Diccionario
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  • Trinidad

    Este término, empleado por primera vez por Tertuliano (siglo II d.C.), expresa una magna verdad bíblica. 

    El Dios único se revela a nosotros en las tres Personas del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Hay dos facetas a considerar en base a los textos: 

    (a) la deidad esencial del Hijo y del Espíritu Santo, siendo innecesario tratar la del Padre; 

    (b) el hecho de que las tres Personas son un único y mismo Dios. (a) Deidad de Cristo. Véase DEIDAD DE CRISTO. (b) Deidad del Espíritu Santo. Véase DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO. 

    (c) La unidad de esencia de las tres Personas divinas. Ya al revelar constantemente al Dios único, el AT hace presentir la pluralidad en el seno de la Deidad. En Gn. 1:1 se dice, lit.: «En el principio creó los Dioses» («Elohim», forma plural, con el verbo en singular), y Gn. 1:2 ya menciona al Espíritu de Dios presente en el acto creacional. 

    Génesis 1:1

    La creación

    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    Génesis 1:2

    2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

    En Gn. 1:26 dice: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza». Después de la caída, Dios dice: «He aquí el hombre es como uno de nosotros ...» (Gn. 3:22). 

    Génesis 3:22

    22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.

    El NT presenta constantemente a las Tres Personas unidas en la obra de la salvación de la misma manera en que se han manifestado unidas en la de la creación. 

    El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se manifestaron en el bautismo de Jesús (Mt. 3:16-17). 

    Mateo 3:16-17

    16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.

    17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

    Cristo ordenó que los discípulos sean bautizados en el nombre (singular) del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mt. 28:19). 

    Mateo 28:19

    19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

    El nuevo nacimiento es posible por la regeneración obrada por el Espíritu Santo, el amor del Padre, y el don del Hijo, que murió en la cruz por nuestros pecados (Jn. 3:5-6, 14-16). 

    Juan 3:5-6, 14-16

    5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

    6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

    14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,

    15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

    De tal manera amó Dios al mundo

    16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

    El Padre, el Hijo y el Espíritu vienen a hacer Su morada en el corazón del creyente (Jn. 14:17, 23; cfr. 1 Co. 3:16-17; 6:19; Col. 1:27); comunican juntos la plenitud de la vida divina (Ef. 3:14, 16-19). 

    Juan 14:17, 23

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

    1 Corintios 3:16-17 

    16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

    17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

    1 Corintios 6:19 

    19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

    Colosenses 1:27

    27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,

    Efesios 3:14, 16-19

    El amor que excede a todo conocimiento

    14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,

    16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;

    17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,

    18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,

    19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

    La bendición apostólica se da en el triple nombre de la Deidad (2 Co. 13:13). 

    2 Corintios 13:13

    13 Todos los santos os saludan.

    La resurrección de Cristo es atribuida al Padre, al mismo Jesús, y al Espíritu (Hch. 2:24; Jn. 2:19; 10:17-18; Ro. 8:11); así será con la resurrección de los creyentes (Jn. 5:21; 6:40; Ro. 8:11; cfr. otros pasajes trinitarios: Hch. 2:33; 1 Co. 12:4-6; Ef. 4:4-6; 1 P. 1:2; Ap. 1:6, etc.). 

    Hechos 2:24 

    24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

    Juan 2:19 

    19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

    Juan 10:17-18 

    17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

    18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

    Romanos 8:11

    11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

    Juan 5:21 

    21 Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.

    Juan 6:40 

    40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

    Romanos 8:11

    11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

    Hechos 2:33 

    33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

    1 Corintios 12:4-6 

    4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.

    5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.

    6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

    Efesios 4:4-6 

    4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;

    5 un Señor, una fe, un bautismo,

    6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

    1 Pedro 1:2 

    2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

    Apocalipsis 1:6

    6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.

    Las Tres Personas de la sola Deidad están unidas de tal manera que manifiestan la plenitud del solo Dios viviente: Cada persona cumple las mismas obras y recibe la misma adoración; participan del único Ser indiviso de la Deidad, manteniendo al mismo tiempo una relación tripersonal de amor y comunicación en el seno de la Deidad, con una perfección y armonía infinitas, con una total unidad, un amor infinito, una sumisión perfecta al Padre, de quien proceden eternamente el Hijo y el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo (Jn. 15:26; Ro. 8:9; Gá. 4:6). 

    Juan 15:26 

    26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

    Romanos 8:9 

    9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

    Gálatas 4:6

    6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

    El estricto monoteísmo del AT no queda afectado en absoluto. Simplemente, al revelarse plenamente en la persona de Cristo, Dios nos ha dado a conocer más realidades acerca de la inefable naturaleza del Dios único y verdadero. 

    En el AT, tenemos ante todo la revelación del Creador y Señor soberano, «Dios por nosotros»; en los Evangelios, el Señor se encarnó, llegando a ser «Dios con nosotros», Emanuel. 

    Una vez obrada la redención, en Pentecostés vino a ser «Dios en nosotros» por el Espíritu Santo. 

    El dogma de la Trinidad ha suscitado numerosas controversias y ensayos de explicación. Sin embargo, el creyente debe aceptar que un ser finito no puede abarcar al Infinito. ¿Quién puede sondear tal hondura? Acerca de nuestro mismo ser, 

    Pablo menciona el espíritu, el alma y el cuerpo (1 Ts. 5:23), y no nos es posible determinar cómo están unidos y cómo tres esencias llegan a formar una sola persona. 

    1 Tesalonicenses 5:23

    23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

    El hecho revelado de Tres Personas en el único ser de la Deidad, manteniendo, en el contexto de este único ser, una relación interpersonal de amor y comunión mutuas, no puede ser rechazado como contrario a la razón. 

    No hay ninguna contradicción. No se afirma que Dios sea «una persona en tres personas», sino «Tres Personas en un solo Ser». Esto no es contradictorio. Supera la razón humana, pero no milita contra ella. 

    La negación de esta verdad no proviene de una imposibilidad lógica; nuestra incapacidad de comprenderlo se debe a nuestra limitación. 

    Es una doctrina que debe ser aceptada aunque no pueda ser comprendida. 

    Como tampoco puede ser comprendida la existencia eterna de Dios, la maravilla de Su creación; como el hombre no puede comprender su propia naturaleza. 

    La misma realidad, ignorada por nuestra familiaridad con ella, es incomprensible. ¡Cuánto más las riquezas del Ser de Dios, que Él se ha placido en comunicarnos en cierta medida! La respuesta ante este misterio revelado en la Biblia es la adoración al Dios único y verdadero, Padre, e Hijo, y Espíritu Santo. 

    Bibliografía: 

    Bellet, J. G.: «The Son of God» (Bible Truth Publishers, Oak Park, Illinois, reimpr. S/f); 

    Carballosa, E. L.: «La Deidad de Cristo» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1982); 

    Chafer, L. S.: «Teología Sistemática» (Publicaciones Españolas, Dalton, 1974); 

    Chafer, L. S.: «Grandes Temas Bíblicos» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1976); 

    Flores, J.: «El Hijo Eterno» (Clíe, Terrassa, 1983); 

    Kelly, W.: «Lectures on the Doctrine of the Holy Spirit» (Bible Truth Publishers, Oak Park s/f); 

    Lacueva, F.: «Un Dios en Tres Personas» (Clíe, Terrassa, 1974); 

    Lacueva, F.: «Espiritualidad Trinitaria» (Clíe, 1983); 

    Lacueva, F.: «La Persona y la Obra de Jesucristo» (Clíe, 1979); 

    Ryrie, C. C.: «Síntesis de Doctrina Bíblica» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1979); 

    Pache, R.: «La Persona y la Obra del Espíritu Santo» (Clíe, Terrassa, 1982); 

    Palmer, E.: «El Espíritu Santo» (El Estandarte de la Verdad, Edimburgo s/f).

    VÉASE: Ángel de Jehová , Virgen , Espíritu Santo (I)
  • DICCIONARIO
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  • Trinidad

    Este término, empleado por primera vez por Tertuliano (siglo II d.C.), expresa una magna verdad bíblica. 

    El Dios único se revela a nosotros en las tres Personas del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Hay dos facetas a considerar en base a los textos: 

    (a) la deidad esencial del Hijo y del Espíritu Santo, siendo innecesario tratar la del Padre; 

    (b) el hecho de que las tres Personas son un único y mismo Dios. (a) Deidad de Cristo. Véase DEIDAD DE CRISTO. (b) Deidad del Espíritu Santo. Véase DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO. 

    (c) La unidad de esencia de las tres Personas divinas. Ya al revelar constantemente al Dios único, el AT hace presentir la pluralidad en el seno de la Deidad. En Gn. 1:1 se dice, lit.: «En el principio creó los Dioses» («Elohim», forma plural, con el verbo en singular), y Gn. 1:2 ya menciona al Espíritu de Dios presente en el acto creacional. 

    Génesis 1:1

    La creación

    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    Génesis 1:2

    2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

    En Gn. 1:26 dice: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza». Después de la caída, Dios dice: «He aquí el hombre es como uno de nosotros ...» (Gn. 3:22). 

    Génesis 3:22

    22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.

    El NT presenta constantemente a las Tres Personas unidas en la obra de la salvación de la misma manera en que se han manifestado unidas en la de la creación. 

    El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se manifestaron en el bautismo de Jesús (Mt. 3:16-17). 

    Mateo 3:16-17

    16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.

    17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

    Cristo ordenó que los discípulos sean bautizados en el nombre (singular) del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mt. 28:19). 

    Mateo 28:19

    19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

    El nuevo nacimiento es posible por la regeneración obrada por el Espíritu Santo, el amor del Padre, y el don del Hijo, que murió en la cruz por nuestros pecados (Jn. 3:5-6, 14-16). 

    Juan 3:5-6, 14-16

    5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

    6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

    14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,

    15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

    De tal manera amó Dios al mundo

    16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

    El Padre, el Hijo y el Espíritu vienen a hacer Su morada en el corazón del creyente (Jn. 14:17, 23; cfr. 1 Co. 3:16-17; 6:19; Col. 1:27); comunican juntos la plenitud de la vida divina (Ef. 3:14, 16-19). 

    Juan 14:17, 23

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

    1 Corintios 3:16-17 

    16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

    17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

    1 Corintios 6:19 

    19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

    Colosenses 1:27

    27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,

    Efesios 3:14, 16-19

    El amor que excede a todo conocimiento

    14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,

    16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;

    17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,

    18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,

    19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

    La bendición apostólica se da en el triple nombre de la Deidad (2 Co. 13:13). 

    2 Corintios 13:13

    13 Todos los santos os saludan.

    La resurrección de Cristo es atribuida al Padre, al mismo Jesús, y al Espíritu (Hch. 2:24; Jn. 2:19; 10:17-18; Ro. 8:11); así será con la resurrección de los creyentes (Jn. 5:21; 6:40; Ro. 8:11; cfr. otros pasajes trinitarios: Hch. 2:33; 1 Co. 12:4-6; Ef. 4:4-6; 1 P. 1:2; Ap. 1:6, etc.). 

    Hechos 2:24 

    24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

    Juan 2:19 

    19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

    Juan 10:17-18 

    17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

    18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

    Romanos 8:11

    11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

    Juan 5:21 

    21 Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.

    Juan 6:40 

    40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

    Romanos 8:11

    11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

    Hechos 2:33 

    33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

    1 Corintios 12:4-6 

    4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.

    5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.

    6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

    Efesios 4:4-6 

    4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;

    5 un Señor, una fe, un bautismo,

    6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

    1 Pedro 1:2 

    2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

    Apocalipsis 1:6

    6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.

    Las Tres Personas de la sola Deidad están unidas de tal manera que manifiestan la plenitud del solo Dios viviente: Cada persona cumple las mismas obras y recibe la misma adoración; participan del único Ser indiviso de la Deidad, manteniendo al mismo tiempo una relación tripersonal de amor y comunicación en el seno de la Deidad, con una perfección y armonía infinitas, con una total unidad, un amor infinito, una sumisión perfecta al Padre, de quien proceden eternamente el Hijo y el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo (Jn. 15:26; Ro. 8:9; Gá. 4:6). 

    Juan 15:26 

    26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

    Romanos 8:9 

    9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

    Gálatas 4:6

    6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

    El estricto monoteísmo del AT no queda afectado en absoluto. Simplemente, al revelarse plenamente en la persona de Cristo, Dios nos ha dado a conocer más realidades acerca de la inefable naturaleza del Dios único y verdadero. 

    En el AT, tenemos ante todo la revelación del Creador y Señor soberano, «Dios por nosotros»; en los Evangelios, el Señor se encarnó, llegando a ser «Dios con nosotros», Emanuel. 

    Una vez obrada la redención, en Pentecostés vino a ser «Dios en nosotros» por el Espíritu Santo. 

    El dogma de la Trinidad ha suscitado numerosas controversias y ensayos de explicación. Sin embargo, el creyente debe aceptar que un ser finito no puede abarcar al Infinito. ¿Quién puede sondear tal hondura? Acerca de nuestro mismo ser, 

    Pablo menciona el espíritu, el alma y el cuerpo (1 Ts. 5:23), y no nos es posible determinar cómo están unidos y cómo tres esencias llegan a formar una sola persona. 

    1 Tesalonicenses 5:23

    23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

    El hecho revelado de Tres Personas en el único ser de la Deidad, manteniendo, en el contexto de este único ser, una relación interpersonal de amor y comunión mutuas, no puede ser rechazado como contrario a la razón. 

    No hay ninguna contradicción. No se afirma que Dios sea «una persona en tres personas», sino «Tres Personas en un solo Ser». Esto no es contradictorio. Supera la razón humana, pero no milita contra ella. 

    La negación de esta verdad no proviene de una imposibilidad lógica; nuestra incapacidad de comprenderlo se debe a nuestra limitación. 

    Es una doctrina que debe ser aceptada aunque no pueda ser comprendida. 

    Como tampoco puede ser comprendida la existencia eterna de Dios, la maravilla de Su creación; como el hombre no puede comprender su propia naturaleza. 

    La misma realidad, ignorada por nuestra familiaridad con ella, es incomprensible. ¡Cuánto más las riquezas del Ser de Dios, que Él se ha placido en comunicarnos en cierta medida! La respuesta ante este misterio revelado en la Biblia es la adoración al Dios único y verdadero, Padre, e Hijo, y Espíritu Santo. 

    Bibliografía: 

    Bellet, J. G.: «The Son of God» (Bible Truth Publishers, Oak Park, Illinois, reimpr. S/f); 

    Carballosa, E. L.: «La Deidad de Cristo» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1982); 

    Chafer, L. S.: «Teología Sistemática» (Publicaciones Españolas, Dalton, 1974); 

    Chafer, L. S.: «Grandes Temas Bíblicos» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1976); 

    Flores, J.: «El Hijo Eterno» (Clíe, Terrassa, 1983); 

    Kelly, W.: «Lectures on the Doctrine of the Holy Spirit» (Bible Truth Publishers, Oak Park s/f); 

    Lacueva, F.: «Un Dios en Tres Personas» (Clíe, Terrassa, 1974); 

    Lacueva, F.: «Espiritualidad Trinitaria» (Clíe, 1983); 

    Lacueva, F.: «La Persona y la Obra de Jesucristo» (Clíe, 1979); 

    Ryrie, C. C.: «Síntesis de Doctrina Bíblica» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1979); 

    Pache, R.: «La Persona y la Obra del Espíritu Santo» (Clíe, Terrassa, 1982); 

    Palmer, E.: «El Espíritu Santo» (El Estandarte de la Verdad, Edimburgo s/f).

    VÉASE:
    Ángel de Jehová , Virgen , Espíritu Santo (I)
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