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  • Dios

    (a) La revelación de Dios. Ya a partir de su primer renglón, la Biblia habla de Dios (Gn. 1:1). 

    Génesis 1:1

    La creación

    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    De un extremo al otro, se presenta como la revelación que Él ha dado de Sí mismo, revelación sin la cual nosotros no sabríamos nada suficiente acerca de Él. Es cierto que antes de revelarse mediante la palabra escrita, Dios se manifestaba por la obra de la creación. 

    Ésta muestra la gloria, poder y deidad del Creador (Sal. 19:1; Ro. 1:20). 

    Salmos 19:1 

    Las obras y la palabra de Dios

    1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

    Romanos 1:20

    20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

    También aquellos que no poseen las Escrituras son culpables de no buscar a Dios, de no glorificarle, y de no darle gracias (Hch. 17:27; Ro. 1:20). 

    Hechos 17:27 

    27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.

    Romanos 1:20

    20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

    Pero en ningún pasaje leemos que nadie entre los hombres llegue a conocer a Dios de una manera concreta mediante la contemplación de la naturaleza. 

    Lo mismo se puede decir acerca de la conciencia. Los hombres poseen una cierta noción de la voluntad de Dios (Ro. 2:15). 

    Romanos 2:15

    15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,

    De ello es que subsista un mínimo de moralidad en la sociedad humana y que los magistrados sean, a su manera, servidores de Dios (Ro. 13:4). 

    Romanos 13:4

    4 porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.

    Pero ello no impide que los paganos ignoren las ordenanzas divinas (Sal. 147:20). 

    Salmos 147:20

    20 No ha hecho así con ninguna otra de las naciones; Y en cuanto a sus juicios, no los conocieron. Aleluya.

    Como el hombre pecador no busca a Dios (Sal. 14:2; Ro. 3:11), hace falta entonces una revelación especial en la que Dios toma la iniciativa para que el hombre pueda llegar a conocerle. 

    Salmos 14:2 

    2 Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios.

    Romanos 3:11

    11 No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios.

    Así, se reveló a los primeros miembros de la humanidad, Adán, Abel, Caín, Noé. Pero los recuerdos de esta revelación primitiva quedaron rápidamente oscurecidos. Se pudiera pensar que Job y sus amigos, no pertenecientes al pueblo elegido, todavía fueron beneficiarios y depositarios de aquel conocimiento anterior de Dios. Pero los mismos antepasados de Abraham estaban apartados de Dios (Jos. 24:2). 

    Josué 24:2

    2 Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños.

    Asimismo, las naciones en general son presentadas como alejadas de Dios (Ef. 2:12). 

    Efesios 2:12

    12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

    En particular, las pretensiones de los filósofos son rechazadas con energía: el mundo, con su sabiduría, no conoció a Dios (1 Co. 1:21). 

    1 Corintios 1:21

    21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

    Como consecuencia, Dios se reveló, primeramente de una manera directa, a Abraham, Isaac y Jacob, después con la mediación de los profetas, desde Moisés hasta Malaquías. 

    Sus escritos son palabra de Dios (Dt. 18:18, 19), una palabra viva (Hch. 7:38). 

    Deuteronomio 18:18, 19

    18 Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.

    19 Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.

    Hechos 7:38

    38 Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos;

    La revelación culmina en la encarnación, ya prevista y saludada desde antes por los creyentes del AT y del NT (Jn. 20:30; Ro. 16:26). 

    Juan 20:30 

    El propósito del libro

    30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro.

    Romanos 16:26

    26 pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe,

    El resultado es que en tanto que esperamos aquel día en que el Señor, a Su vuelta, nos llevará a la gloria, donde conoceremos como somos conocidos (1 Co. 13:12), no tenemos otra fuente válida de información acerca de Dios que la Biblia. 

    1 Corintios 13:12

    12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.

    Para que podamos llegar a beneficiamos de la revelación de las Escrituras hace falta, por otra parte, la acción interior del Espíritu Santo. Vista nuestra naturaleza pecadora, somos impermeables a la verdad, incluso cuando nos es presentada en todo su esplendor. 

    Hay una total incompatibilidad entre la manera de pensar de Dios y la de los hombres (Is. 55:8, 9; 1 Co. 2:14). 

    Isaías 55:8, 9 

    8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.

    9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

    1 Corintios 2:14

    14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

    Es preciso que mediante el Espíritu, el Padre nos ilumine con la verdad, y nos disponga para aceptarla (Mt. 16:17; Jn. 6:45; 1 Co. 2:10; Ef. 1:17, 18). 

    Mateo 16:17 

    17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

    Juan 6:45 

    45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.

    1 Corintios 2:10 

    10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

    Efesios 1:17, 18

    17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,

    18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,

    Esta revelación no comporta ninguna imperfección. Se puede admitir una cierta gradación entre la palabra transmitida por los profetas y la del Hijo (He. 1:1). 

    Hebreos 1:1

    Dios ha hablado por su Hijo

    1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,

    Pero como el mismo Hijo puso Su sello sin reservas de ningún tipo sobre los escritos del AT (Mt. 5:17), no debemos tampoco nosotros presentar ninguna de nuestra parte. 

    Mateo 5:17

    Jesús y la ley

    17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.

    A propósito de esta revelación se puede hacer la siguiente observación: Al decirse: «Oísteis que fue dicho a los antiguos, mas yo os digo» (Mt. 5:21, 22, etc.), según los más acreditados exegetas, Jesús no hablaba aquí del texto del AT, sino solamente de las interpretaciones tendenciosas por las que los judíos trataban de restringir su alcance (cp. Mt. 15:3-6). 

    Mateo 5:21, 22

    Jesús y la ira

    21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.

    22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

    Mateo 15:3-6

    3 Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?

    4 Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.

    5 Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte,

    6 ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.

    Incluso si se quiere interpretar de otro modo los pasajes del sermón del monte, no se puede por ello llegar a la conclusión de que la revelación antigua fuera errónea: lo más que se podría decir es que no había sido dada todavía en su plenitud (cp. Mt. 19:8). 

    Mateo 19:8

    8 El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.

    (b) La unidad de Dios. De principio, Dios aparece como único. Si se emplea la misma palabra en el AT y en el NT para designar a Jehová y a los falsos dioses, se da por supuesto que jamás los autores sagrados atribuyen a los segundos existencia real. 

    Se trata de vanidades (Sal. 115:8; Is. 44:9; 1 Co. 8:4-6). 

    Salmos 115:8 

    8 Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.

    Isaías 44:9 

    La insensatez de la idolatría

    9 Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden.

    1 Corintios 8:4-6

    4 Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios.

    5 Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores),

    6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.

    Con frecuencia se puede ver detrás de ellos a los demonios, inspiradores de idolatría, mediante la cual se hacen dar a sí mismos la honra, en lugar de a Dios (1 Co. 10:19, 20). 

    1 Corintios 10:19, 20

    19 ¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos?

    20 Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios.

    Con toda certeza, Jehová es el Dios de Israel; pero este vínculo no tiene nada de común con las limitaciones que imaginaban los paganos. Para ellos, cada divinidad tenía sus circunscripciones, con fronteras bien delimitadas, fuera de las cuales otras divinidades ejercían su poder. 

    Nada de esta concepción se halla en los autores sagrados. Jehová es el Dios de los israelitas por Su elección. En Su soberanía se quiso revelar a ellos (Dt. 4:33- 36). 

    Deuteronomio 4:33-36

    33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer?

    34 ¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?

    35 A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él.

    36 Desde los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego.

    Concluyó una alianza con ellos, y los eligió para que fueran Sus testigos. Esto no significa en absoluto que Su autoridad quede confiada a los que formaban parte de esta nación. 

    Él es el Señor de todas las naciones (Sal. 82:8; 72:11, 17, etc.). 

    Salmos 82:8 

    8 Levántate, oh Dios, juzga la tierra; Porque tú heredarás todas las naciones.

    Salmos 72:11, 17

    11 Todos los reyes se postrarán delante de él; Todas las naciones le servirán.

    En el seno del pueblo de Israel hubo ciertamente los que atribuían una cierta realidad a los falsos dioses hasta el punto de rendirles culto. Incluso dentro de la Iglesia primitiva los había que no estaban del todo convencidos de la vanidad de los ídolos (1 Co. 8:7). 

    1 Corintios 8:7

    7 Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina.

    17 Será su nombre para siempre, Se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en él todas las naciones; Lo llamarán bienaventurado.

    Pero esta tendencia no apareció jamás entre los instrumentos de la revelación. Todo lo que se oye acerca del desarrollo progresivo del monoteísmo en el AT proviene de una interpretación inexacta de los textos. 

    Desde la primera línea de Génesis, Dios es uno, Creador de todo el universo. Los Diez Mandamientos, cuya antigüedad es irrebatible, comienzan con la exclusión de toda falsa deidad (Éx. 20:3). 

    Éxodo 20:3

    3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.

    La confesión de fe de Israel se halla en Dt. 6:4

    Deuteronomio 6:4

    4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.

    Las afirmaciones de Is. 40-48 son insuperables en su vigor monoteísta, pero no aportan nada que sea fundamentalmente inédito con respecto a los textos más antiguos. 

    (c) La Trinidad. La unidad de Dios no excluye en absoluto la distinción entre las Personas de la divinidad. 

    Ya el AT deja entrever esta distinción, aunque ciertamente de una manera velada, ya que era sobre todo la unidad de Dios lo que debía ser destacado frente al politeísmo ambiental. Incluso si no se quiere tener en cuenta la forma plural «Elohim» unida a un verbo en singular, debido a que este hecho recibe varias interpretaciones, hay textos en los que el nombre de Dios es aplicable por adelantado al Mesías (Sal. 45:7-8; Is. 9:5); también, siendo que el nombre de «Señor» equivale al nombre inefable de Jehová, se ha de considerar el Sal. 11:1

    Salmos 45:7-8 

    7 Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.

    8 Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos; Desde palacios de marfil te recrean.

    Isaías 9:5

    5 Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.

    Salmos 11:1

    El refugio del justo

    1 En Jehová he confiado; ¿Cómo decís a mi alma, Que escape al monte cual ave?

    Con Jehová se asocia un Hijo (2 S. 7:14; Pr. 30:4; cp. Sal. 2:12). 

    2 Samuel 7:14 

    14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;

    Proverbios 30:4 

    4 ¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?

    Salmos 2:12

    12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.

    El pasaje acerca de la Sabiduría en Proverbios (Pr. 8) nos la presenta como un ser personal, y no como una abstracción, hasta tal punto que, desde el mismo marco de referencia del judaísmo, sus filósofos llegaron a la conclusión de la existencia de un mediador, el Logos, entre Dios y el mundo. 

    Proverbios 8

    Excelencia y eternidad de la Sabiduría

    1 ¿No clama la sabiduría, Y da su voz la inteligencia?

    2 En las alturas junto al camino, A las encrucijadas de las veredas se para;

    3 En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad, A la entrada de las puertas da voces:

    4 Oh hombres, a vosotros clamo; Dirijo mi voz a los hijos de los hombres.

    5 Entended, oh simples, discreción; Y vosotros, necios, entrad en cordura.

    6 Oíd, porque hablaré cosas excelentes, Y abriré mis labios para cosas rectas.

    7 Porque mi boca hablará verdad, Y la impiedad abominan mis labios.

    8 Justas son todas las razones de mi boca; No hay en ellas cosa perversa ni torcida.

    9 Todas ellas son rectas al que entiende, Y razonables a los que han hallado sabiduría.

    10 Recibid mi enseñanza, y no plata; Y ciencia antes que el oro escogido.

    11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.

    12 Yo, la sabiduría, habito con la cordura, Y hallo la ciencia de los consejos.

    13 El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.

    14 Conmigo está el consejo y el buen juicio; Yo soy la inteligencia; mío es el poder.

    15 Por mí reinan los reyes, Y los príncipes determinan justicia.

    16 Por mí dominan los príncipes, Y todos los gobernadores juzgan la tierra.

    17 Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan.

    18 Las riquezas y la honra están conmigo; Riquezas duraderas, y justicia.

    19 Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; Y mi rédito mejor que la plata escogida.

    20 Por vereda de justicia guiaré, Por en medio de sendas de juicio,

    21 Para hacer que los que me aman tengan su heredad, Y que yo llene sus tesoros.

    22 Jehová me poseía en el principio, Ya de antiguo, antes de sus obras.

    23 Eternamente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra.

    24 Antes de los abismos fui engendrada; Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.

    25 Antes que los montes fuesen formados, Antes de los collados, ya había sido yo engendrada;

    26 No había aún hecho la tierra, ni los campos, Ni el principio del polvo del mundo.

    27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo;

    28 Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo;

    29 Cuando ponía al mar su estatuto, Para que las aguas no traspasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra,

    30 Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.

    31 Me regocijo en la parte habitable de su tierra; Y mis delicias son con los hijos de los hombres.

    32 Ahora, pues, hijos, oídme, Y bienaventurados los que guardan mis caminos.

    33 Atended el consejo, y sed sabios, Y no lo menospreciéis.

    34 Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas.

    35 Porque el que me halle, hallará la vida, Y alcanzará el favor de Jehová.

    36 Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; Todos los que me aborrecen aman la muerte.

    El Espíritu de Dios es igualmente mencionado con frecuencia en el AT, y ello en términos que implican a la vez Su existencia propia y su unidad sustancial con Dios (Gn. 1:2; Sal. 51:13; 2 S. 23:1). 

    Génesis 1:2 

    2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

    Salmos 51:13 

    13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.

    2 Samuel 23:1

    Últimas palabras de David

    1 Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel:

    Al llegar al NT hallamos allí la doctrina de la Trinidad netamente formulada, aun cuando no se emplee este término. De entrada, el NT es tan formal como el AT al afirmar la unidad de Dios (Mr. 12:29; Stg. 2:19). 

    Marcos 12:29 

    29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.

    Santiago 2:19

    19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.

    La divinidad del Hijo y del Espíritu Santo no contradice en nada este hecho. Pablo opone el solo Dios y Padre y el solo Señor Jesucristo a la multiplicidad de las divinidades y de los señoríos del paganismo (1 Co. 8:5, 6). 

    1 Corintios 8:5, 6

    5 Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores),

    6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.

    Así, en el seno de la esencia divina única se pueden distinguir tres Personas que reciben igualmente el nombre de Dios, que en el seno de la Deidad mantienen unas relaciones a nivel interpersonal. Sería prolijo enumerar todos los pasajes donde este nombre se aplica al Padre. (He aquí unos como ejemplo: Jn. 20:17; 1 Ts. 1:1; 1 P. 1:2; Stg. 1:27; Jud. 1). 

    Juan 20:17 

    17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.

    1 Tesalonicenses 1:1 

    Salutación

    1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

    1 Pedro 1:2 

    2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

    Santiago 1:27 

    27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.

    Judas 1

    Salutación

    1 Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo:

    El Hijo es llamado Dios por el apóstol Juan (Jn. 1:1; 1 Jn. 5:20), por el apóstol Pedro (2 P. 1:1), por el apóstol Pablo (Tit. 2:13; Ro. 9:5), por el autor de la epístola a los Hebreos (He. 1:8). 

    Juan 1:1 

    El Verbo hecho carne

    1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

    1 Juan 5:20

    20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.

    2 Pedro 1:1

    Salutación

    1 Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra:

    Tito 2:13 

    13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,

    Romanos 9:5

    5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

    Hebreos 1:8

    8 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino.

    El texto más contundente es aquel en el que el mismo Jesús acepta que se le llame así (Jn. 20:28). 

    Juan 20:28

    28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!

    En cuanto al Espíritu Santo, es evidente en base a Hch. 5:3,4 que mentirle a Él es lo mismo que mentir a Dios. 

    Hechos 5:3,4

    3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?

    4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

    Ello es debido a que se trata de Dios. Su Personalidad queda también evidenciada por cuanto tiene voluntad (He.2:4); se comunica (He.9:8); conduce a los Suyos (Gá.5:18); justifica (1Co.6:11); enseña (1Co.2:13); y da testimonio (Ro.8:16), aparte de muchas otras actividades, de las que se mencionan varias principales en Jn.14,15 y 16

    Hebreos 2:4

    4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.

    Hebreos 9:8

    8 dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie.

    Gálatas 5:18

    18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

    1 Corintios 6:11

    11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

    1 Corintios 2:13

    13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.

    Romanos 8:16

    16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

    Juan 14

    Jesús, el camino al Padre

    1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

    2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

    3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

    4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.

    5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?

    6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

    7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.

    8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.

    9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

    10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

    11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.

    12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

    13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

    14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

    La promesa del Espíritu Santo

    15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.

    16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.

    19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.

    20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.

    21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

    22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?

    23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

    24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.

    25 Os he dicho estas cosas estando con vosotros.

    26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

    27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

    28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.

    29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.

    30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.

    31 Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí.

    Juan 15

    Jesús, la vid verdadera

    1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.

    2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.

    3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.

    4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

    5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

    6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

    7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

    8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

    9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.

    10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.

    11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

    12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.

    13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.

    14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

    15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.

    16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

    17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.

    El mundo os aborrecerá

    18 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.

    19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.

    20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.

    21 Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.

    22 Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.

    23 El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece.

    24 Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre.

    25 Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.

    26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

    27 Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.

    Juan 16

    1 Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo.

    2 Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios.

    3 Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí.

    La obra del Espíritu Santo

    4 Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho. Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros.

    5 Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas?

    6 Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón.

    7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.

    8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

    9 De pecado, por cuanto no creen en mí;

    10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;

    11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

    12 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.

    13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

    14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

    15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.

    La tristeza se convertirá en gozo

    16 Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre.

    17 Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre?

    18 Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? No entendemos lo que habla.

    19 Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis?

    20 De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo.

    21 La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.

    22 También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.

    23 En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.

    24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.

    Yo he vencido al mundo

    25 Estas cosas os he hablado en alegorías; la hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre.

    26 En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros,

    27 pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.

    28 Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.

    29 Le dijeron sus discípulos: He aquí ahora hablas claramente, y ninguna alegoría dices.

    30 Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios.

    31 Jesús les respondió: ¿Ahora creéis?

    32 He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

    33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

    Las tres Personas de la Trinidad son mencionadas juntas en la fórmula bautismal (Mt. 28:19) y en la bendición apostólica (2 Co. 13:13); también en 1 Co. 12:4, 6 y en Ef. 4:4-6, de manera que queda implicada su distinción. 

    Mateo 28:19

    19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

    2 Corintios 13:13

    13 Todos los santos os saludan.

    1 Corintios 12:4, 6

    4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.

    6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

    Efesios 4:4-6

    4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;

    5 un Señor, una fe, un bautismo,

    6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

    Esta distinción queda además posiblemente destacada aún más claramente en los pasajes en los que las tres Personas aparecen con funciones distintas: Por ejemplo, en el bautismo de Jesús, el Padre da testimonio del Hijo, sobre quien desciende el Espíritu Santo (Mt. 3:16, 17); a su muerte, el Hijo se ofrece al Padre por el Espíritu (He. 9:14); en Pentecostés, el Padre envía el Espíritu Santo en nombre del Hijo, y el Hijo lo envía de parte del Padre (Jn. 14:26; 15:26). 

    Mateo 3:16, 17

    16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.

    17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

    Hebreos 9:14

    14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

    Juan 14:26 

    26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

    Juan 15:26

    26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

    En nuestra experiencia de la salvación, la distinción entre las Personas se nos hace clara. Somos salvados según la presciencia de Dios Padre. Es el Hijo quien se ofreció en sacrificio para la redención. 

    Es el Espíritu Santo quien aplica las bendiciones (1 P. 1:2). 

    1 Pedro 1:2

    2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

    Pero esta distinción no está limitada a la administración de la salvación, sino que existe desde toda la eternidad en el seno de la esencia divina (Jn. 17:5). 

    Juan 17:5

    5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

    Para acabar de precisar esta doctrina, debemos mencionar los textos que destacan la unidad entre las tres Personas; el primer libro en antigüedad del NT, la 1. Epístola a los Tesalonicenses, presenta al Padre y al Hijo de tal manera unidos, que el verbo que denota la acción de ellos está en singular, lo que es tan contrario a todas las leyes de la gramática griega como pueda serlo a las de la gramática de la lengua castellana. 

    «Mas el Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija (sic) nuestro camino» (1 Ts. 3 11). 

    1 Tesalonicenses 3:11

    11 Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros.

    Jesús dijo de una manera explícita: «Yo y el Padre somos una sola cosa» (Jn. 10:30). 

    Juan 10:30

    30 Yo y el Padre uno somos.

    Por su parte el Espíritu Santo está tan estrechamente unido al Padre y al Hijo que por Su venida al corazón del creyente también el Padre y el Hijo vienen a morar allí (Jn. 14:17, 23). 

    Juan 14:17, 23

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

    La subordinación del Hijo al Padre y la del Espíritu Santo al Padre y al Hijo no implican diferencia alguna de esencia entre las tres Personas. 

    Para hacer comprender el misterio de la Trinidad, en ocasiones quizá para hacerlo aceptable al pensamiento humano, los teólogos han recurrido a diversos argumentos y a diversas comparaciones derivadas del mundo inanimado, y especialmente de la naturaleza humana. 

    Como no hallamos ninguna argumentación de este género en la Biblia, no corresponde una discusión de este tema a un diccionario bíblico. 

    Sin embargo, los que deseen estudiar a fondo esta cuestión hallarán un valioso tratamiento de la misma en la obra de L. S. Chafer, «Teología Sistemática», tomo I, PP. 294-313, y en la obra de F. Lacueva, «Un Dios en tres Personas» (PP. 125-166). (Véase también TRINIDAD). 

    (d) Los atributos de Dios. A la pregunta ¿quién es Dios? hemos tratado de dar respuesta con la Biblia en la mano: Es Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo. 

    Tenemos que abordar ahora la cuestión que no puede venir más que en segundo lugar: ¿Cómo es Dios? Aquí es que deberemos mencionar lo que se denominan los atributos de Dios, esto es, los caracteres por los que se distingue de Sus criaturas. 

    La Biblia no da una lista de Sus atributos como tal, sino que los muestra en actividad, de una manera concreta, en la historia de la revelación. De pasada se puede constatar que se aplican indiferentemente a las tres Personas divinas. 

    (A) Dios es eterno. Esto no significa sólo que Dios haya existido siempre, y que siempre existirá (Sal. 90:2; Jn. 1:1; He. 9:14). 

    Salmos 90:2 

    2 Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

    Juan 1:1 

    El Verbo hecho carne

    1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

    Hebreos 9:14

    14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

    Quiere decir además que nuestras nociones del tiempo no le son aplicables (2 P. 3:8). 

    2 Pedro 3:8

    8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.

    Por otra parte, no debiéramos por ello llegar a la conclusión de que el tiempo sea algo irreal o carente de importancia. Nuestros tiempos están en Sus manos, y es a través del curso de los años que Él manifiesta Su obra (Sal. 31:16; Hab. 3:2). 

    Salmos 31:16 

    16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; Sálvame por tu misericordia.

    Habacuc 3:2

    2 Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia.

    Dios permanece invariable (Sal. 102:28; He. 13:8); pero la creación y la redención consumadas en el tiempo dan un resultado que cuenta para la eternidad. 

    Salmos 102:28 

    28 Los hijos de tus siervos habitarán seguros, Y su descendencia será establecida delante de ti.

    Hebreos 13:8

    8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.

    (B) Dios es omnisciente. (Sal. 139:2-4; Jn. 16:30; 1 Co. 2:10). 

    Salmos 139:2-4 

    2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos.

    3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.

    4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.

    Juan 16:30 

    30 Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios.

    1 Corintios 2:10

    10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

    En virtud de Su eternidad, conoce el porvenir lo mismo que el pasado (Sal. 139:16). 

    Salmos 139:16

    16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.

    No se trata aquí de un mero conocimiento teórico, como si Dios fuera el espectador pasivo de lo que acontece. 

    Cuando leemos, p. ej., que Dios conoce el camino de los justos (Sal. 1:6; 1 Co. 8:3), ello implica que viene a tener conocimiento de Su criatura, y que la admite a Su comunión. 

    Salmos 1:6 

    6 Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.

    1 Corintios 8:3

    3 Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él.

    Cuando se afirma que Él contempla los hechos culpables de los pecadores (Is. 59:15, 16; Lm. 3:36), ello implica que intervendrá para castigarlos. 

    Isaías 59:15, 16

    15 Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho.

    16 Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia.

    Lamentaciones 3:36

    36 Trastornar al hombre en su causa, el Señor no lo aprueba.

    (C) Dios es omnipresente. (Sal. 139:7-10; Mt. 18:20; 28:20), pero no en un sentido panteísta, como si no pudiera distinguirse de Su creación. 

    Salmos 139:7-10 

    7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?

    8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.

    9 Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar,

    10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.

    Mateo 18:20 

    20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

    Mateo 28:20

    20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

    Por una parte, Dios no se halla limitado a Su universo. Los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerle (1 R. 8:27). 

    1 Reyes 8:27

    27 Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?

    Por otra parte, Sus criaturas no constituyen parte de la divinidad, sino seres distintos que Dios ha creado ante Él. 

    La omnipresencia del Creador hace que no podamos jamás hallarnos lejos de Él (Hch. 17:28). 

    Hechos 17:28

    28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.

    Personas extraviadas han llegado a creer que a semejanza de las divinidades paganas, Dios ejercía Su jurisdicción sobre un territorio limitado (Jer. 23:23; Jon. 1:3). 

    Jeremías 23:23 

    23 ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos?

    Jonás 1:3

    3 Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.

    Pero la historia de Jonás muestra precisamente lo real que es la omnipresencia de Dios. 

    (D) Dios es todopoderoso. (Mt. 19:26; 28:18; Ap. 1:8). 

    Mateo 19:26 

    26 Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.

    Mateo 28:18 

    18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

    Apocalipsis 1:8

    8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

    Su omnipotencia no es sólo algo virtual, sino que es eficaz (Sal. 115:3). 

    Salmos 115:3

    3 Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho.

    No debemos llegar a la conclusión de que todo lo que sucede resulta directamente de su acción. Él deja a sus criaturas una responsabilidad real. No es en absoluto el autor del pecado (Hab. 1:13; Stg. 1:13), por bien que sea el hacedor del infortunio (Am. 3:6). 

    Habacuc 1:13 

    13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él,

    Santiago 1:13

    13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;

    Amós 3:6

    6 ¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho?

    En Su soberanía, controla el poder de los malvados y del mismo diablo (Jb. 1-2) y puede también sacar bien del mal (Gn. 50:20). 

    Job 1

    Las calamidades de Job

    1 Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.

    2 Y le nacieron siete hijos y tres hijas.

    3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales.

    4 E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos.

    5 Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.

    6 Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.

    7 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella.

    8 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?

    9 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?

    10 ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.

    11 Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.

    12 Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.

    13 Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito,

    14 y vino un mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos,

    15 y acometieron los sabeos y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para darte la noticia.

    16 Aún estaba éste hablando, cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y los consumió; solamente escapé yo para darte la noticia.

    17 Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para darte la noticia.

    18 Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito;

    19 y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia.

    20 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró,

    21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.

    22 En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.

    Job 2

    1 Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová.

    2 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella.

    3 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?

    4 Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida.

    5 Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.

    6 Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.

    7 Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.

    8 Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.

    9 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.

    10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

    11 Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle.

    12 Los cuales, alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y cada uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo.

    13 Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande.

    Génesis 50:20

    20 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.

    Este hecho aparece particularmente en la cruz, que representa el crimen humano por excelencia, así como la obra maestra de Satanás, y que al mismo tiempo constituye el cumplimiento de la parte fundamental del plan de Dios (Hch. 2:23; 4:27, 28). 

    Hechos 2:23 

    23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole;

    Hechos 4:27, 28

    27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,

    28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.

    (E) Dios es espíritu. (Jn. 4:24). Esto no le impide manifestarse bajo una forma visible o sensible (teofanías: Gn. 18:1, 2; Éx. 3:2; Jue. 6:11, 12; 1 R. 19:12; Is. 6:1). 

    Juan 4:24

    24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

    Génesis 18:1, 2 

    Promesa del nacimiento de Isaac

    1 Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día.

    2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra,

    Éxodo 3:2 

    2 Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.

    Jueces 6:11, 12 

    11 Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.

    12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.

    1 Reyes 19:12 

    12 Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado.

    Isaías 6:1

    Visión y llamamiento de Isaías

    1 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.

    Pero la misma diversidad de las formas bajo las que apareció nos revela que ninguna de ellas es esencial. En el Sinaí, los israelitas no vieron ninguna figura (Dt. 4:15). 

    Deuteronomio 4:15

    Advertencia contra la idolatría

    15 Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego;

    De la misma manera sucede con las expresiones antropomórficas que hallamos especialmente en las primeras páginas de la Biblia y en los libros poéticos, que deben tomarse como lo que son: figuras de lenguaje que se acomodan a nuestro vocabulario, y que nos ayudan a comprender de manera más exacta cómo es Dios. Mediante la Encarnación, Dios nos dio en Su Hijo una imagen a la vez perfecta y concreta de Sí mismo (Jn. 1:14, 18; Col. 1:16).

    Juan 1:14, 18 

    14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

    18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

    Colosenses 1:16

    16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

     (F) y (G) Dios es misericordioso y justo. (Sal. 33:4, 5; 103:6-8; 145:17; He. 2:17; 1 Jn. 2:1). 

    Salmos 33:4, 5 

    4 Porque recta es la palabra de Jehová, Y toda su obra es hecha con fidelidad.

    5 El ama justicia y juicio; De la misericordia de Jehová está llena la tierra.

    Salmos 103:6-8 

    6 Jehová es el que hace justicia Y derecho a todos los que padecen violencia.

    7 Sus caminos notificó a Moisés, Y a los hijos de Israel sus obras.

    8 Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia.

    Salmos 145:17 

    17 Justo es Jehová en todos sus caminos, Y misericordioso en todas sus obras.

    Hebreos 2:17 

    17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

    1 Juan 2:1

    Cristo, nuestro abogado

    1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

    Estos dos atributos son mencionados juntos en muchas ocasiones en las Escrituras, y no sin razón, ya que se complementan el uno al otro. Sin misericordia, la justicia sería implacable, y todos los hombres estarían perdidos; sin justicia, la misericordia sería una indulgencia culpable hacia el pecado, y el universo se hundiría en la anarquía. 

    En Su misericordia, Dios ha tenido compasión del pecador, pero en Su justicia solamente le salva quitando de sobre él sus pecados. La importancia de estos dos atributos aparece de manera particular en el texto de Éx. 34:4, 6, donde Dios mismo los menciona, al proclamar cómo Él es. 

    Éxodo 34:4, 6

    4 Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas de piedra.

    6 Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;

    Hallan su expresión suprema en la cruz. El Señor quiere comunicarlos a aquellos que son Suyos(Lc. 6:36; 1 Jn. 3:7). 

    Lucas 6:36 

    36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.

    1 Juan 3:7

    7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.

    (H) Dios es santo. (Jn. 17:11; Hch. 4:27; Jn. 14:26). 

    Juan 17:11 

    11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.

    Hechos 4:27 

    27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,

    Juan 14:26

    26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

    Los textos que declaran esta realidad del ser de Dios son tan numerosos que sería prolijo enumerarlos todos. El término «santo» significa «separado», «puesto aparte». Dios se distingue radicalmente de los hombres pecadores. 

    En el AT, la santidad de Dios se hacía patente en la distancia que mantenía entre Sí y los hombres. Sólo los sacerdotes podían ofrecer los sacrificios. El lugar santísimo era accesible solamente al sumo sacerdote, una vez al año (Lv. 16:2). 

    Levítico 16:2

    2 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.

    Las víctimas debían ser intachables (Lv. 22:20; Mal. 1:13, 14). 

    Levítico 22:20 

    20 Ninguna cosa en que haya defecto ofreceréis, porque no será acepto por vosotros.

    Malaquías 1:13, 14

    13 Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová.

    14 Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.

    Estaba prohibido mirar el arca, y con mayor razón tocarla (1 S. 6:19; 2 S. 6:6, 7). 

    1 Samuel 6:19 

    19 Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehová; hizo morir del pueblo a cincuenta mil setenta hombres. Y lloró el pueblo, porque Jehová lo había herido con tan gran mortandad.

    2 Samuel 6:6, 7

    6 Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban.

    7 Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios.

    No se puede ver el rostro del Señor, y seguir vivo (Éx. 33:20). 

    Éxodo 33:20

    20 Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.

    Esta santidad exterior debe ser ilustración de la santidad moral de Dios, Su horror hacia el pecado y Su perfección en el bien. Exige la santidad de los adoradores (Lv. 19:2). 

    Levítico 19:2

    2 Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios.

    En el NT, la santidad de Dios se manifiesta por la santidad perfecta del Señor Jesucristo (Jn. 8:46; 14:30) y sobre todo por el sacrificio de la cruz (He. 9:22). 

    Juan 8:46 

    46 ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?

    Juan 14:30

    30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.

    Hebreos 9:22

    22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.

    En el NT hay también la consecuencia que los redimidos son santos por su pertenencia a Dios, y que deben comportarse de una manera consiguiente en su conducta por la acción del Espíritu Santo (1 Co. 3:17; 2 Co. 3:18; 1 P. 1:15). 

    1 Corintios 3:17 

    17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

    2 Corintios 3:18 

    18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

    1 Pedro 1:15

    15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;

    (I) Dios es amor. (1 Jn. 4:8; Gá. 2:20; 2 Ti. 1:7). 

    1 Juan 4:8 

    8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

    Gálatas 2:20 

    20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

    2 Timoteo 1:7

    7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

    Es este atributo que puede ser considerado tanto en Dios como en nosotros como el vínculo de la perfección (Col. 3:14). 

    Colosenses 3:14

    14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.

    Este amor es el motivo último de las actividades divinas. Más allá no hay nada. Une entre sí a las Personas de la Trinidad (Jn. 5:20; 14:31). 

    Juan 5:20 

    20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.

    Juan 14:31

    31 Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí.

    Explica la elección de Israel (Dt. 7:6-8) dentro de una intención misericordiosa hacia todas las naciones (Gn. 12:3). 

    Deuteronomio 7:6-8

    Un pueblo santo para Jehová

    6 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial,más que todos los pueblos que están sobre la tierra.

    7 No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos;

    8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.

    Génesis 12:3

    3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

    Se extiende hacia el mundo y se manifiesta por el don del Hijo unigénito y Su muerte por los inicuos (Jn. 3:16; Ro. 5:8; 1 Jn. 4:9, 10). 

    Juan 3:16 

    De tal manera amó Dios al mundo

    16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

    Romanos 5:8 

    8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

    1 Juan 4:9, 10

    9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

    10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

    Implica que los redimidos quedan, a su vez, llenos de amor, primero hacia Dios (Mt. 22:37) y por ello hacia sus hermanos (1 Jn. 4:11), e incluso para sus enemigos (Mt. 5:44).

    Mateo 22:37

    37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

    1 Juan 4:11

    11 Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.

    Mateo 5:44

    44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

    VÉASE: Trinidad
  • DICCIONARIO
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  • Dios

    (a) La revelación de Dios. Ya a partir de su primer renglón, la Biblia habla de Dios (Gn. 1:1). 

    Génesis 1:1

    La creación

    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    De un extremo al otro, se presenta como la revelación que Él ha dado de Sí mismo, revelación sin la cual nosotros no sabríamos nada suficiente acerca de Él. Es cierto que antes de revelarse mediante la palabra escrita, Dios se manifestaba por la obra de la creación. 

    Ésta muestra la gloria, poder y deidad del Creador (Sal. 19:1; Ro. 1:20). 

    Salmos 19:1 

    Las obras y la palabra de Dios

    1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

    Romanos 1:20

    20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

    También aquellos que no poseen las Escrituras son culpables de no buscar a Dios, de no glorificarle, y de no darle gracias (Hch. 17:27; Ro. 1:20). 

    Hechos 17:27 

    27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.

    Romanos 1:20

    20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

    Pero en ningún pasaje leemos que nadie entre los hombres llegue a conocer a Dios de una manera concreta mediante la contemplación de la naturaleza. 

    Lo mismo se puede decir acerca de la conciencia. Los hombres poseen una cierta noción de la voluntad de Dios (Ro. 2:15). 

    Romanos 2:15

    15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,

    De ello es que subsista un mínimo de moralidad en la sociedad humana y que los magistrados sean, a su manera, servidores de Dios (Ro. 13:4). 

    Romanos 13:4

    4 porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.

    Pero ello no impide que los paganos ignoren las ordenanzas divinas (Sal. 147:20). 

    Salmos 147:20

    20 No ha hecho así con ninguna otra de las naciones; Y en cuanto a sus juicios, no los conocieron. Aleluya.

    Como el hombre pecador no busca a Dios (Sal. 14:2; Ro. 3:11), hace falta entonces una revelación especial en la que Dios toma la iniciativa para que el hombre pueda llegar a conocerle. 

    Salmos 14:2 

    2 Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios.

    Romanos 3:11

    11 No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios.

    Así, se reveló a los primeros miembros de la humanidad, Adán, Abel, Caín, Noé. Pero los recuerdos de esta revelación primitiva quedaron rápidamente oscurecidos. Se pudiera pensar que Job y sus amigos, no pertenecientes al pueblo elegido, todavía fueron beneficiarios y depositarios de aquel conocimiento anterior de Dios. Pero los mismos antepasados de Abraham estaban apartados de Dios (Jos. 24:2). 

    Josué 24:2

    2 Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños.

    Asimismo, las naciones en general son presentadas como alejadas de Dios (Ef. 2:12). 

    Efesios 2:12

    12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

    En particular, las pretensiones de los filósofos son rechazadas con energía: el mundo, con su sabiduría, no conoció a Dios (1 Co. 1:21). 

    1 Corintios 1:21

    21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

    Como consecuencia, Dios se reveló, primeramente de una manera directa, a Abraham, Isaac y Jacob, después con la mediación de los profetas, desde Moisés hasta Malaquías. 

    Sus escritos son palabra de Dios (Dt. 18:18, 19), una palabra viva (Hch. 7:38). 

    Deuteronomio 18:18, 19

    18 Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.

    19 Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.

    Hechos 7:38

    38 Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos;

    La revelación culmina en la encarnación, ya prevista y saludada desde antes por los creyentes del AT y del NT (Jn. 20:30; Ro. 16:26). 

    Juan 20:30 

    El propósito del libro

    30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro.

    Romanos 16:26

    26 pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe,

    El resultado es que en tanto que esperamos aquel día en que el Señor, a Su vuelta, nos llevará a la gloria, donde conoceremos como somos conocidos (1 Co. 13:12), no tenemos otra fuente válida de información acerca de Dios que la Biblia. 

    1 Corintios 13:12

    12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.

    Para que podamos llegar a beneficiamos de la revelación de las Escrituras hace falta, por otra parte, la acción interior del Espíritu Santo. Vista nuestra naturaleza pecadora, somos impermeables a la verdad, incluso cuando nos es presentada en todo su esplendor. 

    Hay una total incompatibilidad entre la manera de pensar de Dios y la de los hombres (Is. 55:8, 9; 1 Co. 2:14). 

    Isaías 55:8, 9 

    8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.

    9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

    1 Corintios 2:14

    14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

    Es preciso que mediante el Espíritu, el Padre nos ilumine con la verdad, y nos disponga para aceptarla (Mt. 16:17; Jn. 6:45; 1 Co. 2:10; Ef. 1:17, 18). 

    Mateo 16:17 

    17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

    Juan 6:45 

    45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.

    1 Corintios 2:10 

    10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

    Efesios 1:17, 18

    17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,

    18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,

    Esta revelación no comporta ninguna imperfección. Se puede admitir una cierta gradación entre la palabra transmitida por los profetas y la del Hijo (He. 1:1). 

    Hebreos 1:1

    Dios ha hablado por su Hijo

    1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,

    Pero como el mismo Hijo puso Su sello sin reservas de ningún tipo sobre los escritos del AT (Mt. 5:17), no debemos tampoco nosotros presentar ninguna de nuestra parte. 

    Mateo 5:17

    Jesús y la ley

    17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.

    A propósito de esta revelación se puede hacer la siguiente observación: Al decirse: «Oísteis que fue dicho a los antiguos, mas yo os digo» (Mt. 5:21, 22, etc.), según los más acreditados exegetas, Jesús no hablaba aquí del texto del AT, sino solamente de las interpretaciones tendenciosas por las que los judíos trataban de restringir su alcance (cp. Mt. 15:3-6). 

    Mateo 5:21, 22

    Jesús y la ira

    21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.

    22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

    Mateo 15:3-6

    3 Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?

    4 Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.

    5 Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte,

    6 ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.

    Incluso si se quiere interpretar de otro modo los pasajes del sermón del monte, no se puede por ello llegar a la conclusión de que la revelación antigua fuera errónea: lo más que se podría decir es que no había sido dada todavía en su plenitud (cp. Mt. 19:8). 

    Mateo 19:8

    8 El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.

    (b) La unidad de Dios. De principio, Dios aparece como único. Si se emplea la misma palabra en el AT y en el NT para designar a Jehová y a los falsos dioses, se da por supuesto que jamás los autores sagrados atribuyen a los segundos existencia real. 

    Se trata de vanidades (Sal. 115:8; Is. 44:9; 1 Co. 8:4-6). 

    Salmos 115:8 

    8 Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.

    Isaías 44:9 

    La insensatez de la idolatría

    9 Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden.

    1 Corintios 8:4-6

    4 Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios.

    5 Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores),

    6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.

    Con frecuencia se puede ver detrás de ellos a los demonios, inspiradores de idolatría, mediante la cual se hacen dar a sí mismos la honra, en lugar de a Dios (1 Co. 10:19, 20). 

    1 Corintios 10:19, 20

    19 ¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos?

    20 Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios.

    Con toda certeza, Jehová es el Dios de Israel; pero este vínculo no tiene nada de común con las limitaciones que imaginaban los paganos. Para ellos, cada divinidad tenía sus circunscripciones, con fronteras bien delimitadas, fuera de las cuales otras divinidades ejercían su poder. 

    Nada de esta concepción se halla en los autores sagrados. Jehová es el Dios de los israelitas por Su elección. En Su soberanía se quiso revelar a ellos (Dt. 4:33- 36). 

    Deuteronomio 4:33-36

    33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer?

    34 ¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?

    35 A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él.

    36 Desde los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego.

    Concluyó una alianza con ellos, y los eligió para que fueran Sus testigos. Esto no significa en absoluto que Su autoridad quede confiada a los que formaban parte de esta nación. 

    Él es el Señor de todas las naciones (Sal. 82:8; 72:11, 17, etc.). 

    Salmos 82:8 

    8 Levántate, oh Dios, juzga la tierra; Porque tú heredarás todas las naciones.

    Salmos 72:11, 17

    11 Todos los reyes se postrarán delante de él; Todas las naciones le servirán.

    En el seno del pueblo de Israel hubo ciertamente los que atribuían una cierta realidad a los falsos dioses hasta el punto de rendirles culto. Incluso dentro de la Iglesia primitiva los había que no estaban del todo convencidos de la vanidad de los ídolos (1 Co. 8:7). 

    1 Corintios 8:7

    7 Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina.

    17 Será su nombre para siempre, Se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en él todas las naciones; Lo llamarán bienaventurado.

    Pero esta tendencia no apareció jamás entre los instrumentos de la revelación. Todo lo que se oye acerca del desarrollo progresivo del monoteísmo en el AT proviene de una interpretación inexacta de los textos. 

    Desde la primera línea de Génesis, Dios es uno, Creador de todo el universo. Los Diez Mandamientos, cuya antigüedad es irrebatible, comienzan con la exclusión de toda falsa deidad (Éx. 20:3). 

    Éxodo 20:3

    3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.

    La confesión de fe de Israel se halla en Dt. 6:4

    Deuteronomio 6:4

    4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.

    Las afirmaciones de Is. 40-48 son insuperables en su vigor monoteísta, pero no aportan nada que sea fundamentalmente inédito con respecto a los textos más antiguos. 

    (c) La Trinidad. La unidad de Dios no excluye en absoluto la distinción entre las Personas de la divinidad. 

    Ya el AT deja entrever esta distinción, aunque ciertamente de una manera velada, ya que era sobre todo la unidad de Dios lo que debía ser destacado frente al politeísmo ambiental. Incluso si no se quiere tener en cuenta la forma plural «Elohim» unida a un verbo en singular, debido a que este hecho recibe varias interpretaciones, hay textos en los que el nombre de Dios es aplicable por adelantado al Mesías (Sal. 45:7-8; Is. 9:5); también, siendo que el nombre de «Señor» equivale al nombre inefable de Jehová, se ha de considerar el Sal. 11:1

    Salmos 45:7-8 

    7 Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.

    8 Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos; Desde palacios de marfil te recrean.

    Isaías 9:5

    5 Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.

    Salmos 11:1

    El refugio del justo

    1 En Jehová he confiado; ¿Cómo decís a mi alma, Que escape al monte cual ave?

    Con Jehová se asocia un Hijo (2 S. 7:14; Pr. 30:4; cp. Sal. 2:12). 

    2 Samuel 7:14 

    14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;

    Proverbios 30:4 

    4 ¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?

    Salmos 2:12

    12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.

    El pasaje acerca de la Sabiduría en Proverbios (Pr. 8) nos la presenta como un ser personal, y no como una abstracción, hasta tal punto que, desde el mismo marco de referencia del judaísmo, sus filósofos llegaron a la conclusión de la existencia de un mediador, el Logos, entre Dios y el mundo. 

    Proverbios 8

    Excelencia y eternidad de la Sabiduría

    1 ¿No clama la sabiduría, Y da su voz la inteligencia?

    2 En las alturas junto al camino, A las encrucijadas de las veredas se para;

    3 En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad, A la entrada de las puertas da voces:

    4 Oh hombres, a vosotros clamo; Dirijo mi voz a los hijos de los hombres.

    5 Entended, oh simples, discreción; Y vosotros, necios, entrad en cordura.

    6 Oíd, porque hablaré cosas excelentes, Y abriré mis labios para cosas rectas.

    7 Porque mi boca hablará verdad, Y la impiedad abominan mis labios.

    8 Justas son todas las razones de mi boca; No hay en ellas cosa perversa ni torcida.

    9 Todas ellas son rectas al que entiende, Y razonables a los que han hallado sabiduría.

    10 Recibid mi enseñanza, y no plata; Y ciencia antes que el oro escogido.

    11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.

    12 Yo, la sabiduría, habito con la cordura, Y hallo la ciencia de los consejos.

    13 El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.

    14 Conmigo está el consejo y el buen juicio; Yo soy la inteligencia; mío es el poder.

    15 Por mí reinan los reyes, Y los príncipes determinan justicia.

    16 Por mí dominan los príncipes, Y todos los gobernadores juzgan la tierra.

    17 Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan.

    18 Las riquezas y la honra están conmigo; Riquezas duraderas, y justicia.

    19 Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; Y mi rédito mejor que la plata escogida.

    20 Por vereda de justicia guiaré, Por en medio de sendas de juicio,

    21 Para hacer que los que me aman tengan su heredad, Y que yo llene sus tesoros.

    22 Jehová me poseía en el principio, Ya de antiguo, antes de sus obras.

    23 Eternamente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra.

    24 Antes de los abismos fui engendrada; Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.

    25 Antes que los montes fuesen formados, Antes de los collados, ya había sido yo engendrada;

    26 No había aún hecho la tierra, ni los campos, Ni el principio del polvo del mundo.

    27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo;

    28 Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo;

    29 Cuando ponía al mar su estatuto, Para que las aguas no traspasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra,

    30 Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.

    31 Me regocijo en la parte habitable de su tierra; Y mis delicias son con los hijos de los hombres.

    32 Ahora, pues, hijos, oídme, Y bienaventurados los que guardan mis caminos.

    33 Atended el consejo, y sed sabios, Y no lo menospreciéis.

    34 Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas.

    35 Porque el que me halle, hallará la vida, Y alcanzará el favor de Jehová.

    36 Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; Todos los que me aborrecen aman la muerte.

    El Espíritu de Dios es igualmente mencionado con frecuencia en el AT, y ello en términos que implican a la vez Su existencia propia y su unidad sustancial con Dios (Gn. 1:2; Sal. 51:13; 2 S. 23:1). 

    Génesis 1:2 

    2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

    Salmos 51:13 

    13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.

    2 Samuel 23:1

    Últimas palabras de David

    1 Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel:

    Al llegar al NT hallamos allí la doctrina de la Trinidad netamente formulada, aun cuando no se emplee este término. De entrada, el NT es tan formal como el AT al afirmar la unidad de Dios (Mr. 12:29; Stg. 2:19). 

    Marcos 12:29 

    29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.

    Santiago 2:19

    19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.

    La divinidad del Hijo y del Espíritu Santo no contradice en nada este hecho. Pablo opone el solo Dios y Padre y el solo Señor Jesucristo a la multiplicidad de las divinidades y de los señoríos del paganismo (1 Co. 8:5, 6). 

    1 Corintios 8:5, 6

    5 Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores),

    6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.

    Así, en el seno de la esencia divina única se pueden distinguir tres Personas que reciben igualmente el nombre de Dios, que en el seno de la Deidad mantienen unas relaciones a nivel interpersonal. Sería prolijo enumerar todos los pasajes donde este nombre se aplica al Padre. (He aquí unos como ejemplo: Jn. 20:17; 1 Ts. 1:1; 1 P. 1:2; Stg. 1:27; Jud. 1). 

    Juan 20:17 

    17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.

    1 Tesalonicenses 1:1 

    Salutación

    1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

    1 Pedro 1:2 

    2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

    Santiago 1:27 

    27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.

    Judas 1

    Salutación

    1 Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo:

    El Hijo es llamado Dios por el apóstol Juan (Jn. 1:1; 1 Jn. 5:20), por el apóstol Pedro (2 P. 1:1), por el apóstol Pablo (Tit. 2:13; Ro. 9:5), por el autor de la epístola a los Hebreos (He. 1:8). 

    Juan 1:1 

    El Verbo hecho carne

    1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

    1 Juan 5:20

    20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.

    2 Pedro 1:1

    Salutación

    1 Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra:

    Tito 2:13 

    13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,

    Romanos 9:5

    5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

    Hebreos 1:8

    8 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino.

    El texto más contundente es aquel en el que el mismo Jesús acepta que se le llame así (Jn. 20:28). 

    Juan 20:28

    28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!

    En cuanto al Espíritu Santo, es evidente en base a Hch. 5:3,4 que mentirle a Él es lo mismo que mentir a Dios. 

    Hechos 5:3,4

    3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?

    4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

    Ello es debido a que se trata de Dios. Su Personalidad queda también evidenciada por cuanto tiene voluntad (He.2:4); se comunica (He.9:8); conduce a los Suyos (Gá.5:18); justifica (1Co.6:11); enseña (1Co.2:13); y da testimonio (Ro.8:16), aparte de muchas otras actividades, de las que se mencionan varias principales en Jn.14,15 y 16

    Hebreos 2:4

    4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.

    Hebreos 9:8

    8 dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie.

    Gálatas 5:18

    18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

    1 Corintios 6:11

    11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

    1 Corintios 2:13

    13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.

    Romanos 8:16

    16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

    Juan 14

    Jesús, el camino al Padre

    1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

    2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

    3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

    4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.

    5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?

    6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

    7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.

    8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.

    9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

    10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

    11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.

    12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

    13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

    14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

    La promesa del Espíritu Santo

    15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.

    16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.

    19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.

    20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.

    21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

    22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?

    23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

    24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.

    25 Os he dicho estas cosas estando con vosotros.

    26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

    27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

    28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.

    29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.

    30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.

    31 Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí.

    Juan 15

    Jesús, la vid verdadera

    1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.

    2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.

    3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.

    4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

    5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

    6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

    7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

    8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

    9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.

    10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.

    11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

    12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.

    13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.

    14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

    15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.

    16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

    17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.

    El mundo os aborrecerá

    18 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.

    19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.

    20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.

    21 Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.

    22 Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.

    23 El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece.

    24 Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre.

    25 Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.

    26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

    27 Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.

    Juan 16

    1 Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo.

    2 Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios.

    3 Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí.

    La obra del Espíritu Santo

    4 Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho. Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros.

    5 Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas?

    6 Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón.

    7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.

    8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

    9 De pecado, por cuanto no creen en mí;

    10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;

    11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

    12 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.

    13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

    14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

    15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.

    La tristeza se convertirá en gozo

    16 Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre.

    17 Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre?

    18 Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? No entendemos lo que habla.

    19 Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis?

    20 De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo.

    21 La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.

    22 También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.

    23 En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.

    24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.

    Yo he vencido al mundo

    25 Estas cosas os he hablado en alegorías; la hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre.

    26 En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros,

    27 pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.

    28 Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.

    29 Le dijeron sus discípulos: He aquí ahora hablas claramente, y ninguna alegoría dices.

    30 Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios.

    31 Jesús les respondió: ¿Ahora creéis?

    32 He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

    33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

    Las tres Personas de la Trinidad son mencionadas juntas en la fórmula bautismal (Mt. 28:19) y en la bendición apostólica (2 Co. 13:13); también en 1 Co. 12:4, 6 y en Ef. 4:4-6, de manera que queda implicada su distinción. 

    Mateo 28:19

    19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

    2 Corintios 13:13

    13 Todos los santos os saludan.

    1 Corintios 12:4, 6

    4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.

    6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

    Efesios 4:4-6

    4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;

    5 un Señor, una fe, un bautismo,

    6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

    Esta distinción queda además posiblemente destacada aún más claramente en los pasajes en los que las tres Personas aparecen con funciones distintas: Por ejemplo, en el bautismo de Jesús, el Padre da testimonio del Hijo, sobre quien desciende el Espíritu Santo (Mt. 3:16, 17); a su muerte, el Hijo se ofrece al Padre por el Espíritu (He. 9:14); en Pentecostés, el Padre envía el Espíritu Santo en nombre del Hijo, y el Hijo lo envía de parte del Padre (Jn. 14:26; 15:26). 

    Mateo 3:16, 17

    16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.

    17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

    Hebreos 9:14

    14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

    Juan 14:26 

    26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

    Juan 15:26

    26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

    En nuestra experiencia de la salvación, la distinción entre las Personas se nos hace clara. Somos salvados según la presciencia de Dios Padre. Es el Hijo quien se ofreció en sacrificio para la redención. 

    Es el Espíritu Santo quien aplica las bendiciones (1 P. 1:2). 

    1 Pedro 1:2

    2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

    Pero esta distinción no está limitada a la administración de la salvación, sino que existe desde toda la eternidad en el seno de la esencia divina (Jn. 17:5). 

    Juan 17:5

    5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

    Para acabar de precisar esta doctrina, debemos mencionar los textos que destacan la unidad entre las tres Personas; el primer libro en antigüedad del NT, la 1. Epístola a los Tesalonicenses, presenta al Padre y al Hijo de tal manera unidos, que el verbo que denota la acción de ellos está en singular, lo que es tan contrario a todas las leyes de la gramática griega como pueda serlo a las de la gramática de la lengua castellana. 

    «Mas el Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija (sic) nuestro camino» (1 Ts. 3 11). 

    1 Tesalonicenses 3:11

    11 Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros.

    Jesús dijo de una manera explícita: «Yo y el Padre somos una sola cosa» (Jn. 10:30). 

    Juan 10:30

    30 Yo y el Padre uno somos.

    Por su parte el Espíritu Santo está tan estrechamente unido al Padre y al Hijo que por Su venida al corazón del creyente también el Padre y el Hijo vienen a morar allí (Jn. 14:17, 23). 

    Juan 14:17, 23

    17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

    23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

    La subordinación del Hijo al Padre y la del Espíritu Santo al Padre y al Hijo no implican diferencia alguna de esencia entre las tres Personas. 

    Para hacer comprender el misterio de la Trinidad, en ocasiones quizá para hacerlo aceptable al pensamiento humano, los teólogos han recurrido a diversos argumentos y a diversas comparaciones derivadas del mundo inanimado, y especialmente de la naturaleza humana. 

    Como no hallamos ninguna argumentación de este género en la Biblia, no corresponde una discusión de este tema a un diccionario bíblico. 

    Sin embargo, los que deseen estudiar a fondo esta cuestión hallarán un valioso tratamiento de la misma en la obra de L. S. Chafer, «Teología Sistemática», tomo I, PP. 294-313, y en la obra de F. Lacueva, «Un Dios en tres Personas» (PP. 125-166). (Véase también TRINIDAD). 

    (d) Los atributos de Dios. A la pregunta ¿quién es Dios? hemos tratado de dar respuesta con la Biblia en la mano: Es Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo. 

    Tenemos que abordar ahora la cuestión que no puede venir más que en segundo lugar: ¿Cómo es Dios? Aquí es que deberemos mencionar lo que se denominan los atributos de Dios, esto es, los caracteres por los que se distingue de Sus criaturas. 

    La Biblia no da una lista de Sus atributos como tal, sino que los muestra en actividad, de una manera concreta, en la historia de la revelación. De pasada se puede constatar que se aplican indiferentemente a las tres Personas divinas. 

    (A) Dios es eterno. Esto no significa sólo que Dios haya existido siempre, y que siempre existirá (Sal. 90:2; Jn. 1:1; He. 9:14). 

    Salmos 90:2 

    2 Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

    Juan 1:1 

    El Verbo hecho carne

    1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

    Hebreos 9:14

    14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

    Quiere decir además que nuestras nociones del tiempo no le son aplicables (2 P. 3:8). 

    2 Pedro 3:8

    8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.

    Por otra parte, no debiéramos por ello llegar a la conclusión de que el tiempo sea algo irreal o carente de importancia. Nuestros tiempos están en Sus manos, y es a través del curso de los años que Él manifiesta Su obra (Sal. 31:16; Hab. 3:2). 

    Salmos 31:16 

    16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; Sálvame por tu misericordia.

    Habacuc 3:2

    2 Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia.

    Dios permanece invariable (Sal. 102:28; He. 13:8); pero la creación y la redención consumadas en el tiempo dan un resultado que cuenta para la eternidad. 

    Salmos 102:28 

    28 Los hijos de tus siervos habitarán seguros, Y su descendencia será establecida delante de ti.

    Hebreos 13:8

    8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.

    (B) Dios es omnisciente. (Sal. 139:2-4; Jn. 16:30; 1 Co. 2:10). 

    Salmos 139:2-4 

    2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos.

    3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.

    4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.

    Juan 16:30 

    30 Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios.

    1 Corintios 2:10

    10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

    En virtud de Su eternidad, conoce el porvenir lo mismo que el pasado (Sal. 139:16). 

    Salmos 139:16

    16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.

    No se trata aquí de un mero conocimiento teórico, como si Dios fuera el espectador pasivo de lo que acontece. 

    Cuando leemos, p. ej., que Dios conoce el camino de los justos (Sal. 1:6; 1 Co. 8:3), ello implica que viene a tener conocimiento de Su criatura, y que la admite a Su comunión. 

    Salmos 1:6 

    6 Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.

    1 Corintios 8:3

    3 Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él.

    Cuando se afirma que Él contempla los hechos culpables de los pecadores (Is. 59:15, 16; Lm. 3:36), ello implica que intervendrá para castigarlos. 

    Isaías 59:15, 16

    15 Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho.

    16 Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia.

    Lamentaciones 3:36

    36 Trastornar al hombre en su causa, el Señor no lo aprueba.

    (C) Dios es omnipresente. (Sal. 139:7-10; Mt. 18:20; 28:20), pero no en un sentido panteísta, como si no pudiera distinguirse de Su creación. 

    Salmos 139:7-10 

    7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?

    8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.

    9 Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar,

    10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.

    Mateo 18:20 

    20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

    Mateo 28:20

    20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

    Por una parte, Dios no se halla limitado a Su universo. Los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerle (1 R. 8:27). 

    1 Reyes 8:27

    27 Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?

    Por otra parte, Sus criaturas no constituyen parte de la divinidad, sino seres distintos que Dios ha creado ante Él. 

    La omnipresencia del Creador hace que no podamos jamás hallarnos lejos de Él (Hch. 17:28). 

    Hechos 17:28

    28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.

    Personas extraviadas han llegado a creer que a semejanza de las divinidades paganas, Dios ejercía Su jurisdicción sobre un territorio limitado (Jer. 23:23; Jon. 1:3). 

    Jeremías 23:23 

    23 ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos?

    Jonás 1:3

    3 Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.

    Pero la historia de Jonás muestra precisamente lo real que es la omnipresencia de Dios. 

    (D) Dios es todopoderoso. (Mt. 19:26; 28:18; Ap. 1:8). 

    Mateo 19:26 

    26 Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.

    Mateo 28:18 

    18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

    Apocalipsis 1:8

    8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

    Su omnipotencia no es sólo algo virtual, sino que es eficaz (Sal. 115:3). 

    Salmos 115:3

    3 Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho.

    No debemos llegar a la conclusión de que todo lo que sucede resulta directamente de su acción. Él deja a sus criaturas una responsabilidad real. No es en absoluto el autor del pecado (Hab. 1:13; Stg. 1:13), por bien que sea el hacedor del infortunio (Am. 3:6). 

    Habacuc 1:13 

    13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él,

    Santiago 1:13

    13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;

    Amós 3:6

    6 ¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho?

    En Su soberanía, controla el poder de los malvados y del mismo diablo (Jb. 1-2) y puede también sacar bien del mal (Gn. 50:20). 

    Job 1

    Las calamidades de Job

    1 Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.

    2 Y le nacieron siete hijos y tres hijas.

    3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales.

    4 E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos.

    5 Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.

    6 Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.

    7 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella.

    8 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?

    9 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?

    10 ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.

    11 Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.

    12 Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.

    13 Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito,

    14 y vino un mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos,

    15 y acometieron los sabeos y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para darte la noticia.

    16 Aún estaba éste hablando, cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y los consumió; solamente escapé yo para darte la noticia.

    17 Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para darte la noticia.

    18 Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito;

    19 y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia.

    20 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró,

    21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.

    22 En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.

    Job 2

    1 Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová.

    2 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella.

    3 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?

    4 Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida.

    5 Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.

    6 Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.

    7 Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.

    8 Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.

    9 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.

    10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

    11 Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle.

    12 Los cuales, alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y cada uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo.

    13 Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande.

    Génesis 50:20

    20 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.

    Este hecho aparece particularmente en la cruz, que representa el crimen humano por excelencia, así como la obra maestra de Satanás, y que al mismo tiempo constituye el cumplimiento de la parte fundamental del plan de Dios (Hch. 2:23; 4:27, 28). 

    Hechos 2:23 

    23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole;

    Hechos 4:27, 28

    27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,

    28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.

    (E) Dios es espíritu. (Jn. 4:24). Esto no le impide manifestarse bajo una forma visible o sensible (teofanías: Gn. 18:1, 2; Éx. 3:2; Jue. 6:11, 12; 1 R. 19:12; Is. 6:1). 

    Juan 4:24

    24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

    Génesis 18:1, 2 

    Promesa del nacimiento de Isaac

    1 Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día.

    2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra,

    Éxodo 3:2 

    2 Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.

    Jueces 6:11, 12 

    11 Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.

    12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.

    1 Reyes 19:12 

    12 Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado.

    Isaías 6:1

    Visión y llamamiento de Isaías

    1 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.

    Pero la misma diversidad de las formas bajo las que apareció nos revela que ninguna de ellas es esencial. En el Sinaí, los israelitas no vieron ninguna figura (Dt. 4:15). 

    Deuteronomio 4:15

    Advertencia contra la idolatría

    15 Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego;

    De la misma manera sucede con las expresiones antropomórficas que hallamos especialmente en las primeras páginas de la Biblia y en los libros poéticos, que deben tomarse como lo que son: figuras de lenguaje que se acomodan a nuestro vocabulario, y que nos ayudan a comprender de manera más exacta cómo es Dios. Mediante la Encarnación, Dios nos dio en Su Hijo una imagen a la vez perfecta y concreta de Sí mismo (Jn. 1:14, 18; Col. 1:16).

    Juan 1:14, 18 

    14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

    18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

    Colosenses 1:16

    16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

     (F) y (G) Dios es misericordioso y justo. (Sal. 33:4, 5; 103:6-8; 145:17; He. 2:17; 1 Jn. 2:1). 

    Salmos 33:4, 5 

    4 Porque recta es la palabra de Jehová, Y toda su obra es hecha con fidelidad.

    5 El ama justicia y juicio; De la misericordia de Jehová está llena la tierra.

    Salmos 103:6-8 

    6 Jehová es el que hace justicia Y derecho a todos los que padecen violencia.

    7 Sus caminos notificó a Moisés, Y a los hijos de Israel sus obras.

    8 Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia.

    Salmos 145:17 

    17 Justo es Jehová en todos sus caminos, Y misericordioso en todas sus obras.

    Hebreos 2:17 

    17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

    1 Juan 2:1

    Cristo, nuestro abogado

    1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

    Estos dos atributos son mencionados juntos en muchas ocasiones en las Escrituras, y no sin razón, ya que se complementan el uno al otro. Sin misericordia, la justicia sería implacable, y todos los hombres estarían perdidos; sin justicia, la misericordia sería una indulgencia culpable hacia el pecado, y el universo se hundiría en la anarquía. 

    En Su misericordia, Dios ha tenido compasión del pecador, pero en Su justicia solamente le salva quitando de sobre él sus pecados. La importancia de estos dos atributos aparece de manera particular en el texto de Éx. 34:4, 6, donde Dios mismo los menciona, al proclamar cómo Él es. 

    Éxodo 34:4, 6

    4 Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas de piedra.

    6 Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;

    Hallan su expresión suprema en la cruz. El Señor quiere comunicarlos a aquellos que son Suyos(Lc. 6:36; 1 Jn. 3:7). 

    Lucas 6:36 

    36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.

    1 Juan 3:7

    7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.

    (H) Dios es santo. (Jn. 17:11; Hch. 4:27; Jn. 14:26). 

    Juan 17:11 

    11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.

    Hechos 4:27 

    27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,

    Juan 14:26

    26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

    Los textos que declaran esta realidad del ser de Dios son tan numerosos que sería prolijo enumerarlos todos. El término «santo» significa «separado», «puesto aparte». Dios se distingue radicalmente de los hombres pecadores. 

    En el AT, la santidad de Dios se hacía patente en la distancia que mantenía entre Sí y los hombres. Sólo los sacerdotes podían ofrecer los sacrificios. El lugar santísimo era accesible solamente al sumo sacerdote, una vez al año (Lv. 16:2). 

    Levítico 16:2

    2 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.

    Las víctimas debían ser intachables (Lv. 22:20; Mal. 1:13, 14). 

    Levítico 22:20 

    20 Ninguna cosa en que haya defecto ofreceréis, porque no será acepto por vosotros.

    Malaquías 1:13, 14

    13 Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová.

    14 Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.

    Estaba prohibido mirar el arca, y con mayor razón tocarla (1 S. 6:19; 2 S. 6:6, 7). 

    1 Samuel 6:19 

    19 Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehová; hizo morir del pueblo a cincuenta mil setenta hombres. Y lloró el pueblo, porque Jehová lo había herido con tan gran mortandad.

    2 Samuel 6:6, 7

    6 Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban.

    7 Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios.

    No se puede ver el rostro del Señor, y seguir vivo (Éx. 33:20). 

    Éxodo 33:20

    20 Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.

    Esta santidad exterior debe ser ilustración de la santidad moral de Dios, Su horror hacia el pecado y Su perfección en el bien. Exige la santidad de los adoradores (Lv. 19:2). 

    Levítico 19:2

    2 Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios.

    En el NT, la santidad de Dios se manifiesta por la santidad perfecta del Señor Jesucristo (Jn. 8:46; 14:30) y sobre todo por el sacrificio de la cruz (He. 9:22). 

    Juan 8:46 

    46 ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?

    Juan 14:30

    30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.

    Hebreos 9:22

    22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.

    En el NT hay también la consecuencia que los redimidos son santos por su pertenencia a Dios, y que deben comportarse de una manera consiguiente en su conducta por la acción del Espíritu Santo (1 Co. 3:17; 2 Co. 3:18; 1 P. 1:15). 

    1 Corintios 3:17 

    17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

    2 Corintios 3:18 

    18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

    1 Pedro 1:15

    15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;

    (I) Dios es amor. (1 Jn. 4:8; Gá. 2:20; 2 Ti. 1:7). 

    1 Juan 4:8 

    8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

    Gálatas 2:20 

    20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

    2 Timoteo 1:7

    7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

    Es este atributo que puede ser considerado tanto en Dios como en nosotros como el vínculo de la perfección (Col. 3:14). 

    Colosenses 3:14

    14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.

    Este amor es el motivo último de las actividades divinas. Más allá no hay nada. Une entre sí a las Personas de la Trinidad (Jn. 5:20; 14:31). 

    Juan 5:20 

    20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.

    Juan 14:31

    31 Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí.

    Explica la elección de Israel (Dt. 7:6-8) dentro de una intención misericordiosa hacia todas las naciones (Gn. 12:3). 

    Deuteronomio 7:6-8

    Un pueblo santo para Jehová

    6 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial,más que todos los pueblos que están sobre la tierra.

    7 No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos;

    8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.

    Génesis 12:3

    3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

    Se extiende hacia el mundo y se manifiesta por el don del Hijo unigénito y Su muerte por los inicuos (Jn. 3:16; Ro. 5:8; 1 Jn. 4:9, 10). 

    Juan 3:16 

    De tal manera amó Dios al mundo

    16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

    Romanos 5:8 

    8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

    1 Juan 4:9, 10

    9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

    10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

    Implica que los redimidos quedan, a su vez, llenos de amor, primero hacia Dios (Mt. 22:37) y por ello hacia sus hermanos (1 Jn. 4:11), e incluso para sus enemigos (Mt. 5:44).

    Mateo 22:37

    37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

    1 Juan 4:11

    11 Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.

    Mateo 5:44

    44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

    VÉASE:
    Trinidad
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