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  • Melquisedec
    «rey de justicia». Rey de Salem (probablemente Jerusalén, cfr. Sal. 76:3) y sacerdote del Altísimo (Gn. 14:18). 

    Salmos 76:3

    3 Allí quebró las saetas del arco, El escudo, la espada y las armas de guerra. Selah

    Génesis 14:18

    18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;

    Fue al encuentro de Abraham, victorioso de la batalla de los reyes que habían llevado preso a Lot; le ofreció pan y vino, y lo bendijo. 

    Por su parte, el patriarca le dio el diezmo del botín. La epístola a los Hebreos hace una notable aplicación tipológica de esta misteriosa aparición. 

    Aarón, con sus sucesores, era una figura anticipada de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, considerado sobre todo en su obra de expiación (Lv. 16; He. 9:11-12:24). 

    Levítico 16 

    El día de la expiación

    1 Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron.

    2 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.

    3 Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.

    4 Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua.

    5 Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto.

    6 Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa.

    7 Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión.

    8 Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel.

    9 Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación.

    10 Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.

    11 Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.

    12 Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo.

    13 Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.

    14 Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.

    15 Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio.

    16 Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas.

    17 Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel.

    18 Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor.

    19 Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.

    20 Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo;

    21 y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.

    22 Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.

    23 Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí.

    24 Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo.

    25 Y quemará en el altar la grosura del sacrificio por el pecado.

    26 El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento.

    27 Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol.

    28 El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después podrá entrar en el campamento.

    29 Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros.

    30 Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová.

    31 Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo.

    32 Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas.

    33 Y hará la expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación.

    34 Y esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.

    Hebreos 9:11-28

    11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,

    12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

    13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne,

    14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

    15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.

    16 Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador.

    17 Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.

    18 De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.

    19 Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,

    20 diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.

    21 Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.

    22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.

    El sacrificio de Cristo quita el pecado

    23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.

    24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;

    25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.

    26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.

    27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,

    28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.

    Hebreos 12:1-24

    Puestos los ojos en Jesús

    1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,

    2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

    3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

    4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;

    5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él;

    6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.

    7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?

    8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

    9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?

    10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.

    11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.

    Los que rechazan la gracia de Dios

    12 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;

    13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.

    14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

    15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

    16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.

    17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.

    18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,

    19 al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más,

    20 porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo;

    21 y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando;

    22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,

    23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,

    24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.

    Pero al ser Aarón pecador y mortal, su sacerdocio se tenía que transmitir con constantes interrupciones; por otra parte, era insuficiente, porque no podía ofrecer más que símbolos (los sacrificios de animales) que representaban el gran sacrificio de la cruz (He. 7:23, 27; 10:1-4). 

    Hebreos 7:23, 27 

    23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar;

    27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

    Hebreos 10:1-4

    1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.

    2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado.

    3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados;

    4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.

    El redentor del mundo, considerado en Su resurrección y oficio perpetuo, tenía que ejercer un sacerdocio de un orden totalmente diferente: el de Melquisedec. 

    En efecto, Melquisedec era: 

    (a) Rey y sacerdote (Gn. 14:18), de la misma manera que Cristo será rey y sacerdote sobre su trono (Zac. 6:12-13). 

    Génesis 14:18

    18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;

    Zacarías 6:12-13

    12 Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová.

    13 El edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos.

    (b) Rey de justicia según el significado de su nombre, y Rey de Paz (He. 7:2), dos términos que caracterizan igualmente al Mesías (Is. 9:5; 11:5; 32:1; Jer. 23:5-6; 72:1-3, 7). 

    Hebreos 7:2

    2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;

    Isaías 9:5 

    5 Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.

    Isaías 11:5 

    5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.

    Isaías 32:1 

    El Rey justo

    1 He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio.

    Jeremías 23:5-6 

    5 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.

    6 En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.

    (c) Melquisedec es «sin padre, ni madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida» (He. 7:3). 

    Hebreos 7:3

    3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

    Se ignoran su principio y su fin; no figura en ninguna genealogía levítica, única reconocida; se ignora incluso quiénes fueron su padre y madre. 

    En ello, Melquisedec es el tipo de Cristo eterno, que aparece súbitamente en medio de Israel sin descender de Aarón y sin pertenecer a la tribu sacerdotal, y que por el poder de su resurrección queda como nuestro sumo sacerdote para siempre (He. 8:13-16, 24: Jn. 1:1; 8:58; Ro. 6:9). 

    Juan 1:1 

    El Verbo hecho carne

    1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

    Juan 8:58 

    58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.

    Romanos 6:9

    9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.

    (d) A diferencia de Aarón, es mediante juramento que Dios confiere directamente a su Hijo este sacerdocio, de la manera que la consagración de Melquisedec no fue hecha por el camino establecido en Israel (Sal. 110:4; He. 7:2-22). 

    Salmos 110:4 

    4 Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec.

    Hebreos 7:2-22

    2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;

    3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

    4 Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.

    5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

    6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.

    7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.

    8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.

    9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;

    10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

    11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?

    12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley;

    13 y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar.

    14 Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.

    15 Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto,

    16 no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible.

    17 Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.

    18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia

    19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.

    20 Y esto no fue hecho sin juramento;

    21 porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.

    22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

    (e) Melquisedec ofreció a Abraham pan y vino en comida de comunión (Gn. 14:18). 

    Génesis 14:18

    18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;

    Esto lleva el pensamiento al pan y vino de la cena que se toma en memoria del sacrificio ya consumado en la cruz (Lc. 22:15-20). 

    Lucas 22:15-20

    15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!

    16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.

    17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;

    18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.

    19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.

    20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

    (f) Melquisedec recibió de Abraham (y en consecuencia de Leví, que aún debía venir de él) el diezmo de todo. 

    Se muestra superior al patriarca, a quien dio su bendición; por ello, su sacerdocio es de un orden más elevado que el de los sacerdotes levíticos y que el de Aarón (He. 7:4-10). 

    Hebreos 7:4-10

    4 Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.

    5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

    6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.

    7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.

    8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.

    9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;

    10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

    Así, el sacerdocio de Cristo sobrepasa en excelencia a todos los sacerdocios judaicos y humanos (He. 7:26-28). 

    Hebreos 7:26-28

    26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;

    27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

    28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.

    Viene así a ser la base del Nuevo Pacto, anunciado por los profetas e infinitamente superior al Antiguo (He. 7:11-12, 22; 8:6-12). 

    Hebreos 7:11-12, 22 

    11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?

    12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley;

    22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

    Hebreos 8:6-12

    6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.

    7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.

    8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;

    9 No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.

    10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo;

    11 Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos.

    12 Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.

    Este tipo de Melquisedec exalta así el ministerio único y totalmente eficaz e intransmisible del Hijo eterno de Dios. 

    Por ello, constituye un grave error la práctica de la Iglesia de Roma de aplicar a cada uno de sus sacerdotes el pronunciamiento: «Tú eres sacerdote, según el orden de Melquisedec». 

    Es evidente que esta pretensión carece de fundamento, por cuanto este sacerdocio de Cristo es intransferible (cfr. el original gr. en He. 7:24, «aparabaton», en el Nuevo Testamento interlineal griego-español [Clíe, Terrassa, 1984]). 

    Hebreos 7:24

    24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;

    En Cristo, todos los creyentes forman parte del sacerdocio regio en el que Él ha tenido a bien asociarnos (1 P. 2:5, 9-10; Ap. 1:5- 6; 5:9-10). 

    1 Pedro 2:5, 9-10 

    5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

    El pueblo de Dios

    9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

    10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.

    Apocalipsis 1:5-6 

    5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,

    6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.

    Apocalipsis 5:9-10

    9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

    10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

    En contraste con las claras afirmaciones de las Escrituras, se puede mencionar también la confusión en que han caído los mormones, que también pretenden perpetuar en su «Iglesia de los Santos de los Últimos Días» no sólo el sacerdocio de Melquisedec, sino junto y en paralelo con éste también el de Aarón.

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    «rey de justicia». Rey de Salem (probablemente Jerusalén, cfr. Sal. 76:3) y sacerdote del Altísimo (Gn. 14:18). 

    Salmos 76:3

    3 Allí quebró las saetas del arco, El escudo, la espada y las armas de guerra. Selah

    Génesis 14:18

    18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;

    Fue al encuentro de Abraham, victorioso de la batalla de los reyes que habían llevado preso a Lot; le ofreció pan y vino, y lo bendijo. 

    Por su parte, el patriarca le dio el diezmo del botín. La epístola a los Hebreos hace una notable aplicación tipológica de esta misteriosa aparición. 

    Aarón, con sus sucesores, era una figura anticipada de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, considerado sobre todo en su obra de expiación (Lv. 16; He. 9:11-12:24). 

    Levítico 16 

    El día de la expiación

    1 Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron.

    2 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.

    3 Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.

    4 Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua.

    5 Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto.

    6 Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa.

    7 Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión.

    8 Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel.

    9 Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación.

    10 Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.

    11 Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.

    12 Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo.

    13 Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.

    14 Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.

    15 Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio.

    16 Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas.

    17 Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel.

    18 Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor.

    19 Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.

    20 Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo;

    21 y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.

    22 Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.

    23 Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí.

    24 Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo.

    25 Y quemará en el altar la grosura del sacrificio por el pecado.

    26 El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento.

    27 Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol.

    28 El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después podrá entrar en el campamento.

    29 Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros.

    30 Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová.

    31 Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo.

    32 Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas.

    33 Y hará la expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación.

    34 Y esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.

    Hebreos 9:11-28

    11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,

    12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

    13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne,

    14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

    15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.

    16 Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador.

    17 Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.

    18 De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.

    19 Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,

    20 diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.

    21 Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.

    22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.

    El sacrificio de Cristo quita el pecado

    23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.

    24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;

    25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.

    26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.

    27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,

    28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.

    Hebreos 12:1-24

    Puestos los ojos en Jesús

    1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,

    2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

    3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

    4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;

    5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él;

    6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.

    7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?

    8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

    9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?

    10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.

    11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.

    Los que rechazan la gracia de Dios

    12 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;

    13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.

    14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

    15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

    16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.

    17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.

    18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,

    19 al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más,

    20 porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo;

    21 y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando;

    22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,

    23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,

    24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.

    Pero al ser Aarón pecador y mortal, su sacerdocio se tenía que transmitir con constantes interrupciones; por otra parte, era insuficiente, porque no podía ofrecer más que símbolos (los sacrificios de animales) que representaban el gran sacrificio de la cruz (He. 7:23, 27; 10:1-4). 

    Hebreos 7:23, 27 

    23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar;

    27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

    Hebreos 10:1-4

    1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.

    2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado.

    3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados;

    4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.

    El redentor del mundo, considerado en Su resurrección y oficio perpetuo, tenía que ejercer un sacerdocio de un orden totalmente diferente: el de Melquisedec. 

    En efecto, Melquisedec era: 

    (a) Rey y sacerdote (Gn. 14:18), de la misma manera que Cristo será rey y sacerdote sobre su trono (Zac. 6:12-13). 

    Génesis 14:18

    18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;

    Zacarías 6:12-13

    12 Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová.

    13 El edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos.

    (b) Rey de justicia según el significado de su nombre, y Rey de Paz (He. 7:2), dos términos que caracterizan igualmente al Mesías (Is. 9:5; 11:5; 32:1; Jer. 23:5-6; 72:1-3, 7). 

    Hebreos 7:2

    2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;

    Isaías 9:5 

    5 Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.

    Isaías 11:5 

    5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.

    Isaías 32:1 

    El Rey justo

    1 He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio.

    Jeremías 23:5-6 

    5 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.

    6 En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.

    (c) Melquisedec es «sin padre, ni madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida» (He. 7:3). 

    Hebreos 7:3

    3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

    Se ignoran su principio y su fin; no figura en ninguna genealogía levítica, única reconocida; se ignora incluso quiénes fueron su padre y madre. 

    En ello, Melquisedec es el tipo de Cristo eterno, que aparece súbitamente en medio de Israel sin descender de Aarón y sin pertenecer a la tribu sacerdotal, y que por el poder de su resurrección queda como nuestro sumo sacerdote para siempre (He. 8:13-16, 24: Jn. 1:1; 8:58; Ro. 6:9). 

    Juan 1:1 

    El Verbo hecho carne

    1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

    Juan 8:58 

    58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.

    Romanos 6:9

    9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.

    (d) A diferencia de Aarón, es mediante juramento que Dios confiere directamente a su Hijo este sacerdocio, de la manera que la consagración de Melquisedec no fue hecha por el camino establecido en Israel (Sal. 110:4; He. 7:2-22). 

    Salmos 110:4 

    4 Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec.

    Hebreos 7:2-22

    2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;

    3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

    4 Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.

    5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

    6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.

    7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.

    8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.

    9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;

    10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

    11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?

    12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley;

    13 y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar.

    14 Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.

    15 Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto,

    16 no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible.

    17 Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.

    18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia

    19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.

    20 Y esto no fue hecho sin juramento;

    21 porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.

    22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

    (e) Melquisedec ofreció a Abraham pan y vino en comida de comunión (Gn. 14:18). 

    Génesis 14:18

    18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;

    Esto lleva el pensamiento al pan y vino de la cena que se toma en memoria del sacrificio ya consumado en la cruz (Lc. 22:15-20). 

    Lucas 22:15-20

    15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!

    16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.

    17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;

    18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.

    19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.

    20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

    (f) Melquisedec recibió de Abraham (y en consecuencia de Leví, que aún debía venir de él) el diezmo de todo. 

    Se muestra superior al patriarca, a quien dio su bendición; por ello, su sacerdocio es de un orden más elevado que el de los sacerdotes levíticos y que el de Aarón (He. 7:4-10). 

    Hebreos 7:4-10

    4 Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.

    5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

    6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.

    7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.

    8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.

    9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;

    10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

    Así, el sacerdocio de Cristo sobrepasa en excelencia a todos los sacerdocios judaicos y humanos (He. 7:26-28). 

    Hebreos 7:26-28

    26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;

    27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

    28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.

    Viene así a ser la base del Nuevo Pacto, anunciado por los profetas e infinitamente superior al Antiguo (He. 7:11-12, 22; 8:6-12). 

    Hebreos 7:11-12, 22 

    11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?

    12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley;

    22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

    Hebreos 8:6-12

    6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.

    7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.

    8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;

    9 No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.

    10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo;

    11 Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos.

    12 Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.

    Este tipo de Melquisedec exalta así el ministerio único y totalmente eficaz e intransmisible del Hijo eterno de Dios. 

    Por ello, constituye un grave error la práctica de la Iglesia de Roma de aplicar a cada uno de sus sacerdotes el pronunciamiento: «Tú eres sacerdote, según el orden de Melquisedec». 

    Es evidente que esta pretensión carece de fundamento, por cuanto este sacerdocio de Cristo es intransferible (cfr. el original gr. en He. 7:24, «aparabaton», en el Nuevo Testamento interlineal griego-español [Clíe, Terrassa, 1984]). 

    Hebreos 7:24

    24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;

    En Cristo, todos los creyentes forman parte del sacerdocio regio en el que Él ha tenido a bien asociarnos (1 P. 2:5, 9-10; Ap. 1:5- 6; 5:9-10). 

    1 Pedro 2:5, 9-10 

    5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

    El pueblo de Dios

    9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

    10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.

    Apocalipsis 1:5-6 

    5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,

    6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.

    Apocalipsis 5:9-10

    9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

    10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

    En contraste con las claras afirmaciones de las Escrituras, se puede mencionar también la confusión en que han caído los mormones, que también pretenden perpetuar en su «Iglesia de los Santos de los Últimos Días» no sólo el sacerdocio de Melquisedec, sino junto y en paralelo con éste también el de Aarón.

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