos 16:18

    18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.

    Es el Espíritu de verdad, de vida, de fe, de amor, de poder, de sabiduría, de gracia, de gloria (Jn. 14:17; Ro. 8:2; 2 Co. 4:13; 2 Ti. 1:7; He. 10:29; 1 P. 4:14), etc. 

    Juan 14:17 

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    Romanos 8:2 

    2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

    2 Corintios 4:13 

    13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,

    2 Timoteo 1:7 

    7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

    Hebreos 10:29 

    29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?

    1 Pedro 4:14

    14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.

    (B) Personalidad. 

    El Espíritu no es un mero poder ni una expresión figurada de la energía divina, como lo pretenden, por ejemplo, los antitrinitarios. 

    La Escritura le atribuye una personalidad distintiva, como también sucede con el Padre y con el Hijo (Mt. 3:16, 17; 28:19; Jn. 14:16, 17; 15:26). 

    Mateo 3:16, 17 

    16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.

    17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

    Mateo 28:19 

    19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

    Juan 14:16, 17 

    16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    Juan 15:26

    26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

    Siempre se emplea en relación con el pronombre personal masculino a pesar de que en gr. el término «Espíritu» sea neutro (Jn. 16:13, 14; Hch. 13:2). 

    Juan 16:13, 14 

    13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

    14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

    Hechos 13:2

    2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.

    El Espíritu piensa, conoce el lenguaje, tiene voluntad (Ro. 8:27; 1 Co. 2:10-13; 12:11). 

    Romanos 8:27 

    27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

    1 Corintios 2:10-13 

    10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

    11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

    12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,

    13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.

    1 Corintios 12:11

    11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

    Se le puede tratar como una persona: se le puede mentir, se le puede probar, se le puede resistir, se le puede contristar, se le puede afrentar (Hch. 5:3, 9; 7:51; Ef. 4:30; He. 10:29). 

    Hechos 5:3, 9 

    3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?

    9 Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.

    Hechos 7:51 

    51 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.

    Efesios 4:30 

    30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

    Hebreos 10:29

    29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?

    Por otra parte también enseña, testifica, convence, conduce, entiende, habla, anuncia (Jn. 14:26; 15:26; 16:8, 13). 

    Juan 14:26 

    26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

    Juan 15:26 

    26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

    Juan 16:8, 13

    8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

    13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

    (C) Divinidad. 

    Los textos que hablan de la personalidad del Espíritu afirman también generalmente su divinidad. 

    Posee los atributos divinos: omnisciencia, omnipresencia, omnipotencia, eternidad (1 Co. 2:10, 11; Sal. 139:7; Zac. 4:6; He. 9:14). 

    1 Corintios 2:10, 11 

    10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

    11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

    Salmos 139:7 

    7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?

    Zacarías 4:6 

    6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.

    Hebreos 9:14

    14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

    Es identificado con Dios, con el Señor (Hch. 5:3, 4). 

    Hechos 5:3, 4

    3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?

    4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

    Es la blasfemia contra el Espíritu Santo la que no tiene perdón (Mt. 12:31, 32). 

    Mateo 12:31, 32

    31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.

    32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

    (D) El Espíritu Santo en el AT. 

    Obra en la creación (Gn. 1:2). 

    Génesis 1:2

    2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

    Es Él quien da aliento al hombre y a los animales (Gn. 2:7; 6:3; Jb. 33:4; Sal. 104:29, 30). 

    Génesis 2:7 

    7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

    Génesis 6:3 

    3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.

    Job 33:4 

    4 El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida.

    Salmos 104:29, 30

    29 Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo.

    30 Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.

    Esta en medio del pueblo de Dios (Is. 63:11). 

    Isaías 63:11

    11 Pero se acordó de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿dónde el que puso en medio de él su santo espíritu,

    Capacita a ciertos hombres de cara a una tarea especial (Éx. 31:3; Jue. 6:34; 11:29; 1 S. 16:13). 

    Éxodo 31:3 

    3 y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte,

    Jueces 6:34 

    34 Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.

    Jueces 11:29 

    29 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.

    1 Samuel 16:13

    13 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.

    Pero no es dado a todos y puede ser retirado (Jue. 13:25; 16:20; 1 S. 10:10; 16:14). 

    Jueces 13:25 

    25 Y el Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.

    Jueces 16:20 

    20 Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él.

    1 Samuel 10:10 

    10 Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos.

    1 Samuel 16:14

    David toca para Saúl

    14 El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová.

    Así se explica la oración de David: «No quites de mí tu santo Espíritu» (Sal. 51:11). 

    Salmos 51:11

    11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.

    Los profetas anuncian claramente cuál va a ser su obra en el Nuevo Pacto: será derramado sobre todo Israel, y sobre toda carne, será dado para siempre, morará en el corazón del hombre, que regenerará y santificará (Is. 44:3; 59:21; JI. 2:28-29; Ez. 36:26-27; Jer. 31:33). 

    Isaías 44:3 

    3 Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;

    Isaías 59:21 

    21 Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.

    Joel 2:28-29 

    Derramamiento del Espíritu de Dios

    28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.

    Ezequiel 36:26-27 

    26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

    27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

    Jeremías 31:33

    33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

    (E) La obra del Espíritu Santo en Jesucristo. 

    El Señor fue asistido por el Espíritu a lo largo de toda su carrera aquí en la tierra. Por el Espíritu, fue concebido, ungido, sellado, llenado, revestido de poder, conducido, ofrecido en sacrificio, resucitado (Lc. 1:35; 4:18; Jn. 6:27; Lc. 4:1-2,14; He. 9:14; Ro. 8:11). 

    Lucas 1:35 

    35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

    Lucas 4:18 

    18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;

    Juan 6:27 

    27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

    Lucas 4:1-2,14 

    Tentación de Jesús

    1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto

    2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.

    Jesús principia su ministerio

    14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.

    Hebreos 9:14 

    14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

    Romanos 8:11

    11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

    Si el Hijo del Dios viviente no pudo pasar ni un solo día sin la asistencia del Espíritu, ¡cuánto más no lo necesitaremos nosotros! 

    (F) Convicción de pecado. 

    Según el Señor Jesús, la primera obra del Espíritu en el hombre es la de convencerle de pecado (Jn. 16:8, 11). 

    Juan 16:8, 11

    8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

    11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

    Sin esta convicción, nadie puede sentir la necesidad de un Salvador; y el pecado que el Espíritu destaca es precisamente el de no haber creído todavía en Cristo. 

    En efecto, los hombres están perdidos no por ser pecadores, sino porque siendo pecadores no reciben al Salvador (Jn. 3:18, 36). 

    Juan 3:18, 36

    18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

    36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

    La blasfemia contra el Espíritu Santo es la atribución de las obras y testimonio del Espíritu Santo a Satanás con contumacia, cuando es innegable y totalmente evidente que la obra de testimonio es de Dios. 

    Es este estado en el que el hombre se cierra ante toda la luz posible, ante la misma manifestación plena del poder de Dios en gracia, la Palabra se manifiesta de un modo inexorable (Mt. 12:31-32; Lc. 12:10; Jn. 12:37-40). 

    Mateo 12:31-32 

    31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.

    32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

    Lucas 12:10 

    10 A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.

    Juan 12:37-40

    37 Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él;

    38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?

    39 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías:

    40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan y yo los sane.

    Este pecado involucra un corazón lleno de odio hacia la verdad y hacia la luz de Dios, y lleva a la perdición, por cuanto encierra al hombre en una actitud totalmente aberrante en contra de Dios y de su testimonio. Se hace así absolutamente incapaz e indispuesto a creer. 

    Entonces se hace imposible el arrepentimiento y el perdón (Mr. 3:29; He. 10:26-27). 

    Marcos 3:29 

    29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.

    Hebreos 10:26-27

    Advertencia al que peca deliberadamente

    26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,

    27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.

    Es un estado irreversible, en el que se da un endurecimiento judicial (cp. el caso de Faraón, endurecido por Dios). Por otra parte, el caso de la persona que anhele ir a Jesús, pero que esté atormentada por la idea de que ha cometido el pecado imperdonable, es totalmente distinto. 

    Su angustia y deseo de ir a Jesús para recibir su perdón constituyen evidencia clara de que no lo han cometido. 

    Las personas encerradas en el castillo de la angustia tienen a su disposición la llave de la promesa en Jn. 6:37

    Juan 6:37

    37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.

    El texto recibe su plena fuerza del original en la versión Reina-Valera revisión 1977: «Al que a mí viene, de ningún modo le echaré fuera.» 

    (G) Regeneración y bautismo del Espíritu Santo. (Ver también REGENERACIÓN Y BAUTISMO). 

    La regeneración o nuevo nacimiento es la resurrección espiritual que opera el Espíritu en el corazón del pecador en el momento de la conversión (Jn. 3:5-8). 

    Juan 3:5-8

    5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

    6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

    7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

    8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

    Es el Espíritu el que vivifica (Jn. 6:63) y que nos trae a una nueva vida (Gá. 5:25). 

    Juan 6:63

    63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

    Gálatas 5:25

    25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

    El bautismo del Espíritu, prometido por Juan el Bautista y Jesús (Mt. 3:11; Mr. 1:8; Lc. 3:16; Jn. 1:33; Hch. 1:4-5), es el acto por el que Dios nos hace, a partir de entonces, miembros del cuerpo de Cristo. 

    Mateo 3:11 

    11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

    Marcos 1:8 

    8 Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo.

    Lucas 3:16 

    16 respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

    Juan 1:33 

    33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.

    Hechos 1:4-5

    4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.

    5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

    El Espíritu toma al pecador arrepentido, y lo inmerge en Cristo; une, a partir de entonces, la cabeza con los otros miembros del cuerpo (1 Co. 12:13). 

    1 Corintios 12:13

    13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

    Este bautismo lo reciben todos los creyentes; Pablo afirma que es ya un hecho cumplido para el creyente («por un Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo»). 

    Esto es cierto incluso de aquellos en Corinto que eran aún carnales (1 Co. 3:1-3; cp. 1 Co. 6:19). 

    1 Corintios 3:1-3 

    Colaboradores de Dios

    1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.

    2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,

    3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?

    1 Corintios 6:19

    19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

    En Hechos, la expresión «bautizar con el Espíritu Santo» aparece solamente dos veces: con ocasión de Pentecostés, cuando los 120 discípulos fueron hechos miembros del cuerpo de Cristo, que el Espíritu formó a partir de aquel momento (Hch. 1:5; 2:1-4), y con respecto a la experiencia de los gentiles en casa de Cornelio, que fueron también unidos al cuerpo de Cristo en el momento de su conversión (Hch. 11:15-16). 

    Hechos 1:5 

    5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

    Hechos 2:1-4

    La venida del Espíritu Santo

    1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.

    2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;

    3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

    4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

    Hechos 11:15-16

    15 Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.

    16 Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.

    Otros pasajes presentan el bautismo como siendo la operación por la cual Dios nos inmerge en la muerte de Cristo para resucitarnos con Él, quedando «revestidos de Cristo» (Ro. 6:3-4; Gá. 3:27; Col. 2:12; Tit. 3:5). 

    Romanos 6:3-4 

    3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?

    4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

    Gálatas 3:27 

    27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.

    Colosenses 2:12 

    12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

    Tito 3:5

    5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

    El bautismo en cuestión es evidentemente el bautismo del Espíritu Santo, del que el bautismo de agua es el símbolo y testimonio. 

    (H) Don y recepción del Espíritu. 

    El Espíritu Santo es prometido a todos los creyentes (Hch. 2:38), a los que lo pidan (Lc. 11:13), y que obedezcan a Dios (Hch. 5:32). 

    Hechos 2:38

    38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

    Lucas 11:13

    13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

    Hechos 5:32

    32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.

    Es un «don» (Hch. 2:38; 5:32; 8:20; 10:45; 11:17; 15:8), que se recibe por la fe (Jn. 7:39; Ef. 1:13; 3:16-17; Gá. 3:2, 5, 13-14; 4:4-7). 

    Hechos 2:38 

    38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

    Hechos 5:32 

    32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.

    Hechos 8:20 

    20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.

    Hechos 10:45 

    45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.

    Hechos 11:17 

    17 Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?

    Hechos 15:8

    8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;

    Juan 7:39 

    39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

    Efesios 1:13 

    13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

    Efesios 3:16-17 

    16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;

    17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,

    Gálatas 3:2, 5, 13-14 

    2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?

    5 Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?

    13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),

    14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

    Gálatas 4:4-7

    4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,

    5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

    6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

    7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

    Antes de Pentecostés, los discípulos tuvieron que esperar el descenso del Espíritu (Hch. 1:4), lo que ahora ya no es necesario (Hch. 2:17-18). 

    Hechos 1:4

    4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.

    Hechos 2:17-18

    17 Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños;

    18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

    Los samaritanos, que eran medio paganos, tuvieron necesidad de la intervención especial de los apóstoles para recibir el Espíritu (Hch. 8:12, 15-17); sin embargo, Cornelio y sus amigos (que estaban en nuestra misma situación como procedentes de la gentilidad) recibieron el Espíritu Santo por la sola fe, al oír lo que Pedro decía, sin la previa imposición de manos ni un anterior bautismo con agua (Hch. 10:43-48). 

    Hechos 8:12, 15-17

    12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.

    15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo;

    16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.

    17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.

    Hechos 10:43-48

    43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

    44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso.

    45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.

    46 Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.

    47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?

    48 Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.

    Los doce discípulos de Éfeso eran solamente discípulos de Juan, no de Jesús; una vez aceptaron al Salvador, recibieron el Espíritu (Hch. 19:2-6). 

    Hechos 19:2-6

    2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.

    3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.

    4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.

    5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.

    6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.

    «Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él» (Ro. 8:9). 

    Romanos 8:9

    9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

    Todo el que tenga en claro este punto de capital importancia no carecerá del testimonio interior del Espíritu (Ro. 8:15-16). 

    Romanos 8:15-16

    15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

    16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

    (I) Plenitud del Espíritu. 

    El Espíritu mora en el corazón del creyente (Jn. 14:16-17, 23; 1 Co. 6:19; Ro. 8:9, 11; 2 Ti. 1:14; 1 Jn. 4:4, 13; Stg. 4:5). 

    Juan 14:16-17, 23 

    16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

    1 Corintios 6:19 

    19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

    Romanos 8:9, 11 

    9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

    11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

    2 Timoteo 1:14 

    14 Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.

    1 Juan 4:4, 13 

    4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

    13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.

    Santiago 4:5

    5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?

    Su deseo es el comunicarnos la vida y el poder del Señor (Hch. 1:8; Lc. 4:14, etc.). 

    Hechos 1:8 

    8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

    Lucas 4:14

    Jesús principia su ministerio

    14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.

    Podemos contristar al Espíritu Santo al resistirle, al entregarnos al pecado (Ef. 4:30; cp. 1 Ts. 5:19; Hch. 7:51). 

    Efesios 4:30

    30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

    1 Tesalonicenses 5:19 

    19 No apaguéis al Espíritu.

    Hechos 7:51

    51 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.

    El Espíritu, que mora en nosotros eternamente, no nos abandona (Jn. 14:16); pero deja de manifestar su poder, y nos comunica su tristeza y nos convence de pecado. ¿Qué se ha de hacer en tal situación? 

    Juan 14:16

    16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

    (I) Siguiendo 1 Jn. 1:7-9, confesar nuestro pecado, creyendo que la sangre de Cristo nos limpia. 

    1 Juan 1:7-9

    7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

    8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

    9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

    (II) Volver a buscar la plenitud del Espíritu ordenada por Ef. 5:18

    Efesios 5:18

    18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,

    Esta debería ser la experiencia normal de todos los creyentes, como lo fue en los primeros cristianos: puntales de la iglesia, diáconos, recién convertidos (Hch. 2:4; 4:4, 31; 6:3; 7:55; 9:17; 13:9, 52). 

    Hechos 2:4 

    4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

    Hechos 4:4, 31 

    4 Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil.

    31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

    Hechos 6:3 

    3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.

    Hechos 7:55 

    55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,

    Hechos 9:17 

    17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.

    Hechos 13:9, 52

    9 Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos,

    52 Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.

    Esta plenitud se obtiene mediante la fe, al «beber» el agua viva del Espíritu (Jn. 7:37-39). 

    Juan 7:37-39

    Ríos de agua viva

    37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

    38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

    39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

    No es ésta la experiencia de un instante, sino que tiene que ser renovada cada día, ante cada necesidad, hasta que llegue el momento de nuestra transformación completa a imagen de Dios en su presencia (Ef. 3:16-21). 

    Efesios 3:16-21

    16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;

    17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,

    18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,

    19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

    20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,

    21 a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.

    Muchos creyentes, al abandonar su primer amor (Ap. 2:4), han perdido precisamente esta plenitud que hacía rebosar su corazón en el momento de su conversión. 

    Apocalipsis 2:4

    4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

    Para volver a hallarla, debe arrepentiste de su desvío, recibiendo el perdón que Dios ofrece y volver a beber de la fuente inagotable de la gracia (Jn. 4:13-14; 10:10), al andar no según la carne sino según el Espíritu para la gloria de Dios (Gá. 5:16-25). (Véase SANTIFICACIÓN). 

    Juan 4:13-14 

    13 Respondió Jesús y le dijo:Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;

    14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

    Juan 10:10

    10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

    Gálatas 5:16-25

    Las obras de la carne y el fruto del Espíritu

    16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.

    17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

    18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

    19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,

    20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,

    21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

    22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

    23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

    24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

    25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

    (J) Unción y dones del Espíritu. 

    Habiendo venido a ser reyes y sacerdotes con Cristo, los creyentes han recibido, todos ellos, la unción del Espíritu (Ap. 1:6; 2 Co. 1:21; 1 Jn. 2:20, 27). 

    Apocalipsis 1:6 

    6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.

    2 Corintios 1:21 

    21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,

    1 Juan 2:20, 27

    20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.

    27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.

    Un don del Espíritu (o don espiritual) es la calificación sobrenatural acordada a cada creyente, con vistas al servicio que cada uno tiene que llevar a cabo en el seno del cuerpo de Cristo (1 Co. 12:27; cp. 12:11). 

    1 Corintios 12:27

    27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.

    1 Corintios 12:11

    11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

    Pablo enumera una cantidad de estos dones: sabiduría, conocimiento (1 Co. 12:8), fe, sanidad (1 Co. 12:9), milagros, profecía, discernimiento de los espíritus, lenguas, interpretación (1 Co. 12:10), don de ser apóstol, de enseñar, de ayudas, de gobiernos (1 Co. 12: 28); de evangelista, de pastor (Ef. 4:11); de ejercer liberalidad (Ro. 12:8). 

    1 Corintios 12:8

    8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;

    1 Corintios 12:9

    9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.

    1 Corintios 12:10

    10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.

    1 Corintios 12:28

    28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.

    Efesios 4:11

    11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,

    Romanos 12:8

    8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

    No se dice que esta enumeración sea exhaustiva. Sea cual sea la tarea, Dios dará la capacidad necesaria. ¿Quién escoge el don que nosotros debemos recibir? Dios mismo, como Él quiere (1 Co. 12:11, 18). 

    1 Corintios 12:11, 18

    11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

    18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.

    Él da a cada uno (1 Co. 12:6-7, 11, 27) un don diferente (1 Co. 12:8-10, 29-30; Ro. 12:4-6). 

    1 Corintios 12:6-7, 11, 27

    6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

    7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.

    11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

    27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.

    1 Corintios 12:8-10, 29-30 

    8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;

    9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.

    10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.

    29 ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros?

    30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?

    Romanos 12:4-6

    4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,

    5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.

    6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;

    Así, es un error decir que todos deberían hablar en lenguas como señal de su bautismo del Espíritu (cp. 1 Co. 12:10, 13, 30). (Véase LENGUAS [DON DE]). 

    1 Corintios 12:10, 13, 30

    10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.

    13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

    30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?

    Se debe señalar que cada uno de los dones enumerados es sobrenatural, y no únicamente los tres dones de milagros, sanidades y lenguas. Dios es también soberano en cuanto a la época en la que otorga ciertos dones. Los otorgó en profusión en la época en que se tenía que acreditar el Evangelio y el Nuevo Pacto (He. 2:4), con señales externas jamás renovadas (Hch. 2:1-3; 4:31). 

    Hebreos 2:4

    4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.

    Hechos 2:1-3 

    La venida del Espíritu Santo

    1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.

    2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;

    3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

    Hechos 4:31

    31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

    Naturalmente, en la actualidad Dios puede manifestar su poder según su voluntad; de hecho, la mayor parte de los dones (sabiduría, conocimiento, fe, evangelistas, pastores, doctores, gobiernos, ayudas, liberalidad) no han dejado nunca de ser dados. 

    En cambio, si bien Dios sana en la actualidad a ciertos enfermos mediante sus siervos, o de manera directa, no da a nadie que se conozca el poder de sanar a «todos», lo cual era la característica del don de Cristo y de sus apóstoles (Mt. 10:8; Mr. 6:56; Lc. 4:40; 6:19; 9:11; Hch. 9:16). (Véase ENFERMEDAD, SANIDAD). 

    Mateo 10:8 

    8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.

    Marcos 6:56 

    56 Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.

    Lucas 4:40 

    Muchos sanados al ponerse el sol

    40 Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.

    Lucas 6:19 

    19 Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos.

    Lucas 9:11 

    11 Y cuando la gente lo supo, le siguió; y él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.

    Hechos 9:16

    16 porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.

    La iglesia en Corinto había recibido todos los dones, y 1ª Corintios es la única epístola en la que se mencionan estos carismas (1 Co. 1:7; 12:14); todo ello no impidió que los corintios fueran carnales y que tendieran a las contiendas y la división. 

    1 Corintios 1:7 

    7 de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuesto Señor Jesucristo;

    1 Corintios 12:14

    14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.

    Así, lo esencial es estar totalmente sometido al Señor y a la totalidad de su Palabra, discernir el don otorgado a cada uno, y dejarse utilizar para el bien de toda la iglesia. 

    (K) Otros ministerios del Espíritu. 

    Se evocan diversas actividades del Espíritu mediante los símbolos que le representan: el soplo o viento (Espíritu significa «viento») (Jb. 32:8; Jn. 3:8): la paloma (Lc. 3:22), el aceite (He. 1:9: Lc. 4:18; 1 Jn. 2:20), el fuego (Hch. 2:3-4), el agua viva (Jn. 4:14; 7:38, 39), el sello, la prenda y las arras (Ef. 1:13, 14; 2 Co. 1:21, 22), 

    Job 32:8 

    8 Ciertamente espíritu hay en el hombre, Y el soplo del Omnipotente le hace que entienda.

    Juan 3:8

    8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

    Lucas 3:22

    22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.

    Hebreos 1:9

    9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.

    Lucas 4:18 

    18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;

    1 Juan 2:20

    20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.

    Hechos 2:3-4

    3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

    4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

    Juan 4:14 

    14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

    Juan 7:38, 39

    38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

    39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

    Efesios 1:13, 14 

    13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

    14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

    2 Corintios 1:21, 22

    21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,

    22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.

    El Espíritu recibe el nombre de Consolador (Paracleto Jn. 14:16), enseña y conduce en la verdad al creyente y a la iglesia da testimonio a Jesucristo (Jn. 14:26; 15:26; 16:13, 14; Hch. 8:29; 13:2). 

    Juan 14:16

    16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

    Juan 14:26 

    26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

    Juan 15:26 

    26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

    Juan 16:13, 14 

    13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

    14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

    Hechos 8:29 

    29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.

    Hechos 13:2

    2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.

    Inspiró a los autores sagrados (1 P 1:11; 2 P. 1:21; 1 Ti. 3:16), da origen a la oración eficaz (Ro. 8:26, 27; Ef. 6:18) y la adoración que agrada a Dios (Jn. 4:23-24). 

    1 Pedro 1:11 

    11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.

    2 Pedro 1:21 

    21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

    1 Timoteo 3:16

    16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.

    Romanos 8:26, 27 

    26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

    27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

    Efesios 6:18

    18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

    Juan 4:23-24

    23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

    24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

    Será, en los últimos tiempos, derramado de una manera particular sobre Israel (Ez. 37:9-14; Zac 12:10). 

    Ezequiel 37:9-14 

    9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.

    10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.

    11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos.

    12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel.

    13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío.

    14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

    Zacarías 12:10

    10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

    Es por Él que nuestros cuerpos mortales serán resucitados (Ro. 8:11). 

    Romanos 8:11

    11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

    Habiendo recibido, aquí en la tierra, las arras del Espíritu; en el cielo los creyentes serán llenados por Él de toda la plenitud de Dios (Ef. 3:16-21; 2 Co. 3:17, 18). 

    Efesios 3:16-21 

    16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;

    17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,

    18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,

    19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

    20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,

    21 a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.

    2 Corintios 3:17, 18

    17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

    18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

    Así Dios será verdaderamente todo en todos (1 Co. 15:28). (Véase DIOS, INSPIRACIÓN, FIESTAS [de pentecostés]).

    1 Corintios 15:28

    28 Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.

    VÉASE: Regeneración , Bautismo , Santificación , Lenguas (Don de) , Enfermedad - Sanidad , Inspiración , Fiestas , Dios
  • DICCIONARIO
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  • Espíritu Santo (I)
    La tercera persona de la Trinidad. 

    (A) Nombres. 

    Principalmente se le llama: el Espíritu de Jehová, el Espíritu del Señor, el Espíritu del Padre, el Espíritu de Jesús (Gn. 6:3; Is. 11:2; 61:1; Mt. 10:20; Hch. 16:18, etc.). 

    Génesis 6:3 

    3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.

    Isaías 11:2 

    2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.

    Isaías 61:1 

    Buenas nuevas de salvación para Sion

    1 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;

    Mateo 10:20 

    20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

    Hechos 16:18

    18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.

    Es el Espíritu de verdad, de vida, de fe, de amor, de poder, de sabiduría, de gracia, de gloria (Jn. 14:17; Ro. 8:2; 2 Co. 4:13; 2 Ti. 1:7; He. 10:29; 1 P. 4:14), etc. 

    Juan 14:17 

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    Romanos 8:2 

    2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

    2 Corintios 4:13 

    13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,

    2 Timoteo 1:7 

    7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

    Hebreos 10:29 

    29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?

    1 Pedro 4:14

    14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.

    (B) Personalidad. 

    El Espíritu no es un mero poder ni una expresión figurada de la energía divina, como lo pretenden, por ejemplo, los antitrinitarios. 

    La Escritura le atribuye una personalidad distintiva, como también sucede con el Padre y con el Hijo (Mt. 3:16, 17; 28:19; Jn. 14:16, 17; 15:26). 

    Mateo 3:16, 17 

    16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.

    17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

    Mateo 28:19 

    19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

    Juan 14:16, 17 

    16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    Juan 15:26

    26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

    Siempre se emplea en relación con el pronombre personal masculino a pesar de que en gr. el término «Espíritu» sea neutro (Jn. 16:13, 14; Hch. 13:2). 

    Juan 16:13, 14 

    13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

    14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

    Hechos 13:2

    2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.

    El Espíritu piensa, conoce el lenguaje, tiene voluntad (Ro. 8:27; 1 Co. 2:10-13; 12:11). 

    Romanos 8:27 

    27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

    1 Corintios 2:10-13 

    10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

    11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

    12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,

    13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.

    1 Corintios 12:11

    11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

    Se le puede tratar como una persona: se le puede mentir, se le puede probar, se le puede resistir, se le puede contristar, se le puede afrentar (Hch. 5:3, 9; 7:51; Ef. 4:30; He. 10:29). 

    Hechos 5:3, 9 

    3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?

    9 Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.

    Hechos 7:51 

    51 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.

    Efesios 4:30 

    30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

    Hebreos 10:29

    29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?

    Por otra parte también enseña, testifica, convence, conduce, entiende, habla, anuncia (Jn. 14:26; 15:26; 16:8, 13). 

    Juan 14:26 

    26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

    Juan 15:26 

    26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

    Juan 16:8, 13

    8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

    13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

    (C) Divinidad. 

    Los textos que hablan de la personalidad del Espíritu afirman también generalmente su divinidad. 

    Posee los atributos divinos: omnisciencia, omnipresencia, omnipotencia, eternidad (1 Co. 2:10, 11; Sal. 139:7; Zac. 4:6; He. 9:14). 

    1 Corintios 2:10, 11 

    10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

    11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

    Salmos 139:7 

    7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?

    Zacarías 4:6 

    6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.

    Hebreos 9:14

    14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

    Es identificado con Dios, con el Señor (Hch. 5:3, 4). 

    Hechos 5:3, 4

    3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?

    4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

    Es la blasfemia contra el Espíritu Santo la que no tiene perdón (Mt. 12:31, 32). 

    Mateo 12:31, 32

    31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.

    32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

    (D) El Espíritu Santo en el AT. 

    Obra en la creación (Gn. 1:2). 

    Génesis 1:2

    2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

    Es Él quien da aliento al hombre y a los animales (Gn. 2:7; 6:3; Jb. 33:4; Sal. 104:29, 30). 

    Génesis 2:7 

    7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

    Génesis 6:3 

    3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.

    Job 33:4 

    4 El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida.

    Salmos 104:29, 30

    29 Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo.

    30 Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.

    Esta en medio del pueblo de Dios (Is. 63:11). 

    Isaías 63:11

    11 Pero se acordó de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿dónde el que puso en medio de él su santo espíritu,

    Capacita a ciertos hombres de cara a una tarea especial (Éx. 31:3; Jue. 6:34; 11:29; 1 S. 16:13). 

    Éxodo 31:3 

    3 y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte,

    Jueces 6:34 

    34 Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.

    Jueces 11:29 

    29 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.

    1 Samuel 16:13

    13 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.

    Pero no es dado a todos y puede ser retirado (Jue. 13:25; 16:20; 1 S. 10:10; 16:14). 

    Jueces 13:25 

    25 Y el Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.

    Jueces 16:20 

    20 Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él.

    1 Samuel 10:10 

    10 Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos.

    1 Samuel 16:14

    David toca para Saúl

    14 El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová.

    Así se explica la oración de David: «No quites de mí tu santo Espíritu» (Sal. 51:11). 

    Salmos 51:11

    11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.

    Los profetas anuncian claramente cuál va a ser su obra en el Nuevo Pacto: será derramado sobre todo Israel, y sobre toda carne, será dado para siempre, morará en el corazón del hombre, que regenerará y santificará (Is. 44:3; 59:21; JI. 2:28-29; Ez. 36:26-27; Jer. 31:33). 

    Isaías 44:3 

    3 Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;

    Isaías 59:21 

    21 Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.

    Joel 2:28-29 

    Derramamiento del Espíritu de Dios

    28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.

    Ezequiel 36:26-27 

    26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

    27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

    Jeremías 31:33

    33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

    (E) La obra del Espíritu Santo en Jesucristo. 

    El Señor fue asistido por el Espíritu a lo largo de toda su carrera aquí en la tierra. Por el Espíritu, fue concebido, ungido, sellado, llenado, revestido de poder, conducido, ofrecido en sacrificio, resucitado (Lc. 1:35; 4:18; Jn. 6:27; Lc. 4:1-2,14; He. 9:14; Ro. 8:11). 

    Lucas 1:35 

    35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

    Lucas 4:18 

    18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;

    Juan 6:27 

    27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

    Lucas 4:1-2,14 

    Tentación de Jesús

    1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto

    2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.

    Jesús principia su ministerio

    14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.

    Hebreos 9:14 

    14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

    Romanos 8:11

    11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

    Si el Hijo del Dios viviente no pudo pasar ni un solo día sin la asistencia del Espíritu, ¡cuánto más no lo necesitaremos nosotros! 

    (F) Convicción de pecado. 

    Según el Señor Jesús, la primera obra del Espíritu en el hombre es la de convencerle de pecado (Jn. 16:8, 11). 

    Juan 16:8, 11

    8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

    11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

    Sin esta convicción, nadie puede sentir la necesidad de un Salvador; y el pecado que el Espíritu destaca es precisamente el de no haber creído todavía en Cristo. 

    En efecto, los hombres están perdidos no por ser pecadores, sino porque siendo pecadores no reciben al Salvador (Jn. 3:18, 36). 

    Juan 3:18, 36

    18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

    36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

    La blasfemia contra el Espíritu Santo es la atribución de las obras y testimonio del Espíritu Santo a Satanás con contumacia, cuando es innegable y totalmente evidente que la obra de testimonio es de Dios. 

    Es este estado en el que el hombre se cierra ante toda la luz posible, ante la misma manifestación plena del poder de Dios en gracia, la Palabra se manifiesta de un modo inexorable (Mt. 12:31-32; Lc. 12:10; Jn. 12:37-40). 

    Mateo 12:31-32 

    31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.

    32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

    Lucas 12:10 

    10 A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.

    Juan 12:37-40

    37 Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él;

    38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?

    39 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías:

    40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan y yo los sane.

    Este pecado involucra un corazón lleno de odio hacia la verdad y hacia la luz de Dios, y lleva a la perdición, por cuanto encierra al hombre en una actitud totalmente aberrante en contra de Dios y de su testimonio. Se hace así absolutamente incapaz e indispuesto a creer. 

    Entonces se hace imposible el arrepentimiento y el perdón (Mr. 3:29; He. 10:26-27). 

    Marcos 3:29 

    29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.

    Hebreos 10:26-27

    Advertencia al que peca deliberadamente

    26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,

    27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.

    Es un estado irreversible, en el que se da un endurecimiento judicial (cp. el caso de Faraón, endurecido por Dios). Por otra parte, el caso de la persona que anhele ir a Jesús, pero que esté atormentada por la idea de que ha cometido el pecado imperdonable, es totalmente distinto. 

    Su angustia y deseo de ir a Jesús para recibir su perdón constituyen evidencia clara de que no lo han cometido. 

    Las personas encerradas en el castillo de la angustia tienen a su disposición la llave de la promesa en Jn. 6:37

    Juan 6:37

    37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.

    El texto recibe su plena fuerza del original en la versión Reina-Valera revisión 1977: «Al que a mí viene, de ningún modo le echaré fuera.» 

    (G) Regeneración y bautismo del Espíritu Santo. (Ver también REGENERACIÓN Y BAUTISMO). 

    La regeneración o nuevo nacimiento es la resurrección espiritual que opera el Espíritu en el corazón del pecador en el momento de la conversión (Jn. 3:5-8). 

    Juan 3:5-8

    5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

    6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

    7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

    8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

    Es el Espíritu el que vivifica (Jn. 6:63) y que nos trae a una nueva vida (Gá. 5:25). 

    Juan 6:63

    63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

    Gálatas 5:25

    25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

    El bautismo del Espíritu, prometido por Juan el Bautista y Jesús (Mt. 3:11; Mr. 1:8; Lc. 3:16; Jn. 1:33; Hch. 1:4-5), es el acto por el que Dios nos hace, a partir de entonces, miembros del cuerpo de Cristo. 

    Mateo 3:11 

    11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

    Marcos 1:8 

    8 Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo.

    Lucas 3:16 

    16 respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

    Juan 1:33 

    33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.

    Hechos 1:4-5

    4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.

    5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

    El Espíritu toma al pecador arrepentido, y lo inmerge en Cristo; une, a partir de entonces, la cabeza con los otros miembros del cuerpo (1 Co. 12:13). 

    1 Corintios 12:13

    13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

    Este bautismo lo reciben todos los creyentes; Pablo afirma que es ya un hecho cumplido para el creyente («por un Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo»). 

    Esto es cierto incluso de aquellos en Corinto que eran aún carnales (1 Co. 3:1-3; cp. 1 Co. 6:19). 

    1 Corintios 3:1-3 

    Colaboradores de Dios

    1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.

    2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,

    3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?

    1 Corintios 6:19

    19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

    En Hechos, la expresión «bautizar con el Espíritu Santo» aparece solamente dos veces: con ocasión de Pentecostés, cuando los 120 discípulos fueron hechos miembros del cuerpo de Cristo, que el Espíritu formó a partir de aquel momento (Hch. 1:5; 2:1-4), y con respecto a la experiencia de los gentiles en casa de Cornelio, que fueron también unidos al cuerpo de Cristo en el momento de su conversión (Hch. 11:15-16). 

    Hechos 1:5 

    5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

    Hechos 2:1-4

    La venida del Espíritu Santo

    1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.

    2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;

    3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

    4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

    Hechos 11:15-16

    15 Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.

    16 Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.

    Otros pasajes presentan el bautismo como siendo la operación por la cual Dios nos inmerge en la muerte de Cristo para resucitarnos con Él, quedando «revestidos de Cristo» (Ro. 6:3-4; Gá. 3:27; Col. 2:12; Tit. 3:5). 

    Romanos 6:3-4 

    3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?

    4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

    Gálatas 3:27 

    27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.

    Colosenses 2:12 

    12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

    Tito 3:5

    5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

    El bautismo en cuestión es evidentemente el bautismo del Espíritu Santo, del que el bautismo de agua es el símbolo y testimonio. 

    (H) Don y recepción del Espíritu. 

    El Espíritu Santo es prometido a todos los creyentes (Hch. 2:38), a los que lo pidan (Lc. 11:13), y que obedezcan a Dios (Hch. 5:32). 

    Hechos 2:38

    38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

    Lucas 11:13

    13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

    Hechos 5:32

    32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.

    Es un «don» (Hch. 2:38; 5:32; 8:20; 10:45; 11:17; 15:8), que se recibe por la fe (Jn. 7:39; Ef. 1:13; 3:16-17; Gá. 3:2, 5, 13-14; 4:4-7). 

    Hechos 2:38 

    38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

    Hechos 5:32 

    32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.

    Hechos 8:20 

    20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.

    Hechos 10:45 

    45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.

    Hechos 11:17 

    17 Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?

    Hechos 15:8

    8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;

    Juan 7:39 

    39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

    Efesios 1:13 

    13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

    Efesios 3:16-17 

    16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;

    17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,

    Gálatas 3:2, 5, 13-14 

    2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?

    5 Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?

    13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),

    14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

    Gálatas 4:4-7

    4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,

    5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

    6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

    7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

    Antes de Pentecostés, los discípulos tuvieron que esperar el descenso del Espíritu (Hch. 1:4), lo que ahora ya no es necesario (Hch. 2:17-18). 

    Hechos 1:4

    4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.

    Hechos 2:17-18

    17 Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños;

    18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

    Los samaritanos, que eran medio paganos, tuvieron necesidad de la intervención especial de los apóstoles para recibir el Espíritu (Hch. 8:12, 15-17); sin embargo, Cornelio y sus amigos (que estaban en nuestra misma situación como procedentes de la gentilidad) recibieron el Espíritu Santo por la sola fe, al oír lo que Pedro decía, sin la previa imposición de manos ni un anterior bautismo con agua (Hch. 10:43-48). 

    Hechos 8:12, 15-17

    12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.

    15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo;

    16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.

    17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.

    Hechos 10:43-48

    43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

    44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso.

    45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.

    46 Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.

    47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?

    48 Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.

    Los doce discípulos de Éfeso eran solamente discípulos de Juan, no de Jesús; una vez aceptaron al Salvador, recibieron el Espíritu (Hch. 19:2-6). 

    Hechos 19:2-6

    2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.

    3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.

    4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.

    5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.

    6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.

    «Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él» (Ro. 8:9). 

    Romanos 8:9

    9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

    Todo el que tenga en claro este punto de capital importancia no carecerá del testimonio interior del Espíritu (Ro. 8:15-16). 

    Romanos 8:15-16

    15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

    16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

    (I) Plenitud del Espíritu. 

    El Espíritu mora en el corazón del creyente (Jn. 14:16-17, 23; 1 Co. 6:19; Ro. 8:9, 11; 2 Ti. 1:14; 1 Jn. 4:4, 13; Stg. 4:5). 

    Juan 14:16-17, 23 

    16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

    1 Corintios 6:19 

    19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

    Romanos 8:9, 11 

    9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

    11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

    2 Timoteo 1:14 

    14 Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.

    1 Juan 4:4, 13 

    4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

    13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.

    Santiago 4:5

    5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?

    Su deseo es el comunicarnos la vida y el poder del Señor (Hch. 1:8; Lc. 4:14, etc.). 

    Hechos 1:8 

    8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

    Lucas 4:14

    Jesús principia su ministerio

    14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.

    Podemos contristar al Espíritu Santo al resistirle, al entregarnos al pecado (Ef. 4:30; cp. 1 Ts. 5:19; Hch. 7:51). 

    Efesios 4:30

    30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

    1 Tesalonicenses 5:19 

    19 No apaguéis al Espíritu.

    Hechos 7:51

    51 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.

    El Espíritu, que mora en nosotros eternamente, no nos abandona (Jn. 14:16); pero deja de manifestar su poder, y nos comunica su tristeza y nos convence de pecado. ¿Qué se ha de hacer en tal situación? 

    Juan 14:16

    16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

    (I) Siguiendo 1 Jn. 1:7-9, confesar nuestro pecado, creyendo que la sangre de Cristo nos limpia. 

    1 Juan 1:7-9

    7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

    8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

    9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

    (II) Volver a buscar la plenitud del Espíritu ordenada por Ef. 5:18

    Efesios 5:18

    18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,

    Esta debería ser la experiencia normal de todos los creyentes, como lo fue en los primeros cristianos: puntales de la iglesia, diáconos, recién convertidos (Hch. 2:4; 4:4, 31; 6:3; 7:55; 9:17; 13:9, 52). 

    Hechos 2:4 

    4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

    Hechos 4:4, 31 

    4 Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil.

    31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

    Hechos 6:3 

    3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.

    Hechos 7:55 

    55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,

    Hechos 9:17 

    17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.

    Hechos 13:9, 52

    9 Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos,

    52 Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.

    Esta plenitud se obtiene mediante la fe, al «beber» el agua viva del Espíritu (Jn. 7:37-39). 

    Juan 7:37-39

    Ríos de agua viva

    37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

    38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

    39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

    No es ésta la experiencia de un instante, sino que tiene que ser renovada cada día, ante cada necesidad, hasta que llegue el momento de nuestra transformación completa a imagen de Dios en su presencia (Ef. 3:16-21). 

    Efesios 3:16-21

    16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;

    17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,

    18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,

    19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

    20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,

    21 a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.

    Muchos creyentes, al abandonar su primer amor (Ap. 2:4), han perdido precisamente esta plenitud que hacía rebosar su corazón en el momento de su conversión. 

    Apocalipsis 2:4

    4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

    Para volver a hallarla, debe arrepentiste de su desvío, recibiendo el perdón que Dios ofrece y volver a beber de la fuente inagotable de la gracia (Jn. 4:13-14; 10:10), al andar no según la carne sino según el Espíritu para la gloria de Dios (Gá. 5:16-25). (Véase SANTIFICACIÓN). 

    Juan 4:13-14 

    13 Respondió Jesús y le dijo:Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;

    14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

    Juan 10:10

    10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

    Gálatas 5:16-25

    Las obras de la carne y el fruto del Espíritu

    16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.

    17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

    18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

    19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,

    20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,

    21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

    22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

    23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

    24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

    25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

    (J) Unción y dones del Espíritu. 

    Habiendo venido a ser reyes y sacerdotes con Cristo, los creyentes han recibido, todos ellos, la unción del Espíritu (Ap. 1:6; 2 Co. 1:21; 1 Jn. 2:20, 27). 

    Apocalipsis 1:6 

    6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.

    2 Corintios 1:21 

    21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,

    1 Juan 2:20, 27

    20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.

    27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.

    Un don del Espíritu (o don espiritual) es la calificación sobrenatural acordada a cada creyente, con vistas al servicio que cada uno tiene que llevar a cabo en el seno del cuerpo de Cristo (1 Co. 12:27; cp. 12:11). 

    1 Corintios 12:27

    27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.

    1 Corintios 12:11

    11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

    Pablo enumera una cantidad de estos dones: sabiduría, conocimiento (1 Co. 12:8), fe, sanidad (1 Co. 12:9), milagros, profecía, discernimiento de los espíritus, lenguas, interpretación (1 Co. 12:10), don de ser apóstol, de enseñar, de ayudas, de gobiernos (1 Co. 12: 28); de evangelista, de pastor (Ef. 4:11); de ejercer liberalidad (Ro. 12:8). 

    1 Corintios 12:8

    8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;

    1 Corintios 12:9

    9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.

    1 Corintios 12:10

    10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.

    1 Corintios 12:28

    28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.

    Efesios 4:11

    11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,

    Romanos 12:8

    8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

    No se dice que esta enumeración sea exhaustiva. Sea cual sea la tarea, Dios dará la capacidad necesaria. ¿Quién escoge el don que nosotros debemos recibir? Dios mismo, como Él quiere (1 Co. 12:11, 18). 

    1 Corintios 12:11, 18

    11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

    18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.

    Él da a cada uno (1 Co. 12:6-7, 11, 27) un don diferente (1 Co. 12:8-10, 29-30; Ro. 12:4-6). 

    1 Corintios 12:6-7, 11, 27

    6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

    7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.

    11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

    27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.

    1 Corintios 12:8-10, 29-30 

    8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;

    9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.

    10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.

    29 ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros?

    30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?

    Romanos 12:4-6

    4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,

    5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.

    6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;

    Así, es un error decir que todos deberían hablar en lenguas como señal de su bautismo del Espíritu (cp. 1 Co. 12:10, 13, 30). (Véase LENGUAS [DON DE]). 

    1 Corintios 12:10, 13, 30

    10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.

    13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

    30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?

    Se debe señalar que cada uno de los dones enumerados es sobrenatural, y no únicamente los tres dones de milagros, sanidades y lenguas. Dios es también soberano en cuanto a la época en la que otorga ciertos dones. Los otorgó en profusión en la época en que se tenía que acreditar el Evangelio y el Nuevo Pacto (He. 2:4), con señales externas jamás renovadas (Hch. 2:1-3; 4:31). 

    Hebreos 2:4

    4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.

    Hechos 2:1-3 

    La venida del Espíritu Santo

    1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.

    2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;

    3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

    Hechos 4:31

    31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

    Naturalmente, en la actualidad Dios puede manifestar su poder según su voluntad; de hecho, la mayor parte de los dones (sabiduría, conocimiento, fe, evangelistas, pastores, doctores, gobiernos, ayudas, liberalidad) no han dejado nunca de ser dados. 

    En cambio, si bien Dios sana en la actualidad a ciertos enfermos mediante sus siervos, o de manera directa, no da a nadie que se conozca el poder de sanar a «todos», lo cual era la característica del don de Cristo y de sus apóstoles (Mt. 10:8; Mr. 6:56; Lc. 4:40; 6:19; 9:11; Hch. 9:16). (Véase ENFERMEDAD, SANIDAD). 

    Mateo 10:8 

    8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.

    Marcos 6:56 

    56 Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.

    Lucas 4:40 

    Muchos sanados al ponerse el sol

    40 Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.

    Lucas 6:19 

    19 Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos.

    Lucas 9:11 

    11 Y cuando la gente lo supo, le siguió; y él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.

    Hechos 9:16

    16 porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.

    La iglesia en Corinto había recibido todos los dones, y 1ª Corintios es la única epístola en la que se mencionan estos carismas (1 Co. 1:7; 12:14); todo ello no impidió que los corintios fueran carnales y que tendieran a las contiendas y la división. 

    1 Corintios 1:7 

    7 de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuesto Señor Jesucristo;

    1 Corintios 12:14

    14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.

    Así, lo esencial es estar totalmente sometido al Señor y a la totalidad de su Palabra, discernir el don otorgado a cada uno, y dejarse utilizar para el bien de toda la iglesia. 

    (K) Otros ministerios del Espíritu. 

    Se evocan diversas actividades del Espíritu mediante los símbolos que le representan: el soplo o viento (Espíritu significa «viento») (Jb. 32:8; Jn. 3:8): la paloma (Lc. 3:22), el aceite (He. 1:9: Lc. 4:18; 1 Jn. 2:20), el fuego (Hch. 2:3-4), el agua viva (Jn. 4:14; 7:38, 39), el sello, la prenda y las arras (Ef. 1:13, 14; 2 Co. 1:21, 22), 

    Job 32:8 

    8 Ciertamente espíritu hay en el hombre, Y el soplo del Omnipotente le hace que entienda.

    Juan 3:8

    8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

    Lucas 3:22

    22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.

    Hebreos 1:9

    9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.

    Lucas 4:18 

    18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;

    1 Juan 2:20

    20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.

    Hechos 2:3-4

    3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

    4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

    Juan 4:14 

    14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

    Juan 7:38, 39

    38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

    39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

    Efesios 1:13, 14 

    13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

    14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

    2 Corintios 1:21, 22

    21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,

    22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.

    El Espíritu recibe el nombre de Consolador (Paracleto Jn. 14:16), enseña y conduce en la verdad al creyente y a la iglesia da testimonio a Jesucristo (Jn. 14:26; 15:26; 16:13, 14; Hch. 8:29; 13:2). 

    Juan 14:16

    16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

    Juan 14:26 

    26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

    Juan 15:26 

    26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

    Juan 16:13, 14 

    13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

    14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

    Hechos 8:29 

    29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.

    Hechos 13:2

    2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.

    Inspiró a los autores sagrados (1 P 1:11; 2 P. 1:21; 1 Ti. 3:16), da origen a la oración eficaz (Ro. 8:26, 27; Ef. 6:18) y la adoración que agrada a Dios (Jn. 4:23-24). 

    1 Pedro 1:11 

    11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.

    2 Pedro 1:21 

    21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

    1 Timoteo 3:16

    16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.

    Romanos 8:26, 27 

    26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

    27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

    Efesios 6:18

    18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

    Juan 4:23-24

    23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

    24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

    Será, en los últimos tiempos, derramado de una manera particular sobre Israel (Ez. 37:9-14; Zac 12:10). 

    Ezequiel 37:9-14 

    9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.

    10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.

    11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos.

    12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel.

    13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío.

    14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

    Zacarías 12:10

    10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

    Es por Él que nuestros cuerpos mortales serán resucitados (Ro. 8:11). 

    Romanos 8:11

    11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

    Habiendo recibido, aquí en la tierra, las arras del Espíritu; en el cielo los creyentes serán llenados por Él de toda la plenitud de Dios (Ef. 3:16-21; 2 Co. 3:17, 18). 

    Efesios 3:16-21 

    16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;

    17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,

    18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,

    19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

    20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,

    21 a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.

    2 Corintios 3:17, 18

    17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

    18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

    Así Dios será verdaderamente todo en todos (1 Co. 15:28). (Véase DIOS, INSPIRACIÓN, FIESTAS [de pentecostés]).

    1 Corintios 15:28

    28 Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.

    VÉASE:
    Regeneración , Bautismo , Santificación , Lenguas (Don de) , Enfermedad - Sanidad , Inspiración , Fiestas , Dios
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