Este término aparece dos veces, y sólo en el libro de Génesis.
En la primera mención (Gn. 10:10) es el nombre del primer lugar mencionado como el comienzo del reino de Nimrod; en la segunda mención (Gn. 11:9) se da el nombre de «Babel» a la torre y a la ciudad, debido a que el lenguaje de los hombres quedó allí confundido, y no se entendían entre ellos.
Génesis 10:10
10 Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.
Génesis 11:9
9 Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.
Aquí se toma «Babel» como contracción de «balbel», de «balal», confundir (Keil y Delitzsch, «Commentary on the Old Testament», vol. 1, p. 176).
No hay base para afirmar que la torre debía «llegar» al cielo (Gn. 11:4), puesto que el verbo «llegar» no se halla en el original, sino que ha sido suplido para dar sentido a la traducción.
Génesis 11:4
4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.
Era una torre «para» o «hacia» el cielo. Posiblemente el sentido fuera el de una torre de observación y culto a los cielos, como un «zigurat», que fuera el centro religioso unificador de aquella ciudad en construcción, en una empresa humana unida de desafío contra Dios y de rebelión contra Él.
Este intento mereció el juicio de Dios con la confusión consiguiente de las lenguas y su forzosa dispersión en grupos diversos y divididos, en lugar de la gran confederación unitaria contra Dios planeada por Nimrod.
Bibliografía:
Adam, Benjamín: «The Origin of Heathendom», Bethany Fellowship (Minneapolis, 1963);
también publicada en castellano bajo el título de «Astrología, una antigua conspiración» (Betania, 1978);
Custance, A. C.: «The Confusión of Tongues» (Doorway Papers, 8, Ottawa, 1961);
Leupold, H. C.: «Exposition of Genesis» (Baker Book House, Grand Rapids, 1942, 1981);
Morris, H. M.: «The Genesis Record» (CLP, San Diego, 1976).
Este término aparece dos veces, y sólo en el libro de Génesis.
En la primera mención (Gn. 10:10) es el nombre del primer lugar mencionado como el comienzo del reino de Nimrod; en la segunda mención (Gn. 11:9) se da el nombre de «Babel» a la torre y a la ciudad, debido a que el lenguaje de los hombres quedó allí confundido, y no se entendían entre ellos.
Génesis 10:10
10 Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.
Génesis 11:9
9 Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.
Aquí se toma «Babel» como contracción de «balbel», de «balal», confundir (Keil y Delitzsch, «Commentary on the Old Testament», vol. 1, p. 176).
No hay base para afirmar que la torre debía «llegar» al cielo (Gn. 11:4), puesto que el verbo «llegar» no se halla en el original, sino que ha sido suplido para dar sentido a la traducción.
Génesis 11:4
4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.
Era una torre «para» o «hacia» el cielo. Posiblemente el sentido fuera el de una torre de observación y culto a los cielos, como un «zigurat», que fuera el centro religioso unificador de aquella ciudad en construcción, en una empresa humana unida de desafío contra Dios y de rebelión contra Él.
Este intento mereció el juicio de Dios con la confusión consiguiente de las lenguas y su forzosa dispersión en grupos diversos y divididos, en lugar de la gran confederación unitaria contra Dios planeada por Nimrod.
Bibliografía:
Adam, Benjamín: «The Origin of Heathendom», Bethany Fellowship (Minneapolis, 1963);
también publicada en castellano bajo el título de «Astrología, una antigua conspiración» (Betania, 1978);
Custance, A. C.: «The Confusión of Tongues» (Doorway Papers, 8, Ottawa, 1961);
Leupold, H. C.: «Exposition of Genesis» (Baker Book House, Grand Rapids, 1942, 1981);
Morris, H. M.: «The Genesis Record» (CLP, San Diego, 1976).