Diccionario
Diccionario
  • Concilio de Jerusalén

    Al haber abatido Dios el muro de separación entre gentiles y judíos, y al tener entrada los gentiles en la iglesia de Dios (Hch. 11:1-18; cp. Ef. 2:11-22) se planteó el problema de que muchos de los judíos que habían creído insistían en que los creyentes procedentes de la gentilidad debían circuncidarse y guardar toda la ley de Moisés (Hch. 15:1), oponiéndose vigorosamente a esto Pablo y Bernabé, se planteó finalmente esta cuestión ante la iglesia en Jerusalén. 

    Hechos 11:1-18

    Informe de Pedro a la iglesia de Jerusalén

    1 Oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.

    2 Y cuando Pedro subió a Jerusalén, disputaban con él los que eran de la circuncisión,

    3 diciendo: ¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?

    4 Entonces comenzó Pedro a contarles por orden lo sucedido, diciendo:

    5 Estaba yo en la ciudad de Jope orando, y vi en éxtasis una visión; algo semejante a un gran lienzo que descendía, que por las cuatro puntas era bajado del cielo y venía hasta mí.

    6 Cuando fijé en él los ojos, consideré y vi cuadrúpedos terrestres, y fieras, y reptiles, y aves del cielo.

    7 Y oí una voz que me decía: Levántate, Pedro, mata y come.

    8 Y dije: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda entró jamás en mi boca.

    9 Entonces la voz me respondió del cielo por segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.

    10 Y esto se hizo tres veces, y volvió todo a ser llevado arriba al cielo.

    11 Y he aquí, luego llegaron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviados a mí desde Cesarea.

    12 Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varón,

    13 quien nos contó cómo había visto en su casa un ángel, que se puso en pie y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro;

    14 él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa.

    15 Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.

    16 Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.

    17 Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?

    18 Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!

    Efesios 2:11-22

    Reconciliación por medio de la cruz

    11 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.

    12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

    13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

    14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,

    15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,

    16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.

    17 Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;

    18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

    19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,

    20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,

    21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;

    22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

    Hechos 15:1

    1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.

    Después de vivas discusiones y habiendo dado testimonio Pedro, Pablo y Bernabé de todo lo sucedido, e insistiendo ellos en la verdad de la salvación por la gracia, Jacobo dio la decisión final y definitiva de parte de Dios, de que los creyentes procedentes de la gentilidad quedaban exentos totalmente de la ley. 

    Solamente debían guardar aquellos preceptos que eran vinculantes a toda la humanidad, como es abstenerse de la idolatría y de toda comunión con ella, de comer sangre (Gn. 9:4), prohibición hecha a Noé, y en él a todas las naciones, de ahogado, por la misma razón que lo anterior, y de fornicación (cp. 1 Co. 6:18, 20

    Génesis 9:4

    4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.

    1 Corintios 6:18, 20

    18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.

    20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

    Fuera de estas cosas necesarias (Hch. 15:28) los creyentes de la gentilidad quedaban libres de todas las cargas en la libertad de Cristo. (Véanse AHOGADO, FORNICACIÓN, IDOLATRÍA, SANGRE). 

    Hechos 15:28

    28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:

    Es de señalar aquí que frente a las pretensiones de la iglesia de Roma en el único Concilio que hallamos en la Biblia vemos que no es Pedro, sino Jacobo, el que define y da la decisión divina (Hch. 15:19 cp. v. 28). 

    Hechos 15:19

    19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,

    No está pues en absoluto justificado el encabezamiento que da la Biblia de Herder a esta sección: «Roma locuta, causa finita», (oída Roma, el tema queda resuelto), sino que se enfrenta abiertamente al contenido del texto. La causa fue oída en Jerusalén, no en Roma, y la persona usada por Dios para dar Su consejo y decidir la cuestión de una manera definitiva fue Jacobo, y no Pedro, que ocupó el lugar de un testigo, y no, ciertamente, de presidente. (Véase HISTORIA BÍBLICA, (d), C).

    VÉASE: Ahogado , Fornicación , Idolatría , Sangre , Historía Bíblica
  • DICCIONARIO
Comparte este sitio
  • Concilio de Jerusalén

    Al haber abatido Dios el muro de separación entre gentiles y judíos, y al tener entrada los gentiles en la iglesia de Dios (Hch. 11:1-18; cp. Ef. 2:11-22) se planteó el problema de que muchos de los judíos que habían creído insistían en que los creyentes procedentes de la gentilidad debían circuncidarse y guardar toda la ley de Moisés (Hch. 15:1), oponiéndose vigorosamente a esto Pablo y Bernabé, se planteó finalmente esta cuestión ante la iglesia en Jerusalén. 

    Hechos 11:1-18

    Informe de Pedro a la iglesia de Jerusalén

    1 Oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.

    2 Y cuando Pedro subió a Jerusalén, disputaban con él los que eran de la circuncisión,

    3 diciendo: ¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?

    4 Entonces comenzó Pedro a contarles por orden lo sucedido, diciendo:

    5 Estaba yo en la ciudad de Jope orando, y vi en éxtasis una visión; algo semejante a un gran lienzo que descendía, que por las cuatro puntas era bajado del cielo y venía hasta mí.

    6 Cuando fijé en él los ojos, consideré y vi cuadrúpedos terrestres, y fieras, y reptiles, y aves del cielo.

    7 Y oí una voz que me decía: Levántate, Pedro, mata y come.

    8 Y dije: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda entró jamás en mi boca.

    9 Entonces la voz me respondió del cielo por segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.

    10 Y esto se hizo tres veces, y volvió todo a ser llevado arriba al cielo.

    11 Y he aquí, luego llegaron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviados a mí desde Cesarea.

    12 Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varón,

    13 quien nos contó cómo había visto en su casa un ángel, que se puso en pie y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro;

    14 él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa.

    15 Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.

    16 Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.

    17 Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?

    18 Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!

    Efesios 2:11-22

    Reconciliación por medio de la cruz

    11 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.

    12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

    13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

    14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,

    15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,

    16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.

    17 Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;

    18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

    19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,

    20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,

    21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;

    22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

    Hechos 15:1

    1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.

    Después de vivas discusiones y habiendo dado testimonio Pedro, Pablo y Bernabé de todo lo sucedido, e insistiendo ellos en la verdad de la salvación por la gracia, Jacobo dio la decisión final y definitiva de parte de Dios, de que los creyentes procedentes de la gentilidad quedaban exentos totalmente de la ley. 

    Solamente debían guardar aquellos preceptos que eran vinculantes a toda la humanidad, como es abstenerse de la idolatría y de toda comunión con ella, de comer sangre (Gn. 9:4), prohibición hecha a Noé, y en él a todas las naciones, de ahogado, por la misma razón que lo anterior, y de fornicación (cp. 1 Co. 6:18, 20

    Génesis 9:4

    4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.

    1 Corintios 6:18, 20

    18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.

    20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

    Fuera de estas cosas necesarias (Hch. 15:28) los creyentes de la gentilidad quedaban libres de todas las cargas en la libertad de Cristo. (Véanse AHOGADO, FORNICACIÓN, IDOLATRÍA, SANGRE). 

    Hechos 15:28

    28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:

    Es de señalar aquí que frente a las pretensiones de la iglesia de Roma en el único Concilio que hallamos en la Biblia vemos que no es Pedro, sino Jacobo, el que define y da la decisión divina (Hch. 15:19 cp. v. 28). 

    Hechos 15:19

    19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,

    No está pues en absoluto justificado el encabezamiento que da la Biblia de Herder a esta sección: «Roma locuta, causa finita», (oída Roma, el tema queda resuelto), sino que se enfrenta abiertamente al contenido del texto. La causa fue oída en Jerusalén, no en Roma, y la persona usada por Dios para dar Su consejo y decidir la cuestión de una manera definitiva fue Jacobo, y no Pedro, que ocupó el lugar de un testigo, y no, ciertamente, de presidente. (Véase HISTORIA BÍBLICA, (d), C).

    VÉASE:
    Ahogado , Fornicación , Idolatría , Sangre , Historía Bíblica
Comparte este sitio
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información y limitar el uso de cookies en nuestra política de cookies.