Diccionario
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  • Baal
    En lengua babilónica, Belu o Bel, «Señor», era el título del dios supremo de los cananeos. Su adoración procedía de Babilonia, «madre... de las abominaciones de la tierra». Allí era el título especialmente aplicado a Merodac, dios de Babilonia, llamado también Marduk. Como la palabra hebrea, significa «poseedor», que ha supuesto que al principio significaba, al usarlo en sentido religioso, el dios de un lugar particular. Pero de ello no hay prueba alguna, y el sentido de «poseedor» se deriva del de «señor». 

    El Bel-Merodac babilónico era un dios-Sol, lo mismo que el Baal cananeo, cuyo título completo era Baal-shemaim, «señor del cielo». Como dios-Sol, Baal era adorado bajo dos aspectos: como benefactor y como destructor. Por una parte sus benéficos rayos daban luz y calor a sus adoradores; por la otra, sus fieros rayos caniculares secaban en verano la vegetación que él mismo había producido. De ahí que se le ofrecieran sacrificios humanos para apaciguar a la deidad en tiempos de hambre, o de pestes, u otras calamidades. La víctima era generalmente el primogénito del sacrificador, y era quemado vivo. 

    En el AT esto es mencionado eufemísticamente como «hacer pasar a sus hijos por fuego» (2 R. 16:3, etc.). 

    2 Reyes 16:3

    3 Antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo, según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de los hijos de Israel.

    El culto a Baal adquiría formas diversas en las distintas naciones. Cada una de ellas tenía su propio Baal o divino «Señor», que frecuentemente asumía el nombre de la ciudad o nación a la que pertenecía. Por ejemplo, Baal-Tarz era el «Baal de Tarso». En otros casos, se unía el título con el nombre individual del dios en cuestión, y tenemos a Baal-Tammuz, «El Señor Tammuz», o «el Señor es Tammuz», etc. 

    Todas estas formas eran conocidas colectivamente con el nombre de Baalim, o «Baales», y tenían su lugar al lado de la deidad femenina Astoret (véase), o Astarté. Al entrar en la tierra, indudablemente los israelitas hallaron templos, arboledas, altares, y lugares altos consagrados a Baal, en los que se ofrecía incienso y ofrendas, y en los que se les sacrificaban niños, en tanto que en su servicio se mantenía una gran cantidad de sacerdotes (Nm. 22:41; 1 R. 18:22; Jer. 11:13; 19:5; 32:29).

    Números 22:41

    41 El día siguiente, Balac tomó a Balaam y lo hizo subir a Bamot-baal, y desde allí vio a los más cercanos del pueblo.

    1 Reyes 18:22

    22 Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta de Jehová; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres.

    Jeremías 11:13

    13 Porque según el número de tus ciudades fueron tus dioses, oh Judá; y según el número de tus calles, oh Jerusalén, pusiste los altares de ignominia, altares para ofrecer incienso a Baal.

    Jeremías 19:5

    5 Y edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento.

    Jeremías 32:29

    29 Y vendrán los caldeos que atacan esta ciudad, y la pondrán a fuego y la quemarán, asimismo las casas sobre cuyas azoteas ofrecieron incienso a Baal y derramaron libaciones a dioses ajenos, para provocarme a ira. 

    Los israelitas pronto fueron seducidos a la adoración de Baal (Jue. 2:11, 13; 3:7; 6:31, 32; 8:33; 10:6, 10) y, aunque bajo Samuel la abandonaron (1 S. 7:4; 12:10), después de la división del reino fue totalmente establecida en Israel por Acab (1 R. 16:32). 

    Jueces 2:11, 13

    11 Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales.

    13 Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot.

    Jueces 3:7

    7 Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera.

    Jueces 6:31, 32

    31 Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar.

    32 Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó su altar.

    Jueces 8:33

    33 Pero aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse yendo tras los baales, y escogieron por dios a Baal-berit.

    Jueces 10:6, 10

    6 Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales y a Astarot, a los dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los filisteos; y dejaron a Jehová, y no le sirvieron.

    10 Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales.

    1 Samuel 7:4

    4 Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Jehová.

    1 Samuel 12:10

    10 Y ellos clamaron a Jehová, y dijeron: Hemos pecado, porque hemos dejado a Jehová y hemos servido a los baales y a Astarot; líbranos, pues, ahora de mano de nuestros enemigos, y te serviremos.

    1 Reyes 16:32

    32 E hizo altar a Baal, en el templo de Baal que él edificó en Samaria.

    Sin embargo, Elías se mantuvo en testimonio por Jehová, y suscitó la cuestión con Israel de si era Jehová Dios, o si lo era Baal, estableciendo los derechos de Jehová con fuego del cielo. 

    Esto llevó a la matanza de todos los profetas de Baal (1 R. 8:17-40). 

    1 Reyes 8:17-40 

    17 Y David mi padre tuvo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel.

    18 Pero Jehová dijo a David mi padre: Cuanto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal deseo.

    19 Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre.

    20 Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho; porque yo me he levantado en lugar de David mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado la casa al nombre de Jehová Dios de Israel.

    21 Y he puesto en ella lugar para el arca, en la cual está el pacto de Jehová que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto.

    22 Luego se puso Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo,

    23 dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón;

    24 que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día.

    25 Ahora, pues, Jehová Dios de Israel, cumple a tu siervo David mi padre lo que le prometiste, diciendo: No te faltará varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden mi camino y anden delante de mí como tú has andado delante de mí.

    26 Ahora, pues, oh Jehová Dios de Israel, cúmplase la palabra que dijiste a tu siervo David mi padre.

    27 Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?

    28 Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti;

    29 que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar.

    30 Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona.

    31 Si alguno pecare contra su prójimo, y le tomaren juramento haciéndole jurar, y viniere el juramento delante de tu altar en esta casa;

    32 tú oirás desde el cielo y actuarás, y juzgarás a tus siervos, condenando al impío y haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo para darle conforme a su justicia.

    33 Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se volvieren a ti y confesaren tu nombre, y oraren y te rogaren y suplicaren en esta casa,

    34 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra que diste a sus padres.

    35 Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres,

    36 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.

    37 Si en la tierra hubiere hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos los sitiaren en la tierra en donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea;

    38 toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa,

    39 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres);

    40 para que te teman todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.

    Pero la idolatría persistió hasta los días de Jehú, que dio muerte a sus adoradores y destruyó su templo e imágenes (2 R. 10:18-28). 

    2 Reyes 10:18-28

    18 Después reunió Jehú a todo el pueblo, y les dijo: Acab sirvió poco a Baal, mas Jehú lo servirá mucho.

    19 Llamadme, pues, luego a todos los profetas de Baal, a todos sus siervos y a todos sus sacerdotes; que no falte uno, porque tengo un gran sacrificio para Baal; cualquiera que faltare no vivirá. Esto hacía Jehú con astucia, para exterminar a los que honraban a Baal.

    20 Y dijo Jehú: Santificad un día solemne a Baal. Y ellos convocaron.

    21 Y envió Jehú por todo Israel, y vinieron todos los siervos de Baal, de tal manera que no hubo ninguno que no viniese. Y entraron en el templo de Baal, y el templo de Baal se llenó de extremo a extremo.

    22 Entonces dijo al que tenía el cargo de las vestiduras: Saca vestiduras para todos los siervos de Baal. Y él les sacó vestiduras.

    23 Y entró Jehú con Jonadab hijo de Recab en el templo de Baal, y dijo a los siervos de Baal: Mirad y ved que no haya aquí entre vosotros alguno de los siervos de Jehová, sino sólo los siervos de Baal.

    24 Y cuando ellos entraron para hacer sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera a ochenta hombres, y les dijo: Cualquiera que dejare vivo a alguno de aquellos hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida será por la del otro.

    25 Y después que acabaron ellos de hacer el holocausto, Jehú dijo a los de su guardia y a los capitanes: Entrad, y matadlos; que no escape ninguno. Y los mataron a espada, y los dejaron tendidos los de la guardia y los capitanes. Y fueron hasta el lugar santo del templo de Baal,

    26 y sacaron las estatuas del templo de Baal, y las quemaron.

    27 Y quebraron la estatua de Baal, y derribaron el templo de Baal, y lo convirtieron en letrinas hasta hoy.

    28 Así exterminó Jehú a Baal de Israel.

    Sin embargo, volvió a avivarse en Israel, y bajo Ocozías y Atalía se extendió también por Judá. Allí se hallan adoradores de Baal durante los reinados de Acaz y de Manasés (2 R. 11:18; 16:3, 4; 17:16, 17; 21:3).

    2 Reyes 11:18

    18 Y todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y lo derribaron; asimismo despedazaron enteramente sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán sacerdote de Baal delante de los altares. Y el sacerdote puso guarnición sobre la casa de Jehová.

    2 Reyes 16:3, 4

    3 Antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo, según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de los hijos de Israel.

    4 Asimismo sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso.

    2 Reyes 17:16, 17

    16 Dejaron todos los mandamientos de Jehová su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros, y también imágenes de Asera, y adoraron a todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal;

    17 e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y agüeros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, provocándole a ira.

    2 Reyes 21:3

    3 Porque volvió a edificar los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a Baal, e hizo una imagen de Asera, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército de los cielos, y rindió culto a aquellas cosas. 

    Así consiguió seducir Satanás al pueblo de Dios tras la idolatría. 

    Entre los baales mencionados en la Biblia se hallan BAAL-BERIT (Jue. 8:33, etc.); BAAL-PEOR (Nm. 25, etc.); BAAL-ZEBUB (2 R. 1:1-6, 16).

    Jueces 8:33 

    33 Pero aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse yendo tras los baales, y escogieron por dios a Baal-berit.

    2 Reyes 1:1-6, 16

    1 Después de la muerte de Acab, se rebeló Moab contra Israel.

    2 Y Ocozías cayó por la ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo, envió mensajeros, y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad.

    3 Entonces el ángel de Jehová habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón?

    4 Por tanto, así ha dicho Jehová: Del lecho en que estás no te levantarás, sino que ciertamente morirás. Y Elías se fue.

    5 Cuando los mensajeros se volvieron al rey, él les dijo: ¿Por qué os habéis vuelto?

    6 Ellos le respondieron: Encontramos a un varón que nos dijo: Id, y volveos al rey que os envió, y decidle: Así ha dicho Jehová: ¿No hay Dios en Israel, que tú envías a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto, del lecho en que estás no te levantarás; de cierto morirás.

    16 Y le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón, ¿no hay Dios en Israel para consultar en su palabra? No te levantarás, por tanto, del lecho en que estás, sino que de cierto morirás.

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  • Baal
    En lengua babilónica, Belu o Bel, «Señor», era el título del dios supremo de los cananeos. Su adoración procedía de Babilonia, «madre... de las abominaciones de la tierra». Allí era el título especialmente aplicado a Merodac, dios de Babilonia, llamado también Marduk. Como la palabra hebrea, significa «poseedor», que ha supuesto que al principio significaba, al usarlo en sentido religioso, el dios de un lugar particular. Pero de ello no hay prueba alguna, y el sentido de «poseedor» se deriva del de «señor». 

    El Bel-Merodac babilónico era un dios-Sol, lo mismo que el Baal cananeo, cuyo título completo era Baal-shemaim, «señor del cielo». Como dios-Sol, Baal era adorado bajo dos aspectos: como benefactor y como destructor. Por una parte sus benéficos rayos daban luz y calor a sus adoradores; por la otra, sus fieros rayos caniculares secaban en verano la vegetación que él mismo había producido. De ahí que se le ofrecieran sacrificios humanos para apaciguar a la deidad en tiempos de hambre, o de pestes, u otras calamidades. La víctima era generalmente el primogénito del sacrificador, y era quemado vivo. 

    En el AT esto es mencionado eufemísticamente como «hacer pasar a sus hijos por fuego» (2 R. 16:3, etc.). 

    2 Reyes 16:3

    3 Antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo, según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de los hijos de Israel.

    El culto a Baal adquiría formas diversas en las distintas naciones. Cada una de ellas tenía su propio Baal o divino «Señor», que frecuentemente asumía el nombre de la ciudad o nación a la que pertenecía. Por ejemplo, Baal-Tarz era el «Baal de Tarso». En otros casos, se unía el título con el nombre individual del dios en cuestión, y tenemos a Baal-Tammuz, «El Señor Tammuz», o «el Señor es Tammuz», etc. 

    Todas estas formas eran conocidas colectivamente con el nombre de Baalim, o «Baales», y tenían su lugar al lado de la deidad femenina Astoret (véase), o Astarté. Al entrar en la tierra, indudablemente los israelitas hallaron templos, arboledas, altares, y lugares altos consagrados a Baal, en los que se ofrecía incienso y ofrendas, y en los que se les sacrificaban niños, en tanto que en su servicio se mantenía una gran cantidad de sacerdotes (Nm. 22:41; 1 R. 18:22; Jer. 11:13; 19:5; 32:29).

    Números 22:41

    41 El día siguiente, Balac tomó a Balaam y lo hizo subir a Bamot-baal, y desde allí vio a los más cercanos del pueblo.

    1 Reyes 18:22

    22 Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta de Jehová; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres.

    Jeremías 11:13

    13 Porque según el número de tus ciudades fueron tus dioses, oh Judá; y según el número de tus calles, oh Jerusalén, pusiste los altares de ignominia, altares para ofrecer incienso a Baal.

    Jeremías 19:5

    5 Y edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento.

    Jeremías 32:29

    29 Y vendrán los caldeos que atacan esta ciudad, y la pondrán a fuego y la quemarán, asimismo las casas sobre cuyas azoteas ofrecieron incienso a Baal y derramaron libaciones a dioses ajenos, para provocarme a ira. 

    Los israelitas pronto fueron seducidos a la adoración de Baal (Jue. 2:11, 13; 3:7; 6:31, 32; 8:33; 10:6, 10) y, aunque bajo Samuel la abandonaron (1 S. 7:4; 12:10), después de la división del reino fue totalmente establecida en Israel por Acab (1 R. 16:32). 

    Jueces 2:11, 13

    11 Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales.

    13 Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot.

    Jueces 3:7

    7 Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera.

    Jueces 6:31, 32

    31 Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar.

    32 Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó su altar.

    Jueces 8:33

    33 Pero aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse yendo tras los baales, y escogieron por dios a Baal-berit.

    Jueces 10:6, 10

    6 Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales y a Astarot, a los dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los filisteos; y dejaron a Jehová, y no le sirvieron.

    10 Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales.

    1 Samuel 7:4

    4 Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Jehová.

    1 Samuel 12:10

    10 Y ellos clamaron a Jehová, y dijeron: Hemos pecado, porque hemos dejado a Jehová y hemos servido a los baales y a Astarot; líbranos, pues, ahora de mano de nuestros enemigos, y te serviremos.

    1 Reyes 16:32

    32 E hizo altar a Baal, en el templo de Baal que él edificó en Samaria.

    Sin embargo, Elías se mantuvo en testimonio por Jehová, y suscitó la cuestión con Israel de si era Jehová Dios, o si lo era Baal, estableciendo los derechos de Jehová con fuego del cielo. 

    Esto llevó a la matanza de todos los profetas de Baal (1 R. 8:17-40). 

    1 Reyes 8:17-40 

    17 Y David mi padre tuvo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel.

    18 Pero Jehová dijo a David mi padre: Cuanto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal deseo.

    19 Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre.

    20 Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho; porque yo me he levantado en lugar de David mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado la casa al nombre de Jehová Dios de Israel.

    21 Y he puesto en ella lugar para el arca, en la cual está el pacto de Jehová que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto.

    22 Luego se puso Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo,

    23 dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón;

    24 que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día.

    25 Ahora, pues, Jehová Dios de Israel, cumple a tu siervo David mi padre lo que le prometiste, diciendo: No te faltará varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden mi camino y anden delante de mí como tú has andado delante de mí.

    26 Ahora, pues, oh Jehová Dios de Israel, cúmplase la palabra que dijiste a tu siervo David mi padre.

    27 Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?

    28 Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti;

    29 que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar.

    30 Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona.

    31 Si alguno pecare contra su prójimo, y le tomaren juramento haciéndole jurar, y viniere el juramento delante de tu altar en esta casa;

    32 tú oirás desde el cielo y actuarás, y juzgarás a tus siervos, condenando al impío y haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo para darle conforme a su justicia.

    33 Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se volvieren a ti y confesaren tu nombre, y oraren y te rogaren y suplicaren en esta casa,

    34 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra que diste a sus padres.

    35 Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres,

    36 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.

    37 Si en la tierra hubiere hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos los sitiaren en la tierra en donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea;

    38 toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa,

    39 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres);

    40 para que te teman todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.

    Pero la idolatría persistió hasta los días de Jehú, que dio muerte a sus adoradores y destruyó su templo e imágenes (2 R. 10:18-28). 

    2 Reyes 10:18-28

    18 Después reunió Jehú a todo el pueblo, y les dijo: Acab sirvió poco a Baal, mas Jehú lo servirá mucho.

    19 Llamadme, pues, luego a todos los profetas de Baal, a todos sus siervos y a todos sus sacerdotes; que no falte uno, porque tengo un gran sacrificio para Baal; cualquiera que faltare no vivirá. Esto hacía Jehú con astucia, para exterminar a los que honraban a Baal.

    20 Y dijo Jehú: Santificad un día solemne a Baal. Y ellos convocaron.

    21 Y envió Jehú por todo Israel, y vinieron todos los siervos de Baal, de tal manera que no hubo ninguno que no viniese. Y entraron en el templo de Baal, y el templo de Baal se llenó de extremo a extremo.

    22 Entonces dijo al que tenía el cargo de las vestiduras: Saca vestiduras para todos los siervos de Baal. Y él les sacó vestiduras.

    23 Y entró Jehú con Jonadab hijo de Recab en el templo de Baal, y dijo a los siervos de Baal: Mirad y ved que no haya aquí entre vosotros alguno de los siervos de Jehová, sino sólo los siervos de Baal.

    24 Y cuando ellos entraron para hacer sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera a ochenta hombres, y les dijo: Cualquiera que dejare vivo a alguno de aquellos hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida será por la del otro.

    25 Y después que acabaron ellos de hacer el holocausto, Jehú dijo a los de su guardia y a los capitanes: Entrad, y matadlos; que no escape ninguno. Y los mataron a espada, y los dejaron tendidos los de la guardia y los capitanes. Y fueron hasta el lugar santo del templo de Baal,

    26 y sacaron las estatuas del templo de Baal, y las quemaron.

    27 Y quebraron la estatua de Baal, y derribaron el templo de Baal, y lo convirtieron en letrinas hasta hoy.

    28 Así exterminó Jehú a Baal de Israel.

    Sin embargo, volvió a avivarse en Israel, y bajo Ocozías y Atalía se extendió también por Judá. Allí se hallan adoradores de Baal durante los reinados de Acaz y de Manasés (2 R. 11:18; 16:3, 4; 17:16, 17; 21:3).

    2 Reyes 11:18

    18 Y todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y lo derribaron; asimismo despedazaron enteramente sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán sacerdote de Baal delante de los altares. Y el sacerdote puso guarnición sobre la casa de Jehová.

    2 Reyes 16:3, 4

    3 Antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo, según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de los hijos de Israel.

    4 Asimismo sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso.

    2 Reyes 17:16, 17

    16 Dejaron todos los mandamientos de Jehová su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros, y también imágenes de Asera, y adoraron a todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal;

    17 e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y agüeros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, provocándole a ira.

    2 Reyes 21:3

    3 Porque volvió a edificar los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a Baal, e hizo una imagen de Asera, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército de los cielos, y rindió culto a aquellas cosas. 

    Así consiguió seducir Satanás al pueblo de Dios tras la idolatría. 

    Entre los baales mencionados en la Biblia se hallan BAAL-BERIT (Jue. 8:33, etc.); BAAL-PEOR (Nm. 25, etc.); BAAL-ZEBUB (2 R. 1:1-6, 16).

    Jueces 8:33 

    33 Pero aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse yendo tras los baales, y escogieron por dios a Baal-berit.

    2 Reyes 1:1-6, 16

    1 Después de la muerte de Acab, se rebeló Moab contra Israel.

    2 Y Ocozías cayó por la ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo, envió mensajeros, y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad.

    3 Entonces el ángel de Jehová habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón?

    4 Por tanto, así ha dicho Jehová: Del lecho en que estás no te levantarás, sino que ciertamente morirás. Y Elías se fue.

    5 Cuando los mensajeros se volvieron al rey, él les dijo: ¿Por qué os habéis vuelto?

    6 Ellos le respondieron: Encontramos a un varón que nos dijo: Id, y volveos al rey que os envió, y decidle: Así ha dicho Jehová: ¿No hay Dios en Israel, que tú envías a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto, del lecho en que estás no te levantarás; de cierto morirás.

    16 Y le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón, ¿no hay Dios en Israel para consultar en su palabra? No te levantarás, por tanto, del lecho en que estás, sino que de cierto morirás.

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