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  • Milenio

    vet, (lat. «mil años», expresión surgida de Ap. 20:1-7). 

    Apocalipsis 20:1-7

    Los mil años

    1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.

    2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,

    Era de esta duración en la que Cristo, después de su retorno, hará reinar la justicia y la paz sobre la tierra. 

    El AT no cesa de anunciar el reino glorioso que el Mesías instaurará aquí en la tierra. De la misma manera que creemos en el cumplimiento literal de las profecías que tratan de los sufrimientos del Señor, no hay razón objetiva alguna para rechazar las promesas concernientes a Israel, los grandes juicios del fin, y el triunfo visible de Jesucristo sobre la tierra. 

    En efecto, el reino de Cristo ha de llenar «toda la tierra», es decir, el mismo espacio ocupado por los imperios de las naciones (Dn. 2:35; 38-39; 7:27; Sal. 72:8-11). 

    Daniel 2:35, 38-39 

    35 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.

    38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.

    39 Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra.

    Daniel 7:27 

    27 y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.

    Salmos 72:8-11

    8 Dominará de mar a mar, Y desde el río hasta los confines de la tierra.

    9 Ante él se postrarán los moradores del desierto, Y sus enemigos lamerán el polvo.

    10 Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes; Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones.

    11 Todos los reyes se postrarán delante de él; Todas las naciones le servirán.

    A Jesucristo le ha sido prometido «el trono de David su padre», que jamás ha estado situado en el cielo (Lc. 1:32; cfr. Hch. 1:6). 

    Lucas 1:32

    32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

    Hechos 1:6

    La ascensión

    6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?

    Los elegidos reinarán al principio con Él «sobre la tierra» (Ap. 5:10; 20;4 b, 6), antes de ser transportados a los nuevos cielos y la nueva tierra. 

    Apocalipsis 5:10 

    10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

    Apocalipsis 20:4 b, 6

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    Con respecto al milenio, hay tres puntos de vista principales: 

    (a) Los postmilenialistas. Los postmilenialistas enseñan que la Primera Venida de Cristo y las conquistas del Evangelio han atado a Satanás de tal manera, que la humanidad está lentamente introduciéndose en su Edad de Oro mediante la actuación de la Iglesia. 

    El Señor sólo tendrá que venir para introducirla en la eternidad. Ésta es la concepción sostenida por la Iglesia de Roma y por una buena cantidad de iglesias protestantes, para las que el término «mil años» presenta simbólicamente un período largo de duración indeterminada, que cubre algo más de la era de la iglesia militante. 

    Después de las dos Guerras Mundiales, de los campos de exterminio y del terror atómico, parece bien difícil admitir esta interpretación; más bien parecería que si Satanás ya está atado en la actualidad, como proponen los postmilenialistas, su cadena es realmente muy larga. 

    En todo caso, el optimismo de esta postura, que mantiene una mejora de la humanidad en constante progresión, por la que la Iglesia introduce el reino de Dios sobre la tierra, está reñida con toda la enseñanza del NT, que proclama la caída en una apostasía general del cristianismo profesante, y una intervención cataclísmica de Cristo, con tremendos juicios, antes de la violenta instauración de su reinado (cfr. Lc. 17:20-27; 18:8; Mt. 13 y cfr. LEVADURA con respecto a la interpretación de esta parábola; Ro. 11 :11-24 ss.; 2 Ts. 2:1-12, esp. v. 7; 1 Ti, 4:1-4; 2 Ti. 3:1-14; 4:1-7; 2 P. 2:3; Judas); todo el libro de Apocalipsis es evidencia de que la humanidad no será ganada a Cristo por el Evangelio; de hecho, sólo será en la era futura que grandes masas serán alcanzadas por el Evangelio (cfr. también Hch. 20:28-32). 

    Lucas 17:20-27 

    La venida del Reino

    20 Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia,

    21 ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.

    22 Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis.

    23 Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis.

    24 Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día.

    25 Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación.

    26 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.

    27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.

    Lucas 18:8 

    8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?

    Mateo 13

    Parábola del sembrador

    1 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.

    2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.

    3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.

    4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.

    5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;

    6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.

    7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.

    8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.

    9 El que tiene oídos para oír, oiga.

    Propósito de las parábolas

    10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?

    11 El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.

    12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

    13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

    14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis.

    15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.

    16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

    17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

    Jesús explica la parábola del sembrador

    18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:

    19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.

    20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;

    21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.

    22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

    23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

    Parábola del trigo y la cizaña

    24 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;

    25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.

    26 Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.

    27 Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?

    28 El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?

    29 El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.

    30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

    Parábola de la semilla de mostaza

    31 Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;

    32 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

    Parábola de la levadura

    33 Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.

    El uso que Jesús hace de las parábolas

    34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba;

    35 para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.

    Jesús explica la parábola de la cizaña

    36 Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.

    37 Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.

    38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.

    39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.

    40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.

    41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,

    42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

    43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.

    El tesoro escondido

    44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

    La perla de gran precio

    45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,

    46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.

    La red

    47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;

    48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.

    49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,

    50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

    Tesoros nuevos y viejos

    51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.

    52 El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

    Jesús en Nazaret

    53 Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí.

    54 Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros?

    55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?

    56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?

    57 Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.

    58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.

    Romanos 11:11-24

    La salvación de los gentiles

    11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.

    12 Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?

    13 Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio,

    14 por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos.

    15 Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?

    16 Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.

    17 Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo,

    18 no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.

    19 Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.

    20 Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme.

    21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.

    22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.

    23 Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.

    24 Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?

    2 Tesalonicenses 2:1-12

    Manifestación del hombre de pecado

    1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,

    2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.

    3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,

    4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.

    5 ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?

    6 Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste.

    7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.

    8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;

    9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,

    10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.

    11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,

    12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

    1 Timoteo 4:1-4 

    Predicción de la apostasía

    1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;

    2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,

    3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.

    4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias;

    2 Timoteo 3:1-14 

    Carácter de los hombres en los postreros días

    1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.

    2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,

    3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,

    4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,

    5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.

    6 Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.

    7 Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.

    8 Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.

    9 Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.

    10 Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia,

    11 persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor.

    12 Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;

    13 mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.

    14 Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido;

    2 Timoteo 4:1-7 

    Predica la palabra

    1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,

    2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

    3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,

    4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

    5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

    6 Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.

    7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

    2 Pedro 2:3 

    3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.

    Judas 1:25

    Salutación

    1 Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo:

    2 Misericordia y paz y amor os sean multiplicados.

    Falsas doctrinas y falsos maestros

    3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.

    4 Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.

    5 Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron.

    6 Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;

    7 como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.

    8 No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.

    9 Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.

    10 Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.

    11 ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.

    12 Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;

    13 fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas.

    14 De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares,

    15 para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.

    16 Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho.

    Amonestaciones y exhortaciones

    17 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo;

    18 los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos.

    19 Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.

    20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,

    21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.

    22 A algunos que dudan, convencedlos.

    23 A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.

    Doxología

    24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,

    25 al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.

    Hechos 20:28-32

    28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.

    29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.

    30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.

    31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.

    32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.

    El cuadro que presenta el NT es, no el de un avance triunfante de la Iglesia hasta que el mundo quede listo para la venida del Señor Jesucristo, sino un deslizamiento más y más acusado hacia la apostasía, y una venida del Señor para reinar introducida por juicios (cfr. Is. 26:9; «luego que hay juicios justos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia»). 

    Isaías 26:9

    9 Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.

    (b) Los amilenialistas. Los amilenialistas creen que no se debe esperar ningún reino visible del Señor. Todas las promesas del AT acerca del Reino son espiritualizadas en favor de la Iglesia, y «Sión» representa simplemente a la Jerusalén celestial. Según esta postura, no hay porvenir nacional alguno para Israel: el retorno de los judíos a Palestina no tiene relación alguna con las profecías, y su restauración y conversión a nivel nacional no son nada más que una vana esperanza (cfr. sin embargo Ro. 11:11-15, 25-26; Jer. caps. 30, 31, 32, 33; Ez. caps. 36-48; Zac. 12:10; 13:8-9; véase asimismo ISRAEL). 

    Romanos 11:11-15, 25-26 

    La salvación de los gentiles

    11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.

    12 Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?

    13 Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio,

    14 por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos.

    15 Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?

    La restauración de Israel

    25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;

    26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.

    Jeremías 30

    Dios promete que los cautivos volverán

    1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo:

    2 Así habló Jehová Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado.

    3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán.

    4 Estas, pues, son las palabras que habló Jehová acerca de Israel y de Judá.

    5 Porque así ha dicho Jehová: Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de paz.

    6 Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros.

    7 ¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado.

    8 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no lo volverán más a poner en servidumbre,

    9 sino que servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré.

    10 Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, ni te atemorices, Israel; porque he aquí que yo soy el que te salvo de lejos a ti y a tu descendencia de la tierra de cautividad; y Jacob volverá, descansará y vivirá tranquilo, y no habrá quien le espante.

    11 Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.

    12 Porque así ha dicho Jehová: Incurable es tu quebrantamiento, y dolorosa tu llaga.

    13 No hay quien juzgue tu causa para sanarte; no hay para ti medicamentos eficaces.

    14 Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque como hiere un enemigo te herí, con azote de adversario cruel, a causa de la magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados.

    15 ¿Por qué gritas a causa de tu quebrantamiento? Incurable es tu dolor, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto.

    16 Pero serán consumidos todos los que te consumen; y todos tus adversarios, todos irán en cautiverio; hollados serán los que te hollaron, y a todos los que hicieron presa de ti daré en presa.

    17 Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda.

    18 Así ha dicho Jehová: He aquí yo hago volver los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia, y la ciudad será edificada sobre su colina, y el templo será asentado según su forma.

    19 Y saldrá de ellos acción de gracias, y voz de nación que está en regocijo, y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré, y no serán menoscabados.

    20 Y serán sus hijos como antes, y su congregación delante de mí será confirmada; y castigaré a todos sus opresores.

    21 De ella saldrá su príncipe, y de en medio de ella saldrá su señoreador; y le haré llegar cerca, y él se acercará a mí; porque ¿quién es aquel que se atreve a acercarse a mí? dice Jehová.

    22 Y me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios.

    23 He aquí, la tempestad de Jehová sale con furor; la tempestad que se prepara, sobre la cabeza de los impíos reposará.

    24 No se calmará el ardor de la ira de Jehová, hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón; en el fin de los días entenderéis esto.

    Jeremías 31

    1 En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo.

    2 Así ha dicho Jehová: El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo.

    3 Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.

    4 Aún te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; todavía serás adornada con tus panderos, y saldrás en alegres danzas.

    5 Aún plantarás viñas en los montes de Samaria; plantarán los que plantan, y disfrutarán de ellas.

    6 Porque habrá día en que clamarán los guardas en el monte de Efraín: Levantaos, y subamos a Sion, a Jehová nuestro Dios.

    7 Porque así ha dicho Jehová: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo a la cabeza de naciones; haced oír, alabad, y decid: Oh Jehová, salva a tu pueblo, el remanente de Israel.

    8 He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los fines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en gran compañía volverán acá.

    9 Irán con lloro, mas con misericordia los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre, y Efraín es mi primogénito.

    10 Oíd palabra de Jehová, oh naciones, y hacedlo saber en las costas que están lejos, y decid: El que esparció a Israel lo reunirá y guardará, como el pastor a su rebaño.

    11 Porque Jehová redimió a Jacob, lo redimió de mano del más fuerte que él.

    12 Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor.

    13 Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor.

    14 Y el alma del sacerdote satisfaré con abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien, dice Jehová.

    15 Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron.

    16 Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo.

    17 Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra.

    18 Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios.

    19 Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud.

    20 ¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová.

    21 Establécete señales, ponte majanos altos, nota atentamente la calzada; vuélvete por el camino por donde fuiste, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades.

    22 ¿Hasta cuándo andarás errante, oh hija contumaz? Porque Jehová creará una cosa nueva sobre la tierra: la mujer rodeará al varón.

    23 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aún dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver sus cautivos: Jehová te bendiga, oh morada de justicia, oh monte santo.

    24 Y habitará allí Judá, y también en todas sus ciudades labradores, y los que van con rebaño.

    25 Porque satisfaré al alma cansada, y saciaré a toda alma entristecida.

    26 En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue agradable.

    El nuevo pacto

    27 He aquí vienen días, dice Jehová, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal.

    28 Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jehová.

    29 En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera,

    30 sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera.

    31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.

    32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.

    33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

    34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

    35 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre:

    36 Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.

    37 Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová.

    38 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que la ciudad será edificada a Jehová, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Angulo.

    39 Y saldrá más allá el cordel de la medida delante de él sobre el collado de Gareb, y rodeará a Goa.

    40 Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será santo a Jehová; no será arrancada ni destruida más para siempre.

    Jeremías 32

    Jeremías compra la heredad de Hanameel

    1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, el año décimo de Sedequías rey de Judá, que fue el año decimoctavo de Nabucodonosor.

    2 Entonces el ejército del rey de Babilonia tenía sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá.

    3 Porque Sedequías rey de Judá lo había puesto preso, diciendo: ¿Por qué profetizas tú diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la tomará;

    4 y Sedequías rey de Judá no escapará de la mano de los caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia, y hablará con él boca a boca, y sus ojos verán sus ojos,

    5 y hará llevar a Sedequías a Babilonia, y allá estará hasta que yo le visite; y si peleareis contra los caldeos, no os irá bien, dice Jehová?

    6 Dijo Jeremías: Palabra de Jehová vino a mí, diciendo:

    7 He aquí que Hanameel hijo de Salum tu tío viene a ti, diciendo: Cómprame mi heredad que está en Anatot; porque tú tienes derecho a ella para comprarla.

    8 Y vino a mí Hanameel hijo de mi tío, conforme a la palabra de Jehová, al patio de la cárcel, y me dijo: Compra ahora mi heredad, que está en Anatot en tierra de Benjamín, porque tuyo es el derecho de la herencia, y a ti corresponde el rescate; cómprala para ti. Entonces conocí que era palabra de Jehová.

    9 Y compré la heredad de Hanameel, hijo de mi tío, la cual estaba en Anatot, y le pesé el dinero; diecisiete siclos de plata.

    10 Y escribí la carta y la sellé, y la hice certificar con testigos, y pesé el dinero en balanza.

    11 Tomé luego la carta de venta, sellada según el derecho y costumbre, y la copia abierta.

    12 Y di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maasías, delante de Hanameel el hijo de mi tío, y delante de los testigos que habían suscrito la carta de venta, delante de todos los judíos que estaban en el patio de la cárcel.

    13 Y di orden a Baruc delante de ellos, diciendo:

    14 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Toma estas cartas, esta carta de venta sellada, y esta carta abierta, y ponlas en una vasija de barro, para que se conserven muchos días.

    15 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aún se comprarán casas, heredades y viñas en esta tierra.

    16 Y después que di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, oré a Jehová, diciendo:

    17 ¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti;

    18 que haces misericordia a millares, y castigas la maldad de los padres en sus hijos después de ellos; Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es su nombre;

    19 grande en consejo, y magnífico en hechos; porque tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos, y según el fruto de sus obras.

    20 Tú hiciste señales y portentos en tierra de Egipto hasta este día, y en Israel, y entre los hombres; y te has hecho nombre, como se ve en el día de hoy.

    21 Y sacaste a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto con señales y portentos, con mano fuerte y brazo extendido, y con terror grande;

    22 y les diste esta tierra, de la cual juraste a sus padres que se la darías, la tierra que fluye leche y miel;

    23 y entraron, y la disfrutaron; pero no oyeron tu voz, ni anduvieron en tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por tanto, has hecho venir sobre ellos todo este mal.

    24 He aquí que con arietes han acometido la ciudad para tomarla, y la ciudad va a ser entregada en mano de los caldeos que pelean contra ella, a causa de la espada, del hambre y de la pestilencia; ha venido, pues, a suceder lo que tú dijiste, y he aquí lo estás viendo.

    25 ¡Oh Señor Jehová! ¿y tú me has dicho: Cómprate la heredad por dinero, y pon testigos; aunque la ciudad sea entregada en manos de los caldeos?

    26 Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:

    27 He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?

    28 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí voy a entregar esta ciudad en mano de los caldeos, y en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y la tomará.

    29 Y vendrán los caldeos que atacan esta ciudad, y la pondrán a fuego y la quemarán, asimismo las casas sobre cuyas azoteas ofrecieron incienso a Baal y derramaron libaciones a dioses ajenos, para provocarme a ira.

    30 Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho sino lo malo delante de mis ojos desde su juventud; porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos, dice Jehová.

    31 De tal manera que para enojo mío y para ira mía me ha sido esta ciudad desde el día que la edificaron hasta hoy, para que la haga quitar de mi presencia,

    32 por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, y los varones de Judá y los moradores de Jerusalén.

    33 Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para recibir corrección.

    34 Antes pusieron sus abominaciones en la casa en la cual es invocado mi nombre, contaminándola.

    35 Y edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.

    36 Y con todo, ahora así dice Jehová Dios de Israel a esta ciudad, de la cual decís vosotros: Entregada será en mano del rey de Babilonia a espada, a hambre y a pestilencia:

    37 He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente;

    38 y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios.

    39 Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos.

    40 Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.

    41 Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.

    42 Porque así ha dicho Jehová: Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo.

    43 Y poseerán heredad en esta tierra de la cual vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales, es entregada en manos de los caldeos.

    44 Heredades comprarán por dinero, y harán escritura y la sellarán y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las montañas, y en las ciudades de la Sefela, y en las ciudades del Neguev; porque yo haré regresar sus cautivos, dice Jehová.

    Jeremías 33

    Restauración de la prosperidad de Jerusalén

    1 Vino palabra de Jehová a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la cárcel, diciendo:

    2 Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre:

    3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

    4 Porque así ha dicho Jehová Dios de Israel acerca de las casas de esta ciudad, y de las casas de los reyes de Judá, derribadas con arietes y con hachas

    5 (porque vinieron para pelear contra los caldeos, para llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues escondí mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad):

    6 He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.

    7 Y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al principio.

    8 Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron.

    9 Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré.

    10 Así ha dicho Jehová: En este lugar, del cual decís que está desierto sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están asoladas, sin hombre y sin morador y sin animal,

    11 ha de oírse aún voz de gozo y de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de los que digan: Alabad a Jehová de los ejércitos, porque Jehová es bueno, porque para siempre es su misericordia; voz de los que traigan ofrendas de acción de gracias a la casa de Jehová. Porque volveré a traer los cautivos de la tierra como al principio, ha dicho Jehová.

    12 Así dice Jehová de los ejércitos: En este lugar desierto, sin hombre y sin animal, y en todas sus ciudades, aún habrá cabañas de pastores que hagan pastar sus ganados.

    13 En las ciudades de las montañas, en las ciudades de la Sefela, en las ciudades del Neguev, en la tierra de Benjamín, y alrededor de Jerusalén y en las ciudades de Judá, aún pasarán ganados por las manos del que los cuente, ha dicho Jehová.

    14 He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá.

    15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.

    16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra.

    17 Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel.

    18 Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días.

    19 Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:

    20 Así ha dicho Jehová: Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo,

    21 podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros.

    22 Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me sirven.

    23 Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:

    24 ¿No has echado de ver lo que habla este pueblo, diciendo: Dos familias que Jehová escogiera ha desechado? Y han tenido en poco a mi pueblo, hasta no tenerlo más por nación.

    25 Así ha dicho Jehová: Si no permanece mi pacto con el día y la noche, si yo no he puesto las leyes del cielo y la tierra,

    26 también desecharé la descendencia de Jacob, y de David mi siervo, para no tomar de su descendencia quien sea señor sobre la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque haré volver sus cautivos, y tendré de ellos misericordia.

    Zacarías 12:10 

    10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

    Zacarías 13:8-9

    8 Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella.

    9 Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.

    En la teoría amilenialista las seis menciones de los mil años en Ap. 20:2-7 son reducidas a un simbolismo del actual período de la Iglesia. 

    Apocalipsis 20:2-7

    2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,

    Sin embargo, esta teoría afronta dificultades exegéticas serias para explicar el significado de las resurrecciones en este pasaje. 

    La mayoría de expositores amilenialistas «espiritualiza» la Primera Resurrección antes de los mil años, manteniendo, sin embargo, que en el v. 5 sí se trata de un verdadero «volver a la vida» (Berkhof: «Teología Sistemática», p. 871). 

    Ésta es la postura general, de la que sin embargo difiere Hoekema, que espiritualiza todo el pasaje, y sitúa la resurrección general sólo en Ap. 20:11-13 (Hoekema: «Amillenialism», en «The Meaning of the Millenium», editor R. G. Clouse, PP. 167-172, véase Bibliografía). 

    Apocalipsis 20:11-13

    El juicio ante el gran trono blanco

    11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

    12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

    13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

    Tampoco queda explicado de manera satisfactoria, con esta teoría, el encadenamiento de Satanás. Además, en tanto que en el AT los anuncios de juicio sobre la nación de Israel como nación van seguidos de maravillosas promesas de redención y de salvación asimismo a nivel nacional (cfr. Jer. 7-25 y 27-29 con 30-33; Ez. 11:1-13 con 14-25, etc.), en cambio en el amilenialismo se aplican a Israel sólo los juicios, en tanto que las promesas de bendición a Judá e Israel se aplican a la Iglesia. 

    Ezequiel 11:1-13

    Reprensión de los príncipes malvados

    1 El Espíritu me elevó, y me llevó por la puerta oriental de la casa de Jehová, la cual mira hacia el oriente; y he aquí a la entrada de la puerta veinticinco hombres, entre los cuales vi a Jaazanías hijo de Azur y a Pelatías hijo de Benaía, principales del pueblo.

    2 Y me dijo: Hijo de hombre, estos son los hombres que maquinan perversidad, y dan en esta ciudad mal consejo;

    3 los cuales dicen: No será tan pronto; edifiquemos casas; esta será la olla, y nosotros la carne.

    4 Por tanto profetiza contra ellos; profetiza, hijo de hombre.

    5 Y vino sobre mí el Espíritu de Jehová, y me dijo: Di: Así ha dicho Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu, yo las he entendido.

    6 Habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y habéis llenado de muertos sus calles.

    7 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Vuestros muertos que habéis puesto en medio de ella, ellos son la carne, y ella es la olla; mas yo os sacaré a vosotros de en medio de ella.

    8 Espada habéis temido, y espada traeré sobre vosotros, dice Jehová el Señor.

    9 Y os sacaré de en medio de ella, y os entregaré en manos de extraños, y haré juicios entre vosotros.

    10 A espada caeréis; en los límites de Israel os juzgaré, y sabréis que yo soy Jehová.

    11 La ciudad no os será por olla, ni vosotros seréis en medio de ella la carne; en los límites de Israel os juzgaré.

    12 Y sabréis que yo soy Jehová; porque no habéis andado en mis estatutos, ni habéis obedecido mis decretos, sino según las costumbres de las naciones que os rodean habéis hecho.

    13 Y aconteció que mientras yo profetizaba, aquel Pelatías hijo de Benaía murió. Entonces me postré rostro a tierra y clamé con gran voz, y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Destruirás del todo al remanente de Israel?

    Finalmente, el reinado de Cristo con sus santos, que el postmilenialismo aplica a esta edad de la Iglesia sobre la tierra, el amilenialismo, según uno de sus más destacados exponentes, lo aplica a un reinado de las almas de los santos en la era presente, con Cristo, en los cielos (Hoekema, obra cit., p. 150). 

    Pero esta postura se basa en la espiritualización de la «Primera Resurrección». Si esta espiritualización se puede mostrar carente de una verdadera base exegética, la teoría amilenialista se enfrenta entonces a una dificultad básica fatal. 

    (c) Los premilenialistas. Los premilenialistas admiten que Jesucristo vendrá antes del milenio. 

    Es patente que la humanidad ha fracasado; ningún esfuerzo de las naciones ni de las iglesias puede conseguir el establecimiento del reino de Dios (o era de oro) en el mundo (cfr. Dn. 2:34, 44). 

    Daniel 2:34, 44

    34 Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.

    44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,

    Su venida cumplirá el plan divino aparentemente frustrado por la caída del hombre en el Edén. 

    El Señor vindicará su nombre no sólo en juicio con la perdición de los impíos, sino también convirtiendo la tierra en un vergel. La oposición que muchos presentan al premilenialismo nace sobre todo de la idea de que un reino en el que Israel tenga un papel que jugar significaría un retroceso en cuanto a la salvación espiritual conseguida por la muerte, resurrección y ascensión de Cristo. 

    Pero no hay razón para mantener tal posición. No hay tal retroceso. El Rey. está ahora rechazado por los suyos y por el mundo (Jn. 1:10, 11; Ro. 11:25-36). 

    Juan 1:10, 11 

    10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.

    11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.

    Romanos 11:25-36

    La restauración de Israel

    25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;

    26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.

    27 Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados.

    28 Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres.

    29 Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

    30 Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos,

    31 así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia.

    32 Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.

    33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!

    34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?

    35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?

    36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

    Sin embargo, su obra en la cruz es la base para el perdón y aceptación de todos los que a Él se allegan. Los que lo aceptan ahora en el tiempo de su humillación, reinarán con Él en el día de su exaltación (2 Ti. 2:12). 

    2 Timoteo 2:12

    12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.

    En su venida, el Señor rechazado será reconocido (Zac. 12:10; cfr. Fil. 2:5-11), y reinará desde Sión (Zac. 14). 

    Zacarías 12:10

    10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

    Filipenses 2:5-11

    5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,

    6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

    7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

    8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

    9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

    10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;

    11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

    Zacarías 14

    Jerusalén y las naciones

    1 He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos.

    2 Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad.

    3 Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla.

    4 Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.

    5 Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos.

    6 Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura.

    7 Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz.

    8 Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno.

    9 Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.

    10 Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida, y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Angulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey.

    11 Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente.

    12 Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca.

    13 Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero.

    14 Y Judá también peleará en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en gran abundancia.

    15 Así también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos, y de todas las bestias que estuvieren en aquellos campamentos.

    16 Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos.

    17 Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia.

    18 Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos.

    19 Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos.

    20 En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A JEHOVÁ; y las ollas de la casa de Jehová serán como los tazones del altar.

    21 Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y no habrá en aquel día más mercader en la casa de Jehová de los ejércitos.

    La actual situación, con Israel rechazado y el cristianismo verdadero siguiendo a un Señor rechazado, y por ello rechazado con Él (Jn. 15:20), es anómala. 

    Juan 15:20

    20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.

    Se puede asimilar a la figura profética de David, rechazado y perseguido por el Israel oficial de su época. 

    Su situación de proscrito por Saúl, acompañado en su rechazamiento por un puñado de fieles, que a su accesión al trono reinaron con él, puede asimilarse a la del Señor Jesucristo, proscrito por el Israel oficial de su época y que, mientras espera que el Padre ponga sus enemigos por estrado de sus pies, es seguido por una compañía de fieles que sufren con Él, y que reinarán con Él. 

    Esta situación no es ni puede ser la definitiva, como marcan las Escrituras, sino que Cristo ha de reinar todavía, y ha de ser aceptado, así como han de ser reconocidos y vindicados aquellos que han sufrido con Él, en un reinado de paz y de justicia universales, en el que se cumplirán todas las promesas de restauración y de regeneración, así como se cumplieron las anteriores amenazas de juicio y de desolación sobre Israel y tantas naciones. 

    Para un examen exegético de la literalidad de las resurrecciones en Ap. 20:1-7 y del milenio interpuesto entre la primera resurrección y la resurrección de condenación, véase Ryrie, C.C.: «Las bases de la fe premilenial» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1984, PP. 189-204) y especialmente el libro «The Meaning of the Millenium», ed. por Clouse (ver Bibliografía), en el que se debate esta cuestión. 

    Apocalipsis 20:1-7

    Los mil años

    1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.

    2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,

    Se puede indicar, sin embargo, que, como bien dice Ladd, la expresión «volvieron a vivir» (Ap. 20:5 gr. «ezêsan») sólo se usa en todo el resto del NT de resurrección («The Meaning...», p. 190). 

    Apocalipsis 20:5

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    Características del milenio: (a) Satanás estará entonces atado e impedido de seducir a las naciones (Ap. 20:1-3

    Apocalipsis 20:1-3

    Los mil años

    1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.

    2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    (b) Un juicio determinará quiénes serán los súbditos del reino (Ap. 20:4 cfr. Mt. 25:31-34). 

    Apocalipsis 20:4

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    Mateo 25:31-34

    El juicio de las naciones

    31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,

    32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartarálos unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.

    33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.

    34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.

    (c) Los que han tenido parte en la primera resurrección (los «jueces» y los mártires de la tribulación), reinarán con el Señor (Ap. 20:4, 6; 2:26-27; Dn. 7:27; 1 Co. 6:23

    Apocalipsis 20:4, 6 

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    Apocalipsis 2:26-27 

    26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,

    27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;

    Daniel 7:27 

    27 y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.

    1 Corintios 6:3

    3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?

    (d) Este reino dura mil años (en base a la cifra seis veces repetida en Ap. 20:2-7

    Apocalipsis 20:2-7

    2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,

    (e) Por fin se establece la paz en esta escena (Is. 2:2, 4; 9:5-6) junto con la justicia y la igualdad (Is. 11:1-9). 

    Isaías 2:2, 4 

    2 Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.

    4 Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

    Isaías 9:5-6

    5 Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.

    6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

    Isaías 11:1-9

    Reinado justo del Mesías

    1 Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.

    2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.

    3 Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos;

    4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

    5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.

    6 Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará.

    7 La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja.

    8 Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora.

    9 No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.

    (f) La presencia del Señor es manifestada de una manera gloriosa (Is. 11:10; 24:21-23

    Isaías 11:10 

    10 Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.

    Isaías 24:21-23

    21 Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.

    22 Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días.

    23 La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine en el monte de Sion y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso.

    (g) Los súbditos del reino conocen una gran longevidad y una inmensa prosperidad (Is. 65:18-25). 

    Isaías 65:18-25

    18 Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo.

    19 Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.

    20 No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.

    21 Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas.

    22 No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos.

    23 No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos.

    24 Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.

    25 El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.

    (h) Con todo, el Señor rige con cetro de hierro, el mal no es ya más pasado por alto en paciencia y los que pecan abiertamente mueren, alcanzados por la maldición (Is. 11:4; 65:20). 

    Isaías 11:4 

    4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

    Isaías 65:20

    20 No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.

    (i) Los judíos convertidos vienen a ser los misioneros en toda la tierra (Is. 66:18-20). 

    Isaías 66:18-20

    18 Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.

    19 Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones.

    20 Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová.

    (j) El final del milenio es frustrante, ¿A qué se debe que Satanás sea desatado? (Ap. 20:3, 7-9): Es para que los súbditos de este reino de bendición, pero autoritario, puedan decidirse libremente por o en contra de Dios (de la misma manera que todas las criaturas, humanas y celestiales, han sido tentadas antes que ellos). 

    Apocalipsis 20:3, 7-9

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,

    8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.

    9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.

    La lamentable elección de muchos de ellos muestra que el malvado corazón del hombre caído no se mejora en mil años de bendición, de prosperidad y paz. Después de esta exhibición de rebelión y del castigo divino, la tierra y los cielos actuales son destruidos para dar lugar al estado eterno (Ap. 20:11; 21:1). (Véanse APOCALIPSIS, DANIEL, RESURRECCIÓN.) 

    Apocalipsis 20:11 

    El juicio ante el gran trono blanco

    11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

    Apocalipsis 21:1

    Cielo nuevo y tierra nueva

    1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.

    Bibliografía: 

    Clouse, R., editor: «The Meaning of the Millenium-Four Views», con contribuciones de George Eldon Ladd, Herman A. Hoyt, Loraine Boettner, Anthony A. Hoekema (Intervarsity Press, Downers Grove, Illinois, 1977; 

    hay versión en castellano: «El milenio», Ed. Mundo Hispano; Chatter, E. H. «The Coming and Reign of our Lord Jesus Chríst» (Ralph E. Welch Foundation, Orange, Calif., 1963); Feinberg, C. L.: «Millenialism-The Two Major Views» (Moody Press, Chicago, 1936/1980); 

    Lacueva, F.: «Escatología» II (Clíe, Terrassa, 1983); Payne, J. B.: «Encyclopedia of Biblical Prophecy» (Harper and Row, Publishers, New York, 1973); 

    Pentecost, J. D.: «Eventos del Porvenir» (Editorial Libertador, Maracaibo, 1977); 

    Peters, G. H. N. «The Theocratic Kingdom» (Kregel Pub., Grand Rapids, 1978, reimpr. 1884); 

    Ryrie, C. C.: «Las bases de la fe premilenial» (Pub. Portavoz Evangélico, Grand Rapids, Michigan, 1984); Tan, P. L.: «The interpretation of Prophecy» (BMH Books, Winona Lake, Indiana, 1974); 

    Trotter, W.: «Plain Papers on Prophetic and other Subjects» (Bible Truth Pub., Oak Park, Illinois, s/f); 

    Walvoord, J. F.: «The Millenial Kingdom» (Zondervan Pub. House, Grand Rapids, Michigan, 1959); West, N.: «The Thousand Years in Both Testaments» (Kregel Publications, reimpres. edición 1889, s/f).

    VÉASE: Levadura , Israel , Apocalipsis (Libro) , Daniel (Libro) , Resurrección
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    vet, (lat. «mil años», expresión surgida de Ap. 20:1-7). 

    Apocalipsis 20:1-7

    Los mil años

    1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.

    2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,

    Era de esta duración en la que Cristo, después de su retorno, hará reinar la justicia y la paz sobre la tierra. 

    El AT no cesa de anunciar el reino glorioso que el Mesías instaurará aquí en la tierra. De la misma manera que creemos en el cumplimiento literal de las profecías que tratan de los sufrimientos del Señor, no hay razón objetiva alguna para rechazar las promesas concernientes a Israel, los grandes juicios del fin, y el triunfo visible de Jesucristo sobre la tierra. 

    En efecto, el reino de Cristo ha de llenar «toda la tierra», es decir, el mismo espacio ocupado por los imperios de las naciones (Dn. 2:35; 38-39; 7:27; Sal. 72:8-11). 

    Daniel 2:35, 38-39 

    35 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.

    38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.

    39 Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra.

    Daniel 7:27 

    27 y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.

    Salmos 72:8-11

    8 Dominará de mar a mar, Y desde el río hasta los confines de la tierra.

    9 Ante él se postrarán los moradores del desierto, Y sus enemigos lamerán el polvo.

    10 Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes; Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones.

    11 Todos los reyes se postrarán delante de él; Todas las naciones le servirán.

    A Jesucristo le ha sido prometido «el trono de David su padre», que jamás ha estado situado en el cielo (Lc. 1:32; cfr. Hch. 1:6). 

    Lucas 1:32

    32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

    Hechos 1:6

    La ascensión

    6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?

    Los elegidos reinarán al principio con Él «sobre la tierra» (Ap. 5:10; 20;4 b, 6), antes de ser transportados a los nuevos cielos y la nueva tierra. 

    Apocalipsis 5:10 

    10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

    Apocalipsis 20:4 b, 6

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    Con respecto al milenio, hay tres puntos de vista principales: 

    (a) Los postmilenialistas. Los postmilenialistas enseñan que la Primera Venida de Cristo y las conquistas del Evangelio han atado a Satanás de tal manera, que la humanidad está lentamente introduciéndose en su Edad de Oro mediante la actuación de la Iglesia. 

    El Señor sólo tendrá que venir para introducirla en la eternidad. Ésta es la concepción sostenida por la Iglesia de Roma y por una buena cantidad de iglesias protestantes, para las que el término «mil años» presenta simbólicamente un período largo de duración indeterminada, que cubre algo más de la era de la iglesia militante. 

    Después de las dos Guerras Mundiales, de los campos de exterminio y del terror atómico, parece bien difícil admitir esta interpretación; más bien parecería que si Satanás ya está atado en la actualidad, como proponen los postmilenialistas, su cadena es realmente muy larga. 

    En todo caso, el optimismo de esta postura, que mantiene una mejora de la humanidad en constante progresión, por la que la Iglesia introduce el reino de Dios sobre la tierra, está reñida con toda la enseñanza del NT, que proclama la caída en una apostasía general del cristianismo profesante, y una intervención cataclísmica de Cristo, con tremendos juicios, antes de la violenta instauración de su reinado (cfr. Lc. 17:20-27; 18:8; Mt. 13 y cfr. LEVADURA con respecto a la interpretación de esta parábola; Ro. 11 :11-24 ss.; 2 Ts. 2:1-12, esp. v. 7; 1 Ti, 4:1-4; 2 Ti. 3:1-14; 4:1-7; 2 P. 2:3; Judas); todo el libro de Apocalipsis es evidencia de que la humanidad no será ganada a Cristo por el Evangelio; de hecho, sólo será en la era futura que grandes masas serán alcanzadas por el Evangelio (cfr. también Hch. 20:28-32). 

    Lucas 17:20-27 

    La venida del Reino

    20 Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia,

    21 ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.

    22 Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis.

    23 Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis.

    24 Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día.

    25 Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación.

    26 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.

    27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.

    Lucas 18:8 

    8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?

    Mateo 13

    Parábola del sembrador

    1 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.

    2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.

    3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.

    4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.

    5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;

    6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.

    7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.

    8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.

    9 El que tiene oídos para oír, oiga.

    Propósito de las parábolas

    10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?

    11 El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.

    12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

    13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

    14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis.

    15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.

    16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

    17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

    Jesús explica la parábola del sembrador

    18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:

    19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.

    20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;

    21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.

    22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

    23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

    Parábola del trigo y la cizaña

    24 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;

    25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.

    26 Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.

    27 Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?

    28 El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?

    29 El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.

    30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

    Parábola de la semilla de mostaza

    31 Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;

    32 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

    Parábola de la levadura

    33 Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.

    El uso que Jesús hace de las parábolas

    34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba;

    35 para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.

    Jesús explica la parábola de la cizaña

    36 Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.

    37 Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.

    38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.

    39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.

    40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.

    41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,

    42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

    43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.

    El tesoro escondido

    44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

    La perla de gran precio

    45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,

    46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.

    La red

    47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;

    48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.

    49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,

    50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

    Tesoros nuevos y viejos

    51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.

    52 El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

    Jesús en Nazaret

    53 Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí.

    54 Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros?

    55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?

    56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?

    57 Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.

    58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.

    Romanos 11:11-24

    La salvación de los gentiles

    11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.

    12 Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?

    13 Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio,

    14 por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos.

    15 Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?

    16 Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.

    17 Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo,

    18 no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.

    19 Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.

    20 Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme.

    21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.

    22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.

    23 Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.

    24 Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?

    2 Tesalonicenses 2:1-12

    Manifestación del hombre de pecado

    1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,

    2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.

    3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,

    4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.

    5 ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?

    6 Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste.

    7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.

    8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;

    9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,

    10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.

    11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,

    12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

    1 Timoteo 4:1-4 

    Predicción de la apostasía

    1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;

    2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,

    3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.

    4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias;

    2 Timoteo 3:1-14 

    Carácter de los hombres en los postreros días

    1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.

    2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,

    3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,

    4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,

    5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.

    6 Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.

    7 Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.

    8 Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.

    9 Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.

    10 Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia,

    11 persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor.

    12 Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;

    13 mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.

    14 Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido;

    2 Timoteo 4:1-7 

    Predica la palabra

    1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,

    2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

    3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,

    4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

    5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

    6 Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.

    7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

    2 Pedro 2:3 

    3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.

    Judas 1:25

    Salutación

    1 Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo:

    2 Misericordia y paz y amor os sean multiplicados.

    Falsas doctrinas y falsos maestros

    3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.

    4 Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.

    5 Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron.

    6 Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;

    7 como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.

    8 No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.

    9 Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.

    10 Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.

    11 ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.

    12 Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;

    13 fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas.

    14 De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares,

    15 para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.

    16 Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho.

    Amonestaciones y exhortaciones

    17 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo;

    18 los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos.

    19 Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.

    20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,

    21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.

    22 A algunos que dudan, convencedlos.

    23 A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.

    Doxología

    24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,

    25 al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.

    Hechos 20:28-32

    28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.

    29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.

    30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.

    31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.

    32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.

    El cuadro que presenta el NT es, no el de un avance triunfante de la Iglesia hasta que el mundo quede listo para la venida del Señor Jesucristo, sino un deslizamiento más y más acusado hacia la apostasía, y una venida del Señor para reinar introducida por juicios (cfr. Is. 26:9; «luego que hay juicios justos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia»). 

    Isaías 26:9

    9 Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.

    (b) Los amilenialistas. Los amilenialistas creen que no se debe esperar ningún reino visible del Señor. Todas las promesas del AT acerca del Reino son espiritualizadas en favor de la Iglesia, y «Sión» representa simplemente a la Jerusalén celestial. Según esta postura, no hay porvenir nacional alguno para Israel: el retorno de los judíos a Palestina no tiene relación alguna con las profecías, y su restauración y conversión a nivel nacional no son nada más que una vana esperanza (cfr. sin embargo Ro. 11:11-15, 25-26; Jer. caps. 30, 31, 32, 33; Ez. caps. 36-48; Zac. 12:10; 13:8-9; véase asimismo ISRAEL). 

    Romanos 11:11-15, 25-26 

    La salvación de los gentiles

    11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.

    12 Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?

    13 Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio,

    14 por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos.

    15 Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?

    La restauración de Israel

    25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;

    26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.

    Jeremías 30

    Dios promete que los cautivos volverán

    1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo:

    2 Así habló Jehová Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado.

    3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán.

    4 Estas, pues, son las palabras que habló Jehová acerca de Israel y de Judá.

    5 Porque así ha dicho Jehová: Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de paz.

    6 Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros.

    7 ¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado.

    8 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no lo volverán más a poner en servidumbre,

    9 sino que servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré.

    10 Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, ni te atemorices, Israel; porque he aquí que yo soy el que te salvo de lejos a ti y a tu descendencia de la tierra de cautividad; y Jacob volverá, descansará y vivirá tranquilo, y no habrá quien le espante.

    11 Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.

    12 Porque así ha dicho Jehová: Incurable es tu quebrantamiento, y dolorosa tu llaga.

    13 No hay quien juzgue tu causa para sanarte; no hay para ti medicamentos eficaces.

    14 Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque como hiere un enemigo te herí, con azote de adversario cruel, a causa de la magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados.

    15 ¿Por qué gritas a causa de tu quebrantamiento? Incurable es tu dolor, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto.

    16 Pero serán consumidos todos los que te consumen; y todos tus adversarios, todos irán en cautiverio; hollados serán los que te hollaron, y a todos los que hicieron presa de ti daré en presa.

    17 Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda.

    18 Así ha dicho Jehová: He aquí yo hago volver los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia, y la ciudad será edificada sobre su colina, y el templo será asentado según su forma.

    19 Y saldrá de ellos acción de gracias, y voz de nación que está en regocijo, y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré, y no serán menoscabados.

    20 Y serán sus hijos como antes, y su congregación delante de mí será confirmada; y castigaré a todos sus opresores.

    21 De ella saldrá su príncipe, y de en medio de ella saldrá su señoreador; y le haré llegar cerca, y él se acercará a mí; porque ¿quién es aquel que se atreve a acercarse a mí? dice Jehová.

    22 Y me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios.

    23 He aquí, la tempestad de Jehová sale con furor; la tempestad que se prepara, sobre la cabeza de los impíos reposará.

    24 No se calmará el ardor de la ira de Jehová, hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón; en el fin de los días entenderéis esto.

    Jeremías 31

    1 En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo.

    2 Así ha dicho Jehová: El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo.

    3 Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.

    4 Aún te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; todavía serás adornada con tus panderos, y saldrás en alegres danzas.

    5 Aún plantarás viñas en los montes de Samaria; plantarán los que plantan, y disfrutarán de ellas.

    6 Porque habrá día en que clamarán los guardas en el monte de Efraín: Levantaos, y subamos a Sion, a Jehová nuestro Dios.

    7 Porque así ha dicho Jehová: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo a la cabeza de naciones; haced oír, alabad, y decid: Oh Jehová, salva a tu pueblo, el remanente de Israel.

    8 He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los fines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en gran compañía volverán acá.

    9 Irán con lloro, mas con misericordia los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre, y Efraín es mi primogénito.

    10 Oíd palabra de Jehová, oh naciones, y hacedlo saber en las costas que están lejos, y decid: El que esparció a Israel lo reunirá y guardará, como el pastor a su rebaño.

    11 Porque Jehová redimió a Jacob, lo redimió de mano del más fuerte que él.

    12 Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor.

    13 Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor.

    14 Y el alma del sacerdote satisfaré con abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien, dice Jehová.

    15 Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron.

    16 Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo.

    17 Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra.

    18 Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios.

    19 Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud.

    20 ¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová.

    21 Establécete señales, ponte majanos altos, nota atentamente la calzada; vuélvete por el camino por donde fuiste, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades.

    22 ¿Hasta cuándo andarás errante, oh hija contumaz? Porque Jehová creará una cosa nueva sobre la tierra: la mujer rodeará al varón.

    23 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aún dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver sus cautivos: Jehová te bendiga, oh morada de justicia, oh monte santo.

    24 Y habitará allí Judá, y también en todas sus ciudades labradores, y los que van con rebaño.

    25 Porque satisfaré al alma cansada, y saciaré a toda alma entristecida.

    26 En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue agradable.

    El nuevo pacto

    27 He aquí vienen días, dice Jehová, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal.

    28 Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jehová.

    29 En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera,

    30 sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera.

    31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.

    32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.

    33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

    34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

    35 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre:

    36 Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.

    37 Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová.

    38 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que la ciudad será edificada a Jehová, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Angulo.

    39 Y saldrá más allá el cordel de la medida delante de él sobre el collado de Gareb, y rodeará a Goa.

    40 Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será santo a Jehová; no será arrancada ni destruida más para siempre.

    Jeremías 32

    Jeremías compra la heredad de Hanameel

    1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, el año décimo de Sedequías rey de Judá, que fue el año decimoctavo de Nabucodonosor.

    2 Entonces el ejército del rey de Babilonia tenía sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá.

    3 Porque Sedequías rey de Judá lo había puesto preso, diciendo: ¿Por qué profetizas tú diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la tomará;

    4 y Sedequías rey de Judá no escapará de la mano de los caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia, y hablará con él boca a boca, y sus ojos verán sus ojos,

    5 y hará llevar a Sedequías a Babilonia, y allá estará hasta que yo le visite; y si peleareis contra los caldeos, no os irá bien, dice Jehová?

    6 Dijo Jeremías: Palabra de Jehová vino a mí, diciendo:

    7 He aquí que Hanameel hijo de Salum tu tío viene a ti, diciendo: Cómprame mi heredad que está en Anatot; porque tú tienes derecho a ella para comprarla.

    8 Y vino a mí Hanameel hijo de mi tío, conforme a la palabra de Jehová, al patio de la cárcel, y me dijo: Compra ahora mi heredad, que está en Anatot en tierra de Benjamín, porque tuyo es el derecho de la herencia, y a ti corresponde el rescate; cómprala para ti. Entonces conocí que era palabra de Jehová.

    9 Y compré la heredad de Hanameel, hijo de mi tío, la cual estaba en Anatot, y le pesé el dinero; diecisiete siclos de plata.

    10 Y escribí la carta y la sellé, y la hice certificar con testigos, y pesé el dinero en balanza.

    11 Tomé luego la carta de venta, sellada según el derecho y costumbre, y la copia abierta.

    12 Y di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maasías, delante de Hanameel el hijo de mi tío, y delante de los testigos que habían suscrito la carta de venta, delante de todos los judíos que estaban en el patio de la cárcel.

    13 Y di orden a Baruc delante de ellos, diciendo:

    14 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Toma estas cartas, esta carta de venta sellada, y esta carta abierta, y ponlas en una vasija de barro, para que se conserven muchos días.

    15 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aún se comprarán casas, heredades y viñas en esta tierra.

    16 Y después que di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, oré a Jehová, diciendo:

    17 ¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti;

    18 que haces misericordia a millares, y castigas la maldad de los padres en sus hijos después de ellos; Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es su nombre;

    19 grande en consejo, y magnífico en hechos; porque tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos, y según el fruto de sus obras.

    20 Tú hiciste señales y portentos en tierra de Egipto hasta este día, y en Israel, y entre los hombres; y te has hecho nombre, como se ve en el día de hoy.

    21 Y sacaste a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto con señales y portentos, con mano fuerte y brazo extendido, y con terror grande;

    22 y les diste esta tierra, de la cual juraste a sus padres que se la darías, la tierra que fluye leche y miel;

    23 y entraron, y la disfrutaron; pero no oyeron tu voz, ni anduvieron en tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por tanto, has hecho venir sobre ellos todo este mal.

    24 He aquí que con arietes han acometido la ciudad para tomarla, y la ciudad va a ser entregada en mano de los caldeos que pelean contra ella, a causa de la espada, del hambre y de la pestilencia; ha venido, pues, a suceder lo que tú dijiste, y he aquí lo estás viendo.

    25 ¡Oh Señor Jehová! ¿y tú me has dicho: Cómprate la heredad por dinero, y pon testigos; aunque la ciudad sea entregada en manos de los caldeos?

    26 Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:

    27 He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?

    28 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí voy a entregar esta ciudad en mano de los caldeos, y en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y la tomará.

    29 Y vendrán los caldeos que atacan esta ciudad, y la pondrán a fuego y la quemarán, asimismo las casas sobre cuyas azoteas ofrecieron incienso a Baal y derramaron libaciones a dioses ajenos, para provocarme a ira.

    30 Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho sino lo malo delante de mis ojos desde su juventud; porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos, dice Jehová.

    31 De tal manera que para enojo mío y para ira mía me ha sido esta ciudad desde el día que la edificaron hasta hoy, para que la haga quitar de mi presencia,

    32 por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, y los varones de Judá y los moradores de Jerusalén.

    33 Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para recibir corrección.

    34 Antes pusieron sus abominaciones en la casa en la cual es invocado mi nombre, contaminándola.

    35 Y edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.

    36 Y con todo, ahora así dice Jehová Dios de Israel a esta ciudad, de la cual decís vosotros: Entregada será en mano del rey de Babilonia a espada, a hambre y a pestilencia:

    37 He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente;

    38 y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios.

    39 Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos.

    40 Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.

    41 Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.

    42 Porque así ha dicho Jehová: Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo.

    43 Y poseerán heredad en esta tierra de la cual vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales, es entregada en manos de los caldeos.

    44 Heredades comprarán por dinero, y harán escritura y la sellarán y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las montañas, y en las ciudades de la Sefela, y en las ciudades del Neguev; porque yo haré regresar sus cautivos, dice Jehová.

    Jeremías 33

    Restauración de la prosperidad de Jerusalén

    1 Vino palabra de Jehová a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la cárcel, diciendo:

    2 Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre:

    3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

    4 Porque así ha dicho Jehová Dios de Israel acerca de las casas de esta ciudad, y de las casas de los reyes de Judá, derribadas con arietes y con hachas

    5 (porque vinieron para pelear contra los caldeos, para llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues escondí mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad):

    6 He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.

    7 Y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al principio.

    8 Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron.

    9 Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré.

    10 Así ha dicho Jehová: En este lugar, del cual decís que está desierto sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están asoladas, sin hombre y sin morador y sin animal,

    11 ha de oírse aún voz de gozo y de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de los que digan: Alabad a Jehová de los ejércitos, porque Jehová es bueno, porque para siempre es su misericordia; voz de los que traigan ofrendas de acción de gracias a la casa de Jehová. Porque volveré a traer los cautivos de la tierra como al principio, ha dicho Jehová.

    12 Así dice Jehová de los ejércitos: En este lugar desierto, sin hombre y sin animal, y en todas sus ciudades, aún habrá cabañas de pastores que hagan pastar sus ganados.

    13 En las ciudades de las montañas, en las ciudades de la Sefela, en las ciudades del Neguev, en la tierra de Benjamín, y alrededor de Jerusalén y en las ciudades de Judá, aún pasarán ganados por las manos del que los cuente, ha dicho Jehová.

    14 He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá.

    15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.

    16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra.

    17 Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel.

    18 Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días.

    19 Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:

    20 Así ha dicho Jehová: Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo,

    21 podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros.

    22 Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me sirven.

    23 Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:

    24 ¿No has echado de ver lo que habla este pueblo, diciendo: Dos familias que Jehová escogiera ha desechado? Y han tenido en poco a mi pueblo, hasta no tenerlo más por nación.

    25 Así ha dicho Jehová: Si no permanece mi pacto con el día y la noche, si yo no he puesto las leyes del cielo y la tierra,

    26 también desecharé la descendencia de Jacob, y de David mi siervo, para no tomar de su descendencia quien sea señor sobre la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque haré volver sus cautivos, y tendré de ellos misericordia.

    Zacarías 12:10 

    10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

    Zacarías 13:8-9

    8 Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella.

    9 Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.

    En la teoría amilenialista las seis menciones de los mil años en Ap. 20:2-7 son reducidas a un simbolismo del actual período de la Iglesia. 

    Apocalipsis 20:2-7

    2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,

    Sin embargo, esta teoría afronta dificultades exegéticas serias para explicar el significado de las resurrecciones en este pasaje. 

    La mayoría de expositores amilenialistas «espiritualiza» la Primera Resurrección antes de los mil años, manteniendo, sin embargo, que en el v. 5 sí se trata de un verdadero «volver a la vida» (Berkhof: «Teología Sistemática», p. 871). 

    Ésta es la postura general, de la que sin embargo difiere Hoekema, que espiritualiza todo el pasaje, y sitúa la resurrección general sólo en Ap. 20:11-13 (Hoekema: «Amillenialism», en «The Meaning of the Millenium», editor R. G. Clouse, PP. 167-172, véase Bibliografía). 

    Apocalipsis 20:11-13

    El juicio ante el gran trono blanco

    11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

    12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

    13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

    Tampoco queda explicado de manera satisfactoria, con esta teoría, el encadenamiento de Satanás. Además, en tanto que en el AT los anuncios de juicio sobre la nación de Israel como nación van seguidos de maravillosas promesas de redención y de salvación asimismo a nivel nacional (cfr. Jer. 7-25 y 27-29 con 30-33; Ez. 11:1-13 con 14-25, etc.), en cambio en el amilenialismo se aplican a Israel sólo los juicios, en tanto que las promesas de bendición a Judá e Israel se aplican a la Iglesia. 

    Ezequiel 11:1-13

    Reprensión de los príncipes malvados

    1 El Espíritu me elevó, y me llevó por la puerta oriental de la casa de Jehová, la cual mira hacia el oriente; y he aquí a la entrada de la puerta veinticinco hombres, entre los cuales vi a Jaazanías hijo de Azur y a Pelatías hijo de Benaía, principales del pueblo.

    2 Y me dijo: Hijo de hombre, estos son los hombres que maquinan perversidad, y dan en esta ciudad mal consejo;

    3 los cuales dicen: No será tan pronto; edifiquemos casas; esta será la olla, y nosotros la carne.

    4 Por tanto profetiza contra ellos; profetiza, hijo de hombre.

    5 Y vino sobre mí el Espíritu de Jehová, y me dijo: Di: Así ha dicho Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu, yo las he entendido.

    6 Habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y habéis llenado de muertos sus calles.

    7 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Vuestros muertos que habéis puesto en medio de ella, ellos son la carne, y ella es la olla; mas yo os sacaré a vosotros de en medio de ella.

    8 Espada habéis temido, y espada traeré sobre vosotros, dice Jehová el Señor.

    9 Y os sacaré de en medio de ella, y os entregaré en manos de extraños, y haré juicios entre vosotros.

    10 A espada caeréis; en los límites de Israel os juzgaré, y sabréis que yo soy Jehová.

    11 La ciudad no os será por olla, ni vosotros seréis en medio de ella la carne; en los límites de Israel os juzgaré.

    12 Y sabréis que yo soy Jehová; porque no habéis andado en mis estatutos, ni habéis obedecido mis decretos, sino según las costumbres de las naciones que os rodean habéis hecho.

    13 Y aconteció que mientras yo profetizaba, aquel Pelatías hijo de Benaía murió. Entonces me postré rostro a tierra y clamé con gran voz, y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Destruirás del todo al remanente de Israel?

    Finalmente, el reinado de Cristo con sus santos, que el postmilenialismo aplica a esta edad de la Iglesia sobre la tierra, el amilenialismo, según uno de sus más destacados exponentes, lo aplica a un reinado de las almas de los santos en la era presente, con Cristo, en los cielos (Hoekema, obra cit., p. 150). 

    Pero esta postura se basa en la espiritualización de la «Primera Resurrección». Si esta espiritualización se puede mostrar carente de una verdadera base exegética, la teoría amilenialista se enfrenta entonces a una dificultad básica fatal. 

    (c) Los premilenialistas. Los premilenialistas admiten que Jesucristo vendrá antes del milenio. 

    Es patente que la humanidad ha fracasado; ningún esfuerzo de las naciones ni de las iglesias puede conseguir el establecimiento del reino de Dios (o era de oro) en el mundo (cfr. Dn. 2:34, 44). 

    Daniel 2:34, 44

    34 Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.

    44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,

    Su venida cumplirá el plan divino aparentemente frustrado por la caída del hombre en el Edén. 

    El Señor vindicará su nombre no sólo en juicio con la perdición de los impíos, sino también convirtiendo la tierra en un vergel. La oposición que muchos presentan al premilenialismo nace sobre todo de la idea de que un reino en el que Israel tenga un papel que jugar significaría un retroceso en cuanto a la salvación espiritual conseguida por la muerte, resurrección y ascensión de Cristo. 

    Pero no hay razón para mantener tal posición. No hay tal retroceso. El Rey. está ahora rechazado por los suyos y por el mundo (Jn. 1:10, 11; Ro. 11:25-36). 

    Juan 1:10, 11 

    10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.

    11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.

    Romanos 11:25-36

    La restauración de Israel

    25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;

    26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.

    27 Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados.

    28 Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres.

    29 Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

    30 Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos,

    31 así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia.

    32 Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.

    33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!

    34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?

    35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?

    36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

    Sin embargo, su obra en la cruz es la base para el perdón y aceptación de todos los que a Él se allegan. Los que lo aceptan ahora en el tiempo de su humillación, reinarán con Él en el día de su exaltación (2 Ti. 2:12). 

    2 Timoteo 2:12

    12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.

    En su venida, el Señor rechazado será reconocido (Zac. 12:10; cfr. Fil. 2:5-11), y reinará desde Sión (Zac. 14). 

    Zacarías 12:10

    10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

    Filipenses 2:5-11

    5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,

    6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

    7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

    8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

    9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

    10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;

    11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

    Zacarías 14

    Jerusalén y las naciones

    1 He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos.

    2 Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad.

    3 Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla.

    4 Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.

    5 Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos.

    6 Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura.

    7 Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz.

    8 Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno.

    9 Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.

    10 Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida, y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Angulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey.

    11 Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente.

    12 Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca.

    13 Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero.

    14 Y Judá también peleará en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en gran abundancia.

    15 Así también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos, y de todas las bestias que estuvieren en aquellos campamentos.

    16 Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos.

    17 Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia.

    18 Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos.

    19 Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos.

    20 En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A JEHOVÁ; y las ollas de la casa de Jehová serán como los tazones del altar.

    21 Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y no habrá en aquel día más mercader en la casa de Jehová de los ejércitos.

    La actual situación, con Israel rechazado y el cristianismo verdadero siguiendo a un Señor rechazado, y por ello rechazado con Él (Jn. 15:20), es anómala. 

    Juan 15:20

    20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.

    Se puede asimilar a la figura profética de David, rechazado y perseguido por el Israel oficial de su época. 

    Su situación de proscrito por Saúl, acompañado en su rechazamiento por un puñado de fieles, que a su accesión al trono reinaron con él, puede asimilarse a la del Señor Jesucristo, proscrito por el Israel oficial de su época y que, mientras espera que el Padre ponga sus enemigos por estrado de sus pies, es seguido por una compañía de fieles que sufren con Él, y que reinarán con Él. 

    Esta situación no es ni puede ser la definitiva, como marcan las Escrituras, sino que Cristo ha de reinar todavía, y ha de ser aceptado, así como han de ser reconocidos y vindicados aquellos que han sufrido con Él, en un reinado de paz y de justicia universales, en el que se cumplirán todas las promesas de restauración y de regeneración, así como se cumplieron las anteriores amenazas de juicio y de desolación sobre Israel y tantas naciones. 

    Para un examen exegético de la literalidad de las resurrecciones en Ap. 20:1-7 y del milenio interpuesto entre la primera resurrección y la resurrección de condenación, véase Ryrie, C.C.: «Las bases de la fe premilenial» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1984, PP. 189-204) y especialmente el libro «The Meaning of the Millenium», ed. por Clouse (ver Bibliografía), en el que se debate esta cuestión. 

    Apocalipsis 20:1-7

    Los mil años

    1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.

    2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,

    Se puede indicar, sin embargo, que, como bien dice Ladd, la expresión «volvieron a vivir» (Ap. 20:5 gr. «ezêsan») sólo se usa en todo el resto del NT de resurrección («The Meaning...», p. 190). 

    Apocalipsis 20:5

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    Características del milenio: (a) Satanás estará entonces atado e impedido de seducir a las naciones (Ap. 20:1-3

    Apocalipsis 20:1-3

    Los mil años

    1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.

    2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    (b) Un juicio determinará quiénes serán los súbditos del reino (Ap. 20:4 cfr. Mt. 25:31-34). 

    Apocalipsis 20:4

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    Mateo 25:31-34

    El juicio de las naciones

    31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,

    32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartarálos unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.

    33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.

    34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.

    (c) Los que han tenido parte en la primera resurrección (los «jueces» y los mártires de la tribulación), reinarán con el Señor (Ap. 20:4, 6; 2:26-27; Dn. 7:27; 1 Co. 6:23

    Apocalipsis 20:4, 6 

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    Apocalipsis 2:26-27 

    26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,

    27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;

    Daniel 7:27 

    27 y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.

    1 Corintios 6:3

    3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?

    (d) Este reino dura mil años (en base a la cifra seis veces repetida en Ap. 20:2-7

    Apocalipsis 20:2-7

    2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

    5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

    6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

    7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,

    (e) Por fin se establece la paz en esta escena (Is. 2:2, 4; 9:5-6) junto con la justicia y la igualdad (Is. 11:1-9). 

    Isaías 2:2, 4 

    2 Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.

    4 Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

    Isaías 9:5-6

    5 Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.

    6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

    Isaías 11:1-9

    Reinado justo del Mesías

    1 Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.

    2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.

    3 Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos;

    4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

    5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.

    6 Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará.

    7 La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja.

    8 Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora.

    9 No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.

    (f) La presencia del Señor es manifestada de una manera gloriosa (Is. 11:10; 24:21-23

    Isaías 11:10 

    10 Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.

    Isaías 24:21-23

    21 Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.

    22 Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días.

    23 La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine en el monte de Sion y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso.

    (g) Los súbditos del reino conocen una gran longevidad y una inmensa prosperidad (Is. 65:18-25). 

    Isaías 65:18-25

    18 Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo.

    19 Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.

    20 No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.

    21 Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas.

    22 No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos.

    23 No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos.

    24 Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.

    25 El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.

    (h) Con todo, el Señor rige con cetro de hierro, el mal no es ya más pasado por alto en paciencia y los que pecan abiertamente mueren, alcanzados por la maldición (Is. 11:4; 65:20). 

    Isaías 11:4 

    4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

    Isaías 65:20

    20 No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.

    (i) Los judíos convertidos vienen a ser los misioneros en toda la tierra (Is. 66:18-20). 

    Isaías 66:18-20

    18 Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.

    19 Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones.

    20 Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová.

    (j) El final del milenio es frustrante, ¿A qué se debe que Satanás sea desatado? (Ap. 20:3, 7-9): Es para que los súbditos de este reino de bendición, pero autoritario, puedan decidirse libremente por o en contra de Dios (de la misma manera que todas las criaturas, humanas y celestiales, han sido tentadas antes que ellos). 

    Apocalipsis 20:3, 7-9

    3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,

    8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.

    9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.

    La lamentable elección de muchos de ellos muestra que el malvado corazón del hombre caído no se mejora en mil años de bendición, de prosperidad y paz. Después de esta exhibición de rebelión y del castigo divino, la tierra y los cielos actuales son destruidos para dar lugar al estado eterno (Ap. 20:11; 21:1). (Véanse APOCALIPSIS, DANIEL, RESURRECCIÓN.) 

    Apocalipsis 20:11 

    El juicio ante el gran trono blanco

    11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

    Apocalipsis 21:1

    Cielo nuevo y tierra nueva

    1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.

    Bibliografía: 

    Clouse, R., editor: «The Meaning of the Millenium-Four Views», con contribuciones de George Eldon Ladd, Herman A. Hoyt, Loraine Boettner, Anthony A. Hoekema (Intervarsity Press, Downers Grove, Illinois, 1977; 

    hay versión en castellano: «El milenio», Ed. Mundo Hispano; Chatter, E. H. «The Coming and Reign of our Lord Jesus Chríst» (Ralph E. Welch Foundation, Orange, Calif., 1963); Feinberg, C. L.: «Millenialism-The Two Major Views» (Moody Press, Chicago, 1936/1980); 

    Lacueva, F.: «Escatología» II (Clíe, Terrassa, 1983); Payne, J. B.: «Encyclopedia of Biblical Prophecy» (Harper and Row, Publishers, New York, 1973); 

    Pentecost, J. D.: «Eventos del Porvenir» (Editorial Libertador, Maracaibo, 1977); 

    Peters, G. H. N. «The Theocratic Kingdom» (Kregel Pub., Grand Rapids, 1978, reimpr. 1884); 

    Ryrie, C. C.: «Las bases de la fe premilenial» (Pub. Portavoz Evangélico, Grand Rapids, Michigan, 1984); Tan, P. L.: «The interpretation of Prophecy» (BMH Books, Winona Lake, Indiana, 1974); 

    Trotter, W.: «Plain Papers on Prophetic and other Subjects» (Bible Truth Pub., Oak Park, Illinois, s/f); 

    Walvoord, J. F.: «The Millenial Kingdom» (Zondervan Pub. House, Grand Rapids, Michigan, 1959); West, N.: «The Thousand Years in Both Testaments» (Kregel Publications, reimpres. edición 1889, s/f).

    VÉASE:
    Levadura , Israel , Apocalipsis (Libro) , Daniel (Libro) , Resurrección
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