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  • Babilonia

    vet, (Babel, en acadio «Bab-ilu», con la terminación griega «on»: «puerta de Dios». BABILONIA CAPITAL. 

    Capital del imperio babilonio; los textos del AT la mencionan por vez primera en Gn. 10:10 con tres otras localidades que marcan juntamente el principio del reino de Nimrod (cp. Is. 23:13). 

    Génesis 10:10

    10 Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.

    Isaías 23:13

    13 Mira la tierra de los caldeos. Este pueblo no existía; Asiria la fundó para los moradores del desierto. Levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas.

    Es en Babilonia que tuvo lugar la empresa de la torre de Babel, y, asimismo, la confusión de las lenguas (Gn. 11:1-9). 

    Génesis 11:1-9

    La torre de Babel

    1 Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.

    2 Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se estabecieron allí.

    3 Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.

    4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.

    5 Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.

    6 Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.

    7 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.

    8 Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.

    9 Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

    Bajo el rey Hammurabi, la ciudad pasó a ser la capital de Babilonia, de la que fue a la vez el centro político y religioso (véanse AMRAFEL y HAMMURABI). 

    Alcanzó el apogeo de su gloria en el siglo VI a.C. bajo Nabucodonosor, que la desarrolló en gran manera, e hizo de ella la más grande y hermosa capital de su tiempo. 

    El antiguo palacio se levantaba sobre la ribera oriental del Éufrates. Nabucodonosor dobló sus dimensiones primitivas al prolongarlo hacia el norte; el edificio tenía entonces el río al oeste, y un canal al norte y al sur; su fachada oriental y una magnífica puerta monumental daban sobre el camino de la gran procesión que procedía del templo de Marduk, que estaba situado a casi 1 Km. al sur. 

    Nabucodonosor construyó otro palacio, a unos 2 1/2 Km. al norte del antiguo, sobre una colina artificial cuyas faldas descendían en terrazas, y que estaban probablemente recubiertas por los famosos jardines colgantes. Herodoto (alrededor del año 443 a.C.) afirmaba que Babilonia, que indudablemente visitó, era un cuadrado, que medía 120 estadios de lado (el estadio tenía alrededor de 200 m., lo que hacía que midiera algo más de 23 Km. de lado). 

    Estas medidas darían una superficie de alrededor de 529 km2, incluyéndose Borsippa. Ctésias, que fue también testigo ocular y famoso escriba del siglo V a.C., dice que el cuadrado de la ciudad tenía 90 estadios de lado; según él, el contorno era de 360 estadios (o casi 68 Km.); en este caso, la superficie no hubiera sido más que algo más de la mitad de la indicada por Herodoto. 

    Las dimensiones indicadas por Diodoro de Sicilia y por Estrabo son próximas a las de Ctésias. Una muralla (Jer. 51:58) o más bien una doble fortificación, rodeaba la ciudad (Herodoto 1:181). 

    Jeremías 51:58

    58 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en vano trabajaron los pueblos, y las naciones se cansaron sólo para el fuego.

    En el exterior se extendía un foso ancho y profundo. Estaba prohibido construir casas entre las dos murallas alrededor del cuadro. Por el contorno de la ciudad, a lo largo de su muralla interior, había gran cantidad de huertos y de jardines, y de campos, contados dentro de la superficie de la ciudad, pero poco habitados. 

    Herodoto dice que los muros de la ciudad tenían 50 codos de espesor (alrededor de 23 m.) y 200 codos de altura (92 m.). 

    Quinto Curcio, en el 40 d.C., indica algo más de 10 metros de espesor. En todo caso, se puede concluir en base a todos estos relatos que las dimensiones de la ciudad eran formidables. Tenía un centenar de puertas de bronce, veinticinco por lado. 

    De estas puertas nacían las grandes calles perpendiculares a la muralla, que se cortaban en ángulo recto, dividiendo a la ciudad en cuadros uniformes. El Éufrates pasaba por en medio de la ciudad, dividiéndola en dos. Grandes muelles flanqueaban las dos riberas del río. 

    La ciudad se hallaba separada de los muelles por un muro en el que había veinticinco puertas que se abrían cada una de ellas sobre un camino que descendía hasta la orilla. Había transbordadores, un puente, e incluso un túnel. 

    Las murallas, los muelles, los palacios, los templos, las casas privadas, estaban construidas de ladrillos; como mortero o cemento se usaba bitumen (cp. Gn. 11:3). 

    Génesis 11:3

    3 Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.

    La palmera daba la madera de construcción de las casas, con alturas de 2, 3 o 4 pisos (Herodoto, 1:178-186). 

    En el año 520-519 a.C., y otra vez en el año 514, Babilonia se rebeló contra Darío Histaspes, que la venció ambas veces y, finalmente, la destruyó. Seleuco Nicátor, que conquistó la ciudad en el año 312 a.C., aceleró su decadencia. 

    Hizo gran uso de los materiales de construcción que halló en Babilonia para construir Seleucia, su nueva capital, a orillas del Tigris. Las profecías de la Biblia sobre Babilonia se han cumplido de una manera precisa (Is. 13; 14:1-23; 21:1-10; 46:1, 2: 47:1-3; Jer. 1 y 51). 

    Isaías 13 

    Profecía sobre Babilonia

    1 Profecía sobre Babilonia, revelada a Isaías hijo de Amoz.

    2 Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz a ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes.

    3 Yo mandé a mis consagrados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, a los que se alegran con mi gloria.

    4 Estruendo de multitud en los montes, como de mucho pueblo; estruendo de ruido de reinos, de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la batalla.

    5 Vienen de lejana tierra, de lo postrero de los cielos, Jehová y los instrumentos de su ira, para destruir toda la tierra.

    6 Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso.

    7 Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre,

    8 y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas.

    9 He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores.

    10 Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor.

    11 Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.

    12 Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre.

    13 Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira.

    14 Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra.

    15 Cualquiera que sea hallado será alanceado; y cualquiera que por ellos sea tomado, caerá a espada.

    16 Sus niños serán estrellados delante de ellos; sus casas serán saqueadas, y violadas sus mujeres.

    17 He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no se ocuparán de la plata, ni codiciarán oro.

    18 Con arco tirarán a los niños, y no tendrán misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará a los hijos.

    19 Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios.

    20 Nunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada;

    21 sino que dormirán allí las fieras del desierto, y sus casas se llenarán de hurones;allí habitarán avestruces, y allí saltarán las cabras salvajes.

    22 En sus palacios aullarán hienas, y chacales en sus casas de deleite; y cercano a llegar está su tiempo, y sus días no se alargarán.

    Isaías 14:1-23 

    Escarnio contra el rey de Babilonia

    1 Porque Jehová tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel, y lo hará reposar en su tierra; y a ellos se unirán extranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob.

    2 Y los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de Israel los poseerá por siervos y criadas en la tierra de Jehová; y cautivarán a los que los cautivaron, y señorearán sobre los que los oprimieron.

    3 Y en el día que Jehová te dé reposo de tu trabajo y de tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir,

    4 pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de oro!

    5 Quebrantó Jehová el báculo de los impíos, el cetro de los señores;

    6 el que hería a los pueblos con furor, con llaga permanente, el que se enseñoreaba de las naciones con ira, y las perseguía con crueldad.

    7 Toda la tierra está en reposo y en paz; se cantaron alabanzas.

    8 Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros.

    9 El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones.

    10 Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros?

    11 Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.

    12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.

    13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;

    14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.

    15 Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.

    16 Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos;

    17 que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?

    18 Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en su morada;

    19 pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado.

    20 No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada para siempre la descendencia de los malignos.

    21 Preparad sus hijos para el matadero, por la maldad de sus padres; no se levanten, ni posean la tierra, ni llenen de ciudades la faz del mundo.

    22 Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová.

    23 Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; y la barreré con escobas de destrucción, dice Jehová de los ejércitos.

    Isaías 21:1-10 

    Profecía sobre el desierto del mar

    1 Profecía sobre el desierto del mar. Como torbellino del Neguev, así viene del desierto, de la tierra horrenda.

    2 Visión dura me ha sido mostrada. El prevaricador prevarica, y el destructor destruye. Sube, oh Elam; sitia, oh Media. Todo su gemido hice cesar.

    3 Por tanto, mis lomos se han llenado de dolor; angustias se apoderaron de mí, como angustias de mujer de parto; me agobié oyendo, y al ver me he espantado.

    4 Se pasmó mi corazón, el horror me ha intimidado; la noche de mi deseo se me volvió en espanto.

    5 Ponen la mesa, extienden tapices; comen, beben. ¡Levantaos, oh príncipes, ungid el escudo!

    6 Porque el Señor me dijo así: Ve, pon centinela que haga saber lo que vea.

    7 Y vio hombres montados, jinetes de dos en dos, montados sobre asnos, montados sobre camellos; y miró más atentamente,

    8 y gritó como un león: Señor, sobre la atalaya estoy yo continuamente de día, y las noches enteras sobre mi guarda;

    9 y he aquí vienen hombres montados, jinetes de dos en dos. Después habló y dijo: Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra.

    10 Oh pueblo mío, trillado y aventado, os he dicho lo que oí de Jehová de los ejércitos, Dios de Israel.

    Isaías 46:1, 2 

    1 Se postró Bel, se abatió Nebo; sus imágenes fueron puestas sobre bestias, sobre animales de carga; esas cosas que vosotros solíais llevar son alzadas cual carga, sobre las bestias cansadas.

    2 Fueron humillados, fueron abatidos juntamente; no pudieron escaparse de la carga, sino que tuvieron ellos mismos que ir en cautiverio.

    Isaías 47:1-3 

    Juicio sobre Babilonia

    1 Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada.

    2 Toma el molino y muele harina; descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos.

    3 Será tu vergüenza descubierta, y tu deshonra será vista; haré retribución, y no se librará hombre alguno.

    Jeremías 1

    Llamamiento y misión de Jeremías

    1 Las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que estuvieron en Anatot, en tierra de Benjamín.

    2 Palabra de Jehová que le vino en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año decimotercero de su reinado.

    3 Le vino también en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año undécimo de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, hasta la cautividad de Jerusalén en el mes quinto.

    4 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:

    5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.

    6 Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño.

    7 Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.

    8 No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.

    9 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.

    10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.

    11 La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro.

    12 Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.

    13 Vino a mí la palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Veo una olla que hierve; y su faz está hacia el norte.

    14 Me dijo Jehová: Del norte se soltará el mal sobre todos los moradores de esta tierra.

    15 Porque he aquí que yo convoco a todas las familias de los reinos del norte, dice Jehová; y vendrán, y pondrá cada uno su campamento a la entrada de las puertas de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y contra todas las ciudades de Judá.

    16 Y a causa de toda su maldad, proferiré mis juicios contra los que me dejaron, e incensaron a dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron.

    17 Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos.

    18 Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra.

    19 Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte.

    Jeremías 51

    Juicios de Jehová contra Babilonia

    1 Así ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto un viento destruidor contra Babilonia, y contra sus moradores que se levantan contra mí.

    2 Y enviaré a Babilonia aventadores que la avienten, y vaciarán su tierra; porque se pondrán contra ella de todas partes en el día del mal.

    3 Diré al flechero que entesa su arco, y al que se enorgullece de su coraza: No perdonéis a sus jóvenes, destruid todo su ejército.

    4 Y caerán muertos en la tierra de los caldeos, y alanceados en sus calles.

    5 Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, Jehová de los ejércitos, aunque su tierra fue llena de pecado contra el Santo de Israel.

    6 Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, para que no perezcáis a causa de su maldad; porque el tiempo es de venganza de Jehová; le dará su pago.

    7 Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones.

    8 En un momento cayó Babilonia, y se despedazó; gemid sobre ella; tomad bálsamo para su dolor, quizá sane.

    9 Curamos a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada uno a su tierra; porque ha llegado hasta el cielo su juicio, y se ha alzado hasta las nubes.

    10 Jehová sacó a luz nuestras justicias; venid, y contemos en Sion la obra de Jehová nuestro Dios.

    11 Limpiad las saetas, embrazad los escudos; ha despertado Jehová el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla; porque venganza es de Jehová, y venganza de su templo.

    12 Levantad bandera sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas, disponed celadas; porque deliberó Jehová, y aun pondrá en efecto lo que ha dicho contra los moradores de Babilonia.

    13 Tú, la que moras entre muchas aguas, rica en tesoros, ha venido tu fin, la medida de tu codicia.

    14 Jehová de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de langostas, y levantarán contra ti gritería.

    15 El es el que hizo la tierra con su poder, el que afirmó el mundo con su sabiduría, y extendió los cielos con su inteligencia.

    16 A su voz se producen tumultos de aguas en los cielos, y hace subir las nubes de lo último de la tierra; él hace relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos.

    17 Todo hombre se ha infatuado, y no tiene ciencia; se avergüenza todo artífice de su escultura, porque mentira es su ídolo, no tiene espíritu.

    18 Vanidad son, obra digna de burla; en el tiempo del castigo perecerán.

    19 No es como ellos la porción de Jacob; porque él es el Formador de todo, e Israel es el cetro de su herencia; Jehová de los ejércitos es su nombre.

    20 Martillo me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré naciones, y por medio de ti destruiré reinos.

    21 Por tu medio quebrantaré caballos y a sus jinetes, y por medio de ti quebrantaré carros y a los que en ellos suben.

    22 Asimismo por tu medio quebrantaré hombres y mujeres, y por medio de ti quebrantaré viejos y jóvenes, y por tu medio quebrantaré jóvenes y vírgenes.

    23 También quebrantaré por medio de ti al pastor y a su rebaño; quebrantaré por tu medio a labradores y a sus yuntas; a jefes y a príncipes quebrantaré por medio de ti.

    24 Y pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el mal que ellos hicieron en Sion delante de vuestros ojos, dice Jehová.

    25 He aquí yo estoy contra ti, oh monte destruidor, dice Jehová, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano contra ti, y te haré rodar de las peñas, y te reduciré a monte quemado.

    26 Y nadie tomará de ti piedra para esquina, ni piedra para cimiento; porque perpetuo asolamiento serás, ha dicho Jehová.

    27 Alzad bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones, preparad pueblos contra ella; juntad contra ella los reinos de Ararat, de Mini y de Askenaz; señalad contra ella capitán, haced subir caballos como langostas erizadas.

    28 Preparad contra ella naciones; los reyes de Media, sus capitanes y todos sus príncipes, y todo territorio de su dominio.

    29 Temblará la tierra, y se afligirá; porque es confirmado contra Babilonia todo el pensamiento de Jehová, para poner la tierra de Babilonia en soledad, para que no haya morador en ella.

    30 Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se encerraron en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas, se volvieron como mujeres; incendiadas están sus casas, rotos sus cerrojos.

    31 Correo se encontrará con correo, mensajero se encontrará con mensajero, para anunciar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada por todas partes.

    32 Los vados fueron tomados, y los baluartes quemados a fuego, y se consternaron los hombres de guerra.

    33 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era cuando está de trillar; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega.

    34 Me devoró, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia, y me dejó como vaso vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me echó fuera.

    35 Sobre Babilonia caiga la violencia hecha a mí y a mi carne, dirá la moradora de Sion; y mi sangre caiga sobre los moradores de Caldea, dirá Jerusalén.

    36 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo juzgo tu causa y haré tu venganza; y secaré su mar, y haré que su corriente quede seca.

    37 Y será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin morador.

    38 Todos a una rugirán como leones; como cachorros de leones gruñirán.

    39 En medio de su calor les pondré banquetes, y haré que se embriaguen, para que se alegren, y duerman eterno sueño y no despierten, dice Jehová.

    40 Los haré traer como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos.

    41 ¡Cómo fue apresada Babilonia, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo vino a ser Babilonia objeto de espanto entre las naciones!

    42 Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue cubierta.

    43 Sus ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra en que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre.

    44 Y juzgaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha tragado; y no vendrán más naciones a él, y el muro de Babilonia caerá.

    45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová.

    46 Y no desmaye vuestro corazón, ni temáis a causa del rumor que se oirá por la tierra; en un año vendrá el rumor, y después en otro año rumor, y habrá violencia en la tierra, dominador contra dominador.

    47 Por tanto, he aquí vienen días en que yo destruiré los ídolos de Babilonia, y toda su tierra será avergonzada, y todos sus muertos caerán en medio de ella.

    48 Los cielos y la tierra y todo lo que está en ellos cantarán de gozo sobre Babilonia; porque del norte vendrán contra ella destruidores, dice Jehová.

    49 Por los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra.

    50 Los que escapasteis de la espada, andad, no os detengáis; acordaos por muchos días de Jehová, y acordaos de Jerusalén.

    51 Estamos avergonzados, porque oímos la afrenta; la confusión cubrió nuestros rostros, porque vinieron extranjeros contra los santuarios de la casa de Jehová.

    52 Por tanto, vienen días, dice Jehová, en que yo destruiré sus ídolos, y en toda su tierra gemirán los heridos.

    53 Aunque suba Babilonia hasta el cielo, y se fortifique en las alturas, de mí vendrán a ella destruidores, dice Jehová.

    54 ¡Oyese el clamor de Babilonia, y el gran quebrantamiento de la tierra de los caldeos!

    55 Porque Jehová destruirá a Babilonia, y quitará de ella la mucha jactancia; y bramarán sus olas, y como sonido de muchas aguas será la voz de ellos.

    56 Porque vino destruidor contra ella, contra Babilonia, y sus valientes fueron apresados; el arco de ellos fue quebrado; porque Jehová, Dios de retribuciones, dará la paga.

    57 Y embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus capitanes, a sus nobles y a sus fuertes; y dormirán sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.

    58 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en vano trabajaron los pueblos, y las naciones se cansaron sólo para el fuego.

    59 Palabra que envió el profeta Jeremías a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando iba con Sedequías rey de Judá a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Y era Seraías el principal camarero.

    60 Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra Babilonia.

    61 Y dijo Jeremías a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todas estas cosas,

    62 dirás: Oh Jehová, tú has dicho contra este lugar que lo habías de destruir, hasta no quedar en él morador, ni hombre ni animal, sino que para siempre ha de ser asolado.

    63 Y cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra, y lo echarás en medio del Eufrates,

    64 y dirás: Así se hundirá Babilonia, y no se levantará del mal que yo traigo sobre ella; y serán rendidos. Hasta aquí son las palabras de Jeremías.

    En Jer. 51:37 (cp. Jer. 51:1-2) se afirmó que Babilonia vendría a ser unos montones de ruinas (Jer. 51:37, cp. Jer. 1:26), y esto es literalmente lo que ha venido a ser. 

    Jeremías 51:37

    37 Y será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin morador.

    Jeremías 51:1-2

    Juicios de Jehová contra Babilonia

    1 Así ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto un viento destruidor contra Babilonia, y contra sus moradores que se levantan contra mí.

    2 Y enviaré a Babilonia aventadores que la avienten, y vaciarán su tierra; porque se pondrán contra ella de todas partes en el día del mal.

    Jeremías 51:37

    37 Y será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin morador.

    Las ruinas empiezan a más de 5 1/2 Km. antes del pueblo de Hillah, se extienden hacia el norte por casi 5 Km.; de este a oeste ocupan más de 3 Km., a lo largo de la ribera oriental del Éufrates. 

    Los tres montones más notables son llamados por los árabes los montículos de Babil, de Kasr, y de Amrán. 

    Se hallan al este del río, en una parte muy antigua de la ciudad que, en una cierta época, se había hallado en un triángulo limitado por el Éufrates y por dos murallas. 

    Estas murallas eran rectilíneas; al este se encontraban casi en un ángulo recto; uno medía más de 3 Km., y el otro casi 5 Km. Amrán, el montículo meridional, marca la localidad del templo de Marduk. 

    El cerro central, Kasr, cubre las viejas ruinas del palacio viejo y de un templo dedicado a la diosa Balit; este santuario, que se elevaba más al este, estaba separado del palacio por la ruta de la procesión. Babil, el montículo del norte, está en el lugar donde se levantaba el palacio de Nabucodonosor del sur. 

    El legado arqueológico de Babilonia es importante. Se han descubierto grandes cantidades de tabletas de barro cocido que arrojan mucha luz acerca de la vida social y del carácter de los babilonios. 

    Eran una nación muy instruida. Hay tabletas de geología y de geografía, de matemáticas; muchas otras son registros de contratos, préstamos, matrimonios, dotes, compras de esclavos, etc. La astronomía de ellos estaba totalmente unida a la astrología. 

    Muchas de las tabletas muestran su fe en las predicciones de los astros, lo que concuerda con Is. 47:13

    Isaías 47:13

    13 Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti.

    Muchas tabletas mágicas y de encantamientos evidencian que tenían mucho temor a los malos espíritus: invocaban al «espíritu del cielo» y al «espíritu de la tierra» para que les libraran. 

    Su religión ha sido descrita como la peor clase posible de «idolatría» y sus dioses parecen haber sido legión. Todas estas tabletas dan evidencia del carácter satánico de la esclavitud espiritual a la que estaban sometidos los súbditos de Babilonia. (Véase también BABEL).

    VÉASE: Amrafel , Hammurabi , Babel , Belsasar , Ciro , Darío (Etimología incierta) , Daniel (Libro)
  • DICCIONARIO
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  • Babilonia

    vet, (Babel, en acadio «Bab-ilu», con la terminación griega «on»: «puerta de Dios». BABILONIA CAPITAL. 

    Capital del imperio babilonio; los textos del AT la mencionan por vez primera en Gn. 10:10 con tres otras localidades que marcan juntamente el principio del reino de Nimrod (cp. Is. 23:13). 

    Génesis 10:10

    10 Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.

    Isaías 23:13

    13 Mira la tierra de los caldeos. Este pueblo no existía; Asiria la fundó para los moradores del desierto. Levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas.

    Es en Babilonia que tuvo lugar la empresa de la torre de Babel, y, asimismo, la confusión de las lenguas (Gn. 11:1-9). 

    Génesis 11:1-9

    La torre de Babel

    1 Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.

    2 Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se estabecieron allí.

    3 Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.

    4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.

    5 Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.

    6 Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.

    7 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.

    8 Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.

    9 Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

    Bajo el rey Hammurabi, la ciudad pasó a ser la capital de Babilonia, de la que fue a la vez el centro político y religioso (véanse AMRAFEL y HAMMURABI). 

    Alcanzó el apogeo de su gloria en el siglo VI a.C. bajo Nabucodonosor, que la desarrolló en gran manera, e hizo de ella la más grande y hermosa capital de su tiempo. 

    El antiguo palacio se levantaba sobre la ribera oriental del Éufrates. Nabucodonosor dobló sus dimensiones primitivas al prolongarlo hacia el norte; el edificio tenía entonces el río al oeste, y un canal al norte y al sur; su fachada oriental y una magnífica puerta monumental daban sobre el camino de la gran procesión que procedía del templo de Marduk, que estaba situado a casi 1 Km. al sur. 

    Nabucodonosor construyó otro palacio, a unos 2 1/2 Km. al norte del antiguo, sobre una colina artificial cuyas faldas descendían en terrazas, y que estaban probablemente recubiertas por los famosos jardines colgantes. Herodoto (alrededor del año 443 a.C.) afirmaba que Babilonia, que indudablemente visitó, era un cuadrado, que medía 120 estadios de lado (el estadio tenía alrededor de 200 m., lo que hacía que midiera algo más de 23 Km. de lado). 

    Estas medidas darían una superficie de alrededor de 529 km2, incluyéndose Borsippa. Ctésias, que fue también testigo ocular y famoso escriba del siglo V a.C., dice que el cuadrado de la ciudad tenía 90 estadios de lado; según él, el contorno era de 360 estadios (o casi 68 Km.); en este caso, la superficie no hubiera sido más que algo más de la mitad de la indicada por Herodoto. 

    Las dimensiones indicadas por Diodoro de Sicilia y por Estrabo son próximas a las de Ctésias. Una muralla (Jer. 51:58) o más bien una doble fortificación, rodeaba la ciudad (Herodoto 1:181). 

    Jeremías 51:58

    58 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en vano trabajaron los pueblos, y las naciones se cansaron sólo para el fuego.

    En el exterior se extendía un foso ancho y profundo. Estaba prohibido construir casas entre las dos murallas alrededor del cuadro. Por el contorno de la ciudad, a lo largo de su muralla interior, había gran cantidad de huertos y de jardines, y de campos, contados dentro de la superficie de la ciudad, pero poco habitados. 

    Herodoto dice que los muros de la ciudad tenían 50 codos de espesor (alrededor de 23 m.) y 200 codos de altura (92 m.). 

    Quinto Curcio, en el 40 d.C., indica algo más de 10 metros de espesor. En todo caso, se puede concluir en base a todos estos relatos que las dimensiones de la ciudad eran formidables. Tenía un centenar de puertas de bronce, veinticinco por lado. 

    De estas puertas nacían las grandes calles perpendiculares a la muralla, que se cortaban en ángulo recto, dividiendo a la ciudad en cuadros uniformes. El Éufrates pasaba por en medio de la ciudad, dividiéndola en dos. Grandes muelles flanqueaban las dos riberas del río. 

    La ciudad se hallaba separada de los muelles por un muro en el que había veinticinco puertas que se abrían cada una de ellas sobre un camino que descendía hasta la orilla. Había transbordadores, un puente, e incluso un túnel. 

    Las murallas, los muelles, los palacios, los templos, las casas privadas, estaban construidas de ladrillos; como mortero o cemento se usaba bitumen (cp. Gn. 11:3). 

    Génesis 11:3

    3 Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.

    La palmera daba la madera de construcción de las casas, con alturas de 2, 3 o 4 pisos (Herodoto, 1:178-186). 

    En el año 520-519 a.C., y otra vez en el año 514, Babilonia se rebeló contra Darío Histaspes, que la venció ambas veces y, finalmente, la destruyó. Seleuco Nicátor, que conquistó la ciudad en el año 312 a.C., aceleró su decadencia. 

    Hizo gran uso de los materiales de construcción que halló en Babilonia para construir Seleucia, su nueva capital, a orillas del Tigris. Las profecías de la Biblia sobre Babilonia se han cumplido de una manera precisa (Is. 13; 14:1-23; 21:1-10; 46:1, 2: 47:1-3; Jer. 1 y 51). 

    Isaías 13 

    Profecía sobre Babilonia

    1 Profecía sobre Babilonia, revelada a Isaías hijo de Amoz.

    2 Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz a ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes.

    3 Yo mandé a mis consagrados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, a los que se alegran con mi gloria.

    4 Estruendo de multitud en los montes, como de mucho pueblo; estruendo de ruido de reinos, de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la batalla.

    5 Vienen de lejana tierra, de lo postrero de los cielos, Jehová y los instrumentos de su ira, para destruir toda la tierra.

    6 Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso.

    7 Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre,

    8 y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas.

    9 He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores.

    10 Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor.

    11 Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.

    12 Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre.

    13 Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira.

    14 Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra.

    15 Cualquiera que sea hallado será alanceado; y cualquiera que por ellos sea tomado, caerá a espada.

    16 Sus niños serán estrellados delante de ellos; sus casas serán saqueadas, y violadas sus mujeres.

    17 He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no se ocuparán de la plata, ni codiciarán oro.

    18 Con arco tirarán a los niños, y no tendrán misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará a los hijos.

    19 Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios.

    20 Nunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada;

    21 sino que dormirán allí las fieras del desierto, y sus casas se llenarán de hurones;allí habitarán avestruces, y allí saltarán las cabras salvajes.

    22 En sus palacios aullarán hienas, y chacales en sus casas de deleite; y cercano a llegar está su tiempo, y sus días no se alargarán.

    Isaías 14:1-23 

    Escarnio contra el rey de Babilonia

    1 Porque Jehová tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel, y lo hará reposar en su tierra; y a ellos se unirán extranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob.

    2 Y los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de Israel los poseerá por siervos y criadas en la tierra de Jehová; y cautivarán a los que los cautivaron, y señorearán sobre los que los oprimieron.

    3 Y en el día que Jehová te dé reposo de tu trabajo y de tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir,

    4 pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de oro!

    5 Quebrantó Jehová el báculo de los impíos, el cetro de los señores;

    6 el que hería a los pueblos con furor, con llaga permanente, el que se enseñoreaba de las naciones con ira, y las perseguía con crueldad.

    7 Toda la tierra está en reposo y en paz; se cantaron alabanzas.

    8 Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros.

    9 El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones.

    10 Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros?

    11 Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.

    12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.

    13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;

    14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.

    15 Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.

    16 Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos;

    17 que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?

    18 Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en su morada;

    19 pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado.

    20 No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada para siempre la descendencia de los malignos.

    21 Preparad sus hijos para el matadero, por la maldad de sus padres; no se levanten, ni posean la tierra, ni llenen de ciudades la faz del mundo.

    22 Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová.

    23 Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; y la barreré con escobas de destrucción, dice Jehová de los ejércitos.

    Isaías 21:1-10 

    Profecía sobre el desierto del mar

    1 Profecía sobre el desierto del mar. Como torbellino del Neguev, así viene del desierto, de la tierra horrenda.

    2 Visión dura me ha sido mostrada. El prevaricador prevarica, y el destructor destruye. Sube, oh Elam; sitia, oh Media. Todo su gemido hice cesar.

    3 Por tanto, mis lomos se han llenado de dolor; angustias se apoderaron de mí, como angustias de mujer de parto; me agobié oyendo, y al ver me he espantado.

    4 Se pasmó mi corazón, el horror me ha intimidado; la noche de mi deseo se me volvió en espanto.

    5 Ponen la mesa, extienden tapices; comen, beben. ¡Levantaos, oh príncipes, ungid el escudo!

    6 Porque el Señor me dijo así: Ve, pon centinela que haga saber lo que vea.

    7 Y vio hombres montados, jinetes de dos en dos, montados sobre asnos, montados sobre camellos; y miró más atentamente,

    8 y gritó como un león: Señor, sobre la atalaya estoy yo continuamente de día, y las noches enteras sobre mi guarda;

    9 y he aquí vienen hombres montados, jinetes de dos en dos. Después habló y dijo: Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra.

    10 Oh pueblo mío, trillado y aventado, os he dicho lo que oí de Jehová de los ejércitos, Dios de Israel.

    Isaías 46:1, 2 

    1 Se postró Bel, se abatió Nebo; sus imágenes fueron puestas sobre bestias, sobre animales de carga; esas cosas que vosotros solíais llevar son alzadas cual carga, sobre las bestias cansadas.

    2 Fueron humillados, fueron abatidos juntamente; no pudieron escaparse de la carga, sino que tuvieron ellos mismos que ir en cautiverio.

    Isaías 47:1-3 

    Juicio sobre Babilonia

    1 Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada.

    2 Toma el molino y muele harina; descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos.

    3 Será tu vergüenza descubierta, y tu deshonra será vista; haré retribución, y no se librará hombre alguno.

    Jeremías 1

    Llamamiento y misión de Jeremías

    1 Las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que estuvieron en Anatot, en tierra de Benjamín.

    2 Palabra de Jehová que le vino en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año decimotercero de su reinado.

    3 Le vino también en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año undécimo de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, hasta la cautividad de Jerusalén en el mes quinto.

    4 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:

    5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.

    6 Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño.

    7 Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.

    8 No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.

    9 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.

    10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.

    11 La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro.

    12 Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.

    13 Vino a mí la palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Veo una olla que hierve; y su faz está hacia el norte.

    14 Me dijo Jehová: Del norte se soltará el mal sobre todos los moradores de esta tierra.

    15 Porque he aquí que yo convoco a todas las familias de los reinos del norte, dice Jehová; y vendrán, y pondrá cada uno su campamento a la entrada de las puertas de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y contra todas las ciudades de Judá.

    16 Y a causa de toda su maldad, proferiré mis juicios contra los que me dejaron, e incensaron a dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron.

    17 Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos.

    18 Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra.

    19 Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte.

    Jeremías 51

    Juicios de Jehová contra Babilonia

    1 Así ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto un viento destruidor contra Babilonia, y contra sus moradores que se levantan contra mí.

    2 Y enviaré a Babilonia aventadores que la avienten, y vaciarán su tierra; porque se pondrán contra ella de todas partes en el día del mal.

    3 Diré al flechero que entesa su arco, y al que se enorgullece de su coraza: No perdonéis a sus jóvenes, destruid todo su ejército.

    4 Y caerán muertos en la tierra de los caldeos, y alanceados en sus calles.

    5 Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, Jehová de los ejércitos, aunque su tierra fue llena de pecado contra el Santo de Israel.

    6 Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, para que no perezcáis a causa de su maldad; porque el tiempo es de venganza de Jehová; le dará su pago.

    7 Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones.

    8 En un momento cayó Babilonia, y se despedazó; gemid sobre ella; tomad bálsamo para su dolor, quizá sane.

    9 Curamos a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada uno a su tierra; porque ha llegado hasta el cielo su juicio, y se ha alzado hasta las nubes.

    10 Jehová sacó a luz nuestras justicias; venid, y contemos en Sion la obra de Jehová nuestro Dios.

    11 Limpiad las saetas, embrazad los escudos; ha despertado Jehová el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla; porque venganza es de Jehová, y venganza de su templo.

    12 Levantad bandera sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas, disponed celadas; porque deliberó Jehová, y aun pondrá en efecto lo que ha dicho contra los moradores de Babilonia.

    13 Tú, la que moras entre muchas aguas, rica en tesoros, ha venido tu fin, la medida de tu codicia.

    14 Jehová de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de langostas, y levantarán contra ti gritería.

    15 El es el que hizo la tierra con su poder, el que afirmó el mundo con su sabiduría, y extendió los cielos con su inteligencia.

    16 A su voz se producen tumultos de aguas en los cielos, y hace subir las nubes de lo último de la tierra; él hace relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos.

    17 Todo hombre se ha infatuado, y no tiene ciencia; se avergüenza todo artífice de su escultura, porque mentira es su ídolo, no tiene espíritu.

    18 Vanidad son, obra digna de burla; en el tiempo del castigo perecerán.

    19 No es como ellos la porción de Jacob; porque él es el Formador de todo, e Israel es el cetro de su herencia; Jehová de los ejércitos es su nombre.

    20 Martillo me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré naciones, y por medio de ti destruiré reinos.

    21 Por tu medio quebrantaré caballos y a sus jinetes, y por medio de ti quebrantaré carros y a los que en ellos suben.

    22 Asimismo por tu medio quebrantaré hombres y mujeres, y por medio de ti quebrantaré viejos y jóvenes, y por tu medio quebrantaré jóvenes y vírgenes.

    23 También quebrantaré por medio de ti al pastor y a su rebaño; quebrantaré por tu medio a labradores y a sus yuntas; a jefes y a príncipes quebrantaré por medio de ti.

    24 Y pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el mal que ellos hicieron en Sion delante de vuestros ojos, dice Jehová.

    25 He aquí yo estoy contra ti, oh monte destruidor, dice Jehová, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano contra ti, y te haré rodar de las peñas, y te reduciré a monte quemado.

    26 Y nadie tomará de ti piedra para esquina, ni piedra para cimiento; porque perpetuo asolamiento serás, ha dicho Jehová.

    27 Alzad bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones, preparad pueblos contra ella; juntad contra ella los reinos de Ararat, de Mini y de Askenaz; señalad contra ella capitán, haced subir caballos como langostas erizadas.

    28 Preparad contra ella naciones; los reyes de Media, sus capitanes y todos sus príncipes, y todo territorio de su dominio.

    29 Temblará la tierra, y se afligirá; porque es confirmado contra Babilonia todo el pensamiento de Jehová, para poner la tierra de Babilonia en soledad, para que no haya morador en ella.

    30 Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se encerraron en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas, se volvieron como mujeres; incendiadas están sus casas, rotos sus cerrojos.

    31 Correo se encontrará con correo, mensajero se encontrará con mensajero, para anunciar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada por todas partes.

    32 Los vados fueron tomados, y los baluartes quemados a fuego, y se consternaron los hombres de guerra.

    33 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era cuando está de trillar; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega.

    34 Me devoró, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia, y me dejó como vaso vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me echó fuera.

    35 Sobre Babilonia caiga la violencia hecha a mí y a mi carne, dirá la moradora de Sion; y mi sangre caiga sobre los moradores de Caldea, dirá Jerusalén.

    36 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo juzgo tu causa y haré tu venganza; y secaré su mar, y haré que su corriente quede seca.

    37 Y será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin morador.

    38 Todos a una rugirán como leones; como cachorros de leones gruñirán.

    39 En medio de su calor les pondré banquetes, y haré que se embriaguen, para que se alegren, y duerman eterno sueño y no despierten, dice Jehová.

    40 Los haré traer como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos.

    41 ¡Cómo fue apresada Babilonia, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo vino a ser Babilonia objeto de espanto entre las naciones!

    42 Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue cubierta.

    43 Sus ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra en que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre.

    44 Y juzgaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha tragado; y no vendrán más naciones a él, y el muro de Babilonia caerá.

    45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová.

    46 Y no desmaye vuestro corazón, ni temáis a causa del rumor que se oirá por la tierra; en un año vendrá el rumor, y después en otro año rumor, y habrá violencia en la tierra, dominador contra dominador.

    47 Por tanto, he aquí vienen días en que yo destruiré los ídolos de Babilonia, y toda su tierra será avergonzada, y todos sus muertos caerán en medio de ella.

    48 Los cielos y la tierra y todo lo que está en ellos cantarán de gozo sobre Babilonia; porque del norte vendrán contra ella destruidores, dice Jehová.

    49 Por los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra.

    50 Los que escapasteis de la espada, andad, no os detengáis; acordaos por muchos días de Jehová, y acordaos de Jerusalén.

    51 Estamos avergonzados, porque oímos la afrenta; la confusión cubrió nuestros rostros, porque vinieron extranjeros contra los santuarios de la casa de Jehová.

    52 Por tanto, vienen días, dice Jehová, en que yo destruiré sus ídolos, y en toda su tierra gemirán los heridos.

    53 Aunque suba Babilonia hasta el cielo, y se fortifique en las alturas, de mí vendrán a ella destruidores, dice Jehová.

    54 ¡Oyese el clamor de Babilonia, y el gran quebrantamiento de la tierra de los caldeos!

    55 Porque Jehová destruirá a Babilonia, y quitará de ella la mucha jactancia; y bramarán sus olas, y como sonido de muchas aguas será la voz de ellos.

    56 Porque vino destruidor contra ella, contra Babilonia, y sus valientes fueron apresados; el arco de ellos fue quebrado; porque Jehová, Dios de retribuciones, dará la paga.

    57 Y embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus capitanes, a sus nobles y a sus fuertes; y dormirán sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.

    58 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en vano trabajaron los pueblos, y las naciones se cansaron sólo para el fuego.

    59 Palabra que envió el profeta Jeremías a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando iba con Sedequías rey de Judá a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Y era Seraías el principal camarero.

    60 Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra Babilonia.

    61 Y dijo Jeremías a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todas estas cosas,

    62 dirás: Oh Jehová, tú has dicho contra este lugar que lo habías de destruir, hasta no quedar en él morador, ni hombre ni animal, sino que para siempre ha de ser asolado.

    63 Y cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra, y lo echarás en medio del Eufrates,

    64 y dirás: Así se hundirá Babilonia, y no se levantará del mal que yo traigo sobre ella; y serán rendidos. Hasta aquí son las palabras de Jeremías.

    En Jer. 51:37 (cp. Jer. 51:1-2) se afirmó que Babilonia vendría a ser unos montones de ruinas (Jer. 51:37, cp. Jer. 1:26), y esto es literalmente lo que ha venido a ser. 

    Jeremías 51:37

    37 Y será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin morador.

    Jeremías 51:1-2

    Juicios de Jehová contra Babilonia

    1 Así ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto un viento destruidor contra Babilonia, y contra sus moradores que se levantan contra mí.

    2 Y enviaré a Babilonia aventadores que la avienten, y vaciarán su tierra; porque se pondrán contra ella de todas partes en el día del mal.

    Jeremías 51:37

    37 Y será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin morador.

    Las ruinas empiezan a más de 5 1/2 Km. antes del pueblo de Hillah, se extienden hacia el norte por casi 5 Km.; de este a oeste ocupan más de 3 Km., a lo largo de la ribera oriental del Éufrates. 

    Los tres montones más notables son llamados por los árabes los montículos de Babil, de Kasr, y de Amrán. 

    Se hallan al este del río, en una parte muy antigua de la ciudad que, en una cierta época, se había hallado en un triángulo limitado por el Éufrates y por dos murallas. 

    Estas murallas eran rectilíneas; al este se encontraban casi en un ángulo recto; uno medía más de 3 Km., y el otro casi 5 Km. Amrán, el montículo meridional, marca la localidad del templo de Marduk. 

    El cerro central, Kasr, cubre las viejas ruinas del palacio viejo y de un templo dedicado a la diosa Balit; este santuario, que se elevaba más al este, estaba separado del palacio por la ruta de la procesión. Babil, el montículo del norte, está en el lugar donde se levantaba el palacio de Nabucodonosor del sur. 

    El legado arqueológico de Babilonia es importante. Se han descubierto grandes cantidades de tabletas de barro cocido que arrojan mucha luz acerca de la vida social y del carácter de los babilonios. 

    Eran una nación muy instruida. Hay tabletas de geología y de geografía, de matemáticas; muchas otras son registros de contratos, préstamos, matrimonios, dotes, compras de esclavos, etc. La astronomía de ellos estaba totalmente unida a la astrología. 

    Muchas de las tabletas muestran su fe en las predicciones de los astros, lo que concuerda con Is. 47:13

    Isaías 47:13

    13 Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti.

    Muchas tabletas mágicas y de encantamientos evidencian que tenían mucho temor a los malos espíritus: invocaban al «espíritu del cielo» y al «espíritu de la tierra» para que les libraran. 

    Su religión ha sido descrita como la peor clase posible de «idolatría» y sus dioses parecen haber sido legión. Todas estas tabletas dan evidencia del carácter satánico de la esclavitud espiritual a la que estaban sometidos los súbditos de Babilonia. (Véase también BABEL).

    VÉASE:
    Amrafel , Hammurabi , Babel , Belsasar , Ciro , Darío (Etimología incierta) , Daniel (Libro)
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