Diccionario
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  • Ahogado

    Ya desde Noé, cuando por primera vez se da permisión divina al hombre para que coma de la carne de los animales (Gn. 9:3), se prohibe taxativamente la consumición de la sangre (Gn. 9:4). 

    Génesis 9:3

    3 Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.

    Génesis 9:4

    4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.

    Es así una prohibición para Noé y su descendencia, para toda la humanidad; prohibición que, como tantas otras cosas, fue totalmente dejada de lado por las naciones en su apostasía. 

    La ley de Moisés reafirma esta prohibición al pueblo del pacto (Lv. 3:14-17); no se trata, como vemos, de una nueva prohibición, sino de una reiteración de una antigua orden general. «Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda la carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado» (esto es: muerto). 

    Levítico 3:14-17

    14 Después ofrecerá de ella su ofrenda encendida a Jehová; la grosura que cubre los intestinos, y toda la grosura que está sobre las entrañas,

    15 los dos riñones, la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la grosura de sobre el hígado.

    16 Y el sacerdote hará arder esto sobre el altar; vianda es de ofrenda que se quema en olor grato a Jehová; toda la grosura es de Jehová.

    17 Estatuto perpetuo será por vuestras edades, dondequiera que habitéis, que ninguna grosura ni ninguna sangre comeréis.

    De ahí la orden del NT a los creyentes de la gentilidad de abstenerse de animales ahogados, (esto es, cuya sangre no había sido derramada al sacrificarlos), y de la misma sangre (Hch. 15:20, 29; 21:25). 

    Hechos 15:20, 29 

    20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.

    29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.

    Hechos 21:25

    25 Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación.

    No se trataba meramente de un ceremonial judío que formara parte de aquella ley misma de Moisés, de la que quedaban totalmente exentos los creyentes procedentes de la gentilidad. No se iba con ello a respetar los escrúpulos de los judíos creyentes, que en tantas y tan importantes cosas quedaban contrariados abiertamente con la decisión del Concilio de Jerusalén (Hch. 15:10). 

    Hechos 15:10

    10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?

    Es digno de señalarse que es en la misma carta en que se proclama la total libertad de los creyentes de la gentilidad de la Ley de Moisés (Hch. 15:23-30) donde se les recuerda que hay cosas que son anteriores a ella, como la «pureza sexual», la «prohibición» de la idolatría, y la dicha prohibición de comer sangre (Hch. 15:28-29). 

    Hechos 15:23-30

    23 y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud.

    24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley,

    25 nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo,

    26 hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

    27 Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo.

    28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:

    29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.

    30 Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta;

    Hechos 15:28-29

    28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:

    29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.

    Estas tres instrucciones, que se encadenan en una, llevan todo el peso de la autoridad divina y apostólica, constituyendo «cosas necesarias» (Hch. 15:28). (Ver SANGRE)

    Hechos 15:28

    28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:

    VÉASE: Sangre
  • DICCIONARIO
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  • Ahogado

    Ya desde Noé, cuando por primera vez se da permisión divina al hombre para que coma de la carne de los animales (Gn. 9:3), se prohibe taxativamente la consumición de la sangre (Gn. 9:4). 

    Génesis 9:3

    3 Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.

    Génesis 9:4

    4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.

    Es así una prohibición para Noé y su descendencia, para toda la humanidad; prohibición que, como tantas otras cosas, fue totalmente dejada de lado por las naciones en su apostasía. 

    La ley de Moisés reafirma esta prohibición al pueblo del pacto (Lv. 3:14-17); no se trata, como vemos, de una nueva prohibición, sino de una reiteración de una antigua orden general. «Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda la carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado» (esto es: muerto). 

    Levítico 3:14-17

    14 Después ofrecerá de ella su ofrenda encendida a Jehová; la grosura que cubre los intestinos, y toda la grosura que está sobre las entrañas,

    15 los dos riñones, la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la grosura de sobre el hígado.

    16 Y el sacerdote hará arder esto sobre el altar; vianda es de ofrenda que se quema en olor grato a Jehová; toda la grosura es de Jehová.

    17 Estatuto perpetuo será por vuestras edades, dondequiera que habitéis, que ninguna grosura ni ninguna sangre comeréis.

    De ahí la orden del NT a los creyentes de la gentilidad de abstenerse de animales ahogados, (esto es, cuya sangre no había sido derramada al sacrificarlos), y de la misma sangre (Hch. 15:20, 29; 21:25). 

    Hechos 15:20, 29 

    20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.

    29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.

    Hechos 21:25

    25 Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación.

    No se trataba meramente de un ceremonial judío que formara parte de aquella ley misma de Moisés, de la que quedaban totalmente exentos los creyentes procedentes de la gentilidad. No se iba con ello a respetar los escrúpulos de los judíos creyentes, que en tantas y tan importantes cosas quedaban contrariados abiertamente con la decisión del Concilio de Jerusalén (Hch. 15:10). 

    Hechos 15:10

    10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?

    Es digno de señalarse que es en la misma carta en que se proclama la total libertad de los creyentes de la gentilidad de la Ley de Moisés (Hch. 15:23-30) donde se les recuerda que hay cosas que son anteriores a ella, como la «pureza sexual», la «prohibición» de la idolatría, y la dicha prohibición de comer sangre (Hch. 15:28-29). 

    Hechos 15:23-30

    23 y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud.

    24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley,

    25 nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo,

    26 hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

    27 Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo.

    28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:

    29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.

    30 Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta;

    Hechos 15:28-29

    28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:

    29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.

    Estas tres instrucciones, que se encadenan en una, llevan todo el peso de la autoridad divina y apostólica, constituyendo «cosas necesarias» (Hch. 15:28). (Ver SANGRE)

    Hechos 15:28

    28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:

    VÉASE:
    Sangre
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